- Introducción
- Filosofía o sabiduría
indígena - Sistema de creencias
- Modelo
de justicia - Leyes
a favor de los pueblos indígenas - Actualidad de los pueblos
indígenas - Derechos de los pueblos
indígenas - Extensión geográfica de los
pueblos indígenas - Conclusión
- Bibliografía
Introducción
La mayoría de las etnias, mantienen su identidad
étnica, el idioma y los valores culturales, ancestrales,
entre otras muy diferentes a aquellos indígenas que han
sido atraídos por ciudades. Los Pueblos Originarios de
Venezuela, se caracterizan por poseer armonía con el
entorno, tener capacidad de adaptarse y obtener de el, los
recursos necesarios para la subsistencia.
Poseen una organización casi perfecta, pues
modificaron su paisaje, con el fin de adaptarlo a sus
necesidades, crearon formas de infraestructura, viviendas
construidas como apoyo de la actividad agrícola, para
resguardarse de la lluvia o del sol, y de los peligros a los que
estaban expuestos en la selva, las viviendas hasta nuestros
días son muy populares: La Churuata, La Choza (estas se
usan en el presente en los restaurantes), Palafitos y los
Shabono; también vencieron distancias con la
elaboración de medios de trasporte como las Canoas, con
base a conocimientos previos de la naturaleza, de sus productos y
para tener contacto con las comunidades mas lejanas.
Todas las comunidades indígenas de Venezuela,
desde sus orígenes, tuvieron y han tenido sus formas
ancestrales, propias o autóctonas de producción.
Los pueblos indígenas que en la actualidad habitan
territorio venezolano, desciende de los grupos que ya se
encontraban en el territorio del país en el momento del
arribo de los colonizadores. Una de las características de
estos pueblos es, haberse mantenido relativamente aislados, han
preservado en mayor o menor medidas las costumbres y tradiciones
de sus antepasados.
Filosofía o
sabiduría indígena
Una enseñanza que nos dejan nuestros antepasados
indo americanos es que para la existencia y la continuidad de la
vida, debemos cuidar a nuestra Madre Naturaleza, nuestros
hermanos árboles y animales, así como a los
ríos, lagos, mares, océanos y sobre todo, al aire
oxigenado que nos permite respirar y vivir. Una máxima
filosófica Indo americana es: "yo soy tú, tú
eres yo", que nos habla de que todos somos hermanos, hijos del
sol y de la tierra.
Esta filosofía de hermandad sólo fue
posible en una sociedad en la que no existió la propiedad
privada. Por tanto, los hombres no sólo se trataban como
hermanos, sino que también lo eran, al no estar separados,
ni diferenciados por riquezas materiales. Por lo que respecta a
sus conocimientos científicos sobre la agricultura, las
matemáticas, las fiestas, etc. las tenían
fusionadas con su concepción filosófica acerca del
origen de la vida, tal como lo cuentan sus libros
sagrados.
Toda filosofía es una moral. El propósito
y la intención del sistema de creencias construyen una
moral. La filosofía indígena no afirma que "todo
está vivo", "todo es consciente" o "todo tiene un alma";
afirma que hay que actuar como si así fuera. O sea, hay
que anteponer el respeto, porque lo otro tiene el poder de
dañarnos.
Tal vez se trate de una moral sencilla, pero muy
efectiva, que no requiere de cárceles ni de celadores. La
filosofía indígena procede como si existiera una
fuerza vital universal que conecta a todos los seres vivos, a los
accidentes del paisaje y a los fenómenos naturales.
También vincula a los vivos con los muertos. Son los
chamanes quiénes poseen el poder de mediadores entre estas
fuerzas espirituales.
Sistema de
creencias
La introducción de los restos del Cacique
Guaicaipuro al Panteón Nacional en el mes de diciembre de
2001 es ahora un hito de la inserción de nuestros pueblos
indígenas en una sociedad que paradójicamente
desconoce sus tradiciones, lenguas y
cosmovisión.
Tres familias lingüísticas dividen
principalmente a los grupos étnicos:
– La Arauaca (Guajiro, Paraujano, Baniva,
Curripaco, Yavitero, Piapoco, Guarequena, Baré,
Aruaco);
– La caribe (Cariña, Pemón,
Maquiritare, Panare, Yabarana, Yucpa, Japreria, Acahuayo, Mapoyo,
Chaima) Y La Chibcha (Barí, Tunebo).
– La poca numerosa familia
tupí-guaraní está representada a
través de los indígenas yeral, oriundos del Brasil;
y las demás etnias (Yanomami, Guarao, Yaruro, Guajibo,
Piaroa, Puinabe, Joti, Sapé Y Arutaní) no tienen
filiación precisa.
Aunque cada etnia tiene sus características
específicas tienden a predominar las familias extensas con
algunos casos de organización en clanes, la poligamia
está casi generalizada, hay pluralidad de divinidades, son
culturas de una gran coherencia interna por su persistencia en el
tiempo; y la artesanía, la música, los bailes y la
literatura son manifestaciones utilitarias y creativas a la vez.
En lo económico, casi todas las etnias combinan la
recolección, caza y pesca con la agricultura
itinerante.
La oralidad, transmisora de cultura: En la
actualidad los miembros de las culturas orales están su
ingresos al mundo de la escritura, guiado por el principio de que
en esta época ya es imposible que las sociedades
indígenas sigan permaneciendo aislados entre si,
autocráticas y autosuficiente.
En las sociedades indígenas el saber es
transmitido de manera oral. La participación del individuo
en la producción cultural es distinta, en efecto son los
individuos quienes producen nuevos intentos técnicos,
cantos, historia, etc., para ser integrados en la cultura tienen
que ser aprobados y aceptados por el grupo, por ejemplo: si una
persona produce un canto, este puede ser escuchado por otros y
transmitido de boca, en boca, hasta que todo el grupo lo cante:
este canto se vuelve patrimonio del grupo.
Lenguas indígenas: Muchas de las lenguas
indígenas de Venezuela se encuentran amenazadas y/o en
peligro de extinción. Las dos familias
lingüísticas con el mayor número de idiomas
son la Arahuaca y la Caribe. Según datos disponibles del
último censo indígena (1992) y vivienda de 2001, en
Venezuela se habla al menos 31 lenguas indígenas, de los
cuales 25 se agrupan en siete familias lingüísticas,
y los otros 6 no prestan parentesco reconocible con otras lenguas
y por lo tanto se consideran lenguas aisladas.
Venezuela cuenta con algo más de treinta lenguas
y culturas indígenas, ninguna de las cuales es
desconocida, gracias a un importante número de
investigadores, algunos de ellos indígenas, quienes han
desarrollado la mayor parte de su labor en los últimos
cincuenta años. No obstante, la riqueza de estas
manifestaciones es tal que aún falta extender y
profundizar mucho más esta labor, antes de poder afirmar
que poseemos un conocimiento realmente sólido de este
campo, por lo que se hace necesario seguir investigando y emplear
en grado creciente las nuevas tecnologías
electrónicas y computarizadas para la recolección y
análisis de nuevos textos emergentes, a veces muy
distintos a los ya conocidos.
Las grandes familias lingüísticas
representadas en las etnias de Venezuela son la arawak, caribe,
chibcha y tupí-guaraní, ya que la familia timote
parece haberse extinguido en la primera mitad del siglo XX en los
Andes venezolanos.
Las lenguas arawak son las más numerosas: el
wayuu (guajiro) y el añú (paraujano) en el estado
Zulia; el lokonó o arawako, en el estado Delta Amacuro. El
resto de las lenguas arawak se encuentran en el estado Amazonas,
el tsaase o piapoko, el kurrim o kurripako, el baniva, el
yavitero (casi extinto), el wakena y el baré. Las lenguas
caribe: yukpa y japreria, en el estado Zulia; el kariña en
los estados Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre;
el pemón, en el estado Bolívar; el eñapa o
panare, en el estado Bolívar; el mapoyo, y el yekuana, en
los estados Bolívar y Amazonas; el yabarana, en el estado
Amazonas. La familia chibcha en Venezuela está
representada por la etnia barí, en el estado Zulia, y
algunos agregan a los tunebo, quienes ocasionalmente aparecen en
la frontera colombo-venezolana. El tupí-guaraní
tiene como único exponente el geral, suerte de
prolongación de la etnia del mismo nombre que puebla
distintas subregiones del norte de Brasil. Por otra parte, en
Venezuela abundan las lenguas indígenas independientes,
vale decir no afiliables a ninguna de las grandes familias
conocidas: el warao, en los estados Delta Amacuro, Monagas y
Sucre; el sapé y arutaní, semiextintas, en el
estado Bolívar; el sanemá y el yanomami,
integrantes de una sola familia, en los estados Bolívar y
Amazonas. El jivi o guajibo, en los estados Apure y Amazonas; el
jiwi o cuiba, muy emparentados con el anterior, en los estados
Amazonas y Apure; el piaroa, en los estados Amazonas y
Bolívar; el puinave, el maco (parecido al piaroa) y el
sáliva (al norte, en los límites con Colombia), en
el estado Amazonas; el pumé o yaruro, en el estado
Apure.
Organización social y política de los
indígenas de Venezuela: la mayoría de las
etnias, mantienen su identidad étnica, el idioma y los
valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a
aquellos indígenas que han sido atraídos por
ciudades. Como toda comunidad humana, los indios tenían
una organización que les era peculiar, propio de ellos; su
organización social, no era igual en todos los lugares
venezolanos, pero sí disponía de rasgos generales
comunes, solo se caracterizan por poseer formas de vida y
organización distintas de las sociedades Modernas e
industrializadas a continuación se nombraran algunas de
sus formas de sistemas.o
Social y Político: Los Pueblos Originarios
de Venezuela, se caracterizan por poseer armonía con el
entorno, tener capacidad de adaptarse y obtener de el, los
recursos necesarios para la subsistencia. Se especializaron en
actividades como la caza, que requería de grandes
habilidades físicas y mucho arrojo, y por esta
razón, el liderazgo de los pueblos recaía en los
hombres más fuertes, capaces para procurar los alimentos.
Unas de sus características predominantes, es el
matrimonio de los indígenas, este le daba un orden a su
vida social, pues lo más importante era la familia, la
cual definía las costumbres de la vida en común de
los indígenas, era extensa y a veces una sola formaba una
gran población. En su organización política
cuentan con un consejo de ancianos. En algunos grupos este
consejo se elige una autoridad especial, en ocasiones esta
autoridad es llamada el Piache o Chaman o Brujo de la Tribu. Los
jefes guerreros, conductores de los enfrentamientos entre pueblos
indígenas, desarrollaron rivalidades contra otros grupos,
algunas de las cuales generaron guerras y matanzas.
Algunos pueblos eran pacifistas y se escogía un
jefe, al que poseía mucha experiencia de conocimientos
religiosos y el que mediaba con otros pueblos para usar y
aprender de otras costumbres, eso hacía que tuvieran
relaciones constantes con otras etnias. Tenían diversas
organizaciones sociales y políticas, pues predominaban
formas de liderazgo más locales, más igualitarias y
no poseían Estado. Poseen una organización casi
perfecta, pues modificaron su paisaje, con el fin de adaptarlo a
sus necesidades, crearon formas de infraestructura, viviendas
construidas como apoyo de la actividad agrícola, para
resguardarse de la lluvia o del sol, y de los peligros a los que
estaban expuestos en la selva, por ejemplo las viviendas hasta
nuestros días son muy populares: La Churuata, La Choza
(estas se usan en el presente en los restaurantes), Palafitos y
los Shabono; también vencieron distancias con la
elaboración de medios de trasporte como las Canoas, con
base a conocimientos previos de la naturaleza, de sus productos y
para tener contacto con las comunidades mas lejanas. Cada mujer
de la tribu, no podía tener la cantidad de hijos que
pudiera o quisiera, pues solo podía trasladar los que
pudiera llevar de un lugar a otro.
Sistema Económico (Sistema De
Producción): Todas las comunidades indígenas de
Venezuela, desde sus orígenes, tuvieron y han tenido sus
formas ancestrales, propias o autóctonas de
producción. Por muchos años fueron los
dueños de los medios de producción, hasta que llego
la Colonia. Por supuesto que esos medios de producción: La
tierra y otros fueron ordinarios, rústicos y sin la
posibilidad, de utilizar medios tecnológicos inexistentes
en nuestras tierras en esos tiempos, para modificarlos o
mejorarlos para un mejor rendimiento. Crearon una
artesanía indígena, basaban su alimentación
en la agricultura, la caza y la pesca; y de ella pudieron vivir
por mucho tiempo hasta que los imperialistas de aquel tiempo los
despojaran hasta de sus propias vidas.
Fueron saqueados del principal factor de
producción del cual disponían a su capricho, como
lo fue las grandes extensiones de tierra por donde merodeaban a
sus anchas. Vino la Colonia y con ella los males que siempre se
irradian per se, del sistema de dominación del hombre por
el hombre: Esclavitud, Latifundio, Capitalismo, Imperialismo.
Antes de la Conquista, las comunidades indígenas reflejan
su producción creadora en los complejos líticos
ubicados en el período de cazadores; en la
cestería, la cerámica y los trabajos de concha; en
los objetos para guardar y preservar los granos y raíces y
en los instrumentos de pesca, testimonios todos de una
producción artesanal que transforma la naturaleza,
reflejando la evolución económica local ,es decir,
el eco desarrollo", adaptando y creando tecnologías
adecuadas a las condiciones ecológicas de la
región.
A partir del siglo XVI, con la conquista y
colonización española, se transforman estos modos
de producción y la vinculación de las comunidades
indígenas con su entorno. Aunque, en general, la dieta de
las comunidades indígenas continuó
prácticamente imperturbable en lo referente al
autoconsumo, debían, por otra parte, producir un conjunto
de otros bienes económicos con valor de cambio,
creándose así lo que podría designarse como
una doble personalidad social.
Este hecho era particularmente cierto en el caso de
manufacturas tales como los tejidos de algodón o de fique,
que si bien constituían una artesanía tradicional,
eran consideradas como una especie de moneda de cambio. Por otra
parte, a medida que los indios fueron perdiendo el control
efectivo de sus tierras, su trabajo quedó disponible para
diversas explotaciones económicas, tanto agrícolas
como pecuarias y artesanales, abriendo el camino para el
desarrollo de una economía de tipo capitalista,
viéndose también la clase dominante, en
posición de exigir al indio como tributo, productos que no
formaban parte de la estructura tradicional
indígena.
Modelo de
justicia
La justicia es una aspiración humana de
carácter universal, que contribuye al mantenimiento de las
normas de convivencia entre los integrantes del organismo social
ya que, fortalece la democracia y detiene la creciente
criminalidad, resulta primordial armonizar las políticas
judiciales con un concepto de atención integral de las
poblaciones más vulnerables, entre ellas, las
indígenas.
La relación histórica del Estado con los
descendientes de los habitantes originarios del territorio, ha
transitado desde la negación, pasando por la
asimilación, integración y coordinación,
hasta llegar hoy al reconocimiento de su derecho a participar en
la vida nacional con respeto a su cultura. Es importante dejar
atrás interpretaciones tendentes a "exotizar" a los
indígenas, presentándolos como una continuidad
directa de las sociedades anteriores a la conquista europea y
comprender que son seres humanos con plenos derechos, iguales
ante la ley y que comparten necesidades y aspiraciones de todos
los habitantes.
El nuevo modelo justicia para los indígenas del
país, ha obligado al Estado, a desarrollar a través
del aparato institucional, políticas públicas
respetuosas de la diversidad sociocultural y adaptadas a las
particularidades de todos los grupos sociales que integran la
nación.
El Poder Judicial, con especial interés de la
Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, ha
venido realizando esfuerzos a fin de hacer efectivo el acceso a
la justicia a los pueblos indígenas, como parte de una
política integral de grupos en situación de
vulnerabilidad, partiendo de la concepción de que "no
existe ninguna razón para que no seamos capaces de vivir
con respeto a las diferencias que la vida nos presenta, ya sea
por el color de nuestra piel, el género, las creencias o
las diferencias externas que podamos presentar, con una dignidad
intrínseca que deriva de nuestra esencia como seres
fundamentalmente morales". Venezuela es un país
multicultural, que reconoce y garantiza la existencia de los
pueblos y comunidades indígenas.
Leyes a favor de los
pueblos indígenas
Por primera vez en la historia los derechos de los
indígenas fueron garantizados y fue en la
Constitución Nacional de 1999. El preámbulo de la
Constitución de 1999, resalta el carácter
multiétnico y pluricultural de la sociedad venezolana. El
capítulo VIII del titulo III, reconoce la existencia de
los pueblos y comunidades indígenas, su
organización social, política y económica,
sus culturas y costumbres, idiomas, religiones, así como
su hábitat y el derecho a la propiedad colectiva sobre las
tierras que ocupan, las cuales son indispensables para garantizar
sus formas de vida. Por lo tanto, el aprovechamiento de los
recursos naturales existentes en las tierras indígenas
debe hacerse previa información y consulta a las
comunidades respectivas.
La Constitución hace énfasis en los
derechos sociales de los pueblos indígenas: el derecho a
una educación intercultural bilingüe, a la salud, a
la medicina tradicional, a sus prácticas económicas
tradicionales, a participar en la economía nacional como
trabajadores y trabajadoras, a la formación profesional, a
participar en programas de capacitación y contar con
servicios de asistencia técnica y financiera que
fortalezcan sus actividades económicas, y a la
participación política de los indígenas en
la Asamblea Nacional y en los cuerpos deliberantes de las
entidades federales y locales con población
indígena.
La Constitución de 1999 reconoció por
primera vez el carácter multiétnico y pluricultural
del país, incluye un capítulo especialmente
dedicado a los derechos de los pueblos indígenas y
abrió espacios de participación política
indígena a nivel nacional, estadal y municipal.
Finalmente, ordena la elaboración, con
carácter prioritario, de la primera Ley Orgánica de
Pueblos y Comunidades Indígenas, que tiene por objeto
desarrollar los derechos constitucionales y aquellos que han sido
suscritos por la República en los convenios, pactos y
tratados internacionales. Así mismo, por medio de esta ley
orgánica, se pretende proteger la vida y desarrollo
sostenible de los pueblos indígenas, establecer los
mecanismos de relación entre los pueblos indígenas
y el Estado, y servir de marco normativo a otras leyes referidas
a los derechos de los pueblos indígenas. Para los efectos
del presente enfoque, es de particular importancia el
artículo 122 porque garantiza el derecho a la salud
integral y el reconocimiento a la medicina tradicional de los
pueblos indígenas: "Los pueblos indígenas tienen
derecho a una salud integral que considere sus prácticas y
cultura.
El Estado reconocerá su medicina tradicional y
las terapias complementarias, con sujeción a principios
bioéticos." Con base en esta norma constitucional, el
Anteproyecto de Ley Orgánica de Salud incluyó siete
artículos y una disposición final que norman los
derechos y servicios de salud dirigidos a la población
indígena. Estos artículos son el 10, el 24, el 26,
el 32, el 60, el 135, el 148 y la cuarta disposición
final.
Entre los principales logros se podría
nombrar:
– Año 2001 entró en vigor la Ley
Orgánica de Demarcación y Garantía del
Hábitat y Tierras de los Pueblos
Indígenas.
– Año 2002 se ratificó el convenio 169 de
la OIT.
– Año 2005 la Ley Orgánica de Pueblos y
Comunidades Indígenas desarrolló y consolidó
ampliamente este marco de derechos.
– Año 2009 se conmemoró la
promulgación de "52 leyes que reivindican indirectamente
los derechos de los pueblos indígenas".
– Se promulgó la Ley de Patrimonio Cultural de
los Pueblos y Comunidades Indígenas y la Ley del Artesano
y Artesana Indígena. Y Se inició el proceso de
discusión y consultas del Proyecto de Ley de
Coordinación de la Jurisdicción Especial
Indígena con el Sistema Judicial Nacional.
En enero del 2001 se promulgó la Ley de
Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras
de los Pueblos Indígenas, cuyo objeto es "regular la
formulación, coordinación y ejecución de las
políticas y planes relativos a la demarcación del
hábitat y tierras de los pueblos y comunidades
indígenas a los fines de garantizar el derecho a las
propiedades colectivas de sus tierras." Esta es la primera Ley
que contiene los nombres de los pueblos y comunidades
indígenas de Venezuela. Sin embargo, la misma ley
señala que se trata de los pueblos y comunidades hasta
ahora identificados. Por ello no implica la negación de
los derechos de otros pueblos o comunidades que por razones de
desconocimiento no están identificados por Ley. Tal
consideración permite que dentro del marco jurídico
puedan reconocerse otros pueblos y comunidades indígenas
que en algún momento se consideraron desaparecidos o que
no hayan sido contactados hasta los momentos.
Siguiendo el mandato constitucional, en mayo del 2002 se
dicta el Decreto 1795 que dispone la obligatoriedad del uso de
los idiomas indígenas, en forma oral y escrita, en los
planteles educativos públicos y privados ubicados en los
hábitats indígenas, así como en zonas
rurales y urbanas habitadas por indígenas, en todos los
niveles y modalidades del sistema educativo nacional. En la misma
fecha se aprueba el Decreto 1796, que crea el Consejo Nacional de
Educación, Cultura e Idiomas Indígenas. Son las
definiciones fundamentales que debería manejar todo el que
trabaje con la temática de los pueblos
indígenas.
Actualidad de los
pueblos indígenas
Los pueblos indígenas que habitan territorio
venezolano, desciende de los grupos que ya se encontraban en el
territorio del país en el momento del arribo de los
colonizadores. Una de las características de estos pueblos
es, haberse mantenido relativamente aislados, han preservado en
mayor o menor medidas las costumbres y tradiciones de sus
antepasados. Cada pueblo indígena ocupa un territorio que,
de acuerdo a sus creencias, les fue otorgado por los Dioses. Son
lugares sagrados a los que les deben cuidado y respeto y en los
que viven organizados en pequeñas comunidades o poblados.
Estas comunidades generalmente son independientes
económica y políticamente unas de otras, aunque
mantienen entre sí estrechas relaciones
sociales.
Los cabeza de familia o jefes de cada una de las
familias de la comunidad, conforman una especie de consejo
reconocido como la máxima autoridad. Entre los miembros de
ese consejo se escoge uno de ellos para que los represente en sus
relaciones con otras comunidades. Estos jefes basan su poder en
el prestigio que les proporciona su conocimiento sobre la
historia sagrada, rituales y ceremonias, técnicas de caza
y pesca, construcción de viviendas, comercio, etc. A su
sabiduría deben agregarse la ecuanimidad, la tolerancia y
el buen juicio. Su liderazgo es reconocido por todos, pero no
pueden imponer su voluntad, ni ejercer su poder sobre los otros
miembros de la comunidad. En algunas etnias la autoridad se
transmite de padres a hijos dentro de un mismo grupo. Las
decisiones que afectan a la comunidad son tomadas de forma
unánime en asambleas, luego de que cada uno de los
miembros adultos ha dado su opinión al
respecto.
En general, las sociedades indígenas de ahora,
como las de nuestros antepasados, son sociedades profundamente
democráticas en las que los alimentos, el trabajo y las
diferentes responsabilidades que garantizan el bienestar de la
comunidad son compartidas por todos sus miembros.
Las mujeres, por su parte, se ocupan de la
preparación de los alimentos, del cuidado de los
niños y de garantizar la provisión diaria de agua y
leña. También se ocupan del hilado del
algodón, tejen cestas y chinchorros, así como
collares y otros adornos que utilizan en su atavío
personal. Ellas son las responsables del conuco y del fuego del
hogar. Los ancianos son responsables de los ritos y las
ceremonias, deben conocer a la perfección la historia
sagrada, y narrar sus enseñanzas a los más
jóvenes para mantener viva la tradición. La
educación está basada en el ejemplo. Los
niños y jóvenes colaboran con sus padres y
tíos en las distintas actividades que realizan, los
adultos los orientan siempre con mucha paciencia y tolerancia,
sin recurrir jamás al castigo físico.
Los pueblos indígenas que viven en nuestro
territorio han adoptado mucho de las costumbres de la vida
moderna al igual que ocurrió en los tiempos de la colonia,
cuando por ejemplo, fueron convencidos en creer en un solo Dios.
Los indígenas que habitan en lugares de difícil
acceso, como las selvas, mantienen vivas sus costumbres
ancestrales mientras que la situación de otros es
diferente; se le utiliza fines particulares en la
explotación de la tierra. Al igual que en el pasado, estas
comunidades se ven afectadas también por el impacto
ambiental que generan las diferentes actividades
económicas que se realizan en los espacios donde habitan.
En vista de esta situación se han organizado en grupo de
prisión siguiendo el ejemplo de otros países, donde
gracias a sus protestas y peticiones se le han reconocido sus
derechos, entre los que se incluye el respeto a su territorio,
lenguas y costumbres.
En la actualidad, nuestra comunidad indígena
participa de manera activa, a través de sus representantes
en la Asamblea Nacional, en las decisiones económicas,
políticas, sociales y culturales, conjuntamente con el
resto de la población venezolana.
Es importante resaltar que la mayoría de las
etnias, pueblos originarios, se han adaptado a la convivencia a
la población criolla, aunque aún mantienen su
identidad étnica, el idioma y los valores culturales,
ancestrales, entre otras muy diferentes a aquellos
indígenas que han sido atraídos por ciudades como:
Maracaibo, Tucupita, Puerto Ayacucho y Caracas, en donde viven en
esta ciudad algunos en condiciones deplorables y constituyen
parte de la población urbana marginal.
Los indígenas que habitan en Venezuela son
descendientes de aquellos primeros pobladores que llegaron a
territorio venezolano hace miles de años, provenientes de
diferentes lugares de la tierra, en especial desde Asia. Y aunque
todos los pueblos presentan este origen común, cada uno de
ellos ha desarrollado su manera de ser, adecuándose a sus
condiciones particulares de vida. En la actualidad sólo se
tiene registro de los pueblos más numerosos, pero existen
otros que aún se deben conocer y proteger.
Derechos de los
pueblos indígenas
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; le dedica un capitulo por completo a
los pueblos indígenas, además de nueve
artículos vinculantes y tres disposiciones transitorias.
Es la construcción de un ordenamiento jurídico
acorde con los principios y valores, desarrollando espacios de
interacción que permitan la incorporación de los
saberes, derechos, usos, costumbres y cosmovisión de
nuestros pueblos y comunidades indígenas.
El nuevo contexto legal ha favorecido, la
participación de representantes indígenas en
espacios de poder y cargos de elección popular y esto ha
hecho que las instituciones gubernamentales, han venido
adaptándose a la nueva normativa, creando oficinas para el
diseño e implementación de políticas
públicas dirigidas a la población indígena
según sus áreas de competencia y en la
mayoría de las instancias son encabezadas por los mismos
indígenas.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por generar
alternativas, se continúa dependiendo de un modelo
económico desarrollista basado en la explotación de
recursos naturales. Esto genera conflictos con las poblaciones
asentadas en territorios con potencial minero, maderero,
agroindustrial o geoestratégico.
A lo largo de la historia el Estado ha escrito sus
políticas sin reconocer a las comunidades de los pueblos
indígenas; sus derechos olvidados por mas de ciento y
tanto años, a pesar que todos los proyectos
constitucionales elaborados por el Libertador Simón
Bolívar, los cuáles garantizaban la libertad y la
seguridad jurídica de los pueblos y sus instituciones
políticas.
Los pueblos
indígenas, que han resistido y hoy sobreviven, a partir de
1999, vislumbran un nuevo camino, que en justicia se inicia
reconociendo el sacrifico de los antepasados aborígenes en
la construcción de la soberanía de nuestra patria y
definiendo al Estado como multiétnico y pluricultural, en
la nueva
Extensión
geográfica de los pueblos indígenas
En el año 2001 se realizó el XIII censo
general de población y vivienda, que por primera vez
incluyó el censo de comunidades indígenas el cual
arrojó un total de 354.400 personas pertenecientes a un
grupo indígena, y el censo de las comunidades
indígenas, en el cual se registraron 178.383 habitantes.
Ambas cifras arrojan un total de 523.783 habitantes
indígenas distribuidos en todo el territorio nacional, que
representa el 2.3% de la población nacional.
Según el censo de 1992, en Venezuela se
encuentran 28 etnias ubicadas en diez estados: Amazonas,
Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta Amacuro,
Mérida, Monagas, Sucre, Trujillo y Zulia.
Las 28 etnias son las siguientes: Akawayo,
Añú, Arawak, Baré, Barí, Baniva,
Eñepa, Guajibo (Jivi), Jodi, Kariña, Kurripaco,
Mapoyo, Pemón, Pumé, Piapoko, Piaroa, Puinave,
Sáliva, Sape, Uruak, Warao, Warekena, Wayuu, Yavarana,
Yekuana, Yeral, Yanomami y Yukpa. La población
indígena, representaba el 1.5% de la población
total del país y los grupos étnicos con mayor
volumen de población era: Wayuu 63 %, Warao 9 %,
Pemón 7 %, Añú 7 %, Yanomami 6 %, Guajibo 4
%, y Piaroa 4 %.
Distribución geográfica
de los pueblos indigenas en Venezuela.
Ubicación geográfica:
– Amazonas: Baniva, baré, cubeo, jivi,
jodi, kurripako, piapoko, pinave, sáliva, sánema,
piaroa, Yanomami, warekena, yabarana, yekuana, mako,
ñengatú.
– Anzoátegui: Kariña, y
Cumanagoto.
– Apure: Jivi, pumé, y kuiva.
– Bolívar: Uruak, Akawayo, Arawak,
Eñepa, Jodi, Kariña, Pemón, Sape, Piaroa,
Wanai, Yekuana y Sánema.
– Delta Amacuro: Warao, Arawak.
– Mérida: Wayuu.
– Monagas: Kariña, Warao, Chaima,
Cumanagoto.
– Sucre: Kariña, Warao, Chaima, y
Cumanagoto.
– Trujillo: Wayuu
– Zulia: Añú, Bari, Wayuu
(Guajiro), Yukpa y Japreria.
Conclusión
En el año 2001 se realizó el XIII censo
general de población y vivienda, que por primera vez
incluyó el censo de comunidades indígenas, el cual
arrojó un total de 523.783 habitantes indígenas
distribuidos en todo el territorio nacional, que representa el
2.3% de la población nacional. Según el censo de
1992, en Venezuela se encuentran 28 etnias ubicadas en diez
estados representaba el 1.5% de la población total del
país y los grupos étnicos con mayor volumen de
población era: Wayuu 63 %, Warao 9 %, Pemón 7 %,
Añú 7 %, Yanomami 6 %, Guajibo 4 %, y Piaroa 4 %.
Tres familias lingüísticas dividen principalmente a
los grupos étnicos: La Arahuaca, La caribe y La poca
numerosa familia tupí-guaraní. Muchas de las
lenguas indígenas de Venezuela se encuentran amenazadas
y/o en peligro de extinción. La mayoría de las
etnias, mantienen su identidad étnica, el idioma y los
valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a
aquellos indígenas que han sido atraídos por
ciudades.
La Constitución de 1999 reconoció por
primera vez el carácter multiétnico y pluricultural
del país, incluye un capítulo especialmente
dedicado a los derechos de los pueblos indígenas y
abrió espacios de participación política
indígena a nivel nacional, estadal y municipal. El nuevo
modelo justicia para los indígenas del país, ha
obligado al Estado, a desarrollar a través del aparato
institucional, políticas públicas respetuosas de la
diversidad sociocultural y adaptadas a las particularidades de
todos los grupos sociales que integran la nación. El Poder
Judicial, con especial interés de la Presidencia de la
República Bolivariana de Venezuela, ha venido realizando
esfuerzos a fin de hacer efectivo el acceso a la justicia a los
pueblos indígenas, como parte de una política
integral de grupos en situación de vulnerabilidad.
Venezuela es un país multicultural, que reconoce y
garantiza la existencia de los pueblos y comunidades
indígenas. La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; le dedica un capitulo por completo a
los pueblos indígenas, además de nueve
artículos vinculantes y tres disposiciones
transitorias.
Bibliografía
http://comunicacionsocialenlahistoria.blogspot.com/2011/05/pueblos-indigenas-y-sistemas-juridicos.html
http://jvictorhp.blogspot.com/2011/01/la-introduccion-de-los-restos-del.html
Principales Grupos Indígenas de
Venezuela
Autor:
Maria de los A.
Pérez