LA INVITACION
Un niño terriblemente desordenado nunca hace caso a sus padres cuando le piden orden. La niña de la casa de al lado, de la que está enamorado en secreto, organiza una gran fiesta e invita a todos los niños de los al redores. El niño está muy emocionado y espera el día muy ansioso, pero el día de la fiesta no encuentra la invitación entre el desorden de su pieza. La busca desesperado y no la encuentra, y al final decide ordenar todo su cuarto, encontrando la invitación justo encima de la mesa. Para cuando llega a la fiesta ya se habían ido todos y se vuelve muy triste y habiendo aprendido la lección. Pero tuvo suerte, como la niña no encontró novio, la niña repitió la fiesta poco después, y como esta vez tuvo todo ordenado, …ver más…

Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó. Y todos, incluidos los duendes mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada, porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.

LAS ARRUGAS DE LA ANCIANA
Un día se acercó una niña a preguntarle a un anciana porque tenia la cara tan arrugada, la anciana muy enojada le respondió - eres una niña muy insolente, que acaso tu madre no te enseño a respetar a los ancianos. pero pasaron muchos años y la niña que ya se había convertido en anciana nunca olvido ese momento y un día se acerca un niño a preguntarle lo mismo, pero ella de muy buena manera respondió -es porque estaba muy pero muy cochina que tuve que remojar todo mi cuerpo en agua, el