El travestismo en la narrativa de José Alcántara -Lulú o la metamorfosis-
- El
personaje travesti en "Lulú o la
Metamorfosis" - El
travestismo en "Lulú o la
Metamorfosis" - Técnicas narrativas utilizadas por
José Alcántara para abordar el
travestismo - Travestismo, identidad y
Sociedad
Según la enciclopedia libre Wikipedia,
(consultada el dia 23 de junio 2012), el travestismo
consiste en utilizar la vestimenta y complementos socialmente
delimitados para el sexo opuesto en hombres o mujeres.
Desde el punto de vista psicológico, el
travestismo es un trastorno psicosexual en el que el sujeto
experimenta una satisfacción erótica por vestirse
con ropas del sexo opuesto, (Diccionario Psicológico,
2011).
El cuento "Lulú o la metamorfosis", versa
precisamente sobre la historia de un personaje travesti llamado
Lulú, es un hombre físicamente, pero en su interior
siente la necesidad de ser una mujer, aprovecha el carnaval para
saciar ese deseo y hacerse notar entre los
demás.
El
personaje travesti en "Lulú o la
Metamorfosis"
Johnson (1995), expresa que el personaje:
"es una imagen ficticia que el mundo nos impone o que inventamos
y ofrecemos al mundo". El personaje dentro de una obra de
cualquier índole es el individuo, animal o cosa que
participa en una historia.
En este punto se pretende hacer un
análisis del personaje Lulú, desde la perspectiva
del modelo sicológico basado en el "ser "y el modelo
fundado en el "hacer".
Modelo psicológico del
personaje travesti en "Lulú o la
Metamorfosis"
Clasificación
El protagonista o personaje eje: Denominado de esta
forma, porque es a través de este personaje que observamos
toda la obra, que podemos, oír, vivir y escuchar, motivado
por sus gestos, acciones, palabras e interacciones. Es el foco
principal, sería el centro del círculo en el
esquema "ideal" de categorización de personajes,
(Marín, 2012).
Esmascano (2004), hace la clasificación
de los personajes partiendo desde la génesis del
personaje. En este caso nos enfrentamos a un ente
dinámico, que durante la trama experimenta cambios,
evoluciona en el aspecto tanto psicológico, emocional y
físico, tiene todas las herramientas de un ser cambiante,
abierto.
Ejemplo: Lulú, al final del relato no es la misma
persona, en vista de que al inicio de la historia es un
tanto medida para expresar su identidad de travesti, y luego el
medio va editando su personalidad, hasta que en la última
etapa se desinhibe y actúa con espontaneidad.
Acorde con la categorización según su
grado de complejidad en la configuración, propuesta por
E.M. Forster (1927), en el caso de "Lulú o la
metamorfosis" es redondeado, por ser multidimensional, se
presenta una historia desde dos perspectivas, donde el autor hace
un rejuego, pasando de un estado a otro.
Además del personaje redondo, se maneja el
personaje caricaturesco, ya que se considera que el autor utiliza
a Lulú como símbolo del travestismo, poco explotado
en nuestro país, es una vía para hacer una
crítica a esa la realidad social que acontece en el
mundo entero.
De acuerdo con Unamuno, citado por Valles
(2008), Lulú se clasifica a por ser agónico,
ya que el mismo se debate entre incesantes dilemas y, cambia por
tanto, su conducta y pensamiento en el desarrollo del
cuento.
Caracterización
Se pretende hacer prosopopeya partiendo de lo
expresado por el autor en el texto:
Lulú en el aspecto físico posee las
siguientes características: es una persona fuerte, color
de piel oscuro, cintura bien definida, piernas largas, labios
carnosos, nariz ancha, pelo grueso. A continuación, una
caracterización que está enmarcada en el texto
y viene a relucir el por qué ella no se disfraza de
campesina holandesa, porque obviamente no posee la
tipología propia de los oriundos de ese
país.
"Lulú misma lo dice, europeas prieta,
bembonas, de pelo planchado y nariz de albóndiga. Lo que
no tienen holandesas, ni españolas es esa cinturita
que ella exhibe, esas piernas largas y fuertes que ejercita cada
día".
En lo moral, se evidencia que es amable,
orgullosa, auténtica y original, le hace caso omiso
a los comentarios desagradable.
"En el trayecto mostraba a todos el resultado
de su labor, se hacía la sorda a los comentarios necios,
les sonreía a quienes apreciaban el arrebol de sus
mejillas, la exuberancia del vestido, el brillo de sus joyas de
oropel".
Empero, sentía inmenso miedo a ser
rechazada:
"Los pelos ceden, el cuerpo va quedando
lampiño como el de una muchachita de quince, sólo
falta el vientre para que todo luzca igual que la superficie de
una caoba bruñida, sin rugosidades o asperezas que
provoquen el rechazo, desalienten las caricias de unas manos
robustas que comprueben du condición verdadera, la
escandalosa contradicción de su cuerpo"
Disfruta de ser el centro de atracción en las
actividades carnavalesca, es ansiosa, en ocasiones se evidencia
que no posee inteligencia emocional, se deja llevar de las
pasiones y acciona si medir consecuencias:
"La bailarina, enfurecida porque le
habían robado la atención del público,
saltó sobre los intrusos con un pito
salvaje".
Lulú es lo que se puede llamar una
"negra con sazón", con actitud aguerrida, no se
acompleja, ni desmaya frente a las vicisitudes, decidida y segura
de lo que es y quiere ser.
"Ella pondrá la pimienta que haga falta,
irá a la glorieta y pedirá al director de la banda
que toque algo caliente y luego bailará y se robará
el show".
Uno de sus placeres es bailar y lo hace de forma
majestuosa, no hay punto de comparación, se muestra en el
párrafo:
"La rumba estalló cuando ella guardaba el
estuche. De inmediato corrió hasta la glorieta y
empezó a bailar, rodeada del público que se
había arremolinado a presenciar el espectáculo. Su
cuerpo se movía sin freno; los pies chispeaban en los
mosaicos; las piernas alzaban por los altos tacones, se
disparaban como locas; la cadera se retorcía; los brazos
llenos de pulsera, trazaban círculos en el aire; la cabeza
seguía alegremente el ritmo de la música. En medio
del alocado piterío, ella bailaba con los ojos cerrados y
parecía sumida en un trance brujo". Avanzaba y
retrocedía, agitaba los hombros desnudos, se ponía
de rodillas y luego ascendía completamente descalza. Sus
dos ñames, liberados por fin de los tacones, se apoderaban
del pavimento, zigzagueaban, la llenaban de
placer.
José Alcántara utiliza la
heterocaracterización para definir el personaje
de "Lulú", a través del narrador, quien se
encarga de revelar personalidad.
Recurre al estilo directo, ya que son múltiples
las descripciones que evidencian el perfil físico y
psicológico de Lulú.
Forma discursiva
En sentido general el discurso narrativo es la
presentación de hechos contados a través de
una trama. En el transcurrir de la historia el autor utiliza
diversas estrategias discursivas.
José Alcántara en su
creación "Lulú o La Metamorfosis" utiliza
un estilo indirecto libre, acorde con la taxonomía
propuesta por L&L (2009), El narrador en tercera
persona, recoge las palabras o pensamientos de los personajes
como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras
se insertan sin el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas
tipográficas.
"En el trayecto mostraba a todos el resultado
de su labor, se hacia la sorda a los comentarios necios, les
sonreía a quienes apreciaban el arrebol de sus mejillas,
la exuberancia del vestido, el brillo de sus joyas de
oropel".
Modelo basado en el Hacer
Este modelo está fundado en la actuación
de los personajes, caracterizado por sus actividades mentales,
verbales, cinésicas y dinámicas.
Actuaciones dinámicas: Se desarrollan en
torno a los ejes de la posición y el movimiento (sentado,
arriba o allí, pero también retroceder, correr,
girar, etc.)
En el texto "Lulú y la metamorfosis"
se percibe que hay alusión al movimiento,
demostrable en el siguiente fragmento:
"Ella seguía moviéndose,
totalmente poseída por la locura de la
danza".
"La bailarina, enfurecida porque le
habían robado la atención del público,
saltó sobre los intrusos con un pito
salvaje".
De igual forma, hay presente actuaciones gestuales
en la que entran las distintas posibilidades existentes
entre la calma y la acción (de la impavidez a los
ademanes, y muecas, pero también vestirse, coger, golpear,
etc.).
"Toma la afeitadora, enjabona sus brazos y
piernas y empieza a rapar los pelitos que han crecido en estos
días. Hay que dejar la piel sin rastros de
vellos".
El travestismo en
"Lulú o la Metamorfosis"
Características propias de los
travestis:
La vestimenta extravagante, en el caso de un hombre que
se viste de mujer lo lleva al más allá, donde
pretende ser más mujer que ellas. Lulú no se queda
atrás, su traje es motivo de gran orgullo, lo lleva
como si fuese la diosa del carnaval.
"Su traje planchado, listo, cantarmi entre el corte
de los festones y arandelas, cuelga de la percha, casi baila con
los zapatos de tiritas, las pulseras rutilantes, los collares de
bisutería irisadas, los alargados pendientes de
engañoso brillo y todo lo que engalanaba a las
bailarinas famosas que Lulú no se cansaba de ir a ver al
Cine Julia, las mismas que le sirvieron de modelo para hacer su
vestido, el turbante que cubrirá su cabeza color candela,
las rosas plásticas que ha cosido a sus zapatos, los tonos
de ese maquillaje lujuriante que reserva para
hoy".
En su vestuario se usan muchos elementos brillantes,
abundancia de colores fuertes, maquillaje vigoroso, no utiliza
nada que haga insinuación a lo sencillo.
Otras peculiaridades de los personajes travestis son la
ostentación y el alarde, se creen que están por
encima de todos, los mejores, únicos, inigualable e
inimitables.
"Ahora sí", dice Lulú frente al
espejo, alzando la voz para ser oída, "nadie puede con
este caché y este sabor". Yo quiero ver la loca que se me
ponga al lado, yo quiero verla.
"Ella comenzó a descender los peldaños
entre los aires marciales de una marcha
operática".
Hacerse notar es su misión, pasar desapercibida
no está en su repertorio mental. En el texto se
evidencia:
"Ella pondrá la pimienta que haga falta,
irá a la glorieta y pedirá al director de la banda
que toque algo caliente y luego bailará y se robará
el show".
Libertad de pensamiento, el travesti por
lo regular, no le importa lo que digan los demás sobre
ellos, así mismo expresan sus sentimientos al margen
de lo que puedan pensar. Hacen caso omiso y bloquean las
burlas.
Por ejemplo:
"!Ay, qué niño tan mentiroso ese
Guelo!", haciendo caso omiso de las risas que revientan a sus
espaldas.
"Se hacía la sorda a los comentarios necios,
les sonreía a quienes apreciaban el arrebol de sus
mejillas".
Técnicas
narrativas utilizadas por José Alcántara para
abordar el travestismo
José Alcántara en el texto de
"Lulú o la metamorfosis" enfatiza en las
siguientes técnicas: La abrupción, la cual
refiere a una figura elocutiva y se relaciona con el llamado
diálogo abruptito. El autor alterna los
discursos, presentado dos historias simultaneas, Onieva
(1992) la llama Contrapunto, donde de igual forma
se va cambiando de un relato a otro, produciendo dinamismo, pero
que a la vez puede traer confusión al lector.
"Toma la afectadora, enjabona sus brazos y piernas y
empieza a rapar los pelitos que han crecidos estos días,
hay que dejar la piel sin rastros de vellos. La navaja se
desplaza sobre un brazo al compás de una salsa chillona
transmitida por la radio. Cambia la navaja al aparato de afeitar
y un filo nuevo remueve los pelos, vence la resistencia de su
dureza. Ahora son dos piernas, elásticas, lisas, jaspeadas
de espuma blanca, piernas que podrán entrar
cómodamente en las redes de las medias de
nilón"
"El director la miró de arriba abajo y
no pudo contener una sonrisa de mofa y compasión.
Asintió con la cabeza y prometió que después
del pasodoble sus muchachos tocarían la rumba que
solicitaba. Ella dio las gracias extendiendo una mano quebradiza
e hizo una reverencia larga y ceremoniosa. Luego e director se
dirigió a los músicos, levantó las manos e
inició el próximo número del concierto, ella
comenzó a descender los peldaños entre los aires
marciales de una marcha operativa"
Los dos párrafos antes presentados están
de manera continua dentro del texto, empero, se tratan de dos
situaciones diferentes. El autor crea este cuento con un
total de 24 párrafos de los cuales 13 cuentan una historia
y 11 hilvanan otra, que se pueden distinguir a simple vista
porque hay letras en cursivas y normales, además, del
contexto semántico a la que cada historia hace
alusión dentro del relato
enmarcador.
También son narraciones intercaladas, porque el
primer párrafo tiene como escenario la intimidad del
hogar de "Lulú". Sin embargo, el segundo, se
desarrolla en el parque, lleno de gente por la fiesta de
carnaval, es decir sin previo aviso hay un cambio abrupto de
lugar y personajes.
Para indagar en la conciencia del personaje, se
utiliza la técnica psiconarrativa, la
dialéctica del alma, ya que hay un enlace con la
imagen de Ciro reflejada en su mente, en el momento que
Lulú está masturbándose.
Otra técnica relacionada a la lengua y a la
grafía, propuesta por el Realismo es el uso del discurso
propio del habla convencional, el coloquialismo. Estilo
que utiliza José Alcántara para plasmar nuestra
identidad, no solo la realidad económica, sino
también la social y cultural, porque parte de la
narración que se desarrolla en el ambiente
carnavalesco.
Onomástica de "Lulú"
Siendo la onomástica el estudio de los nombres
propios. Se pretende hacer un análisis onomástico
del personaje "Lulú", quien es el móvil conductor
del cuento "Lulú o la Metamorfosis" de José
Alcántara.
El Diccionario Nombres (2012), sostiene que la
persona con el nombre de Lulú posee las siguientes
características:
Deseo de hacerlo todo y ser la mejor, mucha curiosidad y
necesidad de cambios; lo más importante es la libertad y
la adaptabilidad. Las personas que llevan por nombre
Lulú son particulares y sorprendentes, poseen
cierto misterio. Ya sea porque permanecen secretas o porque su
forma exterior contrasta con su imagen interior. O también
porque son muy originales y poco conformistas. Poseen una gran
seducción natural y fácilmente se podría
pensar que son mujeres ligeras o triviales, mientras que en
realidad son profundas y tienden a la
reflexión.
"Lulú, negra, nadie hace estos
dulces mejor que tu. Y ella se queda mirándolo,
derretida, incrédula, con una mano picarona sobre los
labios risueños y suspira, trina y aletea unas
pestañas rizadas y meneando su trasero
chiquito".
Es verdad que existe un contraste entre su
dinamismo aparentemente exuberante y su búsqueda de
autenticidad, que está acompañada de una necesidad
de reflexión personal. De hecho, son excesivamente
nerviosas y ansiosas, pueden manifestar ciertas tensiones en una
actividad palpitante. Esto se pone de manifiesto en el siguiente
fragmento:
"Lulú yace sobre la cama como
una hoja húmeda y porosa. Calma su ansiedad antes de
iniciar el rito de la belleza"
Tienden a querer alcanzar todo a la vez,
aprovechando todas las oportunidades que se le brindan.
Ciertamente pueden ejecutar actos impulsivos cuando están
subyugadas por sus emociones, sus sentimientos o sus
curiosidades, un ejemplo es:
"La bailarina, enfurecida porque le
habían robado la atención del público, salto
sobre los intrusos con un pito salvaje".
Pero también son capaces de
manifestar mesura en otros momentos. Fogosidad y reflexión
coexisten paradójicamente en estas mujeres de
carácter ciclotímico o lo que se conoce
también como bipolar. Cuando entran en confianza o en un
período de suerte, son capaces de lo sobresaliente,
atrayentes, eficaces y espirituales. Ahora bien, si la
situación no les parece perfecta, retrocederán
sobre sí mismas huyendo del mundo, manifestándose
casi asociales.
Por otra parte, se sienten
fácilmente cautivadas por aquello que salga de lo
habitual, lo original, lo inédito, y suelen tener
tendencia a no seguir las vías cotidianas.
"Ella pondrá la pimienta que
haga falta, irá a la glorieta y pedirá al director
de la banda que toque algo caliente y luego bailará, se
robara el show"
Tienen una imaginación fértil
y una intuición desarrollada, están sujetas a
accesos de alegría repentina o a arrebatos, seguidos de
depresiones. Entonces, habrá que vigilarlas para que
mantengan cierta armonía en un medio afectivo
inspirador. ¿Qué les gusta?
Pueden sentirse muy atraídas por las grandes
causas, benefactoras por ejemplo, e interesarse en la
psicología, la astrología, la grafología, la
religión o la política, sobre un fondo de
utopía. Tienen un sutil sentido de la amistad. La vida
sentimental es considerablemente importante para ellas. Se
muestran apaciguadoras, flexibles, sensibles y utilizables. Pero
frecuentemente se sienten incomprendidas o mal amadas y tienen
tendencia a la soledad.
¿Qué hacen?
Poco convencionales, tendrán
propensión a interesarse en profesiones que salgan de lo
usual: profesiones especializadas o de progreso, pueden ser
técnicas o científicas (informática, por
ejemplo), o aquellas relacionadas con la moda, actividades
variadas y móviles, vinculadas con la venta, viajes,
publicidad, representación, el periodismo, la danza. La
Lulú objeto de este análisis es vendedora de dulce,
quien lo hace dignamente, con orgullo y un toque original, que la
hace inigualable.
"Lulú lo sabe y se prepara para esta gran
noche de carnaval, en un febrero esperado con impaciencia, entre
ritos minúsculos, ahorros insignificantes, impulsos
contenidos, el afán de la venta de dulces y el canturreo
con que pregona su mercancía".
Travestismo,
identidad y Sociedad
A partir de la última década del siglo XX,
el travestismo ha concentrado la atención de la
opinión pública latinoamericana. Me refiero a que
el travestismo irrumpió en el espacio público de la
mano de discursos biomédicos, policiales,
sociológicos, jurídicos, políticos y
periodísticos que funcionaron como disparadores en algunas
ocasiones para discutir y en otras oportunidades para reforzar
las dinámicas desigualadoras relacionadas con la identidad
de género, la sexualidad, la raza, la clase social, la
etnia, la religión, la edad, la ideología en
diferentes contextos. De modo que, cuando pensamos en el
travestismo latinoamericano pensamos en un fenómeno
complejo y dinámico y nos referimos a sujetas atravesadas
por relaciones de privilegio y opresión propias de cada
sociedad y de cada momento histórico particular,
(Briones 2007).
En República Dominicana los travestis son en
cierta forma rechazados, constituyen objetos de burlas, este
país no está preparado para asimilar esta
condición, hay que tener la autoestima muy en alto para no
caer en depresión por el rechazo de la sociedad. Las
burlas a Lulú son constantes, quedan de manifiesto en:
"Se hacia la sorda a los comentarios necios, les
sonreía a quienes apreciaban el arrebol de sus
mejillas".
"!Ay, qué niño tan mentiroso ese
Guelo!", haciendo caso omiso de las risas que reviertan a sus
espaldas.
Autor:
Mercy De La Cruz Paulino