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Del Amor y Otras Yerbas



    Psicoanálisis para
    legos

    1. Carta introductoria a un lector
      imaginario
    2. Acerca de la falta de amor como
      condición para relatar una historia de
      amor
    3. Del mito de Aristófanes a
      la media naranja
    4. Amar sin mirar a
      quien
    5. Aportes freudianos a la
      psicología del amor
    6. Amor y deseo (juntos o
      separados
    7. Amor cristiano ¿Amor
      humano?
    8. Palabras
      finales
    9. Citas
      bibliográficas
    10. Bibliografía
      general

    CARTA
    INTRODUCTORIA A UN LECTOR IMAGINARIO

    "…Pero las teorías no
    caen del cielo, y con mayor justificación

    deberán ustedes desconfiar si
    alguien les ofrece ya desde el comienzo

    de sus observaciones una teoría
    redonda y sin lagunas. Es que esta última

    sólo podría ser hija de
    la especulación y no el fruto de una exploración
    de

    los hechos sin supuestos
    previos."1

    SIGMUND
    FREUD.

    Amigo lector:

    Paso a relatarte los motivos que me llevaron a escribir para
    ti este trabajo. Quiero que te tomes tu tiempo, que te sientes
    tranquilo a leerlo y reflexiones sinceramente si no es verdad
    aquello que aquí se te dice. Te aseguro que te concierne.
    No sonrías incrédulo, más bien trata de
    acercarte libre de prejuicios, créeme te
    gustará.

    Puse todo mi esfuerzo en expresarme coloquialmente, en llegar
    no solo a ti, lector incondicional, sino también a todos
    aquellos variados posibles lectores acostumbrados a otro tipo de
    escritos. Pretendo conformar con este trabajo a mis colegas
    psicólogos y analistas así como también al
    publico en general, ávido de leer aquello que le
    interesa.

    No olvido que mi marco es psicoanalítico, y que
    además de mi deseo de que me entiendas y que te guste,
    necesito presentar este trabajo a fin de aprobar el tercer
    año de concurrencia en el hospital. Me comprometo a tomar
    el tema con todo el rigor científico que se merece,
    así como también a trasmitirlo de una manera amena
    y agradable.

    ¿Por qué el amor? ¿Por qué otras
    yerbas? No quisiera adelantarme demasiado, pero dado que esta
    carta sirve de introducción al trabajo, déjame
    decirte que pretendo diferenciar el verdadero amor, de otras
    clases de híbridos que circulan bajo ese nombre. No temo
    equivocarme, pues estoy seguro de que equivocaré el
    camino. Errar es humano, amar también lo es…

    Así están las cosas, Te invito a navegar conmigo
    por los misteriosos recovecos que el amor encierra. No te enojes
    si por momentos no acuerdas con lo que te digo, te pido
    paciencia, mas bien continúa leyendo y juzga este escrito
    como a un todo que pretende alcanzar aunque más no sea,
    una verdad parcial…

    MARZO DE 2005

    ACERCA DE
    LA FALTA DE AMOR COMO CONDICION PARA RELATAR UNA HISTORIA DE
    AMOR

    "Cada casa es un mundo", repite siempre mi madre. Siempre
    quedé maravillado frente a tal verdad. Cada persona
    esconde tras de sí un mundo a descubrir, con su historia,
    sus costumbres, su modo particular de ver las cosas… Hay
    personas que, vaya a saber por qué, comparten con nosotros
    similitudes extraordinarias en la forma de ver el mundo, otras,
    parecen venir de lejanos planetas aunque hayan estado siempre a
    la vuelta de la esquina.

    Lo cierto es que en el inconmensurable circo de la vida, los
    poetas siempre acordaron que es el amor el encargado de unir los
    mundos. Afirman que el amor es capaz de unir con su fuerza a dos
    personas en una. El amor como aquello que colma de
    satisfacción y felicidad a quien lo posee. Fuente de dicha
    y aspiración. Alcanzar el objeto amado ha sido siempre el
    final feliz de toda novela romántica.

    En la historia de la humanidad, el amor ha inspirado a
    innumerables poetas. Han escrito versos en su nombre, cuentos,
    historias, canciones. Ellas, si uno presta atención,
    relatan de alguna manera las peripecias por las que han de pasar
    los amantes al querer unirse a sus amadas. Por otro lado,
    están los poemas que claman por un amor perdido. Lo
    prototípico de estas historias es que el amor no
    esté presente al momento de relatarlas, o está al
    principio para luego perderse. O bien está al final, luego
    de superar quien sabe cuantos obstáculos. "vivieron
    felices y comieron perdices…"2

    Que el amor no esté presente como algo consumado en una
    historia de amor no es un dato sin importancia. Parecería
    que cuando el amor se realiza ya no hay nada que se pueda
    relatar. ¿Será que realmente no hay nada más
    dichoso para un amante que unirse a su objeto amado?.
    ¿Será que la dicha es tal que ya no importa nada
    más?.

    Resulta paradójico que para que una historia de amor,
    sea eso, una historia de amor. Lo necesario es que haya una
    falta… falta cuyo final feliz consiste en
    completarla…

    La falta de amor se vive por regla general como un profundo
    vacío en lo más recóndito del alma. "si no
    tengo amor, nada soy" afirma una famosa oración cristiana.
    Un vacio existencial que las almas románticas
    sueñan colmar con un objeto amado en particular… Un
    ser especial capaz de terminar con su sola presencia noches
    enteras de angustia y soledad.

    DEL MITO DE
    ARISTOFANES A LA MEDIA NARANJA

    La idea de que el amor consiste en la búsqueda de la
    otra mitad no es nueva. Échenle mano sino al Banquete de
    Platón (dialogo integro dedicado a la alabanza de Eros,
    Dios griego del amor) Allí encontrarán el mito del
    andrógino que les relata Aristófanes. Lo que
    allí se dice es que en un principio habitaba la tierra un
    ser esférico completo que reunía en sí ambos
    sexos, que cierto día Zeus decide la división de
    estos seres en dos mitades para evitar así que le
    disputaran el poder de los cielos.

    Al parecer, el castigo no fue efectivo por que la mitades
    tendían a reunirse por el influjo de una poderosa fuerza
    que los atraía hacia su primitivo estado.
    "…cuando uno de ellos se encuentra con aquella otra
    mitad de sí mismo (…), queda aquel fascinado y
    cautivo de amor, afinidad e intimidad, y ya no desean separarse
    uno de otro ni siquiera por un momento. Y estos son los que pasan
    el resto de sus días en mutua compañía, y
    sin preocuparse por explicar qué es lo que cada uno desea
    del otro…"3

    La unión de dos seres en uno, Dirá
    Platón, era la expresión de un viejo deseo.

    "Y la razón de ello reside en que la naturaleza
    humana era originariamente una y el hombre era un ser completo e
    íntegro; y el deseo que persigue aquella integridad es
    llamado precisamente amor…"4

    ¿Qué es lo que cada uno desea del otro? He
    aquí una clave que si pudiéramos explicarla
    quizás estaríamos en condiciones de entender un
    poco mejor de qué se trata esto del amor… Por el
    momento, digamos que la media naranja, el alma gemela, el amor
    verdadero es algo a buscar. Y reforzamos la idea, una vez
    encontrado, la historia se acaba. Llega irremediablemente el fin
    de la novela.

    No son pocas las historias de amor que unen amor y muerte en
    el final. Cuanto más trágicas más
    famosas.

    Si no piensen en la celebre historia de Romeo y Julieta de
    Shakespeare. Un amor obstaculizado hasta lo imposible que culmina
    en una unión mortal que los eternizará.

    AMAR SIN MIRAR
    A QUIEN

    Otra de las características del amor, bien
    podría definirse en una sola frase. "El amor es ciego"
    (Mamá, voy a tener que ponerte entre mis citas
    bibliográficas). Y es que mal que les pese a muchos, los
    poetas que dicen amar y escribir para sus amadas, no parecen
    saber siquiera el motivo por el cual aman.

    No pocas veces sus versos, aunque innegablemente hermosos, nos
    traen a luz esta característica incomprensible del amor.
    Presten atención sino a esta canción
    contemporánea de un joven llamado Axel Fernando.

    Amo

    amo lo que veo y lo que ocultas
    amo lo que muestras o
    insinúas
    amo lo que eres o imagino
    te amo en lo ajeno y lo que es
    mío
    amo lo que entregas, lo que escondes

    amo tus preguntas,
    tus respuestas
    yo amo tus dudas y certezas

    te amo en lo simple
    y lo compleja
    y amo lo que dices, lo que callas

    amo tus recuerdos,
    tus olvidos
    amo tus olores, tus fragancias

    te amo en el beso y
    la distancia
    y amo lo que amas, yo te amo

    te amo por amor sin
    doble filo
    te
    amo y si pudiera no amarte, se que te amaría aun lo
    mismo
    y amo
    lo que amas, yo te amo
    te amo por amor a dar lo mío

    te amo con orgullo
    de quererte porque para amarte yo he nacido

    amo lo que seas y lo que puedas

    amo lo que afirmas,
    lo que niegas
    amo lo que dices, lo que piensas

    te amo en lo que
    mides y lo que pesas
    y amo lo que atrapas, lo que dejas

    amo tu
    alegría y tus tristezas
    te amo en la carne y en el
    alma
    te amo
    en tus crisis y en tus calmas
    amo lo que pides y
    regalas
    amo
    tus caricias, tus ofensas
    amo tus instantes y lo eterno

    te amo en tu cielo y
    en tu infierno
    y amo lo que amas yo te amo

    te amo por amor sin
    doble filo
    te
    amo y si pudiera no amarte se que te amaría aun lo
    mismo
    y amo
    lo que amas yo te amo
    te amo por amor a dar lo mío

    te amo con orgullo
    de quererte porque para amarte yo he nacido

    Axel Fernando

      Bonita canción ¿no es cierto?.
    Ahora bien, detengámonos en lo que dice. Parecería
    que el propósito de la canción no es otro que
    explicar a la amada qué es lo que ama en ella. La ama TODA
    podríamos decir. La ama por lo que es, o imagina que
    es.

    La ama por lo que dice, y por lo que no dice. Por lo que
    recuerda y lo que olvida… Por el beso y la distancia
    (¿da lo mismo no besarla?). La ama, y confiesa que si
    pudiera no amarla, la amaría de todas formas. No parece
    haber elección.

    Al final, luego de algunas frases que nos dejan la
    impresión de que le da lo mismo al autor de esta
    canción que el objeto amado sea como sea, concluye con una
    frase que nos da una pista del tipo de amor del cual se trata.
    "Te amo por amor a dar lo mío, te amo con orgullo de
    quererte porque para amarte yo he nacido"

    Qué triste sería para la amada, ansiosa de
    que le digan qué es lo que aman de ella, descubrir que la
    aman por amor a dar lo propio. Que no hay nada en ella lo
    suficientemente valioso para atraer el amor del joven, pues el
    muchacho ama solo por amor a dar lo propio. ¿La
    amará realmente Axel? ¿O será que no busca
    otra cosa que ser amado el mismo? ¿Acaso ser amado y amar
    resultan incompatibles?

    Veamos mejor otro caso, donde el joven amante sabe
    expresar muy bien qué es lo que ama de su
    amada:

    "…Yo, sin embargo, antes de irme, tuve buen
    cuidado en pasar revista de arriba abajo a toda su persona. Pero
    ¿para qué mencionar otros detalles, si nunca me he
    fijado mas que en la cabeza y el pelo? Es lo primero que
    contemplo en la calle y lo que me deleita posteriormente en casa
    (…) ¿Qué hay comparable al delicioso
    colorido de una cabellera? (…) Mi querida Fotis no
    había estudiado su peinado; y no obstante, su pelo
    desordenado era un encanto más. Pues su nutrida cabellera,
    suavemente echada hacia atrás y atada con un lazo sobre la
    coronilla, caía luego a lo largo de la nuca hasta cubrirle
    el cuello y terminar gradualmente en graciosos bucles que le
    rozaban el borde de la túnica.

    Ya no pude aguantar más el suplicio de tan
    encendida complacencia; me incliné sobre ella, y en el
    punto preciso en que el pelo sube a enlazarse sobre la coronilla,
    le apliqué el mas dulce de los
    besos…"5

    El amor que Lucio profesa por Fotis, a diferencia de
    Axel, parece tener bien en claro aquello que se lo
    despierta.

    Amor y deseo coinciden para Lucio en la amada de nutrida
    cabellera. El amor por Fotis así como el deseo que ella
    despierta, no es sin esa cabellera que enciende su complacencia.
    No dice Lucio: Te amo con el pelo corto o largo por que para
    amarte yo nací. Nada de eso. Lo que dice es te amo por tu
    hermosa cabellera con la cual causas el deseo en mi.

    Dos posiciones diferentes bien marcadas. Ambos aman. Uno
    por amor a dar lo suyo. El otro por amor a lo que la amada posee
    (en este caso la nutrida cabellera).

    Ya comienzo a imaginar caras de extrañeza en
    algunos lectores… ¿Qué clase de amor es ese
    que se ama por la cabellera? – Se preguntaran.

    Muy bien, voy a adelantarles la idea: Hay algo del
    objeto amado… ¿Cómo decirlo?, algo
    particularmente valioso que despierta el amor. Algo tan
    maravilloso que hasta podría encontrarse en otros
    objetos… Algo que si se lo analiza mejor está en
    íntima conexión con un objeto anterior, ya
    perdido…

    La nutrida cabellera para Lucio es algo que no solo
    puede encontrarse en Fotis, bien sabía fijarse en la calle
    y deleitarse vaya a saber con cuantas otras cabelleras.
    ¿Qué si la ama a Fotis? No tengan
    dudas…

    Eso sí, Fotis es un objeto amado totalmente
    reemplazable. Yo cuidaría mi cabellera si fuera ella, no
    vaya a ser cosa que el pícaro de Lucio crea encontrar su
    media naranja en algún otro peinado.

    APORTES FREUDIANOS A LA PSICOLOGÍA DEL
    AMOR

    Estoy convencido de que la gran mayoría de mis
    colegas han estudiado o al menos escuchado hablar alguna vez de
    la condición fetiche en la elección del objeto de
    amor. Sin embargo, dado que no es tema de público
    conocimiento, me veo en la obligación de relatar
    brevemente de qué estamos hablando.

    El Fetichismo, es considerado una perversión
    sexual. ¿Por qué? Por que el fetichista toma como
    objeto de amor (sexual) un objeto sustituto de lo que
    sería un objeto sexual normal. El sustituto del objeto
    sexual es, en general, una parte del cuerpo muy poco apropiada a
    un fin sexual (el pie, los cabellos), o un objeto inanimado
    cercano a la persona o que mantiene una conexión
    preferiblemente sexual con ésta (prenda de vestir, ropa
    interior). El fetichista entonces alcanza la satisfacción
    pura y exclusivamente con el objeto sustituto llamado fetiche. No
    desea otra cosa que tal objeto.

    Cuando nos referimos a la condición fetiche en la
    elección de objeto de amor, no estamos hablando de la
    perversión. Sino de cierta presencia de un rasgo fetiche
    en el objeto amado. Que la amada tenga los cabellos de
    determinada manera, o el color de piel, o las formas de su
    silueta quizás.

    También se habla de la condición fetiche
    en el objeto para despertar el deseo sexual. De ello resulta
    paradigmático la elección fetichista (generalmente
    masculina) de que su partenaire utilice determinadas prendas
    intimas para provocar los más ardientes deseos.

    No quisiera afirmar del todo que el amor depende de un
    rasgo fetiche del objeto amado que despierta el deseo.

    Mas bien diría que resulta necesario cierto
    brillo fálico en el objeto para despertar el amor, y que
    el amor sanamente entendido no debería ser sin el
    deseo.

    Freud sostenía que el Primer objeto de amor es la
    madre, de este modo, todo hallazgo posterior del objeto no es
    otra cosa que un intento de reencontrar el objeto primario de
    amor perdido. Así, la elección por el objeto amado
    actual no ha sido de otra forma que siguiendo el arquetipo
    materno (Madre nutricia en el mejor de los casos para el
    varón) o el arquetipo paterno (Padre Protector para
    mujeres que aman según este modelo). A este tipo de
    elección de objeto de amor, Freud la llama
    "Apuntalamiento".

    De mas está decir que es necesario perder el
    objeto de amor primario para hallar posteriormente otro. Perder
    lo que nunca "se encontró" realmente, pues, si lo pensamos
    bien, El amor Madre – hijo no llega a concretarse
    jamás en un encuentro efectivo. Digamos que lo sexual en
    el niño es todavía muy prematuro para hacer frente
    a una tal exigencia de amor… Digamos que el amor
    allí jugado, Prohibición de incesto mediante, queda
    ligado a la ternura. Lo sexual, solo podrá ponerse en
    juego mas tarde con un objeto otro, diferente a la madre (o
    parecido si lo prefieren).

    Desde este punto de vista, no habría un objeto de
    amor a medida, un objeto que vendría a colmar el
    vacío del alma. No habría una media naranja que nos
    complete. El objeto que buscamos, lo buscamos siguiendo un modelo
    determinado por nuestras propias vivencias infantiles. De esta
    forma explica Freud la falta de permanencia en la elección
    de objeto en la vida amorosa de los seres humanos.

    No hay armonía entre amante y amado. No hay un
    encuentro real con el objeto. Lo que hay son objetos que evocan
    en algo al primer objeto pero con los cuales no puede alcanzarse
    la satisfacción plena.

    Hay otro modelo de elección de objeto de amor que
    señala Freud diverso al del apuntalamiento (según
    la madre) que es referente a las personas que eligen según
    el modelo de su propia persona. A este tipo de elección de
    objeto Freud lo llamó narcisista. "Todo ser humano
    tiene abiertos frente a sí ambos caminos para la
    elección de objeto, pudiendo preferir uno o el otro.
    Decimos que tiene dos objetos sexuales originarios: él
    mismo y la mujer que lo
    crió…"6

    Resulta interesante comentar aquí la
    comparación que hace Freud entre el hombre y la mujer al
    respecto. Lo que nos dice, es que el pleno amor de objeto
    según el tipo del apuntalamiento es característico
    del hombre. El enamoramiento típico del varón que
    consiste en ver una exagerada perfección del objeto amado,
    esto se acompaña con un sentimiento de empobrecimiento del
    valor del propio yo. (Ojo, Freud aclara todo el tiempo que ambos
    sexos pueden adoptar cualquiera de los dos tipos).

    Para la mujer, especialmente cuando ella es
    particularmente hermosa, el tipo de elección que prima es
    el narcisita. Tales mujeres, dice Freud, solo se aman en rigor a
    sí mismas, con intensidad pareja al hombre que las
    ama.

    Su necesidad no se sacia amando, sino siendo amadas. Lo
    que buscan en un hombre es justamente eso. Que las
    amen…

    Teoría interesante que explicaría muy bien
    por qué ciertas mujeres de inconfundible belleza terminan
    eligiendo un hombre, a criterio de muchos, poco agraciado.
    ¿Qué le vio semejante mina a un tipo así?
    Nos preguntamos con frecuencia. Quizás la fealdad le
    sirvió al hombre para poner todo su amor en un objeto
    bello. Y la mujer bella no buscaba otra cosa que alguien que la
    ame por su belleza….

    Todo un misterio el amor… Igualmente, yo me
    fijaría si el feo en cuestión no posee una cuenta
    bancaria abultada antes de hacer conjeturas Freudianas. No vaya a
    ser cosa que la bella mujer elija también
    apuntalándose a un valor económico y nosotros
    ingenuos la creíamos narcisista…

    Lo que quiero transmitir respecto del amor, es que hay
    algo valioso que posee el objeto amado de lo cual el amante
    carece. Hay algo que a uno le falta, algo que suponemos tiene el
    otro. Algo que no sabemos del todo que es, no sabemos lo que nos
    falta. A diferencia del Fetiche, no resulta tan fácil
    precisarlo. Es algo que en el otro despierta nuestro amor,
    nuestro deseo. Es algo que el otro tampoco sabe bien que es, no
    sabe por qué es amado, cual es el valor que
    posee…

    Muchas veces, ponemos un nombre a ese algo que causa
    nuestro deseo. La nutrida cabellera de la que hablaba Lucio. Sin
    embargo, no es mas que un nombre que alude al objeto. No hay un
    único nombre sino varios. Ningún nombre alcanza
    para significarlo… Es algo que siempre escapa y
    quizás por eso mantenga vivo al deseo.

    Que tiene el otro? Podríamos decir belleza,
    bondad, dinero, paz… Podríamos ver en el otro algo
    más particular: Su sonrisa, sus hermosos ojos, su nutrida
    cabellera, su forma de caminar… Cada quien pone las
    palabras que puede. Otros directamente dicen: Tiene ese no se
    qué, que me vuelve loco…

    AMOR Y DESEO (JUNTOS O SEPARADOS)

    Hace un rato dije que el amor sanamente entendido no era
    sin el deseo. Con esto, me estaba refiriendo obviamente a la vida
    amorosa entre los sexos.

    Sin embargo, a la hora de amar, no siempre amor y deseo
    se unen en un mismo objeto. Las más de las veces, para
    cierto tipo de personas, toman caminos diversos. Sucede
    así que algunos hombres aman a una mujer ("la santa madre
    de mis hijos" pero desean a otras ("Las atorrantas" o "Las
    putas")

    Freud desarrolló ampliamente el tema, explicando
    claramente por qué amor y deseo se encuentran fusionados
    entre sí en contados casos. Lo que afirma Freud es que el
    hombre se siente limitado en su quehacer sexual por el respeto a
    la mujer, y sólo desarrolla su potencia plena cuando
    está frente a un objeto sexual degradado. De ahí la
    necesidad de degradar a la mujer para acceder a la
    satisfacción con ella.

    "Las mujeres son todas putas" decía un amigo mas
    de una vez. Si se le preguntaba sobre esta afirmación
    decía "Todas no, el 98%". Habría que ver si en ese
    2 % restante no entraba su madre, su hermana y alguna otra
    elegida.

    La satisfacción plena para Freud, entonces, se
    alcanza con un objeto sexual degradado. Solo así Amor y
    deseo podrían ir de la mano.

    Para la mujer en cambio, dirá Freud la
    condición del deseo quedará ligada a lo prohibido.
    En cuanto un amorío se le vuelve permitido, el deseo
    decae. Solo la infidelidad al primer amor, permite que la mujer
    guarde al amante una fidelidad de segundo orden.

    Lo que dice Freud, es que el marido nunca es mas que un
    varón sustituto, no es el genuino. Es el padre, en el
    mejor de los casos, quien posee el título de primer amor.
    El marido en todo caso es el segundo. De esta manera explica
    Freud por que la mujer tiende a ser más fiel que el
    varón.

    Que lo prohibido enciende el deseo, es algo que no solo
    debe pensarse en relación a lo femenino sino mas bien como
    regla general del deseo. La prohibición aviva la llama de
    la pasión.

    La separación entre el objeto de amor y el objeto
    de deseo. No hace otra cosa que preservar al deseo en otro lado.
    El peligro de unirlos en un mismo objeto, radica en la
    posibilidad de extinguir el deseo y con él al amor…
    (en el supuesto caso de que creamos que el encuentro efectivo del
    objeto es posible)

    Si solo se puede desear lo que no se tiene, pues lo que
    se posee ya no se desea. Y el amor queda unido al deseo. Solo se
    ama lo que no se tiene. En la medida que se encuentra un objeto
    de amor, el amor se pierde. Separarlos es una interesante forma
    de conservar el objeto de amor.

    AMOR CRISTIANO ¿AMOR
    HUMANO?

    Siempre me resultó interesante el concepto de
    amor que nos trasmite la religión. Se trata de un amor
    puro, totalmente separado del deseo en su concepción
    más ideal. No es casual que el deseo sea tratado como
    aquello que lleva al pecado. El deseo como algo a erradicar,
    mientras más lejos mejor (en este punto hallamos cierta
    similitud con el budismo).

    El camino para acercarse al amor de Dios, parece que no
    es sin la renuncia al deseo. El Ascetismo de monjes, sacerdotes,
    no busca otra cosa que acercarlos a un amor más
    perfecto… Sublime.

    Uno de los pasajes bíblicos donde mejor se define
    al amor cristiano, es quizá el de Pablo, cuando le habla a
    los cristianos de Corintios:

    " Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y
    no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena. O
    címbalo que retiñe.

    Y si tuviese profecía, y entendiese todos los
    misterios y toda la ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal
    manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada
    soy.

    Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a
    los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo
    amor, de nada me sirve.

    El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene
    envidia, el amor no es jactancioso, no se
    envanece,

    No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
    irrita, no guarda rencor,

    No se goza de la injusticia, más se goza de la
    verdad.

    Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
    soporta…"7

    Para el cristianismo el amor es uno de los pilares
    fundamentales de la religión (sino el mas importante).
    "Amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al
    prójimo como a sí mismo"
    Son los mandamientos
    que nos legó Jesús. Dios es amor, dicen
    algunos.

    No soy quien para juzgar el amor cristiano, pero me
    atrevería a afirmar que el amor humano no es sin el deseo.
    Quien pretenda sostener este tipo de amor, tendrá que
    hacer algo con su deseo, no vaya a ser cosa que el intento de
    sofocar al deseo retorne como aberración
    sexual…

    Existe toda una línea teológica que viene
    de Santo Tomas de Aquino, en la cual se incluye al deseo en el
    amor, pero como deseo de bien. "…El amor que despierta
    la atracción del bien. El amor causa el deseo del bien
    ausente y la esperanza de obtenerlo. Este movimiento culmina en
    le placer y el gozo del bien poseído…(…)
    Amar es desear el bien a alguién. Las demás
    afecciones tienen su fuerza en este movimiento original del
    corazón del hombre hacia el bien. Sólo el bien es
    amado…"8

    PALABRAS FINALES

    Amigo Lector:

    Hemos llegado al final del recorrido, lejos de creer
    haber agotado el tema. Mas bien hemos abierto un sin
    número de posibles caminos que nos llevarían a
    enriquecer seguramente nuestra curiosidad en temas del
    amor.

    Lamento haberlos llevado por senderos sinuosos,
    sé que he sido un tanto caótico en la forma de
    presentar los conceptos, pero les aseguro que no conocía
    el camino, y habiendo llegado al final tengo que confesar que
    continúo sin conocerlo… (todavía falta
    mucho por recorrer)

    ¿Hablamos del amor? Yo creo que sí,
    ¿hablamos de otras Yerbas? Mmm, no lo sé, lo dejo
    a criterio de cada quien. ¿Distinguimos Amor verdadero
    de otras clases de híbridos?. Vaya promesa, a veces uno
    se va de manos cuando escribe una
    introducción.

    Por eso siempre se recomienda escribir la
    introducción cuando el trabajo está terminado. Ya
    está… Igualmente les había anticipado que
    de diferenciarlos habría errado el camino.

    El final de un escrito no está marcado por el
    agotamiento del tema, sino por el agotamiento del
    escritor.

    El punto final unas veces es caprichoso, otras cierra
    una idea, sin embargo, siempre se puede escribir un poco
    más. Hoy quisiera poner ese valioso punto, solo
    después de anunciar que algún día,
    retomaré este escrito… Algún día
    les diré algunas cosas más.

    Abril de 2005

    CITAS
    BIBLIOGRAFICAS

    1. Freud, S. Obras Completas. Tomo XI Cinco
      conferencias sobre psicoanalisis
      . (1910). Pag. 87. Ed.
      Amorrortu.
    2. Cuentos de hadas. Fórmula conocida que anuncia
      el final del cuento.
    3. PLATON. El banquete. Discurso de Aristófanes.
      Pag 74. Ed. Cuadrata
    4. Idem. Pag. 74.
    5. Apuleyo, Lucio. El Asno de Oro. Ed. Gredos pag.
      32-34
    6. Freud. S. Obras Completas. Introducción del
      narcisismo. 1914. Pag. 84. Ed. Amorrortu.
    7. Corintios 13. La preeminencia del amor. Santa Biblia.
      Versión Reina- Valera Revisada
    8. Catecismo de la Iglesia Católica. Las
      pasiones. Pag 408-409. Ed. Lumen

    BIBLIOGRAFIA GENERAL

    • Apuleyo, Lucio. El Asno de Oro. Ed.
      Gredos
    • Axel, Fernando. Amo
    • Catecismo de la Iglesia Católica. Ed.
      Lumen
    • Cuentos de hadas, historias de amor que guardo en
      la memoria
    • Frases populares. Citas de frases que me
      trasmitió mi madre.
    • Freud. S. Obras Completas. Tres ensayos para una
      teoría sexual. Tomo VII (1905). Ed.
      Amorrortu.
    • Freud. S. Obras Completas. Fetichismo. Tomo XXI
      (1927). Ed. Amorrortu.
    • Freud, S. Obras Completas. Tomo XI Cinco
      conferencias sobre psicoanalisis
      . (1910). Pag. 87. Ed.
      Amorrortu.
    • Freud. S. Obras Completas. Introducción del
      narcisismo. 1914. Pag. 84. Ed. Amorrortu.
    • Freud. S. Obras Completas. Sobre un tipo particular
      de elección de objeto en el hombre. Contribuciones a
      la psicología del amor I . Tomo XI (1910). Ed.
      Amorrortu.
    • Freud. S. Obras Completas. Sobre la más
      generalizada degradación de la vida amorosa.
      Contribuciones a la psicología del amor II . Tomo XI
      (1912). Ed. Amorrortu.
    • Freud. S. Obras Completas. El tabú de la
      Virginidad. Contribuciones a la psicología del amor
      III . Tomo XI (1918). Ed. Amorrortu.
    • Lacan, J. Seminario 8. La
      transferencia.
    • PLATON. El banquete. Ed. Cuadrata
    • Santa Biblia. Versión Reina- Valera
      Rev

    "Lo invitamos a continuar leyendo la segunda parte de este
    trabajo

    Leonardo Cosentino

    Licenciado en Psicología

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