¿A quién le corresponde la universidad?
Rafael Solarte solarteducon@gmail.com “La universalidad del conocimiento”, “El centro del pensamiento superior” o “La institución encargada de la reproducción intelectual”, son apenas algunos calificativos con los que se ha conocido la Universidad. Generalmente al hablar de ella, se hace referencia a una expresión que, hoy se ha demostrado, es muy demagógica: “La universidad es de todos”. Quizás por esto, la sociedad en general, ha considerado que ésa es la razón histórica de ser de la universidad: sin exclusión y como si se tratara de un derecho propio.
Al observar que la situación actual de la Educación Superior se encuentra desdibujada de su entorno social, político, …ver más…
Según Weber, esto solo será posible si la clase dominante se compromete a respetar la Educación Superior como el lugar de la ciencia, libre de intromisiones, o de influencias extrañas para que ella pueda reafirmar el ejercicio de la crítica a través del valor científico y el rigor intelectual (Bonvecchio:2002, p.36). Y si somos más explícitos, podemos compartir la apreciación de Von Humboldt (Bonvecchio:2002, p.80) cuando afirma que “el Estado debe permanecer siempre consciente del hecho de que precisamente estos centros llevan a cabo lo que él no es capaz de realizar y que, incluso, su intervención, puede llegar a constituir un obstáculo”.
La Sociedad
“Un hombre formado siempre resiste a su condición”. Esto significa exigir un cambio desde el mismo concepto de educación básica, el cual tradicionalmente se ha basado en la repetición, y en el “mejor” de los caos, en la “didáctica de la enseñanza” o “la lúdica del saber”. Esto ha traído como consecuencia, un sistema de estudio superficial que se opone al mundo de la Educación Superior. A la sociedad le corresponde asumir un papel más activo frente al Estado para reclamar su inclusión en el mundo de la Educación Superior.
Lo anterior significa que la educación no prepara al niño para un estadio de conocimiento superior porque se le relacionó el aprendizaje con la diversión. No es extrañó, entonces, encontrarse que ante la pregunta “¿Qué piensa de este texto?”, el estudiante