“Querido Diego, te abraza Quiela” es un libro muy breve publicado en 1978, por la autora HélŠne Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor, mejor conocida como Elena poniatowska , nacida el 19 de mayo de 1932. En 1955 publicó su primera novela, Lilus Kikus. En 1968 legalizo su nacionalidad mexicana.
Gracias a este libro conoceremos una pequeña y reveladora faceta de la entrañable vida del famoso pintor mexicano, diego rivera (1886-1957), cuando por 1910 diego viaja a Europa y conoce a la que sería su primera esposa, Angelina Beloff.
Angelina, mejor conocida como Quiela, nace en San Petesburgo. Inclinada por el arte realizo estudios en la Academia Imperial de Bellas Artes, donde obtuvo una beca para continuar sus estudios en …ver más…

Si ella hubiera podido tener otro hijo, no hubiera sufrido tanto y no se hubiera quedado sola.
Quiela se sumió en una depresión, no salía de su casa y, por falta de dinero, había veces que no comía y se descuidaba, por eso se enfermo de pulmonía y engordo. Pero después de escribirle por varios meses sin recibir respuesta, se puso a pintar y hacer grabados para floreal; lo hacía para reunir dinero y poder ir a México, a reencontrarse con diego. Una vez le mando sus bocetos para que le diera su opinión, pero de igual forma, no recibió respuesta alguna.
Diego le mando una remesa por 300 francos, pero no para ella, le pidió que se los diera a Marievna, diciendo que ella era la más cumplida y responsable; después de cuatro meses de enviarle cartas, recibió un sobre de México, el que tanto anhelaba, pero no era de él, sino de su padre. Y mientras ella le escribía cartas infinitas ella solo recibió de el remesas de dinero con cortos y simples recados: “estoy bien, espero que tu lo mismo, saludos, Diego”.
Ella le pidió muchas veces que le dijera la verdad y le hacía preguntas como: “¿ya no me quieres Diego?, dime si amas a una nueva mujer”.
Yo creo que diego fue muy duro con ella, si ya no quería seguir con su relación se lo hubiera dicho, y no la hubiera dejado con esperanzas de que mandaría por ella, y hasta él lo reconoció al decir: “Ella me dio todo lo que una mujer le puede dar a un hombre. En cambio, ella