Coproscopico
Ensayo crítico sobre Oscar Wilde y El retrato de Dorian Gray
Ralf Guiduart
200924106
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE HUMANIDADES
LICENCIATURA EN LETRAS
LITERATURA EUROPEA DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX
21-02-2011 |
«Una prostituta:
“Me vendo como todos. La tierra entera es una prostituta”.»
Carlos Solórzano
(dramaturgo guatemalteco)
I. Un tal Oscar Wilde
Quizá fue en alguna remota ocasión, mucho antes que me empezara a involucrar e interesar considerablemente en la Literatura, que escuché por primera vez el nombre de Oscar Wilde. Simplemente me pareció haberlo escuchado, pero no pasó a ser nada relevante: como cualquier cosa que se conoce en un instante y de la misma …ver más…
Ahora bien, no siempre me mantuve cerrado nuevas propuestas. También algunas veces —aunque no con la constancia con la que suelo hacerlo hoy en día— tomé con mucho interés las recomendaciones y consejos que me hacían sobre Literatura, aunque, como es de suponerse, esto también dependía mucho de la persona o la fuente que me hacía esta recomendación. Sobre Oscar Wilde, tal como indiqué anteriormente, había escuchado sin mostrar mayor importancia. No fue sino hasta que mi profesora de Matemáticas de hace un tiempo, quien además de ser muy inteligente para las ciencias numéricas, contaba con una gran afición literaria. Siempre tuve la plena certeza de que ella era tan buena para hablar de Literatura como para resolver las ecuaciones más difíciles en el pizarrón. Con ella logré entablar una muy buena amistad que perduró aún después que dejé de ser su alumno, en la cual logramos compartir muchos intereses y exponer nuestros puntos de vista con respecto a diversos temas, entre ellos la Literatura; fue así como me dijo una vez por medio de un correo electrónico: «Le recomiendo que lea a Oscar Wilde», y me mencionó títulos que habían logrado su total aceptación, títulos que aún guardo en la mente, como La importancia de llamarse Ernesto, El príncipe feliz, y El retrato de Dorian Gray, entre otros.
Esta recomendación llevó a interesarme, ahora sí, de ese tal Oscar Wilde. Compré un ejemplar de El retrato de Dorian Gray y lo