A mediados del 2010, y con motivo de la
conmemoración del Bicentenario de la República
Argentina, el gobernador Juan Schiaretti lanza el proyecto para
crear la bandera de la provincia, y el 29 de diciembre de 2010
fue enarbolada por primera vez, hecho que tuvo lugar junto al
monumento a Juan Bautista Bustos en la ciudad de
Córdoba.
La insignia provincial, adoptada como
oficial por Ley Nº 9.806, fue diseñada por Cristian
Baquero Lazcano del INARCE (Instituto Argentino de Ceremonial y
Relaciones Públicas), institución ganadora del
concurso "Buscando la Bandera de la Provincia de Córdoba"
que contuvo más de 750 trabajos evaluados por un jurado de
idóneos en la materia y especialistas en historia
provincial.Por unanimidad, la Legislatura Provincial
instituyó, mediante Ley Nº 9.989, el 18 de septiembre
como el "Día de la Bandera de la Provincia de
Córdoba", en conmemoración del fallecimiento del
Brigadier General Juan Bautista Bustos, primer gobernador
constitucional de la provincia.
Bustos, fue héroe en la lucha contra
las invasiones inglesas y en la lucha de la independencia
nacional; general del Ejército del Norte; férreo
defensor del federalismo y de los derechos del interior y
destacado colaborador del general José de San
Martín en el cruce de los Andes y la liberación de
Chile y Perú.
La
Bandera
La bandera es de forma rectangular, consta de tres
franjas verticales proporcionales de color rojo (representa la
sangre vertida y el federalismo abrazado por Córdoba),
blanco (se refiere a la identidad de un pueblo formado por
numerosas corrientes migratorias) y celeste (que recuerda a la
bandera nacional, los aportes a la independencia nacional y los
cursos de agua que recorren nuestro suelo) cumpliendo el doble
propósito de rescatar los colores empleados por Artigas y
ser compatibles con las de las otras dos provincias de la
Región Centro: Entre Ríos y Santa Fe, simbolizando,
de esta manera, la vocación integradora del
área.
Contiene además la silueta del "sol jesuita" que
con sus 32 rayos -16 rectos y 16 ondulados- dispuestos
alternadamente, coinciden desde los gráfico con el "sol
inca o sol de mayo" presente en la bandera nacional y busca
reflejar la importancia política, social, cultural,
educativa y religiosa que los jesuitas dieron a lo largo de la
historia de Córdoba, dejando un legado patrimonial que ha
sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la
Humanidad.
Fundamentación (Texto
completo)
Introducción
Hay imágenes que simbolizan la pertenencia a un
grupo humano, a una comunidad. Las ciencias sociales nos
enseñan que el sentido de pertenencia (social) es
fundamental en el hombre, y para demostrar esa pertenencia nos
hacemos de símbolos, que van desde elementos muy simples
pero muy distintivos hasta más complejos como las
insignias y banderas locales, regionales o nacionales.
Nos gusta ser identificados respecto a nuestras
escuelas, equipos deportivos, barrios, ciudades, regiones y
países. Es parte del ser universal, la personalidad se
afirma con la pertenencia a un grupo, como es la propia
comunidad. No nos basta con ser determinada persona, aunque
seamos alguien sobresaliente, una celebridad; es importante que
nuestra imagen sea parte de otra mayor: la de nuestra
comunidad.
Un símbolo se vuelve así esencial en la
persona: somos quienes somos pero además somos parte de la
comunidad a la que pertenecemos.
Por esa significación de la identidad
comunitaria, los símbolos locales, regionales y nacionales
tienen gran importancia. Respetamos nuestros símbolos por
lo que representan.
Las banderas son algo más que piezas de tela, son
manifiestos simbólicos que representa a un grupo de
personas, una nación o una institución, y encarnan
aquellos paradigmas históricos, religiosos,
políticos o imaginarios que ostenta el
colectivo.
Fundamentación
Dada su pertenencia a la Región Centro, comparte
los colores presentes en las banderas de sus provincias
integrantes.
El relanzamiento oficial de la Región Centro,
concretado en julio de 2004, puso de manifiesto la voluntad
política de los gobiernos de Córdoba, Entre
Ríos y Santa Fe, de avanzar en la integración
interprovincial. La revitalización del bloque
interprovincial crea el andamiaje institucional y político
para proyectar el desarrollo humano y económico de la
región, de cara a los desafíos y oportunidades del
escenario global, por lo cual se buscó en el empleo de los
colores lograr una armonía y unidad de imagen, tanto a su
interior como a su proyección visual y conceptual
fuera de la misma. (La Región Centro tiene una importancia
clave para el desarrollo socio económico de la
Argentina.
Cuenta con el 20% del total de la Población
Nacional, y una economía diversificada en los sectores
primario (12,7%), secundario (27,32 %) y terciario
(61%).
La reforma constitucional de 1994 posibilitó
a las provincias la creación de regiones para
el desarrollo económico y social y establecer
órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines
(Art. 124). Con este antecedente, la voluntad política de
avanzar en la constitución de la Región Centro
quedó plasmada en tres acuerdos suscritos por los
gobiernos de las provincias de Córdoba, Entre Ríos
y Santa Fe: el Tratado de Integración Regional (1998), el
Acta de integración de Entre Ríos (1999) y el
Protocolo de Córdoba (2004). De esta forma, el proceso de
integración cuenta con un marco institucional en el que
están definidos los órganos políticos y los
alcances de la regionalización.
BANDA ROJA:
representa la sangre derramada en nuestras luchas
emancipadoras, pero también es divisa del federalismo.
Representa la energía de nuestro pueblo y la lucha contra
las formas de opresión a lo largo de la historia
local.
BANDA CELESTE:
recuerda la participación de Córdoba en
las guerras de la Nación y su contribución a la
victoria por la emancipación nacional. También
representa los espejos de agua como recursos hídricos de
nuestra provincia.
BANDA BLANCA:
toma el color blanco de la bandera nacional y su
ubicación central en la bandera propuesta refleja la
posición de Córdoba como centro geográfico y
estratégico de la Argentina, pero además nos
señala la identidad de convivencia de nuestro pueblo que
se nutrió de numerosas corrientes inmigratorias,
principalmente española e italiana, seguida de
comunidades como la armenia, judía, sirio-libanesa, griega
y más recientemente boliviana, paraguaya, peruana y
coreana, que crecieron apoyándose e
integrándose en paz, formando un verdadero crisol social y
humano y que mancomunadamente vuelan hacia los vientos de la
civilización y el progreso. El blanco significa la pureza
de sentimientos, la libertad, la justicia social. La
sabiduría, la potencia, la fuerza impulsora de
iniciativas, las búsquedas constantes de nuevos esfuerzos,
y la paz.
SOL JESUITA / SOL INCA / SOL DE
MAYO:
En el centro la silueta del "Sol Jesuita", que con
sus 32 rayos (16 rectos y 16 ondulados, dispuestos
alternadamente) es coincidente desde lo gráfico con la
silueta del "Sol Inca" o "Sol de Mayo" (1) (2)
presente en nuestra bandera nacional, en color amarillo oro en
alusión al esplendor y contribución que hicieron
los Jesuitas a nuestra provincia, cuyo aporte en lo
político, social, cultural y religioso –desde su
fundación y por más de cuatro siglos- dejaron
su trascendental impronta. Los testimonios de la acción de
la Compañía de Jesús, orden fundada por
Ignacio de Loyola, ocupan un lugar de privilegio en la provincia
de Córdoba.
En el lapso comprendido entre 1599, año de la
llegada de los Jesuitas a Córdoba, y 1767, cuando se
produce la expulsión de la orden por el rey Carlos III
de España, la Compañía de Jesús
estableció un sistema cultural-social único en la
América hispana que marcó el desarrollo de la
provincia.
El sistema, centrado en la Ciudad de Córdoba, se
organizó alrededor de las empresas educativas y
espirituales de la Compañía, dando origen al
Colegio Máximo en 1610, a la Universidad en 1622, al
Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat en 1687
y al Noviciado, que son los puntos destacados de lo que se conoce
como "Manzana Jesuítica".
Para asegurar el sustento económico de esos
emprendimientos, se organizó y consolidó un sistema
de estancias, establecimientos rurales productivos situados en el
interior de la provincia.
El carácter único de estos testimonios
patrimoniales han sido reconocidos por la UNESCO, que a fines del
año 2000 ha declarado al "Camino Jesuíticas" y a la
"Manzana Jesuítica" como "Patrimonio de la Humanidad". El
sol representa también el poder de la naturaleza, la
fuerza viva del mundo y es símbolo de la perseverancia,
tomando en consideración su fiel y perfecto ciclo diario y
anual. El color amarillo alude a las riquezas, no sólo
intelectuales y espirituales, sino también materiales y
naturales que Córdoba tiene.
Autor:
Jose Fernandez