Tercero, LA SEGURIDAD GARANTIZA EL TRABAJO.
Estamos hablando ahora acerca de su habilidad para ganarse el
sueldo, para llevar a casa cada semana dinero que pagan el
alquiler, alimentan los niños, engordan la cuenta de
ahorros. ¿Se han detenido ustedes a pensar acerca de lo
mucho que su familia depende de su seguridad? Sin quien se gane
el pan de cada día se arruinan. ¡Claro que hay una
compensación y una indemnización! Pero no se puede
estar pendiente toda una vida de un salario de
compensación o de una indemnización.
Cuarto, LA COMUNIDAD ENTERA SE BENEFICIA DE LA
SEGURIDAD. Vivimos en una sociedad compleja. Esta empresa,
como las otras, es apenas un diente en el engranaje de toda
maquinaria. Pero es un diente importante. Nuestra comunidad,
otras empresas, otros negocios de distintas clases, dependen de
nuestra producción ininterrumpida. Cuando se paran una
gran cantidad de otras operaciones en esta comunidad –y en
todo el país- todo marcha despacio. Y nadie puede poner
obstáculos a la producción tales como perder un
hombre clave o dañar el equipo vital a causa de un
accidente.
Claro que la seguridad cuesta tiempo, dinero y una gran
cantidad de sano sudor … pero vale la pena! Porque la seguridad
paga, tan realmente como pagamos impuestos. Le paga a nuestra
compañía en una operación lucrativa. Le paga
a la comunidad en más y mejores mercancías. Le paga
a ustedes y a mí garantizándonos un trabajo
permanente en un ambiente seguro y saludable. Le paga a nuestras
familias en necesidades de la vida, en felicidad, en seguridad,
porque cuando trabajamos con seguridad llega el dinero y la
felicidad
CHARLA N° 029
POR QUE TENEMOS UN PROGRAMA DE
SEGURIDAD
Hablemos de nuestro programa de seguridad y por
qué lo tomamos.
No ponemos carteles de seguridad para tener puntos
pintorescos en la planta o para divertirlos a ustedes. No
instalamos guardas en las máquinas solamente para
satisfacer el capricho de algún ingeniero de seguridad. No
hacemos estas reuniones de seguridad para darles la oportunidad
de descansar en horas de trabajo o para fastidiarlos un rato.
Hacemos estas cosas porque son provechosas para todos. Con esto
quiero decir lo siguiente:
En las primeras fábricas, las operaciones eran
simples. Ordinariamente un molino de agua o una máquina de
vapor ponía en movimiento una línea de ejes con
correas por toda la planta y las máquinas andaban
despacio. El uso de materiales altamente explosivos o inflamables
y venenosos era limitado.
Aún así mucha gente se lesionaba o se
mataba trabajando en esas fábricas. Si Juan
Rodríguez se mataba en un accidente, nadie culpaba a
nadie. Era la mala suerte de Juan. Su viuda y sus chicos
tenían que resolver su propio problema.
Pero hace unos años la gente empezó a
darse cuenta que los accidentes y los incendios podían
prevenirse. Luego vinieron las leyes que colocaron la
responsabilidad directamente sobre los patronos. Y aún
aquellos propietarios que combatieron dichas leyes han tenido que
conceder que la seguridad es un buen negocio. Que los accidentes
les estaban restando buenos trabajadores y que la
producción se afecta y cuesta dinero adiestrar nuevos
obreros. Los accidentes estaban dañando también el
equipo y el material y que esas pérdidas no pueden
asegurarse.
Después de todo, los empleadores son seres
humanos y no quieren que la gente se lesione. De tal manera que
por todas estas consideraciones han estimado que es necesario
hacer seguridad.
El trabajo de seguridad consta hoy de tres partes
principales: educación, ingeniería y
entusiasmo.
Antes de que una planta se convierta en un lugar seguro
para trabajar, cada persona, desde el Gerente para abajo debe ser
educado para creer que las lesiones y los incendios pueden ser
prevenidos. Y cada cual debe ser adiestrado para hacer su trabajo
en forma segura.
La ingeniería es la segunda parte. Todas las
máquinas, operaciones y procesos se estudian desde el
punto de vista de la ingeniería, para determinar la manera
más segura de realizar cada oficio. La ingeniería
incluye las guardas de todo el equipo, el diseño de los
edificios, la forma como deban hacerse las cosas.
La tercera parte del programa de seguridad es la que
impulsa al entusiasmo. Cada quien en la organización debe
interesarse en evitar lesiones y los fuegos, exactamente igual
como todos debemos interesarnos en producir la calidad a bajo
costo por unidad.
Hay cosas raras en las lesiones. Algunas veces el
trabajador se lesiona en un oficio que ha estado
desempeñando por años y luego la
investigación demuestra que siempre ha realizado ese
oficio en forma insegura. Solamente que las circunstancias que
concurren a un accidente no se habían combinado al mismo
tiempo mucho antes.
Por esto tenemos que estar hablando de seguridad, por
esto tenemos que estar haciendo advertencias. Cada uno de
nosotros cree que un accidente no puede sucedernos a nosotros.
Pero todos sabemos que si alguien comete un acto inseguro
constantemente, habrá de ocurrir una lesión tarde o
temprano.
Por eso una de las metas de nuestro programa de
seguridad, – de los carteles, los concursos, los comités
de seguridad, las inspecciones, las reuniones, los premios y todo
lo demás -, es construir el entusiasmo y convencernos a
cada uno de nosotros de la necesidad de evitar accidentes y
fuegos.
Hasta ahora hemos hablado del lado que corresponde a la
empresa. Hablamos también, del lado que le corresponde al
empleado. Después de todo, al no practicar la seguridad,
el trabajador es el mayor perdedor. Casi todas las cosas
importantes de la vida están ligadas a la habilidad para
ganarse la manera de vivir.
Trabajar con seguridad es una de las mejores maneras que
el hombre tiene de asegurarse a sí mismo, y han notado
ustedes que el hombre inseguro es el que tiene menos
probabilidades de promoción?
Todos podemos desarrollar hábitos arriesgados. Si
una persona comete un acto inseguro sin que le pase nada, otros
harán lo mismo. La parte más laboriosa de la
seguridad es hacer que todos deseemos cumplir las reglas de
seguridad y habituarnos a trabajar con seguridad. Ahí es
donde reside el entusiasmo.
Nuestro programa de seguridad está para
recordarnos que debemos hacer todo esfuerzo posible para
prevenirnos de las lesiones a nosotros mismos y a nuestros
compañeros. Por eso tenemos un programa de
seguridad.
CHARLA N° 030
LOS ACCIDENTES NO SON
CASUALES
Cuando hay un accidente –ya sea la muerte de un
hombre o que la señora rompe un plato- siempre alguien
pregunta: "¿Cómo sucedió?"
La respuesta será invariablemente la misma: no
fue casual. Alguien o varias personas causaron el
accidente.
Los accidentes no son casuales. Siempre son causados, y
la causa es casi siempre que alguna persona o personas fallaron
en su tarea en alguna parte. Supongamos que usted se cae en las
escaleras de su propia casa y se rompe una pierna. Esto no es una
casualidad. No había ningún diablillo esperando
allí para hacerle una mala jugada. Algolo hizo caer y ese
algo fue el resultado de la acción de alguna persona o la
falla de alguna persona en actuar cuando debía haberlo
hecho.
Lo probable es que la caída se deba a su propia
falta. Tal vez usted estaba apurado y bajó las escaleras
más rápido de lo que debía. Tal vez se
había tomado algunas cervezas. Tal vez trató de
llevar un bulto voluminoso que le hizo perder el equilibrio. Tal
vez su vista es defectuosa y no se preocupó por ponerse
los anteojos.
Pero tal vez alguien hizo algo para causar el accidente.
Es posible que uno de los niños olvidara sus patines o la
señora dejara un balde. Tal vez hubiera una carpeta
enrollada o el pasamanos estuviera roto y nadie se hubiera
preocupado por arreglarlo. Tal vez estuvo oscuro y usted no se
molestó en instalar su alumbrado.
O probablemente usted hubiera empezado a subir cuando
alguien bajaba a toda velocidad y el choque le hubiera hecho
perder el equilibrio. Puede ser también que la escalera se
hubiera desplomado por estar mal construida. Y tantas otras
cosas.
Pero en realidad, si usted se cayó y se
quebró una pierna, lo más probable es que esto sea
una combinación de varias de estas cosas. Es posible que
usted hubiera estado apurado, no viera el patín olvidado
por el niño y al agarrarse a la baranda rota esta
cedió y le hubiera permitido caerse.
Esto es igualmente cierto en los accidentes de trabajo.
Todo accidente se causa por alguien y muchos de los accidentes
son causados por combinación de fallas humanas.
Este es un ejemplo, de lo que ocurre con un fuego,
aunque pudiera aducir igualmente buenos ejemplos en la
operación de máquinas, manejo de materiales, uso de
escaleras o cualquiera otra situación de trabajo. Si se
enciende un fósforo:
Se enciende una cerilla y luego se tira en el piso
limpio.
¿Ven lo que ocurre? Se apaga por sí misma.
Pero supongamos que se hace esto:
Romper y revolver algunos pedazos de papel, ponerlos en
una lata, encender un fósforo y ponerlo entre los papeles,
asegurándose que los queme)
El primer fósforo se apagó por sí
solo porque fue tirado a un lugar limpio, el segundo
empezó un fuego por que cayó en medio de material
combustible.
De manera que, si un fuego empieza, ¿Qué
lo ha causado? ¿La persona que descuidadamente tiró
el fósforo encendido? ¿O fueron las personas que
dejaron el material combustible tirado por ahí, en lugar
de limpiarlo? La respuesta; por supuesto, es que ambas partes
causaron el fuego. Fue una combinación de
causas.
De esta manera ocurren la mayoría de los
accidentes. Sabemos que se pueden violar las reglas de seguridad
muchas veces sin que se causen accidentes. Pero cuando se viola
una situación en la cual concurren las otras partes de la
combinación, todo está listo, esperando convertir
ese acto suyo en un desastre.
La cosa es simple. No todo acto peligroso produce un
accidente, pero ningún accidente se produce a menos que se
hayan cometido uno o varios actos peligrosos.
Algunas veces nos engañamos pensando: "Bueno,
todo esta bien, de tal manera que debo dejar la precaución
a un lado sin que se produzca un accidente".
Este modo de pensar es justamente lo que produce todas
las fatalidades de que oímos hablar sobre los llamados
"Revólveres descargados". Una persona cree que el
revólver no tiene bala y piensa que puede violar las
reglas de seguridad. Puede apuntar el revólver a un amigo
y apretar el gatillo, por que, naturalmente, ningún
revólver descargado ha matado a nadie. Pero en
algún mal momento que se equivoca en cuanto a la carga y
es entonces cuando hay que recordar la vieja máxima de que
"Nunca apuntes un revólver a cualquier cosa que no quieras
matar".
En su trabajo diario, usted sabe la forma correcta de
desempeñar su oficio. Recuerden, pues, que si ustedes lo
hacen siempre así, nunca serán las personas que
causen un accidente.
CHARLA N° 031
LOS "CASI-ACCIDENTES" SON
ADVERTENCIAS
Compañeros: Mucho me han oído hablar sobre
accidentes ocurridos, pero creo que es la primera vez que hablo
de los accidentes que no ocurrieron, que casi sucedieron. Creo
que me entienden. Quiero decir aquellos casi-accidentes, aquellos
casos que lo hacen pensar a uno que está de buenas, que es
hombre de suerte.
Los casi-accidentes no causan lesiones; pueden
aún no dañar el equipo, pero, sirven de
advertencia, un llamado de atención, para tomar una
acción rápida. De otra manera la misma
situación puede causar un accidente real la próxima
vez.
¿Saben ustedes lo que evita que un casi-accidente
sea un accidente real serio? Ordinariamente es un décimo
de segundo o la fracción de una pulgada de espacio. Menos
de un segundo o menos de una fracción de pulgada hubiera
sido fatal. ¿Esta diferencia se debe a la suerte? No muy a
menudo. Supongamos que un automovilista al ir a su casa, se
precipita sobre un niño que corre a través de la
calle detrás de su pelota. Fue buena suerte que no
arrollara al niño en el último segundo? ¡No!
Otro conductor podría haberlo golpeado. Pero los reflejos
de este fueron más rápidos; estaba más
alerta; es más precavido; el carro puede tener mejores
frenos, mejores luces, mejores llantas. De cualquier manera, no
es solamente la buena suerte lo que separa a un casi-accidente de
ser un accidente real.
Cuando ha habido un caso de esos, lo más probable
es que la próxima vez el automovilista pase más
despacio por ese barrio. Sabe que hay niños jugando y que
pueden lanzarse a través de las calles. Los
casi-accidentes aquí en la planta deben servir,
igualmente, como una advertencia. La condición que causa
un casi-accidente, puede fácilmente causar un accidente
real la próxima vez cuando ustedes no estén alerta
o estén descuidados o sus reflejos no respondan
bien.
Tomemos una mancha de aceite derramado en el piso. Un
compañero la ve y pasa bordeándola, sin pisarla, no
sucede nada. El compañero siguiente no la ve, la pisa y se
resbala, casi se cae. Otro tercero resbala, o no puede conservar
el equilibrio y cae golpeándose malamente, tal vez en la
cabeza o quebrándose la columna vertebral.
Otro ejemplo, un arrume de material no ha sido bien
apilado, cae rozando escasamente al compañero que pasa.
Todo el mundo se encoge de hombros y exclama: "Caramba, que cerca
la anduvo!". Pero si el arrume cae y un compañero no
alcanza a evadirse y se lesiona, entonces todo el mundo se
conmociona hay un torbellino y una investigación. La
conclusión es, pues, obvia, debemos darnos por advertidos
con los casi accidentes. En esta forma no caeremos en los
accidentes reales.
Recordemos que los casi-accidentes son signos
indiscutibles de que algo anda mal. Por ejemplo, nuestro
apilamiento es malo, nuestro aseo descuidado, nuestras
herramientas están en malas condiciones, nuestras guardas
no operan correctamente. Hay un sin número de indicaciones
de ineficacia y trabajo inseguro. Ignorar las causas de los casi
accidentes es una indeclinable invitación a un accidente
real.
Por lo tanto compañeros, mantengamos nuestros
ojos bien abiertos para ver las pequeñas cosas que andan
mal. No nos alcemos de hombros y hagamos algo acerca de ellas:
Corrijámosla o informemos. Tratemos los casi accidente
como si fueran accidentes graves: Desarraiguemos las causas
mientras es tiempo. No menospreciemos las
advertencias.
CHARLA N° 032
NADIE TRATA DE ECHARLE LA CULPA A
NADIE
Tratamos de hacer un trabajo completo de investigar las
causas de todos los accidentes. Tratamos de hacer una buena labor
al inspeccionar las condiciones peligrosas y seguimos las
recomendaciones que resultan de esas inspecciones.
No hacemos estas cosas para poner a nadie en evidencia o
cargarle el muerto a nadie. Lo hacemos por una sola razón
PREVENIR LOS ACCIDENTES.
Supongo que alguno de ustedes pueden pensar: "Ninguna
investigación detuvo el accidente que se está
investigando" Y si alguno de ustedes piensan así,
están tremendamente equivocados.
Las buenas investigaciones ayudan mucho en detener el
próximo accidente. He dicho antes y vuelvo a
decirlo otra vez, que todos los accidentes son causados,
ningún accidente es casual. Si conocemos las causas de los
accidentes podemos hacer algo para quitar esta causa y prevenir
otro accidente, como ese. Pero si simplemente nos encogemos de
hombros; si decimos: "Malo, pero son de esas cosas que no podemos
prever!", entonces podemos estar seguros de que habrán
más accidentes de la misma índole.
La mayoría de los accidentes se ocasionan por
varios motivos. No hemos aprendido mucho si detenemos una
investigación cuando sabemos que un hombre perdió
el equilibrio y se cayó de una escalera. O si escribimos
en el informe: "El trabajador estaba descuidado", o "La guarda de
la máquina no estaba en su puesto".
Tomemos el caso simple del hombre que perdió el
equilibrio y se cayó de la escalera. Primero que todo
queremos saber qué le hizo perder el equilibrio.
¿Está defectuosa la escalera?, o si lo estaba
¿Por qué estaba en uso? ¿Se
dañó repentinamente o estaba en mala forma durante
algún tiempo? ¿Estaba mal hecha o simplemente
desgastada por el uso? ¿Sabía el trabajador que la
escalera estaba mala y si lo había informado? ¿Si
no sabía que estaba mala, se le había instruido
apropiadamente para conocer los defectos de la escalera?
¿O estaba la escalera en buen estado, y se usó
inapropiadamente? ¿Estaba colocada en un pasillo donde
podía fácilmente ser tropezada por algún
transeúnte? ¿Tenía las patas apropiadas para
la situación en que se encontraba? ¿Estaba colocada
según el ángulo correcto? ¿O hizo el
trabajador algo inseguro? ¿Llevaba alguna cosa pesada en
sus manos, que debía ser izada después?
¿Trató de bajar la escalera con la cara hacia
adelante? ¿Trató de agarrar algo que se le
cayó y perdió el equilibrio? ¿Quitó
ambas manos para hacer algo?.
Estas son, aunque ustedes no lo crean, algunas de las
preguntas que podemos hacer acerca de un simple accidente. Si
todo lo que sabemos es que el hombre se cayó, entonces no
sabemos nada. Pero si podemos llegar a la causa (o a las muchas
causas) entonces podemos aprender algo para prevenir otros
accidentes iguales.
Si yo trato de salir con un informe que diga "Trabajador
descuidado", seguro que el encargado de seguridad me
llamará para preguntarme: "¿Descuidado en
qué forma?" y es este el primer ejemplo de descuido de
este tipo, y si no, ¿qué ha hecho usted para
corregirlo? Y sobre todo qué deseará saber si
realmente fue por completo una cuestión de simple descuido
o hubo otras condiciones que ayudaron a la causa del
accidente.
La investigación de los accidentes, real,
sólida, profunda, investiga todas las circunstancias que
contribuyeron al accidente y es una de las mejores maneras de que
ustedes, yo, el depto. de seguridad, el superintendente y toda la
empresa conozcan el porqué necesitamos trabajar con
seguridad. Todo el mundo en la planta se beneficia con la
investigación de los accidentes que se hagan en todas las
areas de la compañía.
Lo mismo pasa con las inspecciones y el cumplimiento de
sus recomendaciones. Las inspecciones y recomendaciones se han
hecho para localizar y deshacernos de cada una de las condiciones
peligrosas, todo mal hábito de trabajo, toda pieza
defectuosa del equipo antes de que alguien se lesione.
Recuerden esto muy bien: No andamos detrás de la
cabeza de nadie, no tratamos de poner a nadie en evidencia. Solo
queremos parar los accidentes antes de que alguien se
lesione.
CHARLA N° 033
INSPECCIONES DE SEGURIDAD
Mi tema para hoy es el de las inspecciones. El
propósito de una inspección de seguridad es, claro
está, encontrar las cosas que causan o ayudan a causar
accidentes. Yo no sé si ustedes saben cuánta
inspección se hace en esta planta. Yo no lo sabía
hasta que lo pregunté.
(Señor Supervisor: Usted puede presentar
una lista, inspecciones oficiales, inspecciones de calderas y
ascensores, inspecciones de seguros e incendios, etc.)
Esto parece que es mucho inspeccionar. Y lo es
además que cuesta dinero. Pero es necesario, pues de otra
manera no lo harían. Los aseguradores no son tontos, no
gastan su dinero en cosas que no son necesarias. Tampoco lo hace
la empresa. Por lo tanto, podemos estar seguros que las
inspecciones pagan.
Pero yo quiero llegar a convencerlos de que
también pagarían por nosotros si cada uno
hiciéramos un poco de inspección. Yo hago ya
bastante de ella en una forma u otra, pero no tengo el tiempo
suficiente de inspeccionar las cosas tan a menudo como lo
requieren. Por lo tanto, solo les pido ayuda en éste
aspecto.
Tal vez ustedes no se dan cuenta, pero muchas de las
cosas equivocadas que tenemos aquí pueden prevenirse por
medio de una inspección apropiada. Y esto es cierto para
toda la planta y particularmente para los accidentes. No
solamente aquellos causados por una guarda defectuosa, una
escalera en mal estado o la cabeza suelta de un martillo. Una
avería de cualquier clase aumenta la probabilidad de
accidentes por que causa confusión y ordinariamente crea
riesgos.
Como lo saben, aquí se investigan los accidentes
cuidadosamente. Sobresale un hecho. En la mayoría de los
casos, si la persona que sufrió el accidente hubiera hecho
un buen trabajo de inspección hubiera podido evitar la
lesión, esto es, que si hubiera detectado el defecto y si
no lo pudiera haber solucionado él mismo, o; hubiera
avisado a su capataz no habría ocurrido el accidente. Esto
es lo que deseo que ustedes hagan siempre.
Vamos al fondo. Cuando ustedes lleguen al trabajo en
cada turno, deben mirar las cosas. Mirar bien a su alrededor.
¿Hay algo que estorbe? Ustedes quieren suficiente campo
para lo que tienen que hacer. Quieren dónde pararse bien.
Esto quiere decir, un piso limpio, parejo, no deslizante, sin
grasa ni manchas de aceite. Quiere decir, también, que no
haya bajo sus pies nada que pueda hacerlos caer, como tubos,
tornillos o bloques de madera.
Las caídas causan o contribuyen a muchos
accidentes. Uno puede torcerse un tobillo o una rodilla. Puede
romperse un dedo o dos, o lastimarse una muñeca. En
recintos cerrados puede golpearse la cara contra algo.
Controle su banco de trabajo para que esté
ordenado y aseado. No debe tener allí o en los cajones
nada que no vaya a usarse. Las cosas tales como herramientas
deben estar en su sitio. La persona que pudo usarlo anteriormente
tal vez lo dejó limpio y ordenado, si no usted debe
arreglarlo antes de empezar a trabajar.
Inspeccione cada herramienta o pieza de equipo que vaya
a utilizar y esto se aplica aun cuando la saque del
almacén. Su doble control añade seguridad y si
encuentra algún defecto no le eche la culpa a los
demás, pues, siempre se puede cometer un error. Lo
razonable y lo cortés nunca sobran.
Si va a usar un equipo que pueda dañarse
fácilmente inspecciónelo completamente
antes.
(Señor Supervisor: Se puede mejorar esto
haciendo que sus hombres sugieran cosas que se deben inspeccionar
a menudo. También puede hacer que algunos le digan
cuáles son las cosas que ellos piensan que debe
inspeccionarse y que mirarían en esas
inspecciones)
CHARLA N° 034
LOS AVISOS TIENEN UN SIGNIFICADO
(Señor Supervisor: Puede suceder que en su
departamento no haya los mismos avisos que se mencionan en esta
charla. Por lo tanto, haga sus observaciones refiriéndose
a los avisos que están allí)
Estos avisos de seguridad me han puesto a pensar.
Ustedes saben a cuales me refiero.
Estos avisos dicen: "PELIGRO –use gafas al operar
esta máquina", "Alto voltaje", "No fume", "Salida
–no la bloqueé", etc.
Hay dos reacciones de la gente frente a los avisos.
Algunos se disgustan con las prohibiciones y quieren hacer lo
contrario. Son gente que no les gusta que se les diga que es lo
que deben o no deben hacer. Otros se dan cuenta que estos avisos
tienen un significado y que están allí por que hay
una razón. Los toman como una advertencia amigable y los
recuerdan con gratitud.
Es claro que la segunda reacción es la correcta.
Cuando se prohibe montar en los "patos", no se trata solamente de
hacerlos caminar cuando ustedes podrían "echar su
paseíto" y mortificarlos. No, se hace esa
prohibición para recordarles que viajar en uno de esos
"patos" es peligroso y una manera de buscar lesiones.
Un aviso de "No fume", no se pone solamente por
impedirles que echen su fumada. Se ponen allí para
prevenir que puedan iniciar un incendio. Nadie cree que un gran
incendio pueda empezar con un cigarrillo o una cerilla, pero
según los informes, muchos, muchísimos incendios
empiezan con una colilla o con un fósforo, causando
incalculables pérdidas en dinero, en heridos y en
muertos.
La intención de los avisos es ayudarlos, no
ponerlos furiosos, lo que sucede a menudo es que nos
familiarizamos con ellos que ya ni los vemos, o si los vemos no
les prestamos ningún sentido y esto es lo que me ha puesto
a pensar.
Veamos un ejemplo: ¿Cuántos de ustedes
recuerdan ahora los motivos de los cuadros que hay en la sala de
la casa de ustedes?
(Señor Supervisor: Pregunte a una o dos
personas para que le describan los cuadros que tienen en la sala
de su casa)
Es difícil, ¿no es cierto? Están
tan acostumbrados a esos cuadros que ya no los miran ni les ponen
atención. Y lo mismo pasa con los avisos que hay
aquí en la planta. Los avisos de "Peligro", los avisos de
precaución. Se acostumbra uno a ellos que ya no los
miramos más, y no mirar los avisos es
peligroso.
Si hay un aviso que diga "No operar sin guardas", el
aviso dice lo que quiere decir. La máquina sobre la cual
está no es peligrosa, a menos, que las guardas
estén en su lugar. Si no le ponen atención al aviso
porque piensan que no está diciendo claramente lo que
quiere decir, ustedes mismos se están exponiendo a un
accidente.
No prestarle atención al aviso por cualquier
motivo, operar la máquina sin guardas, significa exponerse
a la oportunidad de un accidente grave.
Si ustedes son gente que les gusta vivir peligrosamente,
no lo hagan. Hay otros que pueden sufrir por culpa
suya.
Hay una buena razón para la colocación de
cada aviso. Eso lo saben ustedes también como lo sé
yo. Tiene que haberla, de otra manera la gerencia no
tiraría la plata en avisos.
Los avisos se han puesto donde están para
evitarles un accidente, una lesión. Este es su verdadero
sentido.
CHARLA N° 035
LOS INCIDENTES SON ADVERTENCIAS
UNA Y OTRA VEZ, se nos ha repetido que los accidentes
son provocados por nuestros propios errores, nuestra negligencias
o por no cumplir con las normas de prevención de
accidentes. También provocamos otros accidentes que
denominamos incidentes (o casi-accidentes) ya que
generalmente nadie resulta lesionado ni se produce ninguna
pérdida considerable. Sin embargo los incidentes son
una advertencia de que algo anda mal y de que existe algún
peligro o condición que necesita ser
corregida.
Probablemente, si tuviéramos los datos a nuestro
alcance, encontraríamos que la mayoría de los
accidentes que no causan lesiones ( los accidentes) son los que
se producen con mayor frecuencia. Por ejemplo, si se cae un
objeto pesado a nuestro lado, puede que nos lesione un pie, pero
puede que no suceda a así. En caso de que no nos lesione
lo llamamos incidente, si llega a lesionarnos lo
consideramos un accidente. Algunas veces encontramos que
en el almacén de la planta se han apilado ciertos
materiales en forma desordenada y que durante la noche
éstos se han caído debido al almacenamiento
inadecuado. Si hubiera habido alguien allí en ese momento,
seguramente hubiera resultado lesionado.
Aunque los incidentes no provocan lesiones, son
una advertencia que debemos tomar en cuenta porque indica que hay
una condición o un error que debe ser corregido para
evitar que se repita y se llegue a convertir en un accidente que
provoque lesiones o que cause daños a la
propiedad.
Han pensado ustedes en cuál es el factor que
realmente puede convertir un incidente en un accidente?
(Aquí el supervisor puede dar tiempo a que los
trabajadores expresen sus opiniones). Generalmente el factor
que determina que se convierta en un accidente es el tiempo,
simplemente una fracción de segundos puede ser responsable
de la situación. Piense que en menos de un segundo pueden
producirse una serie de hechos que cambien el curso de nuestras
vidas, incluso llevarnos a la muerte.
Supongamos que tú, Roberto (el supervisor
debe sustituir este nombre por el de uno de sus
trabajadores) vas de regreso a su casa conduciendo tu
automóvil y de pronto sale a la calle un niño
corriendo detrás de una pelota. Hiciste una maniobra y
lograste evitar una tragedia. Que fue lo que hizo que te
desviaras en ese ultimo segundo? Otro conductor en ese caso pudo
haber golpeado al niño. Lo que sucedió fue que tus
reflejos trabajaron con rapidez, que estabas alerta, que conduces
con precaución, o también pudo haber sido que los
frenos de tu auto funcionan adecuadamente y que tus
neumáticos están en buen estado. Podríamos
dar una serie de justificaciones, pero lo importante es
reconocer que no fue simplemente un factor de suerte lo que
previno el accidente, es decir, lo que evitó que el
niño fuera atropellado por el auto.
Casi podríamos asegurar además, que esta
experiencia influirá en la actitud de Roberto. Lo mas
probable es que cuando él pase de nuevo por esa misma
calle tenga más precaución y disminuya la
velocidad. Ya Roberto sabe que en esa área hay
niños jugando y que en cualquier momento puede salir a la
calle otro niño.
Tomemos otro ejemplo. Supongamos que hay un derrame de
aceite en el suelo y que uno de nosotros lo ve, lo esquiva y no
pasa nada. La próxima persona que pasa por el lugar no ve
el derrame, lo pisa, resbala y casi se cae, pero logra
restablecer su equilibrio. Sin embargo, un poco más tarde
pasa por el mismo lugar un tercera persona que tampoco ve el
derrame en el suelo, lo pisa, resbala y se cae porque no pudo
controlar el equilibrio y el resultado es un fractura de brazo.
La conclusión es bastante obvia, el peligro que
advirtió la primera persona ocasionó un incidente
para la segunda, pero no se corrigió y, por consiguiente,
la condición quedó igual provocando finalmente un
accidente con lesión en la tercera. Puede ser que el
peligro que nos advierten los incidentes lo determine nuestra
propia actitud nuestro orden y limpieza, nuestras herramientas o
que no cumplimos con las normas establecidas. Los incidentes nos
indican claramente que algunos hábitos de trabajo son
inadecuados o ineficientes. Ignorar las condiciones que
representan peligros potenciales, es proporcionar la posibilidad
de que se produzcan accidentes.
Por eso para finalizar quiero recalcar que para el
bienestar de todos, debemos estar siempre alertas y corregir toda
situación peligrosa que observemos, si no podemos hacerlo
por nuestros propios medios, debemos informarlo para que la
corrija la persona indicada. Es necesario que mantengamos los
ojos muy abiertos y las mentes muy despiertas para descubrir los
peligros y no permitir que los incidentes se conviertan luego
en lesiones serias y daños. Recordemos siempre que los
incidentes son advertencias de los peligros que nos
rodean.
CHARLA N° 036
HOY NO ES LO MISMO QUE
AYER
LA CHARLA DE HOY, quiero comenzarla con una pregunta
sencilla: podemos hoy realizar las cosas tal como lo
hacíamos ayer?……Desde luego que no,
día a día, tanto nosotros como los métodos
de trabajo cambiamos. Estos cambios son necesarios para progresar
y desarrollar el trabajo con menos accidentes, en forma
más cómoda, y con mayor provecho para todos. No
podemos aferrarnos a las formas de pensar y a los métodos
que practicábamos antes ayer y aplicarlos a nuestra vida
de hoy Porqué? Sencillamente porque la vida de ayer era
mucho mas simple que la vivimos hoy. Los trabajos industriales
son mucho mas complejos cada día por lo que el concepto de
prevención de accidentes se ha desarrollado a tal punto
que necesitamos conocerlo completamente para poder evitar
accidentes.
Siempre es bueno recordar los tiempo pasados porque
muchas de las normas y métodos que se practicaban ayer
pueden servir de experiencia e inclusive pueden aplicarse en la
industria actual. Pero hay que tener cuidado porque en la
actualidad se han incorporado al trabajo gran cantidad de
factores y responsabilidades que se desconocían en el
pasado. Por ejemplo, hace muchos años los accidentes se
consideraban y se aceptaban como algo inevitable del trabajo.
Esto nos resulta totalmente absurdo hoy ya que sabemos que los
accidentes no suceden espontáneamente sino que son
provocados por alguna causa. La actitud que tenían los
trabajadores hace muchos años no es la misma que la que
tenemos hoy porque en nuestros días todos nos preocupamos
por evitar errores que puedan provocar accidentes y por hacer
todo lo posible para reducir al máximo los
peligros.
Tal vez algunos de nosotros hayamos trabajado el tiempo
suficiente en la industria para darnos cuenta de los cambios que
se han experimentado. Es fácil entonces darse cuenta que
hoy tomamos en consideración muchos aspectos que antes se
pasaban por alto. Por ejemplo, ciertos procedimientos de trabajo
y exposiciones peligrosas de algunos trabajadores que se
consideraban como tonterías, hoy las calificamos como
actitudes inseguras. Pero desdichadamente, todavía hay
muchos trabajadores que se resisten a cambiar de actitud. Piensan
que son mejores y mas listos que las normas de prevención
de accidentes, las ignoran y no siguen sus recomendaciones.
Conocemos a alguien que actúe y que piense de esta forma?
Casi seguro que sí.
La forma en que actuamos, en que reaccionamos ante
determinadas situaciones y problemas refleja en gran parte la
forma en que pensamos y la forma en que concebimos la vida.
Quiero decir, que si en nuestro trabajo ponemos cuidado,
interés, preocupación y atención, estamos
reflejando una actitud segura que es la que se debe adoptar,
mantener y desarrollar, no solamente en el trabajo sino en todas
las actividades que realizamos. Eso es muy importante porque la
actitud de una persona influye sobre otras que las rodean y si
esa actitud es errónea, entonces la influencia será
negativa.
Muchas veces no nos damos cuenta o no sabemos que otra
persona nos está mirando, nos esta observando y que
está juzgando nuestro proceder. Si se trata del trabajo
que realizamos, evalúan nuestro desempeño –
si lo hacemos correcta o incorrectamente. Esa persona que nos
observa puede ser otro trabajador, el supervisor, quizás
sea el vecino pero de todas formas es alguien que se da cuenta de
los errores que cometemos o de lo bien que desempeñamos la
tarea. La actitud positiva ante la prevención de
accidentes puede empezar por una persona, pero piensen ustedes
cuánto más efectiva puede ser si el grupo entero se
vuelca totalmente hacia la formación de actitudes seguras
y positivas.
Todos debemos estar pendientes de los peligros que nos
rodean, así como de todo lo que podemos hacer para
corregir las condiciones inseguras. Debemos siempre seguir y
obedecer las normas de prevención de accidentes,
esté o no esté presente el supervisor u otra
persona encargada del grupo, ya que al fin y al cabo si sucede
algo indeseable el perjudicado será el que cometa el
error.
Hay una actitud que es muy personal y a la misma vez
totalmente colectiva: la preocupación por la
prevención de accidentes. Si todos adoptamos esta actitud
y constantemente trabajamos para mejorarla, podremos estar
seguros de que en años venideros se verá claramente
el fruto de la misma. Tal vez nuestros hijos, el día de
mañana, puedan mirar hacia atrás y decir que nos
preocupamos e interesamos por mejorar las cosas.
Si alguno de nosotros todavía no ha empezado a
interesarse en la causa de la prevención de accidentes, es
hora de que mire al pasado, lo compare con los esfuerzos que se
realizan en nuestros días, y se convenza de que ya es
tiempo de empezar.
CHARLA N° 037
PLANEANDO LO INESPERADO
Las autoridades de tránsito nos dicen que
manejemos a la defensiva. Manifiestan que no es suficiente
observar solamente las reglas de tráfico, que debemos
fijarnos en los otros conductores. Debemos conducir en tal forma
que si el otro hace algo que no debe, lo atropellaremos o nos
atropellará. Por supuesto que tienen razón; los
informes de accidentes de tráfico lo prueban.
También demuestran que uno debe mantener esta actitud
defensiva hacia cualquier condición inesperada en las
carreteras y autopistas.
La misma idea tiene aplicación en el trabajo
diario y en cualquier situación fuera del trabajo, como en
el hogar. Tenemos que estar preparados para cuando el niño
deja los patines en el último escalón o deja caer
el jabón en el baño y se olvida de levantarlo; o
para cuando alguien en la casa cuelga una percha de madera en una
soga que colocó provisionalmente de una pared a otra del
dormitorio para secar la ropa. ¿Que pasaría si
ustedes tuvieran que entrar en la habitación a oscuras
para cambiar, por ejemplo, la bombilla fundida? Podrían
sufrir una lesión en el ojo si se golpean con la percha,
¿no es verdad?
No es suficiente conocer y observar las reglas de
seguridad, hay que estar preparado para los peligros inesperados.
Puede haber condiciones peligrosas que se presentan sin previo
aviso o pueden ser acciones inesperadas y peligrosas realizadas
por alguna otra persona. Pueden ser también acciones
impulsivas o que están fuera de control de uno mismo. He
aquí un ejemplo:
Un mecánico se dirigía al taller de
reparaciones que estaba en el otro edificio y se paró a
conversar con el operario de una cortadora. El conductor de un
montacargas que llevaba un barril sobre las horquillas, tuvo que
detenerse súbitamente a fin de no golpear a un trabajador
que se le apareció inesperadamente. El barril se le
resbaló de las horquillas y rodó, yendo a golpear
al mecánico, quien perdió el equilibrio y se
golpeó Ia cabeza contra la cortadora. El resultado fue una
herida facial, una costilla quebrada y una pierna
lastimada.
Aquí hubo tres cosas incorrectas. El barril
debió haberse asegurado contra las horquillas, a fin de
que no pudiera caerse en una parada de emergencia. El hombre que
se interpuso admitió que su mente estaba en las
próximas vacaciones. El mecánico no se paró
al costado del pasillo, en un lugar seguro. Cada uno de los
participantes dejó de tomar una medida defensiva contra lo
inesperado.
Siempre se nos pueden presentar situaciones en cualquier
clase de trabajo en el que uno tiene que estarse defendiendo de
lo inesperado. Una de las cosas más comunes, es la
presencia de los cables de extensión con los que se puede
tropezar y caer. En todos los casos puede significar dos
lesiones. De vez en cuando, alguien se olvida de las reglas de
seguridad y pone un cable en un pasillo o en algún lugar
donde alguien puede tropezar y caerse. El segundo individuo se
irá de nariz a menos que tenga bastante suerte. Las
posibilidades son que la herramienta o la luz conectada a este
cable, se vuelva contra quien la está usando y lo lesione
seriamente. Si es una sierra portátil, un taladro o algo
semejante, todos sabemos cuáles pueden ser las
consecuencias. Por supuesto que pudo haber atado el cordón
a algo a fin de que no le fuese sacado de las manos. En este caso
la trampa ha sido un cuchillo de doble filo.
Un ejemplo de que lo inesperado nos puede ocurrir en
cualquier momento en el lugar de trabajo es cuando abastecemos un
equipo pesado en la zona de operaciones mineras, estamos atentos
al despacho (camion cisterna bien estacionada, estado de
manqueras y bombas, cantidad de producto, etc.) pero puede
ocurrir que el operador del equipo pesado suba a su unidad y
pensando que el abastecimiento a terminado encienda y arranque su
unidad: si lo hace en direccion del oeprador, podriamos estar
lamentando una fatalidad, si lo hace en la direccion contraria,
la pistola wiggins puede lesionar a nuestro operador de campo. En
este caso tambien tenemos que estar a ladefensiva y asegurarnos
que el operador del equipo pesado este a nuestra vista e
indicarle que nosostros le avisaremos cuando se acabe el
despacho.
Nota para el supervisor: De ser posible logre
que los asistentes a esta reunión den un ejemplo o dos de
Iesiones que pudieron haberse evitado mediante una acción
defensiva. Esto ayudará a fortalecer el concepto sobre la
necesidad de protegerse contra los peligros
inesperados).
CHARLA N° 038
NO MALTRATE SUS MANOS
Al principio los dedos de su mano izquierda le
cosquilleaban, como la sensación de agujas imaginarias que
sentía con frecuencia cuando se le dormía la mano.
Esta vez, sin embargo, Julia, una mecanógrafa en una
oficina de una compañía de manufactura no pudo
'despertar' a su mano. En unas pocas semanas 'se le
endureció' y le empezó a doler mucho y la
sensación de agujas imaginarias las empezó a
experimentar en su mano derecha. Su médico
diagnosticó 'síndrome del túnel carpeano'
(STC), una enfermedad del nervio de las manos que se ha hecho tan
común en los lugares de trabajo que los expertos la
consideran una epidemia industrial.
Las lesiones en las manos pueden ser traumáticas,
como la pérdida de una mano o de uno o más dedos.
La verdad es que en la mayoría de los casos de lesiones
relacionadas con el trabajo, tales como el STC, Ias causas pueden
ser difíciles de descubrir o aparentemente
inocuas.
Nombrado así en alusión al túnel en
forma de C de los huesos de la muñeca en la base del dedo
pulgar, el túnel carpeano es parte de un sistema de polea
de tendones que permite que los dedos se doblen. El STC ocurre
cuando los músculos hinchados o inflamados oprimen los
nervios en la muñeca y la mano. Esto puede ocurrir cuando
una persona flexiona o extiende repetidamente la muñeca
durante movimientos de trabajo rápidos y
frecuentes.
Según el doctor Dan Mass, director del centro de
rehabilitación de manos de la Universidad de Chicago, Ios
síntomas del STC no siempre ocurren en el trabajo. Los
síntomas pueden ocurrir por la noche cuando las manos
están en reposo. "Dado que tendemos a dormir con nuestras
muñecas dobladas, el nervio duerme también, y
podemos despertarnos con una sensación de cosquilleo",
dice el doctor Mass.
Otras señales son adormecimiento, debilidad
general, falta de coordinación y un aumento en la
tendencia a dejar caer cosas y, finalmente, dolor
persistente.
Dado que el STC es con frecuencia reversible si se lo
trata en las primeras etapas, ustedes deben saber lo que
deberían hacer en caso de que sintieran que tienen este
problema. Desdichadamente, dice el doctor Mass, no hay ejercicios
diseñados para disminuir los efectos del STC, una vez que
se desarrolla. "El mejor tratamiento es el reposo,
continúa el doctor Mass.
Pero aquí, en nuestro trabajo, podemos hacer
algunas modificaciones que disminuyan los problemas relacionados
con este síndrome:
Reducir la rapidez con la que realizamos algunas
funciones en particular con nuestras manos: claro está
que esto no es siempre posible, pero es probablemente la
mejor prevención.
Si alguno de ustedes cree que tiene un STC,
háganmelo saber pare que tratemos de alterar su trabajo o
ponerle en otro tipo de ocupación donde no tenga que
realizar tantos movimientos repetitivos con sus manos.
Asegúrense de que la clase y estrés de
movimientos que las manos realizan cambia en realidad durante
la rotación del trabajo.Durante los periodos de descanso, hagan ejercicios
de estiramiento de sus brazos y manos para eliminar la
tensión acumulada de los músculos y mejorar la
circulación sanguínea.Si tienen alguna sugerencia para mejorar las
condiciones de trabajo, háganmelo saber. En algunas
ocasiones hemos sólido alterar la altura de una
máquina o equipo en particular pare reducir la
cantidad de flexiones de la muñeca o extensión
que requería un trabajo. Es posible que en algunas
ocasiones se resuelva el problema simplemente con elevar la
plataforma sobre la que trabajan para que las manos
encuentren un mejor nivel; y los trabajadores más
altos pueden necesitar, por el contrario, trabajar desde un
lugar menos elevado.Es muy perjudicial ocultar una condición de
STC. Si alguien desarrolla esta enfermedad, es señal
de que algo no está funcionando bien. En todo caso, el
médico dará el diagnóstico
final.
Una diagnosis a tiempo y los medicamentos
anti-inflamatorios pueden con frecuencia desacelerar los efectos
del STC. Si se lo deja sin tratar durante un tiempo suficiente,
puede ocurrir un daño permanente a los nervios. En este
caso el único tratamiento efectivo suele ser la
cirugía. La cirugía de por si puede dejar algunos
efectos laterales, tales como una sensibilidad aguda a cualquier
sensación en la palma de la mano y una disminución
en la capacidad de agarrar o en la fuerza de los
dedos.
Si alguno de ustedes alguna vez tiene que someterse a
cirugía para curar esta enfermedad, es posible que cuando
regresen al trabajo tengan que realizar otro tipo de
ocupación. En muchos casos, sin embargo, se podrá
seguir realizando el mismo tipo de trabajo tras haberse hecho las
modificaciones necesarias.
Aunque este mal está hoy muy extendido en muchas
industrias de casi todos los países, es muy posible que
podamos prevenir que ocurra aquí en nuestra
empresa.
CHARLA N° 039
TODO EL MUNDO ESTÁ EN CONTRA
MÍA
Hay muchas cosas que pueden "amargarnos" la vida y
considerarnos desdichados. Puede ser un simple dolor de muelas o
que la mujer no es tan atenta como antes o que la novia prefiere
a otro. Nuestro descontento puede provenir de ver perder a
nuestro equipo favorito de balompié o por haber perdido
dinero en una apuesta.
Pero, la peor amargura es la que proviene de un
remordimiento de conciencia, de saber que hemos hecho algo mal y
que otro tuvo que pagar las consecuencias.
En la mayoría de estas charlas, he tratado de
apartarme de la clase de accidentes en que la persona comete un
acto inseguro y se lesiona. Esta clase de accidentes caen dentro
de una categoría especial, yo hice mal, sufrí una
lesión y ahora no tengo porqué quejarme. En la
culpa llevé la penitencia.
Sin embargo, existe otro grupo de accidentes en que la
acción de una persona resulta en una lesión o en la
muerte de otra. Este grupo de accidentes causa más pena
todavía, no solamente lo que sufre la persona lesionada,
sino la amargura y remordimiento del culpable.
Por eso, en su interés y conciencia de seguridad,
piense en los que están a su alrededor también y
protéjalos para no tener que pasar por esta triste
experiencia de que le remuerda la conciencia. Esté al
tanto de los compañeros que trabajan a su alrededor. No
tire las cosas y materiales en forma violenta para que salten y
lesionen a cualquiera. Los que manejan montacargas, deben prestar
atención por donde van y tener mucho cuidado al doblar por
las esquinas, sonando una bocina si la visibilidad es deficiente
en ese punto.
A todos les recomiendo mantener limpio y ordenado el
lugar donde trabajan, con la pilas bien arregladas para que no
sean un peligro.
A ustedes, los expertos, que saben cómo
protegerse – conocen los riesgos y usan la
protección adecuada – quiero pedirles un favor. No
pierdan de vista a sus compañeros de menos experiencia.
Ustedes saben que cierto trabajo tiene ciertos riesgos y tal vez
piensen que los demás trabajadores lo saben
también. Tal vez ustedes no se dan cuenta de que no se
aprende en un día. Recuerden cuando ustedes empezaron.
Tengo la seguridad que se dieron su susto de cuando en cuando. Y
si se protegían contra un riesgo lo hacían por
instinto más bien que por saber. Por eso, cuando trabajen
con un trabajador nuevo, o estén cerca de él,
aconséjelo, adviértanle cuáles son los
riesgos y cerciórese de que usan la protección
adecuada. Si lo ven haciendo algo incorrectamente, en forma
amistosa, llámenle la atención por su propio bien.
Si ven que se está habituando a hacer cosas
incorrectamente, con paciencia y buena voluntad pueden hacerle
ver el peligro de no hacer las cosas como debe ser. En el
trabajo, la cooperación y ayuda mutua determinan el
éxito de todos. Las interrupciones, los paros, los
accidentes, se evitan cuando todos ponen de su parte y
contribuyen al conjunto lo que saben, el fruto de su experiencia.
El error de uno puede redundar en contra de todos. Por eso,
ahórrense sufrimientos y amarguras no siendo la causa
indirecta de que otros sufran un accidente. Su espíritu de
cooperación hará que se sientan mejor sin tener
nada que lamentar posteriormente: tendrán la conciencia
tranquila sin reproches de nada.
CHARLA N° 040
OBJETOS QUE CAEN
Creo que a pocos de ustedes les sorprenderá el
oír que los objetos que caen de escaleras, andamios,
ventanas, etc., causan algunas de las lesiones más graves
y muchas veces incluso la muerte.
Si les preguntara qué artículo de
protección personal puede evitar los peligros debido a
objetos que caen, posiblemente la mayoría de ustedes
contestaría, el casco de seguridad. Esa respuesta es
correcta, pero solo en parte. Otro artículo que evita las
lesiones de objetos que caen, son los zapatos de
protección.
He observado que uno de ustedes se ha sonreído,
como diciendo: "¿Es que espera nuestro supervisor que nos
pongamos los zapatos en la cabeza?" . .. No, yo no espero ese,
solo espero que se pongan los zapatos de protección en los
pies, porque está demostrado que la mayoría de los
objetos que caen y producen lesiones, no caen de grandes alturas,
sino de alturas pequeñas.
Cuando se habla de objetos que caen la gente piensa
automáticamente en un ladrillo que cae de un tejado, una
lata de pintura que cae de lo alto de un andamio, una
tubería que se desploma de un tercer piso, pero la
realidad es que la mayoría de los objetos que caen y
producen lesiones, caen de alturas pequeñas, como cuando
un trabajador intenta levantar un objeto pesado, se le resbala de
las manos y el objeto le cae sobre los pies. O como cuando
alguien coloca una barra de metal o un caño pesado contra
la pared y alguien tropieza con ella, y le cae sobre los
pies.
Con esto no quiero decir que debemos dar más
importancia a los zapatos de protección que al casco de
seguridad, ya que tanto yo como todos ustedes sabemos muy bien
que en general, las lesiones que se producen debido a objetos que
caen de grandes alturas son mucho más graves que las que
se producen de objetos que caen de poca altura. Lo que les quiero
decir es que no desdeñemos la importancia que tienen los
zapatos de seguridad para evitar lesiones debido a objetos que
caen.
Pero la protección personal, ya sea el casco de
seguridad o los zapatos de protección, son solo parte del
problema. La protección personal nunca evita el peligro,
lo primero que se debe hacer en cualquier situación es
tratar el peligro y la situación que puede provocar un
accidente.
Hay muchas cosas que ustedes pueden hacer pare evitar
accidentes debido a objetos que caen. Siempre que vayan a subirse
a una altura, ya sea usando una escalera, un andamio, etc.,
pongan en los alrededores un aviso diciendo que están
trabajando en lo alto y que no se debe pasar por esa zona. Muchos
accidentes se producen cuando a alguien que trabaja en lo alto de
una escalera se le cae una lata de pintura, unas tenazas, etc. Si
el trabajo que van a realizar encierra ciertos peligros
especiales, deben comunicármelo a mí. Yo
trataré de proveer protección especial, como
barreras que aislen el área donde van a trabajar, o alguna
otra protección especial.
Cuando trabajen en plataformas suspendidas o en
andamios, nunca coloquen objetos cerca del borde, ya que por
descuido pueden empujarlos y éstos pueden caer sobre
alguien que pase por abajo, o ustedes mismos pueden perder el
equilibrio v caerse. Muchos de los trabajadores que caen de
andamios y mueren, se debe a esta falta de
precaución.
En alguna otra ocasión recuerdo que les he dicho
que cuando trabajen en alturas o suban escaleras, nunca deben
llevar herramientas en los bolsillos, ya que al agacharse
éstas pueden caerse y lesionar a alguien que pase por
abajo.
Otra manera de sufrir una lesión en los pies es
cuando se levanta un objeto sin seguir el procedimiento correcto
de levantamiento. No sería la primera vez que un
trabajador debido al dolor intenso inmediato que sufre en la
espalda al tratar de levantar un objeto incorrectamente, deja
caer el objeto y éste le aplasta los pies.
Las lesiones por caídas de objetos no son las
más frecuentes ni generalmente las más graves que
se producen en nuestra planta, pero la verdad es que se producen
más de las necesarias y que con un poco de cuidado y
siguiendo unas pocas normas de prevención de accidentes
podemos evitarlas todas.
CHARLA N° 041
PELIGROS ELEVADOS
¿A alguno de ustedes le ha caído alguna
vez un objeto en la cabeza? … Por las expresiones de algunas
caras veo que algunos piensan que no. Déjenme hacerles esa
misma pregunta con otras palabras: ¿A quién no le
ha caído alguna vez una gota de agua en la
cabeza?…
Sí, a todos nos han caído muchas veces
objetos de lugares elevados; pero, por fortuna, esos objetos han
sido cosas que no nos produjeron ni dolor, ni lesiones
físicas. Aunque no todo el mundo podría decir lo
mismo. Hay a quienes les han caído objetos que les han
producido lesiones series y mucho dolor, como herramientas,
tablas, tejas, paquetes, sacos de cemento, etc.
Todos los que trabajamos, dondequiera que nos
encontremos, tenemos la posibilidad de ser golpeados por
algún objeto que cae de un lugar elevado. Pero quienes
trabajan especialmente bajo este peligro constante deben de tener
en cuenta que los peligros no solo pueden presentarse a un nivel
bajo por encima de la superficie del piso, sino por encima de
nuestras cabezas.
Quienes deben trabajar en áreas donde existe el
peligro constante de que sean alcanzados por un objeto que cae,
se lo deben comunicar a su supervisor, pues pudiera haber una
forma práctica de eliminar o contener ese
peligro.
Si no hubiera forma de separarse físicamente de
un área donde existe siempre este peligro, como en un
lugar de construcción, se debe llevar la protección
adecuada, como el casco, protección ocular, calzado de
protección y la ropa que haya sido designada pare realizar
esa ocupación especifica. Además, se debe tener
siempre presente que las condiciones de los lugares elevados
pueden cambiar de un momento a otro y crear un peligro que no
existía hacía muy poco tiempo.
Un peligro muy común relacionado con lugares
elevados proviene de las cargas de las grúas. Las cargas
hay que atarlas con la mayor seguridad posible, tratando de que
balancee bien en la argolla que la subirá. Antes de dar la
señal para elevar la carga, hay que asegurarse de que la
cadena o cable de la argolla no aplastará ningún
dedo ni ninguna mano. Además de estas precauciones
generales, es una buena idea elevar primero la carga tan solo
unos 20 ó 30 centímetros del piso. De esta forma se
puede comprobar si la carga está bien sujeta y balanceada.
Hay que tener en cuenta, no obstante, que es bastante
difícil poner el gancho de la argolla directamente sobre
el centro de la carga, razón por la que las cargas suelen
moverse un poco cuando se las levanta.
Pero no debemos olvidarnos de las personas que trabajan
en lugares elevados, porque tienen también unas
responsabilidades muy definidas, de las que pudiéramos
destacar dos. Primero, estas personas son responsables de operar
sus herramientas, equipos y objetos de trabajo con el mayor
cuidado posible. Segundo, son también responsables de
avisar a cualquiera que se tenga debajo del lugar donde
están trabajando.
Incluso las operaciones rutinarias conllevan
también peligros de lesiones. Supónganse que
alguien fuera a cambiar una bombilla. ¿No creen que
sería necesario comunicar a todos los que le rodean que va
a trabajar temporalmente en un lugar elevado y que esa
situación pudiera suponer un peligro no solo para
él sino para otros?… Creo que estarán de acuerdo
en que sería necesario hacerlo, aunque todos sabemos muy
bien que no siempre se ponen en práctica estas medidas que
parecen de sentido común. Lo mejor en una situación
así seria encerrar el área de trabajo con una
barrera portátil para evitar que nadie se pusiera en
contacto con la situación peligrosa.
Tanto si deben trabajar en lo alto de una escalera o
plataforma, como en un andamio o en la caja de un ascensor, se
deben asegurar que todas las herramientas, equipos o materiales
de trabajo están colocados en un lugar desde donde no
pudieran caer y lesionar a alguien.
Deben tener un cuidado especial de no colocar
ningún objeto en superficies en desnivel. No se olviden
del efecto de las vibraciones. Una vibración o un
movimiento en la superficie pudiera hacer que el objeto cayera y
se estrellara contra el piso, o quizás contra la cabeza de
alguien. Como comprenderán, el resultado de esa
caída tendría consecuencias muy diferentes que las
que producen las goteras.
Cuando trabajen en lugares elevados deben mantener
siempre sus herramientas en la caja de herramientas.
Además de que las herramientas que se dejan desparramadas
por el piso crean peligros de caídas en la superficie del
piso en que se encuentran, también crean el peligro de que
alguien se pudiera tropezar con alguna herramienta y pudiera caer
a la superficie… pero de un piso, dos o tres más
abajo.
Para finalizar, recuerden que los lugares elevados
tienen el potencial de crear peligros muy graves a los que
están debajo.
CHARLA N° 042
AYUDA ECONÓMICA
Hay muchos trabajos que pueden ser hechos
por un hombre solo. Pero también hay muchos para los
cuales se necesitarán dos o tres. El trabajador
responsable sabrá cual es la diferencia entre los que
necesitan uno y los que necesitan dos o más.
A nadie le gusta el "avivado" que espera que los
demás hagan el trabajo por él. Pero tampoco creo
que demuestra ser muy inteligente aquél que trata de hacer
solo un trabajo que está más allá de sus
posibilidades físicas, cuando puede conseguir que alguien
le ayude.
Alguien me estaba contando los otros días que en
su compañía tienen algunos generadores muy grandes
que pesan, quien sabe cuantas toneladas cada uno. En la sala
donde están los generadores hay dos grúas elevadas
muy grandes.
Para hacer la mayoría de los trabajos una sola
grúa es suficiente. Pero muy de vez en cuando hay que
hacer reparaciones mayores y es entonces cuando uno de los
generadores tiene que ser levantado. Este es el momento en que la
segunda grúa es de utilidad. Para hacer el trabajo se
coloca una viga muy grande entre las dos grúas y los
cables se atan a ellas. En esta forma el peso del generador se
encuentra dividido entre las dos grúas y se logra un
manejo de seguridad bastante grande al mover esta unidad tan
pesada.
Saquemos lagunas enseñanzas de este
método. En muchas oportunidades ustedes deberán
levantar algo que es bastante pesado – una plancha de acero, una
viga, una máquina, etc. Es posible que al ver el objeto
que tienen que mover se den cuenta que les va a resultar bastante
difícil el poder hacerlo solos y sobretodo hacerlo con
seguridad. Este es el momento en que si con toda honestidad
pueden responderse a sí mismos que no es seguro que lo
hagan sólo deberán pedir ayuda. Será mejor
usar esta pequeña ayuda adicional que romperse los
músculos de la espalda o dejar caer el peso sobre los
tiernos dedos de los pies.
En otras oportunidades necesitamos ayuda para
transportar un objeto, no porque este sea pesado, sino porque su
forma o tamaño lo hacen difícil de manejar y el
espacio en que debemos moverlo tampoco facilita su
traslado.
Este es uno de los objetivos por los cuales existen
remolcadores en todos los puertos que acercan a los grandes
transatlánticos a su destino. El señor del mar
tiene mucho poder pero su gran volumen lo pone fuera de lugar en
un espacio pequeño. Es por eso que el remolcador, que a
simple vista tiene menos fuerza y es pequeño puede
llevarlo a donde corresponde.
Los objetos largos se encuentran también en esta
categoría. Es probable que puedan manejarse si
consideramos solamente su peso – pero si lo queremos hacer
por nosotros mismos, podemos golpear lámparas de luz, o
los ojos o cabeza de algún compañero que se
encuentra por las inmediaciones. Es posible que aún para
mover una caja, o cartón muy grande se necesiten dos
hombres, no porque sea pesada para uno, sino porque su volumen
puede hacerle perder el equilibrio. Y lo que es aun más
peligroso, una carga llevada por un solo hombre puede impedirle
ver hacia adelante y hacerle correr peligros muy
grandes.
En consecuencia, ya sea la carga pesada, o simplemente
voluminosa, no trate de hacerse fuerte y moverla por sí
mismo. Pida ayuda y verá que no costará
conseguirla. Muchos trabajadores se resisten a pedir ayuda en
estas circunstancias porque consideran que su "hombría"
puede verse disminuida. Pero es aconsejable dejar de lado estos
perjuicios que no tienen razón de ser antes de que la
capacidad física sea disminuida temporaria o
permanentemente.
Si dejamos de lado nuestro orgullo y hacemos algo tan
simple como pedir ayuda, cuando realmente la necesitamos,
eliminaremos las posibilidades de accidentes.
CHARLA N° 043
CUIDADO DE LA PIEL
En un artículo que leí el mes
pasado sobre la piel, se decía que las enfermedades de la
piel, las cuales se conocen por el nombre de dermatitis, se han
multiplicado en la segunda mitad de este siglo, debido al aumento
tan grande de productos químicos en la
industria.
El problema, decía el artículo, es en la
actualidad bastante fácil de controlar, si las gerencias
de las empresas ponen a disposición de los trabajadores
equipos de protección personal y les ayudan a comprender y
a apreciar por medio de folletos, charlas, o cualquier otro
medio, el valor inestimable de su piel.
Como recordarán algunos de ustedes, no es la
primera vez que les voy a hablar sobre este tema. Creo que la
piel es una parte muy importante de nuestro cuerpo y quiero que
todos valoremos nuestro cuerpo como se merece.
A alguien le puede haber parecido un poco exagerado el
que yo haya sugerido que algunas personas no valoran su cuerpo.
La realidad es que hay trabajadores que piensan que la piel por
ser una cosa tan superficial, no es una parte importante del
cuerpo. Sé muy bien, como todos ustedes saben, que mucho
más importante son órganos como el cerebro, el
corazón y los pulmones, pero esto no es razón para
que no valoremos la piel.
La piel es un tejido muy sensitivo que cubre todo
nuestro cuerpo. Vivimos, sin ninguna exageración, dentro
de una cápsula, nuestra piel. La piel de las personas
adultas, como nosotros, tiene una extensión de más
de 3 m2. A pesar de lo fina que es la piel, es muy resistente.
Contiene entre dos y tres millones de glándulas de sudor,
las cuales desechan al exterior alrededor de un litro de sudor en
los meses fríos y más de cuatro litros al
día durante los meses calientes.
Si no tuviéramos la piel, no podríamos
sentir nada al tocar objetos o personas. La piel es una cadena
misteriosa entrelazada de delicados circuitos eléctricos,
antenas, cables, interruptores, tejidos y muchos otros
mecanismos. Recibe una tercera parte de la sangre del cuerpo. La
piel es un órgano vivo que, como un árbol, desecha
las células (hojas) muertas y desarrolla otras nuevas que
las reemplazan.
Cuando tengan tiempo, en sus casas, o en cualquier otro
lugar, piensen un poco en todo esto que les he dicho, y se
convencerán que la piel protege el funcionamiento interno
de los órganos más importantes de nuestro cuerpo.
Si la dañamos, abrimos una brecha por la que pueden entrar
toda clase de gérmenes y virus que pueden atacar nuestros
órganos internos.
Es importante que protejamos nuestra piel para que la
piel pueda proteger nuestro cuerpo. Debemos tratar de no
exponerla a vapores irritantes y líquidos y a roces de
materiales y sustancias que pueden dañarla. La mejor forma
de lograr esto es usando la protección personal de que
disponemos en nuestra planta: guantes, caretas, delantales, . . .
Esto es, la protección que se ajuste mejor al trabajo
específico que realicemos.
Y no sólo debemos protegerla aquí, dentro
de la planta, sino también fuera. Hay personas que no se
preocupan si queman su piel por exponerse demasiado al sol.
Sólo cuando el médico les dice que han
contraído cáncer por haber expuesto su piel
excesivamente a los rayos ultravioletas del sol, es cuando
empiezan a valorar su piel, pero ya es demasiado
tarde.
Otras personas no dan ninguna importancia a los
arañazos, cortaduras y pinchazos que sufren en su piel. No
se preocupan de ir al botiquín de primeros auxilios a
desinfectar esas pequeñas lesiones. Cualquier
lesión, por pequeña que sea, puede producir
inflamaciones importantes en nuestro cuerpo.
En el artículo que les he mencionado al principio
de la charla, se decía que si todos los trabajadores del
mundo se lavaran con agua y jabón después de
haberse puesto en contacto con algún producto
químico, polvos o alguna otra sustancia, se
eliminarían automáticamente más del setenta
y cinco por ciento de las enfermedades de la piel que se contraen
en la industria.
Espero que estos cinco minutos que hemos dedicado al
tema de la piel, les ayude a apreciarla más en el futuro,
protegiéndola de los peligros que la puedan dañar.
Y tengan siempre presente, que si nosotros no protegemos la piel,
la piel no protegerá el interior de nuestro
cuerpo.
CHARLA N° 044
LAS MANOS
En los tiempos modernos la industria ha desarrollado
técnicas y avances de incalculable valor. Casi
podría asegurarse que existe una máquina perfecta
para cualquier tarea que se realice en la industria. Sin embargo,
¿se han puesto ustedes a pensar en una máquina que
pueda apretar, exprimir, torcer, halar, empujar, levantar y
aún más, capaz de hablar y sentir? Sí,
sí, estoy hablando en serio, ¿saben a qué me
refiero? Me refiero a la mano humana.
Constantemente usamos nuestras manos,
prácticamente cada segundo de cada día. Pero la
mayoría de las veces no prestamos atención a como
las usamos. Las manos son una de las prendas más valiosas
que poseemos, pero sin embargo son muy vulnerables. Con demasiada
frecuencia ponemos en peligro nuestras manos.
Podría contarles infinidad de
accidentes que han ocurrido a través de años y
años, pero a manera de recuento sólo
mencionaré cuatro de las lesiones en las manos más
comunes:
La primera se refiere a los cortes. La
mayoría de las veces ocurren con objetos cortantes como
cuchillos, tijeras, hachas, etc.;
En segundo lugar están Ias lesiones causadas por
objetos rotativos, corno por ejemplo, por
máquinas o aparatos que tienen aletas giratorias y hornos
rotativos;
En tercer lugar tenemos los objetos punzantes.
Efectivamente hay infinidad de éstos que pueden provocar
lesiones, por ejemplo: destornilladores, punzones, sacacorchos
puntillas, etc.
Y, en cuarto lugar quiero mencionar los golpes
aplastantes. ¿Quién aquí nunca ha
pasado por la experiencia de martillarse un dedo?. Hasta una
pequeña cortada en un dedo suele resultar molesta y
sumamente incómoda para la realización de nuestras
tareas diarias.
Nuestras manos están constantemente expuestas a
peligros. Cada año miles de manos y dedos se lesionan, y
muchos se pierden, por accidentes sufridos en el trabajo o fuera
del trabajo. Las lesiones en las manos ocupan el segundo lugar en
la escala de accidentes ocupacionales.
En nuestras operaciones, como ustedes saben, han
ocurrido algunos de estos accidentes. Para que no se repitan, hoy
quiero recordarles que deben emplear procedimientos seguros cada
vez que utilicen las manos, manténganlas fuera de los
lugares donde puedan ser atrapadas al manejar materiales,
enganchar cables, mover cilindros y trabajar con sierras u otras
máquinas semejantes. Nunca metan las manos dentro de una
maquinaria en movimiento para repararla, aceitarla o ajustarla.
Cada vez que tengan que manejar materiales ásperos, usen
los guantes adecuados. Recuerden que un mismo tipo de guante no
es adecuado para todas las tareas. Nunca usen anillos o pulseras
cerca de máquinas en movimiento o donde puedan quedar
éstos enganchados.
En caso que alguien se lesione no importa qué
tipo de lesión sea, incluso si se trata sólo de un
rasguño, obtengan los primeros auxilios necesarios. Un
simple medicamento y un pedazo de gasa puede ser todo lo que se
requiera para una cortada pequeña, sin embargo han
ocurrido casos de "simples rasguños" que por no ser
atendidos y limpiados a tiempo, han quedado expuestos a los
microbios y se ha producido una infección que con el paso
del tiempo se ha convertido en gangrena y ha sido necesario
amputar una mano o un brazo por "un simple
rasguño".
Para terminar, sólo quiero recordarles una vez
más que las manos son, verdaderamente, piezas maravillosas
que deben admirarse ya que permiten que nos podamos
desempeñar eficientemente, con poco esfuerzo y, muy
frecuentemente, en forma automática por lo que tenemos que
cuidarlas y tratarlas con especial cuidado y
consideración.
CHARLA N° 045
IMPORTANCIA DE LOS PRIMEROS
AUXILIOS
En la charla de hoy vamos a tratar un tema del que les
he querido hablar desde hace mucho tiempo – la importancia de
recibir primeros auxilios Yo sé que todos
ustedes, como yo, quieren tener un buen récord de
accidentes, pero un buen récord de accidentes no es
suficiente, tenemos que aspirar a tener un récord mejor
que bueno … excelente. En otras palabras, nuestra
aspiración debe ser siempre mejorar nuestro
récord.
Con esta charla quiero demostrarles de qué forma
la despreocupación al no informar las lesiones más
leves, impide mejorar el récord de accidentes. Estoy
seguro que al concluir esta charla tendremos a nuestra
disposición medios eficaces para reducir el índice
de lesiones.
Cuando ustedes sufren una cortadura o quemadura
profunda, ¿qué hacen?… Muy bien, muy bien, como
ha dicho X …., van a Primeros Auxilios (o a la
enfermería) a que les curen. Ustedes saben que necesitan
ayuda y que la sala de Primeros Auxilios es el lugar adecuado
para obtenerla.
Pero, ¿qué hacen cuando se
rasguñan, les entra una astilla en el dedo o se les
introduce una mota de aserrín al ojo? Díganme,
¿suelen ir generalmente a Primeros Auxilios para que les
atiendan? … No, ustedes mismos se curan a voces con la
ayuda de un compañero.
Creo que conozco algunas de las razones de por
qué no acuden a la Sala de Primeros Auxilios en casos
así. Quizás ustedes creen que me opongo a que
abandonen el departamento por algo "insignificante". O
quizás piensen que el informar lesiones leves
empañará su buen récord de accidentes. O
también es posible que si se enteran los compañeros
de trabajo se reirán de ustedes y los tratarán de
niñas.
En nuestra planta se exige que se informen todas las
lesiones, por muy leves que sean. Muchos de ustedes quizás
no se den cuenta que las lesiones que se clasifican como leves, a
veces terminan por causar más problemas que las graves y
pueden incluso ser fatales.
No presten atención a los consejos caseros que
suelen circular por la planta, como ponerse jugo de tabaco encima
de una herida para desinfectarla o chupar una cortadura para
extraer el veneno. Estos remedios, la mayoría de las
veces, suelen agravar el problema.
Los gérmenes que causan más
problemas están presentes en todos los lugares—en la
piel, en el aire, en el piso, en las manos de sus
compañeros "samaritanos", y se introducen en el organismo
con toda facilidad. Estos invasores generalmente no causan mayor
problema si permanecen en el exterior de la piel, pero tan pronto
como encuentran un medio fácil para introducirse, aunque
sea una cortadura pequeña en la piel, se introducen
rápidamente y empiezan a causar problemas serios. En poco
tiempo se empieza a sentir dolor, quizás alguna parte del
cuerpo se inflama, y se puede tener fiebre. En muchos casos,
cuando se sienten estos síntomas, ya suele ser demasiado
tarde para tomar medidas eficaces.
¿Sabían ustedes que en tan
sólo seis horas un germen puede multiplicarse hasta
producir 4000?.., ¿Habían oído alguna vez
que un germen puede trasladarse de un dedo a un hombro en menos
de 10 minutos . . . Esa es la razón de por qué es
tan importante informar las lesiones leves lo antes
posible.
Hoy día hay muchos remedios
farmacéuticos para matar estos gérmenes o por lo
menos frenar su expansión y crecimiento, pero los
medicamentos a veces tampoco son del todo eficaces. Si no
producen los efectos que se esperan, ustedes serán quienes
deberán experimentar los dolores y sufrimientos, por no
haber acudido rápidamente a Primeros Auxilios.
Algunas veces he oído decir a algunos de ustedes
que no hay nadie que haga el trabajo que hacen ustedes mejor que
ustedes mismos. ¿Por qué?. . . Simplemente porque
ustedes recibieron un buen entrenamiento y han acumulado una
experiencia de muchos años. Lo mismo piensan nuestros
médicos y enfermeros, que ellos han recibido muchos
años de entrenamiento en su profesión y saben mucho
mejor que ustedes lo que necesitan cuando se lesionan.
Ustedes ni yo sabemos las consecuencias que puede tener
una lesión leve, por esa razón, siempre que nos
lesionemos, aunque sea levemente, vayamos a Primeros Auxilios y
dejémosles a nuestros médicos y enfermeras que
decidan qué es lo que necesitamos.
CHARLA N° 046
LA LUCHA CONTRA EL
CATARRO
¿Cómo ganarla?
Muchas personas consideran que el catarro
común es la peor de todas las enfermedades. No es la peor
debido a que le causa la muerte a un mayor número de
individuos, ya que no mata a nadie. Es la peor porque es la
más corriente de todas las enfermedades; hace que muchas
personas se sientan un poco enfermas. También, debido a
que debilita al individuo, facilita que éste contraiga
otras enfermedades más graves.
La mejor defensa contra los catarros es algo que hay que
hacer antes de que el microbio ataque. Esto es: mantener todo
el sistema en buenas condiciones. Para lograrlo hay que
comer correctamente, tomar agua en abundancia, dormir las horas
necesarias, respirar aire puro y hacer suficientes ejercicios
para mantener el cuerpo en buenas condiciones, pero nunca de
manera tan excesiva que produzcan cansancio.
Le sigue en importancia el evitar los resfriados, los
pies húmedos y cualquier otro tipo de exposición,
especialmente cuando se está cansado.
El catarro es contagioso. Cada vez que una persona que
tiene catarro tose o estornuda disemina bacteria en la
atmósfera que le rodea. Si usted se encuentra cerca y
aquéllas se le alojan en la nariz o la garganta,
empezarán una batalla contra las defensas de su organismo;
cuando el cuerpo está débil y las defensas bajas la
peleíta puede decidirse a favor de los
microbios.
De acuerdo con lo expuesto anteriormente, sacamos en
conclusión que para evitar contraer catarro es importante
no tener un contacto estrecho con personas que lo estén
padeciendo. Cuando éstos tosan o estornuden lo más
indicado es virar la cabeza hacia el lado opuesto. Esto
también se aplica a usted. Cuando tenga catarro, ponga de
su parte para que otros no se contagien; siempre que vaya a toser
o estornudar cúbrase con un pañuelo o servilleta de
papel.
Con frecuencia se puede detener un catarro cuando
empieza si se toman las medidas correctas para ello. Cuando
sientan los primeros síntomas de malestar y estornudos lo
indicado es tratar de descansar y dormir lo más posible,
beber bastante agua y jugos de frutas e ingerir aspirinas de
acuerdo con las instrucciones que vienen en la envoltura. Las
aspirinas, aunque no curan el catarro, hacen que el individuo se
sienta mejor.
Si se le tupe la nariz, si empieza a toser o si tiene
fiebre de 38° centígrados lo mejor es llamar al
médico. Estos síntomas pueden indicar que el
catarro ha progresado hasta un punto peligroso.
Recuerde lo que dijimos anteriormente. Los catarros no
son temibles por sí mismos, pero facilitan que otras
enfermedades e infecciones mucho más serias puedan
iniciarse en el organismo.
Cuando tenga catarro, para ayudar al organismo a Iuchar
contra la infección ingiera mucho líquido, tales
como jugos de frutas, sopas ligeras y agua.
Una práctica muy común y decididamente
incorrecta es aquélla de enviar a un familiar o amigo a la
farmacia a comprar distintos medicamentos. Algunos no ofrecen
ayuda alguna y otros resultan perjudiciales. Si considera que
necesita medicina, limítese a aquéllas prescritas
por el médico; olvide lo que dice el vecino o el amigo de
que tal o cual medicamento ayudó a su prima, etc. Con
respecto a las gotas nasales éstas se deben aplicar con
moderación.
Hay que tener cuidado al sonarse la nariz, no
sólo para no diseminar el virus sino también para
proteger los oídos y evitar que se contagien con la
infección. Entre los oídos y la nariz hay
pequeños pasajes que conectan uno con el otro; cuando se
suenan la nariz con mucha fuerza se puede obstruir tales
conductos.
Todo lo expuesto anteriormente presenta solamente un
análisis a grandes rasgos. Los catarros varían, por
lo tanto es posible que el suyo requiera un tratamiento especial.
No obstante para mantenerse saludable, eluda los resfriados y el
cansancio excesivo, detenga el catarro al principio descansando y
tomando líquidos calientes y llame al médico en
caso de que la fiebre suba, verá que en la pelea entre las
defensas del organismo y los microbios, usted va a llevar la
mejor parte. Hay que vencer al catarro antes de que empiece o al
menos antes de que tome fuerza a fin de que, en la peleíta
aquella de que hablábamos antes, el catarro no logre
dejarlo inconsciente sobre la lona.
CHARLA N° 047
URGENCIAS EN LAS EMERGENCIAS
MÉDICAS
Un simple arañazo puede convertirse en un dolor
grande si no se le da la atención requerida. Cuanto
más se demore uno en tratar incluso una lesión
pequeña, tanto más probable será que se
convierta en un problema médico grave. El dejar de recibir
los primeros auxilios rápidamente puede ser causa
también de que sea necesario recibir un tratamiento
más caro, más tarde. Y también existe el
problema de la pérdida de tiempo en el trabajo.
Por ejemplo, el director de prevención de
accidentes de una compañía examinó cien
informes de lesiones incapacitantes en base a esta pregunta:
¿''Siguió la persona lesionada las instrucciones"?
En 45 de los casos examinados la respuesta fue "No''.
La mayor parte de las lesiones que estudió eran
pequeñas. Incluso así, 45 trabajadores lesionados
no siguieron las instrucciones, lo cual produjo una
pérdida de trabajo de 225 días, o casi nueve meses
de pérdida de tiempo de trabajo de un empleado, debido a
esos accidentes.
Es triste que algunas personas crean que es un motivo de
humillación parar de trabajar el tiempo suficiente para
que una enfermera o alguien entrenado en primeros auxilios limpie
una cortadura o desinfecte un arañazo. Y es más
triste cuando incluso el propio Iesionado sabe que realmente
necesita los primeros auxilios.
Otros pueden creer que ellos — por ser las
víctimas — saben mejor que nadie si una herida
pequeña, necesita o no cuidado especial. Hay
también quienes piensan que es una indicación de
falta de libertad el tener que obedecer al pie de la letra las
reglas acerca de los primeros auxilios.
El tiempo ideal para detener una infección, por
ejemplo, es cuando la herida esta fresca. Si se descuida una
cortadura, una quemadura, una magulladura o contusión, un
arañazo o un chinchón, ese descuido puede ser causa
de complicaciones serias. Así que no dejen de dar la
atención necesaria a una lesión pequeña.
Reserve el tiempo necesario para que se le administre los
primeros auxilios adecuados.
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