Biología criminológica
La Criminología es una ciencia joven ya que, como ciencia organizada e independiente, ha cumplido escasamente un siglo.
Como ciencia joven podría carecer que carece de historia, sin embargo, nada mas infundado que esto, pues la historia del mundo va muy unida a la historia del crimen.
Recordemos a don Constancio Bernaldo Quiroz, que con su elegancia acostumbrada decía: “Criminología la ha habido siempre, desde que ha habido crímenes, no será preciso insistir en la antigüedad y universalidad del delito, inseparable de la especie humana; una Criminología, aunque sea incipiente, rudimentaria, elemental, tan elemental y tosca, tan pedreste y vulgar como los romances de ciego, que siempre tuvieron en el delito una de sus …ver más…
El Estado debe encaminar sus esfuerzos para combatir esas causas, pues el delito es justamente tal manifestación. Hay que acabar con la miseria, impulsar la educación, asegurar la estabilidad social, es lo que conduce a una vida ideal”.
Aboga por la proporcionalidad de las penas, criticando cómo Inglaterra impone pena de muerte por igual: “a quien roba un pan, o al terrible asaltante de los caminos”
CHARLES DE SECONDAT (Barón de Montesquieu, 1689-1755). Su obra El espíritu de las leyes, publicada en 1748, en la que propone la independencia del poder judicial respecto al ejecutivo, la abolición de las penas inútiles y excesivas, y de la tortura.
“Que se examinen las causas de la corrupción de las costumbres, y veremos que obedecen más a la impunidad que a la moderación de las penas”. Como hombre de leyes, propone: “...El buen legislador debe preocuparse más por prevenir el delito que por castigarlo”
JUAN JACOBO ROUSSEAU (Ginebra, 17 12-1778). En 1755 publica el Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres. En 1762, El contrato social.
“El primer hombre a quien, cercando un terreno, se le ocurrió decir: esto es mío, y halló gentes bastante simples para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. Cuántos crímenes, cuántas guerras y cuántos horrores habría evitado al género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la cerca y cubriendo el foso: «Guardaos de escuchar a este impostor;