Antropologia filosofica
Además de alma racional, hay alma concupiscible (es decir, tendencia hacia el placer). Alma irascible (es decir, tendencia hacia el poder, superar las dificultades) lo que se debe hacer y lo que apetece hacer entran en conflicto. El deber y el placer no son compatibles a veces. Sin embargo, el alma irascible puede ser aliada de la razón. Platón dice que “la felicidad es un estado del alma”. Es feliz aquella persona que consigue la armonía interior, que se consigue cuando el alma racional controla a las otras dos, cuando somos capaces de hacer lo que comprendemos que tenemos que hacer, poseemos salud mental. Platón señala cuatro virtudes para conseguir la armonía: prudencia, fortaleza, templanza y justicia. La prudencia es la virtud que perfecciona al alma racional y que implica el conocimiento de la verdad y del bien. La enfermedad del alma racional, es decir, lo contrario de sabiduría o prudencia, es la ignorancia. La virtud propia del alma concupiscible es la moderación o templanza. Tenemos que decir no al placer muchas veces para no crear problemas. La virtud propia del alma irascible es la fortaleza, es decir, la capacidad de vencer las dificultades y no ceder a que nos venzan. La justicia es una virtud que resulta de la posesión o unión de las otras dos. Una persona justa es una persona que tiene un ajustamiento o armonía interior. Para ser ajustado debemos ser sabios,