Las organizaciones empresariales del siglo anterior, tendían a definir estructuras rígidas, las cuales se mantuvieron casi sin modificación por largo tiempo. Por tal razón, surgieron por los años noventa las dinámicas de reingeniería, ante la necesidad de cuestionar las estructuras y los procesos definidos por las organizaciones, a fin de simplificarlas y/o hacerlas más eficientes, para operar en un mundo de negocios que se estaba globalizando y por ende tornándose más competitivo.
La reingeniería revoluciono a muchísimas corporaciones y genero cambios en la estructura organizacional de las mismas, pero su enfoque no era el dejar establecida una gerencia o dirección de innovación, que diera continuidad a los procesos cambiantes, sino el de redefinir la manera como la empresa estaba desarrollando y midiendo sus negocios, tal como lo definían Hammer y Champy (1993), reingeniería es: "El repensar fundamental y el rediseño radical de los procesos de negocios para alcanzar una mejora dramática, con críticas medidas modernas de desempeño como costos, cualidad, servicio y agilidad"[9]
Más recientemente se ha comenzado a incorporar a la estructura misma, la figura de la gerencia de innovación por sus siglas en inglés CIO, (oficial jefe de innovación) y como lo define Mejía (1998), esta gerencia tiene como rol "un proceso sistemático y estructurado a través del cual una empresa busca mejorar su posición competitiva en el mercado, alterando el modo tradicional de hacer las cosas, para proporcionar nuevas satisfacciones a sus clientes"[10].
Igual pensamiento sostienen Trias de Bes y Kotler (2011) al afirmar que es un error no asignar la responsabilidad del proceso de innovación a un ejecutivo designado especialmente con ese rol ya que cuando todos son responsables nadie se responsabiliza verdaderamente por la innovación de manera sistemática.
De acuerdo a los consultores de la empresa Planning, la esencia de la gerencia de innovación "es crear conocimiento y nuevas ideas y a partir de ellas crear oportunidades en los productos, en los procesos o en la estructura de organización, que son el origen de toda innovación."[11]
La teoría desarrollada sobre innovación organizacional se puede enmarcar en tres corrientes.
Las que corresponden al diseño organizacional y se orientan al análisis de la relación entre el tipo de estructura organizacional y la disposición o capacidad a innovar, el énfasis de análisis de esta corriente es la estructura de organización en sí y pretende determinar las características que tiene una estructura innovadora.
Luego está la corriente sobre cognición y aprendizaje de las organizaciones que se enfoca en la capacidad de crear, desarrollar y adquirir conocimiento explotable de las organizaciones innovadoras.
Una tercera teoría busca investigar el cambio y los procesos que se generan después de la creación de nuevas formas organizacionales, para entender si las organizaciones tienen la capacidad de adaptarse cuando enfrentan transformaciones tecnológicas y cambios radicales en el entorno.
Las organizaciones innovadoras, según los autores referidos como Morales y Leon (2013), De Bes y Kotler (2011), Murphy (2013) y varios mas, coinciden que éstas poseen una serie de características que les definen claramente y se pueden listar a continuación:
Tienen una cultura innovadora bien cimentada, aceptada y asimilada por toda la organización, trabajan en equipo integrando a diferentes unidades con un mismo objetivo sin rivalizar, manejan una buena comunicación en todos los niveles organizacionales, premian la creatividad, toleran el cometer errores, buscan reclutar empleados con aptitudes creativas y con capacidades de investigación y desarrollo, tienen un liderazgo que impulsa y promueve la innovación, se relacionan con otras entidades innovadoras, asignan presupuesto para investigación y nuevos proyectos, tienen un proceso de innovación formal y estandarizado.
2.4 Sistematizando la Innovación
La innovación como ya se ha resaltado requiere un proceso y debe seguir ciertos pasos que permitan permear en toda la organización de manera cultural, ya que de esa manera se genera mayor valor a la empresa a largo plazo.
Morales (2012), fundador de la empresa Innovare y pionero en este campo en Centroamérica, afirma que la innovación debe sistematizarse para que sea efectiva y eficiente, y por ello es categórico en señalar: "el dilema no es si innovar o no innovar, pues la mayoría de las empresas innovan en mayor o menor grado. El reto hoy es como hacemos para innovar más rápido y sistemáticamente".[12]
Y continua afirmando que de acuerdo con su experiencia la mayoría de las empresas latinoamericanas innovan de manera informal, él lo llama "al chispazo" es decir dependiendo de las ideas de un gerente o empresario, y por lo tanto al faltar este, se paraliza la innovación.
Morales (2012) recomienda varios pasos para implementar un programa de innovación empresarial y pasar de la informalidad innovadora a la innovación sistemática (ver figura en anexo 3). Estos pasos son:
1- Alinear la innovación con la estrategia de la empresa.
2- Obtener el compromiso del equipo directivo.
3- Desarrollar un plan de comunicación, capacitación e incentivos.
4- Definir la estructura y roles para apoyar la innovación.
5- Crear un proceso para administrar las ideas.
6- Definir el proceso de evaluación de las ideas.
7- Fomentar una cultura de innovación.
8- Definir métricas de innovación.
Finaliza morales expresando: "debemos dejar de pensar que la innovación es algo esotérico, abstracto y difícil de implementar. Ya existen los procesos, herramientas y prácticas para que las empresas puedan innovar sistemáticamente."[13]
Tomando como base los pasos recomendados por Morales, podría presentarse como sugerencias lo siguiente:
Para alinear la innovación con la estrategia, es necesario primero formular y definir claramente los ejes estratégicos en que se moverá la organización, la estructura que ejecutara esa estrategia y los procesos para ejecutarla, así como los indicadores de medición de los resultados. Lamentablemente este proceso de formulación estratégica, en muchísimos casos es muy pobre o incompleto y por lo tanto se convierte en el primer obstáculo para la implementación de un proceso de innovación.
Partiendo de empresas que tienen una estrategia y desarrollan un planeamiento estratégico formal, es más fácil pensar en alinearlo con la innovación. Para lograr dicho alineamiento es requerido verla como un medio estratégico para el logro de los objetivos y asignarle prioridad en equilibrio con todos los elementos contenidos en la estrategia.
Para obtener el compromiso del equipo directivo, habrá que romper la oposición natural al cambio y ahí la manera más práctica es incorporar variables de innovación que puedan vincularse directamente a la evaluación y compensación salarial de los ejecutivos o por lo menos darle seguimiento de parte de la alta gerencia de una forma continua al tema para "hacer presión" sobre el equipo gerencial. Además es importantísimo diseñar una estrategia de comunicación, a ese nivel, que haga permear la importancia, valor y aporte de la innovación desde una perspectiva gerencial sistemática en lugar de visualizarla simplemente como creatividad o tecnología y menos perseguirla de manera improvisada.
El desarrollo de un plan de comunicación, capacitación e incentivos para los innovadores es una tarea fácil de expresar y difícil de implementar cuando no hay experiencias previas, lo más fácil es ir de lo simple a lo complejo y no hacer de esto programas burocráticos, sino acciones concretas dirigidas de manera vertical por el líder a cargo de impulsar el proceso, que para ser efectivo debería ser la cabeza directiva de la organización. La comunicación debe ser simple pero enfática sobre el valor que se le asigna a la innovación y presentarlo como un factor clave para el éxito en lugar de que se perciba como la nueva moda gerencial.
Aunque ya se habló de la innovación y la estructura de organización, no está de más la recomendación de que la ventaja de asignar la responsabilidad de implementar un proceso y una cultura de innovación a un gerente especializado en el tema, estriba en el hecho que al contar con el aval y soporte del liderazgo gerencial las ideas y cambios se hacen permear desde la cabeza hasta los niveles operativos y se respaldan con la asignación de un presupuesto de gastos e inversión contemplado en el plan anual operativo, por el cual alguien toma responsabilidad y se le da así fuerza a la necesidad de implementar el proceso.
Para crear un proceso que administre ideas, lo más practico es la formación de un comité de innovación que promueva y analice las famosas "lluvias de ideas" y que las evalúe en base a las prioridades que se derivan de los parámetros surgidos de las variables o los ejes que conforman la estrategia corporativa.
La cultura de una organización es uno de los factores más arraigados y no es fácil hacer cambios, pero si es posible siempre y cuando exista un compromiso directivo, las personas normalmente resisten los cambios pero si se sabe vender el tema de la innovación se asimila más fácilmente que aspectos de mayor complejidad.
La mayoría de personas en una organización siguen al líder, y si este tiene una actitud proactiva, los demás la terminan apreciando, si el estilo es autoritario, los demás lo imitaran también, así ,si el líder es un innovador o creyente fiel de que esto debe sistematizarse, la organización se va ir impregnando de esa cultura innovadora y vendrá a generar ideas, ya que en ella se estimula la creatividad, se premia el aporte, en lugar de aplastarlo como es el caso de organizaciones con líderes muy tradicionalistas, que han pasado a un nivel de obsolescencia en cuanto al desarrollo organizacional se refiere.
La definición de métricas de innovación es fundamental, ya que lo que no se mide no es susceptible de mejora. Dávila (2011) va en línea con ese pensamiento y al respecto declara: "No se pueden gestionar las cosas que no se pueden medir"[14]
Las métricas se pueden establecer de acuerdo a variables presupuestarias, como por ejemplo, medir el porcentaje de recursos asignados a la innovación versus nuevos ingresos generados de los proyectos surgidos de la innovación, se pueden relacionar los ingresos generados por nuevos productos versus el total de ingresos generados, ideas analizadas contra ideas implementadas, tiempo asignado, horas/hombre empleadas en el desarrollo de nuevos proyectos y así una serie de métricas que permitan evaluar el éxito de un procesos sistemático de innovación. Una vez que se empieza a medir se pueden establecer metas para cada variable y eso hace del proceso, el que evolucione para mejor.
Seguir estos pasos no garantiza que se logren los resultados esperados pero si es mejor contar con un proceso y seguir un plan, que comenzar a improvisar y depender de la improvisación, por ello creemos que seguir un plan y programa imperfecto es mejor que improvisar imperfectamente.
Hasta que la innovación se sigue metodológicamente se puede esperar que a largo plazo se convierta en un pilar de desarrollo y sostenimiento de la estrategia corporativa.
Bill O Connor realizo una investigación sobre las mil mas grandes innovaciones de todos los tiempos, trabajando con un equipo de graduados del MBA de Hult International Business School, al cual llamaron Proyecto Genome de innovación y después de revisar las catalogadas entre las primeras cien identificaron seis preguntas que los más famosos innovadores se formularon y contestaron para generar las ideas que los llevaron a innovar. Estas preguntas fueron las siguientes:[15]
¿Qué puedo mirar de una nueva manera?
¿Qué puedo utilizar de una nueva manera?
¿Qué puedo contextualizar en espacio o tiempo?
¿Qué puedo conectar en una nueva manera?
¿Qué puedo cambiar en términos de diseño o desempeño?
¿Qué puedo crear que sea realmente nuevo?
Personajes como Steve Jobs, Thomas Edison, Bill Gates y un sin número más de innovadores, pasaron por todas o algunas de esas seis preguntas antes de llegar a convertirse en innovadores reconocidos y recordados por algunas frases famosas, que encierran grandes verdades sobre la innovación, su valor y conceptos. (ver anexo 1)
IBM realizo en 2006 un estudio entre 765 directores ejecutivos (CEO por sus siglas en inglés) a nivel mundial dentro de sus principales clientes, con el objetivo de establecer la visión del liderazgo respecto a la importancia de la innovación, habiendo llegado a la conclusión que la innovación cobra relevancia organizacional cuando se dan los siguientes factores:
1- Establecer un clima de creatividad, permitiendo la discusión y desarrollo de nuevas ideas, como las tormentas de ideas.
2- Crear un ambiente que inspire ideas creativas.
3- Implementar una estructura de incubación de ideas, o sea permitir que las ideas surjan, se desarrollen e implementen.
4- Crear métricas e incentivos, es decir definir índices de medición y sistemas de recompensas por el logro de nuevas ideas y proyectos.
5- Establecer un ambiente de colaboración y compañerismo, a fin de eliminar rivalidades y estimular el trabajo en equipo.
6- Integrar la tecnología y los negocios, esto implica un proceso, una cultura y estructura de negocios innovadores.
2.5 Estableciendo una Cultura de Innovación
Se puede entender que la innovación es una tarea que debe involucrar a toda la organización, pero también que debe asignarse a una gerencia la labor de convertir las múltiples ideas en procesos mejorados, proyectos específicos y en productos o servicios novedosos, que le permitan a la empresa alcanzar una mejor posición competitiva y que por lo tanto la impulsen más dinámicamente en el propósito de crecer y desarrollarse.
Si la innovación va a cumplir los propósitos antes referidos, los líderes de las organizaciones tienen que realizar un esfuerzo planificado para generar cambios de mentalidad en los equipos gerenciales, ya que muchos gerentes son celosos y temerosos, se aferran a posiciones de dominio y no siempre están dispuestos a aceptar modificaciones en sus roles gerenciales, convirtiéndose así en los mayores obstáculos para la modernización y para dejar que se experimente con nuevas ideas.
Lo anterior nos lleva a determinar que la persona que ocupe un puesto de gerencia de innovación, tiene que ser un líder con gran habilidad para convencer a los demás de la importancia de abrirse a nuevos desafíos, a nuevas formas de hacer los negocios, pero el liderazgo individual no es suficiente, se requiere apoyo decidido de la dirección superior para vencer la resistencia al cambio y eliminar los temores y amenazas a las posiciones de poder organizacional.
Se puede pensar que existe un ADN del innovador, así lo manifiestan Morales y León (2013) y lo clarifican de manera ilustrativa. (ver anexo 4).
No es fácil emprender nuevos proyectos en organizaciones en las que la cultura es muy cerrada. Quizás la principal razón por la que cuesta tanto realizar cambios en esas organizaciones, sea el hecho que la cultura organizacional se transforma muy lentamente, ya que no existe un responsable de impulsar los cambios.
Dicho lo anterior, habrá que pensar que las estructuras de organización deberían modificarse como producto de los procesos de innovación y no esperar que surja la innovación de manera accidental o espontanea.
La innovación debe estimularse y procurarse y ese es rol de la dirección superior de la organización, nunca vendrá de abajo hacia arriba., Por experiencia personal puedo afirmar; que las ideas que no tienen el aval de la cabeza o liderazgo superior, difícilmente encuentran eco en el resto de la organización.
La gerencia de innovación debe realizar un apostolado, llevando el mensaje para una toma de conciencia, que permita despertar a los equipos gerenciales a la idea de que se pueden encontrar mejores maneras de hacer las cosas, que siempre es posible encontrar oportunidades de mejora.
Para Carballo (2006) no se puede dejar de lado a nadie en el tema de la innovación dentro de una organización, ya que todos tienen la capacidad de aportar soluciones y de resolver problemas, siempre y cuando se les abran espacios de libertad, por ello afirma: "es preciso aprender a trabajar con otros, a saber desarrollar sus capacidades, a ayudarles a sacar lo mejor de sí mismos, a confiar en sus posibilidades y en su heterogeneidad"[16]
Para fomentar la cultura de innovación lo mejor puede ser el premiar a los ejecutivos o empleados que aporten ideas o proyectos que logren implementarse exitosamente, comunicándolo ampliamente a todo nivel de la organización y estableciendo una política de evaluación de personal que le dé mérito a la innovación por encima de factores tradicionales de evaluación.
Muñoz Najar durante una exposición en La Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, menciono algunos ejemplos de empresas destacadas por ser innovadoras como SONY, que cultivo un "espíritu" emprendedor y desarrollo un conocimiento para innovar durante un largo periodo, así también menciono a la empresa 3M que llego a convertirse en una empresa innovadora y que aposto a depender del desarrollo de nuevos productos y se convirtió en una manufacturera ampliamente diversificada como producto de estimular una cultura innovadora en su organización. También reconoció entre este grupo de corporaciones innovadoras, a la empresa española Metalquimia, por su permanente empeño en desarrollar capacidades para innovar y estimular la generación de nuevas ideas integrando la innovación en un proceso sistemático.
Murphy (2013) establece que la innovación no es patrimonio de empresas de tecnología, ya que cuando no existe una cultura innovadora se tienen conceptos erróneos respecto a la forma de conceptualizarla y defiende la idea que cualquier organización se puede convertir en innovadora, pero recomienda seguir pasos concretos hasta llegar a establecer la cultura de innovación bien cimentada.
Esos pasos se pueden resumir en:
1- Darle poder a los empleados, es decir que exista delegación de control para que se puedan salir de las políticas y normativas rígidas y aun fracasar en algunas decisiones y proyectos ya que de los errores se aprende también, pero si se espera que no se equivoquen nunca, igualmente nunca innovaran.
2- Ser honesto cuando las cosas fallan, eso implica que si algún proyecto no tiene posibilidades de éxito, hay que ser honesto para decidir su finalización aunque sea liderado por alguien con poder o influencia jerárquica en la organización.
3- Fomentar la comunidad, lo que implica trabajar compartiendo éxitos y fracasos, generando y compartiendo las nuevas ideas, ejerciendo un liderazgo participativo, ya que de esa manera todos aprenden y se benefician del proceso de innovar.
4- Establecer objetivos exigentes, ello demanda la generación de ideas de manera que si se pretende una gran innovación, no se pueden tener objetivos tipo, hagan lo que puedan.
5- Estimular a los ejecutivos a ser líderes, ello requiere enseñar a los directores y gerentes que no pueden concentrarse en mucho detalle y tareas rutinarias, y pasar de estilos de dirección a estilos de liderazgo que va mas allá de solo realizar funciones para permitir mayor comunicación y relación honesta con todos los miembros de la organización así como con los clientes, de quienes surgen muchas ideas.
Un aspecto necesario para establecer una cultura innovadora en las organizaciones es el correspondiente al enfoque adoptado sobre tecnología, ya que sus implicaciones son muy críticas dado el avance tan vertiginoso que lleva y puede significar la continuidad o cierre de operaciones de un negocio, como ha sido recalcado antes, por tanto aceptar la idea que el desarrollo de los negocios y el de la tecnología son una misma cosa resulta básico para la cultura innovadora.
Moraleda (2004) refería lo anterior insistiendo que la tecnología se convierta en una herramienta integrada en los procesos de la empresa y además que la tecnología no es el secreto de la cultura innovadora, sino la forma como esta llega a integrarse, no solo en los procesos sino en la mentalidad, en la estrategia competitiva, lo que llama integración entre tecnología y negocio, de manera que se transforme el conjunto de la organización y se logren generar ventajas competitivas y se incremente la productividad para añadir valor a los negocios.
Cuando se pasa el proceso referido, se está produciendo un cambio de mentalidad de tal manera que la cultura innovadora no se implementa, se asimila con el ejemplo que el liderazgo transmite.
Carballo (2006) insiste que es preciso aprender a trabajar con otros, parte fundamental de una cultura innovadora, ayudarles a desarrollar al máximo su talento y capacidad, confiando en sus posibilidades y sacando provecho de la heterogeneidad. Declara que todo ese proceso implica aprendizaje y enseñanza.
2.6 Innovación y Desarrollo Económico Global
Es importante aclarar que la innovación puede surgir de nuevos conocimientos ya sean tecnológicos o no, pero los estudios realizados recientemente muestran que las innovaciones surgidas del conocimiento no relacionado con la tecnología, como puede ser el estimulado por habilidades gerenciales, o por condiciones tendientes a construir una mejor estructura organizacional o a mejoras institucionales, o de infraestructura y de carácter social, no rinden los beneficios o retornos que la innovación tecnológica aporta. Al respecto, el último estudio sobre competitividad realizado por El Foro Económico Mundial señala que; "Aunque ganancias sustanciales pueden ser obtenidas mejorando las instituciones, construyendo infraestructura, reduciendo inestabilidad económica o mejorando el capital humano, todos esos factores eventualmente parecen correr hacia retornos disminuidos"[17].
Como una conclusión del estudio referido se llega a la afirmación que: las empresas de los países menos desarrollados pueden aumentar su productividad adoptando tecnologías existente en mercados que han alcanzado altos niveles de innovación empresarial, aunque no es suficiente para mejorar la productividad, las empresas de esas economías deben diseñar y desarrollar productos y procesos que eleven su competitividad y moverse hacia las actividades productivas que aporten mayor valor agregado, pero ello requiere una integración de esfuerzos del sector público, de las universidades y del sector privado que les conduzca a mayores niveles de innovación empresarial tecnológica, lo cual demanda inversiones mayores en investigación y desarrollo (I&D) especialmente del sector privado y la presencia de instituciones de investigación científica de alta calidad, así como la estrecha colaboración entre las universidades y los sectores empresariales sobre todo en I&D.[18]
La innovación empresarial tecnológica como lo afirma Molina Machón (2000), está relacionada con la I&D, pero la supera en alcance pues comprende todas las actividades y etapas científicas, financieras, técnicas y comerciales requeridos para el éxito en la implementación del objeto de innovación pretendido y consiste en: "la aplicación de la tecnología a distintos aspectos de la empresa como pueden ser productos, servicios o procesos, con el resultado de que se produzca un efecto de novedad significativo"[19].
La innovación está correlacionada con la competitividad, así lo comprueba el Foro Económico Mundial en el último estudio sobre competitividad realizado para el periodo 2012/2013, en el que se evaluaron 144 países. Para establecer comparaciones entre estos se establece un índice de innovación, el cual es uno de los doce pilares que sirven para medir el grado de competitividad. El índice de innovación se establece combinando los siguientes indicadores: capacidad para innovar, capacidad gubernamental para adquirir productos de tecnología avanzada, calidad de las instituciones de investigación científica, la disponibilidad de científicos e ingenieros, el gasto en investigación y desarrollo (I&D) del sector privado empresarial, la colaboración entre las universidades y la industria para hacer I&D y el número de patentes registradas por millares de población.
Drucker (1985) señalaba que a fin de considerar un desarrollo como innovador, deberá ser un producto o servicio que impacte positivamente a la economía a la sociedad o a ambas.
Siguiendo el razonamiento de autores como Kraemer (2010) se puede tomar como un hecho comprobado que la innovación es uno de los factores claves para el crecimiento económico y para la generación de empleos, lo cual sucede tanto en las economías pequeñas como en las grandes, en los países más desarrollados y en los menos desarrollados y agrega respecto a sus beneficios lo siguiente: "Los beneficios de los esfuerzos tendientes al fomento de la innovación son muy recompensados, pero requieren políticas bien planificadas lo cual no es ni simple ni fácil"[20]
En base al referido razonamiento, y a conclusiones del Informe sobre Desarrollo Humano, llevado a cabo por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado en 2013, debería cobrar más peso en la agenda económica de las naciones el entendimiento del valor que tiene formular una política nacional de innovación, ya que ésta representa un factor clave para el desarrollo.
En el pensamiento de Kraemer (2010), la política de innovación tiene que tomar en cuenta diversos factores como las condiciones locales, las discrepancias económicas, aspectos de carácter demográfico y la intensidad de actividad de la economía informal, pero en todo caso debería cobrar más relevancia en cuanto a la agenda de desarrollo.
Las siete economías más grandes del mundo, el llamado G7, representan cerca del 50% del Producto Interno Bruto, (PIB) global, el cual ronda los $64,000 billones, pero estas siete naciones solamente representan el 11% de la población mundial,[21] Dicho desbalance es tan grande que hay extremos que parecen abismales como en el caso de Qatar y Somalia, en que el primero tiene un PIB per cápita de $88,220 y el segundo solamente la mínima cifra de $600.[22] Esta situación muestra un desequilibrio y una brecha muy grande, que debería corregirse con urgencia si se pretende mejorar las condiciones de vida de la humanidad en general y mantener la paz social y la estabilidad mundial en el largo plazo.
Como ha sido señalado, existe una relación directa entre competitividad e innovación que favorecen el desarrollo económico. Al analizar los indicadores más relevantes de estas variables y compararlas con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), establecido por el PNUD, claramente se aprecia la relación y se pueden ver las grandes diferencias existentes entre los países y sus economías, como se aprecia en la siguiente tabla:
Tabla 1. Relación Innovación, Competitividad y Tamaño de Mercado
Al analizar la tabla anterior encontramos que nueve de los países cuyas economías se encuentran dentro de los primeros diez lugares de innovación, también lo están entre los correspondientes a competitividad, de estos a su vez, cuatro corresponden al G7 y forman parte de las diez economías de mayor tamaño a nivel global. Su Índice de Desarrollo Humano es del nivel calificado por el PNUD como muy alto, (80 o superior, siendo 100 el máximo).
Por el contrario y en el otro extremo, seis de los diez últimos países en innovación, también corresponden a los diez menos competitivos y tienen un IDH muy bajo (menor que 50). Cuatro de las economías menos competitivas están dentro de las diez economías más pequeñas y con el IDH sumamente reducido, como el caso de Burundi y Sierra Leone, cercanos a 36.
Al analizar únicamente el G7 se puede ver una fuerte correlación entre innovación e IDH tal como lo muestra la siguiente tabla:
Tabla 2. Relación del PIB, Índice de Desarrollo Humano e Innovación G7
Estas siete economías tienen un IDH muy alto, 89.2 el promedio, su PIB per cápita promedio es de $37,013 y cuatro se encuentran dentro de las primeros diez mas innovadoras y con la excepción de Italia, las demás naciones están dentro de las primeras 25.
2.7 Antecedentes de Innovación y Desarrollo Económico en El Salvador
La economía salvadoreña ha venido adoleciendo de un grave problema cual es el lento crecimiento experimentado por más de 25 años. Si bien hay factores que han sido una limitante y ayudan a explicarlo, como lo son: un conflicto bélico interno prolongado durante doce años, en el periodo 1980 a 1992, en que no solo se destruyó parte significativa de la infraestructura física y productiva, sino también se paralizó casi por completa la inversión y se dejaron de realizar importantes proyectos de desarrollo económico y social, en adición a la severa destrucción de la infraestructura básica y millonarias pérdidas causadas por frecuentes terremotos, uno en octubre de 1986 y dos en 2001 en los meses de enero y febrero, serias inundaciones causadas por varias tormentas tropicales y huracanes que han golpeado con ímpetu el pequeño territorio nacional casi año con año, pero muy severamente en 2011 tal como lo afirma el Banco mundial:
Asimismo, la vulnerabilidad de El Salvador a los fenómenos naturales adversos, exacerbada por la degradación ambiental y la extrema variabilidad del clima, también compromete el desarrollo sostenible del país y su crecimiento económico a largo plazo. En 2011, la depresión tropical 12E golpeó al país, afectando a más de 1.4 millones de personas y dejando pérdidas y daños por US$ 902 millones.[23]
Si se compara el crecimiento de la economía salvadoreña, con los que presenta el mundo y los países en desarrollo en particular para ese periodo (ver anexos 5, 6, 7 y 8) se llega fácilmente a la conclusión que El Salvador ha estado quedando rezagado, por debajo del resto de las economías y principalmente de las de sus competidores más cercanos, los de la región Centroamericana y Latinoamericana.
Al respecto la Secretaria Técnica de la Presidencia del Gobierno de El Salvador, reconoce al formular la Política Nacional de Innovación Ciencia y Tecnología lo siguiente: "entre 1996 y 2008, las tasas de crecimiento han sido modestas, se han situado entre 2 y 4 %, en 2009 el PIB se contrajo 3.5% y creció de forma muy modesta (1.4%) en 2010"[24].
En el contexto de la globalización, el hecho que El Salvador se quede rezagado, se convierte en una amenaza para la estabilidad macroeconómica, social y política nacional y también en un estímulo a la fuga de capitales y un desincentivo para la inversión privada nacional y extranjera.
Del análisis de los indicadores contenidos en la tabla presentada a continuación, se pueden resaltar importantes condiciones que son limitantes para la economía salvadoreña.
Tabla 3. Indicadores Macroeconómicos de la Región Centroamericana
Se observa que El salvador logro captar, durante el año 2012, únicamente $257.6 millones equivalente al 4.7% de la inversión extranjera de la región Centroamericana, cifra muy reducida tomando en cuenta que su economía representa el 16.1% del PIB regional, pero su deuda extranjera creció hasta alcanzar los $8.0 billones, que representa el 28.7% de la deuda regional total. La deuda total de El Salvador suma $14.5 billones y representa el 60.9% del PIB (ver anexo 9), el cual es muy elevado para una economía de lento crecimiento.
Al analizar la deuda externa, se ve claramente que la economía salvadoreña es la más endeudada regionalmente en términos proporcionales al tamaño del PIB, 33.6% versus un promedio regional de 18.8%, equivalente casi al doble de dicho promedio.
Esas cifras en conjunto reflejan una condición estructural negativa para El Salvador y le colocan en desventaja para atraer nuevos capitales extranjeros y para desarrollar proyectos de inversión a largo plazo, restándole competitividad.
Algunos economistas salvadoreños le atribuyen el bajo crecimiento del PIB del país a la dolarización de la economía, sin embargo al comparar los indicadores macroeconómicos con Panamá, que es la otra economía dolarizada en la región, no se puede sostener ese argumento como el más relevante para explicar la falta de crecimiento.
Panamá posee la economía con el PIB Per Cápita más alto en la región, $10,126 y creció 10.7% en 2012, en tanto que el PIB Per Cápita de El Salvador llega a $3,797 y su PIB solamente logro crecer un 1.3%. La inversión extranjera directa en Panamá representa el 7.8% del PIB, pero la realizada en El Salvador, solo el 1.1%.
Es muy notoria la diferencia en las condiciones de vida de ambos países ya que mientras Panamá tiene un IDH de 78.0, rango alto de acuerdo al criterio del PNUD, ocupando la posición 59 de todo el mundo, el índice correspondiente a El Salvador llega a 68.0, rango medio y ocupa la posición 107 globalmente, 49 posiciones inferior.
El comportamiento de la inversión privada total en El Salvador, tampoco ofrece una perspectiva favorable y sin sostener una visión negativa, debe señalarse en el contexto macroeconómico un problema estructural como lo muestra el hecho que la inversión durante los últimos cinco años, que represento en promedio 11.5% del PIB, es inferior al porcentaje del año 1991 en que alcanzaba 12.4%, (ver anexo 10).
En opinión del presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) el Ingeniero Jorge Daboub, los estudios económicos realizados por la Asociación les han llevado a concluir que la inversión debería corresponder al 20% del PIB para retornar a tasas de crecimiento económico superiores al 5% y tener posibilidades de dar respuesta a las necesidades sociales de la población salvadoreña y reducir el nivel de endeudamiento y competir en la economía global sin desventaja.[25].
Como la Secretaria Técnica de la Presidencia del Gobierno de La Republica lo reconoce, la problemática económica salvadoreña tiene que ver con el énfasis que se les ha dado a los procesos educativos, a la falta de condiciones que favorezcan los procesos de innovación y el surgimiento de emprendedores[26]
Se debe comparar la posición que El Salvador ocupa con respecto a los países del área para visualizar mejor tal problemática señalada. Para ello se presenta la información contenida en el siguiente cuadro:
Tabla 4. Indicadores de Innovación de la Región Centroamericana
Si se observan los índices y posiciones en el Rank de El Salvador, respecto a la sofisticación de los negocios, la innovación y el combinado de ambos y se compara con los de la región, se encuentra que con excepción de los de Nicaragua, el país tiene los peores (índices en escala ascendente de 1 a 7).
En innovación solamente, de un total de 144 países evaluados El Salvador se encuentra en el 128 lugar. El país ha venido perdiendo competitividad en los últimos años de tal manera que en el índice global de competitividad establecido por el Foro Económico Mundial, en el Reporte de Competitividad se determina que de la posición 61 que ostentaba en 2006, paso a la 101 en 2012.
Pero para clarificar por qué tiene una posición tan baja, es conveniente referirse a los criterios que el Foro establece para determinar el Índice Global de Competitividad y particularmente a lo que en ese estudio se denomina pilar 12 Innovación, observando la tabla a continuación:
Tabla 5 Indicadores de Innovación de El Salvador
Son notorios los valores reducidos relativos a la calidad de instituciones de investigación científica y la limitada disponibilidad de científicos e ingenieros, si en adición se observa el resto de índices y la posición global del Rank para 144 países evaluados, se puede entender la baja calificación obtenida y de esa manera entender también, los problemas que causa a la capacidad competitiva y al crecimiento económico.
ANEP durante el X Encuentro Nacional de la Empresa Privada, haciendo referencia al Encuentro del año 2006, señaló la deficiente capacidad innovadora del país, relacionada con los indicadores antes mencionados y dice: "En El Salvador la base científica y tecnológica es deficiente, la capacidad de innovación en la estructura productiva es débil, se destinan escasos recursos a la investigación en ciencia y tecnología, y los recursos humanos formados para tales actividades son bastante limitados"[27]
El Gobierno de El Salvador reconoce también que la pérdida de competitividad del país tiene mucho que ver con las fallas en innovar y que estas a su vez se relacionan con el hecho de que se invierte únicamente el 0.1% del PIB en I&D y además que el gasto total en educación es muy bajo, para el periodo 2000-2011 fue cercano al 3% del PIB, en tanto que durante el periodo 2000-2008 la inversión de Latinoamérica en dicho rubro fue en promedio 4.6%[28]
Las cifras analizadas y los comentarios de ANEP y el reconocimiento de la Secretaria Técnica del Gobierno de La republica muestran sin lugar a duda un nivel de crecimiento económico demasiado limitado para dar respuesta a las demandas sociales de la población salvadoreña, este bajo crecimiento económico esta relacionado con los también bajos niveles de inversión, el elevado endeudamiento y todo ello en el marco de una economía global cada vez mas competitiva.
Siendo que la inversión en educación es muy baja y la correspondiente a I&D mínima, sumado a la carencia de una política y plan nacional que incentive y promueva la innovación, ésta no puede convertirse en factor clave y pilar para impulsar mas la competitividad y el desarrollo económico de El Salvador.
CAPITULO III
Resumen y análisis de resultados
3.1 Resultados de la Encuesta
Respecto a las características de las empresas representadas en la investigación, la muestra correspondió a 63% cuyo capital es de origen nacional y 37% extranjero, en cuanto al número de empleados 72% de las empresas tienen más de 100 empleados, y respecto a ventas 50% son superiores a cincuenta millones de dólares y el otro 50% alcanza entre uno y cincuenta, todas comprendidas en el segmento de mediana y grande empresa.
Con relación al sector de actividad se muestran en la siguiente tabla:
Tabla 6. Sector de Actividad
Los resultados de la investigación demostraron que las empresas con capacidad de realizar innovaciones relevantes en El Salvador, si poseen la condición de ser innovadoras ya que más del 75% de ellas realizaron innovación de importancia durante los últimos tres años, siendo el caso de las innovaciones en productos y servicios la que mayor se realiza con un 86% de los casos lo que se puede apreciar en las tablas siguientes:
Tabla 7. Tipo de Innovación
Tabla 8. Tipo de Innovación
El número de empresas que no realizaron ningún tipo de innovación es muy bajo, el porcentaje oscila entre 4% y 8% y se puede ver dicha proporción reflejada en el cuadro siguiente:
Gráfico 1. Tipo de Innovación
El impacto en resultados que las innovaciones realizadas tuvieron en las empresas encuestadas es significativo y se puede apreciar gráficamente en el cuadro y tabla a continuación:
Gráfico 2. Impacto de la Innovación, Resultados
Tabla 9. Impacto de la Innovación, Resultados
Se puede observar que el nivel 1 que corresponde a nada, es mínimo. Si se suman los niveles de resultados 3 a 5, se tiene una proporción positiva y alta, superior a 75% para el factor reducción de gastos y superiores a 85% para aumentos en ventas, utilidades y participación de mercados, como se puede apreciar en la tabla adjunta:
Tabla 10. Impacto de la Innovación, Resultados
En el 91.3% de los casos encuestados hubo mayor generación de empleos como producto de las innovaciones realizadas, también se beneficio el personal con un mayor nivel de remuneraciones y beneficios en el 89% de las empresas representadas y se alcanzaron niveles de eficiencia operativa superiores, como consecuencia de las innovaciones desarrolladas, en el 95.3% de las empresas.
La competitividad de las empresas también fue afectada positivamente ya que el 83% de las representadas en la muestra, aceptaron que las innovaciones realizadas les colocaron en una posición competitiva superior y más ventajosa para crecer.
Grafico 3. Competitividad por la Innovación
La sistematización del proceso de innovación aún es muy baja, solo el 52.3% reconoció que las empresas realizan la innovación como un proceso sistemático, de acuerdo a una cultura innovadora, aún falta mayor sistematización del proceso.
Tabla 11. Manera de Innovar
Solo el 39% de las empresas tienen un departamento o ejecutivo responsable de coordinar el proceso de innovación, porcentaje que se considera bajo y minoritario como se muestra en la grafica correspondiente.
Gráfico 4. Responsable de Innovar
En el 61% de los casos encuestados se considera la innovación como un factor contemplado en la formulación de los planes estratégicos, como lo muestra la tabla siguiente:
Tabla 12. Innovación y Planeamiento Estratégico
En el 51% de las empresas, la innovación se realiza sin apoyo externo de consultores o instituciones de investigación y el 76.7% fueron financiadas con recursos propios de la empresa, como se aprecia en las grafica y tabla que sigue:
Gráfico 5. Financiamiento de la Innovación
Tabla 13. Financiamiento de la Innovación
Solamente en el 19% se obtuvo financiamiento crediticio para innovar como se aprecia en la gráfica:
Gráfico 6. Financiamiento de la Innovación
El nivel de aprobación del liderazgo ejecutivo y empresarial, con las afirmaciones que relacionan la innovación empresarial con la competitividad y esta a su vez con mayores niveles de desarrollo supera el 91% de las opiniones y establecen que el gasto en educación que realiza el estado es determinante para alcanzar mayores índices de innovación. También las opiniones muestran acuerdo en el 86.6% de los casos respecto a la importancia que tiene la inversión en I&D para el fomento de mayores niveles de innovación.
En cuanto al Rol desempeñado por las Universidades locales para favorecer la innovación empresarial, solo la tercera parte acepta un rol positivo, con un 33.8% de acuerdo, como se ve en la gráfica siguiente:
Gráfico 7. Rol Desempeñado por las Universidades
El aporte del estado al fomento de la innovación también resulta bajo, ya que las opiniones reflejan un grado de acuerdo únicamente del 11.6% como se puede apreciar en la tabla adjunta:
Tabla 14. Rol Desempeñado por el Estado
Solamente el 9.9% de los encuestados opina que en El Salvador existe un plan nacional que contempla una política de innovación empresarial, como factor de relevancia para el desarrollo económico, tal como se aprecia en la tabla y cuadro siguiente:
Tabla 15. Política y Plan Nacional de Innovación
Gráfico 8. Política y Plan Nacional de Innovación
El 89.5% de los encuestados acepta la inexistencia de una estrategia de fomento a la innovación compartida por el gobierno y el sector privado y está de acuerdo que favorecería el nivel de innovación empresarial. Así se muestra en la tabla 16:
Tabla 16. Política y Plan Nacional de Innovación
No hay mayoría de opiniones respecto a que existe una relación gobierno sector privado que favorece la innovación empresarial. Solo el 48.6% de las opiniones van en ese acuerdo.
El 75% de las opiniones considera que la innovación empresarial en el país se ve limitada, afectando así la competitividad y el desarrollo económico en forma desfavorable.
Tabla 17. Innovación y Desarrollo Económico
Los resultados referentes a las opiniones relativas a los aspectos que favorecen la innovación empresarial se muestran a continuación en la tabla 18:
Tabla 18. Factores que benefician la innovación
Se puede notar que si se suman los primeros dos factores relacionados con la capacidad de gestión y filosofía innovadora del liderazgo ejecutivo, se obtiene el 36% del total. Las que están relacionadas con aspectos de mercadeo y competencia representan el 30%, de tal manera que no se reconocen elementos que sobresalgan en una mayoría como para ser considerados el factor clave. Los aspectos relacionados con I&D, recurso humano, creatividad y proceso de innovación recibieron muy pocas referencias.
En relación a lo aspectos limitantes de la innovación, se mencionaron menos razones, sobresaliendo dos, los relativos a la carencia de una cultura innovadora con 20% y la falta de recursos financieros requeridos para invertir en innovación con 20%.
Los limitantes que tienen que ver con capacidad gerencial y visión innovadora, burocracia interna, capacidad del recurso humano y cultura de la organización, afectan en el 60% como se muestra en la tabla 19
Tabla 19. Factores que Limitan la Innovación
3.2 Resultados de las Entrevistas.
Se realizaron cuatro entrevistas a directores de las gremiales empresariales más representativas del sector privado nacional correspondiente a la mediana y grande empresa, las cuales se describen así:
1- Asociación Nacional de la Empresa Privada, (ANEP) integrada por 50 Asociaciones que representan a 15,800 empresas que generan el 90% de los empleos y del PIB nacional. Años de fundada: 47. Persona entrevistada: Ing. Jorge Daboub, Presidente.
2- Asociación Salvadoreña de Industriales, (ASI) integrada por 600 socios de 13 sectores industriales, que representan el 24% del PIB y el 92% del total de las exportaciones. Años de Fundada: 50. Persona entrevistada: Ing. Javier Siman, Presidente.
3- Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, (CCIES) integrada por 2,400 socios. Años de fundada: 98. Persona entrevistada: Lic. Mario Magaña, Director de Asuntos Económicos.
4- Fundación Salvadoreña Para El Desarrollo Económico Y Social, (FUSADES) integrada por 400 Socios. Años de Fundada: 30. Persona entrevistada: Lic. Samuel Salazar, Director PROinnova.
El resumen de las entrevistas es el siguiente:
Las cuatro gremiales tienen la innovación como una parte relevante de su agenda de trabajo, valoran su impacto en la competitividad y en el desarrollo económico, han realizado estudios sobre el tema e incluso ANEP quien realiza anualmente un encuentro de empresarios denominado Encuentro Nacional de la Empresa Privada (ENADE), en el correspondiente al año 2006, propuso al gobierno de turno, la creación del Sistema Nacional de Innovación, propuesta que no fue atendida.
El presidente de ANEP refirió que en ese año se sostenía: "el fortalecimiento de la capacidad nacional para crear, adoptar y adaptar innovaciones tecnológicas es una variable critica para cerrar la brecha que nos separa de los países desarrollados."[29]
El Presidente de la ASI le dio mucho valor al tema e indicó que de los esfuerzos realizados por la asociación para capacitar a su membresía, la innovación es un tema prioritario y además es parte de la visión de la institución.
El Director del programa de innovación de La Fundación Salvadoreña Para El Desarrollo Económico y Social, opinó respecto a la relevancia que le asigna la gremial al tema innovación: "La Fundación decidió formar un programa para el fomento de la innovación llamado PROinnova"[30]. FUSADES comprende la importancia de investigar sobre el tema y por ello muy recientemente ha comenzado a incorporar en su encuesta empresarial de coyuntura, factores para medir la intensidad de la innovación realizada por los empresarios en el país.
Los cuatro líderes entrevistados consideran que la innovación no ha alcanzado niveles relevantes en el país y que éste se encuentra por debajo de Costa Rica y Panamá y en un término medio comparable con Honduras y Guatemala.
Los factores que a juicio de los entrevistados limitan más la innovación en el sector privado son en su orden: un clima desfavorable para invertir, la carencia de una política nacional que la promueva y el acceso limitado al conocimiento técnico.
Respecto a que factor consideran como el que más favorece la innovación del sector privado, señalan la necesidad y la cultura emprendedora del empresariado.
Tres de los cuatro dirigentes entrevistados no conocen la Política Nacional de Innovación Ciencia y Tecnología.
Ninguno de los directores que fueron entrevistados identificó una institución, pública o privada, que sobresalga en el fomento y promoción de la innovación empresarial, a pesar de que si se mencionaron varias no les atribuyeron peso en liderazgo o valoración relevante como institución sobresaliente con notoriedad.
Al preguntar ¿qué se debe hacer en El Salvador para fomentar la innovación empresarial? Las respuestas fueron las siguientes:
El Presidente de ANEP fue muy enfático en señalar que lo prioritario es establecer un clima propicio para invertir, ya que actualmente no hay reglas predecibles para los inversionistas, hay inseguridad jurídica e inestabilidad política y niveles muy elevados de delincuencia, todo lo cual no permite que se den mayores niveles de inversión privada.
El Director de Asuntos Económicos de la Cámara de Comercio es de opinión que se deben incluir programas especiales de innovación en educación básica y superior y establecer vínculos universidad-empresa y generar intercambios científicos, tecnológicos y empresariales con salvadoreños en el exterior.
Para el Presidente de la ASI, lo principal es trabajar en desarrollar un clima favorable para la inversión, ya que los empresarios en El Salvador y particularmente los industriales, son muy creativos e innovadores, pero no tienen confianza para destinar fondos en innovaciones que requieren invertir en maquinaria y equipo.
Y para FUSADES, la solución viene dada por acercar las universidades al sector empresarial, para formar profesionales que aporten conocimiento especializado y mejore la competitividad.
Fue contundente para los cuatro líderes, que las universidades salvadoreñas no están desempeñando un papel significativo para el fomento y desarrollo de la innovación empresarial.
Los cuatro entrevistados señalaron unánimemente que el estado no está promoviendo ni favoreciendo la innovación, tampoco está dando los pasos orientados a corregir la grave condición de competitividad y lento crecimiento de la economía salvadoreña.
Comprobación de Hipótesis
Para probar la hipótesis, partiendo de los resultados de la encuesta, se estableció en primer lugar que las empresas salvadoreñas hacen innovación relevante ya que más del 75% de ellas realizaron cada uno de los tipos de investigación definidos como correspondientes a innovación empresarial, siendo 80% el promedio, porcentaje considerado alto y si se ve por el sentido opuesto el número de empresas que no realizaron ningún tipo de innovación es sumamente bajo oscilando entre 4% y 8% con promedio de 5%.
Se determinó que la innovación realizada es relevante en función del impacto significativo generado en resultados comerciales, económicos y financieros de las empresas representadas en la encuesta, siendo que el promedio de impacto positivo para los cuatro factores más relacionados a los criterios establecidos (aumento de ventas, reducción de gastos, mayores utilidades, ampliación de mercado) fue de 83.7%. Este porcentaje corresponde a las empresas que tuvieron impacto de medio a muy alto, pero si se toma solamente el porcentaje de las que no tuvieron ningún impacto positivo en esos criterios, se obtuvo un 4,2%, porcentaje sumamente reducido.
En el 83% las innovaciones afectaron positivamente la posición competitiva de las empresas, colocándolas en mejores condiciones para crecer por lo que se fortalece la idea de que las innovaciones realizadas fueron relevantes.
Se comprobó también el beneficio brindado por las empresas al desarrollo económico, medido dicho beneficio en función de los aportes siguientes: generación de empleos, provisión de mayores beneficios económicos y prestaciones al personal, así como la generación de utilidades.
En el 91.3% de los casos de la encuesta se dio mayor generación de empleos por la innovación empresarial realizada, el 88.9% pudieron compensar mejor al personal en términos monetarios y de prestaciones generales. El 96.5% de las empresas pago mayores impuestos gracias al grado de impacto económico generado por innovar.
Se comprobó con esos parámetros referidos que las empresas salvadoreñas del sector de la mediana y la gran empresa, realizan innovaciones relevantes y que el grado de innovación en procesos, productos, servicios, en mercadeo y en organización, les ha impactado favorablemente sus resultados económicos, contribuyendo al crecimiento de la economía y a su desarrollo.
Para la comprobación de la hipótesis se requirió también identificar los factores que limitan los procesos de innovación empresarial en El Salvador.
Al respecto se puede afirmar, que en el orden interno de las empresas, no existen procesos de innovación sistemáticos, ya que solamente el 52.3% de los entrevistados reconoció que en sus organizaciones se realiza de esa manera.
No se tiene una cultura de innovación establecida en las organizaciones, siendo el factor individual más mencionado como limitante en 20% de los casos, en igualdad con la falta de recursos financieros disponibles en las empresas para invertir en innovaciones relevantes, factor referido en el 20% de las opiniones.
Solo en el 39% de las empresas se puede identificar un responsable en la organización de desarrollar el proceso de innovar de manera coordinada.
Respecto a factores de índole externo a las empresas, fue contundente la opinión que el sistema educativo nacional no está aportando profesionales con capacidad de desarrollar mayores niveles de innovación, el rol de las universidades en este plano es muy pobre y limitado ya que solo el 33.8% de las opiniones le dan una valoración positiva.
Se estableció también de manera inequívoca y clara, que el estado salvadoreño desempeña un papel muy pobre tendiente al apalancamiento de los procesos de innovación, no invierte lo necesario en I&D, no tiene una política implementada, ni un plan en desarrollo para fomentar, estimular y fortalecer la innovación empresarial.
Solamente el 11.4% de las opiniones muestran que el rol del estado y la legislación vigente, estimula y fomenta la innovación y únicamente el 9.9 % opina que hay un plan nacional que está destinado a fortalecer los procesos innovadores.
Únicamente el 8.2% de las opiniones considera que no hay limitaciones al desarrollo económico como consecuencia de que la innovación se haya visto limitada y por tanto, afectada negativamente.
Conclusiones
La investigación realizada, incluyendo la de carácter bibliográfico y de campo, por medio de encuestas a ejecutivos y empresarios y también de entrevistas a dirigentes de las asociaciones gremiales representativas de la mediana y gran empresa privada salvadoreña, muestra concordancia y permite la plena comprobación de los criterios establecidos para validar la hipótesis formulada.
Por tanto es confiable afirmar que las empresas medianas y grandes con operaciones en El Salvador son innovadoras, han realizado diversos tipos de innovación empresarial relevante, en un grado tal que han impactado positivamente sus resultados comerciales y económicos, contribuyendo al desarrollo económico nacional, pero se ven limitadas para profundizar más sus niveles de innovación. Si existieran todas las condiciones favorables para su fomento y desarrollo, entonces la innovación contribuiría a generar un mayor crecimiento del sector empresarial, posibilitaría una mayor competitividad, y se convertiría en un factor clave para el crecimiento y desarrollo económico.
Uno de los aspectos que se comprobó que resulta crítico, es la limitante relativa a la falta de acuerdo, colaboración y coordinación entre el gobierno, las universidades y el sector privado, ya que tal carencia afecta la implementación de una política, un plan y una estrategia nacional para fortalecer la innovación, mejorar la competitividad e incrementar la productividad de los factores de producción en el país.
La desventaja competitiva que refleja la economía salvadoreña, en especial respecto a las economías del área Centroamericana, requiere un esfuerzo coordinado entre los sectores señalados para adoptar soluciones como las propuestas en el ENADE 2006 y 2010, propuestas que recomendaban establecer un Sistema Nacional de Innovación que contemplaba la creación de un Centro de Innovación para realizar investigaciones de ciencia y tecnología, así como estimular la creación de fondos de capital de riesgos para financiar la inversión de proyectos innovadores y también la creación de un Sistema de Incubación de Negocios, para el fomento de nuevas empresas, X ENADE (2010).
Propuestas similares a la anterior han sido desarrolladas en países como Nueva Zelanda y Australia con resultados muy satisfactorios y han contribuido a que dichas naciones se encuentren entre las más innovadoras del mundo, ubicándose en las posiciones 27 y 28, respectivamente, dentro del Rank de innovación establecido por el Foro Económico Mundial en el estudio Índice de Competitividad global 2012-2013. También países Latinoamericanos como Costa Rica, Brasil y Chile ocupan posiciones relevantes, 35, 39 y 45 respectivamente. Estos tres países ocupan las tres mejores posiciones de toda Latinoamérica y el Caribe, seguidos por Panamá en el puesto 48.
Dos de esas cuatro economías más competitivas e innovadoras, son rivales comerciales directos de El Salvador y competidores para la atracción de inversión extranjera hacia Centroamérica, pero como fue señalado antes, el país se queda muy lejos puesto que le corresponde la nada envidiable posición número 107.
La limitada inversión de recursos en innovación, ciencia y tecnología y la pobre ejecutoria de la economía salvadoreña demandan esfuerzos diferentes a los hasta ahora realizados y requieren deponer actitudes de rivalidad o competencia entre el sector privado y el gubernamental como lo evidencian múltiples casos de confrontación dados durante los últimos cuatro años, de lo cual los medios de comunicación han dado amplia cobertura, confrontación que especialmente se ha dado entre el Presidente de La Republica y los dirigentes de las gremiales que fueron objeto de esta investigación, debido a críticas que se han formulado a la gestión gubernamental, las cuales no han sido recibidas con mesura y prudencia de parte del gobierno, provocado una reacción no siempre prudente tambien .
Es fundamental destinar presupuestos superiores para I&D así en las empresas como en el sector público y mejorar el sistema educativo nacional, tanto a nivel básico como superior, puesto que son factores que la investigación revelo como muy deficientes y de los que mayor limitación ejercen sobre la innovación empresarial y por ende sobre toda la relación con la competitividad nacional y el desarrollo económico. De hecho el presupuesto nacional no contempla sumas para investigación y desarrollo relevantes, siendo casi inexistentes en la mayoría de los ministerios del gobierno.
Existe un problema de enfoque o visión de cómo atacar la problemática educativa en El Salvador, mientras el gobierno se inclina por subsidios que favorecen la adquisición de uniformes, útiles escolares y alimentación de los estudiantes, el sector privado, los dirigentes de las asociaciones gremiales y economistas que adversan el modelo gubernamental ,se inclinan más por cambios estructurales en el sistema nacional de educación, tendientes a fortalecer la calidad de la educación, mejorar los programas curriculares, capacitar mejor a los maestros e invertir en mejorar la infraestructura y el soporte de equipo, así como la utilización de más tecnología para que las escuelas y universidades puedan ofrecer una educación con la capacidad de contribuir al proceso de innovación y desarrollo, en vez de sacar graduados en forma aislada de las necesidades del sector privado y con un enfoque comercial para la mayoría de universidades, colegios y escuelas privadas, en detrimento de la calidad de formación profesional.
El economista Manuel Enrique Hinds recientemente publico una nota periodística en la que hace una fuerte crítica a la política asistencialista del gobierno, en relación a la materia de educación, y en ella literalmente señala:
¿De qué sirven estos subsidios si los niños no aprenden lo que necesitan para salir de la pobreza y superarse como seres humanos? El gobierno llama a esto inversión social, pero esto de inversión no tiene nada porque no da ningún rendimiento futuro. Es realmente un desperdicio. Solo piense en todo lo que usted podría hacer para mejorar la salud y la educación del país si usted contara con cuatro mil millones de dólares en un quinquenio.[31]
Resulto más que evidente en la investigación, que las empresas valoran la innovación como factor que incide en la competitividad y que favorece el crecimiento comercial, e impulsa el desarrollo económico, pero no resultó igualmente evidente que el liderazgo ejecutivo y empresarial tiene un claro concepto del proceso sistemático para llevarla a cabo de manera eficiente y efectiva.
Se puede concluir que el liderazgo ejecutivo y empresarial aunque tiene un espíritu innovador, adolece de conocimientos especializados y de experiencia en establecer procesos de innovación sistemáticos, ya que las opiniones referentes a los factores que favorecen la innovación, no muestran que tener un proceso sistemático sea considerado algo prioritario. Además de no contar con una posición organizacional que específicamente coordine tales procesos.
El hecho de que en la mayoría de las empresas no existe un responsable definido que coordine el proceso, y que vele por implantar la cultura de innovación en toda la estructura o pirámide de organización, refleja que en El Salvador no se ha desarrollado aun el tema lo suficiente como para que esta posición ejecutiva adquiera un nivel de reconocimiento e influencia para brindar más valor a las empresas.
La velocidad de los cambios fomentados especialmente por el desarrollo de las tecnologías de información y comunicaciones, se convierten en una oportunidad y en una amenaza, pero en ambos casos requiere de la alta gerencia y de los líderes empresariales, una actitud visionaria y capacidad para dejar de pensar que la innovación es simplemente equivalente a creatividad o que esta surge de manera espontánea sin proceso, ni sistema, ni estructura y que basta con incorporar nuevas ideas, o aceptar proyectos novedosos dentro de las estrategias de mercadeo.
La investigación deja evidencia que las empresas medianas y grandes en El Salvador tienen un largo camino que recorrer para salir de una serie de mitos del proceso de innovar, ya descritos en el marco conceptual, y aun mas, deben acelerar los cambios culturales dentro de sus organizaciones para no quedar fuera de mercado o fuera de la mente de los consumidores que demandan cada vez más, no solo productos, sino conceptos mercadológicos que surgen con las innovaciones que provienen de los mercados de economías y países desarrollados.
Ahora gracias a las TIC se cuenta con nuevos canales de comercialización, especialmente los virtuales. Cada día salen al mercado nuevos productos y servicios que se promocionan a través de las redes sociales. Existen nuevas tendencias de mercadeo como el marketing sensorial, el marketing de redes sociales, el mercadeo en línea y el comercio electrónico. La explosión de dispositivos móviles, está cambiando radicalmente las formas de hacer publicidad y promocionar los productos y servicios.
Todos esos cambios en hábitos de consumo, patrones de compra, medios de comunicación, canales de distribución, tecnologías, procesos de gestión y un sin número más de aspectos novedosos, demandan una nueva forma de gestionar las organizaciones. Por lo tanto; innovación, desarrollo organizacional y estrategia deben caminar por senderos paralelos.
De acuerdo a la experiencia profesional, se ha podido observar que las empresas del área Centroamericana y en particular las salvadoreñas, son muy dadas a copiar lo que va llegando como corrientes administrativas y mercadológicas de otras regiones y países más desarrollados y en lugar de establecer un proceso para innovar, se apresuran a copiar lo nuevo que ha funcionado en otros mercados.
Se puede decir que son especialistas en adaptar las modas y lanzarlas como propias, de ahí que la expresión "no tenemos que inventar la rueda" es muy común en el medio salvadoreño, pero si bien no es necesario realizar esfuerzos vanos, es más valido pensar en invertir recursos que garanticen que en algún momento se puedan inventar nuevos procesos y productos, así como generar ideas que le otorguen a la organización una ventaja competitiva, en lugar de simplemente ser seguidores o copiadores reactivos a tendencias.
Por tanto al considerar los resultados de la investigación se deben repensar la valoración, la idea y los conceptos administrativos relativos a las formas de hacer innovación. Debe asignársele una prioridad mayor al proceso de innovar y dejar de verlo como algo que surge espontáneamente, para verlo más con un enfoque integrado al planeamiento estratégico y al cambio organizacional.
Administrar en un entorno de negocios más difícil y de mayor complejidad requiere de una actitud del liderazgo ejecutivo y empresarial que muestre apertura a nuevas ideas y a nuevos métodos y tecnologías. Pero la innovación trae confrontación con las posiciones gerenciales acomodadas a un esquema de trabajo tradicional, basado en el esfuerzo y la dedicación, pero que no da paso a la incorporación de nuevas metodologías, nuevos diseños y nuevos estilos de ejecución y gestión.
Atentar a desafiar la comodidad de los enemigos del cambio y de la innovación empresarial, puede ser un atrevimiento peligroso para los jóvenes ejecutivos formados con nuevos criterios, pero es necesario que se realice para sacar de la comodidad en la que muchos ejecutivos de la alta gerencia se han establecido, impidiendo el desarrollo y modernización de sus organizaciones.
Si bien la innovación se hace más necesaria en un entorno de negocios de mayor complejidad, no todas las organizaciones ni todos los líderes gerenciales están capacitados para llevar a cabo un proceso que establezca la innovación como un factor esencial para un buen desempeño ejecutivo.
Al asignarle a la innovación la categoría de factor clave para el éxito y determinante de mayores niveles de crecimiento y desarrollo económico, habrá que tomar conciencia que para lograr resultados sostenibles en el tiempo, no basta con la realización de un proyecto de reingeniería o adoptar ciertos cambios organizacionales para ser más creativos o pensar que procesos de mejora continua y similares pueden sustituir la ruta de la innovación.
Para que se logre el máximo fruto de la innovación, organizacionalmente hablando, se requiere y demanda de la formulación y establecimiento de un proceso, de una estructura y de una cultura, todo ello en armonía con la estrategia de mercadeo y el planeamiento estratégico corporativo de manera integrada, el que a su vez deberá estar definido formalmente y comunicado ampliamente.
No cuesta aceptar que la innovación se convierte en un medio para alcanzar objetivos estratégicos, sin embargo, no basta con tener el consenso de su valor, es indispensable establecer y seguir un proceso que garantice el que una organización será innovadora, se mantendrá innovando y que cosechara de sus frutos a largo plazo.
Un proceso de innovación requiere de patrocinadores de alto nivel gerencial que lo impulsen y respalden, de otra manera estará destinado al fracaso.
El liderazgo gerencial es el factor más importante en el establecimiento de una cultura organizacional. Este debe estar abierto a confiar en las personas y permitir cierto nivel de errores, eso permite avanzar en el establecimiento de esta cultura, ya que siempre habrán fallas cuando de cambios y novedades se trata, pero si no se tolera cierto nivel de error, se mata la generación de nuevas ideas y las personas se cierran a formular propuestas novedosas, quedándose acomodadas al estatus tradicionalmente aceptado, lo cual puede ser muy peligroso.
La innovación requiere también, establecer un presupuesto de gastos e inversiones contempladas en el plan anual operativo, ya que si no se dispone de fondos difícilmente se puede avanzar, además es lógico que no puedan esperarse resultados diferentes invirtiendo y haciendo siempre lo mismo.
La innovación se debe entender como parte del ADN de una organización, debe verse en un sentido cultural y de aspiración, más que simplemente como un factor que brinda alguna ventaja competitiva y menos solamente como una vía para vender más. Visto de esa manera, llega a ser responsabilidad y domino de toda la organización y no patrimonio de un experto o dueño del concepto.
Para que la innovación se establezca firme en una organización deberían tomarse como sugerencia los siguientes aspectos:
1- Formular ciertas preguntas para evaluar las posibilidades de convertirse en una organización innovadora. Estas preguntas incluyen; ¿cuáles son las ventajas de tener un proceso sistemático de innovación?, ¿Cuál sería el objetivo pretendido con una estructura de organización orientada a la innovación?, ¿Qué riesgos corremos si no alcanzamos un nivel mayor de innovación?, ¿podemos competir exitosamente si seguimos haciendo lo mismo?, ¿Qué aspectos culturales deben cambiarse para llegar a ser una empresa innovadora? Y finalmente si ¿tenemos y estamos dispuestos a asignar los recursos necesarios para realizar un esfuerzo que conlleve a establecer la innovación como un factor clave para el éxito?
2- Realizar una reunión del comité directivo al máximo nivel, con la ayuda de un consultor especializado en innovación, que oriente una discusión tendiente a determinar una ruta para convertir la organización en una institución de vanguardia e innovadora.
3- Fijar objetivos y metas relacionados con el proceso de llegar a convertirse en una organización innovadora y determinar claramente cómo se van a medir.
4- Delegar en el ejecutivo al más alto nivel y a cargo de la empresa, para que con la ayuda de su equipo gerencial, integre un grupo de líderes comprometidos con la innovación y asuman la responsabilidad de: incorporar la innovación a la estrategia de mercado, sistematizar el proceso de innovación, definir e implementar los cambios organizacionales requeridos, impulsar y establecer una cultura innovadora a lo largo de toda la organización y medir los logros que todo el proceso genera.
Podemos resaltar que innovar no siempre es una opción, muchas veces es una demanda generada por el medio, por la competencia y por los cambios tecnológicos y mercadológicos y requiere tomar decisiones oportunas, para no tener que hacerlo bajo presión, con mayores posibilidades de equivocarse.
Siempre será mejor innovar de manera planificada que reaccionar ante las crisis, ya que las consecuencias de no hacerlo pueden llevar hasta la salida de un mercado y aun a la quiebra de una empresa.
Si bien la innovación es un factor intrínseco a la naturaleza humana, este debe encausarse para impactar al máximo a una organización, siendo la responsabilidad del liderazgo proveer los canales para que ese factor encuentre un curso libre por donde fluir.
La resistencia natural al cambio es el obstáculo a vencer para los lideres innovadores, para ello deben poseer ciertas cualidades como son la persuasión, la perseverancia, la habilidad para comunicar ideas y el ingenio para encontrar rutas alternativas que no quebranten la unidad del equipo de liderazgo.
No cualquier persona puede comandar un esfuerzo como el recomendado, se deben buscar talentos de inteligencia superior al promedio, con mente inquieta y muy amplia, creativa, dinámica y perseverante, rebeldes a la rutina tradicional, pero respetuosos del orden, de la planificación, de la estrategia y de la eficiencia operativa, todo ello aunado al rendimiento de cuentas.
No siempre se encuentra talento idóneo para llevar a cabo un proceso como el referido, pero aun con las limitaciones del caso, es fundamental iniciarlo y preferible a quedarse a la espera de una mejoría en el entorno económico, con la esperanza de que tiempos mejores llegaran a las empresas para hacerlas avanzar, cual velero que recibe afortunado un viento inesperado.
A nivel macro, la economía salvadoreña se ve negativamente afectada en buena parte porque la innovación es un tema con un gran déficit, no se ha logrado avanzar y está pobremente desarrollado.
La legislación en materia de innovación ciencia y tecnología es prácticamente inexistente, ya que en febrero de 2013 fue formalmente derogado por la Asamblea Legislativa, después de 20 años de existencia, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Entidad con el máximo rol y autoridad en materia de política científica y tecnológica en El Salvado.
No obstante, el 14 de diciembre de 2012 fue aprobada por decreto legislativo numero 234, la Ley de Desarrollo Científico y Tecnológico, para fortalecer el avance de la innovación, la ciencia y la tecnología, pero lamentablemente aún está pendiente su total implementación.
Tanto las universidades, el gobierno y el sector privado son responsables de llegar a la formulación y puesta en marcha de una política y un plan nacional de largo plazo que favorezca la innovación y tenga como meta, no innovar en sí, sino despegar económicamente hasta llegar a ser una nación desarrollada. Pensar en menos es pensar en forma mediocre y ser carente de una visión de avanzada.
Se puede afirmar, en base a todo lo expuesto, que la innovación no se produce en forma automática, por el contrario, hay que fomentarla, incentivarla y encausarla.
La economía salvadoreña para salir de la difícil situación en que se encuentra, caracterizada por lento crecimiento económico, elevados niveles de endeudamiento, reducidas oportunidades de inversión, elevado déficit fiscal, desempleo y falta de capacidad generadora de nuevos empleos, pérdida de competitividad y grandes niveles de pobreza y marginación social, necesita liderazgo comprometido y determinado a salir de la crisis y llevar a la nación a ser parte del concierto de los países con los más altos índices de desarrolla humano.
Necesita un liderazgo visionario, capaz de trabajar por el país más que por intereses personales.
Necesita un liderazgo honesto y hábil para dirigir de manera eficiente, productiva y competitiva, no solo las empresas privadas, sino también las instituciones públicas y las universidades y demás organizaciones claves para el funcionamiento del estado y para la sanidad de la nación.
Necesita un liderazgo sin sesgo político ni ideológico, sesgo que pone en riesgo la capacidad de aunar esfuerzos con todos los sectores de la sociedad salvadoreña, a fin de abrir las rutas que lleven al progreso y desarrollo de la nación.
El tren de la innovación llega en el momento preciso a cada estación, perderlo por falta de visión, capacidad o incomprensión de su valor, puede ser traumático para El Salvador, así es que esta tesis doctoral no solo se convierte en una investigación de corte académico, sino en un llamado de atención para una reacción urgente del liderazgo nacional, a fin de que atienda con prioridad lo que no puede continuar postergándose.
Tres frases de pensadores e innovadores reconocidos y una personal sirven de punto final a esta tesis:
"Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá únicamente hacia donde los otros fueron". Graham Bell.
"Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho que un caballo más rápido". Henry Ford.
"Cuando el ritmo de cambios dentro de la empresa es superado por el ritmo de cambios fuera, el final está cerca". Jack Welch
Solamente una sociedad que busca a Dios de todo corazón, recibe ayuda sobrenatural, para crear e innovar por encima de lo natural.
Bibliografía
LIBROS
Alan West, Estrategias de Innovación, Madrid, Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica (2002).
Alice Lam, Alternatives Societal models of learning and innovation in the knowledge economy, International Social Sience Journal, 17, (2002), Pág. 67-82.
Amparo Moraleda, La innovación clave para la competitividad, Universia Business Review, (2004), Pag 128-136.
Andrew, J.P,Sirkin, H.L ,Explota tu innovación, Madrid, Harvard Business School Press. Lid Editorial. (2008).
Burns, T, G.M. Stalker, The Management of Innovation, Londres, Tavistock, (1961).
Candelaria Marcías, La Creatividad e Innovación Empresarial: La tutela del diseño Industrial en el Mercado Interior. Bilbao, Eurobask, (2007).
Casado Cerviño, A, Globalización y Propiedad Industrial, Zaragoza. La Respuesta Comunitaria, Realizaciones, Informes y Ediciones. (2004).
Castro, S, Guía Práctica de Vigilancia Tecnológica, Pamplona. Agencia Navarra de Innovación (2007).
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |