Vivencias históricas de la iglesia de dios de la profecía en Guatemala
- Resumen
histórico - Primeros
supervisores nacionales - Supervisores
recientes - Primeras
Iglesias - Pastores
- Educación
- Primer
Tabernáculo Nacional - Nuevas
propiedades - Desafíos
- Conclusiones
y recomendaciones - Bibliografía
- Anexos
"Joven fui y he envejecido, no he visto
Justo desamparado, ni su simiente mendigar pan" Sal.
37:25:
Introducción
En el documento Lucano se dice lo siguiente:
"Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente
las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las
han transmitido los que desde el principio fueron testigos
oculares y servidores de la Palabra, he
decidido yo también, después de haber investigado
diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo
por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez
de las enseñanzas que has recibido". Sn. Lucas 1:1-4
(V.NJ)
Un pueblo que no tiene historia es un pueblo que nunca
existió. La historia nace juntamente con ese pueblo. La
historia nunca cambia sino es parte de cada pueblo que ha
existido. El presente documento es una descripción histórica
de los acontecimientos de la Iglesia de Dios de la
Profecía en sus 58 años en el país. Puesto que no
hay suficiente material escrito en la historia de la Iglesia en
Guatemala, es una gran
limitante, vale hacer la aclaración que no fue posible como
se anhelaba, adquirir información adecuada y
deseada. Uno de los supervisores nacionales actuando
irresponsablemente, descuido algunos archivos, y los pocos que se
disponían ordeno su destrucción basándose en el
argumento que los archivos cada 10 años pierden su valor. Se lamenta
profundamente esa actitud, sin embargo, aun se
logró alguna información verbal de algunos ancianos que
voluntariamente colaboraron al darnos alguna
información.
El autor del presente documento es testigo ocular de los
acontecimientos descritos desde el año 1968 hasta el
presente año 2008. Conoció a varios personajes que se
describen en la historia de la Iglesia. Participo con muchos de
ellos, entre los que se citan a: a Fulgencio y Héctor Lemus,
María viuda de González, Narciso Díaz, Ricardo
Ortiz Franco, Juan Martínez (Josmar), Gustavo Rosales y
Corina de Rosales; Manuel Quiñónez Girón, Vicente
Chanchavac, miembros de la Iglesia Central, la mayoría de
ellos pioneros de la iglesia en la ciudad capital.
También, pasó por las aulas de la iglesia
desde la escuela dominical para niños en la iglesia
central de la calzada Roosevelt, su primer cargo fue impulsor del
AMIP en el tiempo del Obispo Morales
Romero. Participo en la directiva de la juventud en aquel templo de la
4 calle zona 3, para los días del terremoto del año
1976, anteriormente en este templo por muchos años estuvo la
iglesia central en el tiempo de la familia Ruano.
También participo en la clase de jóvenes, el
instituto de entrenamiento bíblico (IEB),
el llamamiento para servir como ministro de música, reportero nacional, evangelista
en la breve supervisión del Obispo
Hernández, secretario voluntario, para la oficina nacional junto con
hermana Rebeca Cabrera en los primeros años del Obispo
Marrero Rondón, y finalmente como pastor por mas de 28
años.
Habrá algunos eventos que no se podrán
narrar por voluntad ajena del autor, se menciono al principio,
nos causo una gran sorpresa que cuando se solicito el archivo nacional el supervisor de
turno nos dijo que era poca la documentación existente.
Como se manifestó anteriormente, se lamenta esa
irresponsabilidad, y da mucha tristeza al pensar que esas
herramientas no cuentan para
nuestra historia. Gracias a Dios se ha rescatado parte de nuestra
historia en la boca de algunos ancianos que aun están con
nosotros.
La presente obra es una iniciativa para que juntos
podamos hacer un archivo escrito para los años venideros.
Con lo anterior dicho, queda abierta la posibilidad para que
otros autores sigan enriqueciendo esta obra, que solamente es una
apertura, una indicativa, un trabajo inédito. Se
exhorta a los líderes a que revivan esos acontecimientos y
los registren por escrito. De lo contrario seriamos como se dijo
al inicio: "Un pueblo sin historia es una nación que no tiene nada
que contar a las generaciones venideras".
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