Causas de las enfermedades de transmisión sexual
Canción de otoño en primavera
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...
Plural ha sido la celeste historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este mundo de duelo y de aflicción.
Miraba como el alba pura; sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue, para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer...
Y más consoladora y más halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva cual no pensé encontrar …ver más…
¡Mas es mía el Alba de