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Estrategia de educación ambiental en la comunidad costera de “Santa Rita”, Nuevitas




Enviado por Michel Conde Leyva



Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Fundamentos teóricos para la
    educación ambiental orientada a la conservación
    de los manglares en la comunidad costera de "Santa
    Rita"
  4. Estrategia de educación ambiental,
    orientada a la conservación de los manglares, en la
    comunidad costera de "Santa Rita", en la ciudad de Nuevitas,
    Camagüey
  5. Conclusiones
  6. Recomendaciones
  7. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo tiene por objetivo diseñar
una estrategia de educación ambiental, orientada a la
conservación de los manglares, en la comunidad costera de
"Santa Rita" del municipio Nuevitas, Camagüey. Para su
tratamiento se utilizaron métodos teóricos,
empíricos y matemático-estadísticos. En el
diagnóstico realizado durante esta investigación de
constataron insuficiencias en el conocimiento de la importancia
de la conservación de los manglares e inapropiados modos
de actuación en los habitantes de la comunidad, así
como afectaciones en el estado de conservación de este
ecosistema. Como resultado, se ofrece una estrategia estructura
en cuatro etapas: organización y diagnóstico,
planificación y ejecución, evaluación y
monitoreo y reformulación. Cuenta con objetivos y
acciones, que incluyen la selección y capacitación
del grupo gestor y el trabajo directo con los miembros de la
comunidad, en función de capacitarlos, por medio de
talleres e implicarlos, a partir del intercambio, el
diálogo y la reflexión, en tareas que contribuyan a
mitigar los problemas que afectan a los manglares y, de modo
general, al desarrollo comunitario. La estrategia propuesta fue
valorada por el criterio de expertos, los cuales la consideraron
factible y pertinente para su puesta en
práctica.

Introducción

La educación ambiental en la actualidad tiene un
reto incuestionable: dar respuesta a las problemáticas
medioambientales que confronta el mundo y ponen en peligro la
vida en el planeta. Una respuesta que haga posible la
preparación de cada persona en contenidos, actitudes y
valores que se manifiesten en su implicación
transformadora en la conservación y uso sostenible del
medio ambiente.

Entre esas problemáticas medioambientales que
requieren prioridad se encuentra la pérdida de la
biodiversidad, especialmente de aquellos ecosistemas amenazados
por su fragilidad y vulnerabilidad, hoy en franco peligro ante
los efectos del cambio climático. Tal es el caso de los
manglares, presentes en casi el 70% de las costas de
Cuba.

Precisamente, una de las causas que han provocado
afectaciones en la zona costera es la disminución de los
bosques de manglares debido a la tala indiscriminada, la
contaminación y las afectaciones naturales
(Fernández et al, 2009), la mayoría relacionadas
con la acción irracional del hombre, sin la
reflexión oportuna de los beneficios que estos ofrecen
albergando una biodiversidad representativa, constituir
áreas de reproducción y cría de especies
marinas y contribuir a la protección de las zonas
costeras. No menos significativo es su importancia industrial,
especialmente por el valor de la madera, en ocasiones utilizada
en exceso como combustible doméstico.

En la Estrategia Nacional de Educación Ambiental
2010-2015, se incluye entre los temas priorizados para el
período que abarca, la conservación y uso
sostenible de los manglares como componentes de la biodiversidad
y ecosistema representativo de la zona costera, particularizando
en la solución de los problemas con la
participación no solo de las instituciones, sino
también de la ciudadanía local.

En efecto, una de las tareas a emprender es la
educación de las comunidades costeras, pues como expresa
García (2003): "… la educación ambiental se
constituye, junto a las investigaciones científicas, en
herramienta primordial para el logro de esa disciplina y
conciencia ambiental, las cuales son preciso alcanzar para
manejar de manera sostenible los asuntos costeros y marinos
(p.41).

La educación ambiental comunitaria favorece la
búsqueda de alternativas locales para mitigar los
problemas ambientales. Su puesta en práctica supone el
diagnóstico integral de la comunidad, punto de partida
para emprender acciones destinadas a preparar a sus pobladores en
el conocimiento de los problemas, respetar sus creencias,
costumbres y tradiciones, aprovechando aquellas que son
útiles para la conservación y lograr que se
conviertan en protagonistas en la gestión ambiental y en
la solución de las principales afectaciones del medio
ambiente, a partir del debate, el diálogo y la
reflexión, pues de acuerdo con Fernández
(2001):

La comunidad es un ámbito privilegiado, conlleva
a fuertes implicaciones socializadoras entre sus miembros,
teniendo en cuenta que no hablamos de un espacio
geográfico solamente, sino de personas con una historia,
una cultura, con intereses compartidos, capaces de transmitir las
interrelaciones establecidas. Como proceso continuo existe una
gran interdependencia entre el individuo y la sociedad, que a
pesar de ser polos contrarios son necesarios (p. 13).

En este sentido, es importante tener presente que en la
comunidad las personas participan en la gestión de los
procesos de producción, deciden sus condiciones de
existencia y definen su calidad de vida (Martínez, 2001).
Estos rasgos favorecen el trabajo comunitario que adquiere
singular significado en el país, donde están
creadas todas las condiciones para emprender estrategias
favorecedoras de la conservación del medio ambiente en
todos los niveles, con énfasis en el local, así se
corrobra en la afirmación de Valdés (2001):
"… Cuba, ratifica la concepción del trabajo
ambiental de pensar globalmente, pero actuar localmente, y que el
trabajo educativo no sea realizado sobre las afectaciones
ecológicas generales de otros países y regiones…
(p. 7)".

Una de las comunidades del territorio nacional que posee
serias afectaciones de los manglares y que, por tanto, requiere
de un trabajo comunitario de educación ambiental es la
comunidad costera de "Santa Rita", ubicada en la región
sureste del Municipio Nuevitas, provincia Camagüey. Esta
forma parte del Consejo Popular Centro Histórico y se
caracteriza principalmente por la pesca comercial privada de
especies marinas en la bahía, dadas las limitaciones que
presentan las embarcaciones, las cuales entregan sus capturas a
la Empresa Pesquera Industrial en la ciudad citada, con la que
mantienen términos contractuales de
comercialización de las especies capturadas y de
abastecimiento de combustible y hielo para sus faenas.
Además, esta comunidad consta con una extensa
región donde predomina la vegetación natural
representada, fundamentalmente por los mangles pertenecientes a
cuatro especies: mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle
prieto (Avicennia germinans), mangle blanco o
patabán (Laguncularia racemosa) y mangle
batoncillo o yana (Conocarpus erecta) los que se
localizan desde el estero del Gremio, hasta el estero de
Florá.

En esta comunidad se detectó la
disminución en número y talla de las entregas,
además por un análisis de tipo técnico
– ecológico – ambiental con los pescadores
privados, con vistas a detectar las posibles causas de esta
manifestación, se determinó que una de las
principales es el deterioro observado en los manglares
próximos a la comunidad, situación que por
desconocimiento, inapropiados modos de actuación y el
ineficiente trabajo educativo, ha provocado dificultades que
demandan de un trabajo comunitario.

La educación ambiental comunitaria ha sido
tratada por diferentes autores, entre los que se encuentran:
Agüero (1999), Martínez (2001), Rodríguez
(2001), Vázquez (2002), Cardoso (2003), Gómez
(2004), Rodríguez (2004), Alfonso et al (2007), Francis
(2009), González, García y Montolio (2009) y Maure
(2009). La mayoría enfocan sus trabajos comunitarios
tomando como centro la escuela y en función de la
conservación del medio ambiente en general. Pero, Maure
(2009) lo encamina a la participación comunitaria hacia la
conservación de la flora silvestre en la península
de Pastelillo, en la ciudad de Nuevitas y González,
García y Montolio (2009) realizan su trabajo de
educación ambiental para comunidades costeras. Este
último, aunque incluye al manglar entre los ecosistemas a
conservar, no particulariza en el mismo.

Sin embargo, proteger los manglares es hoy una tarea
prioritaria por todo lo que representan para el medio ambiente,
la pesca, la economía, la industria, la
conservación de la biodiversidad y la calidad de vida de
la población. En esta dirección, en la comunidad
costera de "Santa Rita" por diagnósticos realizados y dado
la experiencia del autor, se han constatado las siguientes
dificultades:

  • Pobre conocimiento de la importancia de la
    conservación de los manglares y manifestación
    de inapropiados modos de actuación en los habitantes
    de la comunidad costera de "Santa Rita".

  • Limitado trabajo educativo con los miembros de la
    comunidad, ya que este se ha dirigido solo a los estudiantes
    de la primaria y no a un universo más amplio y
    diverso, representado por sus pobladores.

– Incremento de acciones negativas con respecto a estos
ecosistemas, manifestado en: la tala selectiva, vertimiento de
basuras y aguas residuales, elaboración con elevada
frecuencia de hornos de carbón y la extracción de
varas, de manera insostenible.

– Limitada sistematización teórica
relacionada con la educación ambiental orientada a la
conservación de los manglares en comunidades
costeras.

Tales insuficiencias develan una contradicción
entre las exigencias de las diferentes estrategias ambientales
respecto a la conservación del manglar y el estado actual
que estos presentan en dicha comunidad. Por todo lo antes
expuesto, se plantea como problema científico de
esta investigación: Insuficiencias en el desarrollo de la
educación ambiental en la comunidad costera de "Santa
Rita" (Nuevitas, Camagüey) que limitan la
conservación de los manglares de la zona.

En correspondencia con está problemática
se define como objeto de estudio: el proceso de
educación ambiental en comunidades costeras.

Para contribuir a la solución del problema
planteado se establece como objetivo: Diseñar una
estrategia de educación ambiental, orientada a la
conservación de los manglares, en la comunidad costera de
"Santa Rita" del municipio Nuevitas, Camagüey.

El campo de acción se concreta en: la
educación ambiental orientada a la conservación de
los manglares en la comunidad costera de "Santa Rita" (Nuevitas,
Camagüey).

Se pudo constatar, a partir de la revisión
bibliográfica y de entrevistas con investigadores del
Centro de Información, Gestión y Educación
Ambiental, perteneciente al Ministerio de Ciencias,
Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), que en la comunidad
costera no se conocen antecedentes de estrategias de
educación ambiental dirigidas a desarrollar el nivel de
participación comunitaria para conservar los manglares.
Por otro lado, desde lo teórico, aún resultan
insuficientes las alternativas necesarias para direccionar el
proceso de educación ambiental comunitaria, en la
dirección tratada.

En función de dar solución al problema se
partió de las preguntas científicas que se
presentan a continuación:

– ¿Cuáles son los fundamentos
teóricos y metodológicos que sustentan la
educación ambiental orientada a la conservación de
los manglares en comunidades costeras?

  • ¿Cuál es el estado actual de la
    educación ambiental orientada a la conservación
    de los manglares en la comunidad costera "Santa Rita" de,
    Nuevitas, Camagüey?

– ¿Qué características debe tener
una estrategia de educación ambiental, orientada a la
conservación de los manglares, en la comunidad costera de
"Santa Rita"?

– ¿Qué grado de pertinencia tendrá
la estrategia de educación ambiental, orientada a la
conservación de los manglares, en la comunidad costera de
"Santa Rita"?

En correspondencia con el objetivo trazado fue necesario
cumplimentar las siguientes tareas de
investigación:

  • Sistematización de los fundamentos
    teórico – metodológicos de la
    educación ambiental orientada a la conservación
    de los manglares en comunidades costeras.

  • Caracterización del estado actual de la
    educación ambiental, orientada a la
    conservación de los manglares, en la comunidad costera
    de "Santa Rita", Nuevitas, Camagüey.

  • Elaboración de una estrategia de
    educación ambiental, orientada a la
    conservación de los manglares, en la comunidad costera
    de "Santa Rita", Nuevitas, Camagüey.

  • Valoración de la pertenencia de la estrategia
    de educación ambiental, orientada a la
    conservación de los manglares, en la comunidad costera
    de "Santa Rita", Nuevitas, Camagüey.

Para el cumplimiento de las tareas se utilizaron
diferentes métodos. Del nivel teórico, el
análisis y la síntesis, el inductivo y el deductivo
que fueron empleados durante toda la investigación, desde
su concepción hasta la valoración de los
resultados, permitiendo la revisión de las fuentes
bibliográficas consultadas y la generalización de
los aspectos teóricos y de toda la información
concerniente a la temática abordada para profundizar en su
esencia, partiendo del objetivo propuesto.

Fueron utilizados del nivel empírico: la
observación, el análisis de las fuentes
documentales, en particular de los registros del Consejo Popular,
las encuestas a los vecinos y estudiantes, así como la
entrevista a los decidores, todo lo cual permitió, en su
conjunto, diagnosticar las dificultades en el proceso objeto de
investigación.

El criterio de expertos se empleó con el objetivo
de analizar y valorar los aspectos más significativos de
la propuesta.

Entre los métodos
matemático-estadísticos aplicados en la
investigación para analizar los resultados de los
instrumentos y la pertenencia de la propuesta se utilizó
el cálculo porcentual y de la estadística
descriptiva la interpretación de tablas y
gráficos.

Se consideró como universo los 917 habitantes de
la comunidad costera de "Santa Rita". Como muestra se
seleccionaron intencionalmente los 52 niños de la
comunidad que cursan estudios en la escuela primaria anexa
"Santiago Alberto Delgado" y aleatoriamente 246 personas de la
barriada que representan el 30% del total.

La novedad científica de la investigación
consiste en que se aporta una estrategia de educación
ambiental basada en acciones que promueven la
capacitación, el intercambio, el diálogo, el
protagonismo y la reflexión, lo cual contribuirá al
enriquecimiento en conocimientos y a la participación de
los habitantes en la conservación de los manglares de la
región costera de "Santa Rita", lo cual posee escasos
antecedentes en este municipio.

La tesis está conformada por:
introducción, dos capítulos, conclusiones,
recomendaciones, bibliografía y anexos. El Capítulo
1 incluye la fundamentación teórica el objeto y el
campo de investigación relacionada con la educación
ambiental comunitaria para contribuir a la conservación de
los manglares. En el Capítulo 2 se presentan: una
caracterización de la comunidad costera de "Santa Rita" y
el diagnóstico de la educación ambiental de sus
miembros. Además, aparece la estrategia elaborada y se
ofrecen los resultados de su valoración, efectuada por el
método de criterio de experto.

CAPÍTULO 1.

Fundamentos
teóricos para la educación ambiental orientada a la
conservación de los manglares en la comunidad costera de
"Santa Rita"

En función de cumplimentar el objetivo propuesto
en la presente investigación fue necesario sistematizar
aspectos teóricos y metodológicos relacionados con
el objeto y el campo de la investigación, los cuales se
ofrecen en este capítulo. En el mismo se caracterizan los
manglares y su estado de conservación, lo cual se ubica en
el contexto de la conservación de la biodiversidad a nivel
global. Además, se ofrece un análisis del rol
fundamental que posee la educación ambiental en este
sentido, especialmente en las comunidades costeras, partiendo de
la definición de comunidad.

1.1. LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LAS COMUNIDADES
COSTERAS: ASPECTOS GENERALES.

El proceso de deterioro ambiental es en la actualidad
una preocupación a nivel global, que demanda de una
adecuada educación ambiental.

Esta ha sido definida desde diversos enfoques y puntos
de vista, en varios eventos y por diferentes autores, ejemplo de
ello son: Tbilisi (1977), Moscú (1987), Valdés et
al (1992), Ministerio de Ciencias Tecnología y
Medio Ambiente (1997), Méndez (2007) y Cardona (2008). Un
análisis de las mismas, conduce a las siguientes
regularidades:

  • La educación ambiental es considerada un
    proceso, catalogado como permanente, continuo,
    sistemático y revolucionario.

– Es una educación que abarca la relación
medio ambiente y desarrollo.

– Es un proceso encaminado a la apropiación de
conocimientos, habilidades, hábitos, sensibilidad,
actitudes, conciencia, valores, competencias, experiencias y
voluntad.

  • Dirigida hacia los planos: individual y
    colectivo.

  • Promueve las relaciones armónicas entre los
    seres humanos y, de ellos, con el resto de la sociedad y la
    naturaleza. También tiene como finalidad asegurar y
    elevar la calidad de vida de todos los ciudadanos.

  • La mayoría de las definiciones conciben a la
    educación ambiental desde la perspectiva del
    desarrollo sostenible, el cual para Bérriz et al
    (2010):

… incorpora la relación armónica
necesaria entre la sociedad, la naturaleza, el desarrollo y la
economía, como un proceso de creación de las
condiciones materiales, culturales y espirituales que propician
la elevación de la calidad de vida de la sociedad, con un
carácter de equidad y justicia social de forma sostenida y
basado en una relación armónica entre los procesos
naturales y sociales, teniendo en cuenta como objeto, tanto las
actuales generaciones, como las futuras (p.6).

En la presente investigación se asume la
definición de educación ambiental dada por la
Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de
Cuba (1997), por considerarla un proceso continuo y permanente,
por tanto sistemático y sujeto a regularidades,
además de concebirla como una dimensión de la
educación integral, dirigida a orientar los procesos
económicos, sociales y culturales hacia el desarrollo
sostenible. Precisamente, el trabajo emana de una
institución estatal que tiene una incidencia especial en
la economía del país. Esta expresa que es
un:

… proceso continuo y permanente, que constituye
una dimensión de la educación integral de todos los
ciudadanos, orientada a que en la adquisición de
conocimientos, desarrollo de hábitos, habilidades,
capacidades, actitudes y en la formación de valores, se
armonicen las relaciones entre los seres humanos y de ellos con
el resto de la sociedad y la naturaleza, para propiciar la
orientación de los procesos económicos, sociales y
culturales hacia el desarrollo sostenible (p. 302).

La educación ambiental propicia que los
individuos y la colectividad desarrollen modos de
actuación a favor de la protección y
conservación del medio ambiente, siempre que se logren sus
principales objetivos, establecidos en 1975 en la "Carta de
Belgrado", los cuales están dirigidos a promover:
conciencia, conocimientos, actitudes, aptitudes y hábitos,
capacidad de evaluación y participación (Novo,
1998, p.45).

Una de las tareas prioritarias en materia de
educación ambiental lo constituye el trabajo en las
comunidades, pues estas constituyen el contexto donde los
individuos desarrollan sus actividades sociales y
económicas, en ellas evoluciona la familia y en su
estabilidad y prosperidad inciden diferentes factores.

La comunidad ha sido definida por varios autores. El
sociólogo Ezequiel Ander Egg plantea que comunidad
"… es una unidad social cuyos miembros participan de
algún rasgo, interés, elemento o función
común, con conciencia de pertenencia, situados en una
determinada área geográfica en la cual la
pluralidad de personas interaccionan más intensamente
entre sí que en otro contexto" (citado por Apud, 1976,
p.76).

También ha sido considerada por Arias (1995)
como:

… un organismo social que ocupa determinado espacio
geográfico. Está influenciado por la sociedad, de
la cual forma parte, y a su vez funciona como un sistema
más o menos organizado, integrado por otros sistemas de
orden inferior – las familias, los individuos, los grupos,
las organizaciones e instituciones – que
interactúan, y con sus características e
interacciones definen el carácter subjetivo,
psicológico, de la comunidad, y a su vez influyen, de una
manera u otra, en el carácter objetivo, material, en
dependencia de su organización y posición –
activa o pasiva – respecto a las condiciones materiales
donde transcurre la vida (p.11).

Otros autores, ejemplo Caballero y Yordi (2004) plantean
que la comunidad es:

El agrupamiento de personas concebido como unidad
social, cuyos miembros participan de algún rasgo
común (intereses, objetivos, funciones), con sentido de
pertenencia, situado en una determinada área
geográfica, en la cual la pluralidad de personas
interactúan intensamente entre sí e influye – de
forma activa o pasiva – en la transformación
material y espiritual de su entorno" … (p. 24).

Por su parte, la Estrategia Nacional de Educación
Ambiental considera a las comunidades como: "las poblaciones de
barrios, caseríos y otros asentamientos humanos en el que
confluyen diferentes organizaciones y una población
heterogénea por los roles sociales que desempeñan,
pero tienen intereses y problemas comunes al comparar un medio
ambiente limitado por la propia demarcación que lo
identifica lo cual genera además un sentido de
pertenencia… " (Ministerio de Ciencia Tecnología y
Medio Ambiente, 2010, p. 10).

Fernández (2002) define comunidad
como:

Organización social donde las personas se
perciben como una unidad social, comparten un territorio,
intereses y necesidades, interactuando entre sí y
promoviendo acciones colectivas a favor del crecimiento personal
y social, llegando a manifestar sentimientos de pertenencia como
expresión de su identidad comunitaria (p.24).

Asimismo, Loret de Mola (2012) considera a la comunidad
como:

Espacio de apropiación cultural entre los sujetos
que en ella conviven y el proceso sociocultural, condición
que le permite no solo ser percibida y valorada, sino
desarrollarse y transformarse a partir de su
representación como proceso que promueve el crecimiento
tanto individual como colectivo denegado a la solución
gradual y progresiva de las condiciones potenciadoras de su
autodesarrollo (p.4).

Del análisis de estas definiciones, se destacan
como rasgos que la definen, coincidentes o no entre las citadas,
los siguientes: es un organismo social, ubicado en una
determinada área geográfica, un espacio de
apropiación cultural entre los sujetos que en ella
conviven y el proceso sociocultural, funciona como un sistema,
los miembros participan de algún rasgo común,
poseen intereses y problemas comunes y un sentido de
pertenencia.

No obstante, el autor de esta investigación asume
la de Arias (1995), porque en ella se incluyen
características que, a su modo de ver, son distintivas,
entre los cuales se destaca: su funcionamiento como sistema
más o menos organizado e integrado, caracterizado por
patentar una relación permanente de sus individuos con el
medio ambiente, tanto en el manejo, como en el uso constante de
los recursos de que disponen.

Pero, esta interacción no siempre se basa en una
relación armónica y sustentable que permita elevar
la calidad de vida, conquistar nuevas metas y con ello, lograr el
desarrollo integral de la comunidad, por tanto en ocasiones es
necesario su educación ambiental.

En tales circunstancias, "… la educación
ambiental debe orientarse hacia la comunidad o interesar al
individuo en un proceso activo para resolver los problemas en el
contexto de realidades específicas y debería
fomentar la iniciativa, el sentido de la responsabilidad y el
empeño de edificar un mañana mejor" (Conferencia
Intergubernamental de Tbilisi, 1977, p. 27).

El trabajo de educación ambiental en las
comunidades cobra especial significación, pues del papel
activo de los individuos y factores organizativos depende el
mejoramiento de las condiciones ambientales del espacio que
ocupan. Precisamente, uno de los principios de la Estrategia
Nacional de Educación Ambiental 2010-2015 es el desarrollo
local, a partir de las potencialidades naturales, sociales,
culturales e históricas que poseen las comunidades. Todo
lo cual reafirma el siguiente precepto sostenido por Novo (1996):
"… el protagonismo de las comunidades en su propio desarrollo
es un principio que está en la raíz del desarrollo
sostenible" (p. 94).

Para lograr tal propósito, la educación
ambiental que se realice en el marco de la comunidad debe
encaminarse al desarrollo de conocimientos básicos de sus
principales problemas y de las fortalezas que poseen para
enfrentarlos, además se necesitan desarrollar conciencia,
actitudes y valores que los comprometan a participar en la
conservación y manejo sostenible de los
recursos.

En este sentido, es valido el rescate de costumbres,
tradiciones y de toda la herencia cultural positiva que promueva
la conservación del medio ambiente.

Desde esta perspectiva, la educación ambiental
comunitaria, según Anónimo (2012) constituye:

… un proceso que permite reconocer valores y
aclarar conceptos con el propósito de fomentar las
aptitudes y actitudes necesarias para comprender y apreciar las
interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio
biofísico, entraña además la práctica
en la toma de decisiones y en la propia elaboración de un
código de comportamientos con respeto a las cuestiones
relacionadas con la calidad de vida del medio ambiente
(p.1).

Como se expresa anteriormente, la educación
ambiental comunitaria es un proceso que requiere de la
cooperación e interrelación de todos los miembros
de la comunidad, en función de mitigar los problemas que
le competen. Ello presupone determinados comportamientos que
tienen como base el conocimiento y la comprensión respecto
a la necesidad de conservar el medio ambiente, a partir de un
adecuado tratamiento educativo, sistemático y permanente.
Así, la educación ambiental comunitaria es
concebida como: "… un proceso continuo y permanente
(entiéndase la continuidad en función del tiempo y
la permanencia en el sentido espacial), el mismo se ejecuta por
todas las instituciones, organizaciones y medios disponibles e
instrumentos económicos, científicos, sociales,
culturales y ambientales a través de las vías
formales, no formales e informales" (Anónimo, 2012, p.
2).

Maure (2009) considera que el trabajo comunitario
constituye un elemento importante para lograr el desarrollo
integral de una comunidad. También presta especial
atención a la participación comunitaria por su
importancia en el desarrollo de conocimientos y habilidades, en
la satisfacción de necesidades espirituales, además
de profundizar en la identidad y fortalecer la autoestima de la
población.

Sin embargo, la participación comunitaria es
posible siempre que los miembros de la comunidad conozcan y
estén sensibilizados con sus problemas y con la necesidad
de darle solución, lo cual requiere de conocimientos, de
un trabajo educativo basado en el rescate de valores culturales y
humanos, siendo esencial el rol educativo de los principales
factores que la integran.

Es necesario para ello el trabajo en grupo, como
escenario de aprendizaje, pues según Pérez
(2013) "Lo importante es que en cualquiera de los casos, los
hombres se sientan sujetos de su pensar, discutiendo su pensar,
manifestado implícita o explícitamente en sus
sugerencias y en las de sus propios compañeros. Es
precisamente en el grupo donde se crea la trama de las relaciones
sociales a través de los procesos comunicativos e
interactivos que se desarrollan en el contexto de determinada
actividad social" (p.5).

De ahí que, emprender el trabajo de
educación ambiental comunitaria exige partir de los
siguientes principios:

  • El conocimiento de la comunidad que se desea
    transformar.

  • La integración de todas las acciones
    conjuntas.

  • La participación consiente, activa y moderada
    de todos.

  • La diferenciación para lograr una comunidad
    "…que conozcan sus problemas y busquen sus soluciones
    para transformarlos, desarrollarlos y ante todo vivir en ella
    (Colectivo de autores, 1997, p. 8).

Una tarea priorizada en materias de educación
ambiental es la que debe desarrollarse en las comunidades
localizadas en las zonas costeras, por la importancia que estas
poseen, dada la biodiversidad que albergan, así como por
su significación para el desarrollo del turismo y la
pesca, sin dejar de considerar que constituyen uno de los
ecosistemas mas sensibles y vulnerables antes los
fenómenos relacionado con el cambio
climático.

Para tener una idea más exacta de la necesidad de
una educación ambiental comunitaria en las zonas costeras,
vale señalar que una de las mayores afectaciones esta
relacionada con la contaminación.

Según plantean Fernández y Pérez
(2009) la zona costera es el receptor final de la gran
mayoría de las descargas contaminantes procedente de
fuentes terrestres. En esta dirección, apuntan que en el
inventario nacional de fuentes contaminantes realizado en el
2008, se identifico que el 48 % son de origen
doméstico-municipal.

También agregan que otra de las afectaciones que
se presentan están vinculadas con la biodiversidad,
situación que responde a variadas causas, entre las cuales
esta la deforestación de especies costeras, por
construcciones y talas indiscriminadas para diferentes usos y la
disminución de los bosques de manglares debido a la tala
indiscriminada, la contaminación y las afectaciones
naturales.

Sin embargo, la conservación de los manglares es
de suma importancia porque estos albergan una gran biodiversidad
y una alta productividad. Forman parte de los bosques costeros
que, junto con los arrecifes coralinos, las playas arenosas y los
pastos marinos, constituyen una de las barreras naturales que
favorecen la mitigación de los efectos del cambio
climático, especialmente los perjuicios del aumento del
nivel medio del mar (Fonticoba, 2012).

La Estrategia Nacional de Educación Ambiental
corrobora lo expresado y la concepción de dicho programa,
pues entre las tareas priorizadas se encuentran el manejo de la
zona costera, situación que demanda "… la
coordinación del planteamiento de su desarrollo
socioeconómico, el gobierno coordinado para la
conservación y uso sostenibles de los recursos así
como la solución de conflictos de intereses, con la
participación de las instituciones y la ciudadanía
local" (Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente,
2010, p.9).

La educación ambiental para las comunidades
costeras es dé interés de todos los que sienten la
necesidad de ser protagonistas en la búsqueda de la
solución de sus propios problemas ambientales, a partir de
la aplicación de las herramientas para resolverlo y la
formación de sus miembros de una verdadera conciencia
social.

En el Acuario Nacional de Cuba, González, Garcia
y Montolio (2003) llevaron a cabo un programa comunitario de
Educación Ambiental para las comunidades costeras dirigido
a docentes, que rebasa los límites de la escuela y porta
las herramientas para las soluciones de los problemas
comunitarios partiendo de los siguientes aspectos, los cuales son
considerados provechoso para el autor, ellos son: aprender de la
naturaleza en la naturaleza, aprender de manera divertida,
creativa y afectuosa, aprender a partir de las potencialidades y
necesidades de cada zona costera (p.24).

Estos son útiles pues contribuyen de modo
afectivo a sensibilizar hacia el conocimiento y
participación en la solución de los problemas
ambientales de las comunidades costeras. Sin embargo, al
reflexionar que la salida más efectiva es precisamente
desde la perspectiva del desarrollo sostenible, que implica
equidad y proyección futura, se propone tener en cuenta
otro aspecto: aprender para propiciar la participación
activa de todos en el desarrollo sostenible.

Las reflexiones anteriores refuerzan la necesidad de una
educación ambiental que contribuya a la
conservación y uso sostenible de los manglares,
componentes de significación de las zonas
costeras.

1.2. LOS MANGLARES EN EL CONTEXTO GLOBAL Y
LOCAL.

Es conocido que entre los principales problemas
ambientales identificados en diferentes niveles, especialmente
nacionales y locales, se encuentra la pérdida de la
biodiversidad es decir la: "Variabilidad de organismos vivos de
cualquier fuente, incluidos entre otras los ecosistemas
terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y
complejos ecológicos de los que forman parte: comprende la
diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los
ecosistemas" (Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio
Ambiente, 1997, p. 1).

Varios son los factores que inciden en estas
pérdidas. Socarrás et al. (s/a) y Chamizo,
Socarrás y Rivalta (2012) identifican entre los
principales mecanismos de afectación a los siguientes:
deterioro y fragmentación del hábitat,
introducción de especies exóticas invasoras,
explotación excesiva de especies de plantas y animales,
contaminación del medio, el agua y la atmósfera,
modificación del clima mundial y el desarrollo de
agroindustrias, además de la
deforestación.

Sin embargo, la conservación y uso sostenible de
la biodiversidad es de suma importancia por su valor
intrínseco, económico, cultural, ético y
estético, reconocido en la Convención de la
Diversidad Biológica y en la Estrategia Nacional para la
Diversidad Biológica y Plan de Acción de la
República de Cuba, basada en tres pilares fundamentales
conservar, conocer y utilizarla sosteniblemente (Ministerio de
Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, 1997).

Así, la conservación es concebida por
Camacho y Ariosa (2000) como: "Manejo del uso, por parte de los
seres humanos de organismos o ecosistemas con el propósito
de garantizar su sostenibilidad. Incluye, además, el uso
controlado sostenible, la protección, el mantenimiento, el
restablecimiento y el incremento de las poblaciones, los
ecosistemas y todos los recursos" (p. 28), es una de las
vías fundamentales para la perpetuación de la
biodiversidad.

Esta tienen dos variantes: la conservación in
situ, representada por el sistema de áreas protegidas
(respaldada por los Decretos 487/1936, 803/1933 y 1370/1936) y la
conservación ex situ, que abarca las acciones que en este
sentido desarrollan los acuarios y zoológicos, entre
otros.

Pero, independientemente de ello, el conocimiento,
conservación y uso sostenible de la biodiversidad es una
tarea a desarrollar en cualquier parte donde este representado
uno de sus componentes, especialmente en una comunidad, insertada
o no en el Sistema de Áreas Protegidas. Esto responde a
una necesidad ineludible por los valores que poseen (antes
mencionados) y como una vía esencial para detener el
acelerado proceso de su deterioro y pérdida en los
diferentes niveles en los que esta se expresa: especifico,
genético y de ecosistema.

Datos aportados por diferentes fuentes (Vales, 1999,
Serrano et al, s/a) precisan que en Cuba, el 16% de las especies
de la flora están en estado de grave amenaza de
extinción y, alrededor del 2% han desaparecido.
También se reporta que en 1998, existían 1174
especies con diferentes categorías de amenaza.

Para detener tal situación, la Estrategia
Nacional de Educación Ambiental se pronuncia a favor del
desarrollo de procesos educativos dirigidos a la
conservación y uso sostenible de la diversidad
biológica, tomando como elemento esencial a los
ecosistemas cubanos y su funcionamiento, con énfasis en
las más vulnerables, entre los cuales cita a los
ecosistemas costeros en general. También insta a promover
la reducción de sus principales amenazas.

Precisamente, los manglares constituyen uno de los
ecosistemas que en la actualidad están amenazados, dada la
acción negativa del hombre sobre el medio ambiente y, en
particular ante los efectos del cambio climático,
situación que conduce al despliegue de acciones que
contribuyan a su protección y conservación en los
contextos global, nacional y local.

Menéndez, Guzmán y Priego (2006),
Rodríguez, Menéndez, Guzmán, González
y Gómez (2006), Oviedo, Menéndez y Guzmán
(2006), Menéndez, Guzmán, Capote-Fuentes,
Gómez y Sotillo (2006), Menéndez, Guzmán y
Capote-Fuentes (2006), Gómez y Torres (2006),
Hernández (2006), Capote y Menéndez (2006),
Alcoholado y Menéndez (2006), González-Ferrer,
Martínez-Darana y Cano (2006), Tratan desde diferentes
aristas la importancia de los manglares, sus principales amenazas
y estado actual.

Como ecosistemas especializados, Menéndez y
Guzmán (2006) consideran que "Los manglares conforman
extensas áreas de bosques costeros localizados en las
zonas tropicales y subtropicales del planeta, estos ecosistemas
se desarrollan principalmente donde existen deltas importantes
que desembocan en el mar produciéndose acumulaciones de
fango como sustrato y variaciones permanentes de salinidad" (p.
7).

Estos son bosques presentes en zonas con alta salinidad,
representados por arboles de gran altura y formados por
raíces zancudas y pneumatóforos. Los componen
importantes recursos naturales de los cuales depende el hombre,
además representan una frontera natural para el
archipiélago (Serrano et al, s/a). Poseen un valor
especial en la ecología de las zonas costeras y
representan un sistema abierto que importa y exporta materiales
(Menéndez, Guzmán y Priego, 2006).

A pesar de la significación que poseen los
manglares, se conoce que estos son áreas de elevada
fragilidad geoecológica y constituyen un sistema de
transición entre el medio terrestre y marino.
Rodríguez, Menéndez, Guzmán, González
y Gómez (2006) identificaron 20 sectores correspondientes
a las áreas ocupadas por manglares en Cuba y sostienen
que, atendiendo a los grados de sensibilidad ecológica, en
el 50% el grado de sensibilidad es alto y en un 25% es medio, lo
que hace reflexionar en la necesidad de promover acciones de
gestión desde una perspectiva sostenible.

Varias son las razones que justifican la
conservación de los manglares. El simple análisis
de sus funciones, como por ejemplo: protección costera
contra la erosión del oleaje y el viento, evitan la
penetración de la salinidad a los terrenos
agrícolas, tienen efecto de sumidero de nutrientes y para
la reducción de ciertas cantidades de contaminantes
(Pérez et al, 2007), revela cuan importantes
son.

El mangle en toda su variedad está considerado
como el árbol más productivo del planeta; ocupa el
4,8% de la superficie emergida del archipiélago cubano y
constituye una reserva forestal muy valiosa. Representa, no menos
del 26% de la superficie boscosa del país y ocupa, por su
extensión el noveno lugar en el mundo y el primero en el
Caribe (Pérez. M et al, 2009).

Los manglares poseen un rol fundamental en el
funcionamiento de los ecosistemas, ya que al ser plantas muy
dependientes de las formaciones vegetales donde viven, sus
poblaciones reflejan las alteraciones que puedan ocurrir por
tala, quema o por fenómenos naturales, por lo que son
considerados como indicadores ecológicos del nivel de
conservación de los mismos. (Anónimo
(s/f))

De acuerdo con Sutton y Sorenson (1997) entre los
beneficios culturales y estéticos que brindan los
manglares están el turismo ecológico y la
producción y difusión de filmes sobre la vida
silvestre. Además, tienen valor científico, ya que
su estudio permite conocer el resultado de millones de
años de evolución biológica en el planeta,
así como constituyen una franja de bosque protectora de
las costas, con función ecológica, económica
y estratégica (Menéndez, Guzmán y Priego,
2006).

Así, mantiene el equilibrio de la zona costera
impidiendo el avance de la instrucción costera y evitan la
erosión en esta zona. Fonticoba (2012) expresa que
desempeñan una función clave en la
protección de la costa contra la erosión
eólica y por oleaje. En otro sentido, el autor citado
comenta que estos posen una alta productividad, pues albergan a
muchos organismos y constituyen el habita de los estadios
larvales de numerosas especies de molusco, crustáceos y
peses, incluso, de manera temporal, de aves migratorias. De modo
que, desempeñan un rol fundamental en la pesca litoral y
de plataforma.

Partes: 1, 2, 3

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