- El Coloso
de Rodas - Los
jardines colgantes de Babilonia - El
Mausoleo de Halicarnaso - El Faro de
Alejandría - La
estatua del Zeus Olímpico en Olimpia - Las
pirámides de Egipto - Bibliografía
El bibliotecario Calímaco De Cirene (305 ? 240 a. C.)
de la ciudad egipcia de Alejandría, escribió alguna
vez una obra titulada "Una colección de maravillas
terrestres a través del mundo" que, sin que él lo
hubiera previsto, inició la carrera de un mito que
trascendería a través de los siglos. Aunque no
llegó a nuestros días copia alguna del original, el
mundo supo de su existencia a través de referencias de
otros autores sobre esta obra.
Según se sabe, en el libro se
describían con lujo de detalles una serie de grandes
monumentos artísticos de la antigüedad a los que se
consideraba perfectos de toda perfección. Este hombre, no era
viajado, jamás había dejado su ciudad de
Alejandría y narraba sólo lo que había
aprendido leyendo los libros de la
fabulosa biblioteca de su
ciudad y lo que le contaban los viajeros.
Quizá han existido otros monumentos y construcciones
tan impresionantes como los que se incluyeron en la lista,
algunos son conocidos como la Gran Muralla China (221 a.
C.)y el Partenón de Atenas ( 432 a. C.), otros
quizá han caído en el olvido al perderse en la
niebla de los tiempos, pero la lista fue creada de forma
antojadiza, así se hizo famosa y con los monumentos y
edificios incluidos se inmortalizó. El primero que dio una
lista completa de las Siete Maravillas del Mundo tal cual las
conocemos en la actualidad fue el poeta griego Antipater, natural
de Sidón, unos cien años después de la muerte de
Calímaco.
En un breve poema de apenas unas ocho líneas, el poeta
se admira de las gigantescas obras del hombre. Cita en ese
entonces a las seis que él considera únicas y
maravillosas: los Jardines colgantes de Babilonia; la Estatua de
Zeus o Júpiter Olímpico en Olimpia; el Mausoleo de
Halicarnaso; la Pirámides de Egipto; el
Coloso de Rodas y el Templo de Diana en Éfeso. Más
adelante, en algún momento del siglo I a. C., alguien
retocó el listado y le agregó el Faro de
Alejandría, y de esta forma se completaron las siete
maravillas que se inmortalizaron y se conocen en la actualidad.
Posteriormente numerosos escritores, historiadores y
bibliotecarios intentaron sumarle otros fabulosos monumentos a la
lista, pero ésta consiguió mantenerse indemne en su
número de siete.
Tanto Calímaco como posteriormente Antípater habían usado la palabra
griega Theamata (cosa que debe ser vista) para
denominarlas, término que los copistas de la Edad Media
aparentemente transformaron en thaumata (maravilla), dando
origen sin quererlo a uno de los mitos
más persistentes de la historia. El artista
holandés Maerten van Heemskerck (1498-1574) fue
quién fijó la lista definitiva tal como la
conocemos hoy en día, al publicar una serie de dibujos
titulados Las siete
maravillas del Mundo Antiguo. Desde entonces la
celebridad de estas obras magníficas jamás
dejó de crecer hasta pasar a convertirse en leyenda.
A partir de esta fama que se difundió masivamente a lo
largo de todas las épocas, comenzó a surgir la
curiosidad, la inquietud por conocer detalles de las maravillas,
su ubicación geográfica, su estado actual
de conservación, su orígen… La lista definitiva
quedó conformada según el siguiente detalle:
- El Templo de Artemisa (Diana), en Éfeso.
- El Coloso de Rodas.
- Los jardines colgantes de Babilonia
- El sepulcro del Rey Mausolo en Halicarnaso
- El Faro de Alejandría
- La estatua del Zeus Olímpico en Olimpia.
- Las pirámides de Egipto.
Sólo una de estas excepcionales obras maravillosas se
encuentra en pie en nuestros días. Se trata de las
pirámides de Egipto y a
raíz de esta situación comienzan las especulaciones
sobre los motivos por los cuales esto ha sido posible, mientras
que ninguno de los otros seis monumentos ha permanecido a
través del tiempo, pero
también se refuerza la necesidad de conocer las razones
por las cuales las otras han desaparecido.
A los fines de conocer elementos de la construcción, estilo, historia y destino de estas
maravillas, analizaremos detalladamente a cada una de las que
figuran en la lista.
El Templo de Artemisa
(Diana) en Éfeso.
En la época en la cual nace esta lista, se
consideró al templo de Artemisa como la más
importante de todas las construcciones. El geógrafo
Pausanas se inclinó por esta postura manifestando incluso
que se trataba de la obra que superaba a todas las otras.
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