INTRODUCCION
La crisis
económica de México de
1994 fue la última y más reciente crisis del
país de repercusiones mundiales y fue provocada por la
falta de reservas internacionales. La misma produjo la devaluación del peso, y a su vez esto
causó efectos como la inflación, disparada de las
tasas de
interés, colapso de la actividad económica, los
servicios de
deuda en moneda local y extranjera aumentaron al mismo tiempo que los
indicadores de
capitalización de los bancos se
desmoronaron. El precio del
dólar se incrementó cerca del 300% inmediatamente,
causando quiebras de miles de compañías, desempleo y que
muchos deudores se vieran impedidos de pagar sus deudas.
Esta crisis se dio durante los primeros días de la
presidencia de Ernesto Zedillo .
A unas semanas del inicio del proceso de
devaluación de la moneda mexicana, el entonces presidente
de los Estados Unidos, Bill Clinton, solicitó al Congreso
de su país la autorización de una línea de
crédito
por $50 mil millones de dólares para el Gobierno Mexicano
que les permitiera garantizar a sus acreedores el cumplimiento
cabal de sus compromisos financieros denominados en
dólares.
En México también se le conoce como el Error de
Diciembre, denominada así por el ex presidente mexicano
Carlos Salinas de Gortari para atribuir la crisis a las presuntas
malas decisiones de la
administración entrante de Ernesto Zedillo Ponce de
León y no a la política
económica desarrollada en su
mandato[1].
Durante la década de los 80 y principios de los
90, México recibió un fuerte flujo de capitales
consecuencia de un programa de
estabilización y reformas estructurales aplicado. Aquellas
reformas llevaron a un crecimiento económico, cuyo
promedio fue de 3,1% por año entre 1989 y 1994.
Recién en 1993 la inflación se redujo a un
dígito por primera vez en dos décadas.
México comenzó a atraer más inversiones
extranjeras debido a la ausencia de mayores restricciones al
ingreso de capitales y las bajas tasas de interés en
Estados Unidos.
La importante liberación del sistema
financiero implicó un aumento del crédito de
tal proporción y velocidad que
superó la capacidad de los supervisores de turno. La
desaceleración del crecimiento
económico en 1993 provocó que comenzaran a
crecer los malos préstamos creciendo rápidamente la
cartera irregular. Las principales causas del crecimiento de la
deuda fueron un sector financiero sin restricciones ni control sobre las
tasas, bancos privatizados sin una adecuada
capitalización, respaldo ilimitado a las obligaciones
de los bancos y supervisión bancaria débil. Estos
factores hicieron un sistema
financiero muy vulnerable.
ANTECEDENTES HISTORICOS
México a partir de 1981 arrastró una fuerte
crisis económica derivada de la caída de los
precios
internacionales de petróleo. Resintió esta crisis en
forma más acentuada que en el resto de los países
exportadores de petróleo,
al sumarse al impacto del deterioro en los términos de
intercambio el del aumento considerable en la transferencia neta
de recursos al
exterior derivada de la elevación de las tasas de
interés sobre su deuda externa y de la interrupción
de los flujos de capital
externo hacia el país.
Sin embargo, la caída de la actividad económica
en 1986 y 1987 poco tuvo que ver con la baja en el volumen y en el
precio de las exportaciones de
petróleo, pues ya para este año la exportación de los bienes no
petroleros representaron un importante aumento sobre los
petroleros, reduciendo así el impacto que había
ocasionado ser mono exportador de petróleo.
Realmente, la política de reajuste económico a
partir de 1985 intentaba sanear las finanzas
públicas, reducir el efecto inflacionario y disminuir
la dependencia petrolera. La recaudación del ingreso por
exportaciones petroleras, que ascendió a 8 mil 500
millones de dólares que representó el 6.6% del
PIB no
logró ser significativa ante la agudización de la
crisis.
Los factores que sí afectaron la economía nacional fueron el aumento de las
tasas de interés internacionales en 1985, especialmente en
Estados
Unidos, con lo que aumentó el pago del monto de los
servicios por uso de recursos externos.
Por ello el gobierno mexicano se vio obligado a aplicar
más severamente la política restrictiva y el
programa de ajuste, con el que se instrumentaron las siguientes
medidas: a) reducción del gasto
público;
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