Reseña de la novela "Y retiemble en sus centros la tierra", de Gonzalo Celorio
- La historia de una
degradación - La historia de un vía
crucis - ¿En
qué se parecen el personaje principal y el Centro de la
Ciudad? - Narración
- ¿Por
qué regresa el personaje al Centro de la
Ciudad? - ¿Y el
cadáver?
La historia de una
degradación
Juan Manuel Barrientos, personaje principal de la novela de
Gonzalo Celorio Y retiemble en sus centros la tierra,
posee finura, elegancia, gusto por los placeres de la mesa, de la
música, de
la moda y de la
arquitectura.
Estas cualidades son en principio las que hacen
interesante a la novela porque el
personaje se irá degradando de manera violenta a lo largo
del texto
.
Por un lado, Juan Manuel tiene un gusto exquisito por la
arquitectura, un hedonismo por la gastronomía y el buen beber, el
conocimiento de la historia de la Ciudad, y, por el otro,
tiene pasiones ingobernables que desembocan en la
frustración y el alcohol,
combinación que traducida en una especie de
jubilación prematura y de soledad absoluta.
Irónicamente, la actitud
hedonista (placeres culturales y del paladar) también
provocan a Juan Manuel un estado de
embriaguez.
La novela de Celorio es una especie de pugna entre el
paraíso y el infierno. No obstante, lo que vive el
personaje principal es un tipo de purgatorio, pues se encuentra
en el estado de
expiación que conduce la cruda. Curar la cruda, que
por lo común implica volver a la embriaguez porque "un
clavo saca a otro clavo" y porque la embriaguez es un
círculo vicioso, es el ánimo que permanece en el
texto.
La historia
de un vía crucis
Y retiemble en sus centros la tierra es un camino
de ida, ascendente, y un camino de regreso, descendente. El
camino de ida a la embriaguez producto de la
ingesta de bebidas alcohólicas, es doloroso; incluso Juan
Manuel lo asume de esta manera: carga con su cruz al modo
del vía crucis.
Precisamente ésta es la idea en la cual
está sustentada la novela en términos
estructurales: la novela tiene 14 capítulos que
corresponden a las 14 escenas del vía crucis. Hay una
última cena, un beso de Judas (que es la
traición de un discípulo), caídas y
finalmente una crucifixión. Además, existe
cierto paralelismo con la referencia a la infancia de
Jesús: desde el nacimiento hasta que se encuentra
dialogando con los doctores.
Asimismo, la novela es un vía crucis por la
relación entre la palabra "cruda" y la palabra
"cruz".
El personaje va de lugar en lugar, de cantina en
cantina, representando cada sitio una estación del
vía crucis popular. Para el autor, las cantinas, y en
particular las del Centro Histórico, son sitios que
fácilmente conducen a estados límites
desde los cuales se pueden observar la fisonomía interna
del ser humano y, si esta abstracción es permisible, del
mexicano.
Son escenarios donde realmente el espíritu
adquiere una mayor libertad
expresiva.
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