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Por Luis Alberto Romero
Su Bicentenario se cumple el martes 15. La historia oficial seguirá prefiriendo el olvido, porque también diluye las ideas con las que el político buscó construir un país integrado.
En 1938, a cincuenta años de su muerte, las publicaciones católicas recordaron a Sarmiento como el autor de una vida de Jesús. No pudieron ignorarlo, pese a que por entonces el catolicismo, impregnado de nacionalismo, llevaba adelante el asalto y demolición de uno de sus grandes emprendimientos: la escuela pública laica y gratuita , tachada de “escuela sin Dios”.
Tampoco lo ignoró Perón, cuando en 1947 puso su nombre a uno de los ferrocarriles nacionalizados.
Por entonces, el …ver más…
Tal ha sido la tarea de zapa de quienes, en realidad, se proponían demoler todo lo que construyó.
Porque además de ser un luchador, decidido a vencer las contradicciones a fuerza de contradecirlas, Sarmiento fue un constructor.
Uno de los artífices de la Argentina que se levantó en la segunda mitad del siglo XIX, y de cuyos frutos vivimos durante buena parte del siglo XX. Si Sarmiento hubiera podido contemplar esa obra, en algún momento antes de los años setenta, seguramente se habría sentido satisfecho, como Dios en el séptimo día de la Creación, según cuenta el Génesis.
Se habría complacido, pese a tantas cosas que resultaron en un sentido contrario a sus ideas; entre ellas los gobiernos militares, clericales, nacionalistas o populistas.
Se habría complacido porque la huella de su acción estaba presente en los dos grandes productos de la Argentina pujante, que la gente de mi edad alcanzó a conocer: el Estado y la sociedad .
Un Estado potente, preocupado por construir el interés general , y una sociedad integrada, móvil y democrática, capaz de crear oportunidades de progreso para todos. Entre el Estado y la sociedad hubo -y hoy lo extrañamos- un sistema educativo estatal, gratuito, laico y excelente, capaz de impulsar la igualdad, la integración, el patriotismo y la democracia . Nadie niega la contribución de Sarmiento a esa gran obra.
Sarmiento fue combatido cuando su obra aún estaba en pie, en nombre del confesionalismo, el nacionalismo y el populismo.