Convivencia y relaciones humanas; comunicacion
Si como es incontrovertiblemente cierto, cada uno de nosotros nació para convivir más que para vivir (las plantas y los animales viven, pero no conviven, en el lato sentido de lo que significa convivir), no es temerario sostener que sólo el cultivo de las buenas relaciones humanas pueden auxiliarnos en la feliz realización de ese particular destino para el que todos estamos predeterminados; esto es, coexistir a la altura de lo que somos: seres dotados de pensamiento, de sentimiento y de voluntad.
Si por nuestra naturaleza y nuestra esencia, no es posible marginarnos de la participación social, puesto que, como asienta el gran Aristóteles, somos animales políticos o de ciudad, es sobradamente explicable …ver más…
Evitar decir siempre "la última palabra", por virtud de que nadie es dueño absoluto de la verdad; los tipos autoritarios o autocráticos son detestables. Procurar mejorar la forma de expresión, a fin de evitar malentendidos o males interpretaciones. Reconocer con humildad los propios errores, sin querer atribuírselos a los demás. Ver a las personas como bondadosas y bellas, aun cuando dan la impresión de que se esfuerzan por no parecerlo. Cuidarse de los enojos insignificantes, pues pueden convertirse en destructores o monstruosos. Despojarse del orgullo, dado que éste crea barreras o impide la intimidad. Ser compasivo, toda vez que la misericordia es el camino más seguro hacia la comprensión y la aceptación.
Asimismo, ser sincero; sin confundir la rudeza o la bajeza con la sinceridad. No exagerar la propia importancia: el "yoísmo" es una presunción que hace caer mal a las personas. Tratar a los demás con dignidad y cortesía. Evitar exhibir una personalidad irreal o ficticia. Tratar de conocer bien a las personas con quienes se trabaja, a fin de entenderlas en sus necesidades, siempre que sea posible.
No sobra decir que hay barreras y obstáculos que destruyen o impiden las buenas relaciones humanas; estas son: La actitud que nos lleva a preocuparnos más por los defectos, que por las virtudes que poseen quienes nos rodean. Las formas egocéntricas en donde se nutre el individualismo que, como sabemos,