Mateo 27,9-10 pretendiendo demostrar que
Jesús fue el Mesías verdadero, se refiere al
momento en que Judas, arrepentido, devuelve el dinero pagado por
su traición y se ahorca: "Así se cumplió
lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron
las 30 piezas de plata, que fue el precio en que lo tasaron los
hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me
ordenó el Señor". NOTA 1:
¡Resulta que en ningún lugar del libro de
Jeremías aparecen estas palabras! Existe, no obstante, un
pasaje en Zacarías 11,12-13 que ha sido
identificado con esta profecía: "Yo les dije: Si os
parece bien páguenme mi salario; y si no, dejadlo. Y
calcularon por mi salario 30 piezas de plata. Pero Dios me
ordenó: Hecha en los cofres del templo este precio tan
alto en que ellos me han tasado. Y tomé las 30 piezas y
las deposité en el tesoro de la casa de Dios". El
evangelista «inspirado» comete una burrada
equivocándose de libro profético ¡No es
Jeremías, es Zacarías! NOTA 2: Ni siquiera
es válido el argumento que se trate de una simple
confusión, pues lo único en común de ambos
pasajes son las «30 piezas de plata». Los relatos son
distintos y no tienen nada que ver entre sí.
Alegóricamente Zacarías se describe a sí
mismo como Dios y al pueblo como ovejas. El sentido es el
siguiente: porque las ovejas han sido rebeldes, Dios las entrega
a tres pastores que no las cuidan apropiadamente; entonces Dios
los elimina y vende las ovejas a unos comerciantes por 30 piezas
de plata, que son depositadas en el templo a manera de
retribución; y otro pastor se levantará por orden
de Dios para castigar a las ovejas [Zacarías
11,4-17]. Por lo tanto, esta «profecía» no
está refiriéndose a la traición de Judas que
le atribuye el evangelio.
XIV. LA MUERTE DE JESÚS
Mateo 27,50-54: "Habiendo Jesús, otra
vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he
aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba
abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se
abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que
habían dormido, se levantaron; y saliendo de los
sepulcros, después de la resurrección de él,
vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El
centurión, y los que estaban con él guardando a
Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían
sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron; verdaderamente
éste era el Hijo de Dios". NOTA 1:
Analizándose imparcialmente puede concluirse que el relato
es una absoluta mentira. De hecho, los demás evangelistas
no lo mencionan para nada. Si lo que se describe hubiese ocurrido
realmente, ¿por qué tal evento prodigioso no
aparece registrado en ninguno de los registros históricos
de la época cuando existen otros datos menos notables e
impactantes? NOTA 2: Un milagro de ese tipo hubiese sido
la «noticia del siglo». De haber ocurrido, lo
lógico hubiera sido que todos los judíos y romanos
[incluidos el sumo sacerdote y el emperador] acepten a
Jesús como «hijo de Dios», tal como
supuestamente el centurión y sus soldados lo hicieron.
Pero nadie se dio por aludido, lo cual pone en duda la veracidad
del relato. NOTA 3: Nunca se aclara quienes eran aquellos
«santos», ni la razón de su
«santidad». Si en verdad hubieran salido de sus
tumbas y pasearon por la ciudad, ¿no hubiera sido normal
que los habitantes de Jerusalén crean en Jesús?
¿Por qué nadie se preocupó de registrar un
hecho tan significativo como este en la historia de
Jerusalén? Definitivamente, el relato tiene todos los
indicios de ser una manipulación de versículos con
el objeto de «divinizar» a Jesús.
Mateo 27,57-61: Después de la muerte de
Jesús, "vino un hombre rico de Arimatea, de nombre
José, discípulo de Jesús. Se presentó
a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilatos
ordenó que le fuese entregado puesto que estaba en poder
del juez. Él, tomando el cuerpo, lo envolvió en una
sábana limpia y lo depositó en su propio sepulcro,
del todo nuevo, que había sido excavado en la
peña". Un contexto algo diferente presenta Juan
19,38-42: Aparece un nuevo personaje, Nicodemo [desconocido
para los otros evangelistas], que ayuda a José de Arimatea
a transportar el cadáver de Jesús, y lo entierran
en un sepulcro improvisado, que no es señalado como
propiedad de José de Arimatea: "Cerca del sitio donde
fue crucificado había un huerto, y en el huerto un
sepulcro nuevo… Allí, a causa de la Pascua de los
judíos, por estar cerca el sepulcro, pusieron a
Jesús". NOTA: Algo curioso es el detalle [y
ningún evangelio parece indicarlo] que no tuvo
Jesús la necesidad de presentarse como un resucitado a
José de Arimatea o a Nicodemo, quienes lo habían
sepultado. Hubiese sido un acto caballeroso agradecerles su noble
acción. ¡Que ingrato fue Jesús!
SECCIÓN SEGUNDA:
Argumentos
incoherentes sobre la resurrección de
Cristo
XV. INTROITO
Resumiendo los testimonios de los cuatro evangelistas
«inspirados» se obtiene el siguiente cuadro ocurrido
en la tumba de Jesús el día de su
resurrección: en Mateo dos mujeres, ambas llamadas
María, van al sepulcro a ungir con aromas el
cadáver; ocurre un terremoto; un ángel baja del
cielo; quita la piedra de la entrada del sepulcro y se sienta
allí dejando a los guardias sin sentido; luego
Jesús en persona se presenta ante las dos mujeres. En
Marcos son tres las mujeres [a las dos Marías se
les suma Salomé] que van a ungir el cuerpo; no hay
terremoto; la piedra de la entrada ya ha sido quitada; un joven
está sentado dentro de la tumba; nunca se menciona a los
guardias; Jesús no se presenta a ante las tres mujeres,
sino solamente a María Magdalena. En Lucas, las
mujeres, que siguen llevando aromas para ungir el cuerpo, son las
dos Marías, Juana, que reemplaza a Salomé, y otras
cuyo número no se indica; tampoco hay terremoto ni
guardias; se aparecen, no uno, sino dos hombres; ellas corrieron
a avisar a los discípulos; Pedro da fe del hecho
prodigioso; nunca se presenta Jesús ante las mujeres. En
Juan sólo hay una mujer, María Magdalena,
que no va a ungir ningún cadáver; no ve a nadie en
la tumba; corre a avisar, no a todos los discípulos, sino
a solamente a Pedro y a otro [el discípulo amado], quienes
certifican el suceso; después, cuando María
quedó llorando fuera, se aparecen dos ángeles
sentados en el interior del sepulcro; por último,
Jesús se le aparece a ella en persona. No hay
explicación para tantas diferencias en textos
supuestamente escritos por testigos directos de los
acontecimientos. La única explicación racional
posible para estas contradicciones es que esta
«resurrección» sea una pura elaboración
mítica. A pesar de las notables incoherencias de los
evangelistas, Pablo de Tarso, ingenuamente, se aventura a
escribir: "Si Cristo no resucitó, vana es entonces
nuestra predicación, vana es también nuestra
fe" [1 Corintios 15,14].
XVI. LAS MUJERES EN LA TUMBA
Mateo 28,1 dos mujeres se dirigen a la tumba de
Jesús: "Después del sábado, que amanece
para el primer día de la semana, vino María
Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro". En
Marcos 16,1-2: son tres las mujeres: "Y como
pasó el sábado, María Magdalena, y
María madre de Jacobo, y Salomé, compraron drogas
aromáticas, para venir a ungirle. Muy de mañana, el
primer día de la semana, fueron al sepulcro apenas salido
el sol". Lucas 24:1,10 no da un número exacto:
"El primer día de la semana, muy de mañana,
fueron al sepulcro llevando los aromas que habían
preparado… Eran María Magdalena, y Juana, y
María madre de Jacobo, y las demás que estaban con
ellas". Juan 20,1 indica que sólo es una
mujer, y ninguna otra: "Y el primer día de la semana,
muy de mañana, siendo aún oscuro, María
Magdalena fue al sepulcro; y vio la piedra quitada del
sepulcro". NOTA 1: Los evangelistas coinciden al
decir que la visita de las mujeres a al sepulcro sucedió
«el primer día de la semana». Pero al momento
de referirse a la cantidad de mujeres que fueron allí, se
contradicen totalmente. Al final, es imposible saber
cuántas damas realmente acudieron al sepulcro. Si los
autores de los evangelios escriben con «inspiración
divina», son inexplicables sus desacuerdos en cuanto al
número de mujeres testigos de la resurrección.
NOTA 2: Marcos y Lucas exhiben una torpeza narrativa al
dar como objetivo de las mujeres ungir con perfumes a
Jesús, pues según la ley judía, una vez
sepultado un cadáver se consideraba impuro ["No se
contaminen a causa de algún difunto de su pueblo":
Levítico 21,1]. En este sentido, la unción
con aromas se hacía antes de la sepultura y nunca
después. Además, es ilógico el deseo de
ungir con perfumes a un cadáver que ya se estaría
descomponiendo, sobre todo, asumiendo que José de Arimatea
y Nicodemo ya lo había hecho ["Nicodemo…
llevó un compuesto de mirra y áloe, como 100
libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron
en lienzos con los aromas, de acuerdo con la costumbre
judía de sepultar": Juan 19,39-40]. NOTA
3: Parece ficticia la exagerada cantidad [¡«cien
libras»!] de aromas para ungir un cadáver.
¿Cuál sería el motivo de poner tanto perfume
a un cadáver?
XVII. LOS ÁNGELES EN EL
SEPULCRO
Mateo 28,2-9: Cuando las mujeres van al sepulcro,
se les presenta un ángel: "Y sobrevino un gran
terremoto, pues un ángel del Señor bajó del
cielo y acercándose removió la piedra del
sepulcro… Era su aspecto como el relámpago, y su
vestidura blanca como la nieve. Los guardias,
atemorizados…quedaron como muertos. El ángel,
dirigiéndose a las mujeres, dijo: No temáis
vosotras, pues sé que buscáis a Jesús el
crucificado. No está aquí; ha resucitado… En
esto, Jesús les salió al encuentro… Y ellas,
acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron".
Marcos 16,5-7 no menciona ningún ángel
bajado del cielo, sino uno que ya se encontraba en el sepulcro a
la llegada de las mujeres; no hay rastro de los guardias: "En
cuanto salió el sol, vinieron al sepulcro… Y
mirando, vieron que la piedra estaba removida; era muy grande.
Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha,
vestido de una túnica blanca, y quedaron sobrecogidas de
espanto". En Lucas 24,2-12 no hay terremoto ni
guardias, además el ángel ya no es uno, sino dos:
"Y encontraron removida del sepulcro la piedra, y entrando,
no hallaron el cuerpo del Señor Jesús… Se
les presentaron dos hombres vestidos de vestiduras
resplandecientes… Y les dijeron: ¿Por qué
buscáis entre los muertos al que vive? No está
aquí; ha resucitado". Según Juan
20,2-10 no hay terremoto, ni guardias ni ángeles, pues
María Magdalena no ve a nadie en el sepulcro, entonces:
"corrió y vino a Simón Pedro y al otro
discípulo a quien Jesús amaba… Salió,
pues, Pedro y el otro discípulo y fueron al sepulcro.
Ambos corrían; pero el otro discípulo…
llegó primero… sin embargo, no entró.
Llegó Simón Pedro después de él, y
entró en el sepulcro y vio las fajas allí
colocadas, y el sudario". En el instante que se van los
discípulos, recién allí se presentan los
ángeles y el mismo Jesús en persona: "Estaba
María Magdalena junto al sepulcro fuera llorando…
se inclinó hacia el sepulcro y vio dos ángeles de
blanco, sentados donde había estado el cuerpo de
Jesús… Y ellos le dijeron: Mujer, ¿por
qué lloras? Ella les respondió: Porque se han
llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
puesto. Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de
pie… Ella, pensando que era el encargado del huerto, le
dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime
dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.
Jesús le dijo: María. Volviéndose ella, le
dijo… Maestro" [Juan 20,11-16]. NOTA:
Lo único coincidente en estos textos es la
desaparición del cuerpo de Jesús y en el color
blanco/luminoso de la vestimenta de los ángeles. En los
demás detalles, estos «testimonios» contienen
muchas contradicciones al narrar el hecho más
trascendental del cristianismo, al punto de poner en duda la
veracidad en la resurrección de Jesús como suceso
real. La evidente conclusión es que estos pasajes no
pueden tener la más mínima credibilidad.
XVIII. LA INCREDULIDAD DE LOS
APÓSTOLES
Lucas 24,11: Los apóstoles no creen en la
resurrección de Jesús: "Les parecieron
desatinos tales relatos el sepulcro vacío que
habían encontrado las mujeres y no los creyeron".
Marcos 16,8-13: María Magdalena se lo contó
a los apóstoles quienes "oyendo que vivía y que
había sido visto por ella, no lo creyeron…
Después de esto se mostró en otra forma a dos de
los apóstoles que iban de camino y se dirigían al
campo. Éstos, vueltos, dieron la noticia a los
demás; ni aun a éstos creyeron". Juan
20,9: "Aún no se habían dado cuenta de la
Escritura, según la cual era preciso que Él
resucitase de entre los muertos". NOTA 1: Esta
incredulidad es alarmante, sobre todo porque los
discípulos estaban previamente advertidos: "El Hijo
del hombre será entregado en manos de los hombres y le
darán muerte, y muerto, resucitará al cabo de tres
días" [Marcos 9,31; Mateo 16,21]; "Es
necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea
desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por
los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer
día" [Lucas 9,22]. En Lucas 24,7 los
ángeles refrescan la memoria de las mujeres ante el
sepulcro vacío: "Acordaos cómo os habló
Jesús estando aún en Galilea, diciendo que el Hijo
del hombre había de ser entregado en poder de pecadores, y
ser crucificado, y resucitar al tercer día". NOTA
2: Resulta ilógico que apóstoles, escogidos por
Jesús mismo y siendo testigos directos de milagros como la
resurrección de la hija de Jairo, jefe de la sinagoga
judía [Marcos 5,22-23,35-43] o la de Lázaro,
el amigo de Jesús [Juan 11,1-45], no pudiesen creer
que su maestro fuese capaz de escapar de la muerte tal como
repetidamente había anunciado. Esto parecería
indicar que el relato de la resurrección de Jesús
sea un recurso literario ficticio empleado por los
evangelistas.
XIX. LAS «APARICIONES» DE
CRISTO
Juan 20,17: Después de resucitar,
Jesús le replica a María Magdalena: "No me
toques, porque aun no he subido a mi Padre". Sin embargo [y
aun sin haber «subido»], con Tomás es
totalmente diferente: "Pon tu dedo, y mira mis manos; y
acerca tu mano, y métela en mi costado" [Juan
20,27]. NOTA: ¿Por qué esta actitud de
Jesús? ¿Por qué María Magdalena, una
mujer, no podía tocarlo y Tomás, un varón,
sí podía hacerlo? Sencillamente es un ejemplo de la
discriminación que se hace al sexo femenino por parte del
autor sexista de este evangelio.
Juan 21,1-14: La aparición de Jesús
en el mar de Tiberíades no aparece en ningún otro
evangelio: "Dijo Simón Pedro: Voy a pescar… Y en
aquella noche no pescaron nada. Llegada la mañana, se
hallaba Jesús en la playa; pero los discípulos no
se dieron cuenta de que era Jesús… Él les dijo:
Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. La
echaron, pues, y ya no podían arrastrar la red por la
muchedumbre de los peces… Jesús les dijo: Venid y comed.
Y ninguno de los discípulos se atrevía a
preguntarles: ¿Tú, quien eres? Sabiendo que era el
Señor". nota: Lo curioso de este relato es que
parece indicar que Jesús tenía un nuevo cuerpo, sin
marcas ni heridas de ningún tipo. Si fuese así, el
mismo evangelista se contradice ["Habiéndoles hablado,
les mostró las manos y el costado. Los discípulos
se regocijaron cuando vieron al Señor": Juan
20,20].
XX. LA ASCENCIÓN
Hechos 1,3 menciona que Jesús vivió
entre sus apóstoles durante muchos días: "Se
presentó vivo con muchas pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta días y
hablándoles acerca del reino de Dios". Pero Lucas
24,13-52 presenta a un Jesús «resucitado»
que asciende al cielo el mismo día de su
resurrección. NOTA 1: ¿Fueron cuarenta
días o uno solo? ¿Cómo puede haber este tipo
de contradicción en dos libros que son atribuidos a un
mismo autor por los teólogos e historiadores? Pablo de
Tarso vendría a complicar aún más esta
secuela de apariciones: "Después se apareció
una vez a más de 500 hermanos, de los cuales muchos
permanecen todavía, y algunos durmieron; luego se
apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles; y
después de todos, como a un aborto, se me apareció
también a mí" [1 Corintios 15,3-8].
NOTA 2: La «ascensión» de Jesús
implica el argumento mitológico de que los seres divinos
habitan en el cielo superior, o firmamento. ¿Sería
adecuado para un autor «inspirado» insinuar o sugerir
esta creencia fantasiosa?
SECCIÓN TERCERA:
Las incoherentes
epístolas
XXI. LA CONVERSIÓN DE PABLO DE
TARSO
Hechos 8,1-3: Después de aprobar la muerte
Esteban, el primer mártir, Saulo de Tarso se convierte en
acérrimo enemigo de los cristianos: "Se desató
una gran persecución contra la Iglesia de
Jerusalén. Todos, a excepción de los
apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y
Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban…
Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por
las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los
metía en la cárcel". Poco después,
cuando Saulo se vanagloriaba por el país "respirando
todavía amenaza y matanza contra los discípulos del
Señor", ocurre su encuentro con Jesús y su
«conversión» [Hechos 9,1-6], tras lo
cual "se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que
él era el Hijo de Dios" [Hechos 9,20].
Naturalmente, una vez convertido Saulo, sus antiguos superiores
judíos "tomaron la decisión de matarle…
Y custodiaban las puertas de la ciudad día y noche para
poderle matar. Entonces los discípulos le tomaron y le
descolgaron de noche por la muralla dentro de una canasta.
Llegó a Jerusalén e intentaba juntarse con los
discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo
que fuese discípulo" [Hechos 9,23-26].
Finalmente terminaría siendo aceptado como cristiano y
cambiado su nombre a Pablo [Hechos 13,9]. NOTA: A
pesar de haberse «convertido», Pablo nunca
cambió su naturaleza violenta. Ahora se dedicó a
intimidar y amenazar ahora a quienes no creyesen en sus nuevas
prédicas. Por ejemplo, a Elimas que se resistió a
aceptar la fe cristiana, lo maldijo con altisonantes vituperios:
"¡Oh, lleno de todo fraude y de toda maldad!
¡Hijo del Diablo, enemigo de toda justicia! ¿No
cesarás de torcer los caminos rectos del Señor?
Pues ahora, ¡he aquí la mano del Señor
está contra ti! Quedarás ciego" [Hechos
13,8-11].
XXII. DOCTRINAS ABSURDAS
1 Corintios 3,18-19: "Si alguno entre
vosotros cree ser sabio en este mundo, hágase necio para
llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es
insensatez para con Dios". NOTA: Pablo
prácticamente dice que hay que ser ignorante para alcanzar
el reino de Dios. Siendo así, los cristianos solamente
tienen que dedicarse a ser «cristianos».
¿Rechazaría Dios a quienes se dedican a estudiar
Física, Química, Medicina, Matemáticas, o
alguna otra ciencia? ¿Acaso los ignorantes son los
únicos apropiados para alcanzar el «reino de
Dios»? ¿Qué interés tiene Dios en
rechazar a las personas instruidas?
2 Corintios 4,3-4: "Pero si nuestro evangelio
está aún encubierto, entre los que se pierden
está encubierto; en los cuales el Dios de este siglo
cegó el entendimiento de los incrédulos, para que
no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo,
el cual es la imagen de Dios". NOTA: Evidentemente la
expresión «el Dios de este siglo» empleada por
Pablo se refiere a Satanás, quien ciega el
«entendimiento» de muchos para que no crean en
Cristo. Pero de ser este el caso, dónde quedan expresiones
como la de 1 Juan 4,9: "En esto se mostró el
amor de Dios para con nosotros, en que Él envió a
su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por
él". ¿Qué hace Dios?
¿Cuál es su plan divino? ¿Por qué
permite tal cosa? ¿Por qué deja a Satanás
cegar el entendimiento de las personas? ¿Acaso no quiere
que todos se salven?
1 Juan 3, 9: "Todo aquel que ha nacido de
Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece
en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios".
1 Juan 5,18: "Sabemos que todo aquel que ha nacido de
Dios no sigue pecando, Aquel que fue engendrado de Dios le
protege y el Maligno no puede tocarle". NOTA: Si los
verdaderos cristianos realmente «no pecan», entonces
la biblia se contradice a sí misma. En algunos pasajes se
citan versículos contradictorios: "Si decimos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos"
[1 Juan 1,8]; "No existe hombre que no peque"
[1 Reyes 8,46; 2 Crónicas 6,36]; "Ciertamente
no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no
peque" [Eclesiastés 7,20].
Judas 9: "Pero cuando el arcángel
Miguel contendía con el Diablo, disputando por el cuerpo
de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de
maldición contra él, sino que dijo: El Señor
te reprenda". Judas 14-15: "Enoc, el
séptimo después de Adán, profetizó ya
sobre ellos: Mirad, el Señor ha venido con sus santas
miríadas para realizar el juicio contra todos y dejar
convictos a todos los impíos de todas las obras de
impiedad que realizaron y de todas las palabras duras que
hablaron contra él los pecadores impíos".
NOTA: El primer pasaje alude a una leyenda del
judaísmo denominada «La Asunción de
Moisés», donde Miguel y Satanás se disputaron
el cuerpo del patriarca, pero esta creencia no es parte del
cristianismo basado en la biblia hebrea. El segundo pasaje se
refiere a un fragmento del Libro de Enoc [1,9], que no fue
reconocido como «inspirado por Dios» por la Iglesia
cristiana primitiva. La epístola de Judas está
incluyendo fragmentos que no forman parte de la creencia
«canónica» de la biblia. El autor emplea
argumentos de la tradición judaica [apócrifa,
según el cristianismo]. Por lo tanto, el contexto
narrativo sería contradictorio, pues un autor con
«inspiración divina» estaría
sirviéndose de literatura no reconocida por el
cristianismo bíblico para escribir su libro
«inspirado», siendo incapaz de reconocer que
está citando fuentes «no autorizadas por
Dios». ¿Tiene lógica eso?
1 Corintios 6,2-3: "¿O no
sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el
mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿Sois indignos de
juzgar las cosas pequeñas? ¿O no sabéis que
hemos de juzgar a los ángeles?". NOTA: La
arrogancia de Pablo alcanza niveles extraordinarios. Pablo, un
humano, indica que tiene un rango superior a los ángeles.
Incluso de describe a sí mismo con tal autoridad como para
condenar a los cristianos Himeneo y Alejandro: "a quienes
entregué en manos de Satanás, para que aprendan a
no blasfemar" [1 Timoteo 1,20]. Evidentemente, Pablo
está dando a entender que puede decidir el destino eterno
de las personas, y que es igual o superior al propio
Satanás. ¿Es normal este nivel de
pedantería?
XXIII. DEGRADACIÓN
FEMENINA
1 Corintios 11,3-15: "Sepan que la cabeza de
todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el
hombre… Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, que
se la afeite. Y si es afrentoso para una mujer cortarse el pelo o
raparse, cubra su cabeza. El hombre no debe cubrirse la cabeza,
pues es imagen y reflejo de Dios… Juzgad por vosotros
mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios con la
cabeza descubierta?… Por eso, la cabellera le ha sido dada a
modo de velo". 1 Corintios 14,34-35: "Como en
todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es permitido hablar… Y si
quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es
indecoroso que una mujer hable en la congregación".
1 Timoteo 2,11-14: "La mujer aprenda en silencio, con
toda sujeción. Porque no permito a la mujer
enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en
silencio". nota: Es absurda y discriminante la
diferencia que hace Pablo con respecto al papel de ambos sexos en
el culto a Dios. Estos pasajes dan una idea del grado de sexismo
que predominaba entre los primeros cristianos. La
degradación de la mujer llegaba incluso a las ceremonias
religiosas. ¿Un Dios justo, sabio y bondadoso,
permitiría este tipo de discriminación?
XXIV. LA CIRCUNCISIÓN
Gálatas 5,2: Pablo desvalora la
circuncisión para los cristianos: "He aquí, yo
Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os
aprovechará Cristo". Romanos 2,28-29: "La
circuncisión es la del corazón, en espíritu,
no en letra". NOTA: Sin embargo, el mismo Pablo se
contradice en Gálatas 5,11: "Pero con respecto
a mí, hermanos, si aun predico la circuncisión,
¿por qué padezco persecución
todavía?". No hay coherencia en el mensaje de Pablo,
pues mientras que por un lado desvalora la circuncisión,
también se dedica a predicarla.
XXV. ESCLAVITUD CRISTIANA
Efesios 6,5: "Siervos, obedeced a vuestros
amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro
corazón, como a Cristo". Colosenses 3,22-23;
4,1: "Siervos, obedeced en todo a vuestros amos
terrenales… Amos, haced lo que es justo y recto con
vuestros siervos, sabiendo que vosotros también
tenéis un Amo en los cielos". 1 Pedro 2,18:
"Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no
solamente a los buenos y afables, sino también a los
difíciles de soportar". NOTA: Pablo alienta a
los esclavos para que mantengan su condición miserable;
sus ideas comparan el autoritarismo con la obediencia a Dios. Hay
una marcad desigualdad cuando se trata de las relaciones entre
patrones y sirvientes. Pablo procuraba más continuar con
las ideas de sumisión, que exhortar a los amos crueles el
«amor» de Jesucristo. Producto de estas absurdas
ideas, en el cristianismo ya establecido, consentía la
esclavitud tan irreflexivamente como en los pueblos paganos.
¿Es adecuado esta ideología para el «amor
entre los unos y los otros» que supuestamente
predicó Jesús? ¿No hubiera sido más
«cristiano» empezar por tratar de derogar la
esclavitud? ¿No hubiese sido más
«humano» recomendar que se ponga fin a ese tipo de
disparidad social?
1 Timoteo 5,9: "Cuantos están bajo
yugo como esclavos que miren a sus propios amos como dignos de
todo honor, para que el nombre de Dios y la doctrina no sean
blasfemados". Tito 2,9-10: "Exhorta a los siervos
a que se sujeten a sus amos… mostrándose fieles en
todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro
Salvador". NOTA: El «nombre» de Dios es
más importante que el propio bienestar de los seres
humanos. Según Pablo, no importaba si el cristianismo era
igualitario, o no lo era; la esclavitud es vista como un
«adorno». Sin importar el miserable estado que
padeciera algún esclavo, se le desalentaba para exigir su
libertad.
Filemón contradice los demás
escritos esclavistas de Pablo. "Intercedo ante ti en cuanto a
mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones.
En otro tiempo te fue inútil, pero ahora muy útil
para ti y para mí" [10-11]. Al parecer, Pablo,
convirtió en un «cristiano útil» a
Onésimo y lo envió de regreso [junto con la
epístola] a su amo "ya no como esclavo, sino como algo
mejor que un esclavo, como un hermano querido… Por tanto,
si me tienes como algo unido a ti, acógele como a
mí mismo" [16-17]. Así pues, todo
indicaría que Onésimo regresó junto a su
amo, pero no en el papel de esclavo, sino como un cristiano
más, igual a cualquier otro. "Te escribo confiado en
tu obediencia, seguro de que harás más de lo que te
pido" [21]. nota: Que un esclavo se convierta
en «hermano» de su amo legal, era una idea
positivamente revolucionaria. ¿Por qué Pablo no
difundió aquella excelente idea en sus demás
cartas? Sencillamente por temor, pues Filemón es la
única epístola de Pablo dirigida a una persona en
particular sobre un asunto de naturaleza privada. Es bastante
notorio que Pablo temía difundir en público el
mensaje de un cristianismo igualitario.
XXVI. LA CRUELDAD DE DIOS
Hebreos 10,26-30: "Porque si pecamos
voluntariamente, después de haber recibido el conocimiento
de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado,
sino una terrible expectativa de juicio y de fuego
ardiente… Quien viola la ley de Moisés, es llevado
a la muerte sin compasión… Pues conocemos al que
dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y
también: El Señor juzgará a su pueblo.
¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios
viviente!". 2 Tesalonicenses 2,11-12: "Dios les
enviará una fuerza de engaño para que crean en la
mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron
en la verdad". NOTA: Estos pasajes no tienen reparos
en lanzar «amorosas» amenazas. Se advierte claramente
que la «horrenda» crueldad de Dios buscará
incluso engañar a los humanos para que se merezcan el
castigo. El buen Dios, según esto, no sería tan
«bondadoso». Quedan algo vacías expresiones
como: "El que a mí viene, no le echo fuera".
[Juan 6,37]. «Hemos conocido y creído el
amor que Dios tiene para con nosotros, Dios es amor" [1
Juan 4,14].
1 Juan 5,16: La compasión de Dios es
limitada: "Si alguno viera a su hermano cometer pecado que no
sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es
para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de
muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda maldad es
pecado, pero hay pecado que no es de muerte". NOTA:
Juan recomienda pedir perdón por los pecados, pero
solamente por aquellos que «no sean de muerte».
¿Acaso significa esto que la «misericordia» de
Dios no se aplica en todos los casos? No, puesto que Juan indica
que existen pecados imperdonables, en los que incluso él
recomienda abstenerse de pedir perdón. Notorio contraste
con expresiones como: "Él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad"
[1 Juan 1,9]; "Nunca más me acordaré de
sus pecados y transgresiones" [Hebreos
10,17].
XXVII. LOS ÁNGELES
MALVADOS
Pedro 2,6: "Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Seol
los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados
al juicio". Judas 6: "Y los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los
ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio
del gran día". NOTA: El contexto narrativo de
estos pasajes no tiene lógica. Si el
«todopoderoso» Dios creó el mundo, siendo los
ángeles testigos de ello, ¿por qué muchos de
ellos se apartarían de un Dios tan extraordinario,
eligiendo cadenas eternas al seguir Satanás? ¿Acaso
los ángeles creados por Dios eran demasiado
estúpidos? ¿Acaso a Dios no le importó para
nada que numerosos ángeles extravíen su camino y
dejó que se alejen, para después castigarlos sin
piedad? ¿No hubiera sido más amoroso y justo por
parte de Dios, aconsejar a esos ángeles para que cambien
su decisión y con esto evitarles su castigo?
XXVIII. INSPIRACIÓN PARA EL
SATANISMO
Efesios, 6,11-12: "Vestíos de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
acechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra carne y
sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes". 1 Pedro
5,8: "Porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar". 1 Juan 5,19: "Sabemos que somos de Dios
y que el mundo entero yace en poder del Maligno". 2
Apocalipsis 13,18: "Que el inteligente calcule la cifra
de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es
666". NOTA: Versículos como estos propiciaron
la escritura de muchos tratados demonológicos
supersticiosos, tales como: Fortalitium Fidei [Alfonso
de Espina, 1485], Malleus Maleficarum [Heinrich Kramer y
Jacob Sprenger, 1486], Fuga Daemonum [Girolamo Menghi,
1577] Demonomanie des sorciers [Jean Bodin, 1580],
Demonolatreiae [Nicolas Remy, 1595], Disquisitionum
Magicarum [Martín del Río, 1599],
Compendium Maleficarum [Francesco Maria Guazzo, 1608],
entre muchos otros. Estos textos fueron muy perseguidos por la
Inquisición durante la segunda mitad del siglo XVI y
principios del siglo XVII. Las autoridades eclesiásticas
afirmaban que habían sido escritos por intervención
del mismo demonio, pero lo cierto es que sus autores, en la
mayoría de los casos, eran miembros activos de la Iglesia.
Cientos de libros acabaron en la hoguera, y varios miles de
personas inocentes, especialmente mujeres [designadas con el
epíteto de «brujas»], fueron cruelmente
encarceladas, torturadas y quemadas en la hoguera. Los
crímenes inquisitoriales constituyeron la época
más oscura en la historia de la humanidad.
XXIX. LA REDENCIÓN DIVINA
Romanos, 5,19: "Así pues, como el
delito de uno solo atrajo sobre los hombres la
condenación, así también la obra de justicia
de uno solo procura toda la justificación que da la
vida". Romanos 6,3-14: "¿No sabéis
que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,
hemos sido bautizados en su muerte?… Y si morimos con Cristo,
creemos que también viviremos con él… Porque
en cuanto murió, el pecado murió de una vez por
todas… Ahora el pecado no se enseñoreará de
vosotros, pues no estamos bajo la ley sino bajo la
gracia".1 Timoteo 2,5-6: "Porque hay un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien se
entregó a sí mismo como rescate por todos".
NOTA: Las iglesias cristianas pretenden que sus fieles
crean que Cristo destruyó la muerte con su
resurrección y le dio a la humanidad el don de la vida
eterna. Esto supuestamente se hizo necesario cuando se
presentó el «pecado original» por la
desobediencia de los primeros humanos, Adán y Eva, que les
significó ser expulsados del Edén
[Génesis 3,1-24]. De hecho, la
«redención» [del latín
redimere, «rescatar», que expresa la
intervención de Dios en favor del mundo], es el dogma
central del cristianismo. Pero esta doctrina es totalmente
ilógica y absurda. ¿Cómo puede ser posible
que Dios, tan «sabio y perfecto», sólo pueda
ayudar a la humanidad [creada con imperfecciones «a su
imagen y semejanza»] mediante un acto de redención
sangrienta efectuado por su Hijo? Si supuestamente fue
Satanás quien arruinó la
«perfección» de los primeros humanos,
¿por qué Dios se lo permitió, sin hacer
absolutamente nada al respecto, esperanzado en arreglar la
situación con la muerte de su Hijo? Esto carece de todo
sentido, pues la expiación de sangre está arraigada
a la antigua costumbre pagana de sacrificar humanos y animales, a
la manera de «chivo expiatorio» en rituales
bárbaros. Incluso, el sacrificio de Jesús, a quien
su Padre dejó morir impunemente [el mundo no cambió
en nada desde el siglo I d.C. hasta la fecha], parece bastante
peor que el de personas o animales, pero aún así la
religión cristiana asume que este deicidio es el
más respetable concepto «divino», el perfecto
«¡plan de Dios!».
Juan 3,16-17: "Porque de tal manera
amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito,
para que todo aquél que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al
mundo para condenarlo, sino para que el mundo sea salvado".
Juan 11,25: "Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mi, aunque esté muerto,
vivirá". 1 Juan 4,14: "Hemos conocido y
creído el amor que Dios tiene para con nosotros, Dios es
amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en
él". NOTA: Versículos como estos
aparentan indicar el gran «amor» que siente Dios
hacia la humanidad. ¡Eso sería más que
excelente! No obstante, parece que la intención verdadera
de Jesús es solamente «rescatar» a unos pocos
que son «predestinados». Nótese, por ejemplo
Romanos 8,29-30: "Porque a los que antes
conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo… Y a los
que predestinó, a estos también
llamó… justificó y glorificó".
Efesios 1,4-5: "Según nos escogió en
Él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos
por medio de Jesucristo". Estos pasajes contradicen lo
enunciado en Juan 3,16 y similares, que exaltan el amor de
Dios hacia «todo» el mundo. Pero cabe notar que dicho
«amor» no es a todo el mundo. ¿Quiénes
son los realmente favorecidos? ¿Por qué no
solamente Dios creó a sus «predestinados» y
evitó así excluir a la mayor parte de la humanidad
en su «plan divino»? ¿Qué objeto tuvo
la venida de Cristo para el mundo si no todos serán
favorecidos? ¿Por qué hay esa discriminación
divina para quienes no son «predestinados»?
¿Acaso el mundo mejoró siquiera un poco
después de la «venida» de Cristo? Para
responder verazmente estas y otras preguntas de su género,
de seguro una respuesta ecuánime jamás sería
hallada en ninguna religión cristiana.
SECCIÓN CUARTA:
El absurdo
Apocalipsis
XXX. REVELACIÓN DIVINA CON IDEAS
HUMANAS
Apocalipsis 1,12-16: "Y me volví para
ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de
oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo
del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y
ceñido por el pecho con un cinturón de oro".
NOTA: El narrador presenta un punto de vista demasiado
materialista, el cual resta credibilidad a su
«visión». ¿Por qué Jesús
necesariamente debía tener en su posesión objetos
de oro? Ese detalle significaría poco para un Jesús
omnipotente, cuya divinidad no tiene sentido que sea asociada con
el oro. Los humanos fueron quienes dieron su valor a los
denominados metales preciosos, como el oro o la plata. El oro no
significaría nada para un Jesús divino, pero como
para el escritor si tenía importancia, relacionó su
«visión» con el valioso metal.
Apocalipsis 5,6: "Y miré y vi que en
medio del trono… estaba en pie un Cordero como inmolado,
que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los
siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra".
NOTA 1: Jesús, en calidad de «cordero de
Dios», tiene una apariencia monstruosa [aparece en
Apocalipsis 7:10,17; 14,1; 17,14; 22,1]. Esta
descripción podría provenir de alguna semejanza con
las bestias fabulosas de Asiria. NOTA 2: Al indicar el
autor, que Dios tiene «siete espíritus» da a
entender una perspectiva mitológica; esto se confirma en
Apocalipsis 4,5: "Y del trono salían
relámpagos y truenos y voces; y delante del trono
ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los
siete espíritus de Dios". ¿Cómo
explicar el hecho que Dios tenga «siete» cuernos,
«siete» ojos y «siete» espíritus?
Sencillamente, el 7 es un número cabalístico y el
autor no resistió la tentación de incluirlo en su
«visión».
Apocalipsis 5:1-3,8: "Y vi en la mano derecha
del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y
por fuera, sellado con siete sellos… Se postraron delante
del Cordero; todos tenían arpas y copas de oro llenas de
incienso"; "Y los siete ángeles que tenían
las siete trompetas se dispusieron a tocarlas"
[Apocalipsis 8,6]; "Vi otro ángel poderoso que
descendía del cielo envuelto en una nube… y
tenía en su mano un librito abierto" [Apocalipsis
10,1-2]; "Miré y he aquí una nube blanca, y
sobre la nube estaba sentado uno semejante al Hijo del Hombre.
Tenía en su cabeza una corona de oro y en su mano una hoz
afilada" [Apocalipsis 14,14]; "Id y derramad
sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios"
[Apocalipsis 16,1]. NOTA 1: Las visiones que
describen los fenómenos del cielo son descritas con
instrumentos de fabricación humana: libros, copas, arpas,
trompetas, coronas, hoces [cuyo material predominante
debía ser el oro]. De estas ideas surgió el
concepto ficticio de un Dios con trono de rey, rodeado de una
corte con instrumentos musicales, muy popular en la literatura o
en el cine. La música y la monarquía son
invenciones humanas, y el narrador del texto sencillamente no
pudo plantear otras características para describir sus
«visiones» divinas. NOTA 2: El contexto de las
visiones apocalípticas asume la idea mitológica que
hay un trono de Dios, con su corte, en el cielo superior, o
firmamento, por encima de las nubes. Quizá esto
parecía razonable a los autores del tiempo bíblico,
que veían las nubes como algo inalcanzable y que nunca
sabrían de los hermanos Wright, quienes en 1903 realizaron
el primer vuelo pilotado por un aeroplano con motor.
XXXI. LA DIVINA CRUELDAD
Apocalipsis 6,2-8: "Y salió un caballo
bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la
tierra la paz, y que se matasen unos a otros… Miré,
y he aquí un caballo pálido, y el que lo montaba
tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le
fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar
con la espada, con el hambre, con la peste, y con las fieras de
la tierra". NOTA: La visión de los jinetes es
un claro ejemplo de cómo el Dios de la biblia prefiere
abandonar a su suerte a los humanos; en lugar de proteger a
quienes creó, Dios les envía la desgracia y la
tragedia. ¿Será esta actitud apropiada para un
Creador que hizo al mundo por «amor»?
Apocalipsis 9,2-18: "Abrió el pozo del
Abismo y subió del pozo una humareda como la de un horno
grande, y el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del
pozo. De la humareda salieron langostas sobre la tierra…
Se les dijo que no causaran daño a la hierba de la tierra,
ni a nada verde, ni a ningún árbol; sólo a
los hombres… Se les dio poder, no para matarlos, sino para
atormentarlos durante cinco meses. El tormento que producen es
como el de la picadura del escorpión. En aquellos
días, buscarán los hombres la muerte y no la
encontrarán; desearán morir y la muerte
huirá de ellos… El primer ¡Ay! ha pasado.
Mira que detrás vienen todavía otros dos… Y
fueron soltados los cuatro Ángeles que estaban preparados
para la hora, el día, el mes y el año, para matar a
la tercera parte de los hombres… Y fue exterminada la
tercera parte de los hombres por estas tres plagas: por el fuego,
el humo y el azufre que salían de sus bocas".
nota: El mismo Dios que supuestamente creó al mundo
por «amor» [Juan 3,16] se comporta de modo tan
irracional al punto de parecer que el sufrimiento humano no le
importa.
Apocalipsis 14,9-11: "Si alguno adora a la
Bestia y a su imagen… el también beberá del
vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el
cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y
azufre delante de los santos ángeles y del Cordero. El
humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no
tienen reposo ni de día ni de noche". NOTA: La
crueldad del Jesús apocalíptico es tal que, no
sólo se encarga de castigar eternamente a sus adversarios,
sino que además quiere contemplar por sí mismo a
los castigados. ¡Una actitud bastante morbosa!
XXXII. LOS ELEGIDOS
Apocalipsis 7,1-3: "Después de esto vi
cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de
la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra
para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el
mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a
otro ángel que subía de donde sale el sol… y
clamó a gran voz a los cuatro… No hagáis
daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles,
hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro
Dios". NOTA 1: La creencia de que los vientos se
originan a partir de los cuatro puntos cardinales, es
mitológica, no real; los vientos se producen por
diferencias de presión atmosférica, atribuidas,
sobre todo, a variaciones de temperatura. NOTA 2: La
expresión del "ángel subiendo de donde sale el
sol" indica el punto de vista erróneo acerca de que
el sol se mueve alrededor de la Tierra [algunos pueblos
primitivos incluso le representaban tirado por una carroza con
caballos], pero esto no es así, sino todo lo contrario.
Esta idea puede también encontrarse, por ejemplo en
Eclesiastés 1,5: "Sale el sol y el sol se pone;
corre hacia su lugar y allí vuelve a salir"; o en
Isaías 13,13: "Por eso haré estremecer
los cielos y la tierra se moverá de su sitio" donde
se cita como un hecho que la Tierra es fija en su sitio. NOTA
3: Puede notarse una crueldad irónica por parte de
Dios; primero pone a salvo a sus «siervos» y luego no
le interesa lo que pueda pasar con los demás.
Apocalipsis 14,1-5: "He aquí el
Cordero, que estaba en pie sobre el monte Sión, y con
él 144.000, que llevaban escrito en la frente el nombre
del Cordero y el nombre de su Padre… Cantan un
cántico nuevo delante del trono… Estos son los que
no se mancharon con mujeres, pues son vírgenes… Han
sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y
para el Cordero… no tienen mancha". NOTA 1:
Los «elegidos de Dios» necesariamente deben ser
hombres «vírgenes». Aún asumiendo que
el texto sea simbólico, el sexismo es evidente, pues las
mujeres no cuentan como «elegidas». NOTA 2: La
virginidad de los hombres es exaltada desconsideradamente y
degrada la feminidad al punto de sugerir que cualquier
varón que ha tenido relaciones sexuales con mujeres es
alguien con «manchas». Según el contexto,
ningún hombre de familia jamás podría
aspirar a ser uno de los «elegidos».
XXXIII. LA BESTIA
Apocalipsis 12,9: "Y fue lanzado fuera el
gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue
arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con
él"; Apocalipsis 13,7: "Y se le
permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos.
También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo,
lengua y nación". NOTA: Aunque se asuma que
estos dos pasajes bien pudieran ser simbólicos, es
incomprensible la razón de por qué el Dios
«amoroso» abandona a su creación, permitiendo
a Satanás actuar libremente. Parecería como si a
Dios la seguridad de los humanos no le importaría en lo
absoluto.
XXXIV. EL ARMAGEDÓN
Apocalipsis 16,13-21: En la guerra del
Armagedón los humanos pelean contra Dios: "Y vi salir
de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la
boca del falso profeta, tres espíritus inmundos…
hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el
mundo, para reunirlos en batalla aquel gran día del Dios
Todopoderoso… Y los reunió en el lugar que en
hebreo se llama Armagedón… Y cayó del cielo
sobre los hombres un enorme granizo… y los hombres
blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga
fue sobremanera grande". La conclusión del
Armagedón se halla en Apocalipsis 19,11-21:
"Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo
blanco, y el que lo montaba… estaba vestido de una ropa
teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios…
De su boca sale una espada aguda… Y vi a la bestia, a los
reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para
guerrear contra el que montaba el caballo y contra su
ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso
profeta… Fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego
que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la
espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y
todas las aves se saciaron de la carne de ellos".
NOTA: Aunque, evidentemente, la
«visión» no es real, resulta bastante absurda
¿En qué cabeza se les ocurrió a los seres
humanos enfrentar al «todopoderoso» Dios?
¿Creían acaso poder alcanzar la
victoria?
XXXV. DERROTA FINAL DE
SATANÁS
Apocalipsis 20,1-3; 7-10: "Y vi un
ángel que descendía del cielo… Y
prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el
Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y
lo arrojó al abismo, y lo encerró y puso encima los
sellos, para que no seduzca más a las naciones hasta que
se cumplan los mil años. Después de esto, es
necesario que sea soltado por un poco de tiempo".
Inexplicablemente, Dios decide liberar a su adversario:
Cuando los mil años se cumplan Satanás
será suelto de su prisión, y saldrá a
engañar a las naciones… a fin de reunirlos para la
batalla; el número de ellos es como la arena de mar. Y
subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento
de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego
del cielo, y los consumió. Y el diablo que los
engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados
día y noche por los siglos de los siglos"
[Apocalipsis 20,7-10]. NOTA 1: Es de notar la
absurda declaración del autor cuando indica que el
ejército de Satanás "subió por la
anchura de la tierra" para sitiar la Ciudad Santa [es una
clarísima alusión a una Tierra plana].
Además se está dando a entender que la morada de
los demonios se encuentra localizada en las profundidades de la
Tierra; esta creencia es mitológica, no real. NOTA
2: Por muy simbólicas que sean estas
«visiones», el contexto narrativo es inconsistente,
además de absurdo. La rebelión y caída de
Satanás lleva a plantear varias interrogantes.
¿Sería lógico que Satanás decida
enfrentar a Dios, quien al ser «todopoderoso»,
«omnipotente», «supremo»,
etcétera, nunca podría ser superado? ¿Por
qué Dios, teniendo al diablo encadenado, decidiría
soltarlo? ¿Acaso le importan tan poco los seres humanos?
¿Pretendía acaso que Satanás se
«divierta» un poco antes de su derrota final?
¿Si Satanás fuese realmente astuto [como se afirma
que lo es], es que aquellos «mil años» de
prisión no sirvieron en nada para cambiar su maldad? Nada
de esto tiene sentido. Los argumentos bíblicos para
explicarlo son endebles.
XXXVI. LA NUEVA JERUSALÉN
Apocalipsis 21,10-21: "Y me mostró la
Ciudad Santa de Jerusalén, que descendía del cielo
de parte de Dios… Y su fulgor era semejante al de una
piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana
como el cristal… El material de su muro era jaspe; pero la
ciudad era de oro puro… Y los cimientos del muro de la
ciudad estaban adornados con piedras preciosas…
jaspe… zafiro… ágata…
esmeralda… ónice… cornalina…
crisólito… berilo… topacio…
crisopraso… jacinto… amatista… Las doce
puertas eran doce perlas… Y la calle de la ciudad era de
oro puro, transparente como el cristal". NOTA: Un
dios que haya creado el mundo [incluyendo las piedras preciosas],
no tendría necesidad de cosas de valor material, pues
tendría más bien un concepto de riqueza espiritual.
En este sentido, es intrigante, las muchas referencias a gemas
que hace el narrador de la «visión».
¿Por qué la «Ciudad Santa»
necesariamente debe estar adornada con todo tipo de piedras
preciosas? ¿Realmente significaba importancia para Dios
que su ciudad tenga que estar cubierta con piedras preciosas?
Cabe recordar que el hombre fue quien le dio un valor o riqueza a
las cosas materiales. Evidentemente el autor del texto
intentó demostrar lo que a su juicio debería ser
una «ciudad de Dios», es decir, adornada con piedras
preciosas de mucho valor.
Apocalipsis 22,13: "Yo soy el Alfa [?, a] y
la Omega [O, ?], el principio y el fin, el primero y el
último". NOTA: El autor atribuye estas
palabras a un ángel enviado por Jesús, pero
aparentemente fueron plagiadas de otras fuentes más
antiguas. Por ejemplo, en Sais, Egipto, donde estaba el templo de
la diosa Isis [cuyo culto se introdujo en el mundo
helénico en 86 a.C.], en una de sus paredes tenía
cincelado: "Yo soy el inicio y el fin, todo lo que ha sido lo
que es y lo que será; y hasta ahora ningún mortal
ha sido capaz de descubrir lo que está bajo mi velo".
La similitud que hay entre estas dos frases que resulta
sospechosamente notable.
Autor:
AllanAAA
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