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Los canarios de Jesús del Monte, mitos y realidades (página 2)




Enviado por Lazaro Numa Aguila



Partes: 1, 2

  • Artículo 9no- Los colonos, así
    españoles como extranjeros, serán libres por
    tiempo de quince años de la paga de diezmos de los
    frutos que produjesen sus tierras; y cumplido dicho
    término (que ha de contarse desde la fecha del
    decreto) solo satisfarán el dos y medio porciento, que
    es el cuarto del diezmo.

  • Artículo 10mo- También
    serán libres por el tiempo expresado del Real derecho
    de alcabala en las ventas de sus frutos y efectos
    comerciables, y después pagarán solo un dos y
    medio porciento; pero cuanto embarcasen en naves
    españolas para estos reinos será exento
    perpetuamente de todo derecho de
    extracción.

  • Artículo 17- Podrán los colonos
    extranjeros autorizados con la carta de domicilio adquirir en
    la isla toda especie de propiedades y fincas rústicas
    y urbanas, con los mismos requisitos y goces que los vecinos
    españoles. Les serán lícito mudar de
    residencia, ó pasar de unos partidos á otros,
    con conocimiento de los respectivos Jueces territoriales. Los
    que tuvieren oficios ó industria provechosa
    podrán establecerse y ejercerla donde más les
    conviniere, con el mismo conocimiento.

  • Artículo 23- En los cinco años
    de domicilio los colonos no estarán sujetos á
    contribuciones de ninguna especie, ni á las cargas y
    gabelas de vecindad, conforme á la circular de primero
    de Diciembre de mil ochocientos quince, excepto en el
    único caso de calamidad pública, peligro de
    tierra, y defensa de las costas contra ladrones ó
    piratas, en cuyos acaecimientos extraordinarios, ú
    otros semejantes, todos deben acudir, ayudar y favorecer
    según los principios conocidos del derecho natural y
    de gentes.[32]

  • Durante el reinado de Isabel II se produjo la guerra
    entre España y el sultanato en Marruecos, esta contienda
    obligó a la península a buscar fuentes de
    reclutamiento de hombres para enviarlos como soldados, el
    servicio militar era una de las vías para lograrlo pero,
    también se convertiría en un fuerte incentivo para
    la emigración de jóvenes hacia América y
    Cuba, por tanto la Real cédula de 22 de septiembre
    de 1851 se convirtió en la vía para que
    muchas personas jóvenes viajaran a los territorios de
    ultramar esto aterrorizaba a la sociedad blanca y pudiente de la
    isla:

    1851: – Septiembre 22.- R. O declarando
    exentos del servicio militar á los colonos extranjeros no
    naturalizados en las colonias, quedando sujetos á las
    demás cargas públicas los que cuenten más de
    5 años de residencia.

    Excmo. Sr.: En vista de la carta de V. E.
    dirigida al ministerio de Estado, en 13 de abril del año
    próximo anterior, sobre la necesidad de modificar lo
    dispuesto por la Real orden de 6 de Mayo de 1829 acerca de las
    cargas á que están obligados los colonos
    extranjeros en las provincias de Ultramar, la Reina se ha servido
    resolver, de conformidad con lo manifestado por dicho Ministerio
    y el de la Guerra, que modificándose por ahora la
    precipitada Real disposición, sean excluidos del servicio
    de la milicia todos los extranjeros no naturalizados en las
    Colonias; y que se sujeten en los pueblos de su domicilio los que
    cuenten más de cinco años de residencia en el
    país á todas las demás cargas
    públicas reales y personales, sin excepción de las
    municipales. De Real orden etc. Madrid 22 de septiembre de 1851.-
    A los Gobernadores Capitanes Generales de Cuba, Puerto Rico y
    Filipinas
    …[33]

    Dadas estas "favorables" circunstancias, la
    población de isleños pudo haberse incrementado
    bastante para mediados y finales del siglo, además de ser
    considerada entre el número de blancos, pues en Cuba se
    estimuló la entrada de canarios –
    también – como una fórmula para equilibrar
    la proporción entre la población de blancos y
    negros, evitando así el desequilibrio racial que pudiera
    dar origen a que sucediera algo parecido a la revolución
    de Haití producto de que la balanza se inclinara a favor
    de una mayoría negra:

    Se teme que algunos negros de
    Haití estén entrando en Cuba y potenciando un
    espíritu de <<insurrección>> ya patente
    en los años de 1810 y 1823, e igualmente muchos hacendados
    a precios baratos están consiguiendo negros de los otros
    países americanos (negros muy conflictivos en sus
    países) de los que han sido expulsados
    […]
    Como quiera, los cubanos temblamos delante del riesgo que
    corren nuestras familias e intereses si desgraciadamente se rompe
    el muy delgado hilo que mantiene la subordinación de
    nuestros siervos, porque en tal caso perdiéndose para la
    monarquía aquel rico territorio serán doblemente
    desgraciados sus habitantes
    […] A vista
    pues de riesgo tan notorio, y a vista también de la falta
    de brazos que experimenta el país por la feracidad de
    tantas tierras incultas
    […] concibo de
    urgentísima necesidad promover la población blanca
    de extranjeros católicos aún a costa de algunos
    sacrificios. Pero no basta llamarlos, es preciso hacerlos
    concebir fundadas esperanzas de mejorar su
    suerte
    …[34]

    He encontrado la siguiente información sobre el
    tema en la obra "Historia de la esclavitud" de
    José Antonio Saco procedente de un informe
    de la Sociedad Patriótica que se refiere al tema de la
    siguiente manera:

    El día de hoy, más
    escarmentada nuestra corta inteligencia, aunque para general
    fomento de toda la Isla propone siempre se favorezca la
    introducción de negros, agrega cuidadosamente se proceda
    en ello con el padrón en la mano, para que así no
    se permita que el número de los negros no sólo
    exceda, pero que ni se iguale nunca con el de los
    blancos".

    En este informe se propuso, que se fomentase la
    introducción en la Isla de familias de las Canarias y de
    extranjeros católicos; y que para conseguirlo, se les
    diese tierras de los realengos, si los había, o que los
    particulares les vendiesen parte de las suyas.
    Dolorosísimo es que se hubiese realizado su parte adversa,
    mientras jamás se cumplió la favorable, que
    consistía en la limitación de la entrada de
    negros
    …[35]

    Mientras que en la controvertida –por su
    visión de la esclavitud en Cuba
    – obra de la condesa
    de Merlin "Los esclavos en las colonias
    españolas
    " se reafirma la introducción en
    el país de las familias canarias:

    Las Canarias nos envían anualmente
    cargamentos de hombres agobiados de fatigas, los cuales,
    después de largas travesías, llegan á veces
    en la época de los calores más fuertes, pues el
    número de los que sucumben es muchísimo menor que
    el de los
    africanos
    …[36]

    Pensemos con detenimiento y objetividad en las
    siguientes interrogantes, ¿por qué entonces
    la presencia de esa población de origen canario en
    cualquier parte de la jurisdicción de Jesús del
    Monte
    ?, además, estos – en determinado
    número
    – podían llegar a tener tierras
    para el cultivo –fuera de tabaco o no– arrendadas o
    mercedadas, además, que a nadie le quepa la menor duda que
    los canarios eran – fundamentalmente
    trabajadores agrícolas, resistentes y muy laboriosos,
    ¿sería para lograr también un
    equilibrio de tipo racial en la zona o simplemente para
    poblar
    ? La primera opción era perfectamente
    probable dada la existencia –ya– en la zona de
    haciendas e ingenios donde, no sería con manos blancas
    y mucho menos acomodadas – que se alcanzaran sus
    mejores rendimientos, además, la historia ha demostrado
    que ni la Corona, ni los gobiernos de la isla, eran tan
    bondadosos como para conceder parcelas – fueran o no de
    las mejores tierras
    – de esa manera, a individuos que
    llegaban a Cuba con una situación "poco menos que
    esclava
    ", tampoco debemos olvidar que Cuba fue
    entre las colonias españolas– la gran
    opositora a la abolición de la esclavitud, enfrentando
    incluso a la propia Corona, hubo un sector pudiente e instruido,
    que ya, a finales del siglo XVII y a todo lo largo del
    XVIII, mostraban una manera de pensar y actuar diferente a
    los intereses de la corona española, preferían –
    antes que la abolición de la esclavitud – la
    anexión, así terminó también
    Jesús del Monte el siglo
    XVIII.

    Hasta estos momentos solo hemos visto los motivos,
    algunos aspectos regulatorios sobre los fenómenos que
    acompañaron los procesos de la colonización blanca,
    las fuerzas que intervinieron y la influencia que han tenido las
    diferentes olas migratorias peninsulares como canarias para Cuba
    y Jesús del Monte, pero este proceso
    estuvo acompañado de otros fenómenos –no menos
    importantes
    – que nos pueden ayudar a caracterizar mejor el
    asunto, sobre todo, desde el punto de vista humano, esta es una
    arista poco tratada por los historiadores pero de vital
    significación para este trabajo porque nunca hay hecho sin
    entorno epocal.

    Desde el comienzo de nuestros análisis sobre los
    canarios he venido manifestando lo siguiente:

    la historia ha demostrado que ni la
    Corona, ni los gobiernos de la isla, eran tan bondadosos como
    para conceder parcelas – fueran o no de las mejores tierras
    – de esa manera, a individuos que llegaban a Cuba con una
    situación "poco menos que
    esclava
    "…

    Comencemos entonces por la siguiente referencia –
    entre muchas otras posibles -:

    Colonos peninsulares y
    canarios.

    1846.- Enero 23.- R.O determinando el espacio
    que haya de señalarse en los buques á cada pasajero
    colono que se dirija á Ultramar.

    Excmo. Sr.: El Capitán General de la isla
    de Cuba, jefe superior político de la misma, con fecha 28
    de noviembre último, da parte a este Ministerio de que en
    18 del mismo había llegado al puerto de La Habana la
    fragata española Paquete Gaditano, la cual habiendo
    embarcado en Santander 317 individuos de la clase de colonos para
    aquella isla, correspondientes á la contrata de don
    Domingo Goicuría, conduciendo 46 personas de menos que
    fallecieron durante la travesía á causa del
    sarampión y viruela, que, según expresó el
    Capitán, les acometieron á los pocos días de
    viaje, que habiendo sido puesto el buque en cuarentena y
    desembarcado los demás pasajeros en un lazareto
    provisional, van sucesivamente enfermando en él, aunque no
    de mucha gravedad, ni tampoco de sarampión y viruela, sino
    de sarna, disentería y otras causas, hallándose en
    la enfermería en aquella fecha 56 individuos; y que
    apareciendo que una gran parte de ellos no tenían ni una
    sola muda de ropa, y otros no se habían quitado la puesta
    tres meses hacía, había dispuesto se les facilitase
    vestuario y otras cosas de que carecían; y que luego que
    cumpliesen la cuarentena se procedería á averiguar
    las causas de las enfermedades que tan extraordinaria mortandad
    han ocasionado […] en inteligencia de que, conforme a lo
    propuesto por V. E. de acuerdo con la extinguida junta de
    asistencia, en 30 de julio de 1844, respecto al número de
    pasajeros que podrían llevar los buques desde canarias
    á Ultramar, ha tenido á bien S. M. hacer extensiva
    esta medida á los que se habiliten en los puertos de la
    Península, sirviéndose mandar en consecuencia que
    la capacidad que se debe fijar para cada pasajero en el buque que
    los haya de transportar debe ser, desde los puertos de Europa
    á los de las Antillas y costa oriental de América,
    la de una tonelada, al menos, por individuos y si fuera para
    Filipinas la de una y media toneladas, pero entendiéndose
    que estos espacios ó capacidades deben ser el
    ámbito total que queda para alojamiento después de
    la carga ó estiva principal del
    buque
    …[37]

    Monografias.com

    Fig. 10: Domingo
    Goicuría.

    Nada me recuerda más a un barco negrero que esta
    cita, la he traído aquí como muestra de que estos
    individuos eran de procedencia muy humilde, sin recursos
    económicos, la posibilidad de poder mejorar en algo su
    situación de vida en Cuba los llevaba a hacer la
    travesía, como se puede corroborar, aquí aparece
    mencionado un individuo que ya hemos visto en nuestro trabajo y
    que para Jesús del Monte y el municipio 10
    de octubre ha tenido determinada significación,
    Domingo Goicuría, una figura con un
    pensamiento que, sin lugar a duda alguna, transitó por
    diferentes estadios, pero que en estos asuntos de las contratas
    de canarios y peninsulares no parece haber actuado diferente a
    los demás contratistas, prosigamos ahora con el
    análisis que – aunque pueda ser algo extenso
    tiene gran valor para nosotros:

    1846.- Junio 17.- R. O. determinando los
    acopios de víveres y aguada que deben hacer los buques
    mercantes que transporten personas por
    contrata.

    Excmo. Sr.: La Reina (Q. D. G.) con presencia del
    dictamen de la Junta de Dirección de la Armada, acerca del
    expediente instruido en el apostadero de La Habana de resultas de
    la llegada á aquel puesto del Paquete Gaditano,
    conduciendo 46 niños menos de los colonos que había
    embarcado en Santander; se ha servido resolver, por
    ampliación á cuanto se previno en Real Orden de 23
    de enero de este año, que, en casos semejantes de
    transporte de personas por contrata, los dueños de los
    buques que lo verifiquen están obligados á hacer
    los acopios correspondientes de víveres y aguada, para
    suministrar á cada individuo al menos una ración de
    armada sin vino en cada día de los que tarden en la
    navegación; acerca del cumplimiento de lo cual
    inspeccionarán los jefes de marina del puerto en que se
    habilite la expedición, así como el que cada
    persona lleve las mudas de ropa necesarias, para que no se repita
    el escándalo que produjo en La Habana la llegada del
    mencionado buque, todo bajo la más estrecha
    responsabilidad de los mencionados jefes, según es de su
    deber, con arreglo a los artículos de ordenanza que se
    citan en la citada real orden de 23 de enero, debiendo
    también hacer observar puntualmente la de 6 de junio de
    1818, preventiva del embarque de capellán y cirujano en
    los casos que la misma expresa. Lo que digo a V. E. de Real
    orden, etc.- Madrid 17 de junio de 1846.- Señor director
    general de la
    Armada
    …[38]

    Como se puede observar, producto de los acontecimientos
    ya mencionados, todas las partes vinculadas se vieron obligadas a
    tomar medidas, las evidencias indican que los procesos que
    rodeaban a la colonización blanca eran bastante inhumanos,
    casi la misma formula que para los esclavos africanos y
    posteriormente para los chinos.

    Cualquiera pudiera pensar que con esta Orden Real y
    todas las disposiciones que le sucedieron el problema
    quedaría resuelto, pero nada más lejos de la
    verdad, este hecho trajo como consecuencia que, el Gobierno
    Político de las Islas Canarias elaborara una circular que
    estimo es un documento muy ilustrativo sobre como se manejaba el
    asunto de la contratación de trabajadores canarios, aunque
    es algo extenso el fragmento estimo que el buen lector
    sabrá comprender y valorar su importancia, vale la pena
    leerlo porque viene a resumir todo lo que ya venimos concluyendo
    en nuestro análisis.

    1848.-Octubre 9.- Circular del Gobierno
    político de Canarias referente á expediciones de
    colonos á países extranjeros y á las
    posesiones españolas de
    Ultramar.
    [39]

    Gobierno político de la provincia.-
    Circular número 223.- Los abusos introducidos en las
    expediciones de pasajeros á las posesiones de
    América é islas Filipinas, con gravísimo
    perjuicios de los interesados y ofensa de la humanidad y de las
    leyes, han llamado muy particularmente mi atención para
    buscar el oportuno remedio. Cuando las necesidades de la
    población no pueden satisfacerse á causa de la
    decadencia más ó menos transitoria de su riqueza,
    la emigración á otros países en que el
    hombre puede conseguir una ocupación productiva de que
    carecen en el suyo, es un recurso necesario que la Providencia da
    para el afligido, que de otro modo sería víctima
    del hambre y la miseria.

    Por esta razón y mientras que en esta
    provincia no se desarrollan los elementos de riqueza y de
    prosperidad de que es susceptible, sobre lo cual se ocupa el
    gobierno de S. M. y sus autoridades, es sin duda preferible la
    emigración al espectáculo y consecuencia de la
    miseria. Este mal sin embargo no ha de empeorar la suerte de los
    desgraciados que los sufren: y este objeto puede conseguirse con
    la observación de las leyes que por desgracia han
    caído en desuso, o no han cumplimentado como debiera,
    continuando la codicia y la especulación, ocupando el
    lugar de la ley, de la humanidad y de la conveniencia
    pública.

    Para convencernos de esta verdad bastará
    hacer una breve reseña del modo con que hasta el
    día se preparan y llevan á cabo las
    expediciones.

    Existen en ciertos pueblos unos agentes llamados
    enganchadores cuyo nombre lleva consigo la idea de
    seducción, engaño, fraude y sórdida
    especulación. Estos, abusando de la credulidad de los
    sencillos labradores y braceros á quienes pintan la
    felicidad al otro lado de los mares, les comprometen a abandonar
    su país, vendiendo sus cortos haberes para pagar el flete,
    ó les proponen contratos usurarios sobre la venta de su
    libertad por más o menos tiempo, reduciéndolos a la
    condición de esclavos, que se efectúa á la
    llegada á las Antillas. Ellos preparan los documentos,
    ellos extraen de los alcaldes credenciales ó
    comendaticias, las más veces dadas sin conocimiento de las
    personas, ellos falsifican los que no pueden obtener por otros
    medios, ellos forman grupos de familias en donde dan cabida como
    hijos ó hermanos á jóvenes que huyen de las
    casas paternas, á desertores, maridos que abandonan
    á sus mujeres é hijos y á mujeres é
    hijas de familias que fugitivas del hogar doméstico, van a
    poblar los lupanares.

    Los empresarios consignatarios ó capitanes
    de lo buques, después de embarcados los pasajeros,
    presentan en este gobierno político los indicados
    documentos para la expedición de los pasaportes, y como no
    es fácil depurar su autenticidad, en el corto tiempo que
    una expedición ya preparada puede permanecer en el puerto,
    no basta toda la previsión y vigilancia de los empleados
    del gobierno á impedir los fraudes.

    De aquí resulta el haberse visto
    expediciones en que además de los abusos indicados han
    sido admitidos en el buque mayor número de pasajeros del
    que permitía su cabida, se les ha recibido sin documentos,
    no ha faltado el ejemplar de recibirlos fraudulentamente en
    varios puntos de la costa ó por trasbordo después
    de despachados. Hacinados los hombres en un pequeño
    espacio, con malos y escasos alimentos, tratados con la dureza
    hasta cierto punto necesaria en tales circunstancias, en una
    larga navegación por las regiones tropicales, se han
    desarrollado á bordo enfermedades contagiosas, de las que
    han sido víctimas no solo los infelices pasajeros, sino
    hasta los capitanes y pilotos, careciendo unos y otros en
    momentos tan críticos de los socorros de la medicina y de
    la religión. Otras veces en que no han sido tan grandes
    los males de la navegación, han llegado a las Antillas los
    buques en la época crítica del desarrollo de la
    fiebre amarilla, y el que libró su vida de los peligros
    del mar, halló su tumba al saltar a
    tierra.

    El que sobrevive á tantas penalidades
    suele ser vendido como esclavo hasta pagar muy caro el flete que
    no pudo satisfacer.

    No hablemos en las expediciones que en tiempos no
    remotos se han hecho á las repúblicas de la
    América del sur ya directa, ya fraudulentamente cuya
    relación no podría menos de lastimar á los
    corazones sensibles.

    Para atajar tanto desorden y evitar en lo posible
    los males indicados, S. M. se ha dignado expedir en varias
    ocasiones diferentes reales ordenes en que resplandece la
    justicia, la humanidad y el más celoso cuidado por la
    suerte de los desgraciados naturales de estas islas, á
    quienes la necesidad obliga a abandonar el suelo que le
    vió nacer. Su cumplimiento no puede menos de producir el
    resultado apetecido y al efecto, recapitulándolas he
    dispuesto lo
    siguiente
    …[40]

    A continuación se suceden un total de cuatro
    capítulos que regularían todo el proceso de
    contratación, legalización y conformación de
    las expediciones, también incluye las obligaciones para
    los pasajeros, la de los alcaldes y de los capitanes de buques
    que se contrataban. Otra cuestión que debemos dejar muy
    clara es el asunto de la morbilidad de los inmigrantes canarios-
    o peninsulares– ya dentro de Cuba –
    así como dentro del territorio de Jesús del
    Monte
    – comparada con la de los negros esclavos –
    pues ambas modalidades de explotación llegaron a
    convivir simultáneamente en mayor o menor grado

    -.

    Producto de marcados intereses de época se fue
    tejiendo el mito que la de los esclavos era superior, en el
    transcurso de este análisis iremos comprobando que –
    en Jesús del Monte – el asunto era solo una
    fábula, paradójicamente la mortalidad de los
    blancos superaba a la de los negros, las enfermedades nuestras
    los afectaban de una forma más aguda, por lo menos
    así se comportó en un amplio período que
    iremos viento en cada momento oportuno.

    El lector debe entender correctamente el porqué
    de mi insistencia – quizás sobre
    dimensionada
    – al querer dejar claro el asunto de los
    canarios en Jesús del Monte, lo que
    persigo es brindar una visión objetiva de esta
    porción de habitantes del territorio en cada momento
    histórico pues, con el tiempo e intereses particulares, se
    han ido tejiendo muchas fabulaciones sobre el tema, sobre todo
    porque en Cuba ha quedado muy arraigada la imagen de los
    peninsulares – o dependientes de España
    – detrás de un mostrador, dueños de un
    negocio etc., pero no todos fueron eso, ni esto ocurrió en
    todos los momentos históricos, mucho menos aquellos
    canarios que también procedían de otra colonia
    española, causa por la cual eran discriminados
    también en nuestro país, es interesante en este
    sentido lo que expresa Alfredo Martín Fadragas:

    Monografias.com

    Fig. 11: Bodega de peninsulares en la
    Habana, finales del siglo XIX y principios del XX.

    Es un hecho reconocido por los
    historiadores cubanos que el emigrante canario fue el más
    humilde de todos los emigrantes españoles; para ellos se
    reservaban los puestos menos remunerados y sobre todo el trabajo
    en la agricultura. El <<isleño>>, como era
    conocido el canario en Cuba, tenía fama de bruto e
    ignorante para unos, para otros, los que más valen, eran
    todo un símbolo de la laboriosidad, dedicación al
    trabajo y muy
    emprendedor
    …[41]

    Los nuevos
    inmigrantes peninsulares y canarios

    Monografias.com

    Fig. 12: Zapatería "La
    Elegante", de Joaquín Sordo, La Habana, 1920.
    Colección "El Oriente de Asturias"
    Anónimo.

    La inmigración canaria toma otro aire
    oficial – entre los años 1881 y
    1891aunque se sabe que nunca dejaron de entrar
    – producto de una serie de decretos y órdenes reales que
    estimulaban a las diferentes asociaciones canarias y peninsulares
    existentes en el Caribe – fundamentalmente
    para que trajeran a estos territorios – nuevamente
    – a familiares y amigos, un ejemplo bien claro es el Real Decreto
    de 3 de diciembre de 1886 donde la Reina dispone lo
    siguiente:

    Las Sociedades Protectoras de
    Inmigración de Cuba, constituidas dentro del territorio
    español con arreglo a las leyes del Reino, que cuenten con
    los medios necesarios para asegurar a los inmigrantes la libre
    ocupación en los trabajos agrícolas a su llegada a
    la isla de Cuba, podrán reclamar del Gobierno general de
    la misma, el auxilio
    establecido
    [42]

    Otros decretos que favorecieron en este sentido la
    entrada de inmigrantes de cualquier parte de la península
    y de las Islas Canarias fueron:

    • Real Decreto de 18 de julio de 1881.

    • Reales Órdenes de 16 de noviembre de
      1883.

    • Reales Órdenes de 15 de julio de
      1884,

    • Real Decreto de 23 de septiembre de 1889.

    • Real Orden de 26 de noviembre de 1891.

    Según los censos efectuados entre 1899 y
    1943 se asentaron un significativo número de
    peninsulares e isleños en todo el país,
    fundamentalmente en La Habana, en la siguiente gráfica se
    puede observar el resultado de estos censos en Cuba.

    Monografias.com

    Fig. 13: Asentamiento de peninsulares
    e isleños en Cuba según los censos realizados entre
    1899 y 1943.

    Siendo Jesús del Monte un
    territorio de asentamientos históricos de canarios, muchos
    de los nuevos inmigrantes procedentes de esta región
    o de cualquier otra de la península– se
    establecieron en él, el lector debe entender que estas
    inmigraciones ya tenían – en todo sentido
    otras características que las primeras:

    Cuba será de este modo, junto a
    Argentina y Uruguay, uno de los destinos elegidos por los
    emigrantes españoles a lo largo del siglo XIX, como lo
    demuestran las transferencias de población de la
    metrópoli a la Isla entre 1850 y 1900: miles de
    inmigrantes españoles que se integrarían en el
    mercado laboral de la isla como colonos agrícolas,
    braceros temporales o profesionales del ámbito urbano.
    Esta corriente emigratoria se vio además favorecida por la
    coyuntura socioeconómica española del momento, lo
    que junto a otra serie de factores como los cambios legislativos
    y las mejoras del transporte, colocaron a Cuba como uno de los
    destinos más importantes para miles de
    españoles
    …[43]

    Por tales motivos en la zona de Jesús del
    Monte
    también surgieron múltiples
    instituciones que estaban relacionadas con ellos –
    canarios y peninsulares – , sobre todo de
    salud.

    Puede ser que el lector estime que estos datos son muy
    genéricos, no deja de tener razón, lo ideal
    sería poder aportar datos exactos sobre la
    emigración canaria y su presencia en Jesús
    del Monte
    pero es muy complejo llegar a conocer eso
    por lo menos de forma puntual – hoy con
    precisión, estas cifras son también muy
    válidas porque, al no contarse con el dato exacto de los
    canarios que llegaron y se asentaron en Jesús del
    Monte
    de forma puntual -, el dato global nos
    brinda determinada posibilidad de aproximación al
    fenómeno de los inmigrantes canarios, "algo,
    siempre es más que nada
    ", no obstante les
    presento una tabla donde se muestran los extranjeros –
    entre los que se encuentran españoles y
    peninsulares
    – fallecidos en el territorio entre 1865
    y 1872 de esta manera podemos acceder a una data
    interesante, si bien no es la totalidad de los inmigrantes
    españoles y canarios que vivieron en el territorio en este
    período nos aporta algunas cifras muy valiosas:

    Monografias.com
    Monografias.com

    Ahora le mostraré una comparación entre
    esas cifras y los datos generales de la inmigración
    española en 1899[44]el lector puede
    observar la coincidencia de los inmigrantes y sus proporsiones en
    Jesús del Monte y en Cuba.

    Monografias.com

    Fig. 14: Comparación entre los
    inmigrantes españoles en Cuba y los inmigrantes que
    murieron en Jesús del Monte.

    Monografias.com

    Fig. 15: Los niños que
    perdieron el barco para la Habana. Puerto de La Coruña,
    1955,

    Foto: Alberto Martí
    Villardefranco.[45]

    Conclusiones

    Mucho se tendría que hablar si se pretendiera
    relatar en detalles la historia de los inmigrantes peninsulares y
    canarios que se asentaron en Jesús del
    Monte
    , vea el lector en este trabajo un pequeño
    aporte a la verdadera historia de esos hombres que contribuyeron
    al desarrollo de esta localidad, espero que ayude a esclarecer
    muchos mitos que se han establecido – a lo largo del
    tiempo
    – sobre estos individuos, dejo en libertad al lector
    para que saque sus propias conclusiones.

    Memoria
    iconográfica

    • 1. Fig. (Portada): Iglesia de "El buen pastor
      de Jesús del Monte", Foto: Del autor, La Habana,
      Municipio 10 de octubre, 2013.

    • 2. Fig. 1: Primer matrimonio de
      canarios en Jesús del Monte, Foto: Del autor, Archivo
      parroquial Iglesia de "El buen pastor de Jesús del
      Monte", La Habana, Municipio 10 de octubre, 2013.

    • 3. Fig. 2: Mapa de la zona
      parroquial de la iglesia de Jesús del Monte y algunos
      sitios que se citan en los folios de matrimonios entre
      canarios en entre el 3 de noviembre de 1689 y el 30 de
      octubre de 1730, Autor (s): Francisco Moreno y Lázaro
      Numa, La Habana, mayo de 2013.

    • 4. Fig. 3: Comparación de
      imágenes de zona parroquial de Jesús del Monte
      y Paso Seco, Foto: Del autor e imagen satelital,
      2013.

    • 5. Fig. 4: Asientos de entierro de
      los vegueros en el cementerio de la parroquia de Jesús
      del Monte, Foto: Del autor, Archivo parroquial Iglesia de "El
      buen pastor de Jesús del Monte", La Habana, Municipio
      10 de octubre, 2013.

    Fig. 5: Ajusticiamiento de los vegueros sublevados,
    Dibujo: Juan Emilio Hernández Giró, Historia
    Gráfica de Cuba, La Habana 1938, pág.
    65.

    • 6. Fig. 6: Placa recordatoria de
      los vegueros enterrados en el cementerio de la iglesia de
      Jesús del Monte, Foto: Del autor, Iglesia de "El buen
      pastor de Jesús del Monte", La Habana, Municipio 10 de
      octubre, 2011.

    • 7. Fig. 7: Asientos de entierro de
      los vegueros en el cementerio de la parroquia de Jesús
      del Monte, Foto: Rogelio Bombino Gatell, historiador de la
      Iglesia de "El buen pastor de Jesús del Monte", La
      Habana, Municipio 10 de octubre, 1971.

    • 8. Fig. 8: "Emigrantes españoles
      esperando el barco para América". Óleo, Autor:
      anónimo, Red social.

    • 9. Fig. 9: Real cédula conocida como de
      población blanca, Foto: Del autor, La Habana,
      2013.

    • 10. Fig. 10: Domingo
      Goicuría, Dibujo: Anónimo, Archivo: Del
      autor.

    • 11. Fig. 11: Bodega de
      peninsulares en la Habana, finales del siglo XIX y principios
      del XX, Autor: Anónimo, Archivo: Del autor.

    • 12. Fig. 12: Zapatería "La
      Elegante", de Joaquín Sordo, La Habana, 1920.
      Colección "El Oriente de Asturias"
      Anónimo.

    • 13. Fig. 15: Los niños que perdieron el
      barco para la Habana. Puerto de La Coruña, 1955, Foto:
      Alberto Martí Villardefranco, Catálogo: Memoria
      gráfica de la emigración española,
      Dirección General de la Ciudadanía
      Española en el Exterior, Secretaría de Estado
      de Inmigración y Emigración, Ministerio de
      Trabajo e Inmigración, 5 p.

    Bibliografía

    • 1. Aleza Izquierdo, Milagros. Estudios
      lingüísticos cubanos, Universidad de Valencia,
      2002.

    • 2. Archivo Nacional de Cuba (ANC), Protocolos
      notariales (PN). Salinas, 12 de febrero de 1764.

    • 3. Arrozarena, Cecilia; El Roble y la ceiba:
      Historia de los vascos en Cuba,
      http://books.google.com.cu/books?id=DVot2q-fNOQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0

    • 4. Blanchet, Emilio. Compendio de historia de
      Cuba, Imprenta de la aurora del Yumurí, de José
      Curbelo y Hnos. Matanzas 1866.

    • 5. Catálogo: Memoria gráfica de
      la emigración española, Dirección
      General de la Ciudadanía Española en el
      Exterior, Secretaría de Estado de Inmigración y
      Emigración, Ministerio de Trabajo e
      Inmigración.

    • 6. Calleja Leal, Guillermo (Profesor titular de
      la Universidad Antonio de Nebrija, Madrid, España); La
      insurrección de los vegueros: la primera
      revolución armada que triunfó en
      América, Revista: La Coronelía – Guardas
      del Rey, Año VIII, Número 36 – 2011,
      Nuestra Historia, p [15-28].

    • 7. De la Torre, José María. Lo
      que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y Moderna, La
      Habana, 1857, Imprenta de Spencer y
      Compañía.

    • 8. De la Pezuela, Jacobo; Historia de la isla
      de Cuba, Tomo – II, Madrid 1868, Editorial: Carlos
      Bailly – Bailliere.

    • 9. De la Pezuela, Jacobo; Diccionario
      geográfico, estadístico e histórico,
      GUA, pág. 528 Tomo_ II, párrafo – I, primera
      columna.

    • 10. Guerra López, Dolores (Dra. En
      ciencias históricas, Investigadora titular del
      Instituto de Historia de Cuba, Profesora Titular de la
      Universidad de La Habana.), La sublevación de los
      vegueros canarios: simiente de la identidad del pueblo
      cubano.

    • 11. Hernández González, Manuel.
      Los campesinos canarios en el extrarradio habanero,
      Asociación española de americanistas, Estudios
      sobre América: Siglos XVI – XX, Sevilla AEA,
      2005.

    • 12. Leal Cruz, Miguel. Canarias – Cuba en
      la prensa histórica,
      http://personal.telefonica.terra.es/web/mleal/articles/cuba/511.htm.

    • 13. Legislación Ultramarina, Tomo
      Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
      Cuba y Vicente.

    • 14. Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
      González, María Caridad. Canarios en la
      economía de Cuba, Grupo de comunicación de
      Galicia en el mundo S. L, Vigo, España,
      2009.

    • 15. Martín Fadragas, Alfredo. Canarios:
      Esclavitud blanca o asalariados, Instituto de Historia de
      Cuba, La Habana, Artículo.

    • 16. Memoria de la isla de Cuba escrita por el
      intendente, Agustín Ferrety, Madrid, Enero de 1826,
      Archivo General de indias, Sección de Santo Domingo,
      Legajo 1157.

    • 17. Naranjo Orovio, Consuelo. Cuba, la perla de
      las Antillas: actas de las 1ra (s) jornadas sobre "Cuba y su
      historia", Ateneo de Madrid, 1991.

    • 18. Pasaron y Lastra, Ramón. La isla de
      Cuba. Considerada económicamente por el Ex –
      intendente General de la misma, Imprenta de Don Cipriano
      López, Madrid 1858.

    • 19. Pichardo, Esteban. Caminos de la isla de
      Cuba. Itinerarios, Tomo – III, La Habana, 1865,
      Imprenta Militar de M. Soler.

    • 20. Ramos Martínez, Jon Ander. Los
      inmigrantes en Cuba, de región a nación (1880
      – 1902), Congreso Internacional 1810-2010: 200
      años de Iberoamérica, 1042 p.
      http://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00530624/

    • 21. Saco, José Antonio. Historia de la
      esclavitud, Biblioteca de Clásicos Cubanos, Volumen V,
      Editorial Imagen Contemporánea, Habana
      2006.

    • 22. Santa Cruz y Montalvo, Mercedes (Condesa de
      Merlin). Los esclavos en las colonias españolas,
      Imprenta de Alegría y Charlain, Madrid
      1841.

    • 23. Rodríguez Ferrer, Miguel; El tabaco
      Habano: su historia, su cultivo, sus más afamadas
      vegas en Cuba, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo –
      Mudos, Madrid 1851.

     

     

    Autor:

    Lic. Lázaro Numa
    Aguila.

    La Habana, 2013.

    [1] Cédula: RAE // f. Escrito o
    documento // documento en que se reconoce una deuda u otra
    obligación. Real cédula: Documento emitido por el
    Rey o la Reina de obligatorio cumplimiento.

    [2] Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
    González, María Caridad. Canarios en la
    economía de Cuba, Grupo de comunicación de
    Galicia en el mundo S. L, Vigo, España, 2009, 128p.

    [3] Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
    González, María Caridad. Canarios en la
    economía de Cuba, Grupo de comunicación de
    Galicia en el mundo S. L, Vigo, España, 2009, 24 p.

    [4] Martín Fadragas, Alfredo; Pacheco
    González, María Caridad. Canarios en la
    economía de Cuba, Grupo de comunicación de
    Galicia en el mundo S. L, Vigo, España, 2009, 128 p.

    [5] Se respeta la ortografía
    original.

    [6] Se respeta la ortografía y
    redacción original.

    [7] Pichardo, Esteban. Caminos de la isla de
    Cuba. Itinerarios, Tomo – III, La Habana, 1865, Imprenta
    Militar de M. Soler, 95 p.

    [8] Map showing the department of Havana.

    [9] Geolecto: Dialecto que utiliza en su modo
    de hablar cierto grupo de personas, está compuesto por
    una comunidad de hablantes con una manera de hablar distinta,
    fundamentalmente por cuestiones geográficas, estas
    pueden ser fronteras naturales o políticas (en menor
    caso). …Se ratifica la existencia de cinco <<zonas
    geolectales>> en el territorio rural de Cuba cuyos
    límites geográficos resultaron un poco más
    precisos que la propuesta geolectal urbana… Aleza
    Izquierdo, Milagros. Estudios lingüísticos cubanos,
    Universidad de Valencia, 2002, 89p.

    [10] Historiador de la parroquia de
    Jesús del Monte.

    [11] De la Torre, José María.
    Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y Moderna, La
    Habana, 1857, Imprenta de Spencer y Compañía,
    139p.

    [12] Blanchet, Emilio. Compendio de historia
    de Cuba, Imprenta de la aurora del Yumurí, de
    José Curbelo y Hnos. Matanzas 1866, 38 p.

    [13] Hernández González,
    Manuel. Los campesinos canarios en el extrarradio habanero,
    Asociación española de americanistas, Estudios
    sobre América: Siglos XVI – XX, Sevilla AEA, 2005,
    1209p.

    [14] Archivo Nacional de Cuba (ANC),
    Protocolos notariales (PN). Salinas, 12 de febrero de 1764.

    [15] Giró Hernández; Juan
    Emilio (1882_1953) Santiago de Cuba: Pintor, dibujante y
    acuarelista fundamentalmente de temas históricos
    cubanos. Historia Gráfica de Cuba, La Habana 1938,
    pág. 65.

    [16] Rodríguez Ferrer, Miguel; El
    tabaco Habano: su historia, su cultivo, sus más afamadas
    vegas en Cuba, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo –
    Mudos, Madrid 1851, p [36].

    [17] Calleja Leal, Guillermo (Profesor
    titular de la Universidad Antonio de Nebrija, Madrid,
    España); La insurrección de los vegueros: la
    primera revolución armada que triunfó en
    América, Revista: La Coronelía – Guardas
    del Rey, Año VIII, Número 36 – 2011,
    Nuestra Historia, p [15-28].

    [18] Guerra López, Dolores (Dra. En
    ciencias históricas, Investigadora titular del Instituto
    de Historia de Cuba, Profesora Titular de la Universidad de La
    Habana.), La sublevación de los vegueros canarios:
    simiente de la identidad del pueblo cubano.

    [19] Arrozarena, Cecilia; El Roble y la
    ceiba: Historia de los vascos en Cuba,
    http://books.google.com.cu/books?id=DVot2q-fNOQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0

    [20] Callejas Leal, Guillermo; La
    insurrección de los vegueros: primera revolución
    armada que triunfó en América, Revista: La
    Coronelía – Guarda del Rey, Año VIII,
    España, número 36 – 2011, p[22].

    [21] De la Pezuela, Jacobo; Historia de la
    isla de Cuba, Tomo – II, Madrid 1868, Editorial: Carlos
    Bailly – Bailliere, p [323].

    [22] Rodríguez Ferrer, Miguel; El
    tabaco Habano: su historia, su cultivo, sus más afamadas
    vegas en Cuba, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo –
    Mudos, Madrid 1851, p [33].

    [23] Gregorio Guazo Calderón
    Fernández de la Vega: Caballero de la Orden de Santiago,
    Gobernador y Capitán General de la Isla. Era un hombre
    de carácter duro, un militar inflexible, capaz de
    cumplir rigurosamente las órdenes.

    [24] Se respeta la ortografía
    original.

    [25] de la Pezuela, Jacobo; Diccionario
    geográfico, estadístico e histórico, GUA,
    pág. 528 Tomo_ II, párrafo – I, primera
    columna.

    [26] Libro segundo de entierros de
    españoles de la iglesia de Jesús del Monte que
    comienza el 8 de marzo de 1715 y finaliza el 11 de abril de
    1792.

    [27] Historiador de la parroquia de
    Jesús del Monte.

    [28] Pasaron y Lastra, Ramón. La isla
    de Cuba. Considerada económicamente por el Ex –
    intendente General de la misma, Imprenta de Don Cipriano
    López, Madrid 1858, 12 p.

    [29] Se respeta en todos los casos la
    ortografía original del documento citado.

    [30] Real Cédula de S. M. r
    señores del consejo supremo de las indias, que contiene
    la instrucción y reglas acordadas para el aumento de la
    población blanca en la isla de Cuba, Madrid, Imprenta
    Real, 1818.

    [31] RAE: colono, na. (Del lat. colonus, de
    colere, cultivar). 1. m. y f. Persona que coloniza un
    territorio o que habita en una colonia. 2. m. y f. Labrador que
    cultiva y labra una heredad por arrendamiento y suele vivir en
    ella.

    [32] Real Cédula de S. M. r
    señores del consejo supremo de las indias, que contiene
    la instrucción y reglas acordadas para el aumento de la
    población blanca en la isla de Cuba, Madrid, Imprenta
    Real, 1818.

    [33] Legislación Ultramarina, Tomo
    Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
    Cuba y Vicente, 423p.

    [34] Memoria de la isla de Cuba escrita por
    el intendente, Agustín Ferrety, Madrid, Enero de 1826,
    Archivo General de indias, Sección de Santo Domingo,
    Legajo 1157.

    [35] Saco, José Antonio. Historia de
    la esclavitud, Biblioteca de Clásicos Cubanos, Volumen
    V, Editorial Imagen Contemporánea, Habana 2006, 18
    p.

    [36] Santa Cruz y Montalvo, Mercedes (Condesa
    de Merlin). Los esclavos en las colonias españolas,
    Imprenta de Alegría y Charlain, Madrid 1841, 67 p.

    [37] Legislación Ultramarina, Tomo
    Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
    Cuba y Vicente, 423 – 424p.

    [38] Legislación Ultramarina, Tomo
    Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
    Cuba y Vicente, 424p.

    [39] Se respeta la ortografía y la
    redacción original.

    [40] Legislación Ultramarina, Tomo
    Segundo, Madrid, 1865, Imprenta de los señores Viota,
    Cuba y Vicente, 424 – 430p.

    [41] Martín Fadragas, Alfredo.
    Canarios: Esclavitud blanca o asalariados, Instituto de
    Historia de Cuba, La Habana, Artículo.

    [42] Leal Cruz, Miguel. Canarias – Cuba
    en la prensa histórica,
    http://personal.telefonica.terra.es/web/mleal/articles/cuba/511.htm.

    [43] Ramos Martínez, Jon Ander. Los
    inmigrantes en Cuba, de región a nación (1880
    – 1902), Congreso Internacional 1810-2010: 200
    años de Iberoamérica, 1042 p.
    http://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00530624/

    [44] Naranjo Orovio, Consuelo. Cuba, la perla
    de las Antillas: actas de las 1ra (s) jornadas sobre
    “Cuba y su historia”, Ateneo de Madrid, 1991.

    [45] Catálogo: Memoria gráfica
    de la emigración española, Dirección
    General de la Ciudadanía Española en el Exterior,
    Secretaría de Estado de Inmigración y
    Emigración, Ministerio de Trabajo e Inmigración,
    5 p.

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