Ensayo del libro “los juegos del hambre”
Los Juegos del Hambre
Autor: Suzanne Collins
Por: Daniela Herrera Rodríguez
¿Podrías sobrevivir tú solo en la naturaleza salvaje rodeado de quienes quieren asegurarse de que no vives para ver el siguiente amanecer?
Un pasado de guerras ha dejado los 12 distritos que dividen Panem bajo el poder tiránico del Capitolio. Sin libertad y en la pobreza, nadie puede salir de los límites de su distrito. Solo una chica de 16 años, Katniss Everdeen, osa desafiar las normas para conseguir comida. Sus principios se pondrán a prueba con “Los juegos del Hambre”, espectáculo que el Capitolio organiza para humillar a la población. Cada año, dos representantes de cada distrito serán obligados a subsistir en un …ver más…

Entonces llegaron los días oscuros, la rebelión de los distritos contra el Capitolio. Derrotando a 12 de ellos y aniquilando al decimotercero. El tratado de la traición les dio unas nuevas leyes para garantizar la paz y, como recordatorio anual de que los días oscuros no deben volver a repetirse, les dio también los Juegos del Hambre. Las reglas de los Juegos del Hambre son: en castigo por la rebelión, cada uno de los 12 distritos debe entregar a un chico y una chica, llamados tributos, para que participen. Los 24 tributos se encierran en un enorme estadio al aire libre en el que puede haber cualquier cosa, desde un desierto abrazador hasta un paramo helado. Una vez dentro, los competidores tienen que luchar a muerte durante un periodo de varias semanas; el que quede vivo, gana.
“Así nos recuerda el Capitolio que estamos completamente a su merced, y que tendríamos muy pocas posibilidades de sobrevivir a otra rebelión”.
Al último tributo vivo se le recompensa con una vida fácil, y su distrito recibe premios, sobre todo comida.
Después de haber terminado con el discurso llega el momento del sorteo. Effie dice lo de siempre,-“las damas primero”- se acerca a la urna de cristal con los nombres de las chicas, mete la mano hasta el fondo y saca un trozo de papel. Katniss comienza a desear desesperadamente que no sea ella,-“que no sea yo, que no sea yo, que no sea yo”-.
Effie Trinket vuelve al podio, alisa el trozo de papel y lee el nombre