- Abstract
- Los
factores biológicos - Los
factores sociales - La
psicología del sobrepeso - En
resumen - Bibliografía
Abstract
Obesity is, as you know, from visiting
this portal and reading my articles, something beyond eating too
much and too little activity.
Read on and
learn…
Este modelo propone que las influencias
biológicas, las del entorno y las psicológicas
participan en la génesis de toda enfermedad, tanto
física como emocional.
Reloj biológico
La obesidad, en algunas de sus formas,
puede clasificarse como una tendencia ingénita adaptiva
descarrilada. Apuntalada por fuerzas del entorno, como respuesta
a comidas que pueden conducir a la acumulación de
energía en exceso, en la forma de grasa. Y de factores
psicológicos como son el estrés, la baja
autoestima, los comportamientos adictivos, y genéticos,
como puede ser la depresión entre otros.
Así engordamos…
Los factores
biológicos
Estos constructos, o paradigmas
hipotéticos, no han demostrado su relevancia esperada en
la explicación de la gordura, ya que tenemos suficiente
evidencia de que, cuando éstos se analizan sobriamente, en
aislamiento, nos ofrecen evidencias contradictorias.
Un ejemplo, ampliamente reconocido, del
impacto tenue de sus influencias, se observa en la historia
reciente de los indios Pima, residentes de los Estados Unidos,
contrastada con los que viven en el norte de
México.
Mientras que, los Pima norteamericanos, son
considerados, como una de las poblaciones más obesas del
mundo, los mismos indios, residentes de México, son modelo
de la idoneidad física, cuya actividad y dieta contrastan
enormemente con la de sus homólogos que viven al otro lado
del Río Grande, y con todos los residentes de los Estados
Unidos.
Entorno
¿Cómo es posible que esto
suceda, si genéticamente, ambos grupos son
idénticos?
Quizás sean, las diferencias
económicas que entre ellos existen, permitiendo a ambos
grupos estrategias diferentes de alimentación.
Otras poblaciones que sufrieron efectos
adversos, resultados de la prosperidad económica, fueron
los habitantes de las Islas Nauru y los aborígenes
australianos.
Otras razones son posibles para aclarar
este fenómeno
La teoría del set point, como
explicación posible entre la acumulación grasa
entre grupos con las mismas constituciones
demográficas
Si, acerca de esto, se consideran los
muchos artículos escritos acerca del termostato
biológico (set point) para la distribución
y preservación de la grasa que acumulamos, se llega a una
conclusión sorprendentemente extraña:
Que ganar y perder mucho peso es asunto muy
difícil — aunque, esto, sea algo, que muy pocos
creerán.
En su contribución a mi Simposio
en las enfermedades del comer, el destacado investigador del
sobrepeso, William I. Bennett, presenta — lo que a muchos
aparenta, como si implicara — que la obesidad es
destino, como se atribuye, a su vez, a Freud, la
máxima que la anatomía es destino.
En otras palabras, que existe un
determinismo biológico que está predeterminado en
el organismo de los miembros de nuestra especie — como,
asimismo lo está en otras — para determinar
cuánta grasa cada individuo acumulará y
retendrá por toda su vida.
Mecanismo, que nos impide ganar de peso
fácilmente, o disponer de nuestras gorduras a nuestro
antojo.
Estresado
Lo que significa, que, ¿si somos
gordos, gordos viviremos…?
Por tanto, el rol de la biología,
por sí sólo, es muy tenue — en lo, que a la
gordura concierne — a menos que consideremos "gordura",
asimismo, trastornos como son el síndrome adiposo genital
o el de Prader Willi.
Los factores
sociales
Hoy se entienden que son inextricables de
los genéticos, porque se reconoce que ciertas tendencias,
resultados del aprendizaje y de la influencia social, son pasadas
meméticamente, a generaciones futuras.
Estas nuevas visiones de la herencia,
ganaron, en el 1953, el Premio Nobel en fisiología y
medicina, a la Dra. Bárbara McClintock, por su
descubrimiento de los genes saltantes, como hemos visto en otras
de mis ponencias.
Visiones que, fueran transformadas por
muchos intelectos — entre ellos, Richard Dawkins — quien en
su libro The Selfish Gene, ha dado credibilidad a una
nueva perspectiva de organización científica que
puede aplicar a las causas de la propagación de la
obesidad epidémica.
Esta tendencia se describe mejor como la
epigénesis.
En otras palabras, que reglas de
índole sanitarias practicadas por algunas tribus de monos,
en torno a la alimentación, son preservadas
genéticamente (o meméticamente) como memorias, y
pasadas a sus descendientes, mientras que monos similares, que no
las poseen — porque no las aprendieron — ni las practican, ni
las transmiten a sus descendencias.
Entonces, es posible, que la
globalización y la uniformidad — consecuencia en la
alimentación humana — resultado de la presencia de los
fast food por todas partes, puede representar una enjuta
evolutiva (spandrel), que transformó la capacidad
de acumular la grasa para luego perderla —
característica de nuestra especie — en una capacidad, a
veces, debocada en extremo.
Genética humana
Las influencias sociales en nuestro género, las hemos
visto muy impresionantemente, en las varias enfermedades que
definieran épocas históricas, como
metáforas, y presiones del entorno que, sorprendentemente
tuvieran repercusiones en generaciones futuras como fuera
explicado en mis artículos: La obesidad como
metáfora de nuestro tiempo (en
monografías.com) y, El Invierno del Hambre
Holandés y su efecto en la salud: Entendiendo la ciencia
epigenética. Publicado el 27 de Diciembre del 2009 en
el blog Sistema Límbico.
Puede decirse, con mucha parsimonia, que en lo que respecta al
origen de nuestra obesidad actual, el "jurado aún
está encerrado, deliberando, para dar su
veredicto…"
La psicología
del sobrepeso
Por supuesto, la parte cuyo estudio más nos importa, es
la que los elementos psicológicos contribuyen como piezas
de este rompecabezas insoluble.
Como parte de un mosaico de artículos que publicara en
monografías.com, bajo el nombre de La obesidad como
trastorno de las emociones, incluyo al final, un
acápite bajo el título de La dieta para
adelgazar: Injerencia inaceptable.
De este último extraigo lo siguiente:
"La semana pasada, un reporte
apareció en varios periódicos estadounidenses
describiendo el hecho paradójico, de que el americano,
yéndose a las dietas, no sólo no perdió peso
alguno, sino que el porcentaje de los obesos saltó del 25%
al 65.4% en los últimos diez años. Muchos de los
programas dietéticos, los cuales el año pasado
ganaron más de 80 mil millones de U.S. dólares han
comenzado a sentir la presión pública de
sus críticos en el congreso de los Estados Unidos y en
la clase médica responsable.
Epigenética
"La pregunta es: ¿porqué
un plan tan ambicioso como lo fuera el de eliminar la
obesidad universal en Norteamérica resultó en un
porcentaje mayor en la incidencia y en la frecuencia con que se
detectaría la obesidad? ¿Por qué
contribuyó a la epidemia de la anorexia y de la bulimia
nervosa que le costaran las vidas a tantas mujeres
jóvenes, o que les arrebatara la felicidad a tantas
otras?
"Como ya habrán aprendido
quienes sigan esta columna regularmente; el acto de "irse" (o de
ponerse) a la dieta crea un estado conflictivo en nuestro cuerpo,
en centros los cuales no están sujetos a nuestro control
volitivo. Consecuentemente, el cuerpo "interpreta" la
restricción alimenticia como evidencia de
una crisis inminente. Preparándose para ello,
efectúa cambios fundamentales, como es mejorando
el metabolismo, tornándolo más eficiente,
resultando en la acumulación más rápida en
forma de grasa de los alimentos consumidos. Esto puede resultar
en la obesidad.
"En las anoréxicas, el cuerpo,
no tiene la oportunidad de vencer las defensas estoicas y
espartanas erectas por mujeres cadavéricas y
ascéticas, cuyas distorsiones psíquicas son
controladas por la inanición presente en ellas; resultando
en su caso, en un estancamiento físico que puede
repercutirles en daños permanentes y aún en la
muerte.
"En las bulímicas, el hambre
socava la decisión a no comer y sus víctimas se
encuentran atrapadas en un círculo vicioso que se puede
encapsular mejor en las palabras de una paciente joven:
"Jartura-purgar-jartura-purgar… para siempre". Pero esto
también puede resultar en detrimentos a una variedad de
órganos y, también, puede resultar en
la muerte."
En resumen:
"La dieta para adelgazar no es ni buena
ni es saludable. Sus resultados positivos no son ni permanentes
ni han sido comprobados por el uso del método
científico.
"Duden a quien que les prometa que les
puede "ayudar" a perder unas libras, eliminando lo que se come,
mientras se padece del hambre.
Genes saltantes
"Las pastillas de dieta, y las comidas
dietéticas son malas para la salud.
"Los gordos no sufren de
hipotiroidismo… los gordos sufren de
una autoestima disminuida por el hecho de que nadie les
ha podido ayudar a perder la gordura — ya que sufren de los
efectos de esa cuarta disorexia: La dieta para
adelgazar…"
La obesidad — precedida por la anorexia nervosa —
quizás sea el más psicosomático de todos los
trastornos psicosomáticos conocidos.
No existen dudas de que las hormonas ghrelina y leptina son
vitales en el acto de iniciación —quizás del
mantenimiento de la acción misma — y de la
terminación de una comida, en algunos vertebrados, por lo
menos así creemos.
Pero, como hemos visto, en tantas de mis ponencias, esto no
nos dice toda la historia que hay que saber.
Los factores psíquicos asimismo juegan un factor muy
poderoso, en la iniciación, el mantenimiento y en la
cesación de la actividad de comer.
La experiencia clínica nos dicta que el tratamiento de
las anoréxicas y bulímicas, utilizando
métodos meramente conductistas, no dan resultados
permanentes, porque soslayan las razones por la cuales los
pacientes fueran víctimas involuntarias de su
trastorno.
No todos los gordos se adaptan al paradigma ajado del sistema
fiduciario, ni todos comen porque la comida les sabe bien.
Muchos comen, sabiendo que lo hacen, sin tener hambre, porque
lo hacen precisamente, cuando ya no les cabe nada
más comida — tan repletos se sienten, antes de seguir
comiendo.
Lo mismo resulta siendo el caso en muchas situaciones en la
cual el síntoma es el sobrepeso en todas sus
manifestaciones, o la obesidad en sus formas extremas.
La prueba del malvavisco
Pero, no todo se explica con la falta de fuerza de
voluntad.
Como describo en la entrada en este blog,
DAU: O la repetición compulsiva: De cómo aplica
al ser gordo, de fecha 2 de enero, 2010: "En su sentido
de una realidad ofuscada, confunden las prioridades que exige que
el deber se ponga por delante del placer, poniendo por delante,
en su lugar, todo aquello que les proporciona
gratificación, a aquello que les aporta
ventajas".
Lo que, claramente significa que no pueden
soslayar sus tendencias — en estos casos — de índoles
narcisista, aunque no niego la participación de las
actividades del centro del placer en estas
situaciones.
Una mujer de cuarenta años,
víctima de muchos problemas emocionales, los que nunca
tuviera oportunidad de resolver, pesando 190 lb con una estatura
de 5"4" se somete a una cirugía
bariátrica.
Decisión, clínicamente, tan
insensata, como cuestionable.
La conocí cuando consultara, debido
al hecho de que su mejoría de índole
psicológica fue breve, ya que los piropos que todos le
proferían no lograban extinguir la llama de su angustia
por circunstancias pasadas de índoles
negativas.
Acerca de esto último he dicho:
¿Motivación o fuerza de
voluntad?
"La palabra "motivación'
está contenida en el título de esta lección
por una razón específica. Ya que ésta es, se
supone, la que nos impele a todos a perder el peso que nos hace
la vida imposible. "Motivación" es palabra que muchos
conocen mejor como "la fuerza de voluntad".
"¿Por qué (tantos que
acumulan libras que rehúsan a salir de sus cuerpos) fallan
en enjaezar esa fuerza de voluntad o motivación que
obtendría sus anhelos haciéndolos
felices?
¿Cirugía bariátrica
para ellas…?
"Porque esa fuerza de voluntad no es
un pensamiento que existe en aislamiento total, como si
fuera una virtud moral del que algunas personas
carecen.
"No. Esa fuerza de voluntad forma parte
de sistemas complejos que involucran la dualidad
indivisible del cerebro y de la mente
(su función).
"Los sistemas que aquí entran
en acción regulan nuestras emociones, y
viajan por los tres cerebros que hipotéticamente
están representados anatómicamente en el
nuestro.
"En el tratamiento del obeso, las
emociones y sus afectos son importantes. Los aspectos
del desarrollo personal del obeso y de sus habilidades
innatas para auto-regularse, asimismo hay que considerarlas. Hay
que determinar si la comida ha adquirido representaciones
morbosas en los centros del placer que existen en varios lugares
en el cerebro, además de radicar esencialmente en el
hipotálamo.
"Entonces y, por medio de
un programa de terapia cognitivo-catártico puede
lograrse la meta elusiva de la "cura" de la gordura,
que consiste en la pérdida de peso permanente y sin la
secuela habitual de su retorno tan inevitable como infausto e
inefable.
"Pero lograrlo, como ya sabemos, no es
fácil, aunque no es del todo imposible."
En
resumen
Mientras el tratamiento de la obesidad se
conduzca de manera mecánica, nunca las libras perdidas,
lograrán hacer paz con los demonios internos que las
causan, ni las mejorías serán permanentes, aunque
les eliminen todo el estómago.
Bibliografía
Larocca, F: (2007) La obesidad como
trastorno de las emociones en monografías.comLarocca,
F: (2007) Las políticas de la gordura…
en monografías.comLarocca, F: (2007) La
motivación en el tratamiento del sobrepeso en
monografías.comLarocca, F: (2007) El patrón
genético de la adicción al tabaco, al alcohol y
a las drogas en monografías.comLarocca, F: (2007) La Anorexia
nervosa: La Realidad y los Hechos: Así Hablan los
Expertos en psikis.cl y en
monografías.comLarocca, F: (2007) La
psicología del comer y el beber: Partes (I) &
(II) en monografías.comLarocca, F: (2008) La obesidad
morbosa, la reducción del estómago y la
epigénesis en psikis.cl y en
monografías.comLarocca, F: (2009)
Epigénesis: Nueva ciencia que revoluciona la
medicina y la psiquiatría en psikis.cl y en
monografías.comBennett, W: (1984) Dieting:
Ideology versus physiology en: Larocca, F. (editor):
(1984) The psychiatric Clinics of North America Vol.
7, No. 2 pp. 321-334 W. B. Saunders
Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca