Formas narrativas posmodernas en La Hora de la Estrella de Clarice Lispector
- Introducción
- El juego del
elástico: Intertextualidad y
parodia - El narrador como
autor: metaficción - La protagonista
como antihéroe - Los personajes
secundarios - Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La hora de la estrella es la última
novela publicada en vida de la escritora brasileña Clarice
Lispector. Nacida en Ucrania, pero "absolutamente
brasileña", tal como ella se definió,
llegó a Brasil con su familia, teniendo sólo dos
meses, para establecerse en el nordeste, en la ciudad de Recife.
Estudió Derecho y se casó con un
diplomático, lo que la llevó a vivir en distintos
lugares fuera de Brasil. Aún sin pretenderlo, su destino
parece haber sido desde siempre cosmopolita.
Dos temas atraviesan de manera recurrente su obra
literaria: el misterio (en todas sus manifestaciones) y la
condición femenina. En alguno de sus cuentos, como en
El huevo y la gallina, estos temas se corresponden.
Casualmente, y no tanto, Clarice elige este cuento para ser
leído en el Primer Congreso Mundial de Brujería de
Bogotá, al que fue invitada a participar en 1975. Para
este Congreso escribe una ponencia llamada "Literatura y
magia" en la que asegura que "todo lo que sucede en el
mundo lo hace por algún tipo de magia". A
continuación, relata un episodio que le ocurrió y
que entiende inexplicable:
Un 1 de enero de 1964, una amiga mía
entró en su casa a buscar algo y yo me senté en la
escalera a esperarla. De repente, me entró una
desesperación tan grande con aquel sol y agua
vacía, el primer día del año, que dije:
"«¡Ay, Dios mío, dame al menos un
símbolo de paz!». Cuando abrí los ojos
tenía una paloma junto a mí. Después fui al
cine. Las tiendas estaban cerradas, pero junto al cine
Paissandú, en un escaparate, había un plato con
cuatro palomas que, al día siguiente, compré. Ahora
lo tengo medio abandonado…Pero el tercer hecho fue el
más impresionante: iba a la ciudad un día de calor,
tomé un taxi y estaba tan cansada, con las gafas oscuras,
que apoyé la cabeza en el asiento de enfrente. De repente,
noté una cosa entre el ojo y las gafas y miré
qué era. Era una pluma de paloma…después fui
a hacer una visita de camaradería a un amigo mío,
médico, y le conté la historia. Le pregunté:
«¿Cómo te lo explicas?». El sólo
dijo: «Lo bueno no necesita
explicación…». Y preguntó:
«¿Quieres una pluma de paloma? ». Asustada, le
respondí: «¿Tienes una?». Entonces, el
cogió una y me la dio…Otra vez, cuando iba al
médico, tomé un taxi que, durante el trayecto, dio
un frenazo brusco. Le pregunté al taxista:
«¿Qué ha pasado?». Y me dijo:
«Gracias a Dios, he evitado matar a una paloma». Una
historia increíble…" (Dónde se
enseñará a ser feliz 163 )
Borges en su ensayo "El arte narrativo y la
magia" dice que "la magia es la coronación o
pesadilla de lo casual, no su contradicción."
(Discusión 112) En este sentido, la magia, o
aquello que se experimenta y no se puede explicar, es para
Clarice motivo para creer y esa fe un modo de ver el mundo. Es
así que, precisamente, por ello, aquel interés
metafísico predomina en sus novelas.
Se trata de una percepción que busca ser genuina,
sin academicismos. Cuando el crítico Affonso Romano de
Sant`Anna utilizó la palabra "óntico" para
referirse a la presencia de animales en sus cuentos, Clarice
preguntó: "¿Qué es óntico?".
(Dónde se enseñará a ser feliz
214)
En distintas entrevistas, y siempre que se le
preguntó, Clarice insiste en no saber mucho de
filosofía. Cuando se la tildó de existencialista, o
se mencionó que tal o cual novela suya lo era, ella
afirmaba con vehemencia no haber sido una gran lectora de Sartre
o de otros filósofos existencialistas. Sí recuerda
haber leído mucho a Kafka, coleccionar pequeños
papeles con notas que surgían de la lectura de este autor,
y que la primera novela que leyó y confiesa que le
causó gran impacto fue El lobo estepario de
Hermann Hesse.
Del mismo modo, no pareció sentirse
particularmente halagada cuando se la comparó, luego del
éxito de su primera novela, con Virginia Wolf. Dice no
advertir con claridad cuáles pudieran haber sido sus
influencias.
Estas afirmaciones, podrían tener que ver
más con la creación del personaje Clarice Lispector
escritor[1]que con su realidad biográfica,
ya que se contradicen con algunos textos de juventud y con otras
declaraciones en las que dice leer con mucha pasión
ensayos y textos críticos.
Fuera cierto o no, aquello de no haber sido una gran
lectora, lo que sí lo es, es ese modo de comprender el
mundo de manera sensible que se vislumbra en sus primeros
escritos de estudiante. En un artículo llamado "El
derecho a castigar" publicado en 1941 por la revista de la
Facultad de Derecho A Epoca, Clarice
argumenta:
Nota: un colega nuestro ha dicho que este
artículo es "sentimental". Quiero aclararle que el Derecho
Penal trata de cosas humanas por excelencia. Sólo se puede
estudiar, pues, humanamente. Y si el adjetivo "sentimental" se
debe a mi alusión a ciertas cuestiones extrapenales, le
diré que no se puede llegar a conclusiones en
ningún campo sin establecer las premisas indispensables.
(Dónde se enseñará a ser feliz
67)
Hemos querido referir esta nota en su totalidad,
así como el episodio de las palomas, porque ello revela un
modo de comprender que busca salirse de los límites
establecidos como forma de encontrar otras respuestas a las
mismas preguntas. Acorde con esto, su obra literaria se organiza
narrativamente mediante procedimientos complejos que no
sólo crean un relato de ficción sino además
cuestionan, reflexionan e indagan sobre la realidad social, el
lugar de la mujer y el texto literario. En adelante, trabajaremos
sobre la novela de Clarice Lispector, La hora de la
estrella, a la luz de las propuestas de teóricos del
posmodernismo como Linda Hutcheon, Brian Mc Hale y Manfred
Pfister.
El juego del
elástico: Intertextualidad y parodia
En la última entrevista que concedió para
la televisión de su país en 1977, Clarice comenta
de qué trata la novela en la que está trabajando:
"Es la historia de una muchacha que sólo comía
perritos calientes, la historia de una inocencia pisoteada, de
una miseria anónima".
Cuando se le preguntó cuál era el nombre
de esa novela, ella respondió que la novela tenía
trece nombres. En efecto, La hora de la estrella es uno
de los nombres que lleva la novela, seguido y precedido por una
conjunción disyuntiva que los equipara y coloca a un mismo
nivel con los otros doce. Por lo tanto, es la historia de la
nordestina pero también la de su autor, Rodrigo S. M.,
escribiendo una novela romántica y la historia que cada
uno de estos trece nombres condensa.
El estilo narrativo de Clarice aparece definido desde su
primera novela, Cerca del corazón salvaje, y de
igual modo que en ésta de 1945, como señala Laura
Freixas, en La hora de la estrella, "la intriga
-también- es bastante folletinesca".
Aquí estaríamos en el umbral del primer
procedimiento que maneja la novela La hora de la
estrella. Según nuestra interpretación la de
ser una parodia- en breve aclararemos qué tipo de parodia-
del conglomerado literario que representan las nouvelle
sentimentales.
Se trata de narrativa ficcional breve, de temas
populares que ha dado subgéneros entre los que podemos
contar las "novelitas sentimentales", como las llama
Beatriz Sarlo, cuya popularidad se extendió en las grandes
ciudades del continente y de Europa durante las primeras
décadas del siglo XX: "Entre 1917 y 1925 (estos fueron
sus años de apogeo) -comenta Beatriz- circularon
en cientos de miles de ejemplares y, a su manera, respondieron a
las necesidades de un público al que, por otra parte,
contribuyeron a formar" (El imperio de los
sentimientos, 19)
Este tipo de literatura de distribución masiva,
cuya intriga redundaba en temas amorosos, producida por encargo y
dirigida principalmente a mujeres jóvenes y adolescentes
supo ser un éxito editorial.
Denominada genéricamente "novela rosa",
como un modo de distinguirlas de la novela romántica del
siglo XIX, las ramificaciones del género han dado nuevas y
diversas versiones de esta narrativa.
Hoy, bajo el término "chick lit," es
posible encontrar títulos con las mismas inquietudes
románticas que planteaban aquellas, aunque en un contexto
que se declara post feminista. En él convergen decisiones
en relación a la independencia económica, la
dedicación a una carrera profesional y de qué modo
es posible conjugar esto con las ambiciones amorosas de sus
protagonistas.
Entre los títulos publicados en Argentina
encontramos: Luz, cámara, acepto, de Julia
Larotonda, Mi libertad por un novio, de Viviana Kahn;
Los enredos de la señorita pacman, de Marina
Macome y las globalmente difundidas Sex and the city de
Candance Bushnell y El diario de Brigite Jones de Helen
Fielding.
En un tono más bien humorístico y no tan
lacrimógeno como el de las novelas sentimentales, la
narrativa encuadrada en éste género sigue teniendo
como destinataria principal a la mujer joven. Su carácter
sigue siendo formador, como decía Sarlo a propósito
de las Novelas semanales, a la vez que responde a las necesidades
de la sociedad de consumo siglo XXI. En este sentido, predomina
su carácter pasatista y de entretenimiento. Es una lectura
de placer que no busca incomodar, cuya directriz es la de ser lo
más actual posible.
Delimitado el corpus que consideramos como textos
parodiados, definiremos brevemente qué entendemos por
parodia.
Para Noé Jitrik:"la parodia es un tipo
particular de intertextualidad, en el sentido de que toma otros
textos conocidos y los opera específicamente, con una
determinada direccionalidad." (Para leer la parodia
10). Munfred Pfister en su trabajo llamado
"¿Cuán posmoderna es la
intertextualidad?", va aún más allá en
la demarcación del concepto. Sosteniene que la
intertextualidad, en el contexto del postestructuralismo, se
presenta no como un procedimiento entre otros sino que es central
como principio constitutivo del texto. Considera que ello es el
resultado de lo que John Barth había denominado la
"literatura del agotamiento," cuya causa es el resultado de la
imposibilidad de abordar temas nuevos, lo cual, trajo aparejada
la proliferación de juegos narrativos sofisticados, entre
los que se puede nombrar: la alusión, la cita, la parodia
y el collage.
Por su parte, Linda Hutcheon, caracteriza a la parodia
como "la perfecta forma posmoderna, ya que, en algunos
sentidos, paradójicamente, incorpora y rebate aquello que
parodia." (Teorizando lo posmoderno
142).
En este sentido, La hora de la estrella,
entendida como ficción posmoderna, mediante la
incorporación de ciertas convenciones de la novela
sentimental, como puede ser la del triángulo amoroso que
se da entre Macabea, Olímpico y Gloria, revalida el
género sin dejar de cuestionar los modelos que éste
propone y la cultura popular que ella representa. A su vez,
paralelamente, ese mismo recurso autorreflexivo la prefigura como
el producto de las teorías críticas que se debaten
en el ámbito académico.
A un nivel mayor, la tesis sustentada por
Alejandro Herrero-Olaizala enfatiza el carácter
desestructurador de éste tipo de narrativas que denomina
"híbridas". En el contexto del boom, las
estrategias narrativas de los relatos enmarcados dentro de la
ficción posmoderna responden a la dicotomía
Norte-Sur. Los márgenes se trasladan al centro para
cuestionar, entre otras cosas, los discursos establecidos
autoritarios e imperialistas.
Acorde con estas apreciaciones se encuentran las
opiniones en la voz del narrador:
"…está escrita bajo el patrocinio del
refresco más popular del mundo… A pesar de tener el
gusto del olor de la laca de uñas, del jabón
Aristolino y de plástico mascado. Nada de eso impide que
todos lo amen con servilismo y sumisión. También
porque –y voy a decir ahora una cosa difícil que
sólo yo entiendo-, porque esa bebida que tiene coca es
hoy. Es el medio del que dispone una persona para actualizarse y
pisar en la hora presente."(La hora de la estrella
24)
Esta reflexión apunta al carácter
simbólico de Coca-cola, como ícono de la cultura
popular y de la hegemonía económica que
representó Norteamérica desde los años
´50 en adelante.
Otra referencia a la cultura de masas pero esta vez de
índole estética se expresa a través los ojos
de Macabea:"…miraba con admiración y respeto la
sala en que se encontraba. Allí todo era de lujo.
Plástico amarillo en las butacas y sofás. Y
también flores de plástico. El plástico era
lo máximo." (La hora de la estrella 68)
A su vez, con respecto a esta cita, es posible observar
cómo el uso de la ironía marca una diferencia de
carácter sociocultural entre Macabea y su
autor.
La parodia posmoderna, entonces, no busca tanto el
efecto cómico, como pudo haberlo hecho en el pasado. Su
enfoque, en el marco de la ficción posmoderna, tiende al
replanteo crítico de los modelos establecidos. Pero en un
tono que no es solemne o quejumbroso, sino que mantiene algunos
tintes de hilaridad:
"Había un anuncio, el más preciado,
que reproducía en colores el bote abierto de una crema
para la piel de mujeres que simplemente no eran ella. Mientras,
según aprendiera, hacía el gesto fatal de abrir y
cerrar los ojos, dejaba volar la imaginación con delicia:
la crema era tan apetitosa que, si tuviese dinero para comprarla,
no sería tonta. Qué piel ni qué nada, se la
comería, sí, a cucharadas, del propio bote."(La
hora de la estrella 38)
El narrador como
autor: metaficción
En la figura del narrador se concentran las estrategias
discursivas mediante las cuales se realiza el juego
metaficcional. En ese ejercicio autorreferencial es posible
señalar el segundo procedimiento que vincula la novela con
la ficción posmoderna.
Como hemos dicho, una de las consecuencias del efecto
paródico es la de colocar en el centro aquello que
tradicionalmente permanece en los márgenes:
"…es obligación mía hablar de esa
muchacha (…) Porque tiene derecho al grito. (…) es
una verdad de la que yo no quería saber (…) Para
las demás personas ella no existía."- declara
el narrador.
Este narrador se presenta como un personaje más
dentro de la novela. Al hacer explícita su
intervención como personaje, narrador y autor, hace
ostensible la estructura narrativa de la novela: "(ya he
avisado que era literatura de cordel, aunque me niegue a mostrar
la menor piedad)"(La hora de la estrella 33)
Declara su intención de escribir una novela
romántica. Pone el centro de atención en la
realidad social de una muchacha pobre en una ciudad, que como
también nos dice, está hecha toda contra ella, y
además pide que nos reconozcamos, porque todos somos
faltos de algo…
Utiliza el paréntesis como si fuera un aparte
para realizar digresiones con las que interrumpe y retraza el
relato de manera conciente: "(Si estoy demorando un poco en
hacer que ocurra lo que ya preveo vagamente, lo hago porque
necesito tomar algunas fotos de esa alagoana…)" (p.
38)
Reflexiona sobre su tarea de escritor: "¿Por
qué escribo? Ante todo porque capté el
espíritu de la lengua y así, a veces, la forma
forja un contenido." (p.19)
Realiza consideraciones acerca del espacio ficcional y
confronta de este modo el "mundo de ficción" con el "mundo
real": "Quiero agregar, a modo de información sobre la
joven y sobre mí, que vivimos exclusivamente en el
presente porque siempre y por la eternidad estamos en el
día de hoy, y el día de mañana será
un hoy…" (p.19)
Mediante este procedimiento el mundo ficcional se
inscribe en el mundo del lector. La referencia a "hoy", entendida
como deíctico, sitúa el enunciado en un contexto
por fuera del relato. Ese "hoy" en el que viven eternamente el
narrador y su personaje es el "hoy" del lector al momento de ser
leída la novela.
En sintonía con estos procedimientos mediante los
cuales se desdibujan los límites entre ficción y
realidad se encuentra la razón de existir del narrador. De
tener un destino a partir de la existencia de su personaje y de
su extinción luego de la muerte de éste:
"Macabea me mató." (p.80)
También, como un guiño irónico al
lector, mediante el cual, espacio ficcional, autor
implícito y autor representado se confrontan es posible
entender esta afirmación: "…hasta lo que
escribo lo podría escribir otro. Otro escritor, sí,
pero tendría que ser hombre, porque una mujer escritora
puede lagrimear tonterías."
Finalmente, se establece una relación entre
ficción y realidad a través de la intención
del narrador de crear desde ese espacio de ficción de una
persona viva: "De una cosa estoy seguro; este relato
tratará de la creación de una persona integra" ( p.
20)
"Cuando se despertaba no sabía quién
era. Un poco más tarde pensaba con satisfacción:
soy mecanógrafa y virgen, me gusta la coca-cola." (p.
36)
Como contrapartida, es posible suponer que, a la
inversa, una persona viva construye su identidad de la misma
manera en que se crea un relato de ficción.
La protagonista
como antihéroe
Resulta ilustrativo, en este punto, realizar un
análisis comparativo entre La hora de la estrella
y alguna novela sentimental.
A medio camino entre el folletín y las chick
lit, se encuentra Rocío secretaria, una
novela juvenil breve que tomaremos para comparar con La hora
de la estrella. Publicada en 1964, por la editorial
española Felicidad dentro de la colección
Franja Esmeralda, ésta novela es promocionada en su
portada con la foto de la actriz Rocío Durcal.
Rocío secretaria, relata las aventuras de
Rocío en su primer empleo.
Rocío pide a su tío Rodrigo que
la emplee en su empresa de importaciones. Su tío impedido
de negarse a los requerimientos de la dulce y seductora
Rocío, le da una oportunidad y pide a su antigua
secretaria, la anciana, gorda y malhumorada Gloria, que
le enseñe cuáles serán sus tareas. La
habilidad de Rocío para aprender y su simpatía
hacen que ni Gloria pueda resistirse a la encantadora
Rocío. Apresurada para no llegar tarde en su primer
día de trabajo, Rocío casi es atropellada por
"un apuesto galán, algo maduro, muy rubio y muy
repeinado", que tendrá implicancias en el conflicto
que desarrolla la novela.
De la síntesis que hemos realizado, es posible
desprender algunas transferencias de coincidencia e
inversión que se da entre ambos textos.
En cuanto a la construcción de los personajes
podemos hacer el siguiente análisis:
Rocío es linda: "-Mira,
Rocío…tú..tú te casarás
algún día. E…eres muy bonita y las mujeres
bonitas nunca quedan solteras."(p.:22)
Macabea es fea: "grotesca como es" (p.
76)
Rocío es admirada: "-Rocío.
Estás hecha una mujer importante." (p. 45)
Macabea es despreciada: "Llamarte por
teléfono para oír tus bobadas"(p.
45)
Rocío es capaz: "Gloria está encantada
contigo. Dice que algún día serás una
secretaria tan buena como ella." (p: 64)
Macabea es incapaz: "ella se equivocaba demasiado al
escribir a máquina" (p.:25)
En la comparación vemos que se trata de
personajes con características opuestas. El autor
construye deliberadamente a su protagonista sin ninguna cualidad
apreciable.
En cualquier relato donde haya una heroína,
podemos destacar alguna cualidad que la salva, o por así
decirlo, que la lleva al éxito. El caso de Macabea es casi
insostenible. No es bella, ni inteligente, ni culta, ni poderosa,
es desarreglada y ni siquiera es "muy limpia" como
Madame Carlota."Hay los que tienen. Y hay los que no tienen.
Es muy simple: la muchacha no tenía. ¿No
tenía qué? No es más que eso mismo: no
tenía."
(La hora de la estrella 26)
Tampoco puede contentarse con ser la excusa que contiene
al huevo, como la gallina, en el cuento de "El huevo y la
gallina", porque, como dice el narrador, sus ovarios estaban
secos. ¿Qué es entonces lo que hace de Macabea una
heroína? Parece ser que su única cualidad es la de
estar viva. Y es ahí donde reside el por qué de su
existencia tan menguada. Porque desprovista de todo pero viva
Macabea puede sentir: "Quien vive, sabe, aún sin saber
que sabe", dice el narrador casi al comienzo de la
novela.
En efecto, Macabea tiene mucha sensibilidad, tanta, que
es tenida por tonta:
"Es tan insignificante como una idiota, sólo
que no lo era"(p. 26) y además, "Tenía lo
que se denomina vida interior y no sabía que la
tenía"( p. 37)
En su literatura, el elemento intuitivo es fundante como
un modo de conocer el mundo. Esta es la razón por la cual
el personaje de Macabea se construye por
oposición.
Los personajes
secundarios
Haciendo un somero análisis actancial, diremos
que Macabea, tiene pocos ayudantes: En primer lugar, está
su autor que es "el único que la ama" y Madame
Carlota que es, en definitiva, quien la encamina a su final pero
que, además, es la única que parece mirar a
Macabéa con ternura y tener palabras felices para con
ella: "Entra, cielito. Tengo una clienta en la salita del
fondo, tú espera aquí." (p. 68)
La relación que se establece en adelante entre
Macabea y Madame Carlota es maternal. La tarotista le cuenta
acerca de su vida y le da consejos:¿Tú sabes,
cariño, que el olor de hombre es bueno? Hace bien a la
salud." (p. 69) La trata con respeto. Le pregunta:
"Cariñito, ¿te estoy aburriendo con mi
historia?"
Es quien por primera vez, en todo el relato, la tiene en
cuenta y la reconoce. Leyendo las cartas de tarot entiende
quién es, se conmueve, la compadece y decide regalarle un
poco de felicidad y un futuro que, como sabemos por el desenlace,
Macabea no puede soportar. Es así, que Madame Carlota se
comunica con Macabea en un lenguaje que ella entiende: el de las
emociones. Y esto es importante porque retomando aquello que
decíamos en la introducción, la experiencia
sensible, la percepción de aquello que es complejo de
explicar pero que se conoce intuitivamente tiene un valor
central, tal es nuestra hipótesis, en obra literaria de
Clarice Lispector.
En cuanto a los personajes de Olímpico y Gloria
basta decir que se presentan con rasgos de crueldad que los opone
a Macabea.
Dijimos que Madame Carlota es uno de sus ayudantes
porque colabora en el acercamiento de Macabea con su destino. Ese
destino, es un destino de felicidad, pero esa felicidad no es un
"final feliz" con príncipe azul de cuanto de hadas, sino
que tal como se lo describe, es un contacto íntimo y
verdadero: "Entonces -allí tumbada- tuvo una
húmeda felicidad suprema, porque había nacido para
el abrazo de la muerte (…)La muerte es un encuentro con
uno mismo" (La hora de la estrella 79-80)
Conclusiones
A lo largo de este trabajo hemos querido destacar
ciertos rasgos constitutivos de La hora de la estrella
que la emparentan con la ficción posmoderna como la
intertextualidad, la parodia y la metaficción.
Ejemplificando con citas el modo en que hemos entendido el
texto.
Tomando en cuenta aquello que declara el narrador sobre
que" a veces la forma forja un contenido", hemos partido
de lo que creemos es ese contenido: conocer lo que se sabe y
es difícil de explicar. Para luego ahondar sobre
algunas de las formas en que el texto propone conocer el mundo y
conocerse a sí mismo.
Ese contenido o carácter que podríamos
considerar como más elevado que el que pudiera tener una
novela de ficción cuyo interés es el
entretenimiento pasajero es lo que nos llevó a pensar en
la hipótesis de la parodia.
La idea de usar como título la metáfora
del juego del elástico para el desarrollo de los
procedimientos que maneja la ficción posmoderna, proviene
de la cantidad de estrategias discursivas que ésta
utiliza. En el juego del elástico, el elástico se
salta, se pisa, se tuerce, se sube y se baja. De igual modo, la
ficción posmoderna juega con los límites de relato:
los salta, los pisa, los tuerce, volviéndose sobre si
mismo, los eleva y los baja en la parodia.
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los sentimientos, Siglo veintiuno, Buenos
Aires
Autor:
Natalia Davico
Seminario de Literatura
Latinoamericana
IES Nro. 1- Turno Mañana
Año: 2012
[1] Aparece aquí
“escritor” y no “escritora” porque es
así como ella misma se define en un artículo algo
autobiográfico publicado en el suplemento cultural de La
nación. 27 de marzo de 2010, llamado “Cronicas de
una dama sutil”.