Los componentes ético-políticos en la ideología de la Revolución Cubana (Pte 2) (página 3)
(6) Corría el año 1823 bajo el
mando del general Vives, cuando la logia francmasónica de
los Soles y Rayos de Bolívar de acuerdo con otras
sociedades secretas de la isla organizó una
conspiración. Orientada a crear en Cuba la
República de Cubanacán con la ayuda de
Venezuela y Colombia, tuvo entre sus principales
dirigentes al colombiano José Fernández la
Madrid, último presidente de la primera república
de Colombia; el ecuatoriano Vicente Rocafuerte, quien
sería en 1835 presidente de su país; el
escritor peruano Manuel Lorenzo Vidaurre, y el
argentino José A. Miralla, muerto
en México mientras preparaba una expedición a
Cuba, quienes en el momento de ser descubierta la misma se
encontraban fuera de la Isla, por lo que se ha señalado
como su jefe, al habanero José Francisco Lemus, coronel
del ejército colombiano. En 1817, Lemus había
entrado en contacto, en Filadelfia, con los representantes
colombianos ante el gobierno de Estados Unidos, Gual y
Torres, quienes lo comisionaron para preparar en Cuba una
insurrección en apoyo a la invasión que
debía llevar a cabo un ejército bolivariano de 3
000 hombres al mando del general Manrique. Lemus comenzó a
conspirar en Cuba en 1822 con la colaboración
del oficial colombiano Barrientos, utilizando como subterfugio
las reuniones de la logia masónica, "Los Soles" creada por
él, y como procedimientos los toques, señales,
rituales y jerarquías de la masonería. Cada
afiliado -Sol-, antes de convertirse en Rayo debía
reclutar a no menos de siete nuevos adeptos con quienes
mantenía vínculos, lo que compartimentaba en cierta
medida la conspiración. La conspiración "Rayos y
soles de Bolívar" fue uno de los intentos prematuros de
lograr la independencia de Cuba. Durante la segunda mitad de 1822
y los primeros meses de 1823, el movimiento se extendió
desde La Habana a Matanzas, las
Villas y Camagüey, vinculándose con otras
logias y organizaciones secretas, como los Caballeros Racionales
de Matanzas y la Cadena Triangular de Puerto Príncipe. Su
plataforma política logró atraer a sus filas a
numerosos criollos ilustres, como Miguel Teurbe
Tolón; José María Heredia; el abogado
Martín de Nueces; José M. Oro, propietario de
la imprenta Filantrópica o Tormentaria; Mariano
Seguí y otros, entre los cuales figuraban jueces,
sacerdotes, oficiales de la milicia y pequeños
propietarios. A lo largo de casi cuatro años de trajines
conspirativos, acopiaron armas y municiones, diseñaron su
bandera y publicaron varias proclamas firmadas por Lemus como
generalísimo, jefe de las primeras tropas republicanas de
Cubanacán, en las que explicaban los objetivos
políticos del movimiento.
La organización había sido penetrada desde
1821 por los servicios de inteligencia del capitán
general Nicolás Mahy. Los arrestos comenzaron
el 14 de agosto de 1824 y cinco días más
tarde, Lemus fue apresado en Guanabacoa. La causa
involucró a 602 acusados, pero el capitán general,
actuando con gran tacto, decidió evitar efusiones de
sangre que trajeran males mayores. Lemus y Peoli fueron remitidos
a España a disposición del gobierno, otros
conspiradores fueron condenados a gruesas multas y no pocos, como
Heredia, Francisco Agüero, Andrés Manuel
Sánchez, José A. Iznaga, Gaspar
Betancourt Cisneros, José A. Arango y otros, lograron
escapar al extranjero.
(7) Organización político-militar
constituida el 30 de mayo de 1823 en
Veracruz, México, por el patriota y presidente de esa
nación Guadalupe Victoria, bajo la forma de logia
masónica, con el propósito de coadyuvar a la
liberación de América y de preservar su
independencia frente a los intentos españoles de
reconquista. En México, contó con el apoyo de
numerosos exiliados criollos, tales como Antonio Abad
Iznaga, Miguel Teurbe Tolón, Roque de
Lara, Pedro Lemus y otros, muchos de los cuales
habían escapado de Cuba a raíz del
fracaso de la Conspiración de Soles y Rayos de
Bolívar y creado, el 4 de julio de 1825,
la Junta Promotora de la Libertad de Cuba. La
fundación de la Gran Legión del Águila
Negra en Cuba se atribuye al ex sacerdote betlemita
habanero Simón Chávez y también al
prestigioso abogado capitalino Manuel Rojas. Aunque por el
secreto de su organización no dejó abundantes
evidencias materiales, se sabe que ganó prosélitos
entre criollos de valor, inteligencia y elevada posición
social de toda la Isla. En sus planes figuró provocar un
levantamiento armado en coordinación con diferentes
expediciones procedentes del exterior, como la que tuvo lista,
cuando era gobernador del estado libre de Yucatán, el
general mexicano Santa Ana quien pretendía
asaltar sorpresivamente el castillo de la Cabaña, para dar
inicio a una revolución separatista que abriera la
posibilidad de fundar en Cuba una república independiente
o anexada a México, ninguna de cuyas opciones
convenía al gobierno de losEstados Unidos.
En diciembre de 1829, el ministro
español en Washington el informó a Dionisio
Vives la participación en el movimiento del
carpintero nativo de Nueva Orleans y radicado en La
Habana, José Julián Solís, quien al ser
arrestado, confesó todo lo que sabía, inculpando
así a sus iniciadores y a numerosos complotados de La
Habana, Matanzas, Puerto Príncipe y Santiago de
Cuba.
(8) (Félix Varela. Tranquilidad de la Isla de
Cuba. El Habanero. 1824. Obras. Biblioteca de Clásicos
Cubanos. Volumen II. Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz.
Universidad de La Habana. 2001. Editorial Imágenes.
Páginas 175 y 176.
(9) Supuesta conjura abolicionista, usada como pretexto
por las autoridades coloniales españolas de Cuba, para
reprimir en 1844 a los esclavos y a los elementos abolicionistas.
Los inicios de la década del 40 del siglo XIX
continúan la época de auge de la plantación
esclavista azucarera, sostenida por el acrecentamiento
numérico de las entradas de esclavos en Cuba, junto con
las presiones internacionales sobre la dominación
española y el mantenimiento de la trata y de la propia
servidumbre. Desde antes, el gobierno británico impulsaba
el abolicionismo para tratar de lograr el renacimiento de sus
posesiones antillanas frente a la competencia cubana, mientras
que en Estados Unidos, atenazado por el conflicto entre el sur
esclavista y el norte abolicionista, aumentaba el interés
por anexar la Isla e inclinar la balanza en favor de los estados
sureños. En 1840 aumentaron las presiones de los
británicos sobre Madrid hasta obtener el nombramiento del
general Gerónimo Valdés, considerado un
simpatizante de la abolición, como capitán general,
mientras que David Turnbull, a propuesta de la Sociedad
Abolicionista Inglesa, era designado cónsul y
superintendente de libertos en La Habana. Valdés
modificó su punto de vista y se alineó a los
plantadores cubanos, ante sus protestas por las acciones del
cónsul y sus amenazas anexionistas. Turnbull fue expulsado
de la Isla en 1842, tras la detención de varios
abolicionistas blancos y negros libres, acusados de promover
insurrecciones de esclavos. Desembarcó ese mismo
año por Gibara acompañado de varios negros, luego
fusilados, fue detenido y deportado desde La Habana. Se estima
que aquella fue la más terrible represión de la
vida colonial cubana, pues varios miles de personas fueron
encausadas y condenadas, muchas de ellas sometidas a crueles
suplicios y varios cientos resultaron ejecutados o murieron en la
cárcel o por las torturas. Los objetivos represivos se
alcanzaron plenamente. Se trataba, por un lado, de detener el
auge de las insurrecciones de esclavos, caracterizadas cada vez
más por su organización y masividad. Por otro lado,
se pretendía cortar la presencia social y la influencia de
la numerosa clase de negros y mulatos libres del occidente de la
Isla, una especie de pequeña burguesía con negocios
propios y personalidades reconocidas por su cultura e influencia,
defensores en muchos casos del abolicionismo, las ideas
liberales, hasta de la independencia, y portadores de un fuerte
sentido de identidad cubana. Y, finalmente, se quería
atemorizar a la intelectualidad blanca liberal, abolicionista y
que pedía reformas del sistema colonial, y se deseaba,
además, hacer confluir a la población blanca en el
miedo al negro y en el apoyo al sistema plantador y a la
aristocracia que lo detentaba […]. Fuente: La
Conspiración de la Escalera: el precio de una
traición. Por María del Carmen Barcia Zequeira y
Manuel Barcia Paz. La Jiribilla.com.)
(10) Los liberales cubanos, en su mayoría grandes
propietarios y terratenientes criollos, que esperaban ciertas
reformas en el sistema colonial, vieron defraudadas sus
esperanzas cuando en España los sectores progresistas y
moderados que llegaron al poder en las décadas del 30 y 40
del siglo XIX, no modificaron significativamente este
sistema y mantuvieron todas las prerrogativas dadas al
gobierno colonial. Ante este fracaso un amplio sector de los
terratenientes criollos se agrupó en la tendencia
anexionista, pero no fue solo esta tendencia la que
influyó en la difícil situación colonial.
Inglaterra que había abolido la esclavitud en sus
posiciones antillanas, proceso que culmino en 1839, presionaba
para que España hiciera lo mismo, los ingleses propagaban
por toda la Isla criterios abolicionistas. Un papel importante en
esta tarea lo jugó el cónsul inglés en Cuba,
David Turnbull, quien se dio a la tarea de incentivar el
descontento existente entre algunos sectores. Los propietarios
criollos que se identificaban con la idea anexionista, trataron
de asegurarse el apoyo de otros sectores y en sus propagandas
utilizaban con frecuencias frases como independencia y
separación de la tiránica España, pero para
ellos la independencia era un paso previo a la anexión.
Bellido de Luna de ideas anexionistas pide la colaboración
a Facciolo para editar un periódico clandestino. Estos
logran reunir el equipamiento y operadores de total confianza
para su edición que se origina en un cuarto interior,
marcado con el número 18 de la calle Mercaderes. El 13 de
junio de 1852 dos mil ejemplares de La Voz del
Pueblo Cubano veían la luz de forma
clandestina. Es de destacar que el periódico
apareció con el subtítulo "Órgano de la
Independencia" y a manera de editorial salió un
artículo donde se expresaba "nuestra causa es justa,
sagrada y noble y esperamos de nuestros hermanos, prudencia,
valor, reserva y desprecio a los cobardes delatores,
precaución con los sospechosos y espías, y de este
modo La Voz del Pueblo Cubano será
oída desde el confín americano hasta el antiguo
continente donde residen los tiranos". La imprenta clandestina
tuvo que trasladarse posteriormente a la calle Teniente Rey
número 4, donde se editó la segunda entrega
de La Voz del Pueblo, con fecha 4 de julio de
1852, se suprimía de su título la palabra cubano y
con la firma de Guaicanamar, seudónimo de Juan Bellido de
Luna, aprecia un suelto incitando a los cubanos a la lucha por la
independencia, el tercer número salió el día
26 de julio. Posteriormente Facciolo compra una imprenta ubicada
en la calle Obispo, donde se editaba el
periódico El Almendares fundado por
Ildefonso Estrada y Zenea en compañía de su primo
Juan Clemente Zenea. Allí se estaba componiendo el cuarto
número cuando fue sorprendida la imprenta por las
autoridades españolas el día 23 de agosto de 1852.
Este número no quedó terminado y fueron
sorprendidas junto a Facciolo cinco personas, Juan Bellido de
Luna, quien por sus actividades conspirativas tuvo que embarcarse
el 6 de agosto para Boston, Estados Unidos, evitó ser
apresado por las autoridades.
Podemos plantear que Facciolo mantuvo relaciones con
varias figuras del anexionismo, dado que muchos cubanos vieron en
esta tendencia la posibilidad para separarse de España,
elemento que fue usado por los grandes terratenientes criollos,
que serían los grandes beneficiados si llegaran a
concretarse sus aspiraciones El 13 de septiembre de 1852 se le
aplica a Facciolo la pena de muerte en acto público
realizado en la explanada de La Punta. De esta manera las
autoridades españolas en la Isla creían dar un
escarmiento. No podían imaginar que pocos años
después, como heredera de esta etapa y del amasijo de
ideas de la que saldría victorioso el independentismo,
estallaría en Cuba la gesta libertadora de 1868 y Facciolo
sería recordado como el primer mártir del
periodismo cubano Fuente: "Facciolo, la Voz del Pueblo Cubano y
el anexionismo". Por Olvis Carlos Monterrey. La Jiribilla.cu).
Colectivo de autores. Historial Militar en Cuba (1510-1868)
Centro de Información para la Defensa MINFAR.
(11) Colectivo de autores. Las luchas por la
independencia nacional y las transformaciones estructurales
(1868-1898). Capítulo I. La Revolución del 68.
Fundamentos e inicio. La Habana, Cuba: Instituto de Historia.
Editorial Pueblo y Educación-Editora Política;
2002. Página 1.
(12) Fidel Castro. Discurso pronunciado en La Demajagua
en la antigua provincia de Oriente el 10 de octubre de 1968.
www.gobierno.cuba.discursos.
(13) Tomado de Hortensia Pichardo: Documentos para la
historia de Cuba, tomo I, Editorial de Ciencias Sociales, La
Habana, 2001. Página 370.
(14) Ibídem Página 372.
(15) Ibídem. Página 381.
(16) Ibídem. Página 384.
(17) Ibídem. Página 386.
(18) Ibídem., Páginas 401-492.
(19) Consultar: Carlos Manuel de Céspedes.
Escritos. Compilación de Fernando
Portuondo y Hortensia Pichardo, Editorial Ciencias
Sociales, La Habana, 1982, pp. 65-81.
(20) Ibídem.
(21) Ibídem.
(22) En carta al senador norteamericano C. Summer. Las
Tunas, 10 de agosto de 1871, Fuente: Carlos Manuel de
Céspedes. Escritos. [Compilación de
Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo]. Editorial Ciencias
Sociales, La Habana, 1982, pp. 241-265.
(23) Uno de los hechos de mayor trascendencia y
consecuencias negativas para el mantenimiento de la unidad
revolucionaria en la lucha por la independencia, resultó
el acuerdo tomado por la Cámara de Representantes de
la República en Armas el 27 de octubre
de 1873 en Bijagual, Jiguaní, Departamento
Oriental. Mediante este acto, la Cámara de Representantes
depuso a Carlos Manuel de Céspedes, presidente de
la República en Armas e iniciador de la
Revolución en La Demajagua, para lo cual se
valió de las facultades y prerrogativas otorgadas a la
misma por la Constitución de Guáimaro. La
destitución de Céspedes se produjo como resultado
de las contradicciones iniciales, que aparentemente habían
sido resueltas por la Asamblea de Guáimaro, pero que
seguían latentes, habían estado presentes en la
destitución de Manuel de Quesada, fueron agudizadas por su
designación como agente especial de Cuba en
los Estados Unidos, y fueron favorecidas por la caída
del mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz, el 11 de
mayo de 1873, lo que dejó las manos libres a la
Cámara para actuar contra el presidente Céspedes,
para lo cual esta contó con la conformidad de los mayores
generales Calixto García, Vicente
García, Modesto Díaz y Manuel
Calvar, así como de personalidades civiles
como Salvador Cisneros Betancourt, Tomás Estrada
Palma y otros, y con la presencia de 1 500 hombres armados
concentrados en Bijarú, lo que evidenció que
la Cámara no tenía fuerza propia para adoptar
acuerdo tan significativo. Para llegar a la Asamblea de
Guáimaro el movimiento revolucionario debió
correr un escabroso trayecto. Fueron necesarias tres entrevistas
entre Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio
Agramonte, este último como representante de
la Asamblea del Centro, para limar discrepancias que en
materia de concepciones y procedimientos manifestaban las tres
direcciones revolucionarias regionales actuantes en el
país, no podían ser borradas de un plumazo. La
unidad sin embargo, se presentaba ya como una necesidad
impostergable. El gobierno oriental de Céspedes
había perdido su capital, Bayamo, en los días
iniciales del año, así como las principales villas
y poblados que ocuparan sus fuerzas durante los primeros meses de
la guerra. Los villareños obligados a abandonar su
territorio, dependían de la cooperación de Oriente
y Camaguey para regresar y recuperar la ofensiva. Por su parte,
los camagüeyanos comprendían lo peligroso de su
posición si la revolución no se consolidaba en las
regiones limítrofes. A Guáimaro se arribaba pues,
más por la fuerza de las circunstancias que como
resultados de la propia cohesión del movimiento
independentista. En abril de 1869,
la revolución se propuso crear una estructura
única de gobierno y concertar la acción
anticolonialista, pero persistían en su seno importantes
contradicciones originadas, entre otros factores, por la
especificidad de los intereses regionales y la influencia de
corrientes políticas anteriores. Estas se
expresarían en la Asamblea de Guáimaro como
diferencias conceptuales en cuanto a las formas y métodos
para conseguir la unidad y conquistar la independencia. Las
discrepancias que emergerían en el curso de las
discusiones, más que resultado de la presencia de
personalidades contrastantes, que las había, sería
el reflejo de la diversidad de matices sociales e
ideológicos de las fuerzas allí representadas y de
su disímil y limitada experiencia, tanto en lo
político como en lo militar. Fuente: (EcuRed- Historia
Militar de Cuba (1510-1868), Centro de
Información para la defensa, MINFAR)
(24) Cartas de Carlos Manuel de Céspedes a su
esposa Ana de Quesada. Instituto de Historia. Comisión
Nacional de la Academia de la República de Cuba. La
Habana, 1964. Páginas 205 y 213.
(25) (José Martí en su escrito
"Céspedes y Agramonte" OC tomo 4. Editorial. C. Sociales,
1975. Páginas 358-362)
(26) Escrito del Apóstol publicado el 10 de
octubre de 1888 en El Avisador Cubano, que se
publicaba en Nueva York.
(27) José Martí. En su escrito Antonio
Maceo. OC tomo 4. Páginas 451-454.
(28) Sedición de Lagunas de Varona-.
Acto significativo de indisciplina de jefes, ocurrido
durante la Guerra de los Diez Años en el ingenio
demolido que llevaba el mismo nombre en la jurisdicción
de Las Tunas. Se trató de un pronunciamiento directo
en contra del presidente de la República en Armas,
Salvador Cisneros Betancourt, protagonizado el26 de
abril de 1875 por un grupo de militares de alta
graduación al frente de los cuales aparecía el
Mayor General Vicente García González. Entre
los sediciosos se encontraban jefes, oficiales y tropas
partidarias del depuesto presidente Carlos Manuel de
Céspedes - cuyos principales miembros formaban parte
de la sociedad secreta Hermanos del Silencio -
además de tropas orientales renuentes a abandonar su
territorio y trasladarse a Las Villas para apoyar al Mayor
General Máximo Gómez en su campaña
de Invasión. Entre las figuras más importantes del
movimiento político – militar de Lagunas de Varona se
encontraban los mayores generales Vicente
García, Francisco Javier de
Céspedes, José Miguel Barreto, los
coroneles Ricardo Céspedes, Ismael
Céspedes, Jaime Santiesteban, Francisco
Guevara, Antonio Bello, entre otros, así como los
diputados de la Cámara de
Representantes Jesús
Rodríguez (por Holguín), Lucas
Castillo, Joaquín Acosta y Miguel Bravo
Sentíes (por Bayamo). (Tomado de
EcuRed)
(29) (Documentos de Historia de Cuba. Tomo 1. La
sedición de Lagunas de Varona: sus causas y consecuencias.
Carta de Antonio Maceo a Vicente García. Páginas
410 a 412)
(30) El Convenio o Pacto del Zanjón es
el documento integrado por siete acuerdos o proposiciones de paz
firmados el 10 de febrero de 1878, por el Comité
del Centro, que en composición de siete miembros
había sustituido a la Cámara de Representantes
disuelta durante la Junta de San Agustín y que
asumiendo ilegítimamente funciones del gobierno de la
República en Armas, firmó dicho pacto con el
general Arsenio Martínez Campos, capitán general de
la isla de Cuba, en el cuartel español de San
Agustín del Zanjón, Puerto Príncipe, actual
Camaguey, del cual adoptó su
denominación.
(31) Discurso de Fidel Castro, en Santiago de Cuba, el
15 de marzo de 1978 en conmemoración del Centenario de la
Protesta de Baraguá". www.gobierno.cu.discursos
(32) La desunión, la dispersión y el
caudillismo arrinconaron la Guerra del 68 hasta el
callejón del Pacto del Zanjón, donde el
colonialismo español pretendió una injusta paz en
los precisos instantes en que los mambises reasumían la
iniciativa en Oriente y Las Villas. Aún
así se demostró que todavía en muchos
hombres de este país el decoro permanecía
inalterable. y que el Pacto del Zanjón era una simple
tregua, una breve interrupción de la guerra y no una
salida y que se volvería a combatir hasta lograr la
verdadera libertad. La falta de unidad había llegado en
algunos casos al resquebrajamiento de la disciplina y se
erigía como un factor funesto que atentaba contra el
alcance de la añorada libertad. Algunos, (no todos)
asumieron el Zanjón como salida y muchos continuaron
empeñados en la lucha en la parte oriental de la
Isla…El 15 de marzo se realizó la
entrevista entre los generales Antonio Maceo y Arsenio
Martínez Campos y allí, entre halagos de su
homólogo español, Antonio Maceo concretó su
posición en pocas, pero precisas palabras, rechazando tal
humillante acuerdo.. Martínez Campos, quien había
ido a Baraguá confiado en la facilidad de un arreglo
pronosticado por sus confidentes, se retiró moralmente
derrotado ante la actitud resuelta y serena de Maceo,
líder del pueblo y de la Revolución, dispuesto a
seguir luchando hasta vencer o morir. Fuente: Diccionario
Enciclopédico de historia Militar de Cuba .Primera Parte
(1510-1898).Tomo III. Ediciones Verde Olivo
(33) José Miró Argenter en
sus Crónicas de la Guerra. Eduardo
Torres – Cuevas. Antonio Maceo. Las ideas que sostienen
el arma. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
1995.
(34) Miró Argenter. Crónicas de la guerra.
Tomado de: Pernsamiento de Antonio Maceo. Soporte digital.
Revista Bohemia.
(35) José Antonio Escalona
Delfino. Antonio Maceo: dimensión de
un pensamiento. Editorial Oriente, Santiago de Cuba,
1996.
(36) José Martí. Carta al General
Máximo Gómez. Nueva York, 20 de octubre de 1884.
Tomo 1. Páginas 177 a 180). Probablemente OC o soporte
digital. El cubano intransigente. José Martí.
Epistolario. De acuerdo a Gonzalo de Quesada y Miranda en el Tomo
8 de sus "Obras Completas de Martí", 1937, página
24.
(37) El 5 de marzo de 1898, el Capitán General de
Cuba, Ramón Blanco envía una proposición de
alianza a Máximo Gómez.
http://www.cubacultura.or
38) El Generalísimo le respondió el 20 de
abril rechazando su oferta con una misiva.. Máximo
Gómez. "Carta al General Ramón Blanco, Comandante
en Jefe del Ejército Español en Cuba, 20 de abril
de 1898. Tomado de: El pensamiento social de Máximo
Gómez Emilio Cordero Michel. Discurso de ingreso ante
Junta Directiva de la Academia Dominicana de la Historia. Soporte
digital. Revista Clío.
(39) Comunicación fechada el 6 de enero de 1899
dirigida a la Comisión Ejecutiva de la Asamblea de
Representantes. Documentos. Historia de Cuba T-1. Página
539. "El General Gómez ante la intervención
norteamericana".
(40). Máximo Gómez. Carta al coronel
Andrés Moreno. Tomado de: El pensamiento social de
Máximo Gómez. Emilio Cordero Michel. Discurso de
ingreso ante Junta Directiva de la Academia Dominicana de la
Historia. Soporte digital. Revista Clío. Página
30.
(41) (Máximo Gómez. Diario de
Campaña. Instituto Cubano del Libro. L.H. 1968. Enero 8 de
1899. Páginas 870-871. Páginas 371-372).
(42) Máximo Gómez. Proclama del Narcisa.
29 de diciembre de 1898 Documentos Historia de Cuba. Ya citada.
Tomo 1. Páginas 540-554
(43) Escrita a inicios de 1899 recién iniciada la
intervención norteamericana desde su campamento
establecido en Yaguajay, en la antigua provincia de Las Villas.
Tomada del libro, Por los Caminos de Yaguajay, Itinerario de la
Memoria, de Marcos A. Iglesias.
(44) Máximo Gómez. "Carta a María
Escobar, Central Narcisa, Yaguajay, 4 de septiembre de
1898". En Benigno Souza, Máximo Gómez. El
Generalísimo, 1ª edición.. La Habana,
Editorial Trópico, 1936 (Edición del Centenario de
su Natalicio). Página. 310.
(45) Máximo Gómez. "Carta de despedida a
su familia. Cabo Haitiano, 8 de abril de 1895". En
Revoluciones…Cuba y hogar. Soporte
digital.
(46) Su nombre oficial fue el de Asamblea de
Representantes de la Revolución Cubana, la cual
comenzó en Santa Cruz del Sur, Camagüey sus
sesiones de trabajo el 24 de octubre de 1898. La
sesión inaugural fue abierta por el mayor
general Bartolomé Masó, quien entregó
la dirección al representante de mayor edad que
resultó ser el mayor general Calixto García,
asistido por Enrique Núñez y José
Nicolás Ferrer. De allí se trasladó a la
playa de Marianao, La Habana, el 26 de noviembre.
Después pasó a la finca El Carmen, en Marianao,
el 30 de noviembre; continuó su trabajo en El Cano,
el 14 de febrero de 1899 y finalmente se
estableció en Calzada del Cerro No. 819, donde
sesionó desde el 3 de marzo hasta su
disolución el 4 de abril de 1899. (Fuente:
EcuRed).
(47) Promulgada el 29 de octubre de 1897, aún en
plena contienda independentista, plantea respecto a la llamada
Asamblea de Representantes:
Título IV. De la Asamblea de
Representantes.
Artículo 38.-
La Asamblea de Representantes deberá reunirse a
los dos años de promulgada esta Ley y tendrá
facultades para hacer una nueva Constitución o modificar
ésta, censurar la gestión del Gobierno y proveer a
todas las necesidades de la República. El Consejo de
Gobierno con la debida anticipación y bajo su más
estrecha responsabilidad, adoptará las medidas oportunas
para que se cumpla este precepto constitucional.
Artículo39.-
Deberá también reunirse la Asamblea de
Representantes cuando resulten vacantes los cargos de Presidente
y Vicepresidente o cuando dos Secretarías de Estado no
tengan para su desempeño personas nombradas por la
asamblea al efecto, o éstas se encuentren impedidas para
el ejercicio del cargo. Esta Asamblea tendrá por objeto
exclusivo proveer los cargos vacantes o servidos por personas
nombradas con arreglo al inciso 4 artículo 22 de la
Constitución.
Artículo40.-
Si el Gobierno, de acuerdo con el inciso 15 del mismo
Art. 22 pactase la paz con España, convocará la
Asamblea que deba ratificar el tratado. Esta Asamblea
proveerá interinamente al régimen y Gobierno de la
República hasta que se reúna la Asamblea
Constituyente definitiva.
Artículo41.-
Si España, sin acuerdo previo con el Consejo de
Gobierno, evacuase todo el territorio, se convocará una
Asamblea que tendrá las mismas facultades que se
especifican en el segundo párrafo del artículo
anterior. Se entenderá llegado este caso cuando los
Ejércitos Cubanos ocupen de un modo permanente todo el
territorio de la Isla, aunque el enemigo conserve en su poder
algunas fortalezas.
Artículo42.-
La Asamblea se compondrá de cuatro Representantes
por cada uno de los territorios en que actualmente opere un
Cuerpo de Ejército. En los casos determinados por los
artículos anteriores serán ocho los Representantes
que debe elegir cada territorio.
Artículo 43.-
La Asamblea de Representantes, mientras no acuerde otra
cosa, se ajustará para su constitución y
funcionamiento al Reglamento Interior vigente.
Artículo 44.-
Los Representantes son inmunes por las opiniones y votos
que emitan en el ejercicio de su cargo y no podrán ser
detenidos, ni procesados por ningún motivo sin previa
autorización de la Asamblea. Podrán sin embargo,
ser detenidos, dándose cuenta inmediatamente a la
Asamblea, en los casos de flagrante delito.
Artículo45.-
El cargo de Representante es incompatible con el
ejercicio de cualquier otro. Una vez disuelta la Asamblea,
volverá cada uno de sus individuos a ocupar, si no lo
hubiese renunciado, el empleo que desempeñaba en el
momento de la elección.
(48) El Generalísimo. Periódico
Granma. Edición del 17 de junio del 2013. Página
1.
(49) Ibídem.
(50) Consultar: Le Riverend, Julio y otros. Historia de
Cuba tomo 1. La Habana, Cuba. : Editorial Pueblo y
Educación, 1974. Página. 223.
(51) Entre tales acontecimientos de amplia
significación socio-política y económica
podemos mencionar: a) la conocida como Guerra Chiquita (agosto
del 79 a diciembre del 80); b) la continuidad, aunque con escaso
éxito, de otros intentos independentistas; c) la
trascendente obra martiana en pos de la organización de la
Guerra Necesaria; El desarrollo de la producción azucarera
a partir de su tecnificación y nuevas inversiones,
fundamentalmente de capital norteamericano, que logra su
primacía en la economía cubana; ch) la
abolición de la esclavitud en 1886 y el surgimiento del
proletariado y de las organizaciones obreras, entre
otras.
(52) "Es conocido que en la historia de Cuba durante la
dominación española, en el marco de
disímiles situaciones políticas, económicas
y sociales, se crearon programas de corte autonómico,
entendidos estos como aspiración a una cierta
independencia, pero sin conseguirla plenamente. Durante el siglo
XIX, se manifestó claramente un movimiento político
con tendencias autonómicas dentro del espectro
político creado en Cuba. En los inicios del programa
autonómico, hacia los primeros años de la centuria
decimonónica, el pensamiento cubano carecía de un
basamento práctico en el orden de un radicalismo
independentista y el sentimiento de nacionalidad era incipiente.
No obstante, una nueva etapa de esta corriente ideológica
puede percibirse en la segunda mitad de esa centuria,
condicionada por el dominio casi mayoritario de una clase
económica fuerte, pero sin poder político. El
Partido Liberal se constituyó en La Habana el 1 de agosto
de 1878 con el objetivo de asegurar el cumplimiento de las bases
del Pacto del Zanjón. Este dio a conocer sus aspiraciones
políticas, jurídicas, sociales, etc., por medio de
un nuevo programa autonómico, cuyas bases fueron ampliadas
y suscitó que el partido conformado adoptara el nombre de
Partido Liberal Autonomista. Es preciso tener en
consideración que estos proyectos autonómicos solo
sirvieron de adecuación para arribar a un "arreglo"
según los intereses y conveniencia de la burguesía
criolla, lo cual devenía antítesis del ideario
independentista. El estudio de dicho contexto histórico
implica dilucidar una problemática medular que se erige
sobre el análisis y significación del Autonomismo
perteneciente al período entre guerras, con sus postulados
predicantes todavía de una atadura a la
metrópoli… Una etapa cualitativamente superior,
experimentó el proyecto autonómico en lo que
pudiera denominarse como un segundo momento que
transcurrió al concluir la Guerra de los Diez Años.
Esta fue una organización política que se
articuló por la pequeña, mediana y gran
burguesía que radicaba en la Isla. Su objetivo esencial
estaba en correspondencia con las pretensiones del proyecto de
1811, pues rechazó, como parte fundamental de su
razón de ser, la creación de un Estado Nacional".
Fuente: Pager Aguilar Avilés, Marcos Antonio
Hernández Fernández y María José
Portuondo Barbán en su trabajo El proyecto
autonómico cubano de 1882 y sus implicaciones en la
identidad nacional". Soporte digital. Eumed.net
(53) Resulta aconsejable consultar la primera parte de
esta obra donde se abordan tales problemáticas, de fecunda
conflictividad, en los representantes más destacados del
reformismo ilustrado cubano.
(54) Cintio Vitier. Ese Sol del mundo moral. La Habana,
Cuba: Editorial UNEAC; 2008. Páginas 78.
(55) Cintio Vitier. Obra ya citada. Página
79.
(56) Consultar: Pichardo, Hortensia. Documentos para la
historia de Cuba. Tomo 1. La Habana, Cuba: Editorial Ciencias
Sociales, 2001. Páginas 422.
(57) Colectivo de autores. Las luchas por la
independencia nacional y las transformaciones estructurales
(1868-1898). Capítulo X. La Revolución del 95.
Desde la conclusión de la Campaña de
Invasión hasta el fin de la dominación
española. La Habana, Cuba: Instituto de Historia.
Editorial Pueblo y Educación-Editora Política;
2002. Páginas 514.
(58) Ibídem. Página 515.
(59) Escrito publicado en el periódico Cuba en su
primera edición con fecha 13 de noviembre de 1897.
Ibídem. Página 517.
(60) Saturnino Martínez. Artículo
Profesión de fe. Periódico La Aurora. En:
Movimiento obrero cubano. Documentos y artículos. Tomo 1
(1865-1925). Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la
Revolución Socialista de Cuba. Editorial Pueblo y
Educación. La Habana. 1977. Página 32.
(61) Saturnino Martínez. Artículo
Escaseces. Periódico La Aurora. En: Movimiento obrero
cubano. Documentos y artículos. Tomo 1 (1865-1925).
Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la
Revolución Socialista de Cuba. Editorial Pueblo y
Educación. La Habana. 1977. Página 37.
(62) Movimiento obrero cubano. Documentos y
artículos. Tomo 1 (1865-1925). Instituto de Historia del
Movimiento Comunista y la Revolución Socialista de Cuba.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1977.
Página 37..
(63) Convocatoria a celebrar el Primero de Mayo fechda
el 20 de abril de 1890. En: Movimiento obrero cubano. Documentos
y artículos. Tomo 1 (1865-1925). Instituto de Historia del
Movimiento Comunista y la Revolución Socialista de Cuba.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1977.
Página 72.
(64) Consultar: Movimiento obrero cubano. Documentos y
artículos. Tomo 1 (1865-1925). Instituto de Historia del
Movimiento Comunista y la Revolución Socialista de Cuba.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1977.
Página 59.
(65) Ibídem.
(66) Emilio Roig de San Martín. Artículo
"En nuestro puesto". Periódico El Productor. En:
Movimiento obrero cubano. Documentos y artículos. Tomo 1
(1865-1925). Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la
Revolución Socialista de Cuba. Editorial Pueblo y
Educación. La Habana. 1977. Página 60.
(67) Enrique Roig de San Martín. Artículo
"Democracia y socialismo". Periódico El Productor.
Ibídem. Página 66.
(68) En: Movimiento obrero cubano. Documentos y
artículos. Tomo 1 (1865-1925). Instituto de Historia del
Movimiento Comunista y la Revolución Socialista de Cuba.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1977.
Páginas 74 a 83.
(69) A los trabajadores de la región cubana.
Periódico El Trabajo, edición del 27 de marzo de
1892 Órgano oficial de la Junta Central de Trabajadores de
la Región Cubana. Año II, N0 12.
En: Movimiento obrero cubano. Documentos y
artículos. Tomo 1. (1865-1925). Instituto de Historia del
Movimiento Comunista y la Revolución Socialista de Cuba.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana. 1977.
Páginas 74 y 75).
(70) Ibídem. Páginas 85 a 89.
(71) José Martí. Crónica en el
diario argentino La Nación, en edición de marzo de
1883 acerca de la muerte de Karl Marx. OC, Tomo 9.
(72) Organización política fundada
por José Martí debido a la necesidad de
crear un órgano o agrupación que le proporcionara
una línea programática a la nueva guerra en
preparación, y a la vez fungiera de dirección
partiendo del análisis del proceso emancipador
latinoamericano y el propio caso cubano, además de lo
útil e impostergable que resultaba dar coherencia y unidad
a los esfuerzos independentistas. En el logro de ese
empeño resultaba esencial incluir los intereses y
características de los diferentes grupos de emigrados,
así como de los diversos elementos integrantes de la
sociedad cubana, a fin de crear, en un futuro, una
república sin predominio de clase social alguna y de
carácter popular. Constituía una necesidad lograr
la superación de las principales causas que
mantenían desunidos a los patriotas. Era impostergable la
creación de un espacio político en el que se
juntaran cuantos estuvieran dispuestos a la acción
revolucionaria, sin limitación alguna por el color de la
piel, el sexo, la nacionalidad, la posición social, el
grado de desarrollo de sus criterios sobre el ordenamiento
social, la ubicación dentro o fuera de la patria, la
participación o no en las anteriores contiendas.
Sólo podría triunfar una organización capaz
de obtener el consenso y el apoyo de las grandes mayorías
y vencer los temores que inmovilizaban y las prevenciones que
desviaban los esfuerzos. A la vez, debían transformarse
los métodos de dirección y superar las
contradicciones principales entre: militares y civiles, cubanos
radicados en la Isla y en el exilio, patriotas veteranos y de la
nueva generación, ricos y pobres, patronos y obreros,
habitantes de las provincias occidentales y orientales, cubanos y
españoles, negros y blancos.
(73) "El primer número del periódico
apareció el 14 de marzo del referido año 1892. En
él se insertó un artículo con
carácter programático, de la autoría del
propio Martí, titulado "Nuestras ideas", en el que se
expresaba, entre otras consideraciones:
"Nace este periódico por la voluntad y con
los recursos de los cubanos y puertorriqueños
independientes de Nueva York, para continuar, sin premura y sin
descanso, a la organización de los hombres libres de Cuba
y Puerto Rico, en acuerdo con las condiciones y necesidades
actuales de las Islas, y su constitución republicana
venidera; para mantener la amistad entrañable que une, y
debe unir, a las agrupaciones independientes entre sí, y a
los hombres buenos y útiles de todas las procedencias, que
persisten en el sacrificio de la emancipación, o se
inicien sinceramente en él […] La guerra es un
procedimiento político, y este procedimiento de la guerra
es conveniente en Cuba, porque en ella se resolverá
definitivamente una situación que mantiene y
continuará manteniendo perturbada el temor en ella, porque
por la guerra, en el conflicto de los propietarios del
país, ya pobres y desacreditados entre los suyos, con los
hijos del país, amigos naturales de la libertad,
triunfará la libertad indispensable al logro y disfrute
del bienestar legítimo […] Este periódico viene a
mantener la guerra que anhelan juntos los héroes de
mañana que sacaron ilesa de la lección de los diez
años su fe en el triunfo; la guerra única que el
cubano, libre y reflexivo por naturaleza, pide y apoya"
(Tomado del escrito "Patria, el periódico fundado por
José Martí" de Cira Romero. Soporte digital. La
jiribilla.com.cu.).
(74) Periódico Patria, en su edición del
14 de mayo de 1892.
(75) José Martí. Obras
Completas, tomo 1. "Cuba y los Estados Unidos". Página
231.
(76) Carta a Gonzalo de Quesada y
Aróstegui. Tomado del libro de Emilio Roig de Leuchsenring
Martí antiimperialista. La Habana, Cuba. Ministerio de
Relaciones Exteriores. 1961. Página 18.
(77) José Martí. Nuestra
América. La Habana, Cuba. Casa de las Américas.
1972.
(78) Ibídem.
(79) Colección de Estudios
Martianos. Siete Ensayos marxista sobre Martí. Centro de
Estudios Martianos. Página 129.
(80) José Martí. Obras
completas, La Habana, Cuba. Editorial Ciencias Sociales.
1975
(81) Ibídem. Tomo 6. Páginas
310-311.
(82) Ibídem. Obras Completas. Tomo
9. Página 488.
((83) Ibídem. Obras Completas. Tomo
3. Página 105
(84) "Documento oficial del Partido
Revolucionario Cubano, firmado por José
Martí y Máximo Gómez el 25 de
marzo de 1895 en la localidad de Montecristi,
República Dominicana, expone las ideas para organizar la
guerra de independencia cubana de 1895. Este documento constituye
una fehaciente muestra de la unidad y solidez de la
revolución cubana, tal el propio texto recogiera. Al mismo
tiempo, expone la comunidad de criterios y los estrechos lazos de
las dos generaciones participantes en la guerra del 95, mientras
evidencia la profunda amistad y el sentimiento patrio que
hermanaban a Gómez y a Martí". Fuente:
EcuRed
(85) Hortensia Pichardo. Documentos para la historia de
Cuba. Tomo I. Obra ya citada. Páginas 486 a
493.
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Autor:
Dr C Raúl Quintana
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2013
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