El Amor – Jiddu Krishnamurti
Pretender sentirse a salvo en la relación
inevitablemente engendra sufrimiento y temor. Esta
búsqueda de seguridad es una
invitación a la inseguridad.
¿Han hallado ustedes alguna vez seguridad en alguna de sus
relaciones? ¿Sí? La mayoría de nosotros
deseamos la seguridad de amar y de ser amados, pero
¿existe amor cuando
cada uno de nosotros busca su propia seguridad y sigue su propio
camino particular? No somos amados porque no sabemos cómo
amar.
¿Qué es el amor? Esta
palabra está tan recargada y viciada que apenas me gusta
usarla. Todo el mundo habla del amor: revistas, periódicos
y predicadores hablan del amor sin cesar. Amo a mi país,
amo a mi rey, me encanta ese libro, me
gusta aquella montaña, amo el placer, amo a mi esposa, amo
a Dios. ¿Es el amor una idea? Si lo es, puede ser
cultivada, alimentada, acariciada, dirigida y retorcida como les
plazca. Cuando dicen que aman a Dios, ¿qué es lo
que esto significa? Significa que aman una proyección de
su propia imaginación, una proyección de sí
mismos, revestida de ciertas formas de respetabilidad de acuerdo
con lo que piensan que es noble y sagrado. Cuando adoran a Dios,
se están adorando a sí mismos -y eso no es
amor.
Al no poder aclarar
esta cosa humana llamada amor, nos refugiamos en abstracciones.
El amor puede que sea la solución última y
definitiva de todas las dificultades del hombre, de
todos sus problemas y
afanes. ¿Cómo llegaremos pues a descubrir lo que es
el amor? ¿Con una simple definición? La iglesia lo ha
definido de una manera, la sociedad de
otra, y existen toda clase de
desviaciones y perversiones. Adorar a alguien, acostarse con
alguien, el intercambio emocional, el compañerismo…
¿es eso lo que entendemos por amor? Esto ha norma, el
patrón; pero ha resultado tan tremendamente personal, tan
sensual y limitado que las religiones han declarado que
el amor es mucho más que eso. Ven que en lo que ellos
llaman amor humano existe placer, competitividad, celos, deseos de poseer, de
retener, de controlar y de interferir en el modo de pensar del
otro. Y conociendo la complejidad de todo esto dicen que tiene
que haber otra clase de amor: divino, bello, intacto,
incorrupto.
En todo el mundo, los que la gente suele llamar hombres
santos han sostenido que mirar a una mujer es
absolutamente malo; dicen que uno no puede acercarse a Dios si se
recrea en el sexo; por esta
razón lo dejan de lado, aun cuando el sexo les devora.
Pero al negar la sexualidad se
sacan los ojos y se cortan la lengua, porque
niegan toda la belleza de la tierra. Han
dejado morir su corazón y
su mente; son seres humanos resecos; han desterrado la belleza,
porque la belleza va asociada con la
mujer.
¿Puede el amor dividirse en sagrado y profano,
humano y divino, o existe sólo amor? ¿Es el amor de
uno sólo o no de muchos? Si digo: "Te amo",
¿excluye esto el amor hacia otros? ¿Es el amor
personal o impersonal? ¿Moral o
inmoral? ¿Familiar o no-familiar? Si uno ama a la
humanidad, ¿puede amar lo particular? ¿Es el amor
un sentimiento? ¿Es una emoción? ¿Es el amor
placer y deseo? Todas estas preguntas indican -¿no es
cierto?- que tenemos ideas sobre el amor, ideas acerca de lo que
el amor debería ser o lo que no debería ser.
Dividir cualquier cosa en lo que debería ser y lo que es,
es el modo más engañoso de habérselas con la
vida.
Ahora bien, ¿cómo voy yo a descubrir lo
que esta llama a la cual llamamos amor? No de qué forma
expresarla a otro, sino qué significa en sí misma.
Primeramente descartaré lo que la iglesia, la sociedad,
mis padres y amigos, lo que todas las personas y libros han
dicho de ella, puesto que quiero averiguar por mí mismo lo
que ella es. He aquí un problema enorme que involucra a
toda la humanidad. Ha habido mil maneras de definirla y yo mismo
me hallo atrapado en un patrón o en otro, según lo
que me gusta y me place por el momento.
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