BAXANDALL RESUMEN El ojo de la época
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BAXANDALL MICHAEL | Pintura y vida cotidiana en el RenacimientoCapítulo: El ojo de la época
1. Percepción relativa
Un objeto produce, por reflexión, una cierta distribución de luz en el ojo, transportando información sobre luz y color al cerebro.
Ahí es donde el equipamiento humano para la percepción visual deja de ser uniforme para todo el mundo. El cerebro interpreta los datos brutos sobre luz y color que recibe por medio de mecanismos natos y de otros que son resultado de la experiencia. Eso da a las informaciones oculares, fantásticamente complejas, una estructura y por tanto un significado a costa de cierta simplificación y distorsión.
Pero en ciertas circunstancias, las diferencias marginales entre un hombre y otro pueden …ver más…
La capacidad de un hombre para distinguir cierta clase de forma o de relación de formas habrá de tener consecuencias para la atención que preste a un cuadro.
Porque está claro que algunas habilidades perceptivas son más relevantes que otras para un cuadro dado: un virtuosismo en clasificar el recorrido de líneas curvas – que muchos alemanes poseían en la época – o un conocimiento funcional de la muscuatura de la superficie en el cuerpo humano, no encontrarían mucho campo frente a la Anunciación. Buena parte de lo que llamamos ‘gusto’ está en eso, en el acuerdo entre las discriminaciones que exige un cuadro y las habilidades para discriminar que posea el espectador.
Si un cuadro nos da la oportunidad para ejercer una habilidad apreciada y retribuye nuestro virtuosismo con un sentido de comprensión valiosa sobre la organización de tal cuadro, tendemos a disfrutarlo: es de nuestro gusto.
El negativo de esto es el hombre que carece del tipo de habilidades en cuyos términos ha sido ordenado el cuadro: un calígrafo alemán confrontado con un Piero della Francesca, quizás.
En tercer lugar, uno lleva ante un cuadro una masa de información y presunciones durgidas de la experiencia general. Nuestra cultura es lo bastante cercana al Quattrocento como para dar muchas cosas por descontadas y no tener la fuerte sensación de comprender mal los cuadros: estamos más cerca de la mentalidad del Quattrocento que de la de