INTRODUCCION
El presente trabajo pretende abarcar de una forma
amplia – en los parámetros pedidos para el desarrollo del
ensayo– los
enunciados que establecen dos importantes corrientes de la
historia sobre su
manera de ver la dicotomía entre el derecho y la libertad…
Las corrientes que estudiaremos -hubiera querido que fuera a
fondo, pero debido al espacio, sólo se hará una
presentación general- son: el anarquismo, cuyos
planteamientos son calificados muchas veces como utópicos
o falsos y cuyos propios representantes se han encargado de
desmitificar; y el utilitarismo, corriente que para algunos, como
Sabine, posee argumentos sobre los que se funda la
concepción de una sociedad
liberal.
¿Por qué hago este ensayo basado
en la concepción que poseen estas dos corrientes? Primero,
porque son casi simultáneas en el tiempo; segundo,
porque se desarrollan con la Revolución
Francesa y se nutren de sus hechos y sus postulados; tercero,
son corrientes ideológicas que, a pesar de lo anterior, se
contraponen en sus concepciones; cuarto, ambas tienen cierta
influencia sobre la historia colombiana : Las
ideas anarquistas nutrieron a algunos de los movimientos rebeldes
y Bentham influyó de alguna manera en el
constitucionalismo colombiano (como que fue amigo de Santander y
Miranda).
En el transcurso de mi disertación
expositiva trataré, además de mostrar el pensamiento de
varios representantes de cada movimiento, de
hacer pequeñas reseñas biográficas de la
corriente y de sus representantes; para mayor ilustración, agregaré frases
representativas de cada línea de pensamiento,
tratando de citar las fuentes de
donde provienen las afirmaciones transcritas.
VISION
ANARQUISTA:
EL DERECHO RESTRINGE
LA LIBERTAD
El policía me detuvo en nombre de la
ley
y yo le golpeé en nombre de la
libertad.
Clemente Duval.
Para comenzar a desarrollar la visión que
poseen los anarquistas del concepto de
libertad,
determinaremos, primeramente, qué es el anarquismo, para
después proceder a escribir apropiadamente sobre su
concepción de la libertad y el derecho. Según
Joll(1), el anarquismo, aunque constituye un fenómeno
propio del siglo pasado y de la mitad de éste, el tipo de
revuelta que propugna tiene más lejanos antecedentes. Se
considera que Zenón y los estoicos, los heresiarcas
gnósticos y los anabaptistas son los padres del moderno
movimiento
anarquista y que realmente y hasta cierto punto se puede hablar
en sentido preciso de pensamiento y
acción anarquista en el seno de aquellos movimientos
matizados por una revuelta o convulsión religiosa y
social. En los anarquistas coexiste la fe en la posibilidad de
una transformación súbita y violenta de la sociedad, con la
confianza en el buen juicio de los hombres y su aptitud para
llegar a un estado de
mejora y perfección. Son, por un lado, los herederos de
aquellos utópicos movimientos religiosos milenarios que,
convencidos de la inminencia del fin del universo,
esperaban confiados la admonición de que
´sonarán las trompetas y en un solo instante, en un
abrir y cerrar de ojos, todo cambiará´; herejes que
postulan un alejamiento del mundo terreno y que supone una
crítica a los valores
que priman en este mundo. Por otro lado, aparecen también
como los hijos de la Era de la Razón. (En cierta
ocasión Metternich llamó a Proudhom hijo
ilegítimo de la Ilustración). El anarquismo es, en un mismo
tiempo, fe
religiosa y filosofía racional. Se trata de individuos que
sitúan la fe en la razón, el progreso y la
persuasión amistosa, dentro de los límites que la
lógica
señala. Las anomalías que se presentan en su
interior son consecuencia del choque entre ambos caracteres y de
la colisión de tensiones dimanates de los diversos
temperamentos que representan.
1. James Joll en el libro LOS
ANARQUISTAS -ver bibliografía–
El movimiento
anarquista es un producto del
siglo XIX; en buena medida, es el resultado del impacto que las
máquinas y la industria
produjeron en una sociedad
fundamentalmente campesina y artesana. Si bien medró al
amparo del
mito de la
revolución, tal y como ésta se
desarrolló a partir de 1789, lo que llevó a los
anarquistas a combatir los medios y los
objetivos de
los mismos revolucionarios fue la impotencia de las revoluciones
políticas y las
reformas constitucionales para satisfacer las
necesidades sociales y económicas. Los valores
que los anarquistas intentaron demoler eran los de un Estado cada
vez más centralizado e industrializado, modelo que las
sociedades de
los siglos XIX y XX parece que insistentemente tratan de emular.
Los anarquistas tuvieron siempre que batirse, como mínimo
y simultáneamente, en dos frentes, pues poseían dos
enemigos: Los terratenientes y sacerdotes del antiguo orden, a
quienes se le sumaban los tiranos y burócratas
revolucionarios fruto de los movimientos que pretendían
erigirse en forjadores de la nueva sociedad.
Entrando ya de lleno al tema que nos interesa – la
concepción anarquista de la dicotomía Derecho –
Libertad – podemos partir del supuesto anarquista de que
´las personas deben buscar sus fines sin concentrar su
atención en situaciones estatales, satisfaciendo sus
necesidades restringidos solamente por los parámetros
morales. Algunos anarquistas han afirmado no sólo que
estaríamos mejor sin un Estado, sino
que cualquier Estado, con
sus ordenamientos, viola necesariamente los derechos morales de los
individuos y, por lo tanto, es intrínsecamente
inmoral´(2) .
Con la anterior concepción, los anarquistas
consideran que toda norma de derecho que regule alguna de las
garantías de las personas, está restringiendo de
manera clara la libertad del ser humano y está coartando
sus posibilidades de actuar; según ellos, los
límites a la libertad individual sólo deben estar
contenidos en la concepción moral que cada
uno tenga.
Según Nozick, el anarquista ´sostiene
que cuando el Estado
monopoliza el uso de la fuerza en un
territorio y castiga a otros que violan este monopolio y
cuando da protección a otros forzando a algunos a comprar
protección para otros, viola las restricciones indirectas
sobre cómo deben ser tratados los
individuos… El Estado
concede que en ciertas circunstancias es
legítimo
(2).Denuncia de sus opositores mencheviques que
hizo Trotsky en octubre de 1917
castigar a las personas que violan los derechos de otros, puesto
que él mismo lo hace así.¿Cómo es
que, entonces, se arroga para sí el derecho de prohibir la
exigencia privada de justicia por
parte de otros individuos no agresivos, cuyos derechos han sido violados?
¿Qué derecho viola el particular que reclama
justicia, que
no sea violado también por el Estado
cuando éste castiga?. Proudhon nos entrega una
visión más completa de lo que somos nosotros,
nuestro sistema, nuestro
Estado, y
también ofrece un importante acercamiento al tema que
estamos tratando cuando dice : ¨Ser gobernado es ser
observado, inspeccionado, espiado, dirigido,
jurídicamente conducido, numerado, regulado,
enrolado, endoctrinado, predicado, controlado, vigilado,
ponderado, evaluado, censurado, ordenado, por criaturas que no
tienen el derecho, la sabiduría ni la virtud de hacerlo.
Ser gobernado significa estar en toda operación, en toda
transacción, anotado, registrado, contabilizado, tasado,
timbrado, medido, numerado, valorado, licenciado, autorizado,
amonestado, advertido, prohibido, reformado, corregido,
castigado, juzgado. Con el pretexto de utilidad
pública y en nombre del interés
general se es puesto bajo contribución, se es reclutado,
despojado, monopolizado, oprimido, exprimido, mofado, robado,
entonces, ante la más leve resistencia, a la
primera palabra de queja, se es reprimido, multado, difamado,
masacrado, casado, abusado, aporreado, desarmado, atado,
traumado, hecho prisionero, juzgado, condenado, fusilado,
deportado, sacrificado, vendido, y para coronar todo esto,
burlado, ridiculizado, afrentado, ultrajado, deshonrado. Este es
el gobierno;
ésta es su justicia;
ésta es su moral´
(3). Esta concepción del gobierno nos
invita a meternos de una vez al pensamiento
anarquista en lo que refiere a la dicotomía mencionada
anteriormente.
Nos concentraremos en analizar la ideología
de figuras representativas como Godwin, el ya citado Proudhon,
Bakunín y el mismo príncipe Kropotkin, pues figuras
que forjaban la ideología anarquista anteriormente – como
Meslier o el misterioso Morelly, de quien se dice es una
invención de Diderot – se ocupan casi que exclusivamente
del tema de la propiedad, y
sus trabajos abandonan – si no lo abandonan, lo tratan muy
superficialmente- el tema que nos interesa.
Hay un autor inglés
que partiendo de los lugares comunes utilizados por los
postulados filosóficos del siglo XVIII, elaboró el
cuerpo de anarquismo
(3) P.J. Prouhdon, General Idea of the
Revolution in the Nineteenth Century, citado por
Nozick..
racional más perfecto y acabado de cuantos
se hayan podido jamás dilucidar; su nombre era William
Godwin, nacido en 1756 y quien murió a los ochenta
años. Godwin afirmó que los sistemas
políticos, sociales, jurídicos y económicos
sólo sirven para mantener al hombre
ignorante de sus intereses y encadenarle a sus vicios. Godwin
propone abolir la propiedad para
que el hombre
pueda conseguir la libertad. La independencia
natural de voluntad es suficiente para que los acuerdos de los
hombres sean válidos y no necesiten de ordenamientos
jurídicos ni de leyes.
Se reafirma el postulado anarquista de la no
existencia del Estado para que la libertad no sea restringida;
así mismo, se reitera el rechazo a toda norma
jurídica, por cuanto consideran que su sola existencia
limita la libertad que debe tener toda persona para
actuar conforme con su voluntad.
La generación que siguió a la
revolución
francesa -cuyo desenlace dejó flameante las palabras
LIBERTAD, IGUALDAD,
FRATERNIDAD que fueron ideales cercanos al anarquismo –
desarrolló nuevas utopías visionarias que
sacudieron el panorama de lo establecido-. De los hijos
anarquistas de esta revolución
el más destacado -sin lugar a dudas- es el francés
Proudhon – célebre por la frase ´¿qué
es la propiedad?, la
propiedad es
un robo´, quien es quizás el personaje que mejor
define la posición de los anarquistas frente al objeto de
este ensayo.
Proudhon rechaza cualquier reorganización
de la sociedad que
consista en un simple ordenamiento a sus componentes aunque su
violento carácter y su poca argumentación le hace
contradecir, en momentos, sus propias afirmaciones, pues se
manifiesta radicalmente opuesto al derecho de la sociedad a
sancionar a sus integrantes, otras veces pide la pena de muerte
e incluso, en ocasiones extraordinarias, la tortura. Afirma que
el gobierno del
hombre por
el hombre,
cualquiera que sea su manifestación, siempre significa
opresión y que su función es coartar la
libertad(4), esto lo ilustra con su expresión:
´Voté contra la Constitución no porque contenga cosas que
yo desapruebe o porque no contenga las que yo favorezco. Si
voté en contra es, precisamente, porque se trata de una
constitución´. Concibe a la justicia de
una manera particular, la considera una facultad del alma, propia
del
(4) James Joll: Los anarquistas. Segunda
parte.
individuo; afirma que cuando se desarrolle el
sentido propio de la justicia no se
necesitarán controles externos y que la noción de
la misma será espontánea e individual. La
diferencia esencial entre Proudhon y Godwin es la carencia de
coherencia en el primero, mientras el segundo siempre sigue una
estructura
racional coherente en sus planteamientos.
El ruso Bakunín se destaca entre los
anarquistas por la puesta en práctica de sus ideales y su
creencia de la eficacia de la
violencia y su
confianza en el terrorismo;
odiaba la restricción de la libertad y era, según
descripción de Vissarion Belinsky, un hombre
arrogante, falto de escrúpulos, salvaje, atractivo, pero
sus exigencias y falsía, hacían imposible la
amistad con
él. Amaba las ideas, pero no a los hombres. Miguel Bakunin
detestaba lo impuesto, las
leyes y las
obligaciones
impuestas por una sociedad ilegítimamente constituida; sus
revolucionarias ideas sirvieron como base para terroristas como
Emile Henry quien tenía la convicción de que el
orden existente no era bueno y poseía el propósito
de acabar con él. Henry ocasionó la muerte a
una persona e
hirió a 20 al dejar una bomba en el Café Terminus;
por esto fue condenado a muerte.
Kropotkin, quien ha sido el más
estructurado de todos los anarquistas, afirmaba que las
únicas limitaciones a la libertad son las que el propio
individuo se dictamina y que el Estado
tiene como función proteger al hombre, pero
que en la realidad lo coarta y lo reprime y que sus leyes son
inmorales porque violan la libertad individual.
La visión de los anarquistas sobre la
libertad nunca pudo imponerse; sin embargo, sus representantes no
sólo nos dejaron una crítica que es interesante
reflexionar, también nos dejaron soluciones,
como la de Fourier que afirma que se debe adaptar al mundo a las
condiciones y necesidades humanas, que se deben establecer
leyes dictadas
por cada quien para el beneficio de los demás y que debe
haber concientización primero para que se vean los
resultados después.
Los anarquistas han sufrido más que
cualquier otra minoría… Jamás salieron
victoriosos de ninguna revolución, sus teorías
políticas abundan en juicios
erróneos y presunciones falsas, las simpatías
despertadas por una determinada doctrina anarquista han quedado
siempre invalidadas por la violencia y el
terrorismo
implacables y demoledores esgrimidos como bandera por otra
escuela o
práctica anarquista. A pesar de esto, la denuncia:
´No son ustedes más que unos pobres tipos
completamente aislados. Están acabados y han terminado ya
con el papel que les
correspondía. Regresen al lugar que pertenecen, al
montón de polvo de la historia´(5) no tiene
cabida para calificar a los anarquistas; no obstante, la teoría
y la práctica anarquistas de los últimos cien
años han planteado un buen número de cuestiones en
torno a la
naturaleza de
la sociedad industrial, suministrando el necesario material para
una crítica continuada y determinante del moderno concepto de
Estado y librando batalla con las presunciones de la mayor parte
de las escuelas del pensamiento
político contemporáneo. En muchas oportunidades,
han arremetido de manera brutal y directa contra los valores y
las instituciones
del orden moral y social
establecido. En su conjunto, casi todas las iniciativas
anarquistas han tenido un desenlace cercano a la esterilidad, con
ribetes de falsa unas veces y de tragedia otras tantas. A pesar
de todo, las protestas formuladas por el movimiento
anarquista correspondían a una necesidad sicológica
reiterada, necesidad que en modo alguno ha desaparecido,
después de que, en apariencia al menos, el anarquismo ha
fracasado como fuerza
política y
como fuerza
social.
Ofreced flores a los rebeldes que
fracasaron
Vanzetti
(5). Denuncia de sus opositores mencheviques que
hizo Trotsky en octubre de 1917
VISION DEL
UTILITARISMO
Un buen ordenamiento debe ser
aquel que permita la libertad y la forma de vidas libres MILL
(6)
La moral
utilitaria, desarrollada primero por Jeremías Bentham
(1748-1832) y luego, sobre todo, por John Stuart Mill
(1806-1873), encuentra que el fin de las aspiraciones es el
placer, y que lo bueno es lo que es útil y nos lo
proporciona -el placer-. Pero esta ética no
es egoísta, sino que tiene un carácter social: lo
que busca es la mayor felicidad del mayor número de
personas (Utilitarianism, On Liberty). La época
burguesa, capitalista e industrial de mediados de siglo XIX
encuentra una expresión clarísima en la moral
utilitaria.
Miraremos primero los antecedentes de esta
corriente para luego iniciar nuestra disertación sobre el
tema que nos ocupa. Comenzaremos afirmando que el bosquejo
general del pensamiento utilitario, se anunciaba en la primera
obra de Bentham, el Fragment on Government, que
publicó en 1776. Se trataba de una crítica a los
Commentaries de Blackstone y, a través de ella,
contenía un ataque a la profesión legal y a la
concepción whig del gobierno inglés.
Bentham declaraba así su mayor interés en
la causa de las reformas legales, y presentaba
esquemáticamente la concepción que habría de
desarrollar en una larga serie de libros de
jurisprudencia. La verdadera función de la
jurisprudencia
es la censura, la crítica del sistema legal con
vista a su mejoramiento. Para esta crítica hace falta una
norma de valores y
sólo el principio de utilidad puede
aportarla. ´La medida de lo
bueno y de lo malo es la mayor felicidad del mayor
número´. Se puede considerar que la teoría
de Bentham se basaba un poco en Hobbes y
Hume(7). ´Con el Fragment on Government estableció
los principios que
seguirían sus
(6) Citado por Sabine en el libro Historia de la Teoría
Política
en la pág. 518
(7). Bentham afirmaba que cuando leyó por
primera vez las obras éticas de Hume sintió como si
le hubieran caído escamas de los ojos.
ideales: La soberanía legal como presupuesto
necesario de la reforma mediante un proceso
legislativo, el principio de la mayor felicidad como medida de
valor y una
jurisprudencia
dedicada al análisis y censura de la ley a la luz de su
contribución a la felicidad
general´(8)
El inspirador de Bentham – es decir, Hume-
afirmaba que la base del sistema no era el
contrato social
sino la necesidad humana, por lo tanto las decisiones del
gobierno
deberían ir dirigidas a satisfacer a sus
gobernados.
Bentham consideraba que el gobernante debe ser
responsable de sus actos y estos deben ser justificados en la
necesidad de aquellos a quienes eran dirigidos. La función
del legislador es fundamental en esta búsqueda general de
la felicidad, pues con él, según Bentham
´puede fabricar el tejido de la felicidad a través
de la razón y el derecho´. No puede haber
limitaciones a la libertad, la sociedad y la naturaleza no
pueden admitir limitaciones legales. Estas limitaciones eran
concebidas por Bentham como sicológicas, ya que este
consideraba la costumbre y las instituciones
como simples hábitos.
Sin embargo, Bentham sostenía que aunque se
podía reconocer que el derecho, el sistema y el
gobierno eran malos, que no cumplían sus objetivos, que
no conseguían la felicidad de los integrantes de la
sociedad y que la libertad no era un concepto que
tuviera especial sitial en el ordenamiento, el remedio racional a
esta problemática era mejorar la ley, más
no debilitar a los tribunales. El ideal de Bentham era que
´cada hombre fuera
su propio abogado´; en los procesos las
partes se presentarían ante un árbitro y
conseguirían una conciliación pacífica. A
pesar de esto, según Sabine, la concepción de esta
connotación de la jurisprudencia
de Bentham, dio como resultado un sentido falso de la libertad,
debido a la extensión de la libertad de contrato al mayor
número de relaciones privadas.
Mill, por su parte, comenzó aceptando
aparentemente in toto el principio de la mayor felicidad
como había sido formulado por Bentham. El deseo del mayor
placer es el único motivo que guía al individuo y
la mayor felicidad
(8) George Sabine en Historia de la Teoría
Política.
Pág 494. 1992. Fondo de Cultura
Económica.
de todos es, a su vez, la norma del bien social y
el objeto de toda acción moral.
El carácter distintivo del utilitarismo de
Jhon Stuart Mill era que trataba de expresar una
concepción de carácter moral en consonancia con su
propio idealismo
personal. Mill
no quería aceptar el principio de la mayor felicidad de
Bentham por lo que era en efecto, es decir, un criterio
aproximado y preestablecido para juzgar la utilidad de la
legislación. La ética de
Mill es importante porque, en efecto, abandonó el
egoísmo, supuso que el bienestar social concierne a todos
los hombres de buena voluntad y consideró la libertad, la
integridad, el respeto a la
persona y la
distinción personal como
bienes
intrínsecos aparte de su contribución a la
felicidad. Convicciones morales de este tipo fundan toda la
concepción de una sociedad liberal de
Mill.
La contribución de Mill, más
característica y más duradera al
pensamiento político está contenida en el ensayo
On Liberty (1859), que constituyó una nota
definitivamente nueva en la literatura utilitarista.
Este ensayo fue un
llamado para lograr una opinión pública
auténticamente tolerante, que valorara las diferencias de
puntos de vista, que limitara la medida de acuerdo, que exija y
acoja las nuevas ideas como fuente de
descubrimiento.
Sin embargo, Mill nunca cayó en el
argumento de Bentham de que los derechos son creados por la
ley y los
individuos sólo gozan de la libertad que les concede
el Estado. Sin
embargo, a veces sostuvo la concepción tradicional
derivada de Bentham de que cualquier imposición
jurídica, e incluso social es un recorte a la libertad
individual. Nunca supuso, a pesar de todo, que pudiera darse una
libertad significativa sin la ley y cuando identificaba libertad
con civilización no imaginaba que pudiera haber
civilización sin sociedad.
La falta de claridad del criterio de Mill para
definir límites propios de la legislación se hacia
evidente cuando analizaba casos reales. Sus conclusiones no se
ajustaban a ninguna regla sino que dependían de
hábitos de juicio absolutamente subjetivos. La
máxima de Bentham de que la legislación es un mal
en sí mismo y que debe reducirse al mínimo en
beneficio de la libertad había perdido la
connotación original para Mill.
Descartó el dogma del liberalismo de
que la mayor libertad coincide con la falta de legislación
y aceptó el evidente hecho de que hay muchas formas de
imposición diversas de la ejercida por la ley. El liberalismo de
Mill aceptaba la libertad política y social
como un bien en sí, no porque contribuyera a un fin
ulterior sino porque la libertad es la condición propia de
un ser humano responsable. Vivir su propia vida, desarrollar los
propios rasgos y características personales no son medios para
alcanzar la felicidad es, literalmente, una parte esencial de la
felicidad. Un buen ordenamiento debe ser aquel que permita la
libertad y la oportunidad de formas de vida libres y
satisfactorias. La libertad no sólo es un bien individual
sino que también es un bien social.
La libertad no debe implicar sólamente
una posibilidad legal, debe implicar un
bien.
Spencer.
EN QUE SE PARECEN Y EN QUE SE
DIFERENCIAN LAS CONCEPCIONES UTILITARISTA Y ANARQUISTA DE LA
LIBERTAD?
DIFERENCIAS
– Mientras que para el anarquismo la libertad
sólo debe ser restringida por la concepción moral
que cada uno tenga -no por el Estado ni el Derecho-, para el
utilitarismo la libertad debe ser restringida por el
Derecho.
– Para el anarquismo la libertad individual debe
ser absoluta, sin restricciones, para que cada individuo pueda
satisfacer sus propias necesidades; para el utilitarismo, la
libertad debe ser restringida por el derecho, mejorado por la
jurisprudencia, para lograr la felicidad social,
esto es, la del mayor número posible de
personas.
– Mientras el anarquismo propugna por la no
existencia del Estado ni del Derecho -Restringen la libertad,
reprimen y son inmorales-, el utilitarismo considera al Estado y
al Derecho como un "mal necesario" para alcanzar el bien
común, el bien social.
– El anarquismo induce al desconocimiento de la
norma jurídica -Aún más, generó
violencia y
terrorismo-;
el utilitarismo exige acatamiento de la ley para lograr la
felicidad social.
– Los anarquistas consideran que las restricciones
que el derecho establece para la libertad son violaciones a los
derechos de los
individuos; los utilitaristas consideran que dichas restricciones
son la contribución de los individuos para la felicidad
social.
– Mientras para el anarquismo la justicia y la
libertad está en cada individuo y son espontáneas
en cada uno de ellos, para el utilitarismo están dadas por
el bien social, que es lo que guía la acción moral
de cada individuo, regulada por el derecho.
SEMEJANZAS
– Las dos concepciones estudiadas son
enfáticas en considerar la libertad como el más
preciado de los derechos
humanos.
– Tanto el anarquismo como el utilitarismo
rechazan las limitaciones que el derecho pueda imponer para
afectar la libertad individual, con la diferencia que para la
segunda de las concepciones citadas, las restricciones son
necesarias para la vida en sociedad. Pero ello, se reitera, no le
impide rechazar las limitaciones que se
establezcan.
Trabajo realizado por Cesar Camilo
Cermeño C.