Matemático
estadounidense.
Premio Nobel 1994
Nació el 13 de junio de 1928 en
Bluefield, Virginia.
Nació en Bluefield Sanatorium el
13 de junio de 1928 (bajo el signo de Géminis) y fue
bautizado en la iglesia
Episcopaliana. Sus biógrafos dicen
que fue un niño solitario e introvertido aunque estaba
rodeado de una familia
cariñosa y atenta. Parece que le gustaban mucho los
libros y muy
poco jugar con otros niños.
Su madre le estimuló en los estudios
enseñándole directamente y llevándole a
buenos colegios.
Su padre estudió ingeniería eléctrica y se llamaba
también John Forbes Nash, nació en Texas en 1892.
Después de luchar en Francia en la
primera guerra
mundial, fue durante un año profesor de
ingeniería eléctrica en la Universidad de
Texas tras lo que se incorporó a la empresa
Appalachian Power Company en Bluefield, West Virginia.
La madre Margaret Virginia Martin, estudió
idiomas en las universidades Martha Washington College y West
Virginia University.
John Nash, no se destacó por su brillantez en el
colegio. Por el contrario, debido a su torpeza en las relaciones
sociales, era considerado como un poco atrasado. Sin embargo, a
los doce años dedicaba mucho tiempo en su casa
a hacer experimentos
científicos en su habitación.
Desde su infancia su
comportamiento
e inquietudes revelan su extraordinaria capacidad intelectual y
sus dificultades para relacionarse con los demás. A lo
largo de su vida su característica más definitoria
será un egocentrismo exacerbado que le incapacita para
comprender a los demás seres humanos y que le impide
relacionarse con estos en términos de igualdad no
sólo en el terreno afectivo, sino incluso en el
intelectual. Nash se nutre fundamentalmente de su propia mente,
lo que constituirá a la vez su refugio y su
perdición.
Su hermana Martha, dos años más joven que
él, era una chica muy normal. Dice de su
hermano:
"Johnny era siempre diferente. Mis padres sabían
que era diferente y también sabían que era
brillante. Él siempre quería hacer las cosas a su
manera. Mamá insistía en que yo le ayudase, que lo
introdujera entre mis amistades… pero a mí no me
entusiasmaba lucir a un hermano tan raro".
A los catorce años Nash empezó a mostrar
interés
por las matemáticas. Parece ser que influyó
la lectura del
libro de Eric
Temple Bell, "Men of Mathematics" (1937). Entró en el
Bluefield College en 1941. Comenzó a mostrarse
hábil en matemáticas, pero su interés
principal era la química. Se
suponía que iba a seguir la misma carrera de su padre,
ingeniería eléctrica, pero continuaba con sus
experimentos químicos. Parece ser que tuvo alguna
relación con la fabricación de unos explosivos que
produjeron la muerte a
uno de sus compañeros de colegio.
Nash ganó una beca en el concurso George
Westinghouse y entró en junio de 1945 en el Carnegie
Institute of Technology (hoy llamado Carnegie-Mellon University)
para estudiar ingeniería química. Sin embargo
empezó a destacar en matemáticas cuyo departamento
estaba dirigido entonces por John Synge, que reconoció el
especial talento de Nash y le convenció para que se
especializara en matemáticas.
A los veinte años, solicitó ser admitido
como alumno en Princeton, la carta de
recomendación escrita por su profesor R.J. Duffin
tenía solo una línea: "Este hombre es un
genio".
Ingresa en Princeton que era en aquel momento el centro
mundial de las matemáticas (aunque carecía del
prestigio de Harvard y estaba formado por una mezcla de
izquierdosos, judíos y extranjeros que a Nash no acababa
de convencerle), donde trabajaban en ese momento genios como
Einstein o Von Neuman. En Princeton, por tanto, se
encontró con algunas de las mejores mentes del momento y
con algunas de las más prometedoras, lo que si bien no
mermó su confianza y presunción si aumentó
su ansia por destacar, por superarse a sí mismo y a los
demás y por obtener reconocimiento. "La mayoría de
los doctorandos eran personajes extravagantes, marcados por la
timidez y la inseguridad,
por peculiaridades poco corrientes y todo tipo de tics
físicos y psicológicos, pero, sin ninguna
excepción, compartían la sensación de que
Nash era todavía más extraño".
A los 21 años escribió una tesis de menos
de treinta páginas en la que expuso por primera vez su
solución para juegos
estratégicos no cooperativos, lo que desde entonces se
llamó "el equilibrio de
Nash", que tuvo un inmediato reconocimiento entre todos los
especialistas.
El punto de
equilibrio de Nash es una situación en la que ninguno
de los jugadores siente la tentación de cambiar de
estrategia ya
que cualquier cambio
implicaría una disminución en sus pagos. Von
Neumann y Oskar Morgenstern habían ya ofrecido una
solución similar pero sólo para los juegos de suma
cero. Para la descripción formal del problema y su
solución, Nash utilizó funciones de
mejor respuesta y el teorema del punto fijo de los
matemáticos Brouwer y Kakutani.
En los años siguientes publicó nuevos
escritos con originales soluciones
para algunos problemas
matemáticos y de la teoría de
juegos, destacando la "solución de regateo de Nash"
para juegos bipersonales cooperativos. Propuso también lo
que se ha dado en llamar "el programa de Nash"
para la reducción de todos los juegos cooperativos a un
marco no cooperativo.
Tras dejar Princeton, Nash comenzó a trabajar
para la RAND, una institución de las fuerzas aéreas
dedicada a la investigación estratégica, que en
aquel momento reclutaba talentos matemáticos para trabajar
en la aplicación de la teoría
de juegos a las nuevas circunstancias mundiales. La RAND, que
tuvo una influencia enorme en la política de defensa
estadounidense, se vio inmersa en el clima de paranoia
que se extendió por Estados Unidos en
la primera etapa de la guerra
fría, alcanzando su punto álgido en la
campaña anticomunista emprendida por el senador McCarthy.
Así pues la RAND combinaba en aquel momento un clima de
secretismo, unas medidas de seguridad
extremas, con un ambiente de
trabajo absolutamente libre e informal, que fomentaba por encima
de toda la creatividad y
el trabajo
individual. Se puede pensar que Nash compartía con la RAND
esa doble personalidad.
De hecho los posteriores delirios de un Nash gravemente enfermo
se centrarían casi siempre en supuestas conspiraciones,
mensajes cifrados o gobiernos secretos mundiales de los que
sólo él era consciente. Su ingreso en el MIT
coincidió con el inicio del despegue del mismo y su
transformación de la primera escuela de
ingeniería del país en el prestigioso centro de
estudio e investigación que es en la
actualidad.
Comenzó también en esta época a
mantener intensas pero conflictivas relaciones con algún
compañero por el que sentía atraído, tanto
física
como intelectualmente. La postura de Nash ante sus evidentes
inclinaciones homosexuales fue casi siempre la de la
negación, a pesar de que sus supuestos escarceos en un
lavabo público le valieron la expulsión de la RAND,
en plena "caza de brujas".
Una de las alumnas de Nash en el Instituto
Tecnológico de Massachussets (MIT), Alicia Larde,
entabló una fuerte amistad con
él. Había nacido en El Salvador, pero su familia
había emigrado a USA cuando ella era pequeña y
habían obtenido la nacionalidad hacía tiempo. El
padre de Alicia era médico en un hospital federal en
Maryland. En el verano de 1955 John Nash y Alicia salían
juntos.
En febrero de 1957 se casaron. En el otoño de
1958 Alicia quedó embarazada, pero antes de que naciera su
hijo, la grave enfermedad de Nash ya era muy manifiesta y
había sido detectada. Alicia se divorció de
él más adelante, pero siempre le ayudó
mucho.
El hijo, al que tuvo que sacar adelante ella sola,
desarrolló más tarde la misma enfermedad que su
padre.
En 1959, tras estar internado durante 50 días en
el McLean Hospital, viaja a Europa donde
intentó conseguir el estatus de refugiado político.
Creía que era perseguido por criptocomunistas. En los
años siguientes estaría hospitalizado en varias
ocasiones por períodos de cinco a ocho meses en centros
psiquiátricos de New Jersey. Unos años
después, Nash escribió un artículo para una
revista de
psiquiatría en el que describió sus pensamientos de
aquella época:
".. el personal de mi
universidad, el Massachusetts Institute of Technology, y
más tarde todo Boston, se comportaba conmigo de una forma
muy extraña. (…) Empecé a ver criptocomunistas
por todas partes (…) Empecé a pensar que yo era una
persona de
gran importancia religiosa y a oír voces continuamente.
Empecé a oír algo así como llamadas
telefónicas que sonaban en mi cerebro, de gente
opuesta a mis ideas. (…) El delirio era como un sueño
del que parecía que no me despertaba."
Pasado ese lapso, en los años setenta,
recuperó su salud mental y
pudo volver a la docencia y la investigación con nuevas
geniales aportaciones.
…Ahora parece que he vuelto a pensar racionalmente de
nuevo, en el estilo característico de los
científicos. Sin embargo eso no es algo de lo que haya que
alegrarse como si alguien con alguna limitación
física hubiera recuperado su buena salud. Un aspecto de esto es
que la racionalidad del pensamiento
impone un límite al concepto que
tiene una persona de su relación con el cosmos. Por
ejemplo, un no-zoroastriano podría considerar a Zaratustra
simplemente como un loco que arrastró a millones de
ingenuos seguidores a un culto de adoración ritual del
fuego. Pero sin esa "locura" Zaratustra habría sido solo
otro de los millones o billones de individuos que han vivido y
después han sido olvidados…
Economista estadounidense y profesor en la Princeton
University de New Jersey. Obtiene el Premio Nobel de Economía en 1994,
compartido con John C. Harsanyi y Reinhart Selten por sus
pioneros análisis del equilibrio en la teoría
de los juegos no cooperativos.
Hoy en día Nash es una leyenda viviente que sigue
entregado a su trabajo en el Departamento de Matemáticas
de la Universidad de Princeton.
Hace dos años (2001) se estrenó una
película llamada A Beatiful Mind (Una Mente Maravillosa),
basada en la vida de John Nash, el cual fue interpretado por
Russell Crowe (ganador del oscar a mejor actor por la
película "El Gladiador").
Con ocho nominaciones al Oscar, gano 4, de los cuales
incluye el de mejor película.
Si bien hay que considerarla como una obra de
ficción, ya que no muestra toda la
realidad, por lo cual fue muy criticada. Se puede ver un poco por
lo que vivió este personaje.
Una mente maravillosa es un drama intensamente humano
sobre un auténtico genio, está inspirado en la vida
del matemático John Forbes Nash Jr. El atractivo y
altamente excéntrico Nash hizo un descubrimiento asombroso
al comienzo de su carrera y se hizo famoso en todo el mundo. Pero
su fulgurante ascenso a la estratosfera intelectual sufrió
un drástico cambio de curso cuando la brillante mente de
Nash se vio atacada por la esquizofrenia.
Enfrentándose a un reto que hubiera destruido a cualquier
otro, Nash luchó por recuperarse con la ayuda de su devota
esposa Alicia. Tras varias décadas de penalidades
logró superar su tragedia y recibió el premio Nobel
en el año 1994
EL 20 de diciembre de 2001, a unas semanas de realizarse
la entrega de los Globos de Oro, el servicio de
Internet "Drudge
Report" (www.drudgereport.com) anunciaba una exclusiva sobre la
película "Una mente brillante", protagonizada por Russell
Crowe.
"Drudge Report" sostenía que los productores del
filme eliminaron escenas homosexuales de Crowe en la
película porque consideraban que el tema gay
afectaría la taquilla.
La nota enfatizaba que los "temas homosexuales
encontrados en el libro (de Sylvia Nasar) (Periodista que
escribió el libro, en el cual se baso la película)
‘A beautiful mind’ habían sido deliberadamente
eliminados de la versión
cinematográfica".
A esta noticia se aferraron muchos de los medios
sensacionalistas de Estados Unidos.
A partir de ahí, comenzó la
polémica: ¿la cinta reflejaba en un ciento por
ciento la verdadera personalidad de John Nash?
La polémica se mantiene hasta ahora y,
según los estudios Universal/Dreamworks, responsables de
la cinta, ésta sólo ha sido concertada para
desacreditar el filme ante la entrega de los premios Oscar, a
realizarse hoy.
El servicio de Internet extrajo un par de citas
textuales tomadas del libro que, supuestamente, respaldaban la
denuncia.
Según "Druge Report", en la página 169 de
su libro, Nasar escribió: "Nash siempre creó
amistades intensas con hombres, que tenían una cualidad
romántica (…) Algunos se inclinaban a ver los
enamoramientos de Nash como ‘experimentos’ o como
simple expresión de su inmadurez".
El sitio web
también apunta que muchas de las personas que rodeaban a
Nash en el MIT concluyeron que el matemático y un
compañero de estudios tuvieron un romance. "No
escondían su afecto, besándose enfrente de otras
personas", dice el libro.
Aparte de la homosexualidad
que, según "Drudge Report", tenía el brillante
matemático, se acusaba a Nash de haber sido un "padre
miserable, que descuidó a sus hijos", y que,
además, en 1967 se proclamó –en una carta–
"antisemita fanático".
A raíz de esto, el mismo Nash y su familia se han
visto en la necesidad de aclarar su postura ante los medios
internacionales.
Hace una semana, en el programa "60 minutos" de la
cadena estadounidense CBS, Nash aseguró que no era
antisemita y explicó: "Tuve en épocas determinadas
algunas ideas extrañas".
Russell Crowe, quien interpreta al genio en el filme,
también ha expresado algunos comentarios a favor de Nash,
respecto a las acusaciones de antisemitismo.
Recordó que la autora de la biografía dijo en
cierta ocasión que "el premio Nobel hizo estas
declaraciones antijudías en una fase de demencia". Debido
a ello, los autores del guión no tomaron en serio la
carta.
Respecto a la supuesta homosexualidad de Nash, su
esposa, Alicia de Nash, dijo en "60 minutos": "Lo conozco desde
que tengo 20 años. Lo sabría".
Mientras que Sylvia Nasar, autora de la
biografía, dijo en un chat conducido
por MSNBC: "Nash tuvo algunas relaciones con otros hombres, pero
la naturaleza
exacta de las mismas, si usted lee el libro, no está
clara".
Y agrega: "Ésa es la razón, por la que,
como biógrafa, jamás lo llamo
‘homosexual’ o ‘bisexual’. Siento que eso
va mucho más allá de la evidencia que
cuidadosamente presento en el libro acerca de su
vida".
"…Las cosas en mi universidad, el
Instituto de Tecnología de
Massachusetts, y después todo Boston estaban
comportándose de una forma extraña…
Comencé a ver comunistas en todos lados… Empecé a
creer que era un hombre de una gran importancia religiosa y a
escuchar voces todo el tiempo. Escuchaba algo como llamadas
telefónicas en mi cabeza, hechas por gente opuesta a mis
ideas… El delirio fue como un sueño, del cual
parecía que nunca iba a despertar…"
Con estas palabras, John Forbes Nash describe la
esquizofrenia paranoica de la que fue víctima por 30
años.
Esta enfermedad se caracteriza porque el paciente sufre
delirios o alucinaciones auditivas y tiene miedo de sufrirlas;
por la expresión y comportamiento desorganizados, conducta
inhabitual y emociones
disminuidas o inapropiadas.
El psiquiatra salvadoreño Carlos Acevedo
explicó que la esquizofrenia también va
acompañada de síntomas afectivos, como tristeza,
ansiedad y depresión,
que pueden llevar al suicidio.
Se desconoce lo que hace a una persona vulnerable a esta
enfermedad.
Se intuye que puede estar relacionada con la herencia genética;
con problemas que pudieron ocurrir antes, durante o
después del nacimiento o con infecciones virales en el
cerebro.
Lo usual es que la esquizofrenia aparezca entre los 18 y
los 25 años, en los hombres, y entre los 26 y los 45, en
las mujeres. En casos raros se presenta en la niñez o en
la adolescencia.
A John Nash, la enfermedad le comenzó a los 30
años. Algunos de sus colegas comenzaron a sospechar en las
etapas tempranas de su dolencia que la conducta excéntrica
de Nash estaba relacionada con problemas mentales.
Queda claro por tanto que el protagonista del libro y el
protagonista de la película, aunque comparten algunos
rasgos, no son la misma persona. Una película es una obra
de ficción y como tal presenta la realidad como le da la
gana a su creador, siempre y cuando no se insista en extraer una
enseñanza moral de la
misma, porque si de eso se trata entiendo que lo lógico
sería o bien inventar totalmente una historia o bien buscar una
vida que realmente se ajuste a la moraleja que debemos deducir de
la misma.
Parece una burla es presentar la historia de John Nash y
su mujer como una
maravillosa historia de amor,
pretendiendo además que fue en gran parte el amor lo que
consiguió curar su esquizofrenia. Jennifer Conelly al
recoger el Oscar a la mejor actriz de reparto le dio las gracias
a Alicia Nash por enseñarle lo que es el amor, en fin, no
es que haya que hacer mucho caso a este tipo de discursos pero
en todo caso por lo que habría que darle las gracias es
por enseñarnos claramente hasta donde puede llevarnos un
concepto equivocado del amor. La asociación entre amor y
sacrificio (sobre todo si es femenino) es absolutamente
típica y nadie duda que por amor se puede llegar a
sacrificar hasta la propia vida, pero hay que distinguir, el
sacrificio no es en sí mismo amor. La lealtad, la
admiración intelectual y la compasión son tres
sentimientos muy loables pero, ni cada uno de ellos por separado,
ni los tres juntos, son amor.
John Nash cayó gravemente enfermo al año
escaso de haberse casado con Alicia, la cual tuvo que hacer
frente a decisiones durísimas como la de someter a su
marido a tratamientos que podían destruir una mente genial
enfrentándose a la desaprobación de su entorno;
tuvo que abandonar a su propio hijo para seguirle por buena parte
de Europa mientras él intentaba renunciar a su
nacionalidad americana y trataba de convencer a las embajadas de
distintos países de que era un perseguido político
y que formaba parte de un importantísimo nuevo gobierno mundial.
Tomó la decisión de divorciarse en un intento de
reconducir su vida, pero volvió a hacerse cargo de Nash
cuando este tras salir de una institución
psiquiátrica no tenía un lugar al que volver y lo
cuidó como su fuera un hijo más.
Su propio hijo, al que tuvo que sacar adelante ella
sola, desarrolló más tarde la misma enfermedad que
su padre. Alicia Nash puede ser admirable en su capacidad de
sacrificio, pero yo nunca diría que vivió una
maravillosa historia de amor de la que todos, o más bien
todas (lo siento pero no puedo evitar el sesgo feminista al
tratar un tema que me parece que contiene mucho de machismo
encubierto) deberíamos encontrar inspiración. Ya se
sabe que detrás de un gran hombre siempre hay una gran
mujer y detrás de uno no tan grande muchas veces
también. El problema es que en este tipo de historias
siempre está ahí, detrás.
Fin
Néstor Flores / Braulio Kuhn / David
Cambi