Investigaciones experimentales sobre las funciones de la
médula espinal.
En 1751 Robert Whiytt (1714-1766) publicó un
ensayo sobre
los movimientos vitales y otros involuntarios de los animales.
Es necesaria una médula espinal intacta para esas
respuestas reflejas. De acuerdo con Whiytt, inmediatamente
después de la cirugía el gran dolor asociado con la
decapitación encubre o bloquea los reflejos. Una ves que
ese dolor se disipa, los reflejos se recuperan. La
explicación de Whiytt es plausible aunque incorrecta. El
avance se dio gracias al trabajo de Francois Magendic
(1785-1855).
Magendic había pensado en los tractos de fibras
que entraban a la médula espinal, las raíces de la
médula espinal, dado que van hacia dentro y hacia fuera de
la misma médula. En experimentos con
cachorros de perro cortaba las raíces dorsales o las
ventrales de uno o más nervios y observaba los efectos
específicos. Siguiendo la sección de una
raíz dorsal, parte del cuerpo carecía de
sensación, mientras que la pérdida del movimiento
seguía a la secesión de una raíz
ventral.
Charles Bell (1774-1842), público en una
edición privada un folleto titulado: De una nueva anatomía del cerebro; en el
cual especula acerca de la importancia funcional de diferentes
partes del cerebro. Bell
concluyó de manera errónea que las raíces
ventrales controlan la conducta
voluntaria mientras que las raíces dorsales controlan la
conducta
involuntaria; las conclusiones de Magendic eran claras, mientras
las de Bell eran difusas y oscuras este crítico de manera
injusta a Magendic por la crueldad de sus experimentos.
Señalaba que sus propios experimentos con
conejos aturdidos eran más humanos.
Fisiología sensorial.
Bell creía que cada nervio impone su propia
cualidad específica sobre lo que se percibe, el mismo
estímulo produce diferentes sensaciones si opera sobre
diferentes nervios. Esta doctrina de las energías
específicas de los nervios fue desarrollada en el siglo
XIX por el sociólogo alemán Johanes Péter
Muller (1801-1858) en su manual de
fisiología humana. Los nervios, por
sí mismos, deben comunicar diferentes impresiones al
cerebro o
proyectarse a diferentes partes del mismo, lo que cambió
la imposición de la especificidad.
Ludwing Von Helmholtz (1821-1894)
Una de sus contribuciones técnicas fue la
invención del oftalmoscopio. La contribución
más brillante de Helmholtz fue su investigación sobre fisiología sensorial. Robert Whiytt
concluyó que cierto poder de
influencia guardado en el cerebro, la
médula espinal y los nervios, es la causa inmediata de la
contracción de músculos de los animales, o al
menos es necesario para ello.
Luigi Galvani (1737-1798) utilizó una
máquina de influencia eléctrica para estimular
músculos de ranas. Galvani escuchó acerca de la
demostración de la cometa de Benjamín Franklin;
colgó un alambre desde el techo de su laboratorio
hasta el criadero de ranas y ato un extremo a sus
músculos; cuando una nube con su carga eléctrica
pasaba por arriba, los músculos se contraían.
Galvani describió sus resultados en su texto de 1791
un comentario sobre el papel de la
electricidad
en las contrataciones musculares. Él creía que la
electricidad
era generada por el cerebro y
distribuida a lo largo de todo el cuerpo mediante el sistema
nervioso.
Alessandro Volta (1745-1827), construyó un
galvanómetro muy sensible colocó un alambre sobre
un nervio y otro sobre la terminación seccionada del
nervio, observo en flujo de corriente eléctrica. Hasta que
se realizaron estos experimentos, el
impulso nervioso había sido más bien un misterio.
Du Bois-Reymond demostró que esta perturbación era
eléctrica por naturaleza.
Helmholtz mide la velocidad del
impulso nervioso.
Dado que la perturbación que se mueve a lo largo
del nervio es eléctrica, Helmholtz se dio a la tarea de
medir su velocidad.
Calculó que la velocidad del
impulso nervioso era de 43 metros por segundo. Hoy en día,
los experimentos de
Helmholtz son como un triunfo de la investigación del siglo XIX. La larga
distancia que el impulso sensorial debe viajar para alcanzar el
cerebro del animal sugiere una demora, no obstante la
reacción del animal aparece de forma instantánea.
En la actualidad se considera el cerebro como el órgano
canónico del cuerpo, el asiento del intelecto y la
conducta. El
cerebro es la fuente esencial de nuestros más grandes
logros; pero también de las mas grandes aberraciones
imaginables. Comprender el cerebro es uno de los mas grandes
retos que enfrentamos. El siglo XIX fue testigo de cambios
revolucionarios en el
conocimiento de las funciones del
cerebro.
Frenología
La frenología fue una descripción
notablemente detallada de la función del cerebro que
recibió una gran aclamación popular en el siglo XIX
durante un tiempo la
frenología fue una ciencia
aceptada.
Joshep Gall ((1758-1828)
Caspar Spurzheim (1776-1832)
Gall es mejor recordado por sus aseveraciones de que
la
personalidad puede ser identificada a partir de la apariencia
corporal, especialmente a partir de las características del cráneo; compilo
un amplio catálogo de anécdotas sobre características mentales específicas
relacionadas con protuberancias particulares del cráneo.
Su doctrina afirmaba que la
personalidad y la inteligencia
son reducibles a 42 facultades o funciones algunas
de las cuáles son domésticas, 10 son
egoístas, 5 morales, 5 auoperfectivas otros intelectuales,
cuatro son de facultades literarias y cuatro reflexivas. Las
facultades muy desarrolladas causan pequeñas
protuberancias que aparecen sobre el cráneo.
La iglesia
católica catálogo su trabajo como determinista y
materialista y que poseía implicaciones ateas. En 1802 el
emperador austríaco Francis 1º calificó las
conferencias de Gall sobre la cercana conexión entre el
cerebro y la
personalidad de subversivas de la religión y la moral.
Sobre los tratados de Gall
y Spursheim el objetivo era
desarrollar un conocimiento
perfecto de la naturaleza humana
con base en el estudio y la medición del
cráneo.
Los frenologos se consideraba anatomistas y
científicos. Sentían un completo desprecio por los
filósofos y metafísicos de
escritorio.
Spurzheim y George Combe (1788-1858) continuó
popularizando la frenología. Juntos la cambiaron de
ciencia, que
era la intención de Gall a culto. Ya no era más una
ciencia
empírica como Gall originalmente la
definió.
Frenología como un gran
negocio.
Orson Lorenzo Fowler y Samuel Wells comercializaron toda
clase de aparatos y equipo frenologico concebible. La influencia
que Fowler y Wells tuvieron en la cultura
estadounidense en esos tiempos fue enorme. La gente joven que
pensaba casarse estaba urgida de consultar a un frenologo para
aprender las leyes de la
selección conyugal y para descubrir con quien debía
y con quien no debía casarse. Los procedimientos de
medición frenologica alcanzaron su cima en 1907 con la
creación del frenómetro eléctrico de
Laverly, el cual, se decía, media protuberancias de manera
eléctrica con precisión
científica.
Por que fracasó la frenología, y por que
la consideramos como una seudociencia. Las respuestas se
encuentran en sus características fundamentales y en sus
supuestos. Primero, la selección de facultades era
indiscriminada. Segundo, los argumentos de los frenologos eran
circulares. Tercera, la explotación de personas
crédulas era inaceptable para los estudiosos serios de la
función cerebral y la
personalidad. La frenología nunca fue aceptada como un
método
psicometrico válido. Cuarto, la frenología, sus
previsiones y explicaciones circulares nunca podría ser
probada como falsa.
Finalmente, muchos de los sociólogos más
importantes del siglo XIX eran críticos severos de la
frenología. En un examen de la frenología,
publicado en 1843 por Flourenz presentó una crítica
lógica
de la frenología. El espesor del cráneo
varía de un lugar a otro y los contornos del cráneo
no corresponden a los contornos del cerebro; así, la
suposición fundamental de la frenología es
equivocada los frenologos ubicaban la pasión en él
cerebelo. Flourenz encontró que el daño al cerebelo
interfieren con los movimientos motores pero no
interfiere con la fuerza del
impulso sexual en un animal. La frenología reforzó
la creencia de que el cerebro es el órgano de la mente.
También es la responsable del concepto de las
diferencias individuales.
Localización de las funciones del
cerebro.
Estudios del cerebro animal.
Marie-Jean Pierre Flourenz (1794-1867) El cerebro no es
una masa homogénea, sino esta formado por muchas partes
diferentes, todas obviamente interconectadas pero distintas. Un
método que
utilizó fue la ablación, remover
quirúrgicamente áreas del cerebro. En sus
experimentos se guiaba. Dos principios.
Primero, creía que las partes a estudiar del cerebro
debían estar anatómicamente separados y
diferenciados. Segundo, su aproximación consistía
en estudiar la conducta de un
animal, realizar una operación quirúrgica delicada
en la cual una de las unidades era removida, dar al animal
tiempo para
recuperarse de la operación y luego estudiar su conducta
nuevamente. Flourenz resumió los resultados de sus
investigaciones en un trabajo publicado en 1823.
sus conclusiones fueron las siguientes; los lóbulos
cerebrales se consideraron el asiento de todas las acciones
voluntarias. Los lóbulos semanales según el asiento
de la persecución y incluyen también las funciones
mentales superiores como la voluntad, la memoria y
el juicio.
Flourenz concluyó de forma correcta que el
cerebelo controla y coordina las actividades motoras involucrados
en caminar, saltar, volar y ponerse de pie. Los animales pueden
sobrevivir a un daño en los lóbulos cerebrales y en
él cerebelo pero no a daños en la estructura que
contiene centros o áreas que controlan los sistemas
básicos para la vida.
Estudios del cerebro humano.
Una parte del cerebro puede ser destruida y la
personalidad, emociones y
conducta cambiar más allá del reconocimiento. Con
el reporte del caso de Gage y los estudios experimentales de
Flourenz, se estableció, más allá de
cualquier disputa, el papel del
cerebro como órgano de la mente.
La localización del lenguaje.
Una de las acciones
más característicamente humanas es el lenguaje
articulado. Gall localizó dicho órgano en las
regiones del cerebro justo atrás de los ojos. Jean
Baptiste Bouillard (1796-1881) fue convencido por algunos casos
de que el cerebro tiene un centro de lenguaje
especial, distinto e independiente.
Pierre Paul Broca (1824-1880) estaba en contra de Ernest
Auburtin, yerno de Bouillard, y enfatizo la acción del
cerebro como un todo y critico los intentos de localizar
funciones tales como el
lenguaje.
Bouillard y su yerno, Auburtin, dieron la bienvenida a
Broca como un converso a su doctrina. Broca también
introdujo el termino aphemia para describir la perdida del
leguaje articulado.
Broca estaba perplejo de que esos pacientes no mostraran
signos de daño en el lóbulo frontal derecho, y
sugirió que, contrario a la tesis original
de Bouillard, el centro del lenguaje es
específico del lóbulo frontal izquierdo. Funciones
contradictorios a la ley de la
dualidad orgánica, lo que fue para Broca un gran enigma y
permanece aún hoy en día.
Al localizar esa función en el lóbulo
frontal izquierdo, avanzó en la hipótesis de que el hemisferio izquierdo se
desarrolla de manera más rápida que el derecho y
por tanto es más avanzado. Anticipo Los análisis entre el cerebro izquierdo
articulado e intelectual y el intuitivo y místico cerebro
derecho.
Estimulación directa al
cerebro.
El siglo XIX también fue testigo del surgimiento
de una segunda técnica importante para él estudio
de la función del cerebro, la estimulación directa
de ese órgano. Los primeros intentos abarcaron la
agitación de la superficie cerebral. Sin embargo, el
verdadero progreso provino no de estos procedimientos
letales, sino de los experimentos en los que el cerebro era
estimulado de manera eléctrica.
Eduard Hitzing (1838-1907), aplicó un
estímulo mecánico a la superficie expuesta del
cerebro de un soldado herido. Cuando diferentes áreas del
cerebro eran estimuladas ocurrían diferentes movimientos
musculares. En las porciones anteriores de la corteza cerebral
una corriente débil provocaba movimientos motores; una
corriente más intensa producía movimientos
generales convulsivos. Concluyen con claridad admirable la parte
motora del cerebro está más al frente, la parte no
motora esta más atrás.
Laboratorios de Nueva York, Boston y Italia,
rápidamente replicaron estos hallazgos. El trabajo
más importante fue el de Davis Ferrier (1843-1928),
Ferrier dirigió una serie de experimentos que utilizaba
estimulación y ablación para localizar funciones
tanto sensoriales como motoras. Sus resultados fueron aclamados
por que marcaron los comienzos de una nueva era en el
conocimiento de la función del cerebro. Más
tarde se encontró que la cantidad de representación
de las diferentes partes del cuerpo en la corteza motora es
proporcional a su función, en lugar de serlo a la masa del
cuerpo. Por ejemplo, las manos se representan de manera mucho
más pesada que la espalda. Una representación
cortical del cuerpo, no el cuerpo como estamos acostumbrados a
verlo. Ferrier localizó la visión en la corteza
occipital. Al final del siglo XIX, también se localizaron
algunas sensaciones estéticas en la región
poscentral, posterior a los centros motores.
John Hughlings Jackson (1835-1911), tal vez influido por
las posturas políticas
de Thomas Hobbes y la
sociedad
británica de su tiempo que
tenía una naturaleza
rígidamente jerárquica, comparaba el cerebro con un
gobierno que
sólo puede mantenerse suprimiendo fuentes de
poder y
autoridad
más bajas, menos legítimas. En el cerebro humano
los centros corticales más elevados rigen controlando o
inhibiendo centros más bajos, más viejos y
más primitivos.
Estimulación eléctrica del cerebro
humano.
Menos de cinco años después de los
primeros experimentos animales con
estimulación eléctrica del cerebro, se llevó
a cabo un experimento similar con un paciente humano. El doctor
Robert Bartholow en abril de 1874 público un reporte de
sus investigaciones
experimentales dentro de las funciones del cerebro humano. Los
investigadores concluyeron que el núcleo caudado
participada en la expresión de estados afectivos y en
ciertos movimientos automáticos.
Progreso y desafío.
Obviamente, se ha realizado un gran avance en el estudio
de la función cerebral. Surgieron dos técnicas para
estudiar la función cerebral; la ablación y la
estimulación, y se encontró que eran altamente
productoras de nuevo conocimiento.
Los investigadores más optimistas seguramente pensaron que
los misterios de la función cerebral podrían ser
resueltos con sólo un número suficiente de
experimentos cuidadosos utilizando la ablación y la
estimulación.
Karl Lashley, eminente investigador de la función
cerebral en el siglo XX, concluyó en 1950 que los intentos
por localizar capacidades y funciones psicológicas como
el
aprendizaje, la memoria y
la inteligencia
estaban basados en concepciones sobresimplificadas de la
función cerebral y debían abandonarse.