Convierta la crisis en la oportunidad, la
profunda movilización de la energía que nos
proporciona el conflicto, el desbalance o desequilibrio
es en nuestra naturaleza dinámica la principal
fuente para el cambio en bienestar. Es el proceso y la
oportunidad más hermosa que nos brinda la
naturaleza, siempre establezco un símil con los
árboles en el verano, se secan hasta el punto de
perder su última hoja, al poco tiempo el verdor
renace de la nada, este es el ciclo eterno que nos brinda
como ejemplo lo obvio, el contacto y la retirada, el
terminar para reiniciar, la insatisfacción para la
satisfacción, la crisis para la
oportunidad.
Siempre la conciencia ecológica, el
equilibrio dinámico de las totalidades integradas,
la noción de ser parte de un sistema, el contacto
armónico con todo lo que nos rodea, el profundo y
sagrado respeto hacia el que es diferente y lo que es
semejante a mí, es el único camino hacia la
construcción y la presencia. Más que
sobrevivir el clamor se encauza hacia el crecimiento y la
evolución.
Dé valor al papel armónico y
complementario de los sexos, la realidad
contemporánea nos indica que la mujer inteligente,
sensible, emocionalmente equilibrada, profesional y
responsable está sola. Esta triste
afirmación invita a un profundo y serio
análisis en sus dimensiones sociales, sobre todo
al momento de considerar que el ser humano no se
perpetúa en soledad. Asumir la necesidad de la
vinculación hombre – mujer es ante todo dar valor
y apreciar la amplia gama de enseñanzas que nos
permite la comprensión de las diferencias
individuales. En todo lo anterior radica un hecho obvio:
la mujer no es hombre, el hombre no es mujer, asumir la
organización de las relaciones basadas en la
complementariedad y solidaridad entre "las dos mitades de
la humanidad" (Eisler) evitaría la
polarización y la soledad. Al final hay que
aceptar que la vida es mujer: el potencial proveedor,
integrador, cooperador, conservador y sensible esta
allí, dispuesta al encuentro, no a la
explotación.Tome conciencia de las adicciones, toda
adicción evita el contacto con la
emoción.Acepte que el sueño es el mensaje, el
contenido onírico es el mejor mensaje que tenemos
de nuestra existencia y de las necesidades que aún
no han sido satisfechas, reasimilando las partes negadas
y evitadas de nuestra personalidad podemos encontrar el
camino real hacia la satisfacción individual y
relacional.Aliméntese de las emociones que nutren,
la alegría, el placer, el amor.Dese cuenta de las emociones que lo afligen, los
estados aflictivos como la rabia, la hostilidad, la
tristeza, la depresión, la culpa y el
resentimiento ejercen impacto negativo en el sistema
inmune y por lo tanto sobre la salud.
Exprese sus sentimientos con inteligencia
emocional, aunque pudiera sonar a lugar común,
considero que el respeto a la sabiduría que nos
antecedió en todos los tiempos cobran un
particular valor, por eso me atrevo a citar de nuevo a
Aristóteles, quien lo expresó mejor que
nadie hace unos cuantos siglos: "Cualquiera puede ponerse
furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la
persona correcta, en la intensidad correcta, en el
momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma
correcta… eso no es fácil". (citado de Daniel
Goleman)Estimule las relaciones, el vínculo
emocional estrecho con un ser querido es un factor
considerado científicamente como un protector de
la salud. El aislamiento social y la soledad prolongada
sencillamente enferman.Fomente la calidad en las relaciones, no
sólo el número es importante, parece
más significativo el tener con quien compartir los
sentimientos íntimos y mantener un contacto
estrecho. El psicólogo Cacioppo afirmó:
"Son las relaciones más importantes de la vida,
las personas que uno ve día tras día, las
que parecen cruciales para la salud". Recuerde esta frase
siempre que se encuentre con la pareja, la familia o en
el trabajo.Cultive la creencia en un ser superior y la
compasión, se ha comprobado que la curación
tiene más conexión con una actitud de
empatía, solidaridad, esperanza y fe que con las
intervenciones técnicas y
farmacológicas.
Para el Dalai Lama la compasión y el
altruismo son cualidades necesarias para ser atraído
de forma natural hacia nuestros propios recursos
internos.
Deje pasar, perdone, el cristianismo por medio
de Jesús nos enseña la importancia de su
práctica. Es el mejor antídoto contra el
resentimiento y evita cargas emocionales innecesarias, la
sabiduría popular bien dice que rectificar es de
sabios.Aliente la paciencia y la tolerancia, son las
virtudes de la salud, recuerde que todo tiene su momento,
la paciencia y la tolerancia evitan el malestar de la
rabia y la frustración, que se culpe a los
demás y se guarden rencores, además de
disminuir los enganches y rebusques emocionales con otras
personas. Los problemas de salud crónicos
están asociados con la impaciencia y la
intolerancia, ambas desencadenan ira, hostilidad y hasta
agresión.Aliméntese con sabiduría y placer,
su cuerpo y sus emociones son el reflejo de lo que usted
ingiere. El equilibrio en la cantidad y la calidad de los
alimentos provee la energía necesaria a su
organismo y mente. En los alimentos se encuentran las
moléculas necesarias para prevenir o curar algunas
enfermedades, de hecho las infinitas combinaciones que se
pueden alcanzar a la hora de comer hacen de la
alimentación la mejor aliada de la
salud.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO
BASE DE ÉXITO PERSONAL
Hoy en día, sabemos que para conseguir
éxito en la vida, tanto en el plano personal como
social, no es suficiente obtener buenas notas y tener un
coeficiente intelectual alto, existen otros factores
esenciales, habilidades personales que harán posible
nuestro ajuste social y emocional. El manejo inteligente de
las emociones propias y ajenas es lo que hará que las
personas se sienten competentes y felices.
De esto trata la inteligencia emocional, definida
como la capacidad para expresar y manejar sentimientos. Ha
sido estudiada muchos psicólogos que notaban que no
necesariamente las personas eran exitosas por tener logros
académicos sino por poseer la facilidad de canalizar
sus emociones y lograr un equilibrio entre lo racional y lo
emocional.
"Somos un cuerpo inteligente porque nadie le dice
al corazón que palpite. Además, somos una mente
que piensa y razona; somos seres emocionales y somos seres
espirituales. Todo esto es un ser humano", dice el
investigador.
La inteligencia emocional ha tomado particular
relevancia en los últimos años en los que se ha
comenzado a abandonar la idea de que la razón es
preponderante a la hora de tomar decisiones, del quehacer
laboral y al momento de relacionarse con las demás
personas. Según Jorge Fiszer, un especialista en
procesos de aprendizaje, "durante muchos años se ha
ignorado la inteligencia emocional y se ha creído al
ser humano como una especie de máquina de pensar, como
que nuestro cerebro era una pieza mecánica y que el
producto salía por la boca o escribiendo, pero lo que
se viene desarrollando es que las emociones son tan
importantes, por lo menos tanto como el razonamiento
lógico".
Esta teoría reconoce a los seres humanos como
seres inteligentes, emocionales y espirituales con valores
que hablan de su esencia más pura; y es en
función del aprendizaje de conocerse y reconocerse a
sí mismo que se puede ser un poco más
inteligente cada día. Para Fiszer, "la inteligencia
emocional es aprender a manejar nuestros deseos, principios,
valores, preferencias, emociones y aprender de la parte
racional".
Como detalle anecdótico, relata que "en 1996,
llegaba a una empresa a hablar con el gerente de Recursos
Humanos para ofrecerle una charla de inteligencia emocional y
¡me hacían una cara!, pero ahora casi el 70% de
quienes llaman son empresas internacionales". Y prosigue:
"Ahora las empresas toman conciencia de que para conseguir
menor ausentismo laboral, mejor clima de trabajo y mayor
productividad; al funcionario hay que darle un marco de
contención para sus emociones. Eso es la inteligencia
emocional, no sólo para el estudio, sino para el
trabajo de todos los días", explica.
Dentro de este conocimiento y de la
utilización inteligente de las emociones, Fiszer hace
dos diferenciaciones: la inteligencia interpersonal y la
inteligencia intrapersonal.
Inteligencia interpersonal
"Es el liderazgo, la capacidad de cultivar
relaciones, mantener amistades, resolver conflictos y tener
destreza de análisis social. Esta clasificación
que hacen los primeros autores de inteligencia emocional es
la distinción entre ser inteligente emocionalmente
para uno mismo o para sentirse mejor y elevar su autoestima,
controlar sus impulsos, conectar el cuerpo con las emociones,
porque cada emoción tiene una consecuencia
fisiológica. Estas emociones están en el
cerebro", detalla el especialista.
Inteligencia intrapersonal
"Es el acceso a la vida emocional, conocer los
sentimientos, saber discriminar emociones e interpretar
conductas por medio de emociones. Esto es lograr captar en la
otra persona para saber qué está sintiendo para
poder ayudarlo. Es pensado para mejorar la calidad del
individuo en la sociedad con su pareja, hijos, socios,
empleados o amigos. Es reconocer las emociones cuando se
producen y aprovecharlas, pero éstas nos pueden ayudar
o perjudicar. Eso depende de la gestión. Por ejemplo,
a una persona le dicen: no aprobaste un examen, y esa persona
se puede deprimir y deja de estudiar, pero eso mismo se le
dice a otra persona y más bien lo estimula y va por la
revancha.
Alguien podría decir que es malo tener miedo,
pero eso nos protege, pero si se tiene pánico, que es
el miedo fuera de control, sí puede causar peligro. O
tener tristeza no es malo, pero la depresión sí
es muy destructiva; tener cólera a diferencia de la
ira desenfrenada, cada emoción puede ser constructiva
o destructiva.
Si usted no sabe controlar esa emoción es
destructiva, porque le hace daño a la persona o a
otros".
Inteligentes y emocionales
Para Fiszer, la alternativa para ser un poco
más inteligentes cada día es "preguntarse
qué puede hacer uno mismo para mejorar, a partir de la
toma de conciencia de que las personas pueden empezar a
mejorar por medio del trabajo de la observación, de la
reflexión personal", explica. "Cuando éramos
chiquitos nos enseñaban acerca de los cinco sentidos,
como ventanas hacia el exterior, pero los sentidos
también se pueden usar hacia el interior del ser
humano, escuchando cómo habla, si es de forma
agresiva, si dice: muchas gracias, por favor, saluda con
cordialidad. Es sentir si nuestro corazón late
más rápido, si tenemos sudoración. Hay
que prestar atención a eso", y cómo se puede
mejorar cada día para sentirse mejor y profundizar la
comunicación hacia adentro, con uno mismo.
"Cuando aparece la inteligencia emocional hablando
del cerebro emocional, lo que nos está diciendo es
que, por un lado, somos un cuerpo que es inteligente, porque
nadie le dice al corazón que palpite, ¡funciona,
muchacho!, pero además somos una mente que piensa y
razona. En tercer lugar, somos seres emocionales, tenemos
alegrías, tristeza, enojo, y, somos seres espirituales
con valores. Esto es un ser humano y somos importantes.
Debemos aprender a cuidarnos, llevar una vida sana, a
querernos, a admirarnos, a aprender, siempre se puede ser un
poquito más inteligente", aconseja Fiszer.
CÓMO PIENSAN HOMBRES Y
MUJERES
Evolución del pensamiento en red
No es difícil conjeturar cómo y por
qué se desarrolló el pensamiento por pasos
masculino y el pensamiento en red femenino. Hace un
millón de años, el hombre primigenio
encendía fogatas, realizaba hachas de piedra y cazaba
grandes animales en África oriental. Cuando
perseguían a estas peligrosas bestias, los hombres
tenían que concentrarse: vigilando tras los
matorrales, agachados junto a un abrevadero, pasando
sigilosos junto a un leopardo dormido en un árbol,
siguiendo las huellas de enfurecidos animales heridos y
atacándolos en el momento oportuno. Un siglo tras otro
de este arriesgado quehacer habría favorecido a los
que pudieran centrarse más en la tarea, pues los que
no prestaran una estricta atención serían
descuartizados, pisoteados o devorados.
Así, mientras nuestros antepasados masculinos
rastreaban jabalíes y bestias salvajes, su cerebro fue
gradualmente desarrollando una arquitectura propicia para
excluir pensamientos periféricos, centrar la
atención y tomar decisiones paso a paso. La facilidad
de las mujeres para el pensamiento en red muy probablemente
se fraguó también en su ocupación
primigenia. El trabajo de la mujer ancestral era más
duro que el de todas las restantes criaturas que han pisado
la tierra: la crianza de niños con largos años
de dependencia en condiciones de gran peligrosidad. Con
objeto de sacar adelante a estos bebés inermes, las
madres primitivas tenían que hacer muchas cosas
simultáneamente: vigilar la aparición de
serpientes; escuchar el ruido del trueno; probar por si
había algo venenoso; mecer a los somnolientos;
distraer a los irritados; instruir a los curiosos;
tranquilizar a los medrosos; estimular a los lentos;
alimentar a los hambrientos. Las madres tenían que
realizar incontables labores cotidianas mientras avivaban el
fuego, cocían los alimentos y hablaban con las
amigas.
Los psicólogos sostienen que la mujer
contemporánea aprende a hacer y pensar varias cosas
simultáneamente.
No hay más que observar a una madre
trabajadora por la mañana, vistiendo niños,
preparando sus comidas, alimentando a los peces, sirviendo
los cereales del desayuno y acordando horas por
teléfono para el cuidado de los más
pequeños; y todo al mismo tiempo. Pero el talento
femenino para el pensamiento contextual –y la habilidad
asociada de realizar múltiples tareas a un
tiempo– se formó en la historia profunda. Miles
de generaciones ejecutando acrobacias mentales y
físicas en la crianza de niños desvalidos
forjaron estas increíbles habilidades en la
arquitectura del cerebro femenino.
APTITUDES EMOCIONALES Y SOCIALES
Conocimiento de uno mismo
Saber qué se siente en cada momento y
utilizar esas preferencias para orientar nuestra toma de
decisiones; tener una idea realista de nuestras habilidades y
una bien basada confianza en uno mismo.
Autorregulación
Manejar las emociones de modo que faciliten la tarea
entre manos, en vez de estorbarla; ser escrupulosos y demorar
la gratificación en pos de los objetivos; recobrarse
bien de las tensiones emocionales.
Motivación
Utilizar nuestras preferencias más profundas
para orientarnos y avanzar hacia los objetivos, para tomar
iniciativas y ser muy efectivos y para preservar frente a los
contratiempos y las frustraciones.
Empatía
Percibir lo que sienten los demás, ser
capaces de ver las cosas desde su perspectiva y cultivar la
afinidad con una amplia diversidad de personas.
Habilidades sociales
Manejar bien las emociones en una relación e
interpretar adecuadamente las situaciones y las redes
sociales; interactuar sin dificultad; utilizar estas
habilidades para persuadir y dirigir, negociar y resolver
disputas, para la cooperación y el trabajo en
equipo.
CLAVES DEL ÉXITO PERSONAL
Pueden definirse como conocimientos,
características o atributos que les pueden permitir
alcanzar el éxito a una persona. Probablemente, ya
hayamos escuchado diferentes claves para el éxito
personal propuestas por autores, emprendedores o empresarios;
pero las que les presentamos a continuación son las
claves del éxito personal que consideramos más
importantes:
Hacer lo que a uno le gusta: Si nos
fijamos en las personas que han llegado a alcanzar el
éxito, nos daremos cuenta de que todas ellas
tienen algo en común: aman lo que hacen. No basta
con desear con ansias el éxito, sino que para
conseguirlo, es necesario que nos dediquemos a hacer
aquello que nos gusta. Sólo
desempeñándonos en el campo de actividad de
nuestra preferencia, podremos sortear todas las
dificultades que se presenten en el camino hacia el
éxito, mantendremos siempre la motivación,
y podremos trabajar sin cansancio hasta cumplir nuestros
objetivos.
Ponerse objetivos: Otra de las claves del
éxito personal es establecer objetivos personales.
Los objetivos nos señalan el camino, nos sirven de
guía, nos motivan, nos permiten ser más
eficientes, nos ayudan a establecer prioridades. Lo
recomendable es establecer objetivos generales, y luego,
objetivos específicos que nos permitan alcanzar
los generales; por ejemplo, uno de nuestros objetivos
generales podría ser montar nuestra propia
empresa, y uno de nuestros objetivos específicos
podría ser reunir un determinado capital para una
determinada fecha. Pero de nada sirve establecer
objetivos si no hacemos nada por alcanzarlos; por lo que
una vez establecidos nuestros objetivos, debemos
diseñar un plan de acción con los pasos o
las acciones que realizaremos para poder alcanzarlos, y
luego, poner en práctica dicho plan de
acción.
Comprimir el tiempo: Si queremos alcanzar
el éxito, debemos aprovechar el tiempo al
máximo. Lo cual no significa que tengamos que
trabajar durante todas las horas del día, y
durante todos los días del año, sino que
significa que debemos tratar de trabajar el mayor tiempo
posible, pero sin descuidar el descanso y la
recreación. También significa que en cuanto
se presente una buena oportunidad, recabemos
información sobre ésta, la analicemos, nos
preparemos, y actuemos lo más pronto posible, sin
analizar en demasía las cosas, confiando en
nuestros instintos, y sabiendo que ya tendremos tiempo
para hacer las correcciones necesarias. Comprimir el
tiempo también significa buscar siempre la manera
de hacer más rápidamente las cosas,
procurar hacer en menos tiempo lo que suele tomarnos
mucho tiempo, y evitar hacer cosas que nos quiten el
tiempo y que nos desvíen del camino hacia el
cumplimiento de nuestros objetivos.
Saber rodearse de las personas adecuadas:
Son pocas las personas que alcanzan el éxito sin
la ayuda de los demás; en otras palabras, el
éxito pocas veces llega sólo. Por lo que
otra de las claves del éxito personal es saber
rodearse de las personas adecuadas; para lo cual es
necesario saber cultivar o desarrollar relaciones que nos
puedan ayudar en nuestro camino hacia el
éxito.
Saber rodearse de personas adecuadas también
implica saber contratar al personal indicado, lo cual
significa contratar personal bien capacitado y que nos
inspire confianza, sobre todo, si va a desempeñarse en
puestos claves en nuestra empresa o proyecto. Si decidimos
contar con socios para nuestras empresas o proyectos, debemos
elegir socios que se complementen con nosotros, que tengan
las mismas aspiraciones de crecimiento que nosotros y que,
sobre todo, nos inspiren mucha confianza.
Capacitarse constantemente: Otra de las
claves del éxito personal consiste en capacitarse
constantemente. Ya sea que tomemos cursos, asistamos a
seminarios o leamos libros, siempre debemos procurar
aprender nuevas cosas que nos ayuden a alcanzar nuestros
objetivos. No debemos asumir que ya lo sabemos todo, sino
saber que el aprendizaje nunca termina, y que siempre
habrá nuevas cosas por saber. Debemos capacitarnos
constantemente para así poder alcanzar nuestros
objetivos de la manera más eficiente posible, pero
también debemos capacitarnos constantemente para
llegar a ser especialistas o expertos en nuestro campo de
actividad, hasta el punto de llegar a ser los mejores en
éste.
Ser perseverantes: Finalmente, otra de
las claves del éxito personal y, probablemente,
una de las más importantes, consiste en ser
perseverantes. Existen muchas personas que por más
talento, conocimiento o preparación que tengan,
nunca llegan a alcanzar el éxito; sólo las
personas con perseverancia siempre lo llegan a obtener.
El camino hacia el éxito es, por lo general, un
camino largo, lleno de obstáculos, imprevistos y
dificultades, por lo que por más talento,
conocimiento o preparación que posea una persona,
si ésta no es perseverante, es muy probable que
renuncie antes de tiempo. Sólo con perseverancia
se puede hacer frente a todos los problemas que se
presenten en el camino hacia el éxito, y
sólo con ella se pueden alcanzar los objetivos
propuestos.
"Las personas con habilidades
emocionales bien desarrolladas tienen mas probabilidades de
sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar
los habitos mentales que favorezcan su propia productividad"
– Daniel Goleman
HISTORIA HECHOS REALES – DEFICIT E LA
I.E.
La Inteligencia Emocional, el factor clave en Lideres
Exitosos
Fernando y Adriana, dos excelentes y
muy inteligentes profesionales, cuyas carreras parecen haber
sido truncadas por un factor común, el
déficit de Inteligencia Emocional merecen
nuestra atención. Veamos:
Fernando, aun sobrevive como Gerente
Sénior en una importante empresa del sector
farmacéutico. Quienes lo conocieron en distintas fases
de su desarrollo profesional, siempre dieron por hecho
que su carrera profesional estaría inevitablemente
signada por el éxito y que él estaría
destinado a conquistar grandes logros, dada su extraordinaria
capacidad de análisis y su inusual habilidad para
articular un pensamiento estratégico, cuya
profundidad, visión y rigor difícilmente
podía ser emulado por los más experimentados y
talentosos directivos de su organización.
El coeficiente intelectual de Fernando coqueteaba
una y otra vez con la genialidad. Su capacidad de
síntesis no admitía parangón alguno, y
sin embargo, los crecientes roces con su equipo de trabajo,
su dificultad para controlar las emociones en momentos de
estrés, su relativa renuencia a interactuar
efectivamente con sus homólogos, y su manifiesto temor
para negociar, influir y emitir opinión en el entorno
de la Alta Dirección, determinaron que quien una vez
fuese considerado como la mejor promesa de una exitosa
carrera en roles de liderazgo y dirección, se estaba
convirtiendo en una pieza incomoda para una
organización en proceso de cambio, que afectando la
moral del equipo, la productividad de su departamento, y
deteriorando el clima laboral, ahora estaba a la espera de
una decisión dilemática del tipo "o
Fernando permanece como Especialista, ajeno al contacto con
los clientes y aislado del equipo, o forzosamente nuestra
organización prescindirá de sus
servicios".
Adriana, Ingeniero de Sistemas, desde
temprano destacó por su capacidad de análisis,
y por la pasión que una y otra vez demostró
cuando se planteaba el reto de satisfacer consistentemente
los requerimientos de negocios de su organización, y
las necesidades de sus clientes. Esta talentosa profesional
ascendió paulatinamente a roles de mayor
responsabilidad y visibilidad en distintas organizaciones,
hasta que fue designada como Gerente de
Tecnología, en una reconocida empresa del sector de
manufactura.
Desafortunadamente, Adriana enfrentó
dificultades crecientes en la interacción diaria con
su equipo de trabajo al percibir la presión de sus
Clientes Internos, descontentos con los resultados de
su gestión; no lograba influir en sus superiores como
lo había hecho en el pasado; su creatividad y sus
ansias de innovar se estrellaban una y otra vez contra el
excesivo énfasis por el control que ejercía su
jefe, un Gerente obsesivo e inseguro de sí. En
su vida personal, Adriana no encontraba la manera de
conciliar un deseable y necesario equilibrio emocional pese a
contar con el apoyo de su comprensivo esposo y disfrutar de
la presencia de su adorable bebe. Por vez primera, Adriana
estaba más enfocada en evitar cometer errores, que en
la ejecución del mapa de ruta de su desarrollo
profesional.
Su autoestima declinó gradual e
irreversiblemente, hasta que llegó el momento crucial
de enfrentar su único fracaso profesional, al momento
de ser despedida de la empresa.
Fernando y Adriana, son elocuentes ejemplos de
excelentes profesionales que pese a su elevado coeficiente
intelectual fracasan en su gestión como gerentes y
Líderes al evidenciar un déficit de
Inteligencia Emocional. Las carreras profesionales de
Fernando y Adriana no tienen porque haber llegado a su fin ni
haber alcanzado un techo infranqueable, siempre que ellos
reconozcan con humildad lo que está sucediendo,
estén dispuestos a aprender, a aceptar la ayuda de
otros, y a decidir todo cuanto sea necesario hacer para
cambiar patrones de comportamiento y desaprender conductas y
hábitos inoperantes, que ahora no son suficientes ni
necesarios para justificar su evolución, garantizar su
éxito y potenciar su futuro Crecimiento
Profesional.
Estamos hablando del rol de la Inteligencia
Emocional y no el del clásico Coeficiente Intelectual,
como el factor clave para predecir, explicar y justificar el
éxito profesional en entornos laborales donde prima el
manejo empático y congruente de las emociones, antes
que la capacidad de verbalización y la
abstracción racional
El concepto de Inteligencia Emocional fue
acuñado por vez primera por Daniel Goleman, la
definió operacionalmente en función de 5
capacidades básicas: conocer las emociones y
sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la
propia motivación, y gestionar las
relaciones.
El modelo de Goleman, caracteriza a la Inteligencia
Emocional en función de una amplia gama de
competencias que admiten ser agrupadas en 4 grandes
conjuntos o categorías:
La Conciencia de sí
mismo
La capacidad de interpretar las emociones propias y
las de otros, analizándolas, evaluándolas y
comprendiéndolas desde la perspectiva de sus
potenciales impactos para transformarlas en decisiones firmes
y acciones constructivas
Autogestión emocional
La habilidad de controlar las emociones y ajustarlas
en la medida de lo posible para articular una respuesta
adaptativa apropiada ante las circunstancias inciertas,
amenazantes y variables del entorno.
La conciencia social
La capacidad de sentir, entender, y reaccionar
empáticamente ante las emociones de las otras
personas, y comprender cuál es el impacto de estas
emociones en el contexto social donde estas se
manifiestan.
La gestión de las
relaciones
La habilidad de inspirar, influir y desarrollar a
otros, para articular una acción constructiva,
coordinada y enfocada cuando se trata de gestionar crisis o
conflictos.
No es de extrañar que los profesionales a
quienes consideraramos como Líderes exitosos se
diferencian de los gerentes conservadores, adversos al riesgo
y refractarios al cambio, por exhibir consistentemente
competencias emocionales que los impulsan a la
acción, a crear y a preservar relaciones construidas
sobre la base de la empatía y la confianza mutua, a
aprender de los errores propios, a comunicar su visión
en forma incluyente e influyente, y a generar un
espíritu de cohesión y confianza en su equipo
cuando se trata de enfrentar constructivamente una crisis o
situación amenazante.
Análisis desarrollados por diferentes autores
parecen coincidir en que los niveles más altos de
Inteligencia Emocional suelen expresarse en Líderes y
profesionales, cuando evidencian desempeños
superlativos en las siguientes áreas:
Estilo gerencial participativo
Autoconocimiento
Balance y conciliación entre la vida
personal y el trabajo.Sinceridad y compostura en momentos
difíciles.Construcción y cultivo de las
relaciones.Hacer lo que sea necesario cuando sea
oportuno.Capacidad para decidir y articular acciones bajo
presión, en entornos de crisis.Confrontar positiva y constructivamente los
problemas de los colaboradores.Ser proactivo e influyente como agente de
cambio.
Goleman, en su libro Working with Emotional
Intelligence (1998) sugiere que un déficit en la
inteligencia emocional puede explicar el porqué
profesionales muy inteligentes y analíticos, son
susceptibles de experimentar en un momento dado de sus
carreras un fracaso significativo, y de gran impacto para sus
vidas futuras, especialmente si no se reconoce el problema
subyacente, y no se articulan las acciones apropiadas para
minimizarlo y superarlo. Un déficit de Inteligencia
emocional suele estar relacionado con la dificultad de
establecer relaciones interpersonales empáticas y
duraderas, y con la renuencia a aceptar el cambio y a
adaptarse a él.
Afortunadamente, para aquellos gerentes que corren
el riesgo de dañar o afectar sus carreras
profesionales por acusar un déficit de inteligencia
emocional, puede articularse una estrategia o plan de
mitigación que comienza con la caracterización
oportuna mediante la aplicación de los modelos de
competencias apropiados, de las comportamientos clave que
dificultan o impiden el buen relacionamiento social en
entornos de cambio y crisis.
Posterior a ello, y contando con la previa
aceptación de un compromiso orientado a la
acción de parte del profesional en situación de
riesgo, puede desarrollarse un plan de mejora con objetivos
claros, precisos y medibles, articulado con diversidad de
actividades tales como capacitación, asignación
a otros roles profesionales, coaching, simulaciones y por
supuesto, la imitación de comportamientos y actitudes
de Líderes a quienes la organización considera
como exitosos.
Aquellas organizaciones que desarrollan
sistemáticamente a su personal aplicando enfoques
modernos de gestión de talento basados en
competencias, y crean las circunstancias propicias para que
jóvenes profesionales de alto potencial aprendan de
sus Líderes exitosos, desarrollen el pensamiento
estratégico, fortalezcan su autoestima y definan el
perfil de riesgo que favorece la innovación,
están creando las condiciones para ser ágiles y
flexibles en entornos difíciles, inciertos, ambiguos y
crecientemente competitivos.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN SALUD
PÚBLICA
Una invitación de la Salud Publica es
propender al aprendizaje i entrenamiento en beneficio de toda
persona a nivel profesional y personal, ya que el aprendizaje
busca la pro actividad de la inteligencia emocional en el ser
humano y su aplicación a la Salud Publica.
Cambiar conductas emocionales para la mejor practica
en el comportamiento de la Enfermera en los servicios de
salud, porque cada paciente ingresa al servicio con
diferentes problemas afectivos y físicos ,para lo cual
la Enfermera utilizara técnicas preventivas en el
manejo de alteraciones emocionales vinculadas a la perdida de
la salud física y emocional, el cual nos
permitirá identificar los diferentes conflictos
,situaciones de urgencia en los diferentes pacientes que
acuden al servicio paciente y familia .
La Enfermera deberá ayudar a los pacientes a
desarrollar su inteligencia emocional ,para la
aceptación de su enfermedad y el tratamiento
respectivo .
La salud pública utiliza como instrumento el
uso de la inteligencia emocional en sus trabajadores para
informar consolar y tranquilizar a nuestros
pacientes
Autor:
Julia Delfina Garcia
Loaiza
UNIVERSIDAD NESTOR CACERES DE
JULIACA
MAESTRIA EN SALUD
PÚBLICA
TRABAJO MONOGRAFICO.
TRASTORNOS DEL ESTDO DE
ÁNIMO
CURSO: SALUD PÚBLICA
I
Dra.: ELIZABET VARGAS QUISPE
CUSCO-PERU
2013
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