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Presidentes de Venezuela (página 3)




Enviado por paola



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En junio de 1886 regresa al Táchira,
acompañando las fuerzas invasoras de los generales Segundo
Prato, Buenaventura Macabeo Maldonado y Carlos Rangel Garbiras
quienes, una vez más, enarbolan la bandera autonomista
frente a los atropellos del gobernador de la sección
Táchira del gran estado Los Andes, general Espíritu
Santo Morales. Le toca derrotar al coronel Evaristo Jaimes en
Capacho Viejo y al propio gobernador Morales en Rubio. Ascendido
al grado de general, Cipriano Castro comienza a destacarse dentro
de la política local del gran estado Los Andes.
Según lo refiere la tradición histórica, es
durante el entierro de Evaristo Jaimes, quien había muerto
en el combate, cuando conoce a Juan Vicente Gómez, su
futuro compadre y compañero de aventuras. En 1888, cuando
Carlos Rangel Garbiras es designado presidente del gran estado
Los Andes, Castro accede a la gobernación de la
sección Táchira, posición desde la cual se
hace de una mayor clientela. Su fama sigue en ascenso cuando, en
1890, se encarga de la Comandancia de Armas y posteriormente,
cuando es electo diputado por la sección Táchira al
Congreso Nacional. Para la fecha, ya ha forjado estrecha amistad
con Juan Vicente Gómez. La actuación de Castro en
el Parlamento lo da a conocer en los cenáculos de mayor
audiencia nacional y le permite vincularse al círculo del
entonces presidente Raimundo Andueza Palacio, de cuya causa
continuista se convierte en entusiasta seguidor. Con el objeto de
apoyar de manera efectiva el proyecto de Andueza, regresa al
Táchira en marzo de 1892. Merced a la colaboración
de Juan Vicente Gómez, Emilio Fernández y Francisco
antonio Colmenares Pacheco, organiza un ejército para
enfrentarse a la Revolución Legalista que se ha fomentado
en todo el país contra la política
oficial.

Realiza entonces una campaña militar
que comienza por la derrota de 2.000 hombres mandados por
Espíritu Santo Morales y Eliseo Araujo. Luego de exitosos
combates en Palmira y San Juan de Lagunillas, entra a
Mérida con la intención de marchar hacia Caracas,
pero el avance de Joaquín Crespo contra las tropas
anduecistas, indicativo de una masiva victoria de la
revolución, lo obliga a abandonar. Marcha al exilio y
permanece 7 años (1892-1899) en la hacienda Los Vados, en
las cercanías de Cúcuta, mientras Juan Vicente
Gómez se establece en una finca vecina. Desde el
ostracismo, contempla la descomposición del liberalismo
tradicional y desarrolla una activa campaña publicitaria,
con el objeto de presentarse como una opción
política ante la crisis nacional. Ya a mediados de 1898,
el partido castrista se moviliza en todo el Táchira en
procura de mayores apoyos para su líder, cuyo nombre
sugiere para la presidencia del estado. A medida que aumenta la
desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio Andrade,
crece el dinamismo de los partidarios de Castro, que a la postre
se convierten en Comité Revolucionario. A principios de
1899 se aproxima a Rangel Garbiras, quien también se
encontraba exiliado, buscando una acción conjunta, pero no
se logra el acuerdo entre ambos hombres. Castro resuelve entonces
organizar un movimiento revolucionario bajo su comando exclusivo,
con la colaboración de Juan Vicente Gómez, Manuel
Antonio Pulido, Froilán Prato, Emilio Fernández,
Régulo Olivares y Santiago Briceño
Ayesterán, entre otros oficiales de confianza. Así
forja la Revolución Liberal Restauradora, que comienza con
la invasión del territorio nacional, el 23 de ma -yo de
1899. En adelante, Castro realiza una campaña en la cual
destacan los siguientes hechos armados: Tononó
(24.5.1899), Las Pilas (27.5.1899), El Zumbador (9.6.1899),
Cordero (28.6.1899), Tovar (6.8.1899), Parapara (26.8.1899),
Nirgua (2.9.1899) y Tocuyito (14.9.1899). El presidente Andrade
abandona el país por el incontenible avance del
«Restaurador», quien entra a Caracas el 22 de octubre
de 1899 para convertirse en primer magistrado hasta diciembre de
1908. Durante su gobierno se destacan: la Revolución
Libertadora (1901-1903); el bloqueo de las armadas de Inglaterra,
Alemania e Italia a los puertos venezolanos (diciembre
1902-febrero 1903) que motivó la célebre proclama
«Venezolanos, la planta insolente del extranjero ha
profanado el sagrado suelo de la patria»; los juicios
contra varias de las empresas extranjeras que operaban en el
país; el movimiento de La Aclamación (1906) y La
Conjura (1907). En las manos de Castro se liquidan los centros
dispersos de poder político y se prepara el advenimiento
de un gobierno plenamente autoritario. Pero, a la vez,
protagoniza un proceso de deterioro moral que trastorna la marcha
del gobierno, provoca la escisión entre sus partidarios y
origina fuertes reacciones de gobiernos extranjeros. Debido a su
salud minada por toda clase de excesos, Cipriano Castro viaja a
Europa en noviembre de 1908 con el objeto de someterse a una
riesgosa operación quirúrgica en Alemania, dejando
en el poder transitoriamente al vicepresidente de la
República, general Juan Vicente Gómez.

El mandatario encargado se aprovecha de las
circunstancias para efectuar un incruento golpe de Estado, el 19
de diciembre de ese año. Inmediatamente después de
su caída, Cipriano Castro sufre el acoso de las potencias
resentidas por la política que sostuvo durante 8
años. Los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Gran
Bretaña y Holanda se coligan con el objeto de impedir su
retorno a Venezuela. De esta manera se consolida el
régimen gomecista, mientras el «peligroso»
viajero deambula sin fortuna por las islas vecinas. Como carece
de apoyos para una invasión armada, se marcha a Madrid
para luego convalecer de su operación en París y en
Santa Cruz de Tenerife. A fines de 1912 pretende pasar una
temporada en Estados Unidos, pero es apresado y vejado por las
autoridades de inmigración y obligado a marcharse en
términos perentorios (febrero 1913). Por fin se establece
en Santurce, Puerto Rico (1916), constantemente vigilado por los
agentes enviados por Juan Vicente Gómez. En 1917 se le
aproximan representantes del Gobierno norteamericano, disgustados
por la neutralidad gomecista durante la Primera Guerra Mundial,
con el objeto de atraerlo para una posible reacción contra
el Gobierno venezolano; pero el exiliado rehúsa las
ofertas de la Casa Blanca. En la historiografía
venezolana, Cipriano Castro es conocido también bajo el
apodo de el Cabito, traducción del apodo de le petit
caporal con el cual se designaba a Napoleón, personaje que
Castro muchas veces pretendió emular. El Cabito fue
también el título de una célebre novela de
Pedro María Morantes, Pío Gil (1909) que
satirizó duramente al régimen de la
Restauración Liberal. Sus restos reposaron en el
cementerio de San Juan de Puerto Rico hasta el 25 de mayo de
1975, cuando fueron repatriados e inhumados en un mausoleo de su
pueblo natal. (Fuente: Enciclopedia Polar).

Juan
Vicente Gómez

Hacienda La Mulera (Edo. Táchira)
24.7.1857 _ Maracay (Edo. Aragua) 17.12.1935Jefe militar, hombre
de Estado, presidente de la República desde el 19 de
diciembre de 1908 hasta el 17 de diciembre de 1935. Fueron sus
padres Pedro Cornelio Gómez y Hermenegilda Chacón
Alarcón. Pedro Cornelio Gómez era hijo de Ana
Dolores Gómez Nieto y de José del Rosario
García Bustamante, quien le donó la hacienda La
Mulera de la cual era propietario así como de la hacienda
La Isla, heredadas a su vez de su padre, el capitán
Eleuterio García Rovira, quien las había obtenido
en pago de sus haberes militares por sus servicios en la Guerra
de Independencia.

Del matrimonio de Pedro Cornelio
Gómez con Hermenegilda Chacón Alarcón hubo
13 hijos, de los cuales murieron a temprana edad 4, siendo los
otros: Juan Vicente, Indalecia, Juan Crisóstomo, Elvira,
Regina, Ana, Pedro, Emilia y Aníbal. En enero de 1875,
Pedro Cornelio Gómez fue designado presidente del Concejo
Municipal del distrito Bolívar del estado Táchira y
falleció el 14 de agosto de 1883, asumiendo su hijo Juan
Vicente desde entonces la representación de la familia y
la dirección de sus negocios agrícolas y
pecuarios.En junio de 1886, se ve conmovido el Táchira por
el enfrentamiento entre 2 fracciones del Partido Liberal Amarillo
que se disputan el Gobierno regional. Una expedición
revolucionaria encabezada por los generales Segundo Prato y
Buenaventura Macabeo Maldonado y por el coronel Cipriano Castro
invade el Táchira con el propósito de asaltar la
plaza de Capacho Viejo y enfrentarse a las tropas que comandan
los generales Espíritu Santo Morales y Evaristo Jaimes;
este último, de quien Gómez es compadre, muere en
la acción y Juan Vicente Gómez viaja desde La
Mulera al campamento de los revolucionarios con el
propósito de reclamar el cadáver para darle
sepultura; allí conoce a Cipriano Castro y establece
amistad con él, vínculo que al correr del tiempo,
se consolida cuando Gómez hace a Castro padrino de uno de
sus hijos. El historiador Antonio Dávila, al referirse a
esta etapa de la vida de Juan Vicente Gómez (1886-1892),
anota que «…en los pueblos de San Antonio, Capacho,
Lobatera y Táriba no habían familias de mayor
pujanza que los Gómez, los Castro y los Bello. A la casa
de La Mulera subían las familias de San Antonio: los
Prato, los Maldonado, los García, los Merchán, los
Cuberos, los Acero, los Galavís; o bajaban de Capacho: los
Castro, los Cárdenas, los Velasco, los Jaimes, los
Pernía, y pasaban allí horas o días de
esparcimiento, donde eran atendidos de la manera más
cordial, primero por don Pedro Cornelio y luego por su hijo Juan
Vicente…»En 1892, Venezuela se ve nuevamente envuelta en
una gran crisis política y en la guerra civil provocada
por la aspiración continuista del presidente Raimundo
Andueza Palacio, quien pretende aprovechar la aprobación
de una reforma constitucional que amplía la
duración del período presidencial para permanecer
en el ejercicio de la presidencia y no convocar a elecciones. El
ex presidente Joaquín Crespo enarbola entonces la bandera
de la constitucionalidad y con el nombre de Revolución
Legalista, se alza en armas en tierras del
Guárico.

El general Cipriano Castro, que
representaba al Táchira en la Cámara de Diputados,
ha cultivado la amistad del presidente Andueza quien, ante el
estallido de la rebelión legalista en los Andes, le
confía el mando de una expedición que debe ir a
defender su gobierno en tierras andinas. Castro, al llegar al
Táchira y antes de emprender sus acciones contra las
tropas revolucionarias que comandan Espíritu Santo Morales
y Eliseo Araujo, le ofrece a Juan Vicente Gómez una alta
posición en su Estado Mayor con el propósito de
encargarlo de la logística del ejército y le da el
rango de coronel. El triunfo de la Revolución Legalista y
la huida del presidente Andueza Palacio obligan a Castro y
Gómez a marchar al exilio a Colombia,
estableciéndose en 2 haciendas cercanas a la raya
fronteriza con Venezuela, desde donde continúan sus
labores del campo y sus empresas políticas. En el exilio
permanecerán desde 1892 hasta el 23 de mayo de 1899.En los
años finales del siglo XIX atraviesa Venezuela por una
etapa de grandes dificultades políticas y
económicas, siendo Ignacio Andrade presidente de la
República; el alzamiento del general José Manuel
Hernández; la muerte de Crespo en el campo de batalla y la
rebelión del general Ramón Guerra fueron causas que
el general Cipriano Castro creyó suficientes para alzarse
en armas en tierras del Táchira, el 23 de mayo de 1899,
con el propósito de tomar a Caracas y establecer un
gobierno que bautiza con el nombre de liberal restaurador. Juan
Vicente Gómez lo acompaña en esta nueva
expedición militar, pero ya con el rango de general y como
segundo jefe expedicionario. Durante sus 7 años de exilio
en Colombia lo acompañó Dionisia Bello, tachirense,
nativa de Capacho y con quien procreó 7 hijos: José
Vicente, Josefa, Alí, Flor de María, Graciela,
Servilia y Gonzalo. La marcha del ejército de la
Revolución Liberal Restauradora dura 5 meses, atravesando
el territorio de los estados Táchira, Mérida,
Trujillo, Lara, Yaracuy y Carabobo, haciendo su entrada triunfal
a Caracas en la tarde del 22 de octubre de 1899. Durante este
recorrido, Gómez tuvo a su cargo la organización de
las tropas y su dotación de municiones y alimentos,
apareciendo como fiador personal de las provisiones que le
cedían los comerciantes al paso de los pueblos del
camino.

Durante las primeras semanas de la
instalación del gobierno de la restauración
liberal, Gómez permanece en las filas del ejército,
atendiendo de manera especial los numerosos casos relacionados
con los expedicionarios tachirenses que desean regresar a su
tierra. A comienzos de diciembre de 1899 es designado gobernador
del Distrito Federal en sustitución del general Julio
Sarría Hurtado, cargo en el que permanece 2 meses, siendo
sustituido por el general Emilio Fernández. La
situación en el Táchira se torna difícil
para el nuevo gobierno, pues aún permanecen al frente del
Ejecutivo regional los generales Juan Pablo Peñaloza y
Joaquín Corona, representantes del desaparecido gobierno
de Andrade. El 2 de marzo de 1900 Juan Vicente Gómez llega
al Táchira con el carácter de jefe civil y militar
y en su saludo de bienvenida anuncia que regresa a su tierra
nativa con el propósito de «regularizar la
administración» e invita a los tachirenses a
colaborar «en la hora de las reparaciones»; una vez
cumplida su misión, regresa a Caracas a comienzos de 1901.
La Asamblea Nacional Constituyente que se reúne en Caracas
en febrero de 1901 para sancionar una nueva Constitución,
dicta un decreto organizando provisionalmente la República
y nombra al general Cipriano Castro, presidente de la
República, al general Ramón Ayala, primer
vicepresidente y al general Juan Vicente Gómez, segundo
vicepresidente.La situación de Venezuela durante los 2
primeros años del siglo XX era de tal manera
crítica en el orden político y social, que una
sucesión de motines, la aparición de guerrillas en
diversas regiones del país y el descontento de los
liberales amarillos y de los nacionalistas por la nueva
organización gubernamental, eran el prólogo de una
nueva guerra civil.

En diciembre de 1901, el alzamiento del
general Luciano Mendoza, en tierras de Aragua fue la señal
de que se iniciaba la Revolución Libertadora que
lograría congregar un ejército de 16.000 hombres,
organizada y financiada, con apoyo económico de la New
York and Bermudez Company, por el banquero y político
liberal general Manuel Antonio Matos y cuyos cuerpos regionales
estaban comandados en el centro del país por los generales
Luciano Mendoza, Antonio Fernández y Luis Loreto Lima; en
el oriente, por los generales Domingo Monagas, Nicolás
Rolando, Zoilo Vidal y Horacio Ducharne y en occidente, por los
generales Gregorio Segundo Riera, Amábile Solagnie, Juan
Pablo Peñaloza y Rafael Montilla. La Revolución
Libertadora constituyó la empresa revolucionaria
más poderosa desde los años de la Guerra Federal.
Para que se enfrentara al general Mendoza, el presidente Castro
designó el 20 de diciembre de 1901 al general Juan Vicente
Gómez con el grado de general de división.
Gómez derrota a Mendoza en el sitio de La Puerta y una
segunda vez en el Paso de Esteves; al general Antonio
Fernández en un nuevo encuentro en La Puerta; luego se
dirige a los llanos de Cojedes para presentar batalla al general
Luis Loreto Lima en Tinaco, derrotándolo; Lima muere a
consecuencia de las heridas recibidas. El 26 de febrero de 1902
regresa Gómez a Caracas, después de 65 días
de campaña y el 17 de marzo, el presidente Castro lo
nombra delegado nacional en los estados Lara, Falcón,
Zulia, Yaracuy, Trujillo, Mérida y Táchira y le
confía la empresa de enfrentarse a la Revolución
Libertadora que se ha apoderado de los estados del norte de
occidente. Riera y Peñaloza cuentan con una
organización militar y unos recursos superiores a los que
poseían Mendoza y Fernández y frente a la
importancia de la misión que se le ha confiado,
Gómez encomienda a los generales Régulo Olivares y
Luis Valera, realizar maniobras de distracción simulando
estar empeñados en la defensa de Coro, mientras marcha
sobre el campamento de Urucure en donde, el 16 de abril,
sorprende y derrota a los jefes revolucionarios. El 26 del mismo
mes, llamado por Castro, regresa a Caracas, mientras Riera y
Peñaloza reagrupan sus fuerzas y atacan Coro, ciudad que
toman después de muchas horas de combate, cayendo
prisioneros los generales Ramón Ayala y Arístides
Tellería y consolidándose el frente revolucionario
en todo el norte y centro del occidente del país. La
Revolución Libertadora también se apodera de la
región oriental, organizando un ejército de 8.000
hombres y en espera del desembarco del general Matos. El 29 de
abril, el presidente Castro designa jefe expedicionario del
Ejército de Oriente al general Gómez, quien se
embarca en La Guaira y el 3 de mayo, en unión del general
José Antonio Velutini, sitia y ocupa la ciudad de
Cumaná. El día 6, Gómez y Velutini atacan la
plaza de Carúpano, en donde está atrincherado el
general Nicolás Rolando, pero los revolucionarios logran
rechazar los repetidos ataques con fuertes pérdidas para
las tropas del Gobierno; en los asaltos finales a la plaza,
Gómez recibe una herida en una pierna que le imposibilita
para seguir dirigiendo la acción, siendo trasladado el 16
de ese mismo mes de mayo a Caracas.

Velutini se encarga entonces de la jefatura
del ejército de oriente. Por los mismos días, el
general Ramón Cecilio Farreras, segundo jefe de la
guarnición de Ciudad Bolívar, al grito de
«mueran los andinos», entrega la plaza a la
revolución y con ella, todo el control de Guayana,
fortaleciendo las posibilidades de un inminente triunfo nacional.
Solamente quedan en poder del Gobierno los estados Miranda,
Aragua y Carabobo, pero con la presencia de numerosas guerrillas
revolucionarias, y los estados Trujillo, Zulia, Mérida y
Táchira. El 5 de julio de 1902 el presidente Castro dirige
una alocución al país y anuncia que ha encargado de
la presidencia de la República al general Juan Vicente
Gómez, en su condición de segundo vicepresidente y
que marcha al oriente, al frente de una expedición militar
para destruir a la revolución en sus propios campamentos.
El objetivo verdadero era el de impedir que el ejército
oriental llegara a unirse en los límites entre Aragua y
Guárico con el ejército revolucionario de
occidente. Fracasada la maniobra de Castro por los desastres que
sufrieron los ejércitos del Gobierno en Guanaguana y
Aragua de Barcelona, antes de que pudiera iniciar su ofensiva, el
presidente decide regresar al centro del país para esperar
los ejércitos revolucionarios ya unidos, que tienen como
objetivo la toma de Caracas. Castro decide instalar su comando y
presentar la batalla en la ciudad de La Victoria, capital para
entonces del estado Aragua. Sus tropas suman 8.000 hombres y lo
acompañan los generales Diego Bautista Ferrer, Leopoldo
Baptista, Emilio Rivas, Manuel Salvador Araujo, Régulo L.
Olivares, Pedro María Cárdenas, Rufo Nieves, J.B.
Bravo Cañizales, Francisco Linares Alcántara, hijo
y el vicepresidente Gómez que, al comienzo de la batalla,
anuncia desde Caracas al general Castro que «…debo salir
yo con 1.000 hombres que tengo disponibles…», y ante un
posible asalto revolucionario en el camino entre Caracas y La
Victoria, le dice que «…con el parque que llevo trituro a
todo el que se me atraviese y le caigo al enemigo por
retaguardia, dominándolo…» La batalla de La
Victoria es la más importante en la historia de las
guerras civiles venezolanas, por el número de soldados
combatientes, por el moderno armamento que utilizaron ambos
ejércitos y por su duración, pues se inició
el 12 de octubre y finalizó el 3 de noviembre de 1902;
regresan triunfantes a Caracas el presidente Castro y el
vicepresidente Gómez, pero Castro rehúsa
reencargarse del mando, continuando con el título de
presidente de la República en Campaña y comandante
en jefe de los ejércitos, situación que mantuvo
durante los días del conflicto ocasionado por el bloqueo
de las flotas de Inglaterra, Alemania e Italia a los puertos
venezolanos y hasta el 20 de marzo de 1903. En abril de ese mismo
año, el general Nicolás Rolando, con un
ejército de 3.000 hombres, amenaza con un asalto a Caracas
y Castro comisiona una vez más a Gómez para que
enfrente la nueva embestida revolucionaria; el 11 chocan los
ejércitos de Rolando y Gómez en El Guapo, en un
combate que dura 3 días y que termina con la derrota de
Rolando, quien se retira a Guayana con las tropas que salva del
desastre. Apenas vencido Rolando, se anuncia un nuevo desembarco
del general Manuel Antonio Matos en tierras de Falcón y la
reactivación de la lucha revolucionaria en el occidente,
principalmente en los estados Falcón y Lara. Una vez
más, Juan Vicente Gómez es el designado para
comandar los ejércitos que van a enfrentarse a las tropas
de los generales Riera, Peñaloza, Montilla y Solagnie. Con
la toma de Barquisimeto, el 23 de mayo de 1903, en la que
participa al lado de Gómez, en forma decisiva, el general
Rafael González Pacheco, y con el combate de Matapalo,
ocurrido el 3 de junio, se liquida definitivamente la fortaleza
revolucionaria del occidente y los jefes principales del
movimiento libertador vuelven al exilio. Castro, en telegrama del
6 de junio dirigido a Coro, le dice a Gómez:
«…Felicito al vencedor en todas partes, predestinado para
ser el Pacificador de Venezuela…» Gómez regresa a
Caracas y con el carácter de delegado nacional y jefe
expedicionario sobre el oriente de la República, se
embarca en La Guaira, el 27 de junio, comandando un
ejército de 2.000 hombres, en 3 buques de la Armada. El 5
de julio empieza a navegar por el Orinoco y el 11 desembarca en
Santa Ana con el propósito de tomar a Ciudad
Bolívar, en donde se encuentra atrincherado Nicolás
Rolando con un nuevo ejército que había logrado
formar bajo su exclusiva dirección, cuando la
revolución ya está liquidada en el resto del
país. El combate empezó el 19, y el 21 de julio,
después de 50 horas de lucha, se rindió el
ejército de Rolando. Era el fin de las guerras civiles en
Venezuela.

El retorno de Juan Vicente Gómez a
Caracas en medio de aclamaciones y arcos de triunfo, determina el
comienzo de la desconfianza entre Castro y Gómez y la
división de los integrantes del gobierno de la
restauración liberal en «castristas» y
«gomecistas» o «gomistas» como se
decía entonces. Las camarillas que rodean a uno y a otro
harán más profundo el distanciamiento hasta llegar
a la ruptura de la amistad entre los 2 jefes. Con Castro
están los jefes liberales amarillos y nacionalistas que,
durante la Revolución Libertadora, se quedaron a su lado;
en cambio, junto a Gómez, además de su numerosa
familia, están los oficiales tachirenses del
ejército restaurador, que se sienten menospreciados por
Castro y el creciente grupo de ganaderos y comerciantes del
centro del país con quienes ha entrado en amistad y
negocios al establecerse, en 1903, en Maracay. En 1904 se
promueve una reforma constitucional para aumentar el
período presidencial a 6 años, estableciendo un
período provisional de un año a fin de que la nueva
Constitución entre en vigencia en 1905 y pueda el general
Castro presidir las festividades de los centenarios de 1810 y
1811. Gómez es elegido el 3 de mayo primer vicepresidente
de la República, para el período provisional y
ocupa nuevamente la presidencia de la República, durante
un mes, mientras dura la visita del presidente Castro al oriente.
El Congreso Nacional, el 7 de junio, elige al general Castro
presidente de la República y al general Gómez
primer vicepresidente, para el período constitucional
1905-1911.

Las intrigas desatadas por las camarillas
que rodean a Castro y a Gómez son cada día
más graves y el 9 de abril de 1906, Castro expide una
alocución anunciando su retiro temporal de la presidencia
de la República; quería probar si eran ciertas las
noticias acerca de la conspiración de Gómez y medir
el grado de su popularidad. Este episodio, que la historia conoce
con el nombre de La Aclamación es uno de los actos
más pintorescos del gobierno restaurador, por la
naturaleza de los documentos que se cruzan entre el presidente y
el vicepresidente y de los gestos que escenifican ambos
personajes y concluye con la peregrinación de delegaciones
de todo el país a la ciudad de La Victoria, donde se
había instalado Castro, para pedirle que vuelva a la
presidencia y con su anuncio de que regresará a Caracas y
reasumirá el poder, el 5 de julio.Noticias acerca de
graves quebrantos de salud del presidente Castro empiezan a
circular a mediados de 1906 y la camarilla castrista se dispone a
prepararse para la eventualidad de la muerte del presidente, con
el propósito de no permitir que Gómez llegue a
encargarse del Ejecutivo como su legítimo sucesor. Se
agrupan Tello Mendoza, Revenga, Torres Cárdenas, Celis y
rodean al general Francisco Linares Alcántara, presidente
del estado Aragua, a quien escogen como candidato a la
sucesión, en caso de muerte del presidente. Es el episodio
conocido con el nombre de La Conjura, durante el cual
Gómez se ve amenazado en su vida y tiene que cambiar
constantemente de domicilio.

Durante los años 1906 y 1907
permanece la mayor parte del tiempo en Maracay, alejado de la
actividad oficial, no obstante ser el primer vicepresidente de la
República. El restablecimiento de la salud de Castro
significa el final de La Conjura, pues él se da cuenta de
que sus ministros habían escogido ya un sucesor,
dándolo por muerto. Esta reacción del presidente
significa la liquidación de la camarilla castrista,
así como la recuperación de la confianza en
Gómez y la reanudación de la interrumpida amistad.
El fracaso de una intervención quirúrgica en
Caracas obliga al presidente Castro a viajar a Berlín para
ingresar en la clínica del cirujano Israel. El 23 de
noviembre de 1908, Castro se separa del poder y entra
Gómez a desempeñar la presidencia en su
condición de primer vicepresidente. Al día
siguiente se embarca Castro en el buque Guadaloupe, rumbo a
Europa. Los juicios intentados por el presidente Castro a la New
York and Bermúdez Company y a otras
compañías norteamericanas y francesas habían
provocado, desde 1906, graves tensiones con el Departamento de
Estado y con la Cancillería de París y
traído como consecuencia la ruptura de relaciones con
Estados Unidos, Francia y Holanda. Por su parte, los jefes del
liberalismo amarillo y del nacionalismo en el destierro organizan
un nuevo movimiento revolucionario, visto con simpatías
por los intereses norteamericanos. Estas circunstancias facilitan
a Gómez el apoyo suficiente para organizar un golpe de
Estado y sustituir definitivamente a Castro en el ejercicio del
poder.El 19 de diciembre de 1908, con el pretexto de un cable,
supuestamente dirigido desde Berlín por Castro al
gobernador Pedro María Cárdenas,
insinuándole la conveniencia de asesinar a Gómez,
se inicia la reacción. Se destituye a los jefes militares
castristas y se apresa a los ministros que continuaban leales a
Castro.

Para evitar los problemas del
reconocimiento internacional y los compromisos políticos
que traería la sustitución violenta del
régimen constitucional, Gómez ordena a la Corte
Federal y de Casación iniciar el enjuiciamiento del
general Castro por intento de asesinato en la persona del
vicepresidente encargado y estimula las demandas que los hermanos
del general Antonio Paredes, fusilado en 1907 por órdenes
del presidente Castro en las riberas del río Orinoco,
intentan ante la Corte Federal y de Casación. En el primer
gabinete ministerial de Gómez figuran personalidades que
habían tomado parte en La Conjura como el general
Francisco Linares Alcántara y otros que habían
formado filas en la Revolución Libertadora como los
generales Roberto Vargas, Rafael María Carabaño y
J.M. Ortega Martínez y actúa como secretario
general de la presidencia el general Leopoldo Baptista y como
canciller Francisco González Guinán, representativo
sobreviviente del guzmancismo. Gómez inicia su
gestión concediendo la libertad a todos los presos
políticos e invitando a quienes permanecían en el
exilio a regresar al país; restaura la libertad de prensa,
pero se niega a disolver el Congreso y a convocar una Asamblea
Constituyente, como lo reclama todo el país.El 5 de agosto
de 1909, el Congreso Nacional aprueba una reforma constitucional
que reduce el período presidencial a 4 años; se
crea un Consejo de Gobierno, en donde va a tener asiento la
mayoría de los antiguos jefes revolucionarios que regresan
del destierro y se establece un período provisional hasta
el 19 de abril de 1910, en que debe entrar en vigencia la
reforma. El 11 de agosto, es elegido Gómez presidente
provisional de la República y el 25 de abril de 1910, es
elevado por el Congreso al rango de general en jefe de los
ejércitos venezolanos. El 27 de abril, las cámaras
legislativas lo eligen presidente constitucional de Venezuela
para el período 1910-1914. Pero, en 1913 Gómez
decide continuar en el ejercicio del poder y esta
determinación crea la primera gran crisis en el seno de su
gobierno. Los integrantes del Consejo de Gobierno, Baptista,
Ayala, Martínez, Peñaloza tienen orden de abandonar
el país, mientras Gómez declara turbado el orden
público y por lo tanto, suspendido el proceso electoral,
alegando como pretexto una supuesta invasión encabezada
por el general Cipriano Castro, por las costas de Falcón.
Gómez se declara en campaña y se instala en
Maracay, mientras que José Gil Fortoul, presidente del
nuevo Consejo de Gobierno, ocupa la presidencia de la
República. Gómez hace su entrada triunfal a
Caracas, el 1 de enero de 1914. El 19 de abril de 1914 un
Congreso Nacional de Plenipotenciarios resuelve designar al
general Juan Vicente Gómez presidente provisional de la
República y comandante en jefe del Ejército; luego
dictan los plenipotenciarios un Estatuto Constitucional
provisional que regiría hasta que fuera promulgada la
nueva Constitución y designa presidente provisional de la
República a Victorino Márquez Bustillos y
comandante en jefe del Ejército al general Juan Vicente
Gómez, disponiendo al mismo tiempo que el período
provisorio duraría hasta que, sancionada la nueva
Constitución, tomasen posesión de sus puestos los
funcionarios constitucionales.

En junio quedó aprobado el texto de
la nueva Constitución que aumentaba el período
presidencial a 7 años.El 3 de mayo de 1915, el Congreso
Nacional eligió al general Juan Vicente Gómez,
presidente constitucional de la República para el Septenio
1915-1921. Pero Gómez permanece en Maracay como comandante
en jefe del Ejército y presidente electo, mientras que
Victorino Márquez Bustillos, en Caracas, en su
condición de presidente provisional, atiende durante 6
años, la mayor parte de los problemas de la
administración. La decisión continuista de
Gómez en 1913 trajo, entre otras consecuencias, la
protesta de la Asociación General de Estudiantes y la
clausura por 10 años de la Universidad Central; la
prisión del periodista Rafael Arévalo
González por haber lanzado la candidatura presidencial de
Félix Montes, el exilio de Montes que permanecerá
en el destierro 22 años, y la conspiración del
general Román Delgado Chalbaud, quien fue arrestado y
permaneció preso y engrillado en la cárcel de La
Rotunda durante 14 años. También se
levantará por primera vez en armas el guerrillero
guariqueño general Emilio Arévalo Cedeño,
quien durante 7 veces y hasta 1931 invadirá el territorio
venezolano desde la frontera del Arauca, en el empeño de
estimular la protesta contra el régimen de Gómez.
La conspiración de Delgado Chalbaud determinó la
prisión de numerosas personas en diversas ciudades, entre
otros, el jurista Néstor Luis Pérez, de Maracaibo y
el presbítero Evaristo Ramírez, de
Mérida.

A comienzos del siglo, el general
Gómez había formado en Caracas un nuevo hogar con
la dama caraqueña Dolores Amelia Núñez de
Cáceres procreando 8 hijos: Juan Vicente, Florencio, Rosa
Amelia, Hermenegilda, Cristina, Belén, Berta y Juan
Crisóstomo. En los gabinetes ministeriales y en el
servicio diplomático, el presidente Gómez
contó siempre con la colaboración de intelectuales
y de profesionales universitarios de notable significación
en la vida cultural venezolana y en su mayor parte,
pertenecientes a la última generación de pensadores
positivistas. Gómez mantuvo siempre un grupo formado por
sus compañeros de vida militar y de personas de su
intimidad, a quienes de manera permanente confiaba las
presidencias de los estados, algunos de los cuales se mantuvieron
en el ejercicio de dichos cargos durante los 27 años del
régimen.Goméz creó, por decreto de 1910, la
Academia Militar como base de un Ejército Nacional, que
pondría término definitivamente al sistema de los
ejércitos privados controlados por los caudillos
regionales. En este sentido, ordenó el desarme nacional y
sometió a regiones como el estado Trujillo a un verdadero
régimen de ocupación durante los años 1913 y
1914 mientras que, en los actos del centenario de la
independencia en 1911, hacían su presentación los
primeros cuadros del nuevo ejército organizado por el
chileno Samuel MacGill y el venezolano Félix
Galavís. Era un golpe definitivo contra nuevos alzamientos
guerrilleros, al estilo del siglo XIX. En esta forma,
Gómez pudo hacer frente y derrotar los levantamientos de
Horacio Ducharne y Ángel Lanza, en 1913, en el oriente;
las repetidas incursiones guerrilleras de los generales Juan
Pablo Peñaloza en tierras del Táchira y de Emilio
Arévalo Cedeño, en los llanos; de los hermanos
Matías y Patrocinio Peñuela, en el Táchira;
así como la invasión de Rafael Simón Urbina
y Gustavo Machado, en tierras de Falcón y la de los
generales Román Delgado Chalbaud y Pedro Elías
Aristeguieta, por tierras del estado Sucre, ambas en 1929, al
igual que el levantamiento del general José Rafael
Gabaldón en Portuguesa y el alzamiento de Norberto Borges
en el estado Miranda, también en 1929.Desde 1913 hasta
1935, con excepción de los años en que Francisco
Baptista Galindo ejerció un poder atemperador, las
prisiones de La Rotunda, el castillo Libertador de Puerto Cabello
y el castillo de San Carlos en el lago de Maracaibo, así
como las cárceles de las capitales de los estados,
alojaron una numerosa población de presos
políticos, muchos de ellos sometidos a la tortura de los
grillos o al tormento del tortol, mientras que otros eran
enviados a cumplir tareas en la construcción de las
carreteras nacionales. A partir de 1913, el presidente
Gómez eligió definitivamente como sede de la
presidencia de la República y de la Comandancia del
Ejército la ciudad de Maracay, la cual fue
convirtiéndose de una gran aldea en una ciudad, con vastas
construcciones militares y donde la mayoría de los
colaboradores militares y civiles del régimen edificaban
sus viviendas, al mismo tiempo que Gómez ordenaba la
construcción de avenidas, parques, hoteles, teatros y
edificios para sede de las oficinas administrativas del Gobierno
nacional; y al mismo tiempo que se iba convirtiendo en
propietario de las grandes haciendas que rodeaban a Maracay,
iniciaba en la ciudad una etapa de construcciones industriales
como sede de las fábricas de papel, de jabón y
velas, de la ganadera industrial, del lactuario y de los telares
que se había dispuesto a fundar, siendo así el
primer propietario rural y el dueño de las fábricas
más modernas del país. Hasta el año final de
su gobierno, a Maracay concurrían para entrevistarse con
el presidente Gómez, además de las personalidades
de su gobierno, gente de todas las condiciones sociales y la
mayor parte de las veces los recibía en el parque
zoológico que rodeaba su casa de Las Delicias, a la sombra
de un samán. Era hombre de pocas palabras y orientaba las
entrevistas sometiendo al visitante a un interrogatorio destinado
a enterarse de la verdadera interioridad del visitante. Enviaba a
los estados a gente sin cargos visibles, para vigilar a los
presidentes. Recibía todas las mañanas, a primera
hora, el informe de los presidentes de estados, de los jefes
militares y de los jefes de las oficinas de telégrafos que
estaban en la obligación de comunicarle toda clase de
noticias. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) mantuvo
la neutralidad del país, no obstante las presiones de
Estados Unidos y de las naciones europeas aliadas y de ser
acusado de tener simpatías progermanas. Frente a las
presiones norteamericanas, utilizó la presencia del
presidente provisional, Victorino Márquez Bustillos, que
era en realidad un «primer ministro», para negarse a
discutir las proposiciones de ruptura de la neutralidad, alegando
que esa materia correspondía al presidente provisional
pues él no era sino presidente electo, no
juramentado.

En 1919, se enfrentó Gómez a
la primera conspiración de militares académicos
salidos de la Escuela Militar quienes, en unión de
estudiantes y periodistas, habían organizado una
sublevación que fue descubierta momentos antes de
estallar.El final del período constitucional 1915-1921
coincidió con el comienzo de la era petrolera y por tanto,
el comienzo de grandes cambios económicos y sociales que
al final habrían de reflejarse en el campo
político, aparentemente paralizado. Esta
paralización se explicaba, en parte, debido al clima de
expectativas causado por el precario estado de salud de
Gómez quien padecía, desde hacía ya varios
años, de una enfermedad de la próstata. En
diciembre de 1921 una retención de orina lo lleva al
umbral de la muerte pero gracias a la intervención del
doctor Adolfo Bueno, logra recuperarse. Gómez promueve
entonces una reforma constitucional que aprueba el Congreso
mediante la cual se restablecieron los cargos de vicepresidentes
de la República, eliminados en la Constitución de
1914, se mantiene el período presidencial de 7
años, se elimina la Comandancia en Jefe del
Ejército para volver a atribuir el comando al presidente
de la República y se le permite la reelección. El
Congreso reelige presidente para el período 1922-1929 al
general Juan Vicente Gómez y nombra primer vicepresidente
a su hermano Juan Crisóstomo Gómez y segundo
vicepresidente a su hijo el general José Vicente
Gómez. El 30 de junio de 1923 es asesinado en su
dormitorio en el Palacio de Miraflores el primer vicepresidente
Juan Crisóstomo Gómez y mientras el Gobierno
señala a los exiliados como autores intelectuales del
crimen, las versiones populares lo explican como producto de
intrigas y rivalidades en el seno de la familia de Gómez.
En 1925, el Congreso Nacional aprueba una nueva reforma mediante
la cual elimina la prohibición al presidente de la
República de permanecer fuera de Caracas más de 25
días y se fortalece el predominio del poder central al
otorgársele autoridad al presidente de la República
para designar los presidentes de los estados. El objeto
fundamental de la reforma de 1925 era crear el cargo de
vicepresidente de la República, eliminando las 2
vicepresidencias, y designar al general José Vicente
Gómez como vicepresidente de la República.En 1928,
con el pretexto de un carnaval estudiantil hace acto de presencia
en la vida nacional una nueva generación de
políticos que van a ser los dirigentes de una nueva
oposición, distinta en sus tesis y proposiciones de la
mantenida desde 1913 por quienes representaban las tendencias
liberales y conservadoras o nacionalistas. El 7 de abril de 1928,
se sublevan 2 cuarteles en Caracas y se pone en marcha una
conspiración militar en la que participan algunos
líderes universitarios que es dominada por el gobierno. En
las averiguaciones aparece mezclado en el movimiento el nombre
del vicepresidente de la República, general José
Vicente Gómez, y en mayo el presidente Gómez
promueve una nueva reforma constitucional para eliminar la
Vicepresidencia de la República, establecer una nueva
norma, según la cual el asiento del Poder Ejecutivo
estará en el lugar en donde se hallare el presidente y
establece el inciso 6º del artículo 32 de la
Constitución para prohibir las actividades comunistas y
anarquistas.En abril de 1929 concluye el período
presidencial 1922-1929 y Gómez considera necesaria una
nueva reforma constitucional para regresar a la fórmula de
1914, de un presidente de la República y un comandante en
jefe del Ejército con quien el presidente de la
República debe consultar los nombramientos y
remoción de los ministros, la convocatoria del Congreso,
la declaratoria de la guerra y la suspensión de
garantías y una vez aprobada la reforma por el Congreso,
recomienda como candidato a la presidencia de la República
a Juan Bautista Pérez (quien desempeñaba la
presidencia de la Corte Federal y de Casación) y se hace
designar comandante en jefe del Ejército.

Esta situación se mantendrá
vigente hasta junio de 1931 cuando, por razones de conflictos en
el seno del régimen, Juan Bautista Pérez se ve
obligado a presentar la renuncia de su cargo y se lleva a cabo
una nueva reforma para fundir en uno solo los cargos de
presidente de la República y de comandante en jefe del
Ejército.En la etapa 1928-1935, Gómez decreta la
creación del Banco Obrero y del Banco Agrícola y
Pecuario y promulga la primera Ley del Trabajo. El 7 de julio de
1931 presta por última vez su juramento como presidente de
la República de Venezuela. Era el lustro final de su
gobierno. Durante los 27 años de su permanencia en el
poder, no varió en sus costumbres y mantuvo las mismas de
su época de hacendado y de guerrero, caracterizadas por la
sencillez en sus hábitos, su desconfianza a las
camarillas, la relación directa con gente de todas las
condiciones sociales y su capacidad para utilizar en su gobierno
las personalidades de mayor prestigio intelectual con que el
país contaba. La mayor parte del tiempo vivió solo,
asistido por sus edecanes y gente de confianza y visitaba a su
familia a determinadas horas del día. Fue dueño de
una inmensa fortuna constituida toda en territorio venezolano,
evaluada en Bs. 115.000.000 aproximadamente y que en 1936, por
decisión confiscatoria del Congreso, pasó, en su
totalidad, al patrimonio nacional. (Fuente: Enciclopedia
Polar).

Eleazar López Contreras

Queniquea (Edo. Táchira) 5.5.1883 _
Caracas, 2.1.1973 Militar, político y presidente de la
República de Venezuela entre 1936 y 1941. Es presentado al
Registro Civil con el nombre de José Eleazar, pero
más adelante y por propia voluntad, comienza a usar
simplemente el nombre de Eleazar. Fueron sus padres el coronel
Manuel María López Trejo y Catalina Contreras.
Huérfano de padre desde el momento mismo de su nacimiento,
es su tío materno, el presbítero Fernando
María Contreras, quien se encargó de su
instrucción y educación. Comienza sus primeros
años de estudio en Libertad (Capacho Viejo), en la escuela
privada de las hermanas Jaimes y pasa, luego, en Independencia
(Capacho Nuevo), a las escuelas dirigidas respectivamente por
Luis Ignacio Velasco y Rafael María Velasco Bustamante y
asiste por algunos meses al colegio fundado por Jacinto
Gutiérrez. El 15 de septiembre de 1893, ingresa al colegio
Sagrado Corazón de Jesús en La Grita, donde obtiene
el título de bachiller en ciencias filosóficas el
15 de julio de 1898; este colegio era dirigido por
monseñor José Manuel Jáuregui, quien fuera
su padrino y maestro.

López Contreras sentía
inclinación por los estudios de medicina y proyectaba,
animado por su protector el presbítero Contreras, partir
para la Universidad de Los Andes con tal propósito, pero
resolvió unirse a la Revolución Restauradora. El 24
de mayo de 1899 se presentó ante el general Cipriano
Castro a ofrecerle sus servicios, los cuales fueron rechazados
por considerarlo Castro a él y su compañero de
colegio, Carlos Rangel Cárdenas, «demasiado
pichones» para las pruebas que los esperaban. No obstante
este rechazo, se incorporó el 25 de mayo al movimiento de
tropas sobre San Cristóbal y el 2 de junio, se le designa
ayudante adjunto del batallón Libertador. Comienza
así su vida militar en la campaña de Castro,
acompañando a éste en su marcha revolucionaria
desde Los Capachos hasta llegar triunfante a Caracas.
Edecán del presidente de la República (enero 1900),
López Contreras es designado ayudante habilitado del
batallón Junín. Comanda varios batallones en
Carabobo efectuando tareas de vigilancia militar que
requería el estado contra la amenaza de alzamiento a favor
del general José Manuel Hernández, el Mocho, y en
1901, es jefe de guarnición en Tucacas. A mediados de
1902, López Contreras es nombrado segundo ayudante del
Estado Mayor en la Casa Fuerte de Barcelona; allí gana el
aprecio del general Diego Bautista Ferrer a cuyas órdenes
se encontraba. López Contreras reconoce la influencia que
el general Ferrer ejerció en su vida militar;
también actúa bajo sus órdenes con motivo
del bloqueo de las potencias extranjeras a Venezuela en diciembre
de 1902. Fue asignado luego para desempeñar cargos
administrativos tales como: jefe del resguardo de
Cristóbal Colón (1907) y de la aduana de La Vela
(1908). Administrador de las salinas de Araya (1913), en febrero
de 1914 se reincorpora al ejército activo con el cargo de
primer comandante del batallón Rivas núm. 17 y
ocupa varios cargos como jefe de batallón en Caracas hasta
1919 en que es nombrado director de guerra. Desde este cargo, se
propone el desarrollo de la aviación militar en el
país. En 1920, es designado para viajar a Europa y
Norteamérica en una misión de estudios y compra de
material de guerra (noviembre 1920-febrero 1921); este viaje le
permitió apreciar el desarrollo industrial de Francia,
Bélgica, Inglaterra y Estados Unidos y observar la forma
como estos países, en especial los 2 primeros, trabajan en
la reconstrucción de sus zonas devastadas por la
guerra.

El 28 de octubre de 1924, por
disposición del presidente de la República, es
designado con el carácter de jefe de la Delegación
Militar que representa al ejército venezolano en el
Perú, con motivo de la celebración del centenario
de la batalla de Ayacucho; durante esta visita, concibe la idea
de escribir una obra en homenaje al general Bartolomé
Salom, la cual denominó El Callao histórico y fue
distribuida en la conmemoración del centenario de la
capitulación de El Callao, en febrero de 1926. Cuando
ocurrieron los sucesos políticos de 1928 y 1929,
López Contreras se encontraba al frente de la
guarnición de Caracas y notificado por el gobernador del
Distrito Federal, Rafael María Velasco, tomó las
disposiciones necesarias para mantener el orden en la ciudad. En
su obra Páginas para la historia militar de Venezuela
manifiesta no haber sido nunca partidario de las medidas
represivas como medio de eliminar la rebelión de la
juventud y le manifestó al general José Vicente
Gómez su opinión de dejar a los estudiantes
arrestados en la misma universidad; tampoco apoyó la
opinión de establecer un batallón de tropas frente
a esa casa de estudio, como era el criterio del gobernador
Velasco, limitándose a hacer desfilar una unidad, con el
propósito de imponer respeto al público. Expuso
también que creía más convenientes las
medidas de orden público que las de acción militar,
ya que consideraba que la situación podía ser
dominada fácilmente sin recurrir a la violencia. Con
motivo de la sublevación del cuartel San Carlos
(7.4.1928), al enterarse del hecho, se dirigió al sitio de
los acontecimientos y tomó el cuartel con la sola fuerza
de su voz de mando y trató de que dichos sucesos fueran
sometidos a la justicia militar, eximiéndose de ejercer
como juez suplente, por cuanto entre los comprometidos figuraba
uno de sus hijos, pero recibió órdenes de consignar
todo en manos del gobernador del Distrito Federal. A raíz
de estos acontecimientos, fue invitado por personas de la
oposición a secundar un probable movimiento armado del
general Román Delgado Chalbaud. Su respuesta fue negativa
aludiendo a su lealtad al gobierno y a sus compromisos personales
con Gómez, considerando que su deber militar le
impedía esta traición al gobierno y a la
institución armada y que lo cuerdo era esperar la
oportunidad que sería la desaparición de
Gómez por muerte natural para iniciar un movimiento de
unión patriótica y de democratización; lo
contrario, consideraba, era seguir estimulando el caudillismo.
Sin embargo, los sucesos de febrero y abril de 1928 y las
intrigas del tío de Gómez, José Rosario
García, en su contra, lo pusieron en situación
difícil; alegando dolencias pulmonares, solicitó
ser enviado al Táchira como comandante de la Brigada
núm. 4.

Durante su permanencia en los Andes
preparó su obra: Síntesis de la vida militar de
Sucre, dada luego a la circulación en el centenario de la
muerte del prócer, el 4 de junio de 1930 y adelantó
la documentación para la obra Bolívar conductor de
tropas, ofrecida como homenaje al Libertador en el centenario de
su muerte en diciembre del mismo año. A fines de julio de
1930, Gómez le autorizó para venir a Maracay y lo
nombró jefe del Estado Mayor del ejército, con
carácter interino, con el fin de preparar al
ejército para la conmemoración del centenario de la
muerte del Libertador. El 22 de abril de 1931, fue nombrado
ministro de Guerra y Marina interino mientras durase la ausencia
del titular, general Tobías Uribe, quien había
solicitado permiso para viajar a Europa por motivos de salud.
Designado el general Juan Vicente Gómez para ejercer la
presidencia de la República desde 1931 hasta 1936,
López Contreras fue nombrado ministro de Guerra y Marina,
el 13 de julio de 1931, cargo que ejerció hasta el 17 de
diciembre de 1935. Se esmeró en desarrollar y formar
profesionalmente al ejército, refundiendo en un solo
instituto y bajo una misma dirección, las escuelas Militar
y Naval, dotándolo de una biblioteca militar y creando
asignaturas como trigonometría y física. Dio
impulso a la aviación militar, reforzándola con
nuevas unidades de entrenamiento y de combate y de material de
guerra. Como ministro, estimuló a los militares a estudiar
historia militar e historia contemporánea; también
se ocupó de actualizar las disposiciones
jurídico-penales del Ejército y de la Armada. El 17
de diciembre de 1935, muere Juan Vicente Gómez y resulta
electo Eleazar López Contreras presidente encargado para
sustituirlo hasta el 19 de abril de 1936, cuando el Congreso lo
elige presidente constitucional para el período 1936-1943.
Desde su primer mensaje al país, anunció su deseo
de reducir el período presidencial de 7 a 5 años y
prohibir la reelección para el ejercicio inmediato
siguiente, lo cual quedó sancionado en la reforma a la
Constitución Nacional del 16 de julio de 1936. A la muerte
de Gómez, parecía inevitable una guerra civil; pero
López Contreras, a pesar de restringir la
participación política de grupos opositores de la
llamada «izquierda», logró mantener un
difícil equilibrio entre las fuerzas políticas en
juego y enrumbar al país después de una dictadura
hacia una transición democratizante, con mano fuerte, pero
sin la acostumbrada violencia, tortura y derramamiento de sangre
que suelen acompañar a estos procesos. El 5 de mayo de
1941, el general López Contreras hizo entrega del poder al
general Isaías Medina Angarita ante el Congreso Nacional
que había elegido a éste, presidente para el
período 1941-1946. Se retira, entonces, a la vida privada.
Después del golpe de Estado del 18 de octubre de 1945
contra el gobierno del general Medina, es detenido, expulsado y
sometido a juicio. Va a vivir a Colombia y a Estados Unidos donde
escribe otro de sus libros El triunfo de la verdad, en el cual
defiende su obra de gobierno como un orden de orientación
democrática que garantizó las libertades
públicas y la propiedad privada y que fijó normas
fundamentales en el campo de la acción social;
también fija su posición, basada en documentos y
correspondencia, frente a Acción Democrática, a la
doctrina revolucionaria y marxista que sus líderes
mantuvieron en el exilio y a su actuación en la lucha por
la conquista del poder. En 1944, escribe su obra Páginas
para la historia militar de Venezuela, en la cual describe sus
actuaciones y servicios rendidos desde 1899 cuando se inicia en
la carrera militar hasta mayo de 1941. López Contreras se
casó por primera vez con Luz María Wolkmar, de cuyo
matrimonio tuvo 6 hijos: Blanca Rosa, Eleazar, Cristina, Cecilia,
Fernando y Margarita; en segundas nupcias con la señora
Luisa Elena Mijares, de la cual no tuvo descendencia y, por
último, con María Teresa Núñez Tovar
a quien tocó ser primera dama en el período de
gobierno 1936-1941, teniendo de ella 2 hijas: Mercedes Enriqueta
y María Teresa. Se mostraba complacido de parecer
más un académico que un soldado y explicaba que
durante su servicio militar su gran interés fue siempre
leer y estudiar los métodos de gobierno civil. Cuando
asumió el mando presidencial, se presentó a dichos
actos sin el atuendo militar y no volvió a llevar el
uniforme. Desde joven mostró entusiasmo por las ideas de
Bolívar y cuando llegó al poder utilizó la
ideología bolivariana como un símbolo de
identificación frente a la ideología marxista, a la
que combatió, y a la cual consideró extranjera. Sus
características personales de paciencia, calma y prudencia
al actuar en medio de situaciones de exaltación fueron
siempre notorias y le valieron el respeto tanto de civiles como
de militares. En 1951, regresó del exterior, a vivir en
Caracas retirado de toda actividad. Fue reconocido en vida por su
gestión de gobierno, considerada como histórica y
fue respetado como ejemplo de civismo. Murió a la edad de
90 años, siendo senador vitalicio. (Fuente: Enciclopedia
Polar).

Isaías Medina Angarita

San Cristóbal (Edo. Táchira)
6.7.1897 – Caracas, 15.9.1953Militar y político.
Presidente de la República (1941-1945). Hijo del general
coriano José Rosendo Medina y de Alejandrina Angarita
García. Realizó estudios de primaria y de
bachillerato en su ciudad natal y a los 15 años de edad se
trasladó a Caracas para inscribirse en la Escuela Militar
(9.3.1912). En aquella decisión influyeron sobre el joven
tachirense los generales Félix Galavís y
León Jurado. El primero había concebido la idea de
tecnificar y modernizar el ejército, trayendo al coronel
chileno Samuel MacGill para organizar la Escuela Militar, de la
que egresaría Medina con el grado de subteniente el 23 de
julio de 1914. Se desempeñó como tal al mando del
tercer pelotón de la tercera compañía y del
segundo batallón del regimiento de infantería Piar
núm. 6, brigada núm. 3. Al ascender a teniente
(3.7. 1915), pasa a ser comandante del primer pelotón de
la primera compañía del primer batallón del
regimiento de infantería Sucre núm. 2, brigada
núm. 1.

Al llegar a capitán (7.4.1917),
sigue en el regimiento de la infantería Sucre núm.
2, como comandante de la tercera compañía del
primer batallón hasta el 31 de enero de 1918 y, luego,
como comandante de la primera compañía de este
mismo batallón hasta el 3 de febrero de 1919. En esta
fecha, regresa a la Escuela Militar como comandante de la
compañía de cadetes y profesor en dicha
institución. Siendo teniente coronel (15.1.1927), es
profesor de conocimiento de servicio y de castellano en la
Escuela de Aspirantes a Oficiales y también de
educación física en las Escuelas Federales de
Caracas, en la Escuela Normal de Hombres y en el liceo
Andrés Bello. Al ejercer estas tareas docentes, se va a
relacionar con otros profesores y estudiantes de esos institutos,
formando parte de grupos donde se discuten ideas y tendencias
nuevas, mostrándose, en esas ocasiones, partidario de la
autonomía universitaria. Más tarde, hace amistad
con otros intelectuales y forma parte del Grupo Atenas y del Club
de los Siete. Con el profesor Antonio José Sotillo aprende
los métodos pedagógicos para aplicarlos en la
Escuela Militar. Fue nombrado también jefe de servicio de
la Dirección de Guerra del Ministerio de Guerra y Marina.
Allí se inició su amistad con el general Eleazar
López Contreras. En 1930, fue nombrado miembro de la
Comisión de Reglamentos Militares y Navales; en 1931,
ayudante interino de la Jefatura del Estado Mayor y a partir del
15 de julio de ese mismo año, jefe de servicio del
Gabinete del Ministerio de Guerra y Marina y secretario, cargo
que desempeñó hasta el 12 de julio de 1935.
Ascendido a coronel (12.7.1935), es nombrado por decreto
ejecutivo ministro de Guerra y Marina el 1 de marzo de 1936.
General de brigada (5.7.1940), pasa a disponibilidad para
convertirse en candidato a la Presidencia de la República
y por «…primera vez en 40 años, [Venezuela]
disfruta la emoción de una campaña
presidencial…», según afirmación del
embajador norteamericano Frank Corrigan. Cuando desde San Carlos
(Edo. Cojedes), se lanza la candidatura de Medina el 3 de marzo
de 1941, ya la del candidato de oposición, Rómulo
Gallegos, tenía un mes en la calle. Esta última
logró obtener 13 votos en la elección hecha por el
Congreso Nacional (28.4.1941); Diógenes Escalante obtuvo 2
votos, uno Luis Gerónimo Pietri y otro, José
Izquierdo; Isaías Medina Angarita resultó electo
presidente de la República con 120 votos. El 30 de abril
de 1941 contrae matrimonio con Irma Felizola. El 5 de mayo de
1941, día en que Medina asumió la Presidencia de la
República, Venezuela tenía 3.870.771 h; Caracas
269.000 y el presupuesto nacional era de Bs. 300.000.000. Medina
fue un militar civilista que respetó los derechos humanos;
propició y defendió la libertad de
expresión; permitió la libre actividad de los
partidos políticos; promovió una reforma de la
Constitución que otorgó por primera vez el voto a
las mujeres para elegir y ser elegidas concejales, así
como la elección directa de diputados y permitió la
legalización del Partido Comunista. Se considera un grave
error suyo no haber llegado hasta la concesión del
sufragio universal, directo y secreto, causa esgrimida por sus
adversarios para justificar su caída.

Derrocado por un golpe
vico-militar el 18 de octubre de 1945, fue detenido y
expulsado del país. El 8 de mayo de 1952, se le
presentó un accidente vásculo-cerebral
trombótico de la arteria cerebral media y se
hospitalizó en el Doctor's Hospital de Nueva York, ciudad
donde había pasado su exilio. Cuando se le permitió
su regreso a Caracas, a las pocas semanas, tenía como
secuela irreversible de su enfermedad una hemiplejia izquierda.
Falleció un año después a consecuencia de la
ruptura de un aneurisma abdominal. (Fuente: Enciclopedia
Polar).

Rómulo Betancourt

Guatire (Edo. Miranda) 22.2.1908 _ Nueva
York (Estados Unidos) 28.9.1981Político, periodista,
fundador del partido Acción Democrática, presidente
de la República en 2 ocasiones. Hijo de Luis Betancourt,
inmigrante procedente de las islas Canarias y de Virginia Bello,
nativa de Guatire. Rómulo Ernesto Betancourt Bello
cursó los estudios de primaria en su pueblo natal, bajo la
dirección del pedagogo y periodista Juan José
Fermín. En 1919, la familia Betancourt se traslada a
Caracas en donde Rómulo concluye sus estudios de primaria
para ingresar en 1924, en el liceo Caracas dirigido por
Rómulo Gallegos; fueron sus condiscípulos, entre
otros, Jóvito Villalba, Raúl Leoni, Elías
Toro, Isaac Pardo, Juan Bautista Fuenmayor, Armando Zuloaga
Blanco, Carlos Eduardo Frías y Miguel Acosta Saignes. En
1925, inicia sus colaboraciones en revistas caraqueñas y
especialmente Billiken en donde publica varios cuentos,
convirtiéndose al mismo tiempo en promotor de grupos de
estudio, conferencias y recitales. En 1926, ingresa a la
Universidad Central de Venezuela en unión de la
mayoría de los bachilleres del liceo Caracas. En 1928, se
reconstituye la Federación de Estudiantes de Venezuela
(FEV) bajo la presidencia de Raúl Leoni. Una asamblea de
«fevistas» acuerda celebrar la Semana del Estudiante
del 6 al 12 de febrero, con el propósito de crear fondos
para instalar la Casa del Estudiante; pero a medida que se
realizan los actos estudiantiles, la Semana toma el
carácter de una protesta universitaria contra el gobierno
de Juan Vicente Gómez. Los discursos pronunciados por los
estudiantes Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt y
Joaquín Gabaldón Márquez, el poema de
Pío Tamayo en el acto de coronación de la reina de
los estudiantes, Beatriz Peña y el gesto del estudiante
Guillermo Prince Lara al romper en el hospital Vargas una placa
de mármol que mencionaba a Gómez, determinan las
órdenes de prisión de este grupo dirigente y su
traslado al castillo Libertador de Puerto Cabello. Gestiones
realizadas por diversas personalidades logran, al término
de 2 meses, la orden de libertad para los prisioneros del
castillo.

El 7 de abril del mismo año, estalla
una conspiración militar con apoyo estudiantil; los
rebeldes se apoderan del cuartel de Miraflores, pero son
dominados al intentar la toma del cuartel San Carlos. Betancourt,
quien está comprometido en esta acción, logra
abandonar el país rumbo a la isla de Curazao y comienza su
primer destierro que va a durar hasta finales de enero de 1936.
En Curazao, entra en contacto con los numerosos grupos de
exiliados y de trabajadores venezolanos que participan en los
propósitos de lucha contra el régimen gomecista;
ingresa al Partido Revolucionario Venezolano (PRV) cuya sede
central está en Ciudad de México y dedica su tiempo
al estudio de la historia latinoamericana, de las fuentes del
pensamiento socialista y al conocimiento de las obras que
estudian el problema de la penetración imperialista en los
países latinoamericanos y para lograr su propósito
se empeña en aprender inglés. A finales de 1929, se
retira de las filas del PRV y viaja a Barranquilla en donde se
encuentra con Raúl Leoni, Juan José Palacios,
Ricardo Montilla y Valmore Rodríguez; publica un folleto
de denuncia contra el régimen bajo el título de Dos
meses en las cárceles de Gómez y regresa a Curazao
para encontrarse con el revolucionario Simón Betancourt,
quien es agente del movimiento revolucionario que, en
París, organiza el general Román Delgado Chalbaud.
Rómulo y Simón Betancourt viajan a Santo Domingo
pues, en unión de un grupo de exiliados, pretenden navegar
hasta la isla La Blanquilla y esperar allí el crucero
Falke, rebautizado General Anzoátegui, en que viaja la
expedición de Delgado Chalbaud que ha logrado salir del
puerto de Dantzig rumbo a las costas de Cumaná. Al
fracasar el intento, Rómulo Betancourt decide viajar a
Costa Rica, pero antes publica una nueva denuncia contra
Gómez, escrita en colaboración con Miguel Otero
Silva y con prólogo de José Rafael Pocaterra, con
el título de Las huellas de la pezuña. En ese
país centroamericano conoce a Manuel Mora, secretario
general del Partido Comunista de Costa Rica y a la maestra de
preescolar, Carmen Valverde. A mediados de 1930, viaja nuevamente
a Barranquilla y funda, en unión del periodista y
político colombiano Luis Enrique Osorio, la Alianza
Unionista de la Gran Colombia, con el propósito de exaltar
los lazos de entendimiento entre los liberales y
demócratas de Venezuela, Colombia y Ecuador. Dicta
numerosas conferencias y publica artículos de combate en
los diarios de Bogotá. En el mismo año, al ocurrir
el derrocamiento del presidente peruano, Augusto B.
Leguía, viaja a Lima en unión del escritor Gonzalo
Carnevali, pero encuentran rechazo y vigilancia por parte del
nuevo jefe de Estado, Luis Sánchez Cerro, quien les impide
acercarse al líder aprista Víctor Raúl Haya
de la Torre. Betancourt regresa a Colombia y en 1931, funda en
Barranquilla la Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI) en
unión de Leoni, Montilla y Rodríguez. ARDI expresa
la posición de Rómulo Betancourt frente a los
grupos marxista-leninistas formados por los desterrados
venezolanos en México y La Habana y sostiene,
fundamentalmente, que la revolución contra el gomecismo no
podría ser obra exclusiva de la clase obrera, sino de una
alianza de clases.

El mismo año, redacta el llamado
Plan de Barranquilla, suscrito por exiliados de diversos matices
de la nueva izquierda y cuya exposición se orienta a
realizar un análisis de la situación venezolana a
la luz de la dialéctica marxista. En 1932, Betancourt
regresa a Costa Rica y se une en matrimonio con Carmen Valverde
de cuya unión nacerá una hija: Virginia Betancourt
Valverde. Ante los ataques que contra la región andina y
los andinos realiza en Nueva York el grupo de exiliados que, bajo
la dirección de Carlos López Bustamante y Rafael
Bruzual López, lanzan el periódico Venezuela
Futura, Betancourt escribe una larga refutación que
publica bajo el título Con quién estamos y contra
quién estamos en la cual amplía los análisis
contenidos en el Plan y rechaza la posición regionalista
del grupo de Nueva York, señalando la naturaleza de los
poderosos intereses nacionales y no simplemente regionales, que
sostienen el régimen de Gómez. Ingresa a la
redacción de Trabajo, órgano del Partido Comunista
de Costa Rica y es profesor de la Universidad Popular de los
Trabajadores de esa nación, al mismo tiempo que
funcionario de la Biblioteca Nacional de Costa Rica, cargo que
aprovecha para leer y hacer el resumen de los 15 tomos de la
Historia contemporánea de Venezuela de Francisco
González Guinán. En 1935, el presidente León
Cortés ordena la expulsión de Betancourt del
territorio costarricense por gestiones de los funcionarios
diplomáticos y consulares de Venezuela. El 17 de diciembre
de 1935, muere en Maracay el presidente Gómez y, a finales
de enero de 1936, Betancourt se embarca en Puerto Limón,
rumbo a Venezuela. En febrero, se incorpora a la lucha
política, dedicado desde el primer momento a la
formación de una alianza política que incorpore
también a los sectores de profesionales que habían
permanecido indiferentes en la lucha contra el finalizado
régimen.

Pide y logra la colaboración de
Alberto Adriani y de Mariano Picón Salas y funda el
Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), bajo la
presidencia de Adriani y la secretaría general de
Picón Salas, reservándose para sí la
secretaría de organización. Los sectores
partidarios y simpatizantes del marxismo-leninismo forman filas
en el Partido Republicano Progresista (PRP). En ORVE, figura la
mayoría de los integrantes de la generación del
liceo Caracas, llamada después de los sucesos de la semana
estudiantil, Generación del 28. La oposición al
gobierno del presidente Eleazar López Contreras se hace
cada vez más violenta y, tanto «orvistas» como
«perrepistas», logran aumentar sus filas y organizar
manifestaciones y protestas. En junio de 1936, la
discusión de un proyecto de Ley de Orden Público
presentado al Congreso por el ministro Alejandro Lara, trae como
consecuencia el estallido de una huelga política de
duración indefinida, promovida por ORVE, PRP, la FEV y la
Confederación de Trabajadores. El gobierno de López
Contreras logra dominar el movimiento huelgario y estos
acontecimientos determinan la renuncia de Rómulo Gallegos
como ministro de Educación y el retiro de un numeroso
grupo de «orvistas», encabezados por Picón
Salas. Betancourt asume entonces la Secretaría General de
ORVE. A finales de 1936, el gobernador del Distrito Federal,
Elbano Mibelli, revoca el permiso de funcionamiento de los
partidos ORVE y PRP así como el de la FEV como
organización política; la Corte Federal y de
Casación, al conocer de la apelación que presentan
los dirigentes de los partidos, confirma la decisión del
gobernador Mibelli. ORVE, PRP y el Bloque Nacional
Democrático (BND) del Zulia, deciden entonces integrarse
en un partido único, bajo el nombre de Partido
Democrático Nacional (PDN), del cual Rómulo
Betancourt es secretario de organización; pero el
gobernador Mibelli se niega a legalizar esta nueva
organización, alegando que está constituida por los
mismos dirigentes de los partidos anteriormente disueltos y el
PDN pasa a la clandestinidad. El 13 de marzo de 1937, el
Ejecutivo Nacional dicta un decreto de expulsión del
territorio, por el término de un año, de 37 altos
dirigentes políticos entre los cuales destaca
Rómulo Betancourt. Al igual que en 1928, logra burlar la
orden de prisión y se dedica a organizar desde la
clandestinidad los cuadros directivos del PDN, en el cual
Jóvito Villalba figura ahora como secretario general. El
30 de octubre de 1939, la policía del régimen logra
dar con su paradero y lo hace preso para expulsarlo, esta vez con
destino a Chile, donde se vincula a los dirigentes del Partido
Socialista, especialmente a Oscar Schanke y Salvador Allende y
realiza viajes a Argentina y Uruguay en donde pronuncia
conferencias auspiciadas por los partidos socialistas de ambos
países.

A finales de 1939, se liquida el acuerdo
entre los partidos que en 1937 habían formado el PDN y la
corriente que encabeza Betancourt conserva el nombre de PDN,
mientras la mayoría de los militantes del PRP integran, en
la clandestinidad, el Partido Comunista de Venezuela. En 1940,
publica Betancourt su libro Problemas venezolanos,
recopilación de las columnas sobre economía y
finanzas venezolanas que había escrito durante su
clandestinidad caraqueña en las columnas del diario Ahora.
A mediados de 1940, regresa a Venezuela. Se acerca el final del
gobierno del presidente López Contreras y Betancourt
promueve la candidatura simbólica de Rómulo
Gallegos para oponerla en la calle a la candidatura presidencial
oficial del general Isaías Medina Angarita. El proyecto
político logra gran éxito, pues en casi todos los
estados de la República se constituyen grupos
procandidatura de Rómulo Gallegos que, a los pocos meses,
serán las bases de organización nacional del futuro
partido Acción Democrática. En mayo de 1941, el
Congreso Nacional elige al general Medina Angarita, presidente de
la República para el período 1941-1946, mientras
Gallegos obtiene los 13 votos de la minoría unificada que
representa, en el seno del Parlamento, el pensamiento de los
partidos ilegalizados. El 13 de septiembre de 1941 concede el
presidente Medina Angarita la autorización para el
funcionamiento del partido Acción Democrática que
representa la continuación del PDN y de las organizaciones
procandidatura de Gallegos. Betancourt será el secretario
general del nuevo partido y Rómulo Gallegos, su
presidente. En 1944 funda Betancourt el diario El País,
bajo la dirección de Valmore Rodríguez y escribe,
hasta el 18 de octubre de 1945, una columna editorial diaria
sobre temas nacionales y de política internacional. A
medida que pasan los meses, acentúa los términos de
su oposición al gobierno del presidente Medina Angarita y,
en las elecciones municipales de 1944, es elegido concejal por la
parroquia caraqueña de San Agustín, derrotando la
candidatura de Rodolfo Quintero, respaldada por una alianza del
partido de gobierno, el Partido Democrático Venezolano
(PDV), con la organización marxista Unión
Municipal. Al acercarse el final del gobierno de Medina Angarita,
Acción Democrática decide apoyar un candidato del
partido de gobierno que garantice la realización inmediata
de una reforma constitucional que restablezca la elección
popular del presidente de la República y de los senadores
y diputados. Para ello, Betancourt y Leoni sostienen
conversaciones en Washington con el embajador Diógenes
Escalante, a quien deciden respaldar como candidato. Al comienzo
de su campaña electoral, Escalante enferma y el acuerdo
pactado se rompe ante la proclamación de la nueva
candidatura de Ángel Biaggini. Al mismo tiempo, se estaba
organizando una conspiración militar encabezada por los
mayores Marcos Pérez Jiménez, Julio César
Vargas y Edito Ramírez y por el capitán Carlos
Delgado Chalbaud, quienes protestaban contra la permanencia
indefinida en los mandos del Ejército de un numeroso grupo
de generales y coroneles que se mantenían en el control de
las fuerzas armadas desde los días finales del
régimen de Gómez. Conversaciones mantenidas entre
Betancourt y Pérez Jiménez dan como resultado el
estallido de un movimiento militar el 18 de octubre de 1945. Al
día siguiente, el presidente Medina se entrega a los
militares sublevados y se constituye una Junta Revolucionaria de
Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt e integrada por
7 miembros: 2 militares, Mario Vargas y Carlos Delgado Chalbaud,
y los civiles Betancourt, Leoni, Luis Beltrán Prieto
Figueroa, Gonzalo Barrios y Edmundo Fernández. Esta Junta
actúa durante 2 años y medio (octubre 1945-febrero
1948). Convoca a elecciones para el nombramiento de una Asamblea
Nacional Constituyente que se realizan el 27 de octubre de 1946
y, aprobada la nueva Constitución Nacional en 1947, se
convoca a elecciones para elegir el presidente de la
República, los senadores y diputados al Congreso Nacional
y los diputados a las asambleas legislativas así como los
concejales. El 14 de diciembre de 1947 se celebran los comicios y
es elegido presidente de la República Rómulo
Gallegos.

Durante los años de su presidencia,
Betancourt hubo de enfrentar y dominar varios alzamientos
militares y manejarse dentro de un ambiente de conspiraciones y
ataques cada vez más violentos. Durante su gestión,
estableció las bases de un nuevo trato con las
compañías petroleras, una política de
reforma agraria y de desarrollo industrial que marcaría el
comienzo de una nueva etapa en la economía venezolana. En
febrero de 1948, ante el Congreso Nacional, hace entrega de la
Presidencia a Rómulo Gallegos y en abril, preside la
delegación venezolana a la IX Conferencia de los Estados
Americanos reunida en Bogotá, donde fue corredactor de la
carta constitutiva del organismo regional (OEA) e iniciador de un
plan, no realizado, de asistencia económica para
América Latina y el Caribe. Los 8 meses de duración
del gobierno del presidente Gallegos se caracterizaron por una
creciente oposición, en el parlamento y la prensa, de los
partidos social cristiano Copei y Unión Republicana
Democrática (URD) y la metódica organización
de una conspiración militar planeada y dirigida por el
jefe del Estado Mayor, general Marcos Pérez
Jiménez. Conspiración que logra ponerse en marcha y
derrocar el 24 de noviembre de 1948, el régimen
constitucional que es sustituido por una Junta Militar presidida
por Carlos Delgado Chalbaud, ministro de Defensa de Gallegos,
Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera
Páez. Gallegos es hecho prisionero y luego expulsado del
país; Betancourt logra una vez más burlar la
persecución y refugiarse en la Embajada de Colombia, de
cuyo asilo diplomático sale, en enero de 1949, rumbo a
Cuba para iniciar un tercer exilio. En La Habana, reanuda sus
tareas periodísticas y es colaborador de un gran
número de publicaciones latinoamericanas, en cuyas
columnas denuncia la dictadura militar que se ha instalado en
Venezuela. Organiza en La Habana, la I Conferencia Pro-Democracia
y Libertad en 1950. Por invitación de gobiernos, partidos
políticos y universidades, visita a Bolivia, Chile y
Uruguay en una campaña continental de repudio a la
reunión de la X Conferencia Interamericana que
debía instalarse en Caracas en 1954. En La Habana, es
víctima de un atentado; viaja a Costa Rica, luego a
Estados Unidos y finalmente, a Puerto Rico en donde vive varios
años. Durante este período la editorial Fondo de
Cultura Económica de México publica su libro
Venezuela: política y petróleo. En diciembre de
1957, a raíz de la maniobra política de
Pérez Jiménez que desconoce la Constitución
y se hace reelegir mediante un plebiscito, Betancourt se traslada
a Nueva York y promueve conversaciones con Jóvito Villalba
y Rafael Caldera quienes también se encuentran exiliados
en los Estados Unidos.

El 23 de enero de 1958, es derrocado
Pérez Jiménez y el 9 de febrero, Betancourt regresa
a Venezuela para asumir la presidencia de Acción
Democrática. Recorre el país en una campaña
de reorganización de los cuadros de su partido y, al ser
convocadas elecciones generales para el mes de diciembre de ese
mismo año, Acción Democrática lo proclama
como su candidato presidencial. Triunfa en los comicios del 7 de
diciembre de 1958, siendo elegido presidente de la
República para el período constitucional 1959-1964,
con la suma de 1.284.092 votos. Corresponde al presidente
Betancourt asumir la responsabilidad de la jefatura del Estado en
uno de los períodos más difíciles de la vida
del país, por tener que presidir la transición al
régimen democrático en un momento en que una crisis
fiscal y económica ocasionaba graves dificultades a la
administración: huelgas, continuas protestas y
manifestaciones callejeras, al mismo tiempo que se
repetían los brotes conspirativos de los grupos
partidarios del régimen derrocado. Por otra parte, desde
mediados de 1960 hubo de enfrentar su gobierno el estallido de
una conspiración fidelista-comunista estimulada y
financiada desde el exterior y que iba a tener sus
manifestaciones principales en las guerrillas urbana y campesina.
El 24 de junio de 1960, es víctima de un atentado en la
avenida Los Próceres en Caracas, en el cual resulta
quemado y malherido, lo cual no le impide continuar gobernando.
La conformación del gobierno que presidió no
tenía antecedentes en Venezuela pues estaba integrado, en
todas sus instancias, a partir del Consejo de Ministros, por
representantes de los partidos Acción Democrática,
Social Cristiano Copei y Unión Republicana
Democrática.

Partes: 1, 2, 3, 4
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