La familia Torres permaneció unida por dos años, durante los cuales Alfredo Torres y su esposa Elena López procrearon a Alejandro y Amelia, que ya tienen 19 y 18 años, también durante los cuales Alfredo cometió una infidelidad teniendo trato carnal con Bertha Esquivel con la cual procreo a Alberto. Descubierta la infidelidad de Alfredo, Elena, su primera esposa, solicitó y obtuvo el divorcio donde se estableció que Alfredo entregaría una cantidad mensual de dinero para la manutención de Alejandro y Amelia hasta que estos llegaran a la edad de 18 años. Alejandro está trabajando y acepto que la entrega de dinero llego a su fin. Por otra parte, Amelia quiere seguir en una carrera universitaria y exige a su padre que la siga manteniendo, …ver más…

- Bien papa.
- Alfredo, necesitamos dinero, no hemos pagado la luz ni el agua, y falta el gas…
- Ya te dije que eso la pagare yo mama, no mortifique a papa, por favor – interrumpió Alberto – te dije que voy a conseguir trabajo.
- Pero tu padre es el hombre de la casa, él es el que tiene que encargarse de todo eso, tu estas para estudiar y nada más – protesto Bertha.
- Mama por favor, ya soy mayor de edad y ya puedo trabajar para ayudar en la casa, ya hablemos de otra cosa – dijo Alberto molesto.
- Esta bien, excelente idea, eso me recuerda que en unos días vendrá un licenciado para que hagas un testamento, digo no es porque crea que vas a… ya sabes hacernos falta Alfredo, pero, uno nunca sabe – dijo Bertha.
- ¡Mama, basta! – grito Alberto.
- No, mijo, tiene razón, tenemos que irnos preparando para todo, sea bueno, sea malo, tú no te preocupes – dijo Alfredo con tono calmado.
- Lo ves Alberto, eres un exagerado – dijo Bertha.
Siguieron platicando hasta que llegó el doctor a revisar a Alfredo.
- Buenas tardes, ¿Cómo seguimos? ¿Ninguna molestia?
- Hasta ahora no doctor, todo está bien.
- Bueno, mañana comenzaremos con un tratamiento un poco más fuerte, espero que se levante con ánimo, recuerde que eso es mi importante, hasta mañana – dijo el doctor.
- Bueno papa, se hace tarde y tenemos que regresar para que no nos alcance la noche porque se pone peligroso – dijo Alberto.
- Hasta mañana, querido – dijo