Psicoanálisis para
legos
- Carta introductoria a un lector
imaginario - Acerca de la falta de amor como
condición para relatar una historia de
amor - Del mito de Aristófanes a
la media naranja - Amar sin mirar a
quien - Aportes freudianos a la
psicología del amor - Amor y deseo (juntos o
separados - Amor cristiano ¿Amor
humano? - Palabras
finales - Citas
bibliográficas - Bibliografía
general
CARTA
INTRODUCTORIA A UN LECTOR IMAGINARIO
"…Pero las teorías no
caen del cielo, y con mayor justificación
deberán ustedes desconfiar si
alguien les ofrece ya desde el comienzo
de sus observaciones una teoría
redonda y sin lagunas. Es que esta última
sólo podría ser hija de
la especulación y no el fruto de una exploración
de
los hechos sin supuestos
previos."1
SIGMUND
FREUD.
Amigo lector:
Paso a relatarte los motivos que me llevaron a escribir para
ti este trabajo. Quiero que te tomes tu tiempo, que te sientes
tranquilo a leerlo y reflexiones sinceramente si no es verdad
aquello que aquí se te dice. Te aseguro que te concierne.
No sonrías incrédulo, más bien trata de
acercarte libre de prejuicios, créeme te
gustará.
Puse todo mi esfuerzo en expresarme coloquialmente, en llegar
no solo a ti, lector incondicional, sino también a todos
aquellos variados posibles lectores acostumbrados a otro tipo de
escritos. Pretendo conformar con este trabajo a mis colegas
psicólogos y analistas así como también al
publico en general, ávido de leer aquello que le
interesa.
No olvido que mi marco es psicoanalítico, y que
además de mi deseo de que me entiendas y que te guste,
necesito presentar este trabajo a fin de aprobar el tercer
año de concurrencia en el hospital. Me comprometo a tomar
el tema con todo el rigor científico que se merece,
así como también a trasmitirlo de una manera amena
y agradable.
¿Por qué el amor? ¿Por qué otras
yerbas? No quisiera adelantarme demasiado, pero dado que esta
carta sirve de introducción al trabajo, déjame
decirte que pretendo diferenciar el verdadero amor, de otras
clases de híbridos que circulan bajo ese nombre. No temo
equivocarme, pues estoy seguro de que equivocaré el
camino. Errar es humano, amar también lo es…
Así están las cosas, Te invito a navegar conmigo
por los misteriosos recovecos que el amor encierra. No te enojes
si por momentos no acuerdas con lo que te digo, te pido
paciencia, mas bien continúa leyendo y juzga este escrito
como a un todo que pretende alcanzar aunque más no sea,
una verdad parcial…
MARZO DE 2005
ACERCA DE
LA FALTA DE AMOR COMO CONDICION PARA RELATAR UNA HISTORIA DE
AMOR
"Cada casa es un mundo", repite siempre mi madre. Siempre
quedé maravillado frente a tal verdad. Cada persona
esconde tras de sí un mundo a descubrir, con su historia,
sus costumbres, su modo particular de ver las cosas… Hay
personas que, vaya a saber por qué, comparten con nosotros
similitudes extraordinarias en la forma de ver el mundo, otras,
parecen venir de lejanos planetas aunque hayan estado siempre a
la vuelta de la esquina.
Lo cierto es que en el inconmensurable circo de la vida, los
poetas siempre acordaron que es el amor el encargado de unir los
mundos. Afirman que el amor es capaz de unir con su fuerza a dos
personas en una. El amor como aquello que colma de
satisfacción y felicidad a quien lo posee. Fuente de dicha
y aspiración. Alcanzar el objeto amado ha sido siempre el
final feliz de toda novela romántica.
En la historia de la humanidad, el amor ha inspirado a
innumerables poetas. Han escrito versos en su nombre, cuentos,
historias, canciones. Ellas, si uno presta atención,
relatan de alguna manera las peripecias por las que han de pasar
los amantes al querer unirse a sus amadas. Por otro lado,
están los poemas que claman por un amor perdido. Lo
prototípico de estas historias es que el amor no
esté presente al momento de relatarlas, o está al
principio para luego perderse. O bien está al final, luego
de superar quien sabe cuantos obstáculos. "vivieron
felices y comieron perdices…"2
Que el amor no esté presente como algo consumado en una
historia de amor no es un dato sin importancia. Parecería
que cuando el amor se realiza ya no hay nada que se pueda
relatar. ¿Será que realmente no hay nada más
dichoso para un amante que unirse a su objeto amado?.
¿Será que la dicha es tal que ya no importa nada
más?.
Resulta paradójico que para que una historia de amor,
sea eso, una historia de amor. Lo necesario es que haya una
falta… falta cuyo final feliz consiste en
completarla…
La falta de amor se vive por regla general como un profundo
vacío en lo más recóndito del alma. "si no
tengo amor, nada soy" afirma una famosa oración cristiana.
Un vacio existencial que las almas románticas
sueñan colmar con un objeto amado en particular… Un
ser especial capaz de terminar con su sola presencia noches
enteras de angustia y soledad.
DEL MITO DE
ARISTOFANES A LA MEDIA NARANJA
La idea de que el amor consiste en la búsqueda de la
otra mitad no es nueva. Échenle mano sino al Banquete de
Platón (dialogo integro dedicado a la alabanza de Eros,
Dios griego del amor) Allí encontrarán el mito del
andrógino que les relata Aristófanes. Lo que
allí se dice es que en un principio habitaba la tierra un
ser esférico completo que reunía en sí ambos
sexos, que cierto día Zeus decide la división de
estos seres en dos mitades para evitar así que le
disputaran el poder de los cielos.
Al parecer, el castigo no fue efectivo por que la mitades
tendían a reunirse por el influjo de una poderosa fuerza
que los atraía hacia su primitivo estado.
"…cuando uno de ellos se encuentra con aquella otra
mitad de sí mismo (…), queda aquel fascinado y
cautivo de amor, afinidad e intimidad, y ya no desean separarse
uno de otro ni siquiera por un momento. Y estos son los que pasan
el resto de sus días en mutua compañía, y
sin preocuparse por explicar qué es lo que cada uno desea
del otro…"3
La unión de dos seres en uno, Dirá
Platón, era la expresión de un viejo deseo.
"Y la razón de ello reside en que la naturaleza
humana era originariamente una y el hombre era un ser completo e
íntegro; y el deseo que persigue aquella integridad es
llamado precisamente amor…"4
¿Qué es lo que cada uno desea del otro? He
aquí una clave que si pudiéramos explicarla
quizás estaríamos en condiciones de entender un
poco mejor de qué se trata esto del amor… Por el
momento, digamos que la media naranja, el alma gemela, el amor
verdadero es algo a buscar. Y reforzamos la idea, una vez
encontrado, la historia se acaba. Llega irremediablemente el fin
de la novela.
No son pocas las historias de amor que unen amor y muerte en
el final. Cuanto más trágicas más
famosas.
Si no piensen en la celebre historia de Romeo y Julieta de
Shakespeare. Un amor obstaculizado hasta lo imposible que culmina
en una unión mortal que los eternizará.
Otra de las características del amor, bien
podría definirse en una sola frase. "El amor es ciego"
(Mamá, voy a tener que ponerte entre mis citas
bibliográficas). Y es que mal que les pese a muchos, los
poetas que dicen amar y escribir para sus amadas, no parecen
saber siquiera el motivo por el cual aman.
No pocas veces sus versos, aunque innegablemente hermosos, nos
traen a luz esta característica incomprensible del amor.
Presten atención sino a esta canción
contemporánea de un joven llamado Axel Fernando.
Amo amo lo que veo y lo que ocultas amo tus preguntas, te amo en lo simple amo tus recuerdos, te amo en el beso y te amo por amor sin te amo con orgullo | amo lo que seas y lo que puedas amo lo que afirmas, te amo en lo que amo tu te amo en tu cielo y te amo por amor sin te amo con orgullo Axel Fernando |
Bonita canción ¿no es cierto?.
Ahora bien, detengámonos en lo que dice. Parecería
que el propósito de la canción no es otro que
explicar a la amada qué es lo que ama en ella. La ama TODA
podríamos decir. La ama por lo que es, o imagina que
es.
La ama por lo que dice, y por lo que no dice. Por lo que
recuerda y lo que olvida… Por el beso y la distancia
(¿da lo mismo no besarla?). La ama, y confiesa que si
pudiera no amarla, la amaría de todas formas. No parece
haber elección.
Al final, luego de algunas frases que nos dejan la
impresión de que le da lo mismo al autor de esta
canción que el objeto amado sea como sea, concluye con una
frase que nos da una pista del tipo de amor del cual se trata.
"Te amo por amor a dar lo mío, te amo con orgullo de
quererte porque para amarte yo he nacido"
Qué triste sería para la amada, ansiosa de
que le digan qué es lo que aman de ella, descubrir que la
aman por amor a dar lo propio. Que no hay nada en ella lo
suficientemente valioso para atraer el amor del joven, pues el
muchacho ama solo por amor a dar lo propio. ¿La
amará realmente Axel? ¿O será que no busca
otra cosa que ser amado el mismo? ¿Acaso ser amado y amar
resultan incompatibles?
Veamos mejor otro caso, donde el joven amante sabe
expresar muy bien qué es lo que ama de su
amada:
"…Yo, sin embargo, antes de irme, tuve buen
cuidado en pasar revista de arriba abajo a toda su persona. Pero
¿para qué mencionar otros detalles, si nunca me he
fijado mas que en la cabeza y el pelo? Es lo primero que
contemplo en la calle y lo que me deleita posteriormente en casa
(…) ¿Qué hay comparable al delicioso
colorido de una cabellera? (…) Mi querida Fotis no
había estudiado su peinado; y no obstante, su pelo
desordenado era un encanto más. Pues su nutrida cabellera,
suavemente echada hacia atrás y atada con un lazo sobre la
coronilla, caía luego a lo largo de la nuca hasta cubrirle
el cuello y terminar gradualmente en graciosos bucles que le
rozaban el borde de la túnica.
Ya no pude aguantar más el suplicio de tan
encendida complacencia; me incliné sobre ella, y en el
punto preciso en que el pelo sube a enlazarse sobre la coronilla,
le apliqué el mas dulce de los
besos…"5
El amor que Lucio profesa por Fotis, a diferencia de
Axel, parece tener bien en claro aquello que se lo
despierta.
Amor y deseo coinciden para Lucio en la amada de nutrida
cabellera. El amor por Fotis así como el deseo que ella
despierta, no es sin esa cabellera que enciende su complacencia.
No dice Lucio: Te amo con el pelo corto o largo por que para
amarte yo nací. Nada de eso. Lo que dice es te amo por tu
hermosa cabellera con la cual causas el deseo en mi.
Dos posiciones diferentes bien marcadas. Ambos aman. Uno
por amor a dar lo suyo. El otro por amor a lo que la amada posee
(en este caso la nutrida cabellera).
Ya comienzo a imaginar caras de extrañeza en
algunos lectores… ¿Qué clase de amor es ese
que se ama por la cabellera? – Se preguntaran.
Muy bien, voy a adelantarles la idea: Hay algo del
objeto amado… ¿Cómo decirlo?, algo
particularmente valioso que despierta el amor. Algo tan
maravilloso que hasta podría encontrarse en otros
objetos… Algo que si se lo analiza mejor está en
íntima conexión con un objeto anterior, ya
perdido…
La nutrida cabellera para Lucio es algo que no solo
puede encontrarse en Fotis, bien sabía fijarse en la calle
y deleitarse vaya a saber con cuantas otras cabelleras.
¿Qué si la ama a Fotis? No tengan
dudas…
Eso sí, Fotis es un objeto amado totalmente
reemplazable. Yo cuidaría mi cabellera si fuera ella, no
vaya a ser cosa que el pícaro de Lucio crea encontrar su
media naranja en algún otro peinado.
APORTES FREUDIANOS A LA PSICOLOGÍA DEL
AMOR
Estoy convencido de que la gran mayoría de mis
colegas han estudiado o al menos escuchado hablar alguna vez de
la condición fetiche en la elección del objeto de
amor. Sin embargo, dado que no es tema de público
conocimiento, me veo en la obligación de relatar
brevemente de qué estamos hablando.
El Fetichismo, es considerado una perversión
sexual. ¿Por qué? Por que el fetichista toma como
objeto de amor (sexual) un objeto sustituto de lo que
sería un objeto sexual normal. El sustituto del objeto
sexual es, en general, una parte del cuerpo muy poco apropiada a
un fin sexual (el pie, los cabellos), o un objeto inanimado
cercano a la persona o que mantiene una conexión
preferiblemente sexual con ésta (prenda de vestir, ropa
interior). El fetichista entonces alcanza la satisfacción
pura y exclusivamente con el objeto sustituto llamado fetiche. No
desea otra cosa que tal objeto.
Cuando nos referimos a la condición fetiche en la
elección de objeto de amor, no estamos hablando de la
perversión. Sino de cierta presencia de un rasgo fetiche
en el objeto amado. Que la amada tenga los cabellos de
determinada manera, o el color de piel, o las formas de su
silueta quizás.
También se habla de la condición fetiche
en el objeto para despertar el deseo sexual. De ello resulta
paradigmático la elección fetichista (generalmente
masculina) de que su partenaire utilice determinadas prendas
intimas para provocar los más ardientes deseos.
No quisiera afirmar del todo que el amor depende de un
rasgo fetiche del objeto amado que despierta el deseo.
Mas bien diría que resulta necesario cierto
brillo fálico en el objeto para despertar el amor, y que
el amor sanamente entendido no debería ser sin el
deseo.
Freud sostenía que el Primer objeto de amor es la
madre, de este modo, todo hallazgo posterior del objeto no es
otra cosa que un intento de reencontrar el objeto primario de
amor perdido. Así, la elección por el objeto amado
actual no ha sido de otra forma que siguiendo el arquetipo
materno (Madre nutricia en el mejor de los casos para el
varón) o el arquetipo paterno (Padre Protector para
mujeres que aman según este modelo). A este tipo de
elección de objeto de amor, Freud la llama
"Apuntalamiento".
De mas está decir que es necesario perder el
objeto de amor primario para hallar posteriormente otro. Perder
lo que nunca "se encontró" realmente, pues, si lo pensamos
bien, El amor Madre – hijo no llega a concretarse
jamás en un encuentro efectivo. Digamos que lo sexual en
el niño es todavía muy prematuro para hacer frente
a una tal exigencia de amor… Digamos que el amor
allí jugado, Prohibición de incesto mediante, queda
ligado a la ternura. Lo sexual, solo podrá ponerse en
juego mas tarde con un objeto otro, diferente a la madre (o
parecido si lo prefieren).
Desde este punto de vista, no habría un objeto de
amor a medida, un objeto que vendría a colmar el
vacío del alma. No habría una media naranja que nos
complete. El objeto que buscamos, lo buscamos siguiendo un modelo
determinado por nuestras propias vivencias infantiles. De esta
forma explica Freud la falta de permanencia en la elección
de objeto en la vida amorosa de los seres humanos.
No hay armonía entre amante y amado. No hay un
encuentro real con el objeto. Lo que hay son objetos que evocan
en algo al primer objeto pero con los cuales no puede alcanzarse
la satisfacción plena.
Hay otro modelo de elección de objeto de amor que
señala Freud diverso al del apuntalamiento (según
la madre) que es referente a las personas que eligen según
el modelo de su propia persona. A este tipo de elección de
objeto Freud lo llamó narcisista. "Todo ser humano
tiene abiertos frente a sí ambos caminos para la
elección de objeto, pudiendo preferir uno o el otro.
Decimos que tiene dos objetos sexuales originarios: él
mismo y la mujer que lo
crió…"6
Resulta interesante comentar aquí la
comparación que hace Freud entre el hombre y la mujer al
respecto. Lo que nos dice, es que el pleno amor de objeto
según el tipo del apuntalamiento es característico
del hombre. El enamoramiento típico del varón que
consiste en ver una exagerada perfección del objeto amado,
esto se acompaña con un sentimiento de empobrecimiento del
valor del propio yo. (Ojo, Freud aclara todo el tiempo que ambos
sexos pueden adoptar cualquiera de los dos tipos).
Para la mujer, especialmente cuando ella es
particularmente hermosa, el tipo de elección que prima es
el narcisita. Tales mujeres, dice Freud, solo se aman en rigor a
sí mismas, con intensidad pareja al hombre que las
ama.
Su necesidad no se sacia amando, sino siendo amadas. Lo
que buscan en un hombre es justamente eso. Que las
amen…
Teoría interesante que explicaría muy bien
por qué ciertas mujeres de inconfundible belleza terminan
eligiendo un hombre, a criterio de muchos, poco agraciado.
¿Qué le vio semejante mina a un tipo así?
Nos preguntamos con frecuencia. Quizás la fealdad le
sirvió al hombre para poner todo su amor en un objeto
bello. Y la mujer bella no buscaba otra cosa que alguien que la
ame por su belleza….
Todo un misterio el amor… Igualmente, yo me
fijaría si el feo en cuestión no posee una cuenta
bancaria abultada antes de hacer conjeturas Freudianas. No vaya a
ser cosa que la bella mujer elija también
apuntalándose a un valor económico y nosotros
ingenuos la creíamos narcisista…
Lo que quiero transmitir respecto del amor, es que hay
algo valioso que posee el objeto amado de lo cual el amante
carece. Hay algo que a uno le falta, algo que suponemos tiene el
otro. Algo que no sabemos del todo que es, no sabemos lo que nos
falta. A diferencia del Fetiche, no resulta tan fácil
precisarlo. Es algo que en el otro despierta nuestro amor,
nuestro deseo. Es algo que el otro tampoco sabe bien que es, no
sabe por qué es amado, cual es el valor que
posee…
Muchas veces, ponemos un nombre a ese algo que causa
nuestro deseo. La nutrida cabellera de la que hablaba Lucio. Sin
embargo, no es mas que un nombre que alude al objeto. No hay un
único nombre sino varios. Ningún nombre alcanza
para significarlo… Es algo que siempre escapa y
quizás por eso mantenga vivo al deseo.
Que tiene el otro? Podríamos decir belleza,
bondad, dinero, paz… Podríamos ver en el otro algo
más particular: Su sonrisa, sus hermosos ojos, su nutrida
cabellera, su forma de caminar… Cada quien pone las
palabras que puede. Otros directamente dicen: Tiene ese no se
qué, que me vuelve loco…
AMOR Y DESEO (JUNTOS O SEPARADOS)
Hace un rato dije que el amor sanamente entendido no era
sin el deseo. Con esto, me estaba refiriendo obviamente a la vida
amorosa entre los sexos.
Sin embargo, a la hora de amar, no siempre amor y deseo
se unen en un mismo objeto. Las más de las veces, para
cierto tipo de personas, toman caminos diversos. Sucede
así que algunos hombres aman a una mujer ("la santa madre
de mis hijos" pero desean a otras ("Las atorrantas" o "Las
putas")
Freud desarrolló ampliamente el tema, explicando
claramente por qué amor y deseo se encuentran fusionados
entre sí en contados casos. Lo que afirma Freud es que el
hombre se siente limitado en su quehacer sexual por el respeto a
la mujer, y sólo desarrolla su potencia plena cuando
está frente a un objeto sexual degradado. De ahí la
necesidad de degradar a la mujer para acceder a la
satisfacción con ella.
"Las mujeres son todas putas" decía un amigo mas
de una vez. Si se le preguntaba sobre esta afirmación
decía "Todas no, el 98%". Habría que ver si en ese
2 % restante no entraba su madre, su hermana y alguna otra
elegida.
La satisfacción plena para Freud, entonces, se
alcanza con un objeto sexual degradado. Solo así Amor y
deseo podrían ir de la mano.
Para la mujer en cambio, dirá Freud la
condición del deseo quedará ligada a lo prohibido.
En cuanto un amorío se le vuelve permitido, el deseo
decae. Solo la infidelidad al primer amor, permite que la mujer
guarde al amante una fidelidad de segundo orden.
Lo que dice Freud, es que el marido nunca es mas que un
varón sustituto, no es el genuino. Es el padre, en el
mejor de los casos, quien posee el título de primer amor.
El marido en todo caso es el segundo. De esta manera explica
Freud por que la mujer tiende a ser más fiel que el
varón.
Que lo prohibido enciende el deseo, es algo que no solo
debe pensarse en relación a lo femenino sino mas bien como
regla general del deseo. La prohibición aviva la llama de
la pasión.
La separación entre el objeto de amor y el objeto
de deseo. No hace otra cosa que preservar al deseo en otro lado.
El peligro de unirlos en un mismo objeto, radica en la
posibilidad de extinguir el deseo y con él al amor…
(en el supuesto caso de que creamos que el encuentro efectivo del
objeto es posible)
Si solo se puede desear lo que no se tiene, pues lo que
se posee ya no se desea. Y el amor queda unido al deseo. Solo se
ama lo que no se tiene. En la medida que se encuentra un objeto
de amor, el amor se pierde. Separarlos es una interesante forma
de conservar el objeto de amor.
Siempre me resultó interesante el concepto de
amor que nos trasmite la religión. Se trata de un amor
puro, totalmente separado del deseo en su concepción
más ideal. No es casual que el deseo sea tratado como
aquello que lleva al pecado. El deseo como algo a erradicar,
mientras más lejos mejor (en este punto hallamos cierta
similitud con el budismo).
El camino para acercarse al amor de Dios, parece que no
es sin la renuncia al deseo. El Ascetismo de monjes, sacerdotes,
no busca otra cosa que acercarlos a un amor más
perfecto… Sublime.
Uno de los pasajes bíblicos donde mejor se define
al amor cristiano, es quizá el de Pablo, cuando le habla a
los cristianos de Corintios:
" Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y
no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena. O
címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los
misterios y toda la ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal
manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada
soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a
los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo
amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene
envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece,
No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor,
No se goza de la injusticia, más se goza de la
verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta…"7
Para el cristianismo el amor es uno de los pilares
fundamentales de la religión (sino el mas importante).
"Amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al
prójimo como a sí mismo" Son los mandamientos
que nos legó Jesús. Dios es amor, dicen
algunos.
No soy quien para juzgar el amor cristiano, pero me
atrevería a afirmar que el amor humano no es sin el deseo.
Quien pretenda sostener este tipo de amor, tendrá que
hacer algo con su deseo, no vaya a ser cosa que el intento de
sofocar al deseo retorne como aberración
sexual…
Existe toda una línea teológica que viene
de Santo Tomas de Aquino, en la cual se incluye al deseo en el
amor, pero como deseo de bien. "…El amor que despierta
la atracción del bien. El amor causa el deseo del bien
ausente y la esperanza de obtenerlo. Este movimiento culmina en
le placer y el gozo del bien poseído…(…)
Amar es desear el bien a alguién. Las demás
afecciones tienen su fuerza en este movimiento original del
corazón del hombre hacia el bien. Sólo el bien es
amado…"8
Amigo Lector:
Hemos llegado al final del recorrido, lejos de creer
haber agotado el tema. Mas bien hemos abierto un sin
número de posibles caminos que nos llevarían a
enriquecer seguramente nuestra curiosidad en temas del
amor.
Lamento haberlos llevado por senderos sinuosos,
sé que he sido un tanto caótico en la forma de
presentar los conceptos, pero les aseguro que no conocía
el camino, y habiendo llegado al final tengo que confesar que
continúo sin conocerlo… (todavía falta
mucho por recorrer)
¿Hablamos del amor? Yo creo que sí,
¿hablamos de otras Yerbas? Mmm, no lo sé, lo dejo
a criterio de cada quien. ¿Distinguimos Amor verdadero
de otras clases de híbridos?. Vaya promesa, a veces uno
se va de manos cuando escribe una
introducción.
Por eso siempre se recomienda escribir la
introducción cuando el trabajo está terminado. Ya
está… Igualmente les había anticipado que
de diferenciarlos habría errado el camino.
El final de un escrito no está marcado por el
agotamiento del tema, sino por el agotamiento del
escritor.
El punto final unas veces es caprichoso, otras cierra
una idea, sin embargo, siempre se puede escribir un poco
más. Hoy quisiera poner ese valioso punto, solo
después de anunciar que algún día,
retomaré este escrito… Algún día
les diré algunas cosas más.
Abril de 2005
- Freud, S. Obras Completas. Tomo XI Cinco
conferencias sobre psicoanalisis. (1910). Pag. 87. Ed.
Amorrortu. - Cuentos de hadas. Fórmula conocida que anuncia
el final del cuento. - PLATON. El banquete. Discurso de Aristófanes.
Pag 74. Ed. Cuadrata - Idem. Pag. 74.
- Apuleyo, Lucio. El Asno de Oro. Ed. Gredos pag.
32-34 - Freud. S. Obras Completas. Introducción del
narcisismo. 1914. Pag. 84. Ed. Amorrortu. - Corintios 13. La preeminencia del amor. Santa Biblia.
Versión Reina- Valera Revisada - Catecismo de la Iglesia Católica. Las
pasiones. Pag 408-409. Ed. Lumen
- Apuleyo, Lucio. El Asno de Oro. Ed.
Gredos - Axel, Fernando. Amo
- Catecismo de la Iglesia Católica. Ed.
Lumen - Cuentos de hadas, historias de amor que guardo en
la memoria - Frases populares. Citas de frases que me
trasmitió mi madre. - Freud. S. Obras Completas. Tres ensayos para una
teoría sexual. Tomo VII (1905). Ed.
Amorrortu. - Freud. S. Obras Completas. Fetichismo. Tomo XXI
(1927). Ed. Amorrortu. - Freud, S. Obras Completas. Tomo XI Cinco
conferencias sobre psicoanalisis. (1910). Pag. 87. Ed.
Amorrortu. - Freud. S. Obras Completas. Introducción del
narcisismo. 1914. Pag. 84. Ed. Amorrortu. - Freud. S. Obras Completas. Sobre un tipo particular
de elección de objeto en el hombre. Contribuciones a
la psicología del amor I . Tomo XI (1910). Ed.
Amorrortu. - Freud. S. Obras Completas. Sobre la más
generalizada degradación de la vida amorosa.
Contribuciones a la psicología del amor II . Tomo XI
(1912). Ed. Amorrortu. - Freud. S. Obras Completas. El tabú de la
Virginidad. Contribuciones a la psicología del amor
III . Tomo XI (1918). Ed. Amorrortu. - Lacan, J. Seminario 8. La
transferencia. - PLATON. El banquete. Ed. Cuadrata
- Santa Biblia. Versión Reina- Valera
Rev
"Lo invitamos a continuar leyendo la segunda parte de este
trabajo
Leonardo Cosentino
Licenciado en Psicología