Artículo 9no- Los colonos, así
españoles como extranjeros, serán libres por
tiempo de quince años de la paga de diezmos de los
frutos que produjesen sus tierras; y cumplido dicho
término (que ha de contarse desde la fecha del
decreto) solo satisfarán el dos y medio porciento, que
es el cuarto del diezmo.
Artículo 10mo- También
serán libres por el tiempo expresado del Real derecho
de alcabala en las ventas de sus frutos y efectos
comerciables, y después pagarán solo un dos y
medio porciento; pero cuanto embarcasen en naves
españolas para estos reinos será exento
perpetuamente de todo derecho de
extracción.
Artículo 17- Podrán los colonos
extranjeros autorizados con la carta de domicilio adquirir en
la isla toda especie de propiedades y fincas rústicas
y urbanas, con los mismos requisitos y goces que los vecinos
españoles. Les serán lícito mudar de
residencia, ó pasar de unos partidos á otros,
con conocimiento de los respectivos Jueces territoriales. Los
que tuvieren oficios ó industria provechosa
podrán establecerse y ejercerla donde más les
conviniere, con el mismo conocimiento.
Artículo 23- En los cinco años
de domicilio los colonos no estarán sujetos á
contribuciones de ninguna especie, ni á las cargas y
gabelas de vecindad, conforme á la circular de primero
de Diciembre de mil ochocientos quince, excepto en el
único caso de calamidad pública, peligro de
tierra, y defensa de las costas contra ladrones ó
piratas, en cuyos acaecimientos extraordinarios, ú
otros semejantes, todos deben acudir, ayudar y favorecer
según los principios conocidos del derecho natural y
de gentes.[32]
Durante el reinado de Isabel II se produjo la guerra
entre España y el sultanato en Marruecos, esta contienda
obligó a la península a buscar fuentes de
reclutamiento de hombres para enviarlos como soldados, el
servicio militar era una de las vías para lograrlo pero,
también se convertiría en un fuerte incentivo para
la emigración de jóvenes hacia América y
Cuba, por tanto la Real cédula de 22 de septiembre
de 1851 se convirtió en la vía para que
muchas personas jóvenes viajaran a los territorios de
ultramar esto aterrorizaba a la sociedad blanca y pudiente de la
isla:
…1851: – Septiembre 22.- R. O declarando
exentos del servicio militar á los colonos extranjeros no
naturalizados en las colonias, quedando sujetos á las
demás cargas públicas los que cuenten más de
5 años de residencia.
Excmo. Sr.: En vista de la carta de V. E.
dirigida al ministerio de Estado, en 13 de abril del año
próximo anterior, sobre la necesidad de modificar lo
dispuesto por la Real orden de 6 de Mayo de 1829 acerca de las
cargas á que están obligados los colonos
extranjeros en las provincias de Ultramar, la Reina se ha servido
resolver, de conformidad con lo manifestado por dicho Ministerio
y el de la Guerra, que modificándose por ahora la
precipitada Real disposición, sean excluidos del servicio
de la milicia todos los extranjeros no naturalizados en las
Colonias; y que se sujeten en los pueblos de su domicilio los que
cuenten más de cinco años de residencia en el
país á todas las demás cargas
públicas reales y personales, sin excepción de las
municipales. De Real orden etc. Madrid 22 de septiembre de 1851.-
A los Gobernadores Capitanes Generales de Cuba, Puerto Rico y
Filipinas…[33]
Dadas estas "favorables" circunstancias, la
población de isleños pudo haberse incrementado
bastante para mediados y finales del siglo, además de ser
considerada entre el número de blancos, pues en Cuba se
estimuló la entrada de canarios –
también – como una fórmula para equilibrar
la proporción entre la población de blancos y
negros, evitando así el desequilibrio racial que pudiera
dar origen a que sucediera algo parecido a la revolución
de Haití producto de que la balanza se inclinara a favor
de una mayoría negra:
…Se teme que algunos negros de
Haití estén entrando en Cuba y potenciando un
espíritu de <<insurrección>> ya patente
en los años de 1810 y 1823, e igualmente muchos hacendados
a precios baratos están consiguiendo negros de los otros
países americanos (negros muy conflictivos en sus
países) de los que han sido expulsados […]
Como quiera, los cubanos temblamos delante del riesgo que
corren nuestras familias e intereses si desgraciadamente se rompe
el muy delgado hilo que mantiene la subordinación de
nuestros siervos, porque en tal caso perdiéndose para la
monarquía aquel rico territorio serán doblemente
desgraciados sus habitantes […] A vista
pues de riesgo tan notorio, y a vista también de la falta
de brazos que experimenta el país por la feracidad de
tantas tierras incultas […] concibo de
urgentísima necesidad promover la población blanca
de extranjeros católicos aún a costa de algunos
sacrificios. Pero no basta llamarlos, es preciso hacerlos
concebir fundadas esperanzas de mejorar su
suerte…[34]
He encontrado la siguiente información sobre el
tema en la obra "Historia de la esclavitud" de
José Antonio Saco procedente de un informe
de la Sociedad Patriótica que se refiere al tema de la
siguiente manera:
…El día de hoy, más
escarmentada nuestra corta inteligencia, aunque para general
fomento de toda la Isla propone siempre se favorezca la
introducción de negros, agrega cuidadosamente se proceda
en ello con el padrón en la mano, para que así no
se permita que el número de los negros no sólo
exceda, pero que ni se iguale nunca con el de los
blancos".
En este informe se propuso, que se fomentase la
introducción en la Isla de familias de las Canarias y de
extranjeros católicos; y que para conseguirlo, se les
diese tierras de los realengos, si los había, o que los
particulares les vendiesen parte de las suyas.
Dolorosísimo es que se hubiese realizado su parte adversa,
mientras jamás se cumplió la favorable, que
consistía en la limitación de la entrada de
negros…[35]
Mientras que en la controvertida –por su
visión de la esclavitud en Cuba– obra de la condesa
de Merlin "Los esclavos en las colonias
españolas" se reafirma la introducción en
el país de las familias canarias:
…Las Canarias nos envían anualmente
cargamentos de hombres agobiados de fatigas, los cuales,
después de largas travesías, llegan á veces
en la época de los calores más fuertes, pues el
número de los que sucumben es muchísimo menor que
el de los
africanos…[36]
Pensemos con detenimiento y objetividad en las
siguientes interrogantes, ¿por qué entonces
la presencia de esa población de origen canario en
cualquier parte de la jurisdicción de Jesús del
Monte?, además, estos – en determinado
número – podían llegar a tener tierras
para el cultivo –fuera de tabaco o no– arrendadas o
mercedadas, además, que a nadie le quepa la menor duda que
los canarios eran – fundamentalmente –
trabajadores agrícolas, resistentes y muy laboriosos,
¿sería para lograr también un
equilibrio de tipo racial en la zona o simplemente para
poblar? La primera opción era perfectamente
probable dada la existencia –ya– en la zona de
haciendas e ingenios donde, no sería con manos blancas
– y mucho menos acomodadas – que se alcanzaran sus
mejores rendimientos, además, la historia ha demostrado
que ni la Corona, ni los gobiernos de la isla, eran tan
bondadosos como para conceder parcelas – fueran o no de
las mejores tierras – de esa manera, a individuos que
llegaban a Cuba con una situación "poco menos que
esclava", tampoco debemos olvidar que Cuba fue
–entre las colonias españolas– la gran
opositora a la abolición de la esclavitud, enfrentando
incluso a la propia Corona, hubo un sector pudiente e instruido,
que ya, a finales del siglo XVII y a todo lo largo del
XVIII, mostraban una manera de pensar y actuar diferente a
los intereses de la corona española, preferían –
antes que la abolición de la esclavitud – la
anexión, así terminó también
Jesús del Monte el siglo
XVIII.
Hasta estos momentos solo hemos visto los motivos,
algunos aspectos regulatorios sobre los fenómenos que
acompañaron los procesos de la colonización blanca,
las fuerzas que intervinieron y la influencia que han tenido las
diferentes olas migratorias peninsulares como canarias para Cuba
y Jesús del Monte, pero este proceso
estuvo acompañado de otros fenómenos –no menos
importantes– que nos pueden ayudar a caracterizar mejor el
asunto, sobre todo, desde el punto de vista humano, esta es una
arista poco tratada por los historiadores pero de vital
significación para este trabajo porque nunca hay hecho sin
entorno epocal.
Desde el comienzo de nuestros análisis sobre los
canarios he venido manifestando lo siguiente:
…la historia ha demostrado que ni la
Corona, ni los gobiernos de la isla, eran tan bondadosos como
para conceder parcelas – fueran o no de las mejores tierras
– de esa manera, a individuos que llegaban a Cuba con una
situación "poco menos que
esclava"…
Comencemos entonces por la siguiente referencia –
entre muchas otras posibles -:
Colonos peninsulares y
canarios.
…1846.- Enero 23.- R.O determinando el espacio
que haya de señalarse en los buques á cada pasajero
colono que se dirija á Ultramar.
Excmo. Sr.: El Capitán General de la isla
de Cuba, jefe superior político de la misma, con fecha 28
de noviembre último, da parte a este Ministerio de que en
18 del mismo había llegado al puerto de La Habana la
fragata española Paquete Gaditano, la cual habiendo
embarcado en Santander 317 individuos de la clase de colonos para
aquella isla, correspondientes á la contrata de don
Domingo Goicuría, conduciendo 46 personas de menos que
fallecieron durante la travesía á causa del
sarampión y viruela, que, según expresó el
Capitán, les acometieron á los pocos días de
viaje, que habiendo sido puesto el buque en cuarentena y
desembarcado los demás pasajeros en un lazareto
provisional, van sucesivamente enfermando en él, aunque no
de mucha gravedad, ni tampoco de sarampión y viruela, sino
de sarna, disentería y otras causas, hallándose en
la enfermería en aquella fecha 56 individuos; y que
apareciendo que una gran parte de ellos no tenían ni una
sola muda de ropa, y otros no se habían quitado la puesta
tres meses hacía, había dispuesto se les facilitase
vestuario y otras cosas de que carecían; y que luego que
cumpliesen la cuarentena se procedería á averiguar
las causas de las enfermedades que tan extraordinaria mortandad
han ocasionado […] en inteligencia de que, conforme a lo
propuesto por V. E. de acuerdo con la extinguida junta de
asistencia, en 30 de julio de 1844, respecto al número de
pasajeros que podrían llevar los buques desde canarias
á Ultramar, ha tenido á bien S. M. hacer extensiva
esta medida á los que se habiliten en los puertos de la
Península, sirviéndose mandar en consecuencia que
la capacidad que se debe fijar para cada pasajero en el buque que
los haya de transportar debe ser, desde los puertos de Europa
á los de las Antillas y costa oriental de América,
la de una tonelada, al menos, por individuos y si fuera para
Filipinas la de una y media toneladas, pero entendiéndose
que estos espacios ó capacidades deben ser el
ámbito total que queda para alojamiento después de
la carga ó estiva principal del
buque…[37]
Fig. 10: Domingo
Goicuría.
Nada me recuerda más a un barco negrero que esta
cita, la he traído aquí como muestra de que estos
individuos eran de procedencia muy humilde, sin recursos
económicos, la posibilidad de poder mejorar en algo su
situación de vida en Cuba los llevaba a hacer la
travesía, como se puede corroborar, aquí aparece
mencionado un individuo que ya hemos visto en nuestro trabajo y
que para Jesús del Monte y el municipio 10
de octubre ha tenido determinada significación,
Domingo Goicuría, una figura con un
pensamiento que, sin lugar a duda alguna, transitó por
diferentes estadios, pero que en estos asuntos de las contratas
de canarios y peninsulares no parece haber actuado diferente a
los demás contratistas, prosigamos ahora con el
análisis que – aunque pueda ser algo extenso –
tiene gran valor para nosotros:
…1846.- Junio 17.- R. O. determinando los
acopios de víveres y aguada que deben hacer los buques
mercantes que transporten personas por
contrata.
Excmo. Sr.: La Reina (Q. D. G.) con presencia del
dictamen de la Junta de Dirección de la Armada, acerca del
expediente instruido en el apostadero de La Habana de resultas de
la llegada á aquel puesto del Paquete Gaditano,
conduciendo 46 niños menos de los colonos que había
embarcado en Santander; se ha servido resolver, por
ampliación á cuanto se previno en Real Orden de 23
de enero de este año, que, en casos semejantes de
transporte de personas por contrata, los dueños de los
buques que lo verifiquen están obligados á hacer
los acopios correspondientes de víveres y aguada, para
suministrar á cada individuo al menos una ración de
armada sin vino en cada día de los que tarden en la
navegación; acerca del cumplimiento de lo cual
inspeccionarán los jefes de marina del puerto en que se
habilite la expedición, así como el que cada
persona lleve las mudas de ropa necesarias, para que no se repita
el escándalo que produjo en La Habana la llegada del
mencionado buque, todo bajo la más estrecha
responsabilidad de los mencionados jefes, según es de su
deber, con arreglo a los artículos de ordenanza que se
citan en la citada real orden de 23 de enero, debiendo
también hacer observar puntualmente la de 6 de junio de
1818, preventiva del embarque de capellán y cirujano en
los casos que la misma expresa. Lo que digo a V. E. de Real
orden, etc.- Madrid 17 de junio de 1846.- Señor director
general de la
Armada…[38]
Como se puede observar, producto de los acontecimientos
ya mencionados, todas las partes vinculadas se vieron obligadas a
tomar medidas, las evidencias indican que los procesos que
rodeaban a la colonización blanca eran bastante inhumanos,
casi la misma formula que para los esclavos africanos y
posteriormente para los chinos.
Cualquiera pudiera pensar que con esta Orden Real y
todas las disposiciones que le sucedieron el problema
quedaría resuelto, pero nada más lejos de la
verdad, este hecho trajo como consecuencia que, el Gobierno
Político de las Islas Canarias elaborara una circular que
estimo es un documento muy ilustrativo sobre como se manejaba el
asunto de la contratación de trabajadores canarios, aunque
es algo extenso el fragmento estimo que el buen lector
sabrá comprender y valorar su importancia, vale la pena
leerlo porque viene a resumir todo lo que ya venimos concluyendo
en nuestro análisis.
…1848.-Octubre 9.- Circular del Gobierno
político de Canarias referente á expediciones de
colonos á países extranjeros y á las
posesiones españolas de
Ultramar.[39]
Gobierno político de la provincia.-
Circular número 223.- Los abusos introducidos en las
expediciones de pasajeros á las posesiones de
América é islas Filipinas, con gravísimo
perjuicios de los interesados y ofensa de la humanidad y de las
leyes, han llamado muy particularmente mi atención para
buscar el oportuno remedio. Cuando las necesidades de la
población no pueden satisfacerse á causa de la
decadencia más ó menos transitoria de su riqueza,
la emigración á otros países en que el
hombre puede conseguir una ocupación productiva de que
carecen en el suyo, es un recurso necesario que la Providencia da
para el afligido, que de otro modo sería víctima
del hambre y la miseria.
Por esta razón y mientras que en esta
provincia no se desarrollan los elementos de riqueza y de
prosperidad de que es susceptible, sobre lo cual se ocupa el
gobierno de S. M. y sus autoridades, es sin duda preferible la
emigración al espectáculo y consecuencia de la
miseria. Este mal sin embargo no ha de empeorar la suerte de los
desgraciados que los sufren: y este objeto puede conseguirse con
la observación de las leyes que por desgracia han
caído en desuso, o no han cumplimentado como debiera,
continuando la codicia y la especulación, ocupando el
lugar de la ley, de la humanidad y de la conveniencia
pública.
Para convencernos de esta verdad bastará
hacer una breve reseña del modo con que hasta el
día se preparan y llevan á cabo las
expediciones.
Existen en ciertos pueblos unos agentes llamados
enganchadores cuyo nombre lleva consigo la idea de
seducción, engaño, fraude y sórdida
especulación. Estos, abusando de la credulidad de los
sencillos labradores y braceros á quienes pintan la
felicidad al otro lado de los mares, les comprometen a abandonar
su país, vendiendo sus cortos haberes para pagar el flete,
ó les proponen contratos usurarios sobre la venta de su
libertad por más o menos tiempo, reduciéndolos a la
condición de esclavos, que se efectúa á la
llegada á las Antillas. Ellos preparan los documentos,
ellos extraen de los alcaldes credenciales ó
comendaticias, las más veces dadas sin conocimiento de las
personas, ellos falsifican los que no pueden obtener por otros
medios, ellos forman grupos de familias en donde dan cabida como
hijos ó hermanos á jóvenes que huyen de las
casas paternas, á desertores, maridos que abandonan
á sus mujeres é hijos y á mujeres é
hijas de familias que fugitivas del hogar doméstico, van a
poblar los lupanares.
Los empresarios consignatarios ó capitanes
de lo buques, después de embarcados los pasajeros,
presentan en este gobierno político los indicados
documentos para la expedición de los pasaportes, y como no
es fácil depurar su autenticidad, en el corto tiempo que
una expedición ya preparada puede permanecer en el puerto,
no basta toda la previsión y vigilancia de los empleados
del gobierno á impedir los fraudes.
De aquí resulta el haberse visto
expediciones en que además de los abusos indicados han
sido admitidos en el buque mayor número de pasajeros del
que permitía su cabida, se les ha recibido sin documentos,
no ha faltado el ejemplar de recibirlos fraudulentamente en
varios puntos de la costa ó por trasbordo después
de despachados. Hacinados los hombres en un pequeño
espacio, con malos y escasos alimentos, tratados con la dureza
hasta cierto punto necesaria en tales circunstancias, en una
larga navegación por las regiones tropicales, se han
desarrollado á bordo enfermedades contagiosas, de las que
han sido víctimas no solo los infelices pasajeros, sino
hasta los capitanes y pilotos, careciendo unos y otros en
momentos tan críticos de los socorros de la medicina y de
la religión. Otras veces en que no han sido tan grandes
los males de la navegación, han llegado a las Antillas los
buques en la época crítica del desarrollo de la
fiebre amarilla, y el que libró su vida de los peligros
del mar, halló su tumba al saltar a
tierra.
El que sobrevive á tantas penalidades
suele ser vendido como esclavo hasta pagar muy caro el flete que
no pudo satisfacer.
No hablemos en las expediciones que en tiempos no
remotos se han hecho á las repúblicas de la
América del sur ya directa, ya fraudulentamente cuya
relación no podría menos de lastimar á los
corazones sensibles.
Para atajar tanto desorden y evitar en lo posible
los males indicados, S. M. se ha dignado expedir en varias
ocasiones diferentes reales ordenes en que resplandece la
justicia, la humanidad y el más celoso cuidado por la
suerte de los desgraciados naturales de estas islas, á
quienes la necesidad obliga a abandonar el suelo que le
vió nacer. Su cumplimiento no puede menos de producir el
resultado apetecido y al efecto, recapitulándolas he
dispuesto lo
siguiente…[40]
A continuación se suceden un total de cuatro
capítulos que regularían todo el proceso de
contratación, legalización y conformación de
las expediciones, también incluye las obligaciones para
los pasajeros, la de los alcaldes y de los capitanes de buques
que se contrataban. Otra cuestión que debemos dejar muy
clara es el asunto de la morbilidad de los inmigrantes canarios-
o peninsulares– ya dentro de Cuba –
así como dentro del territorio de Jesús del
Monte – comparada con la de los negros esclavos –
pues ambas modalidades de explotación llegaron a
convivir simultáneamente en mayor o menor grado
-.
Producto de marcados intereses de época se fue
tejiendo el mito que la de los esclavos era superior, en el
transcurso de este análisis iremos comprobando que –
en Jesús del Monte – el asunto era solo una
fábula, paradójicamente la mortalidad de los
blancos superaba a la de los negros, las enfermedades nuestras
los afectaban de una forma más aguda, por lo menos
así se comportó en un amplio período que
iremos viento en cada momento oportuno.
El lector debe entender correctamente el porqué
de mi insistencia – quizás sobre
dimensionada – al querer dejar claro el asunto de los
canarios en Jesús del Monte, lo que
persigo es brindar una visión objetiva de esta
porción de habitantes del territorio en cada momento
histórico pues, con el tiempo e intereses particulares, se
han ido tejiendo muchas fabulaciones sobre el tema, sobre todo
porque en Cuba ha quedado muy arraigada la imagen de los
peninsulares – o dependientes de España
– detrás de un mostrador, dueños de un
negocio etc., pero no todos fueron eso, ni esto ocurrió en
todos los momentos históricos, mucho menos aquellos
canarios que también procedían de otra colonia
española, causa por la cual eran discriminados
también en nuestro país, es interesante en este
sentido lo que expresa Alfredo Martín Fadragas:
Fig. 11: Bodega de peninsulares en la
Habana, finales del siglo XIX y principios del XX.
…Es un hecho reconocido por los
historiadores cubanos que el emigrante canario fue el más
humilde de todos los emigrantes españoles; para ellos se
reservaban los puestos menos remunerados y sobre todo el trabajo
en la agricultura. El <<isleño>>, como era
conocido el canario en Cuba, tenía fama de bruto e
ignorante para unos, para otros, los que más valen, eran
todo un símbolo de la laboriosidad, dedicación al
trabajo y muy
emprendedor…[41]
Los nuevos
inmigrantes peninsulares y canarios
Fig. 12: Zapatería "La
Elegante", de Joaquín Sordo, La Habana, 1920.
Colección "El Oriente de Asturias"
Anónimo.
La inmigración canaria toma otro aire –
oficial – entre los años 1881 y
1891 – aunque se sabe que nunca dejaron de entrar
– producto de una serie de decretos y órdenes reales que
estimulaban a las diferentes asociaciones canarias y peninsulares
existentes en el Caribe – fundamentalmente –
para que trajeran a estos territorios – nuevamente
– a familiares y amigos, un ejemplo bien claro es el Real Decreto
de 3 de diciembre de 1886 donde la Reina dispone lo
siguiente:
… Las Sociedades Protectoras de
Inmigración de Cuba, constituidas dentro del territorio
español con arreglo a las leyes del Reino, que cuenten con
los medios necesarios para asegurar a los inmigrantes la libre
ocupación en los trabajos agrícolas a su llegada a
la isla de Cuba, podrán reclamar del Gobierno general de
la misma, el auxilio
establecido…[42]
Otros decretos que favorecieron en este sentido la
entrada de inmigrantes de cualquier parte de la península
y de las Islas Canarias fueron:
Real Decreto de 18 de julio de 1881.
Reales Órdenes de 16 de noviembre de
1883.Reales Órdenes de 15 de julio de
1884,Real Decreto de 23 de septiembre de 1889.
Real Orden de 26 de noviembre de 1891.
Según los censos efectuados entre 1899 y
1943 se asentaron un significativo número de
peninsulares e isleños en todo el país,
fundamentalmente en La Habana, en la siguiente gráfica se
puede observar el resultado de estos censos en Cuba.
Fig. 13: Asentamiento de peninsulares
e isleños en Cuba según los censos realizados entre
1899 y 1943.
Siendo Jesús del Monte un
territorio de asentamientos históricos de canarios, muchos
de los nuevos inmigrantes procedentes de esta región
–o de cualquier otra de la península– se
establecieron en él, el lector debe entender que estas
inmigraciones ya tenían – en todo sentido –
otras características que las primeras:
…Cuba será de este modo, junto a
Argentina y Uruguay, uno de los destinos elegidos por los
emigrantes españoles a lo largo del siglo XIX, como lo
demuestran las transferencias de población de la
metrópoli a la Isla entre 1850 y 1900: miles de
inmigrantes españoles que se integrarían en el
mercado laboral de la isla como colonos agrícolas,
braceros temporales o profesionales del ámbito urbano.
Esta corriente emigratoria se vio además favorecida por la
coyuntura socioeconómica española del momento, lo
que junto a otra serie de factores como los cambios legislativos
y las mejoras del transporte, colocaron a Cuba como uno de los
destinos más importantes para miles de
españoles…[43]
Por tales motivos en la zona de Jesús del
Monte también surgieron múltiples
instituciones que estaban relacionadas con ellos –
canarios y peninsulares – , sobre todo de
salud.
Puede ser que el lector estime que estos datos son muy
genéricos, no deja de tener razón, lo ideal
sería poder aportar datos exactos sobre la
emigración canaria y su presencia en Jesús
del Monte pero es muy complejo llegar a conocer eso
– por lo menos de forma puntual – hoy con
precisión, estas cifras son también muy
válidas porque, al no contarse con el dato exacto de los
canarios que llegaron y se asentaron en Jesús del
Monte – de forma puntual -, el dato global nos
brinda determinada posibilidad de aproximación al
fenómeno de los inmigrantes canarios, "algo,
siempre es más que nada", no obstante les
presento una tabla donde se muestran los extranjeros –
entre los que se encuentran españoles y
peninsulares – fallecidos en el territorio entre 1865
y 1872 de esta manera podemos acceder a una data
interesante, si bien no es la totalidad de los inmigrantes
españoles y canarios que vivieron en el territorio en este
período nos aporta algunas cifras muy valiosas:
Ahora le mostraré una comparación entre
esas cifras y los datos generales de la inmigración
española en 1899[44]el lector puede
observar la coincidencia de los inmigrantes y sus proporsiones en
Jesús del Monte y en Cuba.
Fig. 14: Comparación entre los
inmigrantes españoles en Cuba y los inmigrantes que
murieron en Jesús del Monte.
Fig. 15: Los niños que
perdieron el barco para la Habana. Puerto de La Coruña,
1955,
Foto: Alberto Martí
Villardefranco.[45]
Conclusiones
Mucho se tendría que hablar si se pretendiera
relatar en detalles la historia de los inmigrantes peninsulares y
canarios que se asentaron en Jesús del
Monte, vea el lector en este trabajo un pequeño
aporte a la verdadera historia de esos hombres que contribuyeron
al desarrollo de esta localidad, espero que ayude a esclarecer
muchos mitos que se han establecido – a lo largo del
tiempo – sobre estos individuos, dejo en libertad al lector
para que saque sus propias conclusiones.
Memoria
iconográfica
1. Fig. (Portada): Iglesia de "El buen pastor
de Jesús del Monte", Foto: Del autor, La Habana,
Municipio 10 de octubre, 2013.2. Fig. 1: Primer matrimonio de
canarios en Jesús del Monte, Foto: Del autor, Archivo
parroquial Iglesia de "El buen pastor de Jesús del
Monte", La Habana, Municipio 10 de octubre, 2013.3. Fig. 2: Mapa de la zona
parroquial de la iglesia de Jesús del Monte y algunos
sitios que se citan en los folios de matrimonios entre
canarios en entre el 3 de noviembre de 1689 y el 30 de
octubre de 1730, Autor (s): Francisco Moreno y Lázaro
Numa, La Habana, mayo de 2013.4. Fig. 3: Comparación de
imágenes de zona parroquial de Jesús del Monte
y Paso Seco, Foto: Del autor e imagen satelital,
2013.5. Fig. 4: Asientos de entierro de
los vegueros en el cementerio de la parroquia de Jesús
del Monte, Foto: Del autor, Archivo parroquial Iglesia de "El
buen pastor de Jesús del Monte", La Habana, Municipio
10 de octubre, 2013.
Fig. 5: Ajusticiamiento de los vegueros sublevados,
Dibujo: Juan Emilio Hernández Giró, Historia
Gráfica de Cuba, La Habana 1938, pág.
65.
6. Fig. 6: Placa recordatoria de
los vegueros enterrados en el cementerio de la iglesia de
Jesús del Monte, Foto: Del autor, Iglesia de "El buen
pastor de Jesús del Monte", La Habana, Municipio 10 de
octubre, 2011.7. Fig. 7: Asientos de entierro de
los vegueros en el cementerio de la parroquia de Jesús
del Monte, Foto: Rogelio Bombino Gatell, historiador de la
Iglesia de "El buen pastor de Jesús del Monte", La
Habana, Municipio 10 de octubre, 1971.8. Fig. 8: "Emigrantes españoles
esperando el barco para América". Óleo, Autor:
anónimo, Red social.9. Fig. 9: Real cédula conocida como de
población blanca, Foto: Del autor, La Habana,
2013.10. Fig. 10: Domingo
Goicuría, Dibujo: Anónimo, Archivo: Del
autor.11. Fig. 11: Bodega de
peninsulares en la Habana, finales del siglo XIX y principios
del XX, Autor: Anónimo, Archivo: Del autor.12. Fig. 12: Zapatería "La
Elegante", de Joaquín Sordo, La Habana, 1920.
Colección "El Oriente de Asturias"
Anónimo.13. Fig. 15: Los niños que perdieron el
barco para la Habana. Puerto de La Coruña, 1955, Foto:
Alberto Martí Villardefranco, Catálogo: Memoria
gráfica de la emigración española,
Dirección General de la Ciudadanía
Española en el Exterior, Secretaría de Estado
de Inmigración y Emigración, Ministerio de
Trabajo e Inmigración, 5 p.
Bibliografía
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Historia de los vascos en Cuba,
http://books.google.com.cu/books?id=DVot2q-fNOQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=04. Blanchet, Emilio. Compendio de historia de
Cuba, Imprenta de la aurora del Yumurí, de José
Curbelo y Hnos. Matanzas 1866.5. Catálogo: Memoria gráfica de
la emigración española, Dirección
General de la Ciudadanía Española en el
Exterior, Secretaría de Estado de Inmigración y
Emigración, Ministerio de Trabajo e
Inmigración.6. Calleja Leal, Guillermo (Profesor titular de
la Universidad Antonio de Nebrija, Madrid, España); La
insurrección de los vegueros: la primera
revolución armada que triunfó en
América, Revista: La Coronelía – Guardas
del Rey, Año VIII, Número 36 – 2011,
Nuestra Historia, p [15-28].7. De la Torre, José María. Lo
que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y Moderna, La
Habana, 1857, Imprenta de Spencer y
Compañía.8. De la Pezuela, Jacobo; Historia de la isla
de Cuba, Tomo – II, Madrid 1868, Editorial: Carlos
Bailly – Bailliere.9. De la Pezuela, Jacobo; Diccionario
geográfico, estadístico e histórico,
GUA, pág. 528 Tomo_ II, párrafo – I, primera
columna.10. Guerra López, Dolores (Dra. En
ciencias históricas, Investigadora titular del
Instituto de Historia de Cuba, Profesora Titular de la
Universidad de La Habana.), La sublevación de los
vegueros canarios: simiente de la identidad del pueblo
cubano.11. Hernández González, Manuel.
Los campesinos canarios en el extrarradio habanero,
Asociación española de americanistas, Estudios
sobre América: Siglos XVI – XX, Sevilla AEA,
2005.12. Leal Cruz, Miguel. Canarias – Cuba en
la prensa histórica,
http://personal.telefonica.terra.es/web/mleal/articles/cuba/511.htm.13. Legislación Ultramarina, Tomo
Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
Cuba y Vicente.14. Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
González, María Caridad. Canarios en la
economía de Cuba, Grupo de comunicación de
Galicia en el mundo S. L, Vigo, España,
2009.15. Martín Fadragas, Alfredo. Canarios:
Esclavitud blanca o asalariados, Instituto de Historia de
Cuba, La Habana, Artículo.16. Memoria de la isla de Cuba escrita por el
intendente, Agustín Ferrety, Madrid, Enero de 1826,
Archivo General de indias, Sección de Santo Domingo,
Legajo 1157.17. Naranjo Orovio, Consuelo. Cuba, la perla de
las Antillas: actas de las 1ra (s) jornadas sobre "Cuba y su
historia", Ateneo de Madrid, 1991.18. Pasaron y Lastra, Ramón. La isla de
Cuba. Considerada económicamente por el Ex –
intendente General de la misma, Imprenta de Don Cipriano
López, Madrid 1858.19. Pichardo, Esteban. Caminos de la isla de
Cuba. Itinerarios, Tomo – III, La Habana, 1865,
Imprenta Militar de M. Soler.20. Ramos Martínez, Jon Ander. Los
inmigrantes en Cuba, de región a nación (1880
– 1902), Congreso Internacional 1810-2010: 200
años de Iberoamérica, 1042 p.
http://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00530624/21. Saco, José Antonio. Historia de la
esclavitud, Biblioteca de Clásicos Cubanos, Volumen V,
Editorial Imagen Contemporánea, Habana
2006.22. Santa Cruz y Montalvo, Mercedes (Condesa de
Merlin). Los esclavos en las colonias españolas,
Imprenta de Alegría y Charlain, Madrid
1841.23. Rodríguez Ferrer, Miguel; El tabaco
Habano: su historia, su cultivo, sus más afamadas
vegas en Cuba, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo –
Mudos, Madrid 1851.
Autor:
Lic. Lázaro Numa
Aguila.
La Habana, 2013.
[1] Cédula: RAE // f. Escrito o
documento // documento en que se reconoce una deuda u otra
obligación. Real cédula: Documento emitido por el
Rey o la Reina de obligatorio cumplimiento.
[2] Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
González, María Caridad. Canarios en la
economía de Cuba, Grupo de comunicación de
Galicia en el mundo S. L, Vigo, España, 2009, 128p.
[3] Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
González, María Caridad. Canarios en la
economía de Cuba, Grupo de comunicación de
Galicia en el mundo S. L, Vigo, España, 2009, 24 p.
[4] Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
González, María Caridad. Canarios en la
economía de Cuba, Grupo de comunicación de
Galicia en el mundo S. L, Vigo, España, 2009, 128 p.
[5] Se respeta la ortografía
original.
[6] Se respeta la ortografía y
redacción original.
[7] Pichardo, Esteban. Caminos de la isla de
Cuba. Itinerarios, Tomo – III, La Habana, 1865, Imprenta
Militar de M. Soler, 95 p.
[8] Map showing the department of Havana.
[9] Geolecto: Dialecto que utiliza en su modo
de hablar cierto grupo de personas, está compuesto por
una comunidad de hablantes con una manera de hablar distinta,
fundamentalmente por cuestiones geográficas, estas
pueden ser fronteras naturales o políticas (en menor
caso). …Se ratifica la existencia de cinco <<zonas
geolectales>> en el territorio rural de Cuba cuyos
límites geográficos resultaron un poco más
precisos que la propuesta geolectal urbana… Aleza
Izquierdo, Milagros. Estudios lingüísticos cubanos,
Universidad de Valencia, 2002, 89p.
[10] Historiador de la parroquia de
Jesús del Monte.
[11] De la Torre, José María.
Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y Moderna, La
Habana, 1857, Imprenta de Spencer y Compañía,
139p.
[12] Blanchet, Emilio. Compendio de historia
de Cuba, Imprenta de la aurora del Yumurí, de
José Curbelo y Hnos. Matanzas 1866, 38 p.
[13] Hernández González,
Manuel. Los campesinos canarios en el extrarradio habanero,
Asociación española de americanistas, Estudios
sobre América: Siglos XVI – XX, Sevilla AEA, 2005,
1209p.
[14] Archivo Nacional de Cuba (ANC),
Protocolos notariales (PN). Salinas, 12 de febrero de 1764.
[15] Giró Hernández; Juan
Emilio (1882_1953) Santiago de Cuba: Pintor, dibujante y
acuarelista fundamentalmente de temas históricos
cubanos. Historia Gráfica de Cuba, La Habana 1938,
pág. 65.
[16] Rodríguez Ferrer, Miguel; El
tabaco Habano: su historia, su cultivo, sus más afamadas
vegas en Cuba, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo –
Mudos, Madrid 1851, p [36].
[17] Calleja Leal, Guillermo (Profesor
titular de la Universidad Antonio de Nebrija, Madrid,
España); La insurrección de los vegueros: la
primera revolución armada que triunfó en
América, Revista: La Coronelía – Guardas
del Rey, Año VIII, Número 36 – 2011,
Nuestra Historia, p [15-28].
[18] Guerra López, Dolores (Dra. En
ciencias históricas, Investigadora titular del Instituto
de Historia de Cuba, Profesora Titular de la Universidad de La
Habana.), La sublevación de los vegueros canarios:
simiente de la identidad del pueblo cubano.
[19] Arrozarena, Cecilia; El Roble y la
ceiba: Historia de los vascos en Cuba,
http://books.google.com.cu/books?id=DVot2q-fNOQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0
[20] Callejas Leal, Guillermo; La
insurrección de los vegueros: primera revolución
armada que triunfó en América, Revista: La
Coronelía – Guarda del Rey, Año VIII,
España, número 36 – 2011, p[22].
[21] De la Pezuela, Jacobo; Historia de la
isla de Cuba, Tomo – II, Madrid 1868, Editorial: Carlos
Bailly – Bailliere, p [323].
[22] Rodríguez Ferrer, Miguel; El
tabaco Habano: su historia, su cultivo, sus más afamadas
vegas en Cuba, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo –
Mudos, Madrid 1851, p [33].
[23] Gregorio Guazo Calderón
Fernández de la Vega: Caballero de la Orden de Santiago,
Gobernador y Capitán General de la Isla. Era un hombre
de carácter duro, un militar inflexible, capaz de
cumplir rigurosamente las órdenes.
[24] Se respeta la ortografía
original.
[25] de la Pezuela, Jacobo; Diccionario
geográfico, estadístico e histórico, GUA,
pág. 528 Tomo_ II, párrafo – I, primera
columna.
[26] Libro segundo de entierros de
españoles de la iglesia de Jesús del Monte que
comienza el 8 de marzo de 1715 y finaliza el 11 de abril de
1792.
[27] Historiador de la parroquia de
Jesús del Monte.
[28] Pasaron y Lastra, Ramón. La isla
de Cuba. Considerada económicamente por el Ex –
intendente General de la misma, Imprenta de Don Cipriano
López, Madrid 1858, 12 p.
[29] Se respeta en todos los casos la
ortografía original del documento citado.
[30] Real Cédula de S. M. r
señores del consejo supremo de las indias, que contiene
la instrucción y reglas acordadas para el aumento de la
población blanca en la isla de Cuba, Madrid, Imprenta
Real, 1818.
[31] RAE: colono, na. (Del lat. colonus, de
colere, cultivar). 1. m. y f. Persona que coloniza un
territorio o que habita en una colonia. 2. m. y f. Labrador que
cultiva y labra una heredad por arrendamiento y suele vivir en
ella.
[32] Real Cédula de S. M. r
señores del consejo supremo de las indias, que contiene
la instrucción y reglas acordadas para el aumento de la
población blanca en la isla de Cuba, Madrid, Imprenta
Real, 1818.
[33] Legislación Ultramarina, Tomo
Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
Cuba y Vicente, 423p.
[34] Memoria de la isla de Cuba escrita por
el intendente, Agustín Ferrety, Madrid, Enero de 1826,
Archivo General de indias, Sección de Santo Domingo,
Legajo 1157.
[35] Saco, José Antonio. Historia de
la esclavitud, Biblioteca de Clásicos Cubanos, Volumen
V, Editorial Imagen Contemporánea, Habana 2006, 18
p.
[36] Santa Cruz y Montalvo, Mercedes (Condesa
de Merlin). Los esclavos en las colonias españolas,
Imprenta de Alegría y Charlain, Madrid 1841, 67 p.
[37] Legislación Ultramarina, Tomo
Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
Cuba y Vicente, 423 – 424p.
[38] Legislación Ultramarina, Tomo
Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
Cuba y Vicente, 424p.
[39] Se respeta la ortografía y la
redacción original.
[40] Legislación Ultramarina, Tomo
Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
Cuba y Vicente, 424 – 430p.
[41] Martín Fadragas, Alfredo.
Canarios: Esclavitud blanca o asalariados, Instituto de
Historia de Cuba, La Habana, Artículo.
[42] Leal Cruz, Miguel. Canarias – Cuba
en la prensa histórica,
http://personal.telefonica.terra.es/web/mleal/articles/cuba/511.htm.
[43] Ramos Martínez, Jon Ander. Los
inmigrantes en Cuba, de región a nación (1880
– 1902), Congreso Internacional 1810-2010: 200
años de Iberoamérica, 1042 p.
http://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00530624/
[44] Naranjo Orovio, Consuelo. Cuba, la perla
de las Antillas: actas de las 1ra (s) jornadas sobre
“Cuba y su historia”, Ateneo de Madrid, 1991.
[45] Catálogo: Memoria gráfica
de la emigración española, Dirección
General de la Ciudadanía Española en el Exterior,
Secretaría de Estado de Inmigración y
Emigración, Ministerio de Trabajo e Inmigración,
5 p.
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