Comentario "Un artista del trapecio", Kafka
1216 palabras
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Comentario de texto: Un artista del trapecio, Franz KafkaPuede que no sepas quién ha escrito “Un artista del trapecio”, pero, si has leído otras obras de Franz Kafka, a partir del primer párrafo no tendrás ninguna duda de que él es su autor. Por la forma y por el contenido del cuento que sigue la línea a la que nos tiene acostumbrados, escondiendo tras sus palabras mucho más de lo que aquí podré llegar a expresar.
En cuanto a la forma, detalla con claridad cada uno de los aspectos que explica en el relato. La literatura de Kafka es una literatura muy cercana al arte cinematográfico, muy visual. Su capacidad para narrar cada uno de los detalles, por pequeños que sean, y explicar tanto hechos como actos hace que nos metamos dentro de …ver más…
Eso es lo que le hace grande. Cuando viajaba, el artista del trapecio también necesitaba sentir el trapecio. Para un artista, el arte es su droga. Sin embargo, toda alteración de la forma de vida, por ligera que sea, hace pensar. Así es como aparece el conflicto. Conflicto que tiene el trapecista y que también tuvo Kafka. El momento en que ambos se dan cuenta de que las cosas no van del todo bien y necesitan un cambio. Pero al mismo tiempo, no saben qué es exactamente lo que necesitan, y simplemente, prueban. El artista quería otro trapecio. Llora porque sabe que lo que tiene no es suficiente, que está destrozado, pero no tiene ni idea de por dónde empezar a reconstruirse. Lo primero que se le ocurre es eso. No sabe tampoco como ha podido vivir tanto tiempo así, de esa manera, sin percatarse si quiera de que algo no iba bien. Kafka quiere abrirse al mundo, quiere ser una persona “normal”, quiere casarse y formar una familia pero una fuerza mayor se lo impide. Cuando el artista del trapecio le pide al empresario un nuevo trapecio, éste no duda un momento en complacerle. Del mismo modo que una editorial no tendría ningún problema en intentar que sus escritores estén cómodos, pues son los que le hacen ganar dinero. El momento en que el artista exige un segundo trapecio, aún sabiendo que el empresario se lo concederá, pero intentando hacer que esto parezca una obligación del mismo y no un favor, podría identificarse con el comienzo de la adolescencia, cuando uno