Resiliencia familiar en familias con niños con enfermedades oncohematológicas
- Resumen
- Introducción
- Material y método
- Aspectos éticos
- Resultados
- Factores protectores de la resiliencia
familiar - Factores de riesgo
familiares - Factores protectores
- Referencias
bibliográficas
Resumen
El diagnóstico de neoplasia en un
niño produce un importante impacto socioemocional en toda
la familia. Objetivo: Caracterizar la capacidad de
resiliencia de familias con niños con enfermedades
oncohematológicas. Material y método: Se
realizó un estudio no experimental, transversal,
descriptivo, que responde a un diseño mixto con una
metodología de estudios de casos múltiples en
profundidad, en el periodo comprendido entre septiembre de 2011 y
abril de 2012. Para ello se contó con una muestra de
sujetos tipos que incluyó a las 4 familias con esta
problemática en el área. Resultados: Se
encontró la presencia de factores protectores
determinantes para la manifestación de resiliencia, tales
como, el apoyo social recibido y su consecuente
satisfacción, la percepción positiva de los
recursos económicos para el enfrentamiento a la crisis,
así como la solución activa ante los problemas.
Dentro de los factores de riesgo familiares que atentaron contra
la puesta en práctica de resiliencia estuvieron la
presencia de conflictos intrafamiliares y su inadecuada
canalización, la ineficacia en el ejercicio de los roles,
la puesta en práctica de estilos educativos inadecuados,
así como la presencia de crisis paranormativa por
desmembramiento. Conclusiones: La capacidad de resiliencia
de las familias del estudio se manifestó desde un enfoque
de mínimos, a partir de la adaptación pasiva a la
crisis familiar.
Palabras clave: neoplasia, familia,
resiliencia, factores protectores, factores de riesgo.
Introducción
El cáncer o enfermedad
neoplásica constituye la segunda causa de muerte en Cuba y
en el Mundo. A nivel mundial la enfermedad
oncohematológica en el niño se diagnostica 16 casos
por cada 10000 menores de 15 años. La mortalidad
aproximada en general es de 3,6 a 3,8 por cada 100000
habitantes.1
En Cuba el cáncer pediátrico
constituye sólo el 2 % de los tumores malignos, pero es la
primera causa de muerte por enfermedad en menores de 15
años. En nuestro país se diagnostican cada
año alrededor de 300 nuevos pacientes con neoplasias
malignas en menores de 18 años. 1
En Pinar del Río la mortalidad por
cáncer infantil representa la primera causa de muerte por
enfermedad en niños entre 1 y 4 años, la segunda en
el grupo de 5 a 14 años y la tercera en el grupo de 15 a
19 años de edad.2
Por la amenaza que significa el
cáncer para la población mundial, se hizo
imprescindible la creación y puesta en práctica del
Programa Integral para el Control del Cáncer en Cuba, el
cual tiene como propósito establecer un plan de
acción estratégica que propicie alianzas amplias
para el control integral del cáncer, evaluando la carga
que implica la enfermedad, para determinar las prioridades y
diseñar e implantar planes de acción, con la
finalidad de reducir su incidencia y mortalidad, así como
mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los enfermos.
Dicho programa incluye una estrategia para el control del
cáncer infanto-juvenil y la imprescindible
implicación de la Atención Primaria de Salud en el
diagnóstico oportuno, a partir de la vigilancia de
factores de riesgo, síntomas y signos de alarma y en el
proceso de seguimiento y rehabilitación
biopsicosocial.3
El diagnóstico de cáncer en
un niño produce un importante impacto socioemocional en
toda la familia. El niño enfermo y su familia
tendrán que afrontar acontecimientos diversos y
difíciles que pueden dificultar el devenir de sus vidas.
Podría considerarse como una crisis, dada la
desorganización que se produce y que impacta en cada uno
de sus miembros. Para adaptarse a esta situación, la
familia pone en marcha mecanismos de autorregulación que
le permite seguir funcionando, de manera tal que se generan
cambios en las interacciones familiares que tienen un
propósito específico, consciente o inconsciente, y
que pueden llevar a la familia a situaciones complejas de
equilibrio o desequilibrio, poniendo en riesgo el bienestar y
manejo del paciente enfermo, así como la funcionalidad del
sistema familiar.4
Dicha investigación se hizo
necesaria y relevante desde el punto de vista social, ya que iba
dirigido a un sector vulnerable de la población, siendo
esta enfermedad una patología estigmatizante y que engloba
muchos sentimientos negativos para quien lo sufre y quienes le
rodean. Esta es una problemática que además ha
adquirido actualmente gran magnitud socialmente,
convirtiéndose de esta manera, el trabajo con pacientes
oncopediátricos en una prioridad del Sistema Nacional de
Salud Cubano, así como la oportuna intervención de
la Atención Primaria de Salud en la asistencia a estos
niños.
La investigación, respondió a
los objetivos del Programa de Control del Cáncer en la
Atención Primaria, específicamente a partir de la
consideración de la problemática dentro del banco
de problemas del Policlínico, siendo además, la
primera investigación que abordó la
Psicooncología Pediátrica desde la Atención
Primaria de Salud en el municipio Pinar del
Río.
Dicha investigación estudió
un tema que resulta ser interesante y novedoso, puesto que la
resiliencia familiar ha sido escasamente abordada
internacionalmente y en el país, además de ser
escaso su tratamiento vinculado a las enfermedades
oncohematológicas, lo que da cuenta de la carencia de
antecedentes en este sentido.
Por todo lo anterior dicha
investigación se trazó como principal interrogante
¿Cómo caracterizar la capacidad de resiliencia en
familias con niños con enfermedades
oncohematológicas del área de salud del
Policlínico Pedro Borrás?, persiguiendo
además como objetivo general: caracterizar la capacidad de
resiliencia en familias con niños con enfermedades
oncohematológicas del área de salud del
Policlínico Pedro Borrás.
Material y
método
Objetivos específicos
1. Identificar los factores protectores de
las familias del estudio.
2. Identificar los factores de riesgo de
las familias del estudio.
3. Evaluar la influencia de ambos factores
ante la crisis vivenciada.
La presente investigación
constituyó un estudio no experimental, descriptivo,
transversal, el cual responde a un diseño mixto en
paralelo, realizada en el periodo comprendido entre septiembre de
2011 y abril de 2012.
El universo de estudio estuvo compuesto por
las 4 familias con niños con enfermedades
oncohematológicas pertenecientes al área de salud
del Policlínico Pedro Borrás. La muestra del
estudio es una muestra no probabilística de sujetos tipos,
integrada por las 4 familias, las cuales fueron seleccionadas por
los siguientes criterios:
Criterios de inclusión:
– Familias dispuestas a participar en el
estudio.
Criterios de exclusión:
– Personas dentro del núcleo
familiar que presentaran alguna discapacidad mental, auditiva,
verbal y visual que les impidiera participar en el
estudio.
– Niños de cincos años o
menos, cuya madurez intelectual no les permitiera contestar las
técnicas de recolección de datos.
– Adultos mayores con una capacidad mental
que no permitiera comprender y responder las técnicas
utilizadas.
Para la recolección de la
información se utilizaron los siguientes instrumentos de
evaluación:
Entrevista familiar
Cuestionario de resiliencia
familiar
Cuestionario de factores de riesgo
familiares
Escala de Evaluación de la
Cohesión y Adaptabilidad Familiar (FACES III)
Escala valorativa
Escudo familiar
Método del círculo
familiar
Dibujo de la familia
Composición
Estas dos últimas técnicas
fueron aplicadas solamente a los niños portadores de la
enfermedad, teniendo en cuenta las peculiaridades de
aplicación para los periodos etarios, mientras que las
demás técnicas fueron aplicadas a los miembros
restantes.
Para el procesamiento de la
información se utilizó la triangulación de
datos, a partir de la integración de datos cualitativos y
cuantitativos, además de realizarse en función de
categorías previamente establecidas y otras construidas
por el investigador a partir del discurso de los sujetos del
estudio. De igual forma se utilizó la estadística
descriptiva, a través del registro de frecuencias, las
cuales fueron presentados en texto y tablas.
Aspectos
éticos
La presente investigación se
realizó teniendo en cuenta principios éticos tales
como respeto a las personas, a partir del tratamiento de los
sujetos como seres autónomos, respetando sus opiniones y
criterios, así como su voluntariedad para participar en el
estudio, mediante la utilización del consentimiento
informado como parte del proceso de acceso a la muestra del
estudio. La información obtenida en la
investigación se utilizó estrictamente con fines
científicos, presentando sus resultados, sin revelar la
identidad de los sujetos. Además se pusieron en
práctica los principios de beneficencia, no maleficencia y
el principio de la justicia.
Resultados
La resiliencia manifestada por las familias
del estudio se caracterizó por la presencia de un enfoque
de resiliencia de mínimos. Este se sustenta sobre la base
de la adaptación pasiva ante la crisis experimentada,
fundamentada en el mantenimiento y surgimiento de irregularidades
en el funcionamiento familiar, presentes en factores protectores
de resiliencia y la identificación de factores de riesgo,
impidiendo el crecimiento de las familias ante la
reestructuración de su realidad.
Factores protectores
de la resiliencia familiar
En el caso de las creencias familiares como
parte de la estructuración subjetiva ante la
situación, estas se fueron moviendo en correspondencia a
los distintos momentos de la enfermedad y las situaciones
concretas vivenciadas por las familias de la
investigación, así como del significado que iban
teniendo para estas. Se mostró la presencia de creencias
centradas en el aspecto negativo del suceso durante las etapas de
diagnóstico y hospitalización en el 100% de los
casos, así como las creencias dirigidas a mitigar la
connotación negativa del suceso después de
finalizado el tratamiento hospitalario y en la actualidad. No se
mostraron en ninguno de los casos creencias dirigidas a otorgarle
sentido a la adversidad. El 100% de los casos mantuvo una
evaluación negativa del evento durante la las etapas de
diagnóstico y hospitalización, mientras que
finalizado el tratamiento hospitalario y en la actualidad, el 50%
de la muestra sostuvo una evaluación positiva de la crisis
en cuestión. La perspectiva futura del 100% de las
familias se mostró pesimista durante el diagnóstico
y hospitalización, sin embargo esta se modificó,
igualmente en la totalidad de la muestra, a una postura optimista
durante el periodo de finalización de la
hospitalización y hasta la actualidad. La totalidad de la
muestra del estudio (100%) adoleció de la presencia de fe
y espiritualidad para enfrentar la crisis familiar durante el
momento del diagnóstico y la hospitalización,
mientras que finalizado el tratamiento hospitalario y en la
actualidad, dicho factor se presentó en el 75% de los
casos.
Con respecto a la comunicación
familiar se evidenció la ausencia de indicadores como la
claridad y la expresión sincera de sentimientos alrededor
de la crisis familiar vivenciada, en el 100% de las familias del
estudio.
En relación al apoyo social se
mostró la presencia del apoyo psicoemocional, instrumental
e informacional en el 100% de la muestra estudiada, así
como la presencia de satisfacción con el apoyo
brindado.
La percepción de los recursos
económicos fue favorable para el 75% de la muestra
estudiada, manifestándose el predominio de
satisfacción con estos.
Se mostró igualmente la presencia de
una estrategia activa ante la solución de los problemas en
el 100% de los casos de la investigación.
En cuanto al comportamiento de la
cohesión familiar ante la crisis (tabla 1) se
mostró el predominio de familias separadas en los casos
estudiados, categoría intermedia dentro de la
cohesión familiar desde el modelo circumplejo de Olson. Se
evidenció además la ausencia de familias
desligadas.
Tabla 1: Cohesión familiar en
familias con miembros con enfermedades
oncohematológicas.
Nivel de | Frecuencia | % |
Desligada | 0 | 0 |
Separada | 2 | 50 |
Conectada | 1 | 25 |
Aglutinada | 1 | 25 |
El comportamiento de la flexibilidad
familiar (tabla 2) se caracterizó por el predominio de
familias estructuradas, categoría intermedia dentro de la
flexibilidad familiar desde el modelo circumplejo de Olson. Se
mostró igualmente la ausencia de familias con un nivel de
flexibilidad caótica.
Tabla 2: Flexibilidad familiar en
familias con miembros con enfermedades
oncohematológicas.
Nivel de | Frecuencia | % |
Caótica | 0 | 0 |
Estructurada | 2 | 50 |
Flexible | 1 | 25 |
Rígida | 1 | 25 |
Factores de riesgo
familiares
Se evidenció la presencia de
conflictos familiares entre los diferentes subsistemas en el 50%
de los casos.
Dentro de los estilos educativos
inadecuados utilizados con más frecuencia por las familias
del estudio, (tabla 3) se encontraron la permisividad y la
sobreprotección. Se mostró además la
ausencia de la negligencia como método
educativo.
Tabla 3: Estilos educativos inadecuados
en familias con miembros con enfermedades
oncohematológicas.
Estilos educativos | Frecuencia | % |
Sobreprotección | 3 | 75 |
Permisividad | 4 | 100 |
Autoritarismo | 2 | 50 |
Inconsistencia | 1 | 25 |
Negligencia | 0 | 0 |
Como parte de la ineficacia en el ejercicio
de los roles ante la crisis familiar (tabla 4) se
manifestó el predominio de la presencia de sobrecarga y
rigidez en los casos del estudio.
Tabla 4: Ineficacia en el ejercicio de
los roles en familias con miembros con enfermedades
oncohematológicas.
Ineficacia en el ejercicio de los | Frecuencia | % |
Sobrecarga | 4 | 100 |
Sustitución de | 2 | 50 |
Rigidez | 4 | 100 |
Dentro de las crisis familiares
paranormativas (tabla 5) se evidenció un predominio de la
crisis por incremento y por desmembramiento. Se mostró
igualmente la ausencia de crisis por desorganización ante
la situación vivenciada.
Tabla 5: Crisis paranormativas en
familias con miembros con enfermedades
oncohematológicas.
Crisis | Frecuencia | % |
Incremento | 3 | 75 |
Desmembramiento | 3 | 75 |
Desorganización | 0 | 0 |
Desmoralización | 2 | 50 |
Discusión
Teniendo en cuenta la existencia de la
resiliencia familiar desde un enfoque de mínimos, es
importante destacar la variabilidad en el comportamiento
proveedor de resiliencia de los factores protectores en las
familias del estudio, en tanto se manifestaron dificultades en la
implicación resiliente por parte de algunos de estos. En
relación a los factores de riesgo familiares se
mostró la relativa repercusión de estos para la
puesta en práctica de la capacidad de resiliencia en las
familias estudio de caso, manifestándose la acción
neutralizadora de algunos de ellos.
Factores
protectores
Las creencias centradas en el aspecto
negativo del suceso presentes en los momentos iniciales de la
enfermedad estuvieron dados por la existencia de sentimientos
suscitados por esa realidad, tales como irritabilidad, dolor,
tristeza, culpabilidad, los cuales conllevaron a dichas familias
a configurar su situación desde estos sentimientos y
atribuirle la causalidad del evento al infortunio
familiar.
El movimiento de las creencias hacia una
postura menos incisiva se justifica desde la concepción de
las familias de la existencia de un miembro de la familia con la
enfermedad por la posibilidad aleatoria de dicho suceso. Las
familias asumieron esta postura como vía lícita
para minimizar los sentimientos negativos que este evento les
suscitaba, debido a la gran carga emocional que socialmente se
relaciona con este.
La ausencia de creencias dirigidas a
otorgarle sentido a la adversidad mostró la incapacidad de
reestructurar sus realidades desde un sentido, en tanto las
creencias no implicaban el reordenamiento de los significados
desde la intención de darle coherencia al evento, y
visualizarlo a partir de construcciones que permitieran asumirlo
como parte de la realidad familiar; por lo que este factor no
constituyó muestra de resiliencia ante la crisis
vivenciada en las familias de la investigación.
La evaluación del evento
constituyó igualmente un elemento susceptible de
modificar, en tanto, aún cuando esta se haya movido hacia
categorías positivas a partir de la culminación de
la etapa hospitalización, se mantuvo en 2 de las familias
estudiadas la evaluación del suceso desde implicaciones y
connotaciones negativas para el sistema familiar, impidiendo la
visualización de este como un reto u oportunidad de
crecimiento familiar.
La presencia de perspectivas futuras
negativas como regularidad en las familias del estudio, se
mostró en la existencia de pensamientos desesperanzadores
y la percepción de la inminencia de la muerte como parte
del curso de la situación familiar, siendo un factor
entorpecedor de un sistema de creencias propio de resiliencia
familiar.
La modificación paulatina de la
perspectiva futura hacia una postura optimista estuvo asociada al
hecho de que a partir de la etapa de finalización del
tratamiento hospitalario, fueron visualizadas por las familias
mejorías en el estado de salud del niño, resultados
positivos de los tratamientos, ausencia de recaídas,
además del efecto positivo del cese del periodo de
hospitalización, lo que trajo consigo una visión
más alentadora y propiciadora de esperanza.
La presencia de fe y espiritualidad como
elemento favorecedor de un sistema de creencias resiliente en la
mayoría de las familias del estudio, después de
concluido el periodo de hospitalización, fue asumido como
fuente de consuelo y fuerza familiar ante la crisis vivenciada,
en tanto proporcionaron confianza, reforzando los recursos
familiares y generando una postura activa y perseverante ante la
situación.
La incapacidad comunicacional para la
expresión de sentimientos generados por la
situación, impidiendo así la exteriorización
de la fuerte carga afectiva asociado con este evento, se
demostró en la evitación categórica del
tema. Se evidenció además la presencia de
significativas dificultades en relación a la claridad,
debido esencialmente a la no comunicación del
diagnóstico a los niños portadores de la
enfermedad, lo cual entorpeció la comunicación
familiar en tanto el tema era un secreto familiar y no
permitía el libre intercambio de mensajes en presencia del
niño, provocando ansiedades tanto para este como para la
familia.
The Leukemia and Lymphoma Society apoya los
efectos negativos producidos por el silencio alrededor de la
situación, en tanto plantea que los niños a los que
no se les informa o no se les da la oportunidad de preguntar
sobre su enfermedad, lejos de estar siendo protegidos del miedo y
la preocupación, pueden llegar a pensar que la enfermedad
es un tabú o un secreto peligroso del que no se debe
hablar y desarrollar fantasías atemorizantes y miedos
acerca de lo que le está sucediendo.5
Las dificultades existentes en
relación a la claridad, también se manifestaron en
la presencia de mensajes culposos, mensajes con dobles sentidos,
así como su direccionalidad enmascarada, entre los
miembros, lo que trajo consigo la expresión de conflictos
familiares, y su inadecuada canalización, provocando
así su cronicidad y enquistamiento en el seno familiar.
El predominio en la muestra estudiada de
familias separadas diverge con los resultados develados por la
investigación "Estilos de relaciones familiares y
resiliencia en familias de niños oncológicos", en
la cual se observa el predominio de familias amalgamadas,
representando estas el 28% de la muestra del estudio.6
La ausencia de familias desligadas, las
cuales constituyen una categoría extrema y negativa dentro
de los niveles de cohesión, fue un elemento atenuante de
la repercusión negativa de la crisis.
Por lo que de manera general, aún
cuando se manifestaron ciertas irregularidades en este factor en
el sistema familiar en su totalidad, este es considerado como
fuente importante de la resiliencia manifestada por las familias
de la investigación, sin dejar de tener en cuenta la
implicación de la autonomía que esta cualidad debe
proporcionar a los miembros. De ahí la importancia de este
factor ante la presencia de una crisis, elemento que es avalado
por Walsh desde sus oportunas intervenciones, en tanto plantea
que la capacidad de reorganización familiar tras la crisis
se sustenta en la conexión familiar, e implica equilibrio
entre la unidad, el apoyo mutuo y la colaboración por un
lado, y la separación y la autonomía de cada
individuo por otro.7
El predominio de familias estructuradas es
congruente con los resultados obtenidos en la
investigación "Estilos de relaciones familiares y
resiliencia en familias de niños oncológicos",
donde el 30 % de estas se ubicó en dicha
categoría.6
Este nivel de flexibilidad
contribuyó a la capacidad de resiliencia de las familias,
en la medida que permitió un acomodamiento y
reestructuración de la realidad familiar, aunque se
evidenció la susceptibilidad de este a ser
moldeado.
La ausencia de familias con un nivel de
flexibilidad caótica y la poca existencia del nivel
rígido (en un caso) permitió hablar de
potencialidades resilientes en las familias desde este factor,
haciendo de la crisis un suceso manejable.
La presencia de apoyo social en la
totalidad de las familias dio muestras de niveles de
permeabilidad adecuadas, en la medida que fueron capaces de
abrirse como sistema y romper barreras que permitían la
entrada de agentes ajenos al núcleo familiar, ya sea
personas de las instituciones sanitarias, quienes le brindaron la
ayuda profesional especializada, como las personas de su
círculo de relaciones interpersonales, las cuales
constituyeron parte importante de las redes de apoyo familiar
ante la situación vivida.
El apoyo social brindado a estas familias
constituyó un factor protector crucial en el proceso de
resiliencia familiar, deviniendo en un elemento restaurador del
equilibrio familiar ante la crisis vivenciada, en la medida que
posibilitó la percepción de la crisis como un
evento manejable. Estos resultados son congruentes con estudios
realizados que señalan que los padres con mayor apoyo
social mostraron menos síntomas de desajuste
psicológico que aquellos con menos apoyo social.
8
Los recursos económicos
contribuyeron a la resiliencia en las familias estudiadas, en
tanto la presencia de dificultades de índole
económica no se sumó a las representaciones e
implicaciones negativas de la enfermedad, permitiéndoles
centrarse en aspectos medulares para la adaptabilidad a la
crisis.
Criterios emitidos por Rozas avalan esta
afirmación, en tanto este plantea que para muchas de las
familias que viven en condiciones de pobreza la dificultad para
satisfacer las necesidades básicas gatilla en los padres
sentimientos de culpa y preocupación, al verse fracasados
en su rol de proveedor (a) y/o cuidador(a).9
La solución de problemas
permitió igualmente el desarrollo de la capacidad
resiliente en las familias del estudio, en la medida que
estuvo caracterizada por la presencia de estrategias activas,
permitiendo un posicionamiento proactivo y eficaz ante la
situación a partir de estrategias como la
búsqueda de ayuda médica y profesional para un
diagnóstico rápido y oportuno, la
activación de redes de apoyo, la asunción de
restricciones y recomendaciones realizadas por el personal
médico para el manejo de la enfermedad, así
como la consulta de dudas sobre la enfermedad.
Factores de riesgo
familiares
La existencia de conflictos familiares
dados principalmente por discrepancias alrededor de la crianza
del niño a partir de la enfermedad, la coexistencia de
estilos autoritarios y estilos permisivos y sobreprotectores,
así como por la presencia de discusiones matrimoniales,
concuerda con planteamientos realizados por Martínez V y
Real G, quienes avalan una alta frecuencia de conflictos
derivados de la enfermedad, la alteración de las
relaciones conyugales, los problemas de pareja, las disfunciones
sexuales y las separaciones y divorcios.6
El predominio de la permisividad como
estilo educativo inadecuado es entendible y válido a la
luz de afirmaciones realizadas por Patricia Arés, quien
expresa que la permisividad puede aparecer en contextos donde los
adultos le tienen lástima a los hijos por alguna
enfermedad o situación penosa vivida por
este.10
Precisiones realizadas por Grau C y
Fernández M, concuerdan en concebir a la
sobreprotección como factor de riesgo dentro de los
métodos educativos inadecuados, puesto que consideran que
el niño sobreprotegido puede darse cuenta de que ocupa un
lugar privilegiado en la familia, lo que confirma sus
sentimientos de fragilidad y ansiedad respecto a su
supervivencia.11
El predominio de la sobreprotección
como estilo educativo ante la crisis vivenciada concuerda con
resultados precisados en estudios de Psicooncología y
familia, donde se reporta el establecimiento de actitudes
psicopatógenas de sobreprotección o bien mayor
rigidez y menor flexibilidad que en los padres con adolescentes
sin cáncer.12
La ausencia de estilos negligentes en la
muestra estudiada dio cuenta de la significación social
que subyace a la enfermedad y la imperiosa necesidad de llevar a
cabo a cabalidad las demandas comportamentales propuestas por el
personal médico. Estos resultados son congruentes con los
obtenidos en la investigación "Vivir con el cáncer
de un (a) hijo (a)"´, donde la mayoría de madres y
padres entendieron que debían ser aún más
diligentes y cuidadosos (as) en seguir el tratamiento aunque el
(la) niño (a) no mostrara señales de la
enfermedad.13
La sobrecarga en el ejercicio de los roles
se mostró en la figura materna, ya que generalmente eran
las madres, quienes se encargaban del cuidado del niño
durante la etapa de hospitalización y de la
realización de actividades domésticas,
dejándoles poco espacio para su cuidado personal.
Además de que la ausencia de las figuras paternas (en el
caso de 2 familias), trajo consigo la sustitución de roles
familiares, propiciando que las madres y demás miembros
(abuelos, tíos) tuvieran que suplir la carencia afectiva y
funcional manifestada en relación a la figura paterna. La
rigidez en los roles se manifestó en la presencia de
funciones particularmente pautadas y diferenciadas para cada
miembro, lo que evidenció la distribución
dicotómica de las tareas ante la situación.
Igualmente se mostró la distribución de las
funciones en correspondencia con el estereotipo sexual
tradicional, impidiendo el intercambio de roles, los cuales eran
rígidos e inmóviles.
Aunque este factor no influyó
negativamente como determinante en la capacidad de resiliencia
familiar, sí es un elemento susceptible a modificar y
refinar.
La presencia de crisis por incremento, dada
por la inserción al seno familiar de la nueva pareja de la
figura materna no fue considerado como desfavorable para el
afrontamiento positivo ante la crisis, debido a que las
relaciones con este nuevo miembro eran descritas por las familias
como buenas, e incluso constituía fuente de apoyo ante la
situación.
La presencia de crisis por desmembramiento,
dada por el divorcio de los padres y su inadecuado manejo, por la
existencia de peleas y conflictos y la pobre relación
entre los ex conyugues sobre la base de la evitación y la
poca comunicación, constituyó un factor
entorpecedor de un mejor desarrollo de las relaciones
intrafamiliares para el afrontamiento positivo ante la crisis
experimentada.
El abordaje de estas problemáticas
constituye tarea priorizada de los psicólogos insertados
en los grupos funcionales de atención al Cáncer en
la Atención Primaria de Salud.
Referencias
bibliográficas
1. Pérez NC. Caracterización
de la enfermedad neoplásica de la infancia en la provincia
de Ciego de Ávila. Revista Mediciego. [Internet]. 2010
[citado 15 Oct 2011]; 16(1): [aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://www.bvs.sld.cu/revistas/mciego/vol16_01_10/articulos/t-4.html
2. Ministerio de Salud Pública.
Anuario Estadístico de Salud 2010[Internet].La Habana:
Dirección Nacional de Registros Médicos y
Estadística de Salud; 2010 [citado 18 Dic 2011].
Disponible en: http://www.infomed.sld.cu/servicios/estadisticas/
3. Ministerio de Salud Pública.
Programa Integral para el Control del Cáncer en Cuba. La
Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2010.
4. Llorens A, Mirapeix R,
López-Fando T. Hermanos de niños con cáncer:
resultado de una intervención psicoterapéutica.
Psicooncología. [Internet]. 2009 [citado 26 de sept de
2011]; 6(2-3): [aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://revistas.ucm.es/index.php/PSIC/article/viewFile/PSIC0909220469A/15207
5. Torres Pardo B. Impacto
psicológico de la leucemia en el niño y la familia:
estrategias de afrontamiento. Psiquiatría.com [Internet].
2008 [citado 22 nov 2011]; 6(2): [aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://www.psiquiatria.com/bibliopsiquis/handle/10401/4503
6. Rodríguez VM, Real G.
Estilos de Relaciones familiares y resiliencia en familias de
niños y adolescentes oncológicos. Revista de
Psicología UAC. [Internet]. 2007 [citado 12 oct 2011]; 3
(5): [aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://www.monografias.com/trabajos-pdf/relaciones-familiares-ninos-oncologicos/relaciones-familiares-ninos-oncologicos
7. Kotliarenco MA, Gómez E.
Resiliencia Familiar: un enfoque de investigación e
intervención con familias multiproblemáticas.
Revista de Psicología [Internet]. 2010 [citado 22 de sept
2011]; 19(2): [aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://www.tecnovet.uchile.cl/index.php/RDP/article/viewArticle/17112
8. Lanzarote MD, Torrado E.
Orientación y psicoterapia familiar con niños y
adolescentes con enfermedad crónica. Apuntes de
psicología. [Internet] 2009 [10 nov 2011]; 27(2-3):
[aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://www.cop.es/delegaci/andocci//files/contenidos/vol.%2027%20n%BA%202-3,%202009%20apuntes%20psicolog%EDa/20.pdf
9. Gómez E, Muñóz MM,
Haz AM. Familias multiproblemáticas y en Riesgo Social:
Características e Intervención. PSYKHE.
[Internet]. 2007 [citado 15 sept 2011]; 16 (2): [aprox. 1 p.].
Disponible en:
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071822282007000200004&script=sci_arttext
10. Arés P. La familia. Una mirada
desde la Psicología. La Habana: Editorial
Científico-Técnica; 2010.
11. Grau C y Fernández M. Familia y
enfermedad crónica pediátrica. Revista Anales Sis
San Navarra [Internet]. 2010 may-ago [citado 15 sept de 2011];
33(2): [aprox. 1 p.]. Disponible en:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272010000300008&lng=es.
12. Guerra EM. Caracterización
psicológica de los adolescentes con Leucemia
Linfoblástica Aguda. [tesis]. Pinar del Río:
Universidad de Ciencias Médicas; 2010.
13. Castillo E, Chelsa CA. Viviendo con el
cáncer de un (a) hijo (a). Revista Médica de
Colombia [Internet]. 2003 [citado 10 nov 2011]; 34(3): [aprox. 1
p.]. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/283/28334308.pdf
Autor:
Lic. Leidy Cruz Forteza 1
MSc. Lisi Rayna Suárez
García 2
MSc.Nadiosly de la C. de Yncera
Hernández 3
1Licenciada en Psicología.
Departamento Provincial de Promoción y Educación
para la Salud. leidy9017[arroba]princesa.pri.sld.cu
2Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica. Profesora
Auxiliar. Policlínico Docente "Pedro Borrás
Astorga". lisi05[arroba]princesa.pri.sld.cu
3Licenciada en Psicología.
Máster en Psicología Clínica. Profesora
Auxiliar. Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saiz".
Presidenta del Grupo Provincial de Pinar del Río de la
Sociedad de Psicólogos de Cuba. nadia[arroba]sum.upr.edu.cu