Indice
1.
Introducción
2. La
Motivación
3. Clasificación De Las
Motivaciones
4. Ambición
5. Conclusión
6. Bibliografía
Una de las necesidades que como seres humanos podemos
experimentar desde el momento en que tomamos conciencia del YO
individual y de la realidad que nos envuelve, es tratar de
comprender la naturaleza de las
emociones, su
relación con el pensamiento
racional y el modo en que ambas dimensiones interactúan y
condicionan nuestros actos.
Una vez hemos actuado y constatado las consecuencias de nuestro
proceder, posiblemente nos preguntemos los motivos por los cuales
hemos actuado de tal modo y si había otras alternativas
posibles que hubieran arrojado otros resultados.
Podríamos decir que la
motivación es un impulso que nos permite mantener una
cierta continuidad en la acción que nos acerca a la
consecución de un objetivo y que
una vez logrado, saciará una necesidad.
A Continuación se presenta una síntesis
de los distintos tipos de motivación.
La motivación
no es un concepto
sencillo. Para los psicólogos es difícil describir
el impulso que existe detrás de un comportamiento. La
motivación de cualquier organismo, incluso del
más sencillo, solo se comprende parcialmente; implica
necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas. El
comportamiento
subyacente es movimiento: un
presionar o jalar hacia la acción. Esto implica que existe
algún desequilibrio o insatisfacción dentro de la
relación existente entre el individuo y su medio:
identifica las metas y siente la necesidad de llevar a cabo
determinado comportamiento que los llevará hacia el logro
de esas metas.
3. Clasificación
De Las Motivaciones
Muchos autores clasifican la motivación de
distintas formas, la motivación puede nacer de una
necesidad que se genera de forma espontánea
(motivación interna) o bien puede ser inducida de forma
externa (motivación externa). La primera, surge sin motivo
aparente, es la más intensa y duradera. Por ejemplo, la
primera vez que observamos una actividad deportiva y quedamos tan
impresionados que sentimos la necesidad de integrarla en nuestras
vidas. A partir de ese instante, todo gira alrededor de dicha
actividad y poniéndola en práctica sentimos un
placer que nos empuja a realizarla, hasta que
momentáneamente, queda satisfecha la necesidad de llevarla
a cabo. Si, además, obtenemos un resultado apetecible
(éxito,
reconocimiento, dinero, etc.),
ello reforzará, aún más, nuestra conducta de
repetir dicha práctica. Pensemos que no todo el que lleva
a cabo una actividad lo hace con el ánimo de destacar,
ganar o ser el mejor. Es más, si el único objetivo fuera
ganar y la continuidad de la acción dependiera del
triunfo, posiblemente solo unos pocos seguirían
practicando, evidentemente, los ganadores.
Existe otro tipo de motivación interna que no surge de
forma espontánea, sino, más bien, es inducida por
nosotros mismos. Es aquella que nos autoimponemos por
algún motivo y que exige ser mantenida mediante el logro
de resultados. Se trata de una motivación vacía que
difícilmente se sostiene a menos que se consigan
resultados apetecibles. Muchos estudiantes renuncian a cursar una
carrera que les gusta porque piensan que una vez convertidos en
profesionales no ganarán el dinero que
desean y se plantean cursar otra carrera porque confían en
alcanzar un elevado nivel de vida. Su motivación responde
a una necesidad ajena a los estudios y que se basa en un supuesto
imprevisible, por depender del siempre cambiante mercado laboral. No
sienten la necesidad de aprender para colmar un deseo de conocimiento,
sino que DEBEN estudiar para terminar la carrera y poder ganar
dinero. Cuando
las largas noches de estudio comienzan a hacerse insoportables,
cuando llegan los primeros suspensos, cuando llegan las primeras
dudas, es entonces cuando comienzan a recapacitar y posiblemente,
a arrepentirse de la decisión adoptada. En otros campos,
puede suceder lo mismo. Tomemos el ejemplo de la persona que sufre
un accidente y debe iniciar un proceso de
recuperación. Se inscribe en un gimnasio y se pone en
manos de un profesional que le confecciona un programa de
ejercicios. El alumno acude regularmente a realizar el programa, pero no
porque sienta la necesidad de entrenarse, sino, porque sé
autoimpone él deber de hacerlo esperando una pronta
recuperación. Una vez completada dicha
recuperación, abandona el centro deportivo y sigue con su
rutina de vida habitual.
Otros Autores definen que la motivación es positiva y
negativa.
* Motivación positiva. Es el deseo constante de
superación, guiado siempre por un espíritu
positivo. Mattos dice que esta motivación puede ser
intrínseca y extrínseca.
* Motivación negativa. Es la obligación que hace
cumplir a la persona a
través de castigos, amenazas, etc. de la familia o
de la sociedad.
Motivación Intrinseca (MI)
Es intrínseca, cuando la persona fija su interés
por el estudio o trabajo, demostrando siempre superación y
personalidad
en la consecución de sus fines, sus aspiraciones y sus
metas.
Definida por el hecho de realizar una actividad por el placer y
la satisfacción que uno experimenta mientras aprende,
explora o trata de entender algo nuevo. Aquí se relacionan
varios constructos tales como la exploración, la
curiosidad, los objetivos de
aprendizaje,
la intelectualidad intrínseca y, finalmente, la MI para
aprender.
MI hacia la realización: En la medida en la cual los
individuos se enfocan más sobre el proceso de
logros que sobre resultados, puede pensarse que están
motivados al logro. De este modo, realizar cosas puede definirse
como el hecho de enrolarse en una actividad, por el placer y la
satisfacción experimentada cuando uno intenta realizar o
crear algo.
MI hacia experiencias estimulantes: Opera cuando alguien realiza
una acción a fin de experimentar sensaciones (ej. placer
sensorial, experiencias estéticas, diversión y
excitación).
Motivación Extrínseca (ME)
Es extrínseca cuando el alumno sólo trata de
aprender no tanto porque le gusta la asignatura o carrera si no
por las ventajas que ésta ofrece.
Contraria a la MI, la motivación extrínseca
pertenece a una amplia variedad de conductas las cuales son
medios para
llegar a un fin, y no el fin en sí mismas. Hay tres tipos
de ME:
Regulación externa: La conducta es
regulada a través de medios
externos tales como premios y castigos. Por ejemplo: un
estudiante puede decir, "estudio la noche antes del examen porque
mis padres me fuerzan a hacerlo".
Regulación introyectada: El individuo comienza a
internalizar las razones para sus acciones pero
esta internalización no es verdaderamente autodeterminada,
puesto que está limitada a la internalización de
pasadas contingencias externas. Por ejemplo: "estudiaré
para este examen porque el examen anterior lo reprobé por
no estudiar".
Identificación: Es la medida en que la conducta es juzgada
importante para el individuo, especialmente lo que percibe como
escogido por él mismo, entonces la internalización
de motivos extrínsecos se regula a través de
identificación. Por ejemplo: "decidí estudiar
anoche porque es algo importante para mí".
Recompensas extrínsecas generales e
individualizadas
Las recompensas individualizadas
Resultan eficaces para atraer a los individuos a formar parte de
la
organización y para mantenerlos en ella.
Son eficaces, también, para motivar a los miembros a
realizar sus tareas en los niveles de cantidad y calidad exigidos
e incluso superándolos aunque en ocasiones existen
limitaciones estructurales, o de otro tipo, que impiden una
adecuación correcta de este tipo de recompensas.
Por otra parte, las recompensas de tipo individualizado resultan
difíciles de utilizar para motivar los comportamientos
innovadores de los individuos.
Recompensas de tipo económico
Su empleo eficaz
requiere al menos los siguientes requisitos:
Deben ser percibidas claramente como lo suficientemente amplias
para justificar el esfuerzo extra que requiere la tarea que hay
de cumplirse para conseguirlo.
Deben ser percibidas como consecuencia directa de la tarea
requerida y seguirla contingentemente.
Deben ser, además, percibidas como equitativas por la
mayor parte de los miembros.
La promoción o el ascenso
Encuentra una serie de dificultades al no acomodarse los
criterios de promoción de los directivos de la organización a las conductas más
eficaces para la
organización sino atender más bien, a criterios
como el conformismo, antigüedad, observancia de las normas,
etc.
El reconocimiento y la recompensa social
Han de estar estrechamente vinculados al desempeño del empleado para resultar
eficaces como recompensa extrínseca.
Los supervisores y directivos han de evitar desigualdades o
"injusticias" al dispensar este tipo de refuerzos y aplicarlos de
modo contingente.
Recompensas de grupo o
generales
Son necesarias cuando el patrón de recompensas
individuales resulta imposible porque la productividad en
tareas dependen del funcionamiento eficaz de un grupo que
puede ser, en ocasiones, muy amplio.
Este tipo de recompensas no se conceden, por lo general, sobre la
base del esfuerzo individual, sino sobre la base de la
pertenencia del individuo al grupo (membrencia).
Las recompensas generales son eficaces para mantener a los
miembros dentro de la organización; pero no lo son para conseguir
una mayor productividad ya
que todos los miembros las reciben por igual y no son
diferenciadoras.
El uso eficaz de estas recompensas requiere una aplicación
uniforme a todos los miembros de la organización de
acuerdo con los criterios con los que se han establecido.
Cualquier aplicación diferenciadora en función de
otros criterios puede provocar resentimiento en una parte de los
miembros de la organización.
El aspecto esencial de este sistema de
recompensa es que tiene su propia lógica
basada en la membrencia y no en el rendimiento.
Recompensas intrínsecas y sus consecuencias
Si suponemos que el desafío de un trabajo por su
complejidad o dificultad tiene poder
motivador para que el sujeto desempeñe un mayor esfuerzo,
y que ese poder motivador depende de las mayores posibilidades
que el individuo tiene en esas situaciones para mostrar y
desarrollar sus propias habilidades hay que reconocer como un
procedimiento
para ampliar la motivación intrínseca, el
enriquecimiento del trabajo.
Tal enriquecimiento disminuye el absentismo laboral y, cuando
en él se introduce también un incremento de
autonomía del empleado y de responsabilidad personal en la
toma de
decisiones, conduce a un incremento en la productividad, en
la calidad de los
resultados de trabajo y en la satisfacción del empleado
con su propio trabajo.
También la expresión de los propios valores tiene
un efecto motivador para el sujeto.
También se incluye, entre los patrones de
motivación intrínseca, la pertenencia al grupo
primario de trabajo, especialmente porque ese grupo puede tener
un efecto considerable al proporcionar un sentido de
complexión de la tarea y ofrecer la posibilidad de
desarrollar un sentimiento de responsabilidad de grupo o aspiración de
logro para todo el grupo.
Otro tipo de clasificación que se le da a la
motivación y que esta íntimamente ligada a las
anteriores es la siguiente:
INDIVIDUALES PRIMARIAS, representadas por las NECESIDADES
(hambre, sed, sueño, etc.)
INDIVIDUALES COMPLEJAS, donde se unen formas vinculadas al
aprendizaje
familiar, escolar y social. Se destacan aquí, como MOTIVOS
básicos:
a)La ambición
b)El nivel de aspiraciones
c)Los hábitos
d)Las actitudes
e)Los incentivos
SOCIALES, que son productos
más marcados de factores ambientales, de la cultura y el
medio. En ellas hay mayor complejidad, por la interacción
los diferentes factores que concurren a formarla.
Tenemos:
a)La sociabilidad
b)La sensación de seguridad
c)La adquisición
d)La escala de
valores
e)La respetabilidad
f) Hacer el trabajo que
nos gusta
Todos esos MOTIVOS constituyen elementos capaces de
IMPULSAR al individuo hacia la acción. En el sentido de
MOTIVOS o FUERZAS que impulsan al logro de una meta u objetivo,
tienen carácter
psicológico.
¿ Cómo actúan estos MOTIVOS en la conducta
humana?
Toda persona desea o aspira a ser ALGUIEN en la vida.
Pero ese poder ser alguien se adquiere, está en función
del esfuerzo que cada uno para alcanzar sus objetivos.
El nivel de aspiraciones:
En el deseo de alcanzar una meta definida, aspiramos humanamente
a lograr sino el primero, por lo menos, los primeros puestos. Tal
aspiración está condicionada a diversos factores,
entre los cuales la preparación previa, las aptitudes o
habilidades físicas o psíquicas son
importante,.
En la medida que el éxito
nos sonríe, nuestro nivel de aspiraciones se va elevando,
se hace mayor; en cambio, el
fracaso frecuente hace que nuestro nivel de aspiraciones
disminuya y tendamos a ajustarnos a esa realidad.
Los hábitos:
Gran parte de nuestra actividad diaria es habitual. Se calcula
que más del 80% de lo que hacemos en el día es
hábito, conducta aprendida, condicionada. Los mecanismos
habituales se transforman así en una SEGUNDA NATURALEZA que
influye poderosamente en nosotros.
Actitudes:
"La actitud es un
estado de
espíritu". Supone una predisposición para formar
OPINIONES, puntos de vista o visión de la vida.
La actitud
vendría a ser un MARCO DE REFERENCIA que influye en los
puntos de vista y maneras de pensar del individuo sobre los
distintos asuntos y que se refleja en su conducta.
Una vez que alguien ha desarrollado una ACTITUD o un punto de
vista con relación a determinada cuestión y cree
firmemente en ella, esa predisposición le sirve de
fundamento explicativo y motivacional de sus acciones.
Es posible que una actitud se modifique, pero generalmente en las
personas adultas son relativamente establece, complejas y no
siempre racionales o conscientes.
Los incentivos:
Aparecen como determinantes EXTERNOS. Son las reacciones que
satisfacen las necesidades. Por ejemplo la SED es una necesidad y
el AGUA, un
incentivo.
Sociabilidad
El hombre es
un animal social, es muy importante para él y sus actos.
Necesitamos vivir en grupos, en
comunidades. Ahí hemos aprendido a desarrollar formas
especificas de conducta como la amistad, el
trabajo en
equipo, etc. Que ejercen en nosotros gran
influencia.
La sensación de seguridad
Desde el nacimiento hasta la muerte todo
se organiza alrededor de nosotros para hacernos sentir seguros. Este
deseo se expresa en características humanas de vigencia
social.
– el deseo de estar asegurado.
– la religión.
– el empleo
estable.
– el deseo de protección (contra la competencia
injusta, la resistencia a las
innovaciones1 a los cambios, etc.).
Esta necesidad de seguridad abarca
lo físico, lo material, lo espiritual, lo emocional. En su
logro, como mereces, como incentivo final.
La adquisición:
La cultura
occidental defiende la adquisición como esencial
motivación individual y social. Es un poderoso incentivo
en la vida ADQUIRIR cosas.: vivienda, trajes, etc. Aparece
íntimamente vinculada la adquisición a la
sensación de seguridad ya
descrita.
La escala de
valores:
La vida social polifacética se orienta en diferentes
reacciones o vías. Cada uno de los individuos que el grupo
escoge el "valor" que
más se corresponde sus. Inclinaciones, hábitos y
aptitudes lo económico, político, lo
estético, lo científico, etc. Son valores reales.
El sujeto los busca, los selecciona e integra vida alrededor de
ellos.
La orientación del sujeto en la escala de valores le emite
en un momento dado una mayor identificación con el grupo a
que pertenece, de ahí que en su conocimiento
individual reproduzca sensiblemente la escala
correspondiente.
La respetabilidad:
Es un motivo MIXTO. Es un caso de valoración por si
traduce en la ropa que seleccionamos, no sólo para ver el
calor animal
(necesidad homeotérmica), sentirnos SEGUROS,
RESPETABLES y demostrar otra posición dentro de la
comunidad.
Hacer trabajo que nos gusta:
No siempre nos es posible realizar como QUE aquello que nos
agrada. En algunos casos, muy en nuestro tiempo,
desempeñamos tareas poco en cuya realización no nos
sentimos satisfechos.
La naturaleza humana hace que la percepción
que podamos tener de todos estos factores fluctúe
constantemente y se produzcan cambios frecuentes de pensamiento o
sentimientos. Según sean éstos, nuestra conducta
puede verse reforzada, asegurando el éxito o por el
contrario podemos perder interés
durante el proceso y no lograr el objetivo marcado.
Se puede definir a la motivación como el impulso y el
esfuerzo para satisfacer un deseo o meta. En cambio, la
satisfacción esta referida al gusto que se experimenta una
vez cumplido el deseo.
Podemos decir entonces que la motivación es anterior al
resultado, puesto que esta implica un impulso para conseguirlo;
mientras que la satisfacción es posterior al resultado, ya
que es el resultado experimentado.
Las personas tratan de satisfacer al menos una parte de sus
necesidades, colaborando con otros en un grupo. En él,
cada miembro aporta algo y depende de otros para satisfacer sus
aspiraciones.
Es frecuente que en este proceso la persona pierda algo de su
personalidad
individual y adquiera un complejo grupal, mientras que las
necesidades personales pasan a ser parte de las aspiraciones del
grupo.
Es importante señalar que el comportamiento individual es
un concepto de suma
importancia en la motivación. Tiene como características el trabajo en equipo
y la dependencia de sus integrantes. Para que pueda influir en un
grupo, el gerente no
debe tratarlo como un conjunto de individuos separados, sino como
un grupo en sí.
CHIAVENATO, I. (1998). Administración de Recursos Humanos.
DIAZ, P (1985). Lecciones de Psicología. Caracas.
Ediciones
Insula.
http://www.fortunecity.com/campus/lawns/380/motiva.htm
Autor:
Leonor