- Concepciones sobre la música en la
época inca - Tipos
de música - Instrumentos musicales
- La
segregación de la música
inca
Concepciones
sobre la música en la época inca
La música canto y danza en la época inca,
en general recibía el nombre genérico de "taki",
palabra que estrictamente significa canto.
La música es una parte integral de cada cultura.
Es una manera de comunicación que pasa por
generación a generación y relata la historia del
varios grupos. En Perú, la música originó en
los Andes por los Incas. Este tribu de indios era una
civilización que dominaba entre 1400-1532. Con la llegada
de los conquistadores españoles vinieron varias
influencias españoles incluyendo la música. Junto
con los españoles vinieron los africanos quienes
influyeron la música también. Como la
civilización ha experimentado más contacto con el
mundo, los elementos extranjeros influyeron la música de
Perú también. Las culturas de los Inca, los
españoles, y los negros y las influencias extranjeras
resultaron en tres tipos de música en Perú: la
indígena, la tradicional, y la
contemperaría.
Originalmente la música Inca fue tocada en los
Andes, en áreas rurales. Desgraciadamente no hay mucha
información sobre la música Inca a causa de la
ausencia de material escrito. Sin embargo, se puede encontrar un
poco de información en objetos de cerámica, tumbas
antiguos, y en algunos dibujos. "Los huacos de las culturas
mochica y nazca de la costa del Perú precolombino informan
gráficamente sobre sus músicos e instrumentos. En
la cerámica mochica aparecen dioses, hombres, y esqueletos
humanos tocando flautas pandeanas, flautas parecidas a la quena y
trompetas." Una cosa que los científicos saben es que en
1897, José Castro descubrió que mucha música
inca tenía un base pentatonica. También, los
dibujos de Garcilas de la Vega El Inca y Guamán Poma de
Ayala tienen muchas referencias a la importancia a música
de los Inca.
Los incaicos han considerado la música, el
sonido, como algo viviente, material. La voz misteriosa que
salía de algún instrumento no era para ellos un
fenómeno físico que hubieran podido explicar. Era
mucho más que eso. Era materia viva, algo misterioso, un
sonido que no sabían de donde venía, pero que
suponían que tenía influencias insospechadas sobre
los hombres y hasta sobre las bestias
Este es el motivo por el que han conferido un
carácter específico a los instrumentos musicales.
Les han asignado un poder que consideraban que no residía
en la materia de que estaban hechos, y tampoco explicaban su
influencia como la derivación de su forma o de su color,
sino que este poder vivía y se manifestaba exclusivamente
en la voz producida. Era el sonido el que transmitía vida
al material inerte que utilizaban para sus instrumentos, y
consideraban que esa voz disponía de una fuerza potencial,
por eso acompañaban sus luchas con el sonido de los
instrumentos.
Vemos en Montesinos, al describir el encuentro entre el
Inka Wayna Kapaj y el rey de Kayambe que:
"El inka dióle (al rey) batalla, rompiendo con
gran estruendo " de atabales, bocinas y antaras, que
parecía se hundió aquel " contorno".
Aquel pandemonio sonoro que los instrumentos lanzaban a
los cuatro vientos representaba para los guerreros un complemento
bélico más, una ayuda suplementaria, ya que las
voces ruidosas, en el concepto de ellos, soltaban sus
espíritus rugientes para que lucharan hombro a hombro con
las huestes. Como todos los fenómenos de la naturaleza,
las fuerzas elementales representaban en la imaginación
inkaica manifestaciones de un mundo vivo. Para ellos
existían las voces y rtúdos de sus instrumentos y
han poblado el animado retablo de su universo.
"Cada vez cuando la luna se enfermó (durante sus
eclipses) " parecía que tenía que morir. Entonces
tocaron sus trompetas, " cornetas, caracoles, atabales y tambores
y cuantos instrumentos " podían haber".
(Garcilaso.)
En la crónica de los frailes agustinos existe
otra referencia al respecto:
"Es cosa de espanto y de vocería y llantos que
hacen, cuando " la luna o el sol se eclipsan, que cierto la
primera vez que lo vi '" —dice el cronista—
pensé que el mundo se hundía y llorando y " dando
gritos dicen a la luna que como dije antes llaman Mama-" Quilla,
madre luna: no te mueras, vuelve a vivir".
Este concierto de voces plañideras y ruidos de
instrumentos era la sinfonía ritual de un pueblo que
tenía fe ciega en los poderes celestiales y
pretendía conmoverlos con la fuerza mágica que
suponían existente y real en los sonidos.
Con la misma decisión enfrentaban a los
fenómenos naturales, como por ejemplo los
granizos.
"Los echan (a los espíritus malignos que
suponían existir en " el granizo) con armas y tambores,
flautas y trompetas y campa-" nulas y dando gritos". (Guarnan
Poma.)
Referente a la verdadera música inkaica,
solamente existen las relaciones que la expresión musical
de aquella civilización tiene con el "folklore" que se
conoce en los países andinos del Altiplano, del
Perú serrano, y con la música que se
recopiló en las regiones del Noroeste argentino, ya en
nuestra época. Aunque la música indígena de
nuestros tiempos muestra una marcada influencia hispánica
y solamente ha conservado pocas características genuinas,
determinados musicólogos tratan de reconstruir sus
elementos puros. Entre ellos sobresalen el argentino Carlos Vega
y los esposos franceses D'Har-court.
He aquí algunas caracteristicas generales de la
musica inca:
a.- La música inca era "pentafónica",
porque dominaron cinco notas musicales, sin tonos intermedios
(do, re, fa, sol, la)
Uno de los elementos fundamentales de la música
inkaica era indudablemente la escala pentatónica, que
desconoce las medias tonalidades. El origen de esta modalidad es
netamente asiático. Su difusión se puede seguir a
través de los instrumentos especiales que lo interpretan.
Su ruta desde las grandes mesetas de Asia Central siguió
dos direcciones señaladas por un lado por las mandolinas
de bambú de África, por las liras de cinco cuerdas
de Abisinia y por el Kisar de Etiopía; mientras la otra
ruta pasaba por Oceanía, señalada por la guitarra
de los malayos y por las flautas de Pan de los
polinésicos, llegando en la forma de "antaras" a la
región andino-americana.
b.- La mayoría de instrumentos estaban hechos de
arcilla, hueso y/o madera .
Los Inca usaban la quena (una flauta vertical)la cualm
era hecha con caña, la antara (panpipes la cual era de
hueso de algun camellido u otro similar) y el pinkullo (un tipo
de ocarina). Estos instrumentos pueden tocar melodías,
pero los Inca no saben polyphonía. Polyphonía es
música con dos o más melodías independientes
que parecen juntos. Para oír el efecto de la
música, se necesitan todos los instrumentos. La
cooperación que la música reflejaba se puede ver en
muchos aspectos de la vida cotidiana.
c.- La musica tenia objetivos profanos, religiosos y
guerreros. Los dos primeros con letra y tonalidades
espirituales.
d.- La música era esencialmente popular y de
múltiples expresiones, manifestándose especialmente
en la danza. Constituyendo este este arte sumamente sentimental,
melancólico y monótono.
Tipos de
música
En general, existían en el Tawantinsuyu diversas
manifestaciones musicales: los cantos religiosos o rituales, la
guerrera y la música popular.
Como en todos los países, también en el
imperio de los Inkas, el pueblo rezaba, trabajaba y amaba
cantando.
En las fiestas religiosas el canto y la danza no eran
sólo privilegio de los sacerdotes. Era el pueblo
íntegro que expresaba su fe a través de los
"Jailli" sagrados, reverenciando a sus dioses en las fiestas de
Intip-Raymi o en la festividad de Kusi-Raymi, pidiendo o
agradeciendo el verdor de los maizales, las lluvias y las buenas
cosechas. Eran elementos indispensables en sus ritos el canto y
la danza para celebraciones, imploraciones y
agradecimientos.
EL JAILLI
La expresión de la música que
acompañaba las labores rurales era rítmica,
acompasada y alegre. Cantaban cuando preparaban la tierra, cuando
sembraban la semilla, cuando recolectaban los frutos de sus
esfuerzos. En aquellas oasiones los "Jaillí" eran
verdaderos cantos de triunfo del trabajo, de la perseverancia y
de la fe, como son los himnos sagrados de la humanidad que
expresan siempre los sentimientos relacionados con la vida y con
los dioses. Eran cantos de la esperanza y del agradecimiento
dirigidos al creador.
Otras canciones "Jailli"' entonaban los inkaicos en los
tiempos de guerra. En ellas evocaban la valentía y
sabiduría de sus jefes, y después de la victoria
cantaban el triunfo y las hazañas de los guerreros y la
derrota del enemigo.
EL ARAWI
Distinta era la música lírica, amorosa.
Sus versos eran melodías, sus cantos los "arawi" del amor
suplicante o los "Jaray arawi" del amor doliente o el canto de la
belleza de la amada "Kusi arawi". Cuando cantaban la
alegría de la vida en sus "Sumaj arawi", o la gracia de
sus amadas en "Warijsa arawi", en sus melodías
existía el acento eterno del deseo y una suave y delicada
alegría armoniosa.
EL WAKAKI
Otra clase de música era la que acompañaba
los versos "Wa-waki". Era el canto alegre, chancero, galanteador.
Se cantaba principalmente durante el tiempo de madurar las
plantas, cuando la juventud debía cuidar las sementeras.
Al son de estas canciones pasa-, ban las noches cantando estos
diálogos musicales.
EL WAYÑU
La expresión de la música lírica
era el "Wayñú", conocida en nuestros días
como el "huayñu", que reunía las tres formas
artísticas de la expresión: la poesía, la
música y la danza a la vez. Era la interpretación
de la naturaleza. Captaba tanto la placidez de los llanos como la
majestad tormentosa de las montañas. En él
está presente la fuerza telúrica misteriosa que
unía al hombre inkaico con la tierra.
LA WAYÑA
La "Wayña" era la danza cantada de tipo
colectivo; varias parejas de ambos sexos, uniendo sus manos y
colocados de frente, cantaban la melodía sencilla y se
movían a un ritmo marcadamente lento.
Instrumentos
musicales
La música Inca o indígena utiliza los
instrumentos de la percusión y de viento. Los instrumentos
de percusión representan los símbolos de la
naturaleza, mientras que los de viento son símbolos del
cielo. Entonces, los instrumentos de los Inca representan la
balancea de la Tierra Maternal y las maravillas naturales.
Expresan un sentimiento profundo y dan mensajes del esplendor
divino. La música indígena fue tocado en las
ocasiones especiales como en las fiestas, las ceremonias, los
rituales, la vida, la muerte, y el casamiento. Había
música para pedir una buena cosecha, cuando se
construía una casa, cuando se vendían los animales,
y durante los funerales. Toda la música es un elemento
esencial de la comunidad indígena.
También, la música proporciona estabilidad
en el pueblo. La música es una conexión entre el
pasado y el presente. Es parte de la tradición que se
pasó a la próximo generación. Cada personas
toca su propias instrumento, pero nadie es indispensable. Nunca
había competición entre los miembros, la
única de la música era enseñar, aprender,
rezar, celebrar, y expresar.
Los inkaicos acompañaban todos los cantos y
bailes con sus instrumentos musicales.
Conocían tres tipos: los "idiófonos" o
instrumentos de sacudimiento; los "aerófonos" o
instrumentos de viento y los "membra-nófonos" o
instrumentos de percusión.
El instrumento de sacudimiento más sencillo se
componía de alguna vejiga de animal que contenía
piedrecitas. Los cronistas mencionan "unas redecillas con
cascabeles llenas de piedrecitas". Existían también
cencerros grandes de metal y que "en tocando cualquiera de estas
cosas o instrumentos y dichos, luego vinieron los demonios".
Según Bernabé Cobo se ponían sonajes
múltiples en la garganta, en los brazos y en los pies
principalmente. Eran una sarta de cascabeles que fabricaban de
distintas maneras. Inicialmente utilizaron cascaras de
frisóles —indica el cronista— grandes
garbanzos dé colores, que hay en las provincias de los
Andes y llamaban a estos cascabeles "Zacapa". Fabricaron
también cencerros de cobre y. de plata, que denominaron
"Chanrara". Los más comunes eran los "Churu" elaborados de
caracoles. Probablemente estos instrumentos se originaron en la
región costera de los Chimú. y desde aquella zona
pasaron rápidamente al resto del país. Estos
sonajeros servían también en los trabajos rurales,
coordinaban con sus sonidos rítmicos los movimientos de
los labradores.
Por las decoraciones de las cerámicas se conoce
la existencia de sonajas metálicas. En los vasos de la
zona costera de Moche se encuentran numerosos dibujos que
muestran su uso. También formaban parte del ceremonial
religioso, ya que en numerosas representaciones de objetos
rituales se observa que están combinados con bastones de
ritmos de sonajas. Muchas veces los cuchillos de sacrificio
aparecen con agregados de sonajas. Estos instrumentos formaban
parte obligatoria del atavío de los bailarines y de los
sacerdotes.
Existían sonajas hechas con calabazas que usaban
las curanderas en sus actos mágicos. Principalmente
tenían, sin embargo, uso en los bailes
populares.
LA TAKA-TIKA
Otro instrumento idiófono era el
"Taka-tíka". Se trataba de dos trozos de caña que
entrechocaban para marcar el ritmo de la
música.
LOS INSTRUMENTOS DE VIENTO
Un grupo de instrumentos muy usados por los inkaicos se
componía de los "aerófonos", artefactos de viento
que dieron el carácter a la música de
Tawantinsuyu.
Su gran arraigo se nota en el hecho de que casi todos
estos instrumentos usados en la época inkaica
todavía se usan en los países andinos. Aunque
algunos están modificados, forman parte indispensable de
los elencos musicales populares del Perú y de Bolivia de
nuestros tiempos.
LA K E N A
El instrumento de viento inkaico más conocido es
la Kena (quena), que es un tubo sonoro simple con agujeros, y
antiguamente se conocía como la "Khena-khena". Su
descripción figura ya en el Vocabulario Aymará del
padre Bertoni en el año 1612, como "flauta de caña
quena-quena". En las cerámicas prehispánicas
existen numerosos tipos desde un tamaño diminuto hasta
casi un metro de longitud. En las tumbas de la región de
Nazca aparecieron kenas hechas de huesos en varios
tamaños, el más pequeño de unos siete
centímetros y otras de un tamaño aproximado de
30.
Generalmente las kenas inkaicas llegaban a un largo de
80 centímetros y tenían en su parte extrema
posterior una pequeña muesca, cuyo borde afilado cortaba
la cinta del soplo. En las kenas de la zona serrana las muescas
son de forma semicircular, mientras las kenas de otras zonas
llevan las muescas en forma de V o son cua-drangulares. Los
agujeros de esta gran flauta melancólica están
distribuidos a lo largo del tubo y van de tres hasta seis
distanciados en forma asimétrica. La distribución
de los agujeros tiene importancia para regular el sonido, ya que
el logro correcto de la escala musical exige que estén
distribuidos en forma progresiva hacia el extremo inferior. El
material de las kenas inkaicas procedía de la zona de la
Floresta; de aquella región semiselvática oriental
del imperio traían las cañas denominadas "Mamac"
cuya gran alzada permitía elegir trozos de hasta un metro
de largo entre los nudos. Además de las cañas,
también emplearon en la elaboración de este
instrumento tan típico, huesos de llamas, del ave
cóndor y del venado de las sierras.
El sonido de la kena es raro, melancólico, algo
nostálgico, a la vez sensual y místico, y es un
instrumento exclusivamente masculino. Muy frecuentemente se
encuentra en los ajuares funerarios.
Existía una curiosa variedad de la música
que ejecutaban con él. Acostumbraban colocar esta flauta
en un recipiente de barro cocido cuya base medía unos doce
centímetros y su alto llegaba hasta ios cuarenta. En su
boca estrecha se metía la caña de la kena y el
músico manejaba el instrumento por las aberturas
laterales. Llenaban el recipiente con agua hasta el nivel del
tubo sonoro y de este modo el sonido salía muy amplificado
y transformado. Utilizaban esta curiosa combinación
sólo en los ritos religiosos.
A NTARA O FLAUTA DE PAN
Otro instrumento de viento era el "Antara", flauta de
Pan, que es de origen polinésico. Aparecieron éstos
en los lugares funerarios de la costa en capas de gran
antigüedad, ya en las culturas de Nazca y Chimú. Se
trata de una flauta de tubos múltiples que originariamente
se elaboraba de barro cocido, mientras las antaras inkaicas se
hacían preferentemente de huesos o de
cañas.
Cuando la elaboraban de arcilla formaron cada tubo por
separado sobre un molde que se retiraba cuando el barro estaba
solidificado y luego se cocinaban en la forma acostumbrada para
la fabricación de cerámicas, uniendo los tubos
desde el tamaño menor progresivamente.
Las antaras inkaicas llevaban de tres hasta catorce
tubos y algunas están hermosamente decoradas.
Representaban instrumentos de importancia en los actos
ceremoniales. Por ejemplo, al terminar la primera parte de la
fiesta de Sitúa, la música de estas flautas
acompañaba los exorcicios de las enfermedades y males
individuales y colectivos.
"Hacían un baile particular de esta fiesta y los
que estaban en " él, venían vestidos con unas
camisetas coloradas largas hasta los " pies, unas diademas de
pluma en las cabezas, taúendo unos cañu-" tos
pequeños y grandes puestos a modo de cañones de
órganos". (Bernabé Cobo.)
"Tañían los indios Collas o de su distrito
en unos instrumentos " hechos con cañutos o caña,
cuatro o cinco cañutos atados a ]a par; " cada
cañuto tenía un punto más alto que el otro a
manera de ór-" ganos". (Garcilaso.)
A veces elaboraban las antaras de los huesos de los
enemigos muertos en las batallas. Guarnan Poma menciona que el
general Ru-miñawai mandó hacer con los huesos del
príncipe Illescas, a quien ordenó ejecutar, una
antara y con su piel un tambor. Dice el cronista que "del pellexo
fizo tambor y de la cabeza mate de beber " chicha y de los
güesos antara".
En la región de los Avmará el nombre de
esta flauta era "Sicu". se fabricaba con la caña "Chuki"
(arundo donax) y existían de una sola fila y de filas
dobles de tubos. Sus músicos se denominaban como
"sicuris". Este instrumento también ha sobrevivido y hoy
lt conoce en las regiones andinas con el nombre de
"Zampona".
LAS TROMPAS
Este instrumento musical es de origen netamente
oceánico. Es también un instrumento de
carácter singular, trompa o trompeta marina; hecha de
caracoles de mar, conocida con el nombre de ".Pututú". Es
también muy antiguo y desde los tiempos ancestrales se usa
hasta nuestros días. En el imperio inkaico su nombre era
"Waylla-kepa".
Se fabricaba con grandes caracoles de Strombus y
Spondilus, que no son de la costa andina, sino trocados de las
regiones del Istmo de Panamá desde donde los han
traído las balsas que llevaban oro y tejidos en
cambio.
Elaboraban este instrumento musical perforando el apex y
colocando muchas veces en su lugar una embocadura de metal o de
caña. Se los tañía como trompas.
En los lugares funerarios de la Costa aparecieron
hermosos ejemplares con dibujos, grabados y hasta con
incrustaciones de piedras preciosas o de madre-perla pulida,
detalle que muestra la gran estimación de que ha
gozado.
En las distintas cerámicas se observa que
interpretaron el sonido de estos instrumentos como demonios
sonoros que salían del interior del Pututú con el
clamor bélico o religioso. Tenían gran
estimación por la voz potente que emitían y que
hacían retroceder al enemigo desde grandes
distancias.
Las trompetas de caracoles representaban a la vez la
virilidad masculina y eran símbolos de tal cualidad en las
fiestas de Kapaj-Raymi. En las fiestas de "Warachiku", cuando los
jóvenes eran aceptados en la comunidad como mozos, al son
de estos instrumentos bailaban la danza denominada como
"Guari".
Estas trompas también servían para
transmitir señales entre las comunidades. A su sonido se
reunían los ayllu en un punto determinado para iniciar las
labores comunes. Otra señal indicaba asamblea, mientras un
toque de Pututú largo e insistente era la señal de
peligro o solicitud de las autoridades.
Conocían también silbatos y pitos hechos
de caracoles más chicos.
PINKULLO
Otro instrumento musical muy frecuente era la flauta
vertical de pico llamada "Pinkullo". Las había de diversas
longitudes.
Muy popular instrumento andino era el membráfono
en sus distintos tipos. Usaron tambores de variadas clases y
tamaños, que se conocen tanto por los restos encontrados
como por las innumerables cerámicas que los muestran. Los
más usuales eran los pequeños tambores de dos
parches, que el ejecutante sostenía con su mano izquierda,
mientras con la derecha lo hacía sonar. Pero
también gozaban de gran aceptación los tambores de
tamaños mayores de forma generalmente tubular,
cilindricos, que tenían dos parches y que el ejecutante
llevaba sostenido por una correa cruzada en el pecho.
Mientras en las cerámicas de Nazca no son
frecuentes los tambores, en las hermosas cerámicas
Chimú abundan sus representaciones.
En la epoca incaica existian numerosostipos . abundaban
los pequeños que eran los instrumentos predilectos de las
mujeres dice la cronica del padre Arriaga que: " apenas hay
mujeres que no trauigan su tambor para los taquis. Los takis eran
las fiestas populares de cantos y bailes.
Los grandes tambores eran de carácter militar o
ritual. Algunos de ellos eran tan enormes que se necesitaban:
"cuatro indios principales vestidos de muy particular librea"
para hacer sonar algún ejemplar extraordinario. Al morir
el Inka Pachakutej se produjo en él Altiplano del Collao
una sublevación y los "collas, para dar espanto a la gente
del Inka, comenzaron a cantar colgando ocho tambores en cuatro
maderas". (Santa Cruz.)
Para transportar los tambores grandes designaban
generalmente a una persona, quien llevaba en su espalda el
instrumento mientras otro lo tocaba.
Existían también grandes tambores de un
sólo parche. Menciona el padre Morúa que:
"tenían grandes atabales de madera muy pintados y de
calabazas muy grandes". Para estirar los parches que eran de
cuero de llamas generalmente, utilizaban lazos o cordeles. Pero
no sólo de pieles de animales fabricaban estos
instrumentos. Indica Vaca de Castro en sus informes que le
contaron los "kipu-kamayoc", historiadores inkaicos,
descifradores de los cordeles anudados, que el Inka Yupanki hizo
desollar a ciertos jefes guerreros de Chile y con sus pieles
mandó forrar grandes tambores. Guarnan de Poma refiere que
los Inkas mandaban castigar a los traidores: "todo el cuerpo
vestido a su traje hecho tambor y les llamaban a estos tambores
Runa Tinya y estaban como si estuviese vivo y con su propia mano
tocaba la barriga y el tambor fue hecho de la
barriga".
Más explícita es la relación que el
conquistador Alonso de Mesa remitió al Virrey
Toledo:
"Los Inkas a los capitanes Sinchi-cunas y curacas
enemigos que " los resistían o sospechaban que
iban a rebelar, los mataban y " dejaban la cabeza y los brazos
enteros, sacándoles los huesos de " dentro e
inchiéndolos de cenizas; y de la barriga hacían
tambores, porque en dando el viento en ellos se
tañían ellos propios".
No se sabe si en realidad existían estas
crueldades excepcionales o eran también una de las tantas
invenciones hispánicas que esparcieron para justificar sus
propias barbaridades.
Generalmente tocaban los tambores con una sola baqueta o
palo. El uso ritual de ellos era muy importante. En las fiestas
de Kapaj Raymi tocaban cuatro grandes tambores en honor del Sol.
Estos instrumentos quedaban guardados en recintos especiales del
templo. En las fiestas para conmemorar el nacimiento del heredero
del trono Yawar "Wakak, "su padre el Inka Roka mandó
cantar con ocho tambores temerarios". Durante las fiestas
íntimas era costumbre solazarse con pequeños
tambores que servían para entretener a los invitados.
Según Morúa, las mujeres especialmente adiestradas
"ta ñían con unos tambores al Inka y a sus
capitanes mientras la gente principal comía y se
regocijaba".
Los tambores eran y son todavía uno de los
instrumentos más populares de la música
indígena andina.
O T ROS INSTRUMENTOS
Los materiales de los. instrumentos musicales que usaban
los ínkaicos procedían de todos los ambientes. Con
3a sola excepción de los caracoles grandes que llegaban de
países lejanos, todos los demás instrumentos eran
elaborados con materias de su mundo propio. Se sirvieron de todos
los reinos de la naturaleza. El mundo vegetal aportó la
caña para sus kenas y antaras. Utilizaban ciertas semillas
como los frisóles para sus sonajas. Las maderas
servían para la caja de resonancia de los tambores, las
calabazas para tamboriles y para un instrumento llamado "kepa",
que según Bernabé Cobo, era una suerte de
trompetilla que se hacía con las calabazas grandes. La
fauna suministró los huesos para ciertas flautas.
También existía'un instrumento curioso hecho con la
cabeza y cuernos del venado.
Los "Wanka" tenían un instrumento musical
realmente excepcional.
"Estos indios —indica el cronista— adoraban
por dios la figu-"ra de un perro y así lo tenían en
sus templos por ídolo, hacían " de sus cabezas una
manera de bocinas que tocaban en sus fiestas " y bailes con
música muy suave a sus oídos; en la guerra los to-"
caban para terror y asombro de sus enemigos; y decían que
la virtud de su dios causaba aquellos dos efectos contrarios; que
a ellos " porque le honraban les sonase bien, y a sus enemigos
los asombra-" se y hiciese huir". (Garcilaso.)
Otro animal que proporcionó material fue el
armadilo de nombre keshwa "Kirkinche" (Dasypus sps.) Dice el gran
observador, padre de Cobo que de la concha de la cola de este
animal que se compone de anillos desiguales y de un haz de
escamas semejante a la cascara de pina, solían hacer una
especie de trompeta. Utilizaban los huesos de las llamas y de las
aves para elaborar flautas, la piel de llamas para parches de los
tambores.
De metales, principalmente de bronce, forjaban los
cascabeles, sonajas y algunas trompetas.
Entre el tesoro que Atawallpa entregó
existían algunos tambores hechos de oro. Cieza de
León indica que existían estos instrumento?; en los
palacios de los soberanos hechos de oro, que tocaban los mismos
Inkas en las grandes festividades. Cuando los religiosos
agustinos se establecieron en las tierras inkaicas, se dedicaron
también a descubrir adoratorios de los "idólatras".
En sus investigaciones han comprobado que los ídolos
tenían a su servicio cria dos, músicos, bufones y
sacerdotes. En Wamachuko localizaron nueve de estos
ídolos, que destruyeron y consignan en sus informes que
aquellos ídolos "eran muy venerados en el tiempo del gran
emperador Huayna Capac, los cuales tenían sus vestidos y
trompetas y muchas cosas de oro que les daba el Inka". A cuatro
leguas de dicha localidad descubrieron otro ídolo muy
temido, de nombre "Ketekil". En su adoratorio encontraron algunas
trompetas de plata y un ídolo llamado "Tentazoro", quien
"tenía a su servicio catorce trompetas de
plata".
Entre los materiales que los inkaicos utilizaban para
elaborar sus instrumentos musicales no faltaba la generosa tierra
tampoco. De arcilla formaban primorosas trompetas, algunos
modelos de flautas de Pan y los curiosos recipientes
amplificadores del sonido de la Kena.
La
segregación de la música inca
Cuando llegaron los españoles a Perú,
intentaban destruir la comunidad. Su música cambió
la música indígena a ser una combinación de
la música indígena y la música de las
culturas extranjeras, principalmente la cultura europea y la
africana. Muchas de las tradiciones de los grupos se combinaron
con las tradiciones indígena y resultaron en la
música tradicional.
"La introducción de los instrumentos musicales de
cuerda, la modulación, los medios tonos y la
armonía europeos revolucionaron la música de los
países andinos." (Chang-Rodríguez, 386) La
música tradicional es más famosa por la
introducción de los instrumentos de cuerda como la
guitarra, el violín, y el arpa. También, se usaban
las maracas y los instrumentos de viento y de latón. Los
africanos trajeron los tambores y el marimba a Perú. Esos
crearon un sentimiento sensual y un ritmo fuerte a la
música.
El Taki Onqoy por ejemplo fue un movimiento
indígena de carác ter religioso y político
que invocó a los wakas o dioses andinos para derrotar al
Dios de los cristianos y expulsar a los invasores
españoles del siglo XVI. Su núcleo fue la
región de Ayacucho y se propagó por buena parte de
los Andes Centrales hasta que fue duramente reprimido por los
"extirpadores de idolatrías". Algunos seguidores del Taki
Onqoy resistieron subrepticiamente y hoy su tradición es
continuada por muchos "danzaq" o danzantes de tijeras.
Taki Unquy significa "el canto que enferma" en quechua.
Y es desde el principio que encontramos dificultades en la
descripción del fenómeno si es que no comprendemos
su intrínseca connotación andina.Su nombre viene de
la creencia de que las huacas, enojadas por la expansión
del cristianismo, se posesionaban de los indígenas y les
hacían tocar música, bailar y anunciar la voluntad
divina de restaurar la cultura, la mitología y la
política prehispánica por medio de las mismas
huacas.Lo que los hechos nos dicen es que el Taki Unquy
surgió aproximadamente en 1560 en Huamanga, Ayacucho,
Perú, desde donde se propagó a Lima, Cusco,
Arequipa, Chuquisaca y La Paz. Se trató en un principio de
lo que se ha llamado "la rebelión de las Huacas", es decir
como un movimiento religioso que propugnaba el rechazo del Dios
occidental y cristiano impuesto de manera violenta y coercitiva a
la población indígena andina como consecuencia de
la conquista española del Perú. De este modo, se
incitaba al regreso al culto de las huacas, que son a su vez los
dioses pre-hispánicos y los recintos en los que se
realizaba su veneración. Desde este punto de vista, es
incorrecto tildar de milenanista al Taki Unquy, ya que justamente
este movimiento no pretendía un segundo retorno de Cristo
sino más bien la rebelión en contra del culto
occidental-cristiano. Si hubiera que elegir alguna
categoría occidental cabría utilizar
imperfectamente (pero más ajustadamente al movimiento), el
término Mesianismo.
La ideología tenía rasgos cristianos.
Según la nueva creencia, las fuerzas de las huacas no se
incorporaban en piedras ni en árboles como en tiempo del
Inca sino que se meterían en los cuerpos: "de los yndios e
les hazian hablar e de allí tomaron a temblar diziendo que
tenian las guacas en el cuerpo e a muchos dellos tomauan y
pintauan los rrostros con color colorada y los ponian en unos
cercados e allí yuan los yndios a los adorar por tal guaca
y ydoles que dezia que se le avian metido en el cuerpo"
Justamente de rebelión contra el culto cristiano, el Taki
Unquy derivó rápidamente a un movimiento de
rebelión política con una ideología
típicamente andina. Se pensaba que las huacas, en el
primer momento de la invasión española,
retornarían con todo su poder y vencerían al Dios
español y con él a los invasores peninsulares,
reestableciendo así el equilibrio del mundo roto con la
conquista.El líder visible del movimiento fue un indio
llamado Juan Chocne. La rebelión fue duramente reprimida
por el visitador Cristóbal de Albornoz, con quien
colaboró el futuro cronista Felipe Guamán Poma de
Ayala. Se llevó a Chocne y a los líderes
espirtuales a Cusco donde debieron rechazar en acto
público sus creencias. Las mujeres participantes fueron
recluidas en conventos y los Curacas fueron multados por su
participación en la sublevación.
El visitador Cristóbal de Albornoz extirpador
reclama haber hallado 8.000 naturales convertidos al taki
onqoy y, como se dijo antes, 6000 objetos de culto a los que
llama huacas. La relación de las mismas
figuran en los anexos de la información de 1584,
así como la de los curacas e indios castigados en
las visitas, por ser miembros de la "secta" o por otras faltas
como, por ejemplo, estar amancebados. En 1570 uno de sus
testigos, Bartolomé Berrocal, reafirma la cifra de dichos
"apóstatas" y elogia el papel desempeñado por
Gerónimo Martín, algo que otros repiten:
"clérigo presbítero que es una de las
mejores y más principales lenguas de este reyno, en quien
concurre toda bondad y cristiandad, con el cual todos los
días cuatro veces al día les dio a entender su
perdición y horror en que estaban, predicándoles la
palabra de Dios y cosas tocantes a nuestra santa fe
católica, y ellos vinieron por lo mucho que se les
predicaba a conocer el yerro que habían hecho y en que
estaban llorando y postrados por tierra."
A la luz de estos datos no es posible concluir el lugar
de origen del movimiento. Cuando llega Albornoz ya estaba
extendido por la mayoría de las encomiendas de Huamanga y,
en parte, en las vecinas. Tampoco es posible hablar de un
descubridor del taki onqoy en el sentido de los
méritos que se adjudicaba Albornoz, lo más probable
es que los párrocos encargados de cristianizar a los
indios de las encomiendas mencionadas tuvieran noticia de los
profetas pero recién con la visita de don Cristóbal
tomaron conciencia de su importancia. Al sacar a la luz la
"idolatría" observaron que abarcaba más de una
doctrina y pudieron pensar que la magnitud del movimiento no era
local. La relación más detallada de la
extensión del movimiento puede ser la que nos ofrece la
declaración de Bartolomé Berrocal, notario de la
Audiencia Eclesiástica (Huamanga 1570) quien refiere
que:
"[el] taki onqoy estaba sembrado en el repartimiento de
Yauyos del capitán Francisco de Cárdenas, del
pueblo de Allauca, de Antonio de Oré, Pedro
Ordóñez Peñaloza y del pueblo de Guacras de
los Lucanas y en las provincias de Laramati y Hatun Lucanas, que
están a la cabeza de Su Magestad, y la provincia de Apcara
y Andamarcas de la encomienda de Juan Velazquez Vela
Núñez, y en la provincia de Soras, y en el
repartimiento de Juan de Mañueco, y en los pueblos del
repartimiento de Juan de Mañueco (sic) y Pedro de Ribera,
en todos los cuales dichos pueblos y provincias de suso nombradas
vido este testigo que la dicha apostasía entre los
naturales la dicha apostasía se había sembrado y
cundido ."
El movimiento declinó en pocos años, se
estima que terminó la práctica en 1572, pero la
esperanza de una "reconquista" sobrevivió en el folclore y
en círculos intelectuales.
Con la adición de diferentes ritmos y
instrumentos de los extranjeros, muchas tradiciones de las
indígenas cambiaron. Por ejemplo, la música del
huayno en Peru es la toca y la baile principalmente en
Perú. El grado de la influencia extranjero varia, pero con
la música huayno, los españoles cambiaron las
letras de quechua a castellano para ser más hispanizadas.
También, los españoles cambiaron la
tradición de los indios a agitan una borla de lana y ahora
los mestizos levantan y agitan el pañuelo en lo alto.
(Chang-Rodríguez, 287) Así, las influencias
extranjeras no solamente cambiaron la música, pero
cambiaron las tradiciones con la música.
A cause de la mezcla de las culturas, la música
ha empezado a perder su propósito y significado. Cuando
más personas vinieron a Perú, las personas
empezaron a mudarse a ciudades. En las ciudades, no había
el mismo sentimiento del grupo y su propio música. La
música empezó a cruzar las tierras y se hizo la
música de toda la gente. Algunas personas empezaron a
componer y experimentar con los ruidos de músicas
diferentes. Entonces, las personas quieren demandar su trabajo y
había paternidad literaria de la música. Los
músicos quieren dinero por su trabajo. Entonces, la
música empezaba a hacer un papel diferente en la sociedad.
Ahora, la música no es solamente para ocasiones
especiales, pero la gente escucha a música para
satisfacción personal.
Para finalizar, la inmigración y el movimiento de
muchas personas de muchas partes del mundo causó muchas
influencias y elementos eternales a cambiar la música
peruana. Cosas como el turismo, la migración, las radios,
y los televisores han influyendo y cambiaron la música de
Perú mucho. La música que se toca ahora con muchas
influencias y que origina de muchas lugares se llama
música contemporánea.
Autor:
Ronald Dario Huilcas Salcedo