- Zeus
- Poseidón
- Hades
- Hera
- Deméter
- Afrodita
- Atenea
- Artemisa
- Apolo
- Hermes
- Dionisio
- Ares
- Hefesto
- Hestia
- Pan
- Hécate
- Las
Ninfas - Sátiros y
silenos - Morfeo e
Hipno - Proteo
- Himeneo
- Némesis
- Jano
- Fortuna
- Los
lares
ESTUDIO PRELIMINAR: DIOSES
OLÍMPICOS
Zeus
Zeus, hijo de los titanes Crono y Rea, es el dios del
cielo y soberano de los dioses Olímpicos; su nombre
significa "brillante", y se lo considera padre de los dioses y
mortales. No fue el creador de las razas divina y humana; era su
padre, en el sentido de protector. Zeus es el dios del firmamento
y sus fenómenos, la lluvia, el trueno y el rayo; sus
títulos aluden a esto: Ombrio (Llovedor), Urio (Viento
Favorable), Astrapé (Relampagueador), Bronton (Atronador),
Georgos (Agricultor). Su arma principal era la Égida, su
ave, el águila, su árbol, el roble. Zeus tiene
parte en el destino de los mortales; tenía en su palacio
dos jarras, una contenía los bienes y otra los males;
normalmente sacaba alternativamente una y otra para cada hombre,
pero en ocasiones saca sólo bienes o sólo males,
con lo que el destino del mortal puede ser extraordinario o
funesto. En el arte se representa a Zeus como una figura
majestuosa, de pie o sentado, generalmente vestido desde la
cintura hacia abajo, llevando en la mano el cetro o el rayo o
ambas cosas a la vez, y asistido por un águila.
Los romanos identificaban a Zeus con Júpiter, y
asignaban al dios romano los atributos de la divinidad griega,
pero en el culto se mantuvo esencialmente libre de la influencia
helenizante. Como protector de Roma se lo llama Júpiter
Optimus Maximus ("el mejor y más alto"); como
Júpiter Fidius era guardián de la ley, defensor de
la verdad y protector de la justicia y la virtud. Con las diosas
Juno y Minerva, Júpiter formaba la tríada que
constituía el culto central del Estado romano.
Casado con su hermana Hera, Zeus es padre de Ares, dios
de la guerra; de Hebe, diosa de la juventud y de Ilitía,
diosa del parto; y a veces, de Hefesto, dios del fuego; al mismo
tiempo, se describen las aventuras amorosas de Zeus, sin
distinción de sexo (Ganimedes), y los recursos de que se
sirve para ocultarlas a su esposa Hera. Son numerosas sus
relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido
descendencia dispersa por doquier en la geografía
mítica de la antigua Grecia; Zeus es el padre de grandes
héroes como Heracles y Perseo. Estos amoríos con
mortales se explican a veces por el deseo de los antiguos griegos
de vanagloriarse de su linaje divino.
Unión con | Unión con | |||||||
Madre | Descendencia | Madre | Descendencia | |||||
Dione | Afrodita | Alcmena | Heracles | |||||
Temis | Horas (Estaciones), Moiras (Parcas) | Ío | Épafo | |||||
Eurínome | Cárites (Gracias) | Europa | Minos, Radamantis, Sarpedón | |||||
Deméter | Perséfone | Sémele | Dionisio | |||||
Mnemóside | Musas | Dánae | Perseo | |||||
Leto | Artemisa, Apolo | Antíope | Anfión, Zeto | |||||
Maya | Hermes | Níobe | Argos, Pelasgo | |||||
Hera | Ares, Hebe, Ilitía | Egina | Eaco | |||||
Temis | Atenea | Electra | Dárdano | |||||
Leda | Pólux, Helena | |||||||
Pluto | Tántalo | |||||||
Táigete | Lacemedonte | |||||||
Calisto | Árcade |
Poseidón
Poseidón, hermano de Zeus, es el dios de los
mares; su nombre significa "esposo de Da", siendo Da un nombre
prehelénico de la diosa de la tierra. Los romanos lo
identificaron con Neptuno, deidad de las fuentes y corrientes de
agua. De carácter violento y malhumorado, algunos de sus
títulos son Geáco, (Sostenedor de la tierra),
Ennosígaios (El que sacude la tierra), Proclistio (El
Inundador), Pétreo (El de la Roca), Kyanochaites (El de
azulada cabellera), Hippos (El de los Caballos), Fitalmio
(Alimentador de las plantas). Es una figura de salvaje majestad,
representada como de fuerza extraordinaria y prodigiosa
velocidad; cuando desciende del Olimpo, su hermano Hades teme que
vaya a resquebrajar la tierra por encima de su reino
subterráneo; en cuatro zancadas es capaz de atravesar el
mar desde Samotracia hasta Ege, donde está su palacio
submarino. Su animal simbólico es el caballo, que
representa su poder en tierra firme. Es él quien provoca
los terremotos y maremotos, y en calidad de ello se atribuye a
Poseidón la creación de algunas sorprendentes
formaciones, sobre todo el desfiladero del Peneo, paso natural
que hace salir las aguas de la llanura de Tesalia. En arte es
representado como una figura alta y majestuosa, algo parecida a
Zeus en su aspecto general, pero que se distingue por su emblema,
el tridente, y por su apariencia más salvaje y más
tosca, con largo cabello y barba desordenada; a menudo aparece
acompañado de un delfín, o bien montando un carro
tirado por briosos monstruos marinos.
Poseidón era esposo de Anfitrite, una de las
nereidas, con quien tuvo un hijo, Tritón. Sin embargo,
tuvo otros numerosos amores, especialmente con ninfas de los
manantiales y las fuentes, y fue padre de varios hijos famosos
por su salvajismo y crueldad, entre ellos el gigante Orión
y el cíclope Polifemo. Poseidón y la gorgona Medusa
fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo alado. Pero
también es el padre de grandes héroes, como Teseo,
el ateniense, y de otros héroes locales, como Neleo y
Pelias.
Hades
El tercero de los hermanos, Hades (el Invisible), es el
dios del mundo de los muertos, denominado adecuadamente "morada
de Hades". Es sombrío en su carácter y en sus
funciones, severamente justo e inexorable en sus designios; su
reino subterráneo es un lugar de tormento para los
malvados, pero él no es enemigo de la humanidad, no se
complace en la maldad, y puede premiar a los buenos de la misma
manera que puede castigar a los malos. Es un dios terrible, pero
no es un dios maligno. Al mismo Hades se le dan varios nombres
que evitan referirse directamente a la muerte, tales como
Poligdemon (Hospitalario), Eubeo (El de Prudente Consejo) o
Edoneo (El Benefactor). Se creía que él otorgaba
los beneficios ocultos de la tierra, tales como la riqueza
mineral y las cosechas, por lo que era conocido también
como Dis u Orcus, el dador de riqueza. Hades no participaba en
las guerras y conflictos de los hombres, y no tiene ninguna
relación con ellos, al contrario que la mayoría de
los dioses, pues él reina sobre los muertos y nunca
abandona su palacio de tinieblas. En Roma, se le conocía
como Plutón ("el Rico"), porque se creía que tanto
las cosechas como los metales preciosos provenían de su
reino bajo la tierra; y el nombre de su esposa, Perséfone
(a quien había raptado del mundo superior), fue cambiado
en Proserpina. Siendo poco adorado, sus representaciones en el
arte son escasas; cuando aparece, su forma y rasgos difieren de
los de Zeus, excepto en la expresión, que siempre aparece
sombría o amenazante.
No son muchos los héroes que se atrevieron a
llegar en vida al mundo de los muertos, y quienes lo hicieron fue
por un mandato o una disposición especial. Así le
sucedió al mítico cantor Orfeo, que fue a buscar a
su mujer Eurídice; también Heracles, en el
último de sus doce trabajos, descendió al infierno
para capturar a Cerbero, al tiempo que rescató a su amigo
Teseo; Odiseo fue otro de los héroes que bajó para
consultar al alma del adivino Tiresias; más tarde
iría al infierno Eneas para entrevistarse con su difunto
padre Anquises sobre el advenimiento de la historia romana; y
siglos después se cuenta que el poeta Dante
atravesó el tenebroso reino subterráneo guiado por
Virgilio.
Hera
La diosa Hera, hermana y consorte oficial de Zeus, es la
reina del Olimpo. Aunque de carácter malévolamente
celoso y vengativo, debido a los deslices amorosos de su marido,
es una diosa de la tierra y está profundamente relacionada
con la fertilidad de las mujeres; ella rige el matrimonio
(llamándose entonces Hera Ziguía, "la del yugo",
refiriéndose al vínculo conyugal). Su
epíteto constante es Boopis (La de ojos de vaca), y tiene
a la vaca y el pavo real como sus animales simbólicos. En
Roma Hera es identificada con Juno, y se la veneraba bajo
diferentes nombres: como Juno Pronuba presidía los
casamientos, como Juno Lucina ayudaba a las mujeres en el parto,
como Juno Regina era la consejera y protectora especial del
Estado romano. El arte la representa como una figura alta y
majestuosa, generalmente vestida del todo, coronada con una
especie de diadema (adorno que indicaba rango elevado pero que no
era forzosamente un distintivo de soberanía) o una corona
y un cetro.
Hera es madre de Ares, Hebe, Ilitía y Hefesto. Es
una diosa dura y obstinada en sus odios hacia las amantes y los
hijos de su marido. Nunca olvidó una injuria y se la
conocía por su naturaleza vengativa. En la
tradición griega, casi todos sus decretos y disposiciones
se hacían mediante la intervención de su sierva
Iris, hija de Taumante y Electra. El hecho de ser Iris la
divinidad que personificaba el arco iris (muy relacionado con la
lluvia), vincula a la diosa con los fenómenos
atmosféricos. En este sentido, el carácter violento
de Hera constituye la personificación de los trastornos
atmosféricos.
Deméter
Deméter, hermana de Hera y, en una
ocasión, amante de Zeus, es la diosa de los granos y de
las cosechas, sobre cuyos ciclos regía; su naturaleza la
convierte en una deidad de la fertilidad, la agricultura, la
naturaleza y las estaciones del año. En Roma se veneraba a
Deméter y a su hija Perséfone con los nombres de
Ceres y Proserpina, y de la primera deriva la palabra "cereal".
Los atributos de Deméter son la espiga, el narciso y la
adormidera; se la representa a menudo sentada con antorchas o con
una serpiente.
Perséfone, posee un carácter doble, como
diosa de los muertos y como diosa de la fertilidad de la tierra;
en calidad de esto último, encarna el grano maduro, como
lo hace su madre con el grano verde. Como diosa se los muertos y
de la fertilidad de la tierra, Perséfone era la
personificación de la renovación de la tierra en
primavera; su estancia en el Hades explica los ciclos de la
naturaleza, la vegetación y la agricultura. Los ritos de
los misterios de Eleusis, en el santuario e esta ciudad cercana a
Atenas, se celebraban en su honor y en el de su madre.
Afrodita
Afrodita, hija de Zeus y Dione, es la diosa del amor, la
belleza y la sensualidad. Su nombre proviene de la raíz
griega aphros (espuma), al parecer por su nacimiento
mítico en el mar. Tras nacer, fue llevada a varios
lugares, de ahí sus títulos tales como Afrogenia
("nacida de la espuma"), Ciprogenia ("nacida en Chipre"), Cipris
("Señora de Chipre"), Citerea ("criada en Citera"). En
Esparta, Afrodita posee atributos de una diosa guerrera,
razón por la cual es a menudo asociada con Ares, siendo
éste el padre de Eros (el Cupido romano). En la
filosofía platónica, Afrodita posee una doble
naturaleza; Afrodita Urania (Celestial, Reina del Cielo) se
relaciona con la parte poética y sensible del amor y con
el matrimonio, mientras que Afrodita Pandemo ("de todo el
pueblo"), rige la parte explícita del amor y el placer
sexual. El arte más antiguo representa a esta diosa como
un figura vestida, de bello rostro y cabello usualmente recogido
hacia atrás, que posee cierta rígida dignidad; las
representaciones posteriores son en su mayor parte figuras
desnudas o casi desnudas, a menudo con una incitante
acentuación de la sexualidad y de los atributos
físicos (algo de ello puede notarse en sus títulos,
tales como Calipigia, "de bellas nalgas"). De su nombre deriva la
palabra "afrodisíaco".
Los romanos identificaron a Afrodita con la deidad
itálica Venus, personificación del poder que
hacía que el suelo labrado y especialmente los jardines,
tuvieran un aspecto hermoso (venustus), como cuando
florecían. La diosa griega desplazó totalmente a
esta insignificante diosa nativa, y dio el sello de su propio
culto, en su forma más respetable, a la ciudad de Roma. En
la época imperial, era venerada bajo diferentes aspectos:
como Venus Genetrix, se identifica con la madre del héroe
Eneas, el fundador del pueblo romano; como Venus Felix, es la
portadora de buena fortuna; como Venus Victrix, la portadora de
victoria; y como Venus Verticordia, la protectora de la castidad
femenina.
Afrodita es la esposa del feo y cojo Hefesto, aunque
tuvo muchas relaciones adúlteras, con Hermes o con
Dionisio, pero en especial con Ares; también era la rival
de Perséfone por el amor del hermoso joven Adonis;
también entregó sus dones amorosos al troyano
Anquises, de quien engendró a Eneas, antepasado del pueblo
romano. En tradiciones tardías, Eros, el Amor, es
considerado hijo de Ares y Afrodita, aunque la leyenda más
antigua hace de él una de las fuerzas primigenias de la
naturaleza, hijo del Caos y encarnación del poder creativo
del universo; su nombre ha pasado al lenguaje coloquial en los
términos "erótico" o "erotismo". Cuando, en la
época alejandrina, la idea del amor romántico
estuvo en auge, se hizo habitual la representación en el
arte de la pareja "Venus y Cupido". Para aquella época
Eros aumentó su importancia, pero al mismo tiempo fue
perdiendo dignidad; porque inicialmente era representado como un
hermoso joven atleta (que a veces llevaba una flor, pero
más comúnmente un arco y flechas), en lo posterior
aparece como un niño, diminuto arquero con alas,
caprichoso y travieso, que se complace en disparar sus invisibles
flechas de amor tanto en los dioses como en los
humanos.
Atenea
Palas Atenea, que nació ya adulta de la frente de
Zeus y fue su hija predilecta es, especialmente, la diosa
protectora de la ciudad de Atenas, que lleva su nombre, y patrona
de la industria y de las artes, a partir de lo cual
evolucionó hacia la figura de una diosa de la
sabiduría y la razón. Era también patrona
del arte de la agricultura y de las labores femeninas,
especialmente del hilado y el tejido. Entre sus dones al hombre
estaban la invención del arado y la flauta y las artes de
domesticación de animales, de construcción de
barcos y de fabricación de zapatos. Se la asociaba a
menudo con las aves, especialmente con la lechuza. Como diosa
casta, recibió el título de Parthenos ("la
virgen"). Era también diosa de la guerra, en el aspecto de
las tácticas y las destrezas bélicas, y algunos de
sus títulos dan testimonio de su carácter marcial,
tales como Prómaco (Campeona), Estenias (Poderosa), Ares
(Marcial o Compañera de Ares). El otro aspecto de su
carácter, como protectora pacífica es evidenciado
con los títulos de Políade (Diosa de la Ciudad),
Bulea (Consejera), Ergane (Trabajadora), Cirotrofo (Alimentadora
de Niños, título compartido por varias diosas).
Desde Macedonia hasta Esparta, su importancia solamente era
superada por la del propio Zeus, del cual lleva a menudo la
Égida y el rayo. Zeus tiene un nombre especialmente
favorito para ella, Glaucopis (La de ojos grises). El arte la
representa como una virgen majestuosa, con rostro bello pero
severo, y cuerpo fuerte pero gracioso. Normalmente lleva una
armadura completa, con un yelmo, así como larga lanza y
escudo, sobre el cual o sobre su coraza, se encuentra la
tradicional cabeza de la Gorgona (gorgoneion). En Roma, fue
identificada con la importante diosa Minerva, protectora de las
artes y los oficios. Minerva, con Júpiter y Juno, era una
de las tres deidades principales del Estado romano.
Asociada con Atenea está una deidad menor llamada
Niké ("victoriosa"), diosa de la victoria; es hija del
titán Palante y de Estige. En el arte se la representa a
veces alada y llevando una guirnalda o palma de la victoria.
Niké es el epíteto de diversas diosas griegas, pero
más exclusivamente de Atenea, por lo que, probablemente en
su origen no sea más que uno de los títulos de la
propia diosa.
Artemisa
Artemisa, hija de Zeus y Leto, es una diosa interesada
en la vida agreste (de ahí su título Agrotera, "la
Cazadora") y particularmente en los niños pequeños
y las crías de las bestias, especialmente de los osos. Por
ello es una diosa del nacimiento, Loquia (La del Parto),
Cirotrofo (Nodriza de Niños) y Polimastos (La de los
muchos senos). Tradicionalmente amiga y protectora de la
juventud, especialmente de las muchachas; es alabada por asegurar
un parto apacible a sus favoritas, y si esto no era posible,
entonces proporcionaba una muerte dulce y plácida a las
muchachas jóvenes que mueren durante el parto. Amable en
ocasiones, también es una diosa terrible, y en particular,
cualquier muerte súbita, pero no violenta, entre las
mujeres se atribuía a una flecha disparada con su arco. A
Artemisa sólo le interesan los montes y los frondosos
bosques que recorre con paso ligero blandiendo su arco;
ningún blanco, hombre o animal, escapa a su certera
mirada. Los dioses, a excepción de Hera, le tienen gran
respeto a ella, a su madre Leto y a su hermano Apolo.
El séquito de ninfas que siempre
acompañaba a Artemisa en sus monterías estaba
compuesto por muchas jóvenes doncellas, que habían
de ser puras y cazadoras, al igual que su patrona. Artemisa fue
identificada con la diosa romana Diana, deidad relacionada con la
fecundidad y los partos, que absorbió la célebre
figura de la virginal cazadora (Diane chasseresse), cuando su
culto llegó a Roma. En el arte aparece representada como
una mujer joven y hermosa, calzando borceguíes, con el
quitón recogido hasta la rodilla, generalmente armada con
el arco y la aljaba de flechas, y acompañada regularmente
por un ciervo. Sobre su cabeza aparecen a menudo unos
pequeños cuernos en forma de media luna, que en
épocas posteriores representaron a la Luna, pero no forman
parte de su tipo más antiguo. Como diosa de la luna, se la
identificaba a veces con Selene, o con Febe la titana, la madre
de su madre, y con su prima Hécate, hija de Asteria,
hermana de su madre Leto.
Apolo
Apolo, hermano gemelo de Artemisa, es el más
típicamente griego de todos los dioses olímpicos;
en la iconografía artística fue representado con
mayor frecuencia que cualquier otra deidad. No tiene
ningún equivalente o paralelo romano, aunque éstos
solían llamarle con el nombre griego de Febo. Es el
protector de la medicina, de la música, particularmente de
la lira, y del arte de disparar con el arco; es quien promueve
los actos violentos de los dioses para castigar a los mortales
por sus actos impíos y blasfemos. También es
profeta veraz e infalible, que conoce la voluntad de su padre
Zeus y la revela a los humanos a través de sus numerosos
oráculos, siendo el más importante el que estaba en
Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón.
Era también llamado Délico, de Delos, la
isla de su nacimiento y el de su hermana Artemisa, y Pitio, por
haber matado a Pitón. Nunca pierde su relación con
los rebaños y pastores, siendo poderoso para enviar los
lobos contra sus rebaños y también para mantenerlos
alejados; esto concuerda con sus epítetos de Nomio (El de
los pastos), Licio (dios Lobo) o Liceo (Matador de lobos), y con
el atributo del arco, arma muy adecuada para enfrentar a los
lobos y otros animales salvajes, llamándose entonces
Kekebolos (El que flecha de lejos). Su hermana era la guardiana
de las muchachas, mientras que Apolo protegía de modo
especial a los muchachos. Siendo un dios de la luz y la verdad,
solía otorgar el don de la profecía a aquellos
mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra;
también enseñó a los humanos el arte de la
medicina. Corrientemente se le identifica con el Sol, debido a
que ambos dioses eran arqueros. Su tipo evolucionado en el arte
representa el tipo de la belleza masculina que ha alcanzado su
desarrollo, pero aun posee toda la agilidad y el vigor de la
juventud; generalmente su figura aparece imberbe y sosteniendo
una lira o un arco.
Hermes
Hermes (del griego hermeias, "roca", "piedra"), hijo de
Zeus y Maya, es el dios de los comerciantes y ladrones, puede dar
riquezas, con honra o sin ellas; en estas funciones destaca por
su astucia, picardía y sagacidad, recibiendo el
título de Polytropos (El de muchos engaños); es el
dios de los ganados (Crióforo, o Moscóforo). Hermes
se deleita en las asambleas de los hombres y en las
deliberaciones de ellos, porque también es un dios de la
elocuencia, tanto en prosa como en verso; se convirtió en
el patrón de los intérpretes y traductores (la
hermética, el arte de traducir e interpretar, está
obviamente relacionada con él). Es, asimismo, el dios
especial de los hombres jóvenes, y protector de los
gimnasios y estadios (Agoraios). Como dios de los caminos era
adorado en forma de un montón de piedras (hermas o hermai)
que se ubicaba a un lado de las carreteras. Tampoco cesa su
relación con los humanos cuando éstos mueren,
porque Hermes es también el Guía de las Almas
(Psicopompo) en la travesía que las lleva al tenebroso
Hades; pero incluso así nunca es un dios sombrío y
terrible, sino más bien cortés y amistoso. Pero su
carácter principal es el de servidor y mensajero
particular de Zeus, y en calidad de tal aparece, llevando el
sombrero ancho (petasos) con el que los viajeros se resguardaban
del sol, sandalias aladas y el bastón de heraldo
(kerykeion, caduceus, caduceo; o varita mágica, con
serpientes enrolladas y alas en la parte superior). En el
primitivo arte griego, se representaba a Hermes como un hombre
maduro y barbado; en el arte clásico, como un joven
imberbe, atlético y gracioso (ephebos, efebo); más
adelante, en la época helenística, aparece de nuevo
con barba de mago, como Hermes Trimegisto ("tres veces grande"),
asimilado al dios egipcio Thoth. Los romanos identificaron a
Hermes con Mercurio, el dios local de los comerciantes y sus
mercancías (merces).
Dionisio
Dionisio (entre los romanos, Líber o Baco) es
hijo de Zeus y de Sémele. Es el dios del vino, que
enseñó a los mortales cómo cultivar la vid y
cómo hacer vino. Posee una doble naturaleza: una como dios
de la vegetación, específicamente de los frutos de
los árboles, especialmente los racimos de uvas; su segunda
caracterización apunta a una divinidad del arrebato
místico que inspiraba cultos orgiásticos, de los
que son ejemplo las ménades o bacantes. Sus
epítetos son variados: Bromio (El bramador), Lieo o
Líber (El que libera), Irafiotes (Cabrillo ritual),
Ditirambo (Puerta de la vida y la muerte), Lysiponos (El que
libera las penas). Dionisio era bueno y amable con quienes lo
honraban, pero llevaba la locura y la destrucción a
quienes lo despreciaban a él o a los rituales de su culto.
Su séquito está formado por seres divinos,
sátiros, silenos y ninfas, y adoradores humanos, llamados
basárides, "portadores de piel", por la forma de su
indumentaria ritual con pieles de ciervo, y finalmente
ménades o lenas (literalmente, "mujeres locas"). Toda esta
cohorte seguía a Dionisio entrando en un estado de
enajenación mediante la danza extática y el uso del
vino; eran capaces de realizar milagros, haciendo surgir del
suelo fuentes de leche o vino; poseían una fuerza
extraordinaria, capaz de despedazar con sólo las manos
cabras, toros y seres humanos (sparagmós,
descuartizamiento de la presa); el fuego no los quemaba ni las
armas los herían; pero a pesar de su violencia,
sentían una profunda simpatía por las crías
de los animales, especialmente los cabritos y los cervatillos. El
nombre romano de Baco se refiere a los fuertes gritos con los que
se adoraba al dios en las bacanales, frenéticas
celebraciones en su honor.
Ocasionalmente, Dionisio es concebido en forma animal,
siendo sus avatares más corrientes el toro, la cabra, la
serpiente y el león. Sus símbolos son la vid, la
piel de ciervo (nebris), el tirso (un bastón
místico recubierto de enredadera), el mirto y la hiedra. A
Dionisio se le representó en el arte, inicialmente como un
adulto con barba con un cuerno de bebida y racimos de uvas, y
después como un adolescente afeminado. De acuerdo con la
tradición, Dionisio moría cada invierno y
renacía en la primavera; para sus adeptos, este
renacimiento cíclico, acompañado de la
renovación estacional de los frutos de la tierra,
encarnaba la promesa de la resurrección de los
muertos.
Ares
Ares es hijo de Zeus y Hera, que habita en Tracia,
región salvaje del norte griego, donde viven las amazonas,
su descendencia. Ares apadrina la guerra, como Atenea; pero a
diferencia de ella, que se identifica con la guerra noble y
táctica, Ares, agresivo y sanguinario, personificaba el
terror y la brutal naturaleza de la guerra en su aspecto
más duro; se complace con el derramamiento de sangre y el
dolor de las víctimas; por ello era impopular tanto para
los dioses como para los mortales. Entre las pocas deidades
asociadas con él estaban su amante, Afrodita y deidades
menores como Deimo (Temor) y Fobo (Terror), que lo
acompañaban en batalla, como aurigas en su carro de
combate. Sin embargo, aunque feroz y belicoso, Ares es poco
más que un matasiete divino, que no era invencible (fue
fácilmente encadenado por los alóadas, Oto y
Efialtes), ni siquiera frente a los mortales, como cuando fue
herido por Diomedes durante la guerra de Troya. En esto contrasta
con el dios romano Marte, con el que se lo identifica, que es
también un dios de la guerra, pero tiene además
funciones agrícolas, siendo un dios del año,
especialmente de la primavera; los nombres del día martes
y del mes de marzo derivan del nombre de este dios; además
su nombre latino legó la palabra "marcial". Una de las
deidades romanas más importantes, se consideraba a Marte
el padre del pueblo romano, porque era padre de Rómulo, el
legendario fundador de Roma. En el arte, se lo representa bajo
los rasgos de un hombre joven vestido a la usanza de un soldado
griego, con coraza, casco, escudo y yelmo, aunque en ocasiones
aparezca de forma poco convencional, tan sólo portando su
escudo.
Hefesto
Hefesto es el dios del fuego y de la metalurgia, tiene
patronazgo sobre los metales. Es hijo de Zeus y Hera o bien,
sólo hijo de Hera, que lo trajo al mundo mediante un
contramilagro por el nacimiento de Atenea. Hefesto era el
artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y joyas;
se creía que su taller estaba bajo el monte Etna,
volcán siciliano. Está casado con Afrodita y con
Áglae, la más bella de las Cárites, aunque a
diferencia de la mayoría de los maridos divinos, raramente
fue licencioso. En Roma fue inadecuadamente identificado con
Vulcano (del latín, volcanus, "volcán"); porque
Hefesto era un dios forjador, mientras que Vulcano era una deidad
asociada con el destructor fuego volcánico, y no
tenía nada que ver con los usos industriales del
fuego.
Hestia
Hestia, cuya equivalente romana es Vesta, es hija de
Crono y Rea. Personifica el Hogar Sagrado, adorado por numerosos
pueblos, siendo éste el centro natural del culto familiar.
Hestia presidía todos los fuegos de las aras de sacrificio
y se le ofrecían plegarias antes y después de las
comidas; su función era cuidar de la familia y de que el
fuego sagrado del hogar esté siempre encendido, el cual si
llegara a apagarse, supondría un terrible presagio de
desgracias. En Roma sus sacerdotisas vírgenes, en
número de seis, eran conocidas como vestales, y
custodiaban la llama del templo redondo de Vesta, en el Foro
romano, cuyo fuego, según se decía, lo había
llevado desde Troya Eneas, el legendario fundador de Roma. El
fuego del santuario era símbolo de la seguridad de la
ciudad y lo custodiaban permanentemente las vestales, que lo
conservaban encendido permanentemente y que servían
durante periodos de treinta años (diez como novicias, diez
como vestales y diez como supervisoras) sometidas a severas
reglas; las vestales, como la propia Vesta, basaban sus poderes
protectores en su pureza. Aunque Hestia aparece en muy pocos
mitos, la mayoría de las ciudades tenían un hogar
común donde ardía el fuego sagrado de esta
diosa.
Pan
Pan, hijo de Hermes y de la ninfa Dríope, es el
dios de los bosques, los campos, y la fertilidad, adorado
principalmente por los pastores y cabreros. Nació en
Arcadia, siendo sus lugares preferidos eran las montañas,
las cuevas y parajes agrestes. Es un músico
magnífico, tañedor de su flauta de carriza o
caramillo, que la inventó cuando la ninfa Siringe
quedó convertida en cañas al tratar de huir de
él. Pan gustaba mucho de galantear a las ninfas del bosque
mientras danzaban al son de su flauta, pero todas lo rechazaban
por su fealdad, pues su forma es en parte animal, con cuernos,
orejas y patas de un macho cabrío. También es
capruno su carácter, porque es lascivo y retozón, a
veces irascible, especialmente cuando se le molesta durante la
siesta. Se supone que la palabra "pánico" deriva del temor
que sentían los viajeros cuando oían el sonido de
su flauta en la soledad de la noche. Se creía
también que Pan hablaba con la gente a través de
los sonidos del bosque y en las pesadillas. Para los
teóricos romanos, el equivalente de Pan e Fauno, deidad de
los campos y los pastores.
Hécate
La diosa infernal Hécate ("La que obra desde
lejos"), hija Perses (hijo del titán Crío y de
Euribia, hija de Ponto y Gea) y de Asteria (hija de los titanes
Ceo y Febe). Era la reina de los espíritus, y por lo
tanto, de la oscuridad de todo tipo de magia, en especial la
negra. En calidad de tal, era diosa de las encrucijadas y de los
caminos en general (Enodia, Triodita), pues las encrucijadas eran
grandes centros de actividad espiritual y mágica. En las
encrucijadas de los caminos, que eran para los viajeros lugares
demoníacos y espectrales, se celebraban las "cenas de
Hécate" y en ellas a veces aparecía la diosa,
especialmente en las noches más oscuras, sin luna, con un
aspecto terrible, acompañada por una jauría de
perros fantasmales y aulladores. El arte representa a
Hécate con tres cuerpos o tres cabezas (de suerte que
puede mirar a la vez hacia tres caminos que se juntan en el punto
donde ella se encuentra) y con serpientes entrelazadas alrededor
de su cuello.
Hécate es habitualmente asociada con Artemisa, ya
que su madre es Asteria, la hermana de Leto; ella y Artemisa, por
lo tanto, son primas. A diferencia de Artemisa, que simbolizaba
la luz lunar y el esplendor de la noche, Hécate
representaba la oscuridad y sus terrores. Las tres caras de su
estatua han sido interpretadas en el sentido de que es una diosa
con poder en el cielo, en la tierra y en el mar, o bien
representaban sus tres personalidades: Selene en el cielo,
Artemisa en la tierra, Hécate (o Perséfone) en el
infierno.
Las
Ninfas
Las ninfas eran una multitud, su nombre significa
("mujeres jóvenes", "novias"), y son divinidades menores
que pueblan la naturaleza, en sus diversos reinos; se las
representa como jóvenes y hermosas doncellas amantes de la
música y de la danza, y generalmente amorosas (con
marcados indicios de lujuria). Tenían larga vida, pero no
eran inmortales; poseían facultades proféticas, e
inspiraban a los mortales; al igual que las hadas de las
tradiciones populares celtas con las que guardan semejanza, son
espíritus amables pero a veces eran seres temibles, si se
les ofendía. Las ninfas se distinguían según
la parte de la naturaleza que habitaban; las ninfas marinas eran
las Oceánides, o hijas de Océano, el gran mar que
fluye alrededor de la tierra, y las Nereidas, o hijas de Nereo,
ninfas de las olas marinas, especialmente del Mediterráneo
y benefactoras de los navegantes. Las ninfas fluviales eran las
Náyades y Potameides, que habitaban ríos y fuentes.
Ninfas arbóreas eran las Dríades, ninfas de los
árboles y bosques, llamadas Hamadríades, cuando
vivían en el mismo árbol, le daban vida y
morían junto con él; las ninfas de los bosques
sagrados eran las Alseides (de alsos, "bosque"). Las
Oréades eran ninfas montaraces, que moraban
montañas y grutas. Se dice que las Melíades, ninfas
de los fresnos, eran las más antiguas, y nacieron de
Urano, no de Zeus.
Sátiros y
silenos
Los sátiros eran una especie de divinidad
campestre del cortejo de Dionisio; eran espíritus de la
vida salvaje de bosques y montes, y especialmente de su
fertilidad desenfrenada e incontrolada. Tenían la figura
de hombres barbados, con cuernos, orejas y patas cabrunas, y cola
de caballo o de chivo. Eran muy lujuriosos y amantes de la danza
y del jolgorio; pasaban su tiempo persiguiendo a las ninfas,
bebiendo vino, danzando y tocando la flauta. Generalmente
cobardes, excepto cuando el frenesí dionisíaco los
convertía en seres temibles y peligrosos. En Roma fueron
identificados con los espíritus nativos de los bosques,
los faunos.
Se llamaba silenos a los sátiros más
viejos, y mientras los sátiros a menudo se alegraban con
el vino, los silenos eran propensos a pescar grandes borracheras;
también eran hábiles músicos. Por otro lado,
toda la sobriedad y la sabiduría que pueda encontrarse
entre estas salvajes criaturas, se hallaba en los silenos
(capturados en estado de embriaguez, podía
obligárseles a predecir el futuro). Sileno (en singular)
era el mayor de los sátiros, hijo de la ninfa Hibris
(Impudicia) que se unió con Hermes y Pan. Fue nodrizo y
tutor de Dionisio, y solía acompañarlo en sus
viajes. El arte representa a Sileno como un pequeño
anciano en estado de jovial embriaguez.
Morfeo e
Hipno
Morfeo era el dios de los sueños, hijo de Somno,
el dios del sueño; es un espíritu, no del dormir en
general, sino de las formas vistas en sueños (él
formaba los sueños de quienes dormían). Morfeo es
el asistente de Hipno (el Sueño), que habitaba en un
palacio que nunca recibía la luz del sol, en cuyo interior
estaba un blando lecho de ébano, rodeado de negras
cortinas. Los Sueños, hijos de Hipno, eran numerosos como
las hojas del bosque o las arenas del mar; unos, insignificantes
y engañosos, salían por una puerta de madera, y
otros, verdaderos y proféticos por una puerta de
marfil.
Proteo
Proteo es hijo de Poseidón, y su sirviente y
cuidador de sus focas; conocía todas las cosas pasadas,
presentes y futuras pero era capaz de cambiar voluntariamente su
aspecto para evitar a los que requerían de su facultad
profética. Todos los días, a mediodía,
surgía del mar y dormía a la sombra de las rocas en
la isla de Faros, en Egipto, con sus focas tendidas a su
alrededor. Todo aquel que deseara saber el futuro tenía
que retenerlo en ese momento e intentar no soltarlo cuando
asumía apariencias horribles, como animales salvajes y
monstruos terribles; si ninguna de sus artimañas
prosperaba, Proteo recuperaba su forma habitual y decía la
verdad. Entre los que lucharon con Proteo para conocer la verdad
se encontraba Menelao, rey de Esparta.
Himeneo
Himeneo, hijo de Dionisio y Afrodita, presidía
los casamientos. Cuando acontecía la consumación
del acto sexual de los novios en el lecho nupcial, Himeneo se
presentaba en la habitación y bendecía la
unión encendiendo su antorcha. El arte lo representa bajo
la figura de un joven afeminado, coronado de rosas y sosteniendo
una antorcha. Se enamoró de la hija de un noble rico, y
dado que no podía cortejarla, por su posición
social, la seguía a todas partes. Finalmente se
disfrazó de mujer para unirse a una procesión de
Eleusis, a la cual sólo acudían mujeres. La
comitiva fue capturada por piratas. Entonces Himeneo urdió
un plan para escapar de sus captores y huir a Atenas, solicitando
la mano de la hija del noble rico si todo salía bien. Tuvo
éxito en la misión y en el matrimonio, y
éste fue tan feliz que los atenienses instituyeron fiestas
en su honor.
Némesis
Némesis, o la Venganza, hija de Nix, la Noche,
era personificación de la justicia divina y de la
retribución de los dioses. Representaba la legítima
ira divina contra la soberbia y la altivez, y contra los
transgresores de la ley; nadie, ni aun los reyes y
príncipes, podía escapar de su poder; su
acción justiciera equilibra el destino de los mortales.
Era representada con alas para indicar la rapidez con que sigue
el castigo a la transgresión.
Jano
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