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Breve Historia de la Provincia de Misiones (página 2)



Partes: 1, 2

 Reducción Jesuítica de Santa
Ana

http://www.misiones.gov.ar/turismo/fotos/ruinas.htm

Ubicación: Departamento Candelaria – Provincia de
Misiones – Argentina –
Latitud S 27º 23' – Longitud O 55º 33'.

Acceso: A 45 km. de Posadas,  desde la Ruta
Nacional 12 por camino vecinal consolidado (2.000
metros).

Situación dominal: 75% fiscal, 25%
propiedad
privada.

Status legal:

Monumento Histórico Nacional (1.983) – Decreto
Nº 2210
Monumento histórico Provincial (1.969) – Ley Nº
510
Patrimonio de
la Humanidad (1.984) – UNESCO

Nombre: Santa Ana.

Fundación y Traslados: Fundada en 1633 por
los Padres Pedro Romero y Cristóbal de Mendoza,en las
Sierras del Tapé, en el actual territorio
riograndense(Brasil), en las
cercanías de un pequeño tributario del río
Yacuy. Huyendo de los paulistas bandeirantes, en 1638 emigra al
oriente del río Paraná (a orillas del río
Uruguay) y se
asienta al pie del cerro Peruyé. En 1660 se
estableció en su sitio definitivo, donde prosperó
hasta su destrucción en 1817 a raíz de las
invasiones de los paraguayos.

Gobierno civil y eclesiástico: Los curas
eran los administradores de los bienes de los
indios y atendían todo lo concerniente a lo espiritual,
temporal, económico, cultural, social y militar. El
Cabildo era la autoridad
máxima en cada reducción y estaba compuesto por los
caciques. Los curas mantuvieron la institución tradicional
guaraní del cacicazgo. En conjunto, la reducción
dependía: del Gobernador de Buenos Aires, de
la Real Audiencia de Charcas, del Virrey del Perú y del
Rey de España. El
cura y un compañero de cura dependían: directamente
del Superior de las Misiones que residía en Candelaria, e
indirectamente del Padre Provincial que residía en
Córdoba.

Trazado urbanístico de la
reducción
: En la etapa de fundación y trasados,
los pueblos se construían sin una definición muy
precisa en lo urbano; la construcción fue precaria y simple, en
adobe, tapia y paja. Recién a fines del siglo XVII, luego
de la derrota de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ
en 1641, comienzan tiempos de seguridad y
estabilidad. Es la etapa de los asentamientos definitivos, donde
cada ciudad se organiza conforme a un cuidadoso proyecto
urbanístico, donde las edificaciones son de piedra y
maderas de ley. Los
elementos constitutivos de la trama urbana son: la plaza, el
núcleo principal (templo, colegio, cementerio), las
viviendas indígenas, las calles y otras
edificaciones.


http://www.misiones.gov.ar/historia/imagenes/CroquisSantaAna.jpg

La plaza: Constituía el
elemento ordenador del espacio urbano. Cercada por tres de sus
lados por las tiras de viviendas indígenas, mientras que
el cuarto lado definía sus límites
con el núcleo principal. El suelo era de
tierra (no de
césped), era el gran escenario donde se aseguraba la
participación y la persuasión. Allí se
concentraban todas las celebraciones cívicas y
religiosas.

Las calles: Estaban ornamentadas con naranjos y
limoneros. Dos de ellas tenían una relevancia fundamental.
Una era la que accedía al pueblo y terminaba frente a la
fachada del templo; la otra cruzaba frente al cotyguazú,
cementerio, templo, colegio y talleres.

El núcleo principal compuesto por el templo. A la
derecha del mismo, en Santa Ana, la residencia o colegio y los
talleres, se disponían en una sola línea de
edificación consecutiva. El templo era la primera
edificación que se levantaba en la
reducción.

El Templo: Presenta los rasgos distintivos del
barroco. El
atrio se encuentra erguido sobre una plataforma elevada 1,20
metros por encima del suelo
natural.
Las piedras de asperón rosado de las paredes de la
iglesia, los
pilares y molduras revelan el cincel del gran arquitecto Hermano
Coadjutor José Brasanelli (1691-1726), quien en 1725
construyó la iglesia, que
fue una de las más hermosas de los treinta pueblos
jesuíticos. Los restos mortales del Hermano Brasanelli,
fallecido en 1728, descansan bajo el altar mayor de la iglesia.
El Inventario de
1768 describe a la iglesia: "de tres naves, media naranja y
perfectamente acabado". Tenía "un púlpito dorado y
cuatro confesionarios de talla, dorados y pintados, un
órgano grande y siete escaños de asiento para el
cabildo. Cinco altares con sus buenos y dorados retablos; el
altar mayor, con cuatro estatuas grandes, cuatro pequeñas
alrededor del sagrario".
"Un baptisterio todo pintado, con su retablo dorado y su pila
bautismal de lindo vidriado…… Una torre de madera con dos
campanas grandes, dos medianas y dos chicas…..Una
sacristía hermosa, perfectamente acabada y dorada….. su
aguamanil de estaño para lavarse las manos el sacerdote
que ha de celebrar….veinte estatuas de varios misterios 
de Resurrección, Pasión y de otras festividades de
la Iglesia, que están guardadas en la
contrasacristía".

Colegio o Residencia: "La casa perfectamente
acabada, con sus dos patios, huerta, cerca de piedra, refectorio,
cocina y ocho aposentos de los que sirven para los religiosos,
uno de los mayordomos, otro de la música, otro chico
que servía para el indio portero; uno de los vestidos de
cabildo y danzantes, cuatro almacenes, en el
patio segundo dos aposentos; el uno de platería y el otro
de herrería, dos piezas largas de los telares, un aposento
de la panadería y otro de beneficiar miel, otro
vacío para lo que se pueda ofrecer".

Cotyguazú:
"Junto al Cementerio, con
cimientos de piedra y tres cuarta vara fuera de ellos
también de piedra, lo restante de adobes, con un patio
claustral con puerta en común 'las viudas, casadas cuyos
maridos anden huidos y las de más y portero en la puerta,
que controlaba accesos y salidas' alrededor del cual se
sitúan las habitaciones".
Cementerio:
"Dividido en cuatro partes: los hombres
eran enterrados aparte de las mujeres y los niños
separados de las niñas. Cada una de aquellas partes eran
iguales entre sí, se subdividían en ciertas
parcelas con capacidad cada una para diez o doce
cadáveres. Calles directas daban acceso al Norte, al Sur y
a los costados, a las que daban sombra plantaciones de naranjos.
Había también construida una capilla, en cuya parte
superior estaba la cruz. Había dos puertas, una adherida a
la pared del templo, otra a la Plaza".

Huerta:
"Situada detrás de la Iglesia,
Colegio y Talleres, estaba plantada de naranjos, guayabas,
bananas, palmeras, toda especie de legumbres y plantas
medicinales. Con tres estanques a distintos niveles, el agua pasaba
de uno al otro por conductos subterráneos. El piso de uno
de los estanques está empedrado y sus costados realizados
de piedras calzadas, los muros no son rectos, tienen una ligera
curvatura para absorber el peso del agua".

Las viviendas de los indios:  Se ubicaban de
manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la
periferia. Siete a doce unidades o habitaciones
constituían una "manzana", que organizada como un elemento
cerrado estaba rodeada de galerías perimetrales. A veces
estas viviendas múltiples de planta rectangular alargada,
tenían locales sanitarios en sus extremos.

Como otras edificaciones nombramos:

Los tambos, ubicados libremente. Las carnicerías
o "rastros" junto a la huerta. Frecuentemente se repartía
la carne a los indígenas en el segundo patio.
Olerías y galpones ubicados en la periferia del pueblo.
Había ermitas.

La Economía: Se sustentaba en la agricultura,
la recolección de miel, la cría de ganado, la
industria, las
artesanías y el comercio. Se
cultivaba maíz,
mandioca, batata dulce, caña de azúcar
y legumbres con destino a la alimentación.

Algodón para obtener el hilo y el lienzo.
Tabaco. Muy
importante pasó a ser el cultivo de la yerba mate, que en
un principio se cosechaba de los yerbales silvestres muy
apartados de las reducciones. La yerba era el producto de
venta necesario
para sufragar los impuestos anuales
al Rey. Existía en la reducción un régimen
agrícola-mixto. A cada familia
indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el
cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad del
indio", la explotación de la misma era controlada por los
misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y
cosechasen sus productos. La
parte de tierras pertenecientes a la colectividad era llamada
Tupá-mbaé o "propiedad de Dios". Los indios
cultivaban por turnos en estos terrenos comunales y se les pagaba
en especie. Los productos eran
destinados para cubrir necesidades de la comunidad, pagar
el tributo al Rey, sostener a los misioneros, incapacitados,
enfermos, viudas, huérfanos, socorrer a los pueblos
vecinos en dificultades. El producto de la
ganadería,
la yerba, cosechas comunitarias y trabajos manuales
ingresaba al Tupambaé, que se encargaba de la exportación y venta. Del
inventario de
la expulsión (1768) tenemos información sobre el ganado de la estancia
San Clemente: vacunos: 10.980 cabezas, yeguas, garañones y
potrancas: 433, mulas chúcaras: 352, mulas mansas: 48,
caballos mansos: 450 etc. En la estancia Quindi: vacunos: 22.000
cabezas, ovejas; 3.102, también había yeguas,
mulas, burros,etc. Ante la necesidad de una serie de
artículos para uso y consumo
interno de los pueblos, los jesuitas establecieron los talleres,
donde los guaraníes aprendieron una serie de oficios:
carpintería, fabricación de vajilla, hornos para
cocer tierra, fundición de metales,
tejeduría de algodón, confección de
sombreros, instrumentos
musicales, etc. En las reducciones no circulaba dinero, por lo
que los jesuítas fijaron el valor de
cambio para
cada producto en el interior de la Provincia, era una unidad
monetaria ficticia, el peso hueco(vacío); en base a
él se cotizaban los productos. La unidad de peso era la
arroba (10,50 kg. aproximadamente) y la unidad lineal era la vara
(0,83 metro).

Educación y Arte: Como el objeto de las
reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la educación, la
catequización, la enseñanza en las escuelas y el arte estuvieron
orientados hacia esa finalidad. Iniciar a los guaraníes en
los valores
cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que
debieron desterrar la hechicería y la poligamia,
prácticas ancestrales de la cultura
guaraní. Con mucho ingenio, los curas, para hacer
comprensible sus enseñanzas se valieron del canto, la
pintura, el
teatro, la
escultura y la danza. A la
escuela de
primeras letras acudían los niños
desde los 6 años. Aprendían a leer y escribir en
guaraní. A los hijos de los caciques y autoridades
comunales se les enseñaba además castellano y
latín. La enseñanza se completaba con nociones de
religón, urbanidad, aritmética y música. Las
niñas aprendían costura, tejido y bordado. En los
primeros tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se
formaron los maestros indígenas.
En el arte
jesuítico-guaraní prevaleció el tema
religioso-cristiano. Los modelos que
llegaban eran europeos. Los guaraníes fueron excelentes
copistas de las estampas, dibujos,
grabados e imágenes
que llegaban. Para las tallas en madera
utilizaban el cedro, jacarandá y otras maderas nobles de
la región. Todo el arte se inscribió dentro de la
corriente general de la época: el barroco. Los
guaraníes poseían una inclinación natural
hacia la música, que junto con el rezo y la danza formaba
parte del ritual religioso. Todas las iglesias tenían de
30 a 40 músicos. Los que no tenían buena voz,
aprendían algún instrumento y los tocaban con mucha
destreza: arpas, violines, espinetas, bajones, chirimías,
clarines; al principio por enseñanza de los padres y luego
con maestros indios.

La expulsión de los Jesuítas y
Decadencia
: El Rey Carlos III de España,
firmó el Decreto de expulsión de los
Jesuítas de los dominios españoles en 1767, pero
recién se ejecutó en las Misiones en 1768. A partir
de esa fecha, el sistema se
quebró abruptamente.
Las Ordenanzas del Gobernador de Buenos Aires
Bucarelli separaban la atención espiritual de lo temporal. La
primera a cargo de sacerdotes mercedarios, dominicos y
franciscanos que hablaban la lengua
guaraní. Lo temporal a cargo de administradores laicos que
introdujeron el comercio con
el exterior y liberaron progresivamente a los naturales del
régimen de comunidad de
bienes. La
decadencia demográfica estuvo íntimamente vinculada
con la ruina material. Con la nueva administración se notaba la impericia de
los administradores locales; "la mayoría ignoraba el
manejo de caudales, desconocían lo que era la agricultura y
las fábricas y no sabían ajustar una cuenta, todos
requisitos escenciales para el cargo". A esto se sumaba el
despilfarro de los productos acumulados en los almacenes. Lo
poco que se lograba exportar, apenas daba para impuestos y
salarios de los
administradores y sacerdotes; no quedaba nada para provecho de
los indios. Estos disconformes desertaban de las reducciones y
el trabajo se
volvía excesivo para los que permanecían. Otros
factores de disminución poblacional fueron la desnutrición y las epidemias de viruela.
Con poca gente, las casas quedaban desocupadas. Los techos de
tejas no se reparaban y la lluvia infiltrada pudría el
maderamen y los tejados no tardaban en derrumbarse.
El año más funesto para ésta
reducción y otras (Candelaria, Santa Ana, San Ignacio y
Corpus) fue 1817, cuando tropas paraguayas invadieron, saquearon
y quemaron estas reducciones, llevándose en carretas, dice
el P. Hernández, "cuanto objeto de valor pudieran
hallar" al Paraguay.
Lentamente la vegetación fue avanzando sobre todo el
conjunto abandonado.

Situación actual de los vestigios: El casco
urbano se conserva notablemente.
El Templo poseía paredes íntegras de piedra, con
estructuras de
madera. Los muros poseen una altura de seis a ocho metros. Se
destacan las paredes exteriores y las escalinatas de acceso. La
Residencia o Colegio y los Talleres poseían basamentos en
piedras con paredes de adobes, que hoy pueden observarse en forma
de montículos. Es notable la escalinata de acceso al
Colegio. El Cementerio, que conserva aún sus límites,
está ocupado por un cementerio moderno, aunque en desuso.
Del Cotyguazú se conservan montículos, pisos y
columnas. El muro perimetral de la Huerta está bien
conservado, y se caracteriza por el peculiar remate que se
desarrolla en toda su parte superior. 

 Reducción
Jesuítica Nuestra Señora de Loreto

http://www.misiones.gov.ar/turismo/fotos/ruinas.htm

Ubicación: Departamento Candelaria – Provincia de
Misiones – Argentina –
Latitud S 27º 20' – Longitud O 55º 32'.

Acceso: A 55 km. de Posadas desde la Ruta Nacional 12
por camino vecinal consolidado (2.500 metros).

Situación dominal: 100% fiscal.

Status legal: Monumento Histórico Nacional
(1.983) – Decreto Nº 2210
Monumento histórico Provincial (1.969) – Ley Nº 510
Patrimonio de
la Humanidad (1.984) – UNESCO

Nombre: Nuestra Señora de Loreto.

Fundación y Traslados: La primera
reducción fue fundada en 1610 por los Padres José
Cataldino y Simón Masseta, en el Guayrá, en la
ribera izquierda del río Pirapó. Emigra en 1631
junto con San Ignacio y otros pueblos conducidos por el Padre
Antonio Ruiz de Montoya a las márgenes del arroyo
Yabebirí. Después de algunos asientos
provisionales, se establece, en 1686 en el lugar donde hoy quedan
los restos de sus ruinas.

Gobierno civil y eclesiástico: Los curas
eran los administradores de los bienes de los indios y
atendían todo lo concerniente a lo espiritual, temporal,
económico, cultural, social y militar.El Cabildo era la
autoridad
máxima en cada reducción y estaba compuesto por los
caciques. Los curas mantuvieron la institución tradicional
guaraní del cacicazgo. En conjunto, la reducción
dependía: del Gobernador de Buenos Aires, de la Real
Audiencia de Charcas, del Virrey del Perú y del Rey de
España.
El cura y un compañero de cura dependían:
directamente del Superior de las Misiones que residía en
Candelaria, e indirectamente del Padre Provincial que
residía en Córdoba.

http://www.misiones.gov.ar/historia/imagenes/CroquisLoreto.jpg

Trazado urbanístico de la reducción: En la
etapa de fundación y traslados, los pueblos se
construían sin una definición muy precisa en lo
urbano; la construcción fue precaria y simple, en
adobe, tapia y paja. Recién a fines del siglo XVII, luego
de la derrota de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ
en 1641, comienzan tiempos de seguridad y
estabilidad. Es la etapa de los asentamientos definitivos, donde
cada ciudad se organiza conforme a un cuidadoso proyecto
urbanístico, donde las edificaciones son de piedra y
maderas de ley.

Los elementos constitutivos de la trama urbana son: la
plaza, el núcleo principal (templo, colegio, cementerio),
las viviendas indígenas, las calles y otras
edificaciones.
Los años en que Loreto se anticipó a otros pueblos
en la ocupación de su emplazamiento definitivo explican
las diferencias en su trazado urbano.
El templo situado en uno de los lados de la plaza – miraba al
este – como en los demás, pero sus patios de residencia,
talleres y huerta tenían una disposición distinta
que en los otros pueblos. Los talleres se ubican detrás de
la residencia o colegio y la huerta al costado de la residencia y
los talleres.

La plaza: Constituía el elemento ordenador
del espacio urbano. Cercada por tres de sus lados por las tiras
de viviendas indígenas, mientras que el cuarto lado
definía sus límites con el núcleo principal.
El suelo era de tierra (no de césped), era el gran
escenario donde se aseguraba la participación y la
persuación. Allí se concentaban todas las
celebraciones cívicas y religiosas.

Las calles: Estaban ornamentadas con
naranjales.

El Templo: Fue construído por el Hermano
José Brasanelli (1691-1726), el primer arquitecto de
verdadera valía en el Río de la Plata. La iglesia,
de estilo barroco, de 62,25 mts. por 24,90 mts. nos habla el P.
Jaime Oliver en éstos términos: "La de Loreto es
nueva, grande, con su media naranja bien pintada, con algunos
pasos de la historia de David. El altar
mayor es obra prima, muy grave, hermoso, con diez estatuas
primorosas; los cuatro retablos colaterales con muy hermosas
estatuas". Según los Inventarios de
1768, las paredes de la iglesia eran de piedras, techo de madera
cubierta de tejas y forrado de tablas en medio punto, pintado y
dorado desde el crucero al altar mayor; pórtico con su
gradería de piedra, y sobre la puerta principal una
estatua de Nuestra Señora. Púlpito y su escalera de
madera, asidos de su pie dos ángeles de madera tallada,
pintada y dorada. Tres confesionarios de madera, tallados y
pintados. Un órgano y dos atriles para música.
Cuatro bancos de madera
con espaldar para el cabildo. En el lugar inmediato al altar de
las ruinas de la iglesia, descansan los restos mortales del Padre
Antonio Ruiz de Montoya, y de los Padres José Serrano y
Juan Bautista Neuman.

Capilla de la Virgen: Esta capilla no estaba en
el núcleo central, sino en las inmediaciones.

Capilla del Monte del Calvario: A mil trescientos
metros aproximadamente de la plaza, en la cumbre de un cerro de
200 metros, se encuentran vestigios de una capilla.
Tenía un campanario y era el mejor edificio en los
alrededores. En la época jesuítica el cerro era
conocido como "Monte del Calvario". Desde el pueblo se llegaba a
la capilla por una vía procesional ornamentada con
naranjos.

Colegio o Residencia: El Inventario de 1768
describe: "La casa o Colegio edificado en doscientas varas
(166mts.) de largo y ciento (83mts.) de ancho, poco mas o menos,
contiguo con la iglesia. En el primer patio, diez y siete
cuartos, que sirven de habitaciones y almacenes, y en seis de
ellos hay mesas y estantes para libros. En
dicho patio, el campanario con once campanas grandes y chicas,
inclusas las que están en la capilla de
Loreto".

Huerta: Del Inventario de 1768 se obtiene la
siguiente información: "La huerta cercada de pared de
piedra, poblada de árboles, plantas y
verduras, y una casita para pólvora que, reconocida se
halló en cuatro tinajitas como tres arrobas de dicha
pólvora, de inferior calidad".

Los talleres: Contaban con cocina, panadería,
carpintería, herrería, platería y
presumiblemente en el local más extenso, estaban los
telares y tenían su correspondiente patio de los
talleres.

Las viviendas de los indios: Se ubicaban de
manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la
periferia. Siete a doce unidades o habitaciones
constituían una "manzana", que organizada como un elemento
cerrado estaba rodeada de galerías perimetrales. Como
otras edificaciones nombramos: Los tambos, ubicados libremente.
Las carnicerías o "rastros" junto a la huerta.
Frecuentemente se repartía la carne a los indígenas
en el segundo patio. Olerías y galpones ubicados en la
periferia del pueblo. Había ermitas. El reloj de sol
estaba en la huerta, cerca de la galería de la
residencia.

La Economía: Se sustentaba en la
agricultura, la recolección de miel, la cría de
ganado, la industria, las
artesanías y el comercio. Se cultivaba maíz,
mandioca, batata dulce, caña de azúcar
y legumbres con destino a la alimentación.
Algodón para obtener el hilo y el lienzo. Tabaco. Muy
importante pasó a ser el cultivo de la yerba mate, que en
un principio se cosechaba de los yerbales silvestres muy
apartados de las reducciones. La yerba era el producto de venta
necesario para sufragar los impuestos anuales al Rey.
Existía en la reducción un régimen
agrícola-mixto. A cada familia
indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el
cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad
del indio", la explotación de la misma era controlada por
los misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y
cosechasen sus productos. La parte de tierras pertenecientes a la
colectividad era llamada Tupá-mbaé o "propiedad de
Dios". Los indios cultivaban por turnos en estos terrenos
comunales y se les pagaba en especie. Los productos eran
destinados para cubrir necesidades de la comunidad, pagar el
tributo al Rey, sostener a los misioneros, incapacitados,
enfermos, viudas, huérfanos, socorrer a los pueblos
vecinos en dificultades. El producto de la ganadería,
la yerba, cosechas comunitarias y trabajos manuales
ingresaba al Tupambaé, que se encargaba de la exportación y venta. Del inventario de la
expulsión (1768) tenemos información sobre el
ganado de la estancia grande: vacunos: 30.000 cabezas, yeguas,
potros y potrancas: 2.000, ovejas: 1.000, burros y burras: 222,
etc. En la otra estancia menor, nombrada San Antonio: yeguas y
sus crías: 770, etc. Ante la necesidad de una serie de
artículos para uso y consumo
interno de los pueblos, los jesuitas establecieron los talleres,
donde los guaraníes aprendieron una serie de oficios:
carpintería, fabricación de vajilla, hornos para
cocer tierra, fundición de metales,
tejeduría de algodón, confección de
sombreros, instrumentos
musicales, etc. En las reducciones no circulaba dinero, por lo
que los jesuitas fijaron el valor de cambio para
cada producto en el interior de la Provincia, era una unidad
monetaria ficticia, el peso hueco(vacío); en base a
él se cotizaban los productos. La unidad de peso era la
arroba (10,50 kg. aproximadamente) y la unidad lineal era la vara
(0,83 metro).

Educación y Arte: Como el objeto de las
reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la educación, la
catequización, la enseñanza en las escuelas y el
arte estuvieron orientados hacia esa finalidad. Iniciar a los
guaraníes en los valores
cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que
debieron desterrar la hechicería y la poligamia,
prácticas ancestrales de la cultura
guaraní. Con mucho ingenio, los curas, para hacer
comprensible sus enseñanzas se valieron del canto, la
pintura, el
teatro, la
escultura y la danza. A la escuela de
primeras letras acudían los niños desde los 6
años. Aprendían a leer y escribir en
guaraní. A los hijos de los caciques y autoridades
comunales se les enseñaba además castellano y
latín. La enseñanza se completaba con nociones de
religión,
urbanidad, aritmética y música. Las niñas
aprendían costura, tejido y bordado. En los primeros
tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se formaron los
maestros indígenas. En el arte
jesuítico-guaraní prevaleció el tema
religioso-cristiano. Los modelos que
llegaban eran europeos. Los guaraníes fueron excelentes
copistas de las estampas, dibujos,
grabados e imágenes
que llegaban. Para las tallas en madera utilizaban el cedro,
jacarandá y otras maderas nobles de la región. Todo
el arte se inscribió dentro de la corriente general de la
época: el barroco. Los guaraníes poseían una
inclinación natural hacia la música, que junto con
el rezo y la danza formaba parte del ritual religioso. Todas las
iglesias tenían de 30 a 40 músicos. Los que no
tenían buena voz, aprendían algún
instrumento y los tocaban con mucha destreza: arpas, violines,
espinetas, bajones, chirimías, clarines; al principio por
enseñanza de los padres y luego con maestros
indios.

Imprenta: Loreto es la cuna imperecedera de la imprenta
argentina.
La imprenta fue confeccionada localmente por los padres Juan
Bautista Neuman y José Serrano, quienes lograron imprimir
los caracteres móviles. La prensa y el
soporte fueron hechos con madera de la región y los
caracteres fundidos en plomo y estaño.
Se trataba de una imprenta itinerante, que se instalaba en
Loreto, Santa María La Mayor o San Javier, según lo
requerían los trabajos de impresión.
La primera obra publicada fue el "Martirologio Romano" en 1700,
le seguían varias obras de carácter
religioso, medicina,
etc.

La expulsión de los Jesuitas y Decadencia:
El Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de
expulsión de los Jesuitas de los dominios españoles
en 1767, pero recién se ejecutó en las Misiones en
1768. A partir de esa fecha, el sistema se
quebró abruptamente. Las Ordenanzas del Gobernador de
Buenos Aires Bucarelli separaban la atención espiritual de lo temporal. La
primera a cargo de sacerdotes mercedarios, dominicos y
franciscanos que hablaban la lengua
guaraní. Lo temporal a cargo de administradores laicos que
introdujeron el comercio con el exterior y liberaron
progresivamente a los naturales del régimen de comunidad
de bienes.
La decadencia demográfica estuvo íntimamente
vinculada con la ruina material. Con la nueva administración se notaba la impericia de
los administradores locales; "la mayoría ignoraba el
manejo de caudales, desconocían lo que era la agricultura
y las fábricas y no sabían ajustar una cuenta,
todos requisitos escenciales para el cargo".
A esto se sumaba el despilfarro de los productos acumulados en
los almacenes. Lo poco que se lograba exportar, apenas daba para
impuestos y salarios de los
administradores y sacerdotes; no quedaba nada para provecho de
los indios. Estos disconformes desertaban de las reducciones y
el trabajo se
volvía excesivo para los que permanecían. Otros
factores de disminución poblacional fueron la desnutrición y las epidemias de viruela.
Con poca gente, las casas quedaban desocupadas. Los techos de
tejas no se reparaban y la lluvia infiltrada pudría el
maderamen y los tejados no tardaban en derrumbarse. El año
más funesto para ésta reducción y otras
(Candelaria, Santa Ana, San Ignacio y Corpus) fue 1817, cuando
tropas paraguayas invadieron, saquearon y quemaron estas
reducciones, llevándose en carretas, dice el P.
Hernández, "cuanto objeto de valor pudieran hallar" al
Paraguay.
Lentamente la vegetación fue avanzando sobre todo el
conjunto abandonado.

Situación actual de los vestigios: La
planimetría de Loreto presenta una gran similitud con la
de Santa María la Mayor y San Carlos. El trazado de la
Reducción presenta notables diferencias con las vecinas
reducciones de Santa Ana, Candelaria, San Ignacio y Corpus. Estas
diferencias se observan también en los materiales y
técnicas utilizadas en la
construcción. Las tiras de viviendas que delimitan la
plaza conservan en Loreto muros de mayor altura. El Templo
evidencia restos de paredes compuestas de piedra, piedra y adobes
y piedra y tapia. Conserva hacia la galería del Colegio
una columnata de mampostería de arenisca. El basamento del
Campanario, ubicado en el patio de la Residencia, es único
por su monumentalidad. La fachada del Templo se halla totalmente
caída sobre el atrio, el cual se compone de varias
escalinatas labradas en arenisca. Los Talleres presentan muros de
mampostería de asperón en el lado oeste. En la
Huerta se observan los cimientos y canalizaciones de las
letrinas. En el límite sur del predio se hallan dos
importantes construcciones: el Cotyguazú y la Capilla de
la Vírgen de Loreto. En el caso del primero los vestigios
se conservan en su totalidad. Se trata de muros de
itacurú, arensica y adobes.
Respecto a la Capilla Nuestra Señora de Loreto, los restos
evidencian una monumentalidad excepcional. Sobre una plataforma
elevada, a la que se accede por una escalinata de asperón
desde una plazuela, se hallan los restos de la Capilla.
Este conjunto conserva en forma integral y homogénea
prácticamente todo el núcleo central del antiguo
pueblo. Cuenta con un: Centro de Visitantes inaugurado en
Septiembre de l997.

Reducción Jesuítica Santa
María La mayor

http://www.misiones.gov.ar/turismo/fotos/ruinas.htm

Ubicación: Departamento San Javier –
Itacaruaré – Provincia de Misiones – Argentina – Latitud S
27º 33' – Longitud O 55º 31'.

Acceso: A 120 km. de Posadas por las Rutas Nros.105/
201/ 1/ 2. Situación dominal: En usufructo fiscal-
compromiso donación (100%).

Status legal: Monumento Histórico Nacional
(1.945) – Decreto Nº 31.453. Patrimonio Cultural provincial
(1.980) -Ley Nº 1.280. Patrimonio de la Humanidad (1.984)
– UNESCO.

Nombre: Santa María La Mayor.

Fundación y Traslados: Fundada en 1.626
por el Padre Diego de Boroa al oriente del río
Paraná, "sobre la horqueta misma que forma el río
Iguazú". Tempranamente fue trasladada hacia la margen
occidental del río Uruguay,
porque la persecución de los bandeirantes comenzaba a
intensificarse en el área, poniendo en peligro la vida de
la población. En 1633 se ubicó en las
cercanías de la reducción de los Santos
Mártires del Japón y
posteriormente a fines del siglo XVII se trasladó al
actual emplazamiento, en donde permaneció hasta su
destrucción (saqueo e incendio), ocurrido en 1.817 durante
las invasiones portuguesas al mando del brigadier
Chagas.

Gobierno civil y eclesiástico: Los curas
eran los administradores de los bienes de los indios y
atendían todo lo concerniente a lo espiritual, temporal,
económico, cultural, social y militar. El Cabildo era la
autoridad máxima en cada reducción y estaba
compuesto por los caciques. Los curas mantuvieron la
institución tradicional guaraní del cacicazgo. En
conjunto, la reducción dependía: del Gobernador de
Buenos Aires, de la Real Audiencia de Charcas, del Virrey del
Perú y del Rey de España. El cura y un
compañero de cura dependían: directamente del
Superior de las Misiones que residía en Candelaria, e
indirectamente del Padre Provincial que residía en
Córdoba.


http://www.misiones.gov.ar/historia/imagenes/CroquisSantaMaria.jpg

Trazado urbanístico de la
reducción:
En la etapa de
fundación y trasados, los pueblos se construían sin
una definición muy precisa en lo urbano; la
construcción fue precaria y simple, en adobe, tapia y
paja. Recién a fines del siglo XVII, luego de la derrota
de los bandeirantes en la batalla de MBORORÉ en 1641,
comienzan tiempos de seguridad y estabilidad. Es la etapa de los
asentamientos definitivos, donde cada ciudad se organiza conforme
a un cuidadoso proyecto urbanístico, donde las
edificaciones son de piedra y maderas de ley. Los elementos
constitutivos de la trama urbana son: la plaza, el núcleo
principal (templo, colegio, cementerio), las viviendas
indígenas, las calles y otras edificaciones. El trazado
urbano de Santa María La Mayor es diferente al habitual,
similar al de Loreto. En lugar de sucederse a lo largo de uno de
los lados de la plaza, los patios fueron dispuestos uno
detrás del otro y a un costado, la huerta; de forma tal
que los aposentos de la casa del padre dieran hacia la
huerta.
La plaza: Constituía el elemento ordenador del
espacio urbano. Cercada por tres de sus lados por las tiras de
viviendas indígenas, mientras que el cuarto lado
definía sus límites con el núcleo principal.
El suelo era de tierra (no de césped), era el gran
escenario donde se aseguraba la participación y la
persuación. Allí se concentraban todas las
celebraciones cívicas y religiosas.

Las calles: Estaban ornamentadas con
naranjales.

El Templo: En 1738 un incendio destruyó el
Templo. Según Azara, el accidente que ocasionó el
incendio fueron los preparativos para las fiestas patronales.
Se improvisó un templo provisorio apeando muros divisorios
de varios locales que separaban el patio de la Residencia del
patio de los talleres. Se logró un recinto de cuarenta
metros de largo por quince metros de ancho. Un local hizo de
sacristía.
Para el acceso a este nuevo templo, fue necesario trasladar el
cementerio hacia el oeste, creando un apéndice de la plaza
abierto hacia el callejón (plazoleta de acceso). Por las
dos entradas principales a la reducción no se podía
acceder directamente al templo provisiorio. Según los
Inventarios de
1768, "la iglesia, que es pobre por ser de prestado, en uno de
los lienzos o lados del patio segundo tiene cinco altares; el
altar mayor tiene su retablo y sagrario dorado; en el medio, en
su nicho, tiene una estatua, asimismo dorada de Santa
María la Mayor, su titular y patrona, con su cortina de
raso blanco. A los dos lados, dos estatuas de medio cuerpo, la
una de San Ignacio de Loyola, y la otra de San Francisco Javier".
Había también en la iglesia piezas de plata,
ornamentos y demás alhajas pertenecientes a la iglesia.
"En el Baptisterio, una estatua grande traída de Europa, de la
Santísima Virgen con el niño Jesús en los
brazos, su pila de bautismo y una tinaja vidriada para guardar
el agua
consagrada".

El Cementerio: Fue trasladado después del
incendio del templo, para permitir el acceso al templo
provisorio. No tenía acceso desde las dos calles
principales del pueblo, sino desde una plazoleta apéndice
de la plaza principal. Tenía una capilla con un Santo
Cristo Grande en su cruz, un sepulcro del Señor y otros
varias estatuas.

Colegio o Residencia: El Inventario de 1768
describe: "tiene la casa de los Padres dos patios y una huerta de
hortalizas, con algunos árboles
frutales de naranjos y duraznos, etc. El patio principal donde
estuvo la iglesia grande, que hace más de treinta
años que se quemó, tiene doce cuartos o aposentos
buenos, de los cuales en los seis que sirven de ordinaria
vivienda hay una mesa con su estante para libros. Dos
candeleros de metal o cobre. En
el patio segundo tiene la iglesia de prestado, que sirve al
presente".

Huerta: Del Inventario de 1768 se obtiene la
siguiente información: "tres huertas de árboles
frutales, la una con capilla de Santa María.

Las viviendas de los indios: Se ubicaban de
manera paralela a los lados de la plaza y en hileras hacia la
periferia. Siete a doce unidades o habitaciones
constituían una "manzana", que organizada como un elemento
cerrado estaba rodeada de galerías
perimetrales.

Como otras edificaciones nombramos:
"Una
cárcel con tres cuartos o aposentos. Una casa de recogidas
(o Cotyguazú).
Dos capillas en el campo junto al pueblo". Un tajamar a la
entrada del pueblo. Los tambos, ubicados libremente. Las
carnicerías o "rastros" junto a la huerta. Frecuentemente
se repartía la carne a los indígenas en el segundo
patio. Olerías y galpones ubicados en la periferia del
pueblo.

La Economía: Se sustentaba en la
agricultura, la recolección de miel, la cría de
ganado, la industria, las artesanías y el comercio. Se
cultivaba trigo, maíz, mandioca, batata dulce, caña
de azúcar y legumbres con destino a la
alimentación. Algodón para obtener el hilo y el
lienzo. Tabaco. Muy importante pasó a ser el cultivo de la
yerba mate, que en un principio se cosechaba de los yerbales
silvestres muy apartados de las reducciones. La yerba era el
producto de venta necesario para sufragar los impuestos anuales
al Rey. Existía en la reducción un régimen
agrícola-mixto. A cada familia indígena se le
otorgaba una parcela de tierra para el cultivo que era denominada
abá-mbaé o "propiedad del indio", la
explotación de la misma era controlada por los misioneros
quienes vigilaban que los indios sembrasen y cosechasen sus
productos. La parte de tierras pertenecientes a la colectividad
era llamada Tupá-mbaé o "propiedad de Dios". Los
indios cultivaban por turnos en estos terrenos comunales y se les
pagaba en especie. Los productos eran destinados para cubrir
necesidades de la comunidad, pagar el tributo al Rey, sostener a
los misioneros, incapacitados, enfermos, viudas,
huérfanos, socorrer a los pueblos vecinos en dificultades.
El producto de la ganadería, la yerba, cosechas
comunitarias y trabajos manuales ingresaba al Tupambaé,
que se encargaba de la exportación y venta. Del inventario
de la expulsión (1768) tenemos información que este
pueblo tenía dos estancias grandes alejadas y una
estanzuela junto al pueblo. en dichas estancias había
ganado vacuno, bueyes mansos, ovejas, carneros, caballos, yeguas,
burros, mulas y puercos. Ante la necesidad de una serie de
artículos para uso y consumo interno de los pueblos, los
jesuítas establecieron los talleres, donde los
guaraníes aprendieron una serie de oficios:
carpintería, fabricación de vajilla, hornos para
cocer tierra, fundición de metales, tejeduría de
algodón, confección de sombreros, instrumentos
musicales, etc. En las reducciones no circulaba dinero, por lo
que los jesuitas fijaron el valor de cambio para cada producto en
el interior de la Provincia, era una unidad monetaria ficticia,
el peso hueco(vacío); en base a él se cotizaban los
productos. La unidad de peso era la arroba (10,50 kg.
aproximadamente) y la unidad lineal era la vara (0,83
metro).

Educación y Arte: Como el objeto de las
reducciones era enseñar la doctrina cristiana, la educación, la
catequización, la enseñanza en las escuelas y el
arte estuvieron orientados hacia esa finalidad. Iniciar a los
guaraníes en los valores
cristianos no fue sencillo para los padres misioneros, ya que
debieron desterrar la hechicería y la poligamia,
prácticas ancestrales de la cultura guaraní. Con
mucho ingenio, los curas, para hacer comprensible sus
enseñanzas se valieron del canto, la pintura, el teatro,
la escultura y la danza. A la escuela de primeras letras
acudían los niños desde los 6 años.
Aprendían a leer y escribir en guaraní. A los hijos
de los caciques y autoridades comunales se les enseñaba
además castellano y latín. La enseñanza se
completaba con nociones de religión, urbanidad,
aritmética y música. Las niñas
aprendían costura, tejido y bordado. En los primeros
tiempos los maestros fueron los curas, hasta que se formaron los
maestros indígenas. En el arte
jesuítico-guaraní prevaleció el tema
religioso-cristiano. Los modelos que llegaban eran europeos. Los
guaraníes fueron excelentes copistas de las estampas,
dibujos, grabados e imágenes que llegaban. Para las tallas
en madera utilizaban el cedro, jacarandá y otras maderas
nobles de la región. Todo el arte se inscribió
dentro de la corriente general de la época: el barroco.
Los guaraníes poseían una inclinación
natural hacia la música, que junto con el rezo y la danza
formaba parte del ritual religioso. Todas las iglesias
tenían de 30 a 40 músicos. Los que no tenían
buena voz, aprendían algún instrumento y los
tocaban con mucha destreza: arpas, violines, espinetas, bajones,
chirimías, clarines; al principio por enseñanza de
los padres y luego con maestros indios.

Imprenta: En sus talleres gráficos se imprimieron varias obras, desde
1724 a 1727, con la prensa
traída desde Loreto. Entre ellas el "Vocabulario de la
lengua guaraní" del Padre Antonio Ruiz de
Montoya.

La expulsión de los Jesuítas y
Decadencia
: El Rey Carlos III de España, firmó
el Decreto de expulsión de los Jesuítas de los
dominios españoles en 1767, pero recién se
ejecutó en las Misiones en 1768. A partir de esa fecha, el
sistema se quebró abruptamente. Las Ordenanzas del
Gobernador de Buenos Aires Bucarelli separaban la atención
espiritual de lo temporal. La primera a cargo de sacerdotes
mercedarios, dominicos y franciscanos que hablaban la lengua
guaraní. Lo temporal a cargo de administradores laicos que
introdujeron el comercio con el exterior y liberaron
progresivamente a los naturales del régimen de comunidad
de bienes. La decadencia demográfica estuvo
íntimamente vinculada con la ruina material. Con la nueva
administración se notaba la impericia de los
administradores locales; "la mayoría ignoraba el manejo de
caudales, desconocían lo que era la agricultura y las
fábricas y no sabían ajustar una cuenta, todos
requisitos esenciales para el cargo".
A esto se sumaba el despilfarro de los productos acumulados en
los almacenes. Lo poco que se lograba exportar, apenas daba para
impuestos y salarios de los administradores y sacerdotes; no
quedaba nada para provecho de los indios. Éstos,
disconformes, desertaban de las reducciones y el trabajo se
volvía excesivo para los que permanecían. Otros
factores de disminución poblacional fueron la
desnutrición y las epidemias de viruela. Con poca gente,
las casas quedaban desocupadas. Los techos de tejas no se
reparaban y la lluvia infiltrada pudría el maderamen y los
tejados no tardaban en derrumbarse. El año más
funesto para esta reducción fue 1817, cuando tropas
portuguesas, por órdenes del brigadier Chagas saquearon y
quemaron estas reducciones. Lentamente la vegetación fue
avanzando sobre todo el conjunto abandonado. 
Situación actual de los vestigios: Los vestigios
existentes corresponden a un pequeño pueblo
jesuítico a medio hacer. Los restos del Templo que se
observan corresponden a una Iglesia provisoria que se
había instalado a partir de la adecuación de parte
de la Residencia, debido a que le Templo original se había
incendiado en 1.735. Esta solución cambió la
fisonomía del pueblo, al correrse el cementerio de su
posición original y al generarse un apéndice en la
Plaza Central.
La Residencia y los Talleres conservan gran parte de sus muros.
En uno de los locales de la Residencia se ha instalado una
Capilla moderna, que es utilizada en la actualidad. El Cementerio
y la Huerta conservan gran parte de sus muros perimetrales. En la
periferia de las ruinas se conservan importantes restos de
Capillas, tajamares, zanjas, caminos y restos de establecimientos
de campo.
En la Plaza se hallan los cimientos de una escuela que
funcionó en la primera mitad del siglo XX. También
en una de las esquinas funcionó un Cementerio a fines del
siglo XIX y comienzos del siglo XX. Cuenta con un:
Centro de Visitantes inaugurado en Septiembre de l997. Entre sus
dependencias nombramos: boletería, museo, mini bar,
sanitarios, taller y depósito para material
arqueológico y habitaciones para
arqueólogos.

San Roque
González de Santa Cruz

Fue uno de los más destacados misioneros que
desarrollaron su acción en esta parte de América.

Roque González de Santa Cruz nació en
1576, en Asunción. Sus padres fueron Don Bartolomé
González de Villaverde y Doña María de Santa
Cruz, nacidos también en tierra americana. Otro de sus
seis hermanos también fue sacerdote.

El rasgo típico que lo acompañó
toda la vida fue su capacidad de sacrificarse por los
demás. Un espíritu decidido y organizador. A los
veintidós años fue consagrado sacerdote por
Monseñor Hernando Trejo y Sanabria, por entonces Obispo de
Córdoba, quien fue invitado para consagrar a Roque en la
ciudad de Asunción, en 1598.

Se desempeñó en diversas actividades
apostólicas, en múltiples lugares y circunstancias.
No aceptó el cargo de Vicario General de Asunción
porque quería llegar hasta los mismos indígenas
para evangelizarlos. En 1609 abandonó la actividad en
dicha ciudad, ingresó en la Compañía de
Jesús y comenzó a ser el gran misionero del Plata.
Su actividad evangelizadora no conoció descanso hasta el
día de su muerte.

El Chaco Paraguayo lo esperaba como su primer campo de
acción misional. El éxito
de su acción con ellos no fue el esperado, pero
consiguió mejorar las relaciones de los indígenas
con los habitantes de la ciudad.

En 1613 reconstruyó la misión de
San Ignacio, quedándose en la zona hasta 1619.
Fundó nuevas misiones, las organizó y les dio
estabilidad de acuerdo con sus posibilidades. Las crónicas
de la época lo presentan sumido en la pobreza
más dura y en una intensa y desigual lucha contra pestes
de distinto tipo, entre ellas contra el cólera.

Dos de los problemas que
debían afrontar los misioneros eran: conocer el
idioma  y  la psicología del
indígena.

Fue fundador de Posadas, llamada en su origen con el
nombre guaraní de Itapúa. Además fue
fundador de Candelaria, Concepción de la Sierra, San
Javier y otros centros sobre el río Uruguay.

Desde 1620, trabajó sobre las márgenes de
este último río. También aquí, el
enemigo más cruel fue el hambre y las enfermedades que diezmaban
poblaciones. Su labor se extendió hacia el sur, llegando
hasta Yapeyú, donde fundó dicho centro, en la
actual provincia de Corrientes. Yapeyú constituía
en cierta forma un punto estratégico entre Buenos Aires y
las poblaciones del norte. Fundó tierra adentro, hacia
Brasil: San
Nicolás, Asunción del Iyuí, Caaró,
etc., permaneciendo en esta zona hasta 1628.

En la zona de Iyuhí tenía gran
predicamento el cacique Ñezú, por cuya
instigación fue destruida la reducción y muertos
Roque González y otro misionero, el padre Alonso
Rodríguez en Caaró, el 15 de noviembre de 1628. Los
cadáveres fueros arrojados a la hoguera. Idéntica
suerte tuvo el jesuita Juan del Castillo en Asunción del
Iyuí el 17 de noviembre de 1628.

Desde entonces fueron venerados como
mártires.  El 28 de enero de 1934 fueron beatificados
y en mayo de 1988 el Papa Juan Pablo II los proclamó como
los Santos Mártires Rioplatenses en una ceremonia
realizada en Asunción.

ANDRES
GUACURARI

Fue un indio guaraní. Nació en Santo
Tomé o San Borja probablemente el 30 de noviembre de 1778.
Vivió en Santo Tomé con su madre a partir de la
invasión luso-brasileña de 1801. Fue educado por el
cura del pueblo. Su nombre, como él lo escribía era
Andrés Guacurarí; los luso-brasileños lo
llamaban Artiguinhas o Andrés Tacuarí. Fue
más conocido como Andresito.

Su cultura fue bastante completa. Fue músico.
Hablaba y escribía correctamente castellano,
portugués y guaraní.

José Artigas fue su padrino quien en 1811 lo
adoptó. A partir de allí se lo conoce como
Andrés Guacurarí y Artigas o Andrés
Artigas.

Su lucha se orientó hacia dos objetivos:

la lucha contra las fuerzas extranjeras que invdieron el
territorio misionero,

– la defensa de los principios
federalistas sustentados por Artigas.

CAMPAÑAS

Fueron cuatro.

CAMPAÑA DEL RIO PARANÁ CONTRA LA INVASION
PARGUAYA (1815).
Andresito fue designado por Artigas en 1815, Comandante General
de Misiones, cargo que ocupó hasta 1816. El Dr. Gaspar
Rodríguez de Francia, so
pretexto de inconducta de las fuerzas artiguistas en su frontera,
dispuso la ocupación de los pueblos misioneros de la banda
oriental del Paraná. El capitán paraguayo Francisco
Antonio González se apoderó en agosto de 1815
violentamente de los pueblos de Candelaria, Santa Ana, Loreto,
San Ignacio y Corpus. Posteriormente lo reemplazó el
comandante José Isasi.

Artigas ordena a Andresito que impida el avance
paraguayo y que los haga repasar el río Paraná.
Organizó una fuerza de 500
hombres (indios) de infantería y caballería. Se
recupera Candelaria; el asalto fue dirigido por fray José
Acevedo y el capitán Manuel Miño el 10 de
Septiembre de 1815. Isasi se entrega. Con posterioridad Andresito
recupera los demás pueblos: Santa Ana, San Ignacio
Miní, Loreto y Corpus.

ANDRESITO GOBERNADOR DE MISIONES

Asumió el gobierno de
Misiones con el cargo de Comandante General. Instaló su
sede en Candelaria. Su gobierno fue
recto y justo, procediendo en todo, conforme a la
orientación política artiguista.
Recuperó los pueblos misioneros sobre el
Paraná.
Los Cabildos indios volvieron a funcionar regularmente durante su
gobierno. Se encargaron de administrar las estancias y yerbales y
comerciar con las demás provincias.

Instaló una fábrica de pólvora en
Concepción. Ordenó la construcción de
rústicos hornos para fabricar chuzas.

Toda su organización fue interrumpida por la
invasión portuguesa.

2) PRIMERA CAMPAÑA DEL RIO URUGUAY CONTRA LA
INVASION LUSO-BRASILEÑA (1816).

Es intención de Andresito la reconquista de las
misiones Orientales, para ello instaló una fábrica
de pólvora y reorganizó su ejército. Inicia
la marcha con 1000 hombres desde Santo Tomé en 1816.
Obtiene un triunfo en Sao Joa Vello. Por proclama hace saber a
los 7 pueblos sus intenciones. Instaló su campamento en
Itaquí (frente a Alvear, Corrientes). Los
luso-brasileños tienen su campamento en San Borja. Se
produce un combate en Rincón de la Cruz, triunfa Andresito
y recibe la adhesión de los naturales de la región.
Andresito sitió San Borja el 21 de septiembre de 1816, los
luso-brasileños se resisten, después reciben
refuerzos y derrotan a Andresito obligándolo a retirarse
repasando el río Uruguay. Los portugueses vuelven a atacar
en 1817 en la cercanía de la barra del Aguapey. Por
órdenes del gobernador de Río Grande do Sul, los
luso-brasileños saquearon e incendiaron los pueblos de
Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé, Santa María y
Mártires. Saquearon únicamente a Apóstoles,
San José y San Carlos y llevaron cuanto había de
valor.Dos veces más atacaron los portugueses pero los
ejécitos de Andresito los derrotaron en Apóstoles y
San Carlos.

3) CAMPAÑA DE CORRIENTES EN DEFENSA DEL FEDERALISMO
(1818-1819). Luego del combate de San Carlos, Andresito
instaló su cuartel en Tranquera de Loreto y vigiló
los movimientos de los paraguayos y de los portugueses.
Recibió las órdenes de Artigas de marchar sobre
Corrientes para reestablecer la autoridad federal, resentida por
un golpe militar dirigido por el capitán José
F.Vedoya adherido al centralismo
porteño. Se produjeron dos encuentros, uno en
Caa-Catí y otro en Saladas en 1818, ambos posibilitaron el
triunfo de Andresito.

ANDRESITO GOBERNADOR DE CORRIENTES

Ejerció la gobernación hasta abril de
1819. Reorganizó el gobierno civil. Ningún pueblo
dejó de tener autoridad constituida. Había un
enfrentamiento entre el patriciado de las ciudades capitales y
las masas rurales. La sociedad
correntina estaba acostumbrada desde la época de las
colonias, a encomiendas donde no existían los sueldos y se
trabajaba por la comida; a los hijos se los tenía en las
casas de viejas familias como "criados", con la paga del plato
diario. Los indios eran la base de todas estas actividades y los
esclavos. Andresito se abocó a la tarea de liberar indios
y esclavos.
Realizó el reparto de tierras a los que las necesitaban y
a los que las querían para trabajarlas.

4) SEGUNDA CAMPAÑA DEL RIO URUGUAY CONTRA LA
INVASION LUSO-BRASILEÑA (1819).

Para 1819 el ejército de Artigas no contaba con
suficientes medios ni
hombres para resistir a los invasores. Sólo Andresito
volvió a la lucha; abatió guarniciones enemigas y
tomó posición de los pueblos de las misiones
orientales. Se instaló en San Nicolás. Quiso atacar
a Chagas, pero el asalto fracasó y los luso-portugueses se
retiraron y pidieron refuerzos a Porto Alegre y a Alegrete.
Andresito marchó al sur intentando contactarse con
Artigas, pero no lo consiguió. Chagas con refuerzos
retomó San Nicolás. Andresito decide volver y en su
contramarcha chocó con las poderosas fuerzas
brasileñas en Itá-Curuví en Julio de 1819.
El combate fue violento. Andresito debió retirarse y
dispersar sus tropas con la consigna de reunirse en la otra banda
del río Uruguay, en nuestra provincia. Algunos lo
consiguieron, otros grupos fueron
alcanzados por los luso-portugueses y se produjeron sangrientos
entreveros, en uno de los cuales perdió a vida el cacique
Tiraparé. Cuando Andresito se preparaba para cruzar el
río en una jangadilla con un pequeño grupo fue
sorprendido por una fuerte patrulla que lo tomó
prisionero.

Fue llevado a las cárceles de Porto Alegre a
pié, con cueros frescos atados por el cuello que se iban
secando en el camino. Debió trabajar en obras
públicas. Luego fue llevado a un pontón a
Río de Janeiro con otros compañeros y luego a la
isla Das Cobras.

El español D.
Francisco de Borja Magariños gestionó y obtuvo su
libertad,
poniendo fin a su calvario en 1821.

El 3 de julio de 1821 Andrés Guacuaraí
arribó a Montevideo y a partir de esa fecha se pierden sus
rastros. No se sabe si murió en Montevideo, si
volvió a Misiones, si murió en el viaje, si fue
envenenado en la prisión.

Lo que si se sabe es que con su prisión Misiones
perdió uno de sus mejores hombres. Su acción
permitió que esta provincia quedara para la
patria.

La
ocupación correntina

En el año 1830 la provincia de Corrientes invade
y absorbe a Misiones,aprovechando que el ejército
misionero se hallaba ausente, porque estaba participando en la
guerra contra
el Imperio del Brasil.

En esta época el espacio misionero es importante
debido a razones estratégicas, económicas y
militares; por ello se disputarán su dominio
Asunción, Buenos Aires, el Imperio del Brasil y las
provincias argentinas de Corrientes, Entre Ríos y Santa
Fé.

La importancia económica de Misiones radicaba en
los campos de pastoreo del sur, la riqueza maderera existente en
su extensa selva y las grandes extensiones naturales de yerba
mate. En tanto que era estratégica para el Paraguay – y
por ello debía obtener su control – porque
le garantizaba el tráfico comercial con los puertos del
Océano Atlántico.

La
ocupación paraguaya

Durante el siglo XIX Paraguay incursionó en
repetidas oportunidades en el territorio de Misiones, pero esta
presencia se hará fuerte a partir de 1838/40, cuando en la
actual Posadas, se construya una fortificación amurallada,
la cual será denominada: " Trinchera de los paraguayos ".
Esta fortificación le garantizará al Paraguay el
pleno control de la
ruta comercial: Asunción – Villa Rica – Encarnación
– Posadas – San Borja – Porto Alegre. El Paraguay ocupa la
región Misionera debido a que el brigadier Juan Manuel de
Rosas –
gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones
exteriores de las Provincias Unidas del Río de la Plata –
no reconoce la independencia
del Paraguay, ya que lo considera como una provincia argentina.
Por ello, luego de que el brigadier Rosas impida la
libre navegación de los ríos – con el afán
de ahogar económicamente al Paraguay y obligarlo a
incorporarse a las Provincias Unidas – el dictador Gaspar
Rodríguez de Francia ordena
la ocupación de Misiones.

Esta ocupación por parte del Paraguay se
prolongará hasta el año 1865, año en que se
inicia la Guerra de la
Triple Alianza. En las primeras acciones de la
guerra el Ejército Argentino libera de la presencia
paraguaya a Candelaria y la Trinchera de San José. Luego
la guerra se traslada a territorio paraguayo y la defensa de la
zona queda a cargo de las fuerzas brasileñas del
Batallón 24º, el cual tiene su campamento en donde
hoy se hallan las torres de agua potable
de la empresa SAMSA
(Ex APOS), en la ciudad de Posadas.

Luego de finalizada la guerra, por el Tratado de Paz
Argentino – Paraguayo de 1876, el Paraguay abandona
definitivamente sus pretenciones sobre el territorio de Misiones.
Se acuerda definitivamente que el límite entre ambos
países será la línea establecida por el
río Paraná, situación que no volverá
a a ser modificada.

La
Federalización

El 22 de diciembre de 1881, el Presidente Julio
Argentino Roca promulga el decreto de la ley de
Federalización de Misiones, por este acto Misiones pasa a
convertirse en Territorio Nacional del Estado
Argentino, recobrando parcialmente su autonomía al
separarse de la provincia de Corrientes.

Esta era una forma de reafirmar la soberanía nacional, e iba acompañada
de toda una política tendiente a
garantizar la presencia del Estado
Argentino a través de la Educación, la
Justicia, la
Seguridad y obras de infraestructura. Ya durante la guerra con
Paraguay comienza el asentamiento de una población heterogénea en Posadas, la
cual se dedicará a actividades comerciales relacionadas
con el abastecimiento de las fuerzas aliadas y, una vez
finalizado el conflicto,
esta gente iniciará actividades comerciales relacionadas
con el frente extractivo (explotación de los yerbales
silvestres y la madera de la selva). Pero el gran problema de
Misiones – a fines del siglo XIX – es su escasa densidad
poblacional, es un territorio carente de núcleos urbanos,
sin redes viales ni
puentes, un territorio rico sobre el cual se debe asegurar los
derechos
soberanos del estado argentino a través del poblamiento;
este es un problema que afecta a todo el territorio nacional y
por ello se dará una fuerte política para fomentar
la inmigración europea hacia las zonas
desérticas de la Argentina.

El primer Gobernador del Territorio Nacional de Misiones
será el Coronel Rudecindo Roca, hermano del Presidente de
la República.

Los gobernadores
del Territorio Nacional de Misiones

Estos fueron designados directamente por el Poder
Ejecutivo, ya sea constitucional o de facto, y más que
gobernadores son en realidad comisionados nacionales.

Gobernador:       

Cnel. Rudecindo Roca

(01/01/1882 –
13/04/1891)

Gobernador:

Cnel.Benjamín
Moritán

(11/06/1891 –
10/07/1893)

Interino: 

Don Francisco Delgado

(10/07/1893 –
28/10/1893)

Gobernador: 

Dr. Juan Balestra

(28/10/1893 –
09/11/1896)

Gobernador: 

Don Juan José
Lanusse

(09/11/1896 – 01/07/1905

Interino: 

Don Francisco Delgado

(01/07/1905 –
24/07/1905)

Gobernador: 

Don Manuel A.
Bermúdez

(24/07/1905 –
18/07/1908)

Interino: 

Don José M.
López

(18/07/1908 –
12/09/1908)

Gobernador:

Dr. Justino Solari

(12/09/1908 –
31/05/1911)

Interino: 

Don Marco M. Acosta

(31/05/1911 –
08/07/1911)

Interino: 

Don Diógenes
Lotero

(08/07/1911 –
14/07/1911)

Gobernador: 

Cnel. Gregorio
López

(14/07/1911 –
30/11/1916)

Interino: 

Prof. Soriano Romero

(01/09/1916 –
23/05/1917)

Gobernador: 

Dr. Héctor
Barreyro

(23/05/1917 –
27/04/1920)

Interino: 

Tte.Nav. Guillermo Doll

(27/04/1920 –
30/09/1922)

Interino: 

Don Diógenes
Lotero

(30/09/1922 –
16/10/1922)

Gobernador: 

Dr. Héctor
Barreyro

(16/10/1922 –
01/01/1930)

Interino:

Don José Manuel
López

(01/01/1930 –
27/09/1930)

Gobernador: 

Cnel. Enrique Pilotto

(27/09/1930 –
19/12/1930)

Gobernador:

Dr. Carlos Acuña

(19/12/1930 –
25/06/1935)

Interino: 

Don Julio Amarante

(25/06/1935 –
12/09/1935)

Gobernador: 

Dr. Julio Vanasco

(12/09/1935 –
16/08/1938)

Interino: 

Don Ángel H. Ruiz

(16/08/1938 –
29/11/1938)

Gobernador:

Dr. Luis Cirilo Romaña

(29/11/1938 –
06/11/1941)

Gdor. A/C:

Don Julio C.
Sánchez

(06/11/1941 –
22/11/1941)

Gobernador:  

Don Esteban Semilla

(22/11/1941 –
11/06/1943)

Gdor. A/C:

My Gastón
Fermepín

(11/06/1943 –
08/07/1943)

Gobernador: 

Ing. Eduardo
Otaño

(14/06/1943 –
19/07/1946)

Sec. A/C: 

Don Manuel Ribero y
Hornos

(19/07/1946 –
20/01/1947)

Gobernador: 

Don Aparicio Almeida

(20/01/1947 –
30/09/1949)

Sec. A/C: 

Don Alberto D'Uva

(01/10/1949 –
21/12/1949)

Gobernador: 

Don Eduardo Reguero

(21/12/1949 –
31/12/1952)

Gobernador: 

Dr. Claudio Arrechea

(31/12/1952 –
31/12/1953)

 Los inmigrantes y la
construcción de una sociedad
plural

En el año 1876 el Presidente Nicolás
Avellaneda promulga la Ley de Inmigración y Colonización. Esta ley
fomenta la inmigración de colonizadores europeos con el
fin de poblar los extensos territorios vírgenes de la
Argentina, como una forma de afirmar la soberanía nacional y una forma de
incorporar fuerza de
trabajo a una nación
joven y de gran riqueza. El Territorio Nacional de Misiones se
beneficiará de la política inmigratoria generada
por el Estado
Nacional y ello dará pie a la conformación de una
sociedad plural en lo racial, lo religioso y lo cultural;
haciéndose esto notar en la fisonomía de sus
habitantes, la arquitectura de
sus templos religiosos, la cantidad de confesiones existentes y
la traza de sus ciudades.

En el caso de Misiones podemos identificar dos
corrientes colonizadoras principales: una que es fruto del
incentivo oficial o gubernamental, y otra que surge de la
acción privada o de particulares.

I) La colonización oficial (1883 –
1927).

Este tipo de colonización se dio principalmente
en el área sur de la provincia, contando con fuerte apoyo
estatal; y se centró en los lugares donde se habían
desarrollado los viejos poblados jesuíticos:
Apóstoles, Concepción de las Sierras, Santa Ana y
San Ignacio, entre otros. Los primeros inmigrantes que
participaron de la colonización oficial fueron polacos y
ucranianos, los cuales procedían de Galitzia,
región perteneciente al Imperio Austro-húngaro. En
su generalidad eran campesinos pobres que no tenían
posibilidades de acceso a la tierra en
Europa, estando
sumamente limitadas sus posibilidades de progreso y emigrar hacia
América
constituía para ellos una tangible esperanza de
prosperidad.

II) La colonización privada (1920 –
1945).

Esta colonización fue realizada a través
de compañías colonizadoras que se crearon al
efecto. Estas compañías estaban relacionadas con
poblaciones e intereses alemanes, esto se debe a que – luego de
terminada la 1º Guerra Mundial –
Alemania
promueve la migración
de parte de sus habitantes hacia Sudamérica; ya que la
situación económica de Alemania es
desesperante.

Las compañías que más se destacaron
por su accionar colonizador en Misiones fueron:

a) La Cía. Eldorado Colonización y
Explotación de Bosques Ltda. S.A. de Adolf
Schwelm.

b) La Sociedad Colonizadora Alto Paraná Culmey y
Cía. de Carlos Culmey.

Estas compañías fueron las que colonizaron
y generaron el gran despegue de la zona del Alto Paraná,
la cual era un área selvática, a la que
únicamente se podía acceder por vía fluvial,
ya que no existían caminos ni puentes. Así, fueron
creadas, entre otras, las ciudades de Eldorado, Montecarlo,
Puerto Rico y San
Alberto; las que a su vez dieron origen a nuevas
colonias.

Así también, podemos identificar una
colonización privada espontánea o secundaria,
realizada esta por familiares y amigos de colonos ya asentados,
los que emigran a Misiones y se instalan en la zona de las
sierras centrales de la provincia. Se irán originando
así ciudades como Oberá, Aristóbulo del
Valle, Campo Viera, Campo Grande, Dos de mayo, San Vicente y
Leandro N. Alem. Estas colonias son el fruto del ímpetu
colonizador, por ello primero llega el colonizador
asentándose sobre las tierras, y luego el Estado
regulariza su situación respecto a la propiedad de las
mismas.

Hacia fines de la década de 1940 podemos hablar
ya de que Misiones se constituye en un verdadera sociedad plural,
en la cual conviven las más variadas razas, confesiones y
nacionalidades; Misiones es en ese momento una provincia
argentina habitada por gente proveniente de: Alemania, Rusia,
Ucrania, Austria, Finlandia, Noruega, Polonia, Italia,
Dinamarca, Suecia, Paraguay, Suiza, Brasil, El Líbano,
Francia, Inglaterra,
España y Siria.

Luego de finalizada la 2º Guerra Mundial
llegarán a Misiones un nuevo grupo de
inmigrantes provenientes de Japón,
estos se asentarán en Garuhapé, Jardín
América y Oasis. Y ya a fines de la década de 1970
llegan a Misiones inmigrantes procedentes de Laos; estos poseen
la particularidad de llegar con un status muy especial, llegan
como refugiados de guerra, bajo el auspicio de la ACNUR (Alto
Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados). Y recientemente, en la década de
1990 se incorporan a la sociedad misionera familias procedentes
de Corea del Sur y de Taiwán (China
Nacionalista).

La inmigración marca a fuego la
historia de
Misiones ya que cambia por completo el paisaje de la provincia y
la fisonomía de su gente, incorpora los ideales del
cooperativismo
y experiencias técnicas
realizadas en Europa o en el paso por el Brasil, incorpora
también nuevas concepciones

Provincialización de
Misiones

Entre los años 1915 y 1945 se hicieron varios
intentos de provincializar el Territorio Nacional de Misiones,
pero estos no tuvieron éxito y
fueron a parar al archivo del
Congreso Nacional. Esto sucedía a pesar de que el pueblo
misionero había ya alcanzado madurez cívica,
superaba el número de habitantes mínimo requeridos
para constituirse como provincia y desarrollaba a pleno todo su
potencial económico.

Recién en el año 1953 – por iniciativa del
Presidente Juan Domingo Perón – el
Congreso sanciona la Ley 14.294 por la cual se provincializa el
Territorio Nacional de Misiones. Así, Misiones vuelve a
tener el status de Provincia Argentina y recobra su plena
autonomía como estado federal.

Los gobiernos
provinciales

A partir de la provincialización de Misiones se
sucederán tanto gobernadores como interventores en el
gobierno de la provincia; podremos fácilmente advertir que
la interrupción del orden constitucional pasa a ser la
moneda corriente de la vida política nacional, la cual –
en el siglo XX – se caracteriza por su alta
inestabilidad.

Comisionado:

Dr. Claudio Arrechea 

(01/12/1954 – 01/02/1955) 

Min.Gob.A/C: 

Don Marcos B. Reyes

(03/02/1955 – 24/02/1955)

Comisionado: 

Dr. Juan C. Lorenzo

(24/05/1955 – 04/06/1955)

Gobernador: 

Dr. Claudio Arrechea 

(04/06/1955 – 20/09/1955)

Gob.Militar: 

Tte.Cnel. Juan T. Roca

(20/09/1955 – 11/10/1955)

Interventor: 

Don Adolfo J. Pomar

(11/10/1955 – 30/04/1958)

Interventor: 

Don Pedro Rebollo

(01/05/1958 – 29/05/1958)

Interventor: 

Dr.Julio Brower de Koning

(29/05/1958 – 15/03/1959)

Interventor: 

Dr.César Napoleón Ayrault

(16/03/1959 – 21/01/1960)

Interventor: 

Dr. Francisco Martos

(22/01/1960 – 01/05/1960)

Gobernador: 

Dr.César Napoleón Ayrault

(01/05/1960 – 24/04/1962)

Interventor:

Cnel. Wilde Santa Cruz 

(24/04/1962 – 25/06/1962) 

Interventor: 

Esc. Emilio Gueret 

(25/06/1962 – 24/10/1962)

Interventor: 

Dr. Pablo Luzuriaga 

(24/10/1962 – 12/10/1963

Gobernador: 

Don Mario Losada 

(12/10/1963 – 28/06/1966)

Interventor:

Cnel. Alfonso M. Galeano

(28/06/1966 – 27/07/1966)

Interventor: 

Don Hugo Jorge Montiel

(27/07/1966 – 18/11/1969)

Interventor:

Dr. Ángel V. Rossi 

(18/11/1969 – 24/05/1973)

Gobernador: 

Don Juan Manuel Irrazábal

(25/05/1973 – 30/11/1973

Interino:  

Esc. Luis Ángel Ripoll 

(01/12/1973 – 21/01/1975)

Interventor: 

Don Juan Carlos Taparelli

(21/01/1975 – 25/05/1975)

Gobernador: 

Esc.Miguel Ángel Alterach

(25/05/1975 – 24/03/1976)

Interventor: 

Cnel. Juan A. Beltrametti

(24/03/1976 – 23/04/1976)

Interventor: 

Cap.Nav.René G. Buteler 

(24/04/1976 – 17/03/1977)

Interventor: 

Cap.Nav.Rodolfo R Poletti

(17/03/1977 – 01/11/1978)

Interventor: 

Cap.Nav. Fernando Difonzo

(01/11/1978 – 06/12/1978)

Interventor: 

Cap.Nav.Rubén Pacagnini 

(07/12/1978 – 31/03/1981)

Interventor: 

Gral.(Re)Juan M. Bayón

(31/03/1981 – 11/12/1983)

Gobernador: 

Dr.Ricardo Barrios Arrechea 

(11/12/1983 – 17/09/1987)

Gobernador: 

Don Luis María Casoni

(17/09/1987 – 11/12/1987)

Gobernador:  

Dr. Julio César Humada

(11/12/1987 – 11/12/1991)

Gobernador:  

Ing. Federico Ramón Puerta

(11/12/1991 – 10/12/1995)

Gobernador: 

Ing. Federico Ramón Puerta 

(10/12/1995 – 11/12/1999)

Gobernador:  

Ing. Carlos Eduardo Rovira

(11/12/1999 – 10/12/2003)

Gobernador:  

Ing. Carlos Eduardo Rovira

(10/12/2003 – En Función)

CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA DE
MISIONES

Misiones, a pesar de ser una de las Provincias
más antiguas del Virreinato del Río de la Plata,
tuvo un difícil y lento proceso
institucional. De ser un Centro Político y Cultural con
identidad
propia, pasó a ser un mero apéndice de una
Provincia hermana, hasta que en el año 1881
recuperó definitivamente el camino hacia su
autonomía.

DE 1949 A 1953

El Gobierno de Juan Domingo Perón
trajo aparejado en 1949 la reforma de la Constitución Nacional. Entre otros aspectos
favoreció desde el punto de vista de la
participación política a los territorios
Nacionales; pues mediante la Ley Nº 14.031 del año
1951 y su reforma, la Ley 14.292 del año 1953, otorgan a
los Territorios el derecho de estar representados en el Congreso
de la Nación
por medio de delegados electos de acuerdo al régimen
electoral vigente.

También en ese mismo año (1953) la misma
Ley que declaraba la provincialización de Misiones
contenía las pautas para su organización institucional a partir de una
Constitución.

Establecieron las condiciones para la elección de
los Convencionales Contituyentes que tendrían a su cargo
la redacción y sanción de la
Constitución para la novel Provincia.

AÑO 1954

Estando como comisionado Nacional el Dr. Claudio
Arrechea, se dio cumplimiento a la ley en cuestión y se
convocó a elecciones. Las deliberaciones se llevaron a
cabo en el salón del Centro Agrario Yerbatero Argentino,
entre los días 8 al 12 de noviembre del año
1954.

El primer día de sesiones se presentó el
único proyecto con la firma de todos los convencionales
que fue aprobado sin reformas.

De la nueva constitución se desprende que la
misma fue redactada sobre la base de la Constitución
Nacional de 1949, y su estructura
interna consta de un preámbulo, algunos artículos
divididos en ocho secciones y ochos disposiciones transitorias.
Cabe destacar además, el sentido histórico de los
convencionales que responsablemente tuvieron en cuenta e
incorporaron los antecedentes valiosos de la rica historia
Misionera.

Finalmente la Novel Carta Provincial
sufrió las mismas mutilaciones institucionales que todas
las demás, incluida la Nacional, por la llamada "revolución
libertadora" en el año 1955. Acto seguido el nuevo
Gobierno declara la necesidad de la reforma.LA
CONSTITUCIÓN.

La Constitución, como Ley Fundamental,
está internamente vinculada a la etapa fundacional del
Estado; pues tiene como finalidad organizarlo estructural e
institucionalmente. El término Constitución
significa: "juntos instituir", "establecer algo en común
acuerdo", es la forma institucional que se impone una comunidad
política en el acto de fundarse o reformarse como tal,
regulando los poderes del Estado y estableciendo los derechos, las obligaciones
de los habitantes y las autoridades. 

 LA NUEVA
CONSTITUCIÓN DE 1958

El gobierno de ipso instaurado en el país, tras
el derrocamiento del Gobierno Constitucional de Juan Domingo
Perón, asumió el ejercicio de los llamados "Poderes
Revolucionarios". La Proclama, tiene repercusión nacional,
pues el Gobierno de la Provincia de Misiones, requiere ante la
Junta Consultiva Provincial su opinión acerca de la
derogación o a la vigencia de la Constitución
Provincial de 1954. Dicha Junta que estaba constituida por
ciudadanos misioneros, se expide el 20 de abril de 1956 a favor
de la vigencia de la Constitución Provincial de 1954, pero
siete días más tarde fue derogada.

Seguidamente el Poder
Ejecutivo Provincial, en concordancia con el Nacional, convoca a
una nueva Convención Constituyente, que inició sus
sesiones en la actual Legislatura provincial, el 30 de agosto de
1957. Los convencionales tomaron como base la Constitución
Nacional y algunas provinciales, además los principios y
postulados políticos representados.

Fueron dos los problemas
más importantes que tuvieron que superar los
convencionales para coronar exitosamente su labor:

La primera, el retiro de los convencionales de la
Unión Cívica Radical Intransigente, que
fundamentaron su actitud en que
debía ser el Congreso y no el Gobierno quién
debía legítimamente declarar la necesidad de la
reforma.

El segundo de orden económico, se refería
a los gastos de
funcionamiento ( ya que el gobierno prácticamente no
aportó recurso alguno. Sólo se pudo continuar
mediante la contribución de los propios
convencionales).

La Convención concluyó sus sesiones el 21
de abril de 1958, fecha en que quedó sancionada la
Constitución Provincial en vigencia plena.

Bibliografía

Carvallo, Casiano N.: "Síntesis
de Historia de la Provincia de Misiones". Ediciones Montoya
1980.

Gutiérrez, Ramón: Tipologías
urbanas de la misiones jesuíticas – "La arquitectura de
las misiones como mensaje" – Facultad de Humanidades
-1995.

Brabo, Francisco J.: "Inventario de los bienes hallados
a la expulsión de los jesuítas, etc."- Madrid 1872.

Amable María A., Dohmann Karina, Rojas Liliana
M.: "Historia misionera una perspectiva integradora". Ediciones
Montoya 1996.

Zárate Emilce A., Cambas Graciela, Cabral
Arrechea Salvador, Maggi Gustavo: "Conjuntos
jesuíticos de guaraníes en la Provincia de
Misiones" – Dirección General de Cultura –
1985.

González, Mary Edith: "Reducción
jesuítica de guaraníes de Santa Ana" del
Boletín de la Junta de Estudios Históricos de
Misiones – Año 1997 – 1º Semestre – Edición
especial dedicada al patrimonio jesuítico de Santa Ana –
Misones.
Barreyro G. Julio: "Breve Historia de Misiones". Plus Ultra.
Buenos Aires, 1979.

 

Rolin, Carlos Hugo Javier

San Javier – Misiones – 2004

Partes: 1, 2
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