Botiquin de primeros auxilios
He aquí algunos de los consejos de la que en algún tiempo fue escritora de discursos del presidente de Estados Unidos
Por Peggy Noonan
Alguien ha dicho con razón: “La mente es algo maravilloso: comienza a trabajar desde el instante en uno nace y nunca se detiene… hasta que tiene uno que hablar en público”.
En esta circunstancia muchas personas se paralizan, ya que piensan que los discursos son asunto de magia; una combinación de hechicería y habilidades escénicas que una persona común y corriente no posee.
Lo cierto es que los discursos no son cosa de otro mundo. Un discurso se compone básicamente de la información y opinión escritas en un papel y pronunciadas en voz alta. Si usted puede …ver más…
Es como si el orador dijera: “Esto no será una tortura: el humor está permitido”.
Si usted es gracioso por naturaleza y tiene ingenio para inventar sus propios chistes, ¡adelante!
Este proceso lleva tiempo, por lo que es mejor que empiece desde el momento que conciba la charla. Si pide ayuda, explique a sus amigos las circunstancias del discurso: dónde lo va a decir, porqué lo va a decir, cuál es el tema, a quiénes va dirigido. Piense en la hora en va a pronunciarlo. ¿Se transmitirá al mismo por televisión algún importante partido de fútbol? De ser así, haga alusión al juego y comente algo gracioso sobre el entrenador o la vieja rivalidad que existe entre este equipo y el otro.
No olvide los agradecimientos. La costumbre vieja es que, al principio de un discurso, el orador dé las gracias a quienes lo invitaron y a la persona que lo presentó al público. La costumbre nueva es que el orador jamás dé las gracias a estas personas al principio de su alocución. Se aduce que esto es algo aburrido y hace que el público pierda interés.
A mi parecer, la cortesía jamás es aburrida. Además dar las gracias al principio del discurso tiene un objetivo muy práctico. Mientras se hace el público tiene la oportunidad de hacer de lado sus preocupaciones cotidianas y empezar a fijar su atención en el orador y el tema de su discurso. Es inevitable que la gente se distraiga en algún momento, pero es preferible que lo