- Introducción
- Tomado de la
guía economía y sociedad (esbozo de
sociología comprensiva) por Max
Weber - La
dominación carismática y su
transformación - Sociología
del Estado - Conclusión
- Bibliografía
Introducción
La sociología de la dominación es un tema
muy importante ya que habla desde el principio de cómo
surge la política, la dominación
carismática, las dominaciones principescas en los
países europeos, el liberalismo entre otros movimientos.
El sociólogo Max weber define la dominación como ",
la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo
determinado para mandatos específicos (o para toda clase
de mandatos). En la edad media la dominación patrimonial
causo muchas contradicciones en Inglaterra y otros países
europeos, las dominaciones principescas fueron unas de las
más vividas por estos países. Las organizaciones
políticas existentes macaron grandes desenlaces en la edad
media y aun con su modernización, la burguesía
tenia una manera distinta de administrar su estructura
económica a la de los patriarcas, esta
administración era considerada sospechosa por ellos y era
un desagravio por que consideraban que estos lo hacían de
una manera deshonesta a diferencia de la burguesía los
patriarcas utilizaban métodos muy distintos a la hora de
las negociaciones pero a su vez eran similares a los de la
burguesía aunque esta no usara es tipo de objetivos que
las organizaciones patriarcales amparaban siempre al
negociar.
A diferencia de la dominación, la
dominación carismática se basa en una manera
distinta de enfrentar las bases economías ya que weber
define el carisma como Una cierta cualidad de una personalidad
individual, que en virtud ella "es considerada aparte" de
personas ordinarias y tratado como dotado con poderes o
cualidades sobrenaturales, suprahumanas o al menos excepcionales
por sus seguidores. Estas como otras no son accesibles a las
personas ordinarias, y son vistas como de origen divino o como
ejemplares, y sobre la base de ellas el individuo en
cuestión es tratado como líder por sus adeptos o
seguidores. El carisma es aquella virtud que posee un individuo
para realizar algún tipo de destreza, en el caso de la
dominación una persona con carisma era la encargada para
llevar a cabo una misión de tipo político,
económico, social entre otros; el carisma se considera
sobre natural que no pertenece a este mundo, debido a que la
persona que la posee no suele tener ningún tipo de pago o
remuneración monetaria si no lo que el jefe o señor
encargado de la misión le obsequie. El Estado es el
resultado de una larga evolución de la
convivencia humana. Aparece con la civilización
sedentaria, cuando el grupo pasa de la vida nómada a
la vida agraria. Esto es que el Estado surge cuando
la sociedad se divide en clases sociales.
DESARROLLO
Tomado de la
guía economía y sociedad (esbozo de
sociología comprensiva) por Max Weber
Sociología de la
dominación
Se entiende por "dominación", la probabilidad de
encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos
específicos (o para toda clase de mandatos). No es, por
tanto, toda especie de probabilidad de ejercer "poder " o
"influjo" sobre otros hombres. En el caso concreto esta
dominación (autoridad), en el sentido indicado, puede
descansar en los más diversos motivos de sumisión:
desde la habituación inconsciente hasta lo que son
consideraciones puramente racionales con arreglo a fines. Un
determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de
interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en
toda relación auténtica de autoridad.
No toda dominación se sirve del medio
económico. Y todavía menos tiene toda
dominación fines económicos. Pero toda
dominación sobre una pluralidad de hombres requiere de un
modo normal (no absolutamente siempre) un cuadro administrativo;
es decir, la probabilidad, en la que se puede confiar, de que se
dará una actividad, dirigida a la ejecución de sus
ordenaciones generales y mandatos concretos, por parte de un
grupo de hombres cuya obediencia se espera. Este cuadro
administrativo puede estar ligado a la obediencia de su
señor (o señores) por la costumbre, de un modo
puramente afectivo, por intereses materiales o por motivos
ideales (con arreglo a valores). La naturaleza de estos motivos
determina en gran medida el tipo de dominación. Motivos
puramente materiales y racionales con arreglo a fines como
vínculo entre el imperante y su cuadro implican
aquí, como en todas partes, una relación
relativamente frágil. Por regla general se le
añaden otros motivos: afectivos o racionales con arreglo a
valores. En casos fuera de lo normal pueden éstos ser los
decisivos. En lo cotidiano domina la costumbre y con ella
intereses materiales, utilitarios, tanto en ésta como en
cualquiera otra relación. Pero la costumbre y la
situación de intereses, no menos que los motivos puramente
afectivos y de valor (racionales con arreglo a valores), no
pueden representar los fundamentos en que la dominación
confía. Normalmente se les añade otro factor: la
creencia en la legitimidad
La edad media refleja que la dominación
patrimonial en Inglaterra, Alemania, Rusia y los países
latinoamericanos en un sentimiento que combatía la
corrupción en la administración patrimonial; el
funcionario patrimonial no hace honor en su existencia si no en
sus servicios y de ellos espera las ventajas y los
ascensos.
La independencia económica de la burguesía
en los últimos años era considerada sospechosa y
antiautoritaria sin dignidad y sentimientos patrimoniales por
parte de los súbditos una organización muy
diferente a las organizaciones burguesas. Todo esto ha
quebrantado la perduración de aquella sumisión
intima y de todo sentimiento que permite que el espectador de
afuera note la ausencia de dignidad propia la cual ha seguido
constituyendo una herencia difícilmente desarraigadle de
la dominación principesca patrimonial.
Desde el punto de vista político el alemán
ha sido y es el súbdito especifico mas intenso en el
sentido de la palabra por lo cual ha sido el leuteranismo su
religión adecuada, es decir, un tipo de educación y
cultura que solo era conocida por el pueblo alemán en
tiempos de la edad media.
Así mismo el patrimonialismo conoce un sistema
educativo especifico solo bajo el aspecto de la educación
para los fines del servicio burocrático y solo esta
educación proporcionaba bajo su dominio la base para la
administración burocrática patrimonial, es decir,
un tipo de educación que solo la tomaban los
burócratas con sus funciones desconocidas para el
feudalismo tal y como ha acontecido en la edad media, ellos al
igual que los alemanes proporcionabas a los gobernantes de su
nación un tipo de enseñanza que solo era conocida
por ellos para su beneficio, para la buena administración
de su patrimonio.
La burocracia moderna adopta un especialismo y un ideal
profesional a la hora de hacer negociaciones empresariales, pero
siempre en ellas faltan aquellas característica heroicas y
la pasión por el héroe y el honor que el feudalismo
aguardaba y acogía frente a la objetividad del negocio y
de la empresa, por ello la ociosidad y la negligencia por parte
del caballero debían parecer frente sus ojos como un error
moral, ya que la ética correspondiente a sus reglamentos
se introduce dentro de las vías de la moral de la
burguesía.
Antiguamente en la filosofía egipcia de los
burócratas daban a sus hijos una formación
utilitariamente burgués, y hasta ahora no ha cambiado nada
hasta la burocracia moderna, se puede ver el buen desarrollo y
especialización de los funcionarios patrimoniales
burgueses. En ello se ve reflejado el carácter ofrecido
por parte de los funcionarios burgueses a sus hijos utilizando
las mismas técnicas y enseñanzas por años
sin cambiar nada hasta la burocracia moderna.
El utilitarismo burocrático se caracteriza
especialmente por su moral específicamente burguesa
recusación de la aspiración ganancias referentes a
la labor que desempeña tal y como resulta evidente en el
caso de los funcionarios que gozan de un pago fijo (sueldo) y que
es considerado incorruptible incapaz de cometer un acto de
corrupción haciendo persistente su dignidad en no
considerar su trabajo como una vía para obtener beneficios
propios.
La administración patrimonial la tranquilidad y
conservación del sustento tradicional de los
súbditos y se opone al desarrollo económico
capitalista el cual revoluciona las condiciones de vida dadas
haciéndolo de manera radical dentro de la ética
confusa burócrata, demostrando estar en contra de todos
los poderes económicos independientes. Inglaterra fue el
primer país en el que el capitalismo domino y redujo la
estructura del poder burocrático, estos fueron algunos de
los motivos en los que pudo apoyarse la moderna política
social del Estado y que encontraron el camino dentro de los
estados burocráticos determinando sus límites y su
carácter.
La burocracia: En sociología, la burocracia es
una estructura organizativa caracterizada por procedimientos
regularizados, división de responsabilidades y
especialización del trabajo, jerarquía y relaciones
impersonales. Una burocracia hipotéticamente y en forma
ideal constaría de varios niveles de dirección que
requerirían muchas aprobaciones con firma para la toma de
cualquier decisión. Una segunda característica de
muchas burocracias, particularmente de las de gobierno, es la
suma dificultad para despedir a los empleados (estabilidad
laboral) de acuerdo a este concepto podemos entender todo lo
dicho anteriormente acerca de las organizaciones
burócratas las cuales siempre buscaban la estabilidad pero
rigiéndose siempre por su ética profesional y su
moral.
La
dominación carismática y su
transformación
Max Weber definió la autoridad
carismática como una de las tres formas de autoridad, las
otras dos eran la autoridad tradicional (consuetudinaria) y – por
ultimo la legal o autoridad racional. De acuerdo con Weber, el
carisma se define como:
Una cierta cualidad de una personalidad individual, que
en virtud ella "es considerada aparte" de personas ordinarias y
tratado como dotado con poderes o cualidades sobrenaturales,
suprahumanas o al menos excepcionales por sus seguidores. Estas
como otras no son accesibles a las personas ordinarias, y son
vistas como de origen divino o como ejemplares, y sobre la base
de ellas el individuo en cuestión es tratado como
líder por sus adeptos.
El carisma también ha sido estudiado como un
conjunto de comportamientos o rasgos. Por ejemplo, un
psicólogo moderno postula que el carisma es
básicamente agregativo, una aglomeración de
distintos rasgos de personalidad que se complementan bien en
ciertos individuos para formar la cualidad conocida como
carisma.
Teatralmente el carisma puede algunas veces ser
"desempeñado" sobre un escenario y en películas y
es transmitido tanto en comunicación verbal como
no-verbal. A parte de que signifique que hay una persona por
encima de las otras
Tanto las organizaciones burocráticas como las
patriarcales son organizaciones en las que la estabilidad figura
como un rasgo muy importante. Para ello, las organizaciones
patriarcales emplean un plan de acción que origina de la
economía desarrollándolos con procedimientos
normales para lograr una satisfacción. La burocracia es
una organización traspuesta y contrafigura que emplea un
conjunto de normas racionales y también aplican ciertos
procedimientos con la finalidad de obtener satisfacción
mediante procedimientos normales a las necesidades de
cálculo. Pero la satisfacción de las necesidades
situadas mas allá de de las exigencias planteadas por las
cotidianidades económicas es muy heterogénea, es
decir, si miramos al pasado la historia esta fundada
carismáticamente; lo que significa que los jefes naturales
en caso de dificultades de tipo psíquicas, físicas,
económicas, éticas, religiosas o políticas,
no eran personas que ocupaban un cargo ni gentes que
desempeñaban una "profesión" en el sentido actual
del vocablo, aprendida mediante un saber especializado y practica
mediante remuneración, si no portadores de dones
específicos del cuerpo y del espíritu estimados
como sobre naturales (en el sentido de no ser accesibles a todo).
(Guía de Weber, pág.846).
La dominación carismática se opone,
igualmente, en cuanto fuera de lo común y extracotidiana,
tanto a la dominación racional, especialmente la
burocrática, como a la tradicional, especialmente la
patriarcal y patrimonial o estamental. Ambas son formas de la
dominación cotidiana, rutinaria -la carismática
(genuina) es específicamente lo contrario. La
dominación burocrática es específicamente
racional en el sentido de su vinculación a reglas
discursivamente analizables; la carismática es
específicamente irracional en el sentido de su
extrañeza a toda regla. La dominación tradicional
está ligada a las precedentes del pasado y en cuanto tal
igualmente orientada por normas; la carismática subvierte
el pasado (dentro de su esfera) y es en este sentido
específicamente revolucionaria. No conoce ninguna
apropiación del poder de mando, al modo de la propiedad de
otros bienes, ni por los señores ni por poderes
estamentales, sino que es legítima en tanto que el carisma
personal "rige" por su corroboración, es decir, en tanto
que encuentra reconocimiento, y "han menester de ella" los
hombres de confianza, discípulos, séquito; y
sólo por la duración de su confirmación
carismática.
El carisma es una virtud y una capacidad que posee el
ser humano para realizar ciertas destrezas en la
sociología es considerado sin ningún significado.
Según lo afirma berserker el energúmeno
árabe tenia la capacidad para el éxtasis heroico
hasta el punto que mordían en su escudo y a su alrededor
como un perro rabioso hasta echar a correr ávido de
sangre. Pero para nosotros estas cosas son fenómenos
nobles y elevados, es decir, no tiene valor absoluto así
como el libro sagrado de los mormones que es considerado una
mentira pero la sociología no lo considera de esta manera
si no que cada uno posee un carisma.
En oposición a todas las organizaciones
burocráticas el carisma no posee reglas ni procedimientos
para la organización del nombramiento o sustitución
tampoco conoce ningún tipo de formación o
profesión, ningún ascenso o nombramiento,
ningún tipo de pago o sueldo, ninguna formación
profesional de una persona que posea el carisma, por lo cual no
se puede apelar a ningún tipo de autoridad. Tampoco
existen instituciones que dependan del carisma de la persona
íntimamente en la forma de las magistraturas de la
burocracia. El carisma solo posee el conocimiento de sus
delimitaciones internas y sus límites propios. La persona
que posee el carisma se concentra solo en el objetivo que le ha
sido dado, este exige obediencia y respeto en su
misión.
Los límites cualitativos de la misión
asignada a una persona nacen de su mismo interior y no del orden
externo, de acuerdo al sentido que esta tenga y a su contenido,
la misión puede dirigirse a un grupo de hombres
determinados, capacitados por circunstancias éticas,
políticas, profesionales o de cualquier origen o
forma.
El dominio carismático en su estructura
económica y en todas sus cosas se diferencia del
burocrático, este es todo lo contrario ya que mientras la
economía sea una economía de contribuciones en
dinero el carisma vivirá en este mundo pero no es de el,
por tanto se comprenderá de manera justa. No obstantemente
rechaza constantemente la posesión de dinero y toda fuente
de ingresos así como lo que hicieron san francisco y sus
seguidores pero esto no establece naturalmente las
reglas.
Tenemos el ejemplo de un pirata genial que puede ejercer
un dominio carismático de manera desprovista de toda
recompensa monetaria, mientras que los héroes
políticos carismáticos van siempre en busca del
tesoro que no es mas que el oro o botín. Pero el carisma
siempre rechaza como indigno todo ingreso monetario racional
sistemático y cada base económicamente racionalista
ello indica su oposición a toda base patriarcal la cual
consiste en la acción de ordenar la hacienda de el jefe o
señor.
En su forma natural el carisma para la persona que lo
posee no es nunca una vía de remuneración personal
en el sentido de aprovechamiento económico en una manera
de intercambio de servicios y tampoco lo es en manera de una
remuneración.
No registra ninguna regla de impuestos para cubrir las
necesidades objetivas de su misión; pero cuando se trata
de una misión pacifica se le otorgan todos los recursos
económicos indispensables, mediante una ofrenda, un
obsequio, un regalo personal u otras remuneraciones voluntarias
por parte de la persona a la cual esta dirigida la misión,
esta se encarga de poner a disposición del poseedor del
carisma todos los elementos económicos necesarios para
cumplir su objetivo en este caso la misión
encomendada.
En oponencia al dominio patriarcal el carisma puro es lo
contrario de toda gestión económica ordenada, es
también el poder antieconómico.
El carisma tiene este carácter por que por
naturaleza no se trata de ninguna institución más
si no se trata en su forma natural puede ser justamente lo
contrario. Con el propósito de cumplir su misión el
poseedor del carisma, tanto el jefe como sus empleados y sus
escoltas tienen el deber de actuar desvinculados de este mundo de
su vida cotidiana y de toda obligación familiar, es decir,
de toda aceptación de cargos eclesiásticos y la
prohibición de poseer algún tipo de bienes.
Según sea el carisma las condiciones económicas
pueden brindar un aspecto muy opuesto.
El carisma es por naturaleza muy inestable el poseedor
pude sentirse abandonado por parte de su dios como Jesús
en la cruz y mostrar que ya no posee sus mismas fuerzas y puede
perder el carisma. Su misión queda anulada y se busca una
nueva persona poseedora del carisma, pero sus seguidores no
reconocen su legitimidad si no la proveniente de su propia fuerza
que se justifica incesantemente.
El valor del carisma como modo de dominación es
dependiente de la importancia que los dominados
carismáticos le otorgan al atributo de este
líder . Por tal razón es necesario que el
líder carismático reafirme sus cualidades
carismáticas para poder ser reconocido por los dominados.
Pues este reconocimiento según Max Weber
es psicológicamente, una entrega plenamente personal
y llena de fe surgida del entusiasmo o de la indigencia y la
esperanza"3 El reconocimiento funciona como una especie de
pacto implícito (pero no necesariamente por escrito como
el de la dominancia legal) entre los dominados y el dominante
carismático. Si el dominado ha de confirmar los atributos
del dominante, entonces es su deber seguirle por acto de fe. De
lo contrario el dominado, de acuerdo con Weber sería
un "objeto de burla y desprecio en todo el
mundo"4
Por otra parte, si el líder carismático
perdiese de alguna forma sus cualidades "sobrehumanas" o ya no
fuese respaldado por quien se las otorgó en primer lugar
sería puesto en duda. Esto implicaría eventualmente
la caída de su imperio, pues ya no sobresaldría
entre sus discípulos ni les otorgaría beneficio
alguno. La comprobación del carisma para conservar la
obediencia de los seguidores, es para Weber, el sentido
genuinamente carismático del imperio "por la gracia de
Dios
Weber menciona en el texto dos casos en la historia en
la que el reconocimiento del carismático se
mantenía, siempre y cuando no ocurriese ninguna desgracia.
La comunidad veía al líder el causante de los
contratiempos. Sus habilidades carismáticas eran puestas
en duda, de forma tal que se le obligaba a renunciar a su
cargo. Weber "En ese caso no tenía el carisma de la
"virtud" exigida (clásicamente determinada) por el
espíritu del cielo y no era, por tanto, el legítimo
"Hijo del cielo
La organización y unificación de un
imperio carismático no se basa en una cuestión
económica ni depende de leyes, reglamentos, ordenes
burocráticos, jerarquías o tradiciones del pasado.
Su cometido es el de llevar acabo una misión. El
líder carismático otorga dicha misión y a su
vez crea los mandamientos, (en cuanto sea necesario y dependiendo
del caso) pero éstos son adjudicados a inspiración
divina. No hay puesto especiales ni forma de apropiarse de ellos,
a menos que haya alguna falta a la corroboración del
carisma que amerite a que el líder carismático sea
reemplazado. Esta decisión sólo se puede tomar
mediante medios extraordinarios o por el reconocimiento de la
comunidad.
A pesar de no basarse en fines lucrativos o contar con
salarios fijos como compensación, la dominación
carismática no renuncia totalmente a los bienes. Esta
dominación subsiste por medio de patrocinios, limosnas
sobornos y/o extorsiones. , fundaciones, soborno, propinas
de importancia y, de otro lado, el botín y la
extorsión violenta o (formalmente) pacífica. El
carismático utiliza su habilidad de encantar a sus
seguidores, para cambiar y emplear un nuevo orden de
obediencia. Estas habilidades para dominar no son heredadas
como en la dominación tradicional. Tampoco siguen un
método legal y racional. Es por tal razón que la
dominación carismática se considera revolucionaria
en comparación con las demás.
La dominación carismática se opone,
igualmente, en cuanto fuera de lo común, tanto a la
dominación racional, especialmente la burocrática,
como a la tradicional, especialmente la patriarcal y patrimonial
o estamental. Ambas son formas de dominación cotidiana,
rutinaria, la carismática (genuina) es
específicamente lo contrario. La dominación
burocrática es específicamente racional en el
sentido de su vinculación a reglas discursivamente
analizables; la carismática es específicamente
irracional en el sentido de se extrañeza a toda regla. La
dominación tradicional está ligada a los
precedentes del pasado y en cuanto tal igualmente orientada por
normas; la carismática subvierte el pasado y es en este
sentido específicamente revolucionaria. No conoce ninguna
apropiación del poder del mando, al modo de la propiedad
de otros bienes, ni por los señores ni por poderes
estamentales, sino que es legítima en tanto que la carisma
personal rige por su corroboración
La dominación carismática supone un
proceso de comunicación de carácter emotivo. El
cuadro administrativo de los imperantes carismáticos no es
ninguna burocracia, y menos que nada una burocracia profesional.
Su selección no tiene lugar ni desde puntos de vista
estamentales ni desde los de la dependencia personal o
patrimonial
Transformación del carisma
El carisma es la gran fuerza revolucionaria en las
épocas vinculadas a la tradición. A diferencia de
la fuerza igualmente revolucionaria de la ratio que, o bien opera
desde fuera por transformación de los problemas y
circunstancias de la vida y, por tanto, de modo mediato,
cambiando la actitud ante ellos o bien por
intelectualización, el carisma puede ser una
renovación desde dentro, que nacida de la indigencia o del
entusiasmo, significa una variación de la dirección
de la conciencia y de la acción, con reorientación
completa de todas las actitudes frente a las formas de vida
anteriores o frente al "mundo" en general. En las épocas
prerracionalistas tradición y carisma se dividen entre
sí la totalidad de las direcciones de orientación
de la conducta.
La transformación antiautoritaria del
carisma.
El señor legítimo en méritos de su
propio carisma se transforma en imperante. La gracia de los
dominados, que estos por su arbitrio libre eligen y ponen, y
eventualmente deponen también. El imperante en es ahora
jefe libremente elegido. El tipo que transición más
importante es la denominación plebiscitaria. Encuentra la
mayor parte de sus tipos en las "jefaturas de partido", dentro
del estado moderno. El principio de "elección", una vez
aplicado a los imperantes puede ser aplicado al cuadro
administrativo.
Sociología
del Estado
IX. La institución estatal racional y los
partidos políticos y parlamentos modernos
(sociología del estado)
Origen del Estado racional
El estado racional surgió en la edad media y de
el la burguesía en el sentido moderno, el estado
racional
Max Weber, en 1919, define el Estado moderno
como una "asociación de dominación con
carácter institucional que ha tratado, con éxito,
de monopolizar dentro de un territorio la violencia física
legítima como medio de dominación y que, a este
fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su
dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales
que antes disponían de ellos por derecho propio,
sustituyéndolos con sus propias jerarquías
supremas". Por ello se hallan dentro del Estado
instituciones tales como las fuerzas,
la administración pública,
los tribunales y la policía, asumiendo pues
el Estado las funciones de defensa, gobernación, justicia,
seguridad y otras como las relaciones exteriores
Para que la nación pueda ejercer o eventualmente
recuperar su soberanía no existe otro instrumento que el
Estado. Dice Ernest Gellner que las naciones no preexisten al
nacionalismo; son, por el contrario, obra de este último a
través de su instrumento de nivelación cultural y
política que es el Estado nación. No hay, como
pretenden los nacionalistas, naciones sin Estado. El mensaje
irónico de Gellner fue que el nacionalismo, de forma no
intencionada, preservó el milagro del liberalismo
occidental porque inhibió el despotismo global y
ayudó a destruir el mundo de los imperialismos europeos.
El nacionalismo precede a la nación porque las identidades
se construyen y escogen. Así, el Estado resulta ser un
instrumento. En su origen no es un fin sino un medio. Ya tenemos
a Francia, ahora debemos hacer a los franceses decían los
revolucionarios de 1789, porque se pensaba que el Estado nacional
sería sólo una fase transitoria hacia una comunidad
igualitaria y armónica, libre y fraterna que no
usaría ya de instrumentos de dominación social Lo
mismo pensaron los revolucionarios bolcheviques cuando
organizaron el estado de la clase obrera como el camino
inevitable hacia la sociedad sin clases. Sin embargo, ese camino
conduce hacia la unidad y la identidad y rechaza la pluralidad.
El nacionalismo quiere construir nación, la nación
es identidad es decir igualdad con ella misma. La función
del Estado es entonces nacionalizar, es decir, nivelar, asimilar,
hacer de una población heterogénea dividida en
grupos dialectales, lealtades tribales y religiosas diferentes,
un cuerpo de ciudadanos que hablen la misma lengua y se consagren
al engrandecimiento de la nación como identidad. Ahora
bien, si el nacionalismo precede a la nación
¿cuál es la causa del nacionalismo? El libro de
Hall sobre Estado y nación analiza la teoría de
Gellner. No toda sociedad es nación. La sociedad es la
categoría permanente, la nación podría ser
un Prólogo a Estado y nación de John Hall. Hall,
John A (ed.). Estado y nación. (Cambridge University
Press. Madrid, 2000 415 pp.)
Casi todas las sociedades del mundo constituyen en
realidad un delicado equilibrio entre etnias, minorías de
diversos tipos, grupos agrarios distintos, culturas diferentes.
Parte de ese equilibrio depende de todo aquello que las comunica:
mecanismos de interculturalidad, grupos étnicos
intermedios y el propio lenguaje de la clase dominante,
además de un sistema nacional de mitos que se extrae del
pasado histórico o se constituye con alusiones religiosas.
En el caso de países todavía en parte rurales como
el Perú, la propiedad de la tierra, la familia y la
religión son la base de la cultura campesina. Pero nada de
esto supone ciudadanía. La ciudadanía constituye
una típica categoría de la cultura occidental desde
su origen griego. Para Arendt, en la Grecia antigua, el concepto
de ciudadano se equiparaba con el concepto de humano, los que no
eran ciudadanos no eran humanos: eran esclavos o extranjeros
(Féher 1989, pg. 268).
En medio de estas sociedades donde coexisten identidades
colectivas, la ciudadanía tiene que ver con la
soberanía individual. Un ciudadano es antes que todo, un
individuo. La ciudadanía está construida sobre la
individualidad. Pero la individualidad como tal sólo
existe en occidente y sus ramificaciones. Grandes áreas
del mundo, el mundo árabe por ejemplo, no han asimilado
todavía la idea del individuo. En la evolución
histórica para sondear en el origen de la
ciudadanía, hay que remontarse a Lutero. Con Lutero surge
la idea de la subjetividad individual y la relación
directa del individuo con Dios, sin mediaciones. El individuo es
inventado para construir sobre él la idea de la
ciudadanía. Habermas dice que los estados modernos surgen
de la Paz de Westfalia, 1648, que pone fin a las guerras
religiosas y la Guerra de Treinta Años. Estos nuevos
estados creados a partir de una convención entre
religiones en pugna y no a partir de realidades étnicas y
culturales, son los que dan origen a la idea de la
soberanía.
La soberanía del Estado reproduce la
soberanía del individuo. Luego viene históricamente
el período de las monarquías absolutas que se
expanden y abarcan pueblos, etnias y culturas diversas y en
algunos casos, como los del imperio austrohúngaro y el
zarista, resultan ser verdaderas cárceles de pueblos. Es
en contradicción con esas monarquías absolutas que,
según Habermas, va produciéndose la idea del estado
natural. Es un mito al que después se
añadirá otro: el de la ciudadanía portadora
de derechos. Los sociólogos dirían: constructos,
ideas construidas para dar respuesta a realidades que no son
aceptadas por injustas. No sólo las sociedades
premodernas, también las modernas fueron y son productoras
de mitos. Descartes y Locke intentaron dar forma racional a la
actividad humana y a la sociedad. Locke (1650) creó la
idea de la soberanía del Estado como contrato entre el
pueblo y el rey, el gobierno de la mayoría, el estado
natural y el pacto original. Para Locke, sin embargo, el pacto
natural presuponía y aceptaba exclusiones y desigualdades.
Se entendía que era justo condenar a la esclavitud a
quienes se había perdonado la vida en una guerra justa,
porque lo único que se hacía era postergar la justa
muerte de los agresores; se aceptaba que el hombre dirija el
hogar y la familia sobreponiéndose a la mujer; que los
propietarios se distribuyan desigualmente las tierras. Y que los
esclavos sean excluidos. Todo ello no contradecía la
democracia parlamentaria con separación de poderes en la
que el Parlamento gobierna y el poder ejecutivo castiga. La
separación de una igualdad en derechos como
mitología y una desigualdad aceptada como realidad, base
del liberalismo, empieza con Locke (Locke 1999). Al formular su
teoría política Locke abandonó a
Aristóteles para el cual la igualdad era una
condición previa de la libertad. El nivel del ciudadano es
el nivel de libertad. Introducción de Manuel
Jiménez Redondo a: Jurgen Habermas. Más allá
del Estado nacional Editorial Trolta, Madrid, 1997. 185pp.El
Leviatán de Hobbes es un dios mortal que puede poner fin a
los conflictos mediante la coerción pero que, al hacerlo,
anula la ciudadanía.
La palabra Estado es moderna y corresponde a la
unificación política lograda
después de la era medieval. Para los griegos, la palabra
"polis", o sea ciudad, expresaba
la comunidad diferenciada por un modo de vida
propia. El Estado era entendido por los romanos como
"res pública" o "civitas". Del uso de las expresiones
tales como "status reí romanae", pude provenir la voz
Estado. Al extender su
dominación, Roma llamó "imperium" a su
organización política, acentuando así
el elemento decisivo del concepto "Estado", que es el
imperio o potestad de mandar. En el derecho germánico
también se acentuó el elemento de dominio,
pues el Estado fue llamado "Reich", voz que procede de "regnum",
o sea mando de un príncipe.
El Estado moderno en
cuanto construcción consistente u obra
de arte, apareció en la Italia de los
siglos CIV y XV, cuando se centralizó
el poder por reacción contra el feudalismo.
La denominación "Estado" fue acuñada
por Maquiavelo, desde las líneas iníciales de
su obra "El Príncipe" (ver bibliografía). Tal
acepción de la palabra "stato", deriva de la voz latina
"status", que expresa un orden, vino a responder a una necesidad
general qua que ninguna de los voces antes usadas
servía para denominar la pluralidad de
formas políticas existentes en la Italia
renacentista. Unido al nombre de una ciudad como Florencia,
Génova o Venecia, el término "stato" dio
expresión a todas las formas, fueran republicanas,
monárquicas o tiránicas, o bien aplicada
sólo a una ciudad o sea a toda una región sometida
a una misma autoridad. La nueva denominación fue
adoptada antes de dos siglos por los principales idiomas y su uso
se convirtió en universal.
El Estado es el resultado de una
larga evolución de la convivencia humana de la
convivencia humana. Aparece con la civilización
sedentaria, cuando el grupo pasa de la vida nómada a
la vida agraria. Esto es que el Estado surge cuando
la sociedad se divide en clases sociales.
Con el Estado se alcanza el grado más alto de la
organización social, el de la unidad colectiva dotada de
capacidad para la autodeterminación y regida por una
ordenación jurídica. El hecho de que el
Hombre esté naturalmente destinado a la convivencia
fue lo que determinó las formas primitivas de la vida
social y la aparición del Estado
Los elementos humanos más próximos del
Estado no son los individuos, puesto que la sociedad no es un
agregado de átomos, sino las comunidades locales y las
familias. Se ha constituido históricamente por las
asociaciones de los grupos naturales, o sea la
familia y comunidades locales, las cuales formaron un grupo
superior en cuyo desarrollo se fueron distinguiendo
las funciones que hacen necesario el poder.
La primera sociedad natural, fue sin duda
la familia. Por extensión o crecimiento
espontáneo de la familia, o bien por agregación de
otras, se formaron el clan y la tribu. Esta fundó la
ciudad, realidad permanente que arraiga al hombre a un
territorio. Las necesidades de la defensa común y el
intercambio comercial favorecieron la agregación de
ciudades dentro de una más vasta unidad social:
la nación. Sólo dentro de ella puede el hombre
realizar sus destinos y alcanzar el mayor grado posible de
perfección.
Históricamente, ha sido el Poder el que ha creado
el Estado, organismo social encargado de realizar el derecho. Lo
más probable es que el Estado reconozca su origen en el
acatamiento tácito de la autoridad de quienes asumieron el
Poder por un simple impulso de voluntad. La coexistencia de
familias, o bien quizá de sujeción de unas familias
a otras, añadida a la descendencia común en una
estirpe, no bastan para dar nacimiento a la sociedad civil,
que es específicamente distinta de la familia. Se precisa
siempre un factor de asentimiento a
las obligaciones recíprocas, de costumbre o
aceptación tácita, para explicarse la
formación del Estado.
Por naturaleza, las actividades del Estado se
manifiestan en tres formas, que se les denomina funciones:
legislativa, administrativa y jurisdiccional. Mediante los actos
legislativos, el Estado instituye el ordenamiento jurídico
que regula su organización y su acción,
así como la vida social. Mediante actos administrativos,
el Estado provee las necesidades y mantiene
los servicios públicos de seguridad y
de vida en relación. Mediante actos jurisdiccionales, el
Estado interviene en las controversias y declara el derecho
concreto, en los casos en que se precisa su
aplicación.
Pero la conducción del Estado, o sea la actividad
política, está por encima de la
clasificación de funciones. Pero que sin embargo, a modo
didáctico emprenderemos a estudiar cada una de estas
funciones, debiendo distinguirlas desde el punto de vista
sustancial o material, que atiende a la naturaleza
intrínseca del acto, y del punto de vista formal, que
atiende al Órgano o autoridad que realiza el acto. En la
generalidad de los casos los gobernados no requieren hacer
un análisis sutil del acto para saber
cuál es su naturaleza, si legislativa, administrativa o
jurisdiccional, pues le basta atribuirle la materia
correspondiente a la autoridad de la cual emana; así, para
el común de las personas, un acto jurídico es
legislativo si lo realiza el Parlamento; es administrativo, si lo
realiza el Ejecutivo; y, es jurisdiccional si lo realiza el Poder
Judicial. Por razón de sustancia, es decir de contenido o
materia, el acto no puede coincidir con su aspecto o forma.
Así, un reglamento es una norma, o sea legislación,
pero el acto de dictarlo es administrativo.
Decimos que la actividad del Estado se manifiesta de
tres formas, a la que denominamos funciones, siendo
estas:
Consiste en regular las reglas de derecho positivo; y
como ya hemos visto líneas arriba, la acción que el
Estado ejerce sobre el Derecho es doble: de un lado, monopoliza
su sanción, y del otro, centraliza las formas del Derecho
bajo la supremacía y hegemonía de la ley. Esto
es, que el Estado centraliza la producción del derecho
mediante una forma que le es peculiar: la Ley. Como veremos
posteriormente, ella no es la única fuente de Derecho,
pues también lo es la costumbre, la doctrina y
la jurisprudencia, que como la ley resultan
ser fuentes formales, y la primera, esto es la ley,
resulta ser fuente obligatoria de Derecho. Instituciones
jurídicas que veremos más adelante.
Función Legislativa.
Tiene por finalidad asegurar la ejecución de
las leyes y el funcionamiento de los servicios
públicos, proveyendo a las necesidades del grupo social.
Pero estos propios de administración no suelen
darse por suerte del azar; de allí que los actos de
administración van relacionados con otros actos, como los
de reglamentación de las leyes, acto administrativo este
que contiene de alguna manera una función legislativa, que
siendo propia del Órgano legislativo, le resulta necesario
a dicho Órgano, a efectos de que para el cumplimiento
cabal de su función eminentemente administrativo se vea
cumplida de manera efectiva. En materia de regulación del
orden público propio, hasta la regulación de los
servicios públicos básicos, contribuyendo estas
facultades al llamado poder de policía.
Entre los otros actos administrativos que le son propios
al Poder Ejecutivo, son los actos políticos, que no son
necesariamente legislativos, entre los que se encuentran las
leyes de amnistía; también se encuentran los actos
diplomáticos, que son actos "sui generis", del que se
participa de la función administrativa y de la
legislativa, pues son concretos y a la vez fijan normas de
derecho que prevalecen sobre las leyes nacionales.
Resulta necesario distinguir entre los actos de gobierno
y los actos administrativos, pese a que ambas clases de actos son
del resorte del mismo poder del Estado. Los actos administrativos
son recurribles y revocables, mientras que los actos de gobierno
son de naturaleza eminentemente política, por lo que no
puede pedirse su revocatoria. Los primeros son regulados,
son de función rutinaria para cumplir con los servicios
públicos, con los de orden, de policía o de
sanidad, etc. En tanto que los actos políticos son
eminentemente discrecionales, inspirados en las altas necesidades
del Estado o en la defensa de un régimen.
Función Administrativa.
Función Jurisdiccional.
Consiste en obtener en casos concretos una
declaración del derecho existente, mostrando que se
reúne las características previstas por la norma,
como sucede con la declaración de herederos, por ejemplo.
Que indudablemente incluye las acciones coactivas de las
sentencias para su cumplimiento. La declaración contenida
en una resolución se obtiene
mediante proceso (judicial).
Resulta impropio denominarlo función judicial,
porque a veces no es ejercida por el cuerpo de magistrados, cuyo
conjunto constituye el Poder Judicial. Si bien éste
es el encargado de ejercerla, no la ejerce completamente, ya que
ciertos actos administrativos jurisdiccionales son efectuados por
autoridades administrativas o por tribunales
privativos.
Por su parte Silva Santisteban, en su obra "Fundamentos
de Ciencia Política", manifiesta que la autoridad estatal,
la que es ejercida por la élite política, tiene dos
funciones esenciales, la arbitral y la administrativa.
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