El factor Bernanke: otro Maestro que se cae del tabernáculo (página 4)
Pero incluso si se materializa una
recuperación y la política de la Fed empieza a
normalizarse (38 de los 54 encuestados esperan que la tasa
interbancaria federal aumente para el final del año), los
problemas de largo plazo continuarán.
Los economistas esperan que la tasa de
desempleo permanezca por encima del 9% durante el 2010. La deuda
fiscal de largo plazo de Estados Unidos también se
disparó durante la recesión, y 43 economistas
expresan poca o ninguna confianza en que el Gobierno
actuará para reducir la deuda antes de que se presente
otra crisis financiera importante.
Aunque los economistas estiman sólo
una probabilidad del 17% de una recesión de doble, los
riesgos para la recuperación continúan.
A 12 de los consultados les preocupa
más la creciente austeridad de los consumidores, mientras
que la escasez de crédito a las empresas pequeñas y
medianas y el potencial de que ocurra una nueva caída en
el mercado inmobiliario fueron las preocupaciones principales
expresadas por 11 economistas. Nueve consultados afirman que el
tamaño del déficit fiscal de Estados Unidos
representa el mayor riesgo para el crecimiento, mientras que
cinco expresaron más preocupación por las
pérdidas en los bienes raíces
comerciales.
"La Reserva Federal, que durante los
últimos meses ha sido el blanco de furibundos ataques de
la opinión pública y los políticos, emerge
como la gran ganadora del proyecto de ley para reformar la
regulación del sistema financiero en Estados
Unidos"… La Fed sale como la gran ganadora del proyecto de
reforma financiera (The Wall Street Journal –
16/3/10)
El proyecto de ley que el presidente del
Comité Bancario del Senado, Christopher Dodd,
presentó el 15/3/10 preserva el papel de la Fed como
supervisor de las mayores instituciones financieras del
país y le concede un rol de liderazgo en la
supervisión de los riesgos del sistema, tal y como
quería Ben Bernanke, el presidente del banco
central.
La iniciativa también convierte a la
Fed en un regulador para proteger a los consumidores. La
versión inicial del proyecto de ley creaba agencias para
supervisar a los bancos, una idea que objetaban la Fed y el
gobierno del presidente Barack Obama, así como una agencia
independiente de protección al consumidor.
Pero el proyecto de ley de Dodd, cuya
aprobación dista de estar garantizada en el Senado, le
quitaría a la Fed la responsabilidad de supervisar a miles
de bancos más pequeños y se la traspasaría a
otras agencias federales. La medida disminuiría
sustancialmente el rol de los 12 bancos regionales de la Fed, que
supervisan a los bancos en sus respectivas regiones. La
mayoría de los presidentes de estas entidades se oponen
con vehemencia al cambio.
El proyecto de ley de Dodd también
impondría un mayor control político sobre la Fed al
otorgarle al presidente -en lugar de a la Fed- la potestad de
designar al presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva
York, quien supervisa de forma directa muchas firmas de Wall
Street y se desempeña como vicepresidente del
comité de política monetaria de la Fed, el
Comité Federal del Mercado Abierto. "No lo veo
necesariamente como un castigo a la Fed, sino más bien
como un regreso a sus funciones básicas y el
establecimiento de líneas claras de autoridad",
indicó el lunes el senador Dodd.
El gobierno de Obama, bancos y muchos
legisladores republicanos lucharon en los últimos meses
para mantener más autoridad dentro de la Fed en lugar de
cederla a agencias recién creadas. Asimismo, funcionarios
del banco central emprendieron un esfuerzo tras bambalinas para
mantener más de su autoridad actual en el rediseño
regulatorio.
"Parecía que realmente iban a ser
los grandes perdedores…", afirma Brian Gardner, analista de la
firma de inversión Keefe, Bruyette & Woods, en
alusión a la Fed. "Han tenido al Tesoro de su lado. Han
tenido a la industria de su lado. La Fed tal vez no haya ganado
todas las batallas, pero había un mensaje coherente que
provenía de varias partes de la industria bancaria que
decía que la Fed era el regulador idóneo para
manejar los temas más delicados y más complejos del
sistema bancario".
Los legisladores han atacado el rescate de
American International Group Inc. y de otras empresas,
además de los defectos de la Fed como regulador de
créditos hipotecarios y otros préstamos al
consumidor antes de la crisis financiera.
El sentimiento anti-Fed casi frustra la
confirmación de Bernanke para un segundo mandato al frente
de la entidad. Sin embargo, su confirmación por 70 votos a
favor y 30 en contra en enero parece haber marcado un punto de
inflexión.
Los legisladores también ven a la
Fed como una de las entidades menos politizadas de Washington, lo
que los lleva a cuestionar la noción de transferir su
personal y comenzar una nueva burocracia, como propuso
inicialmente Dodd. "Realmente no hay nada que se le compare en
cuanto a su reputación y credibilidad para regular los
bancos más grandes", sostuvo Cornelius Hurley, un ex
abogado de la Fed y director del Centro Morin para la Ley
Bancaria y Financiera, de la Universidad de Boston.
El proyecto de ley estipula que la Fed
albergará en sus oficinas a un nuevo organismo, la Oficina
de Protección Financiera del Consumidor. Incluso
financiará su presupuesto, pero no ejercerá control
sobre la redacción de nuevas normas de protección
al consumidor. Tal facultad quedaría en manos de un
director independiente nombrado por el presidente y confirmado
por el Senado.
Dodd reconoció que no cuenta con los
votos necesarios en el Senado para convertir a la oficina de
protección al consumidor en una entidad independiente,
como él y la Casa Blanca querían
originalmente.
Eso podría generar un enfrentamiento
con la Cámara de Representantes, cuyo proyecto de ley
aprobado en diciembre (2009) contempla la creación de un
regulador independiente.
"La Reserva Federal informó el
martes que concluirá uno de sus principales programas para
respaldar a la economía estadounidense -las compras de US$
1,25 billones en valores respaldados por hipotecas- con lo que
busca lograr que la naciente recuperación se sostenga con
un menor apoyo gubernamental"… La Fed concluye su programa
de compra de valores hipotecarios (The Wall Street Journal –
16/3/10)
Como se esperaba, el Comité de
Mercados Abiertos de la Fed, o FOMC, votó 9 a 1 a favor de
mantener sin cambios el rango para la tasa interbancaria federal
en su mínimo histórico récord de entre cero
y el 0,25%.
La Fed afirmó que la economía
continúa mejorando, aunque los funcionarios indicaron, al
finalizar su reunión de política monetaria, que
transcurrirán al menos varios meses antes de dar el
importante paso de aumentar las tasas de interés de corto
plazo en respuesta a un crecimiento económico más
fuerte.
El banco central señaló que
completará las compras de valores respaldados por
hipotecas a fin de marzo, como estaba planeado, poniendo
así fin a un programa que para muchos economistas fue
clave para impedir otra Gran Depresión.
Para combatir la recesión, la Fed
redujo en diciembre del 2008 a un mínimo récord las
tasas de interés de corto plazo, su herramienta principal
para manejar la economía. Cuando eso no fue suficiente, la
Fed se preparó para inyectar cerca de US$ 1,75 billones en
efectivo a la economía mediante la compra de
títulos del Tesoro de Estados Unidos de largo plazo,
valores hipotecarios y deuda emitida por las firmas hipotecarias
Fannie Mae y Freddie Mac en marzo del 2009.
La Fed finalizó en octubre (2009)
sus compras de US$ 300.000 millones en títulos del Tesoro.
El enorme programa hipotecario fue el pilar de los esfuerzos de
la Fed para inyectar dinero, lo que muchos economistas califican
como "relajamiento cuantitativo".
La Fed también retiró
gradualmente sus programas de préstamos de emergencia y el
banco central dijo el martes que el único programa
restante, su Línea de Crédito para Valores
Respaldados por Activos a Plazo, o TALF por sus siglas en
inglés, será cerrado para junio.
"El Comité continuará
vigilando el panorama económico y los acontecimientos
financieros y empleará sus herramientas de política
según sea necesario para promover la recuperación
económica y la estabilidad en los precios",
señaló el FOMC en su declaración, la que
sugiere que la entidad está preparada para reanudar las
compras en caso de que la recuperación empiece a perder
impulso.
En su declaración, la Fed mantuvo el
lenguaje que ha utilizado desde hace un año, en el que
afirma que las tasas de interés de corto plazo
permanecerán "excepcionalmente bajas" durante un
"período prolongado", lo que significa un período
de al menos varios meses más.
Los funcionarios de la Fed han empezado a
debatir sobre el momento y la forma en que se debe cambiar el
lenguaje de las declaraciones para indicar a los mercados que
aumentos de tasas podrían estar por producirse.
El presidente de la Fed de Kansas City,
Thomas Hoenig, a quien le preocupa que las tasas bajas alimenten
la inflación, volvió a ser el único opositor
a la decisión, al solicitar que se retire la frase
"período prolongado", como lo había hecho en la
reunión de enero (2010).
Sin embargo, en momentos en que muchos
indicadores de la inflación continúan
desacelerándose y la tasa de desempleo se mantiene en un
elevado 9,7%, muchos funcionarios se muestran renuentes a agitar
a los mercados con la eliminación de esa frase.
La Fed destacó que el mercado
laboral se está "estabilizando", comentario ligeramente
más positivo que el de la reunión de enero, en la
que señaló que el deterioro del mercado laboral
estaba disminuyendo. El Comité reiteró que es
probable que la inflación continúe siendo moderada
durante "algún tiempo".
"El congresista republicano Ron Paul
lleva meses luchando para lograr que la Reserva Federal de EEUU
se someta a una profunda auditoría para sacar a la luz sus
decisiones secretas. Sin embargo, el Senado de EEUU se ha
limitado a aprobar un control superficial y esporádico de
la entidad"… El Senado de EEUU acepta realizar una
auditoría light a la Reserva Federal (Libertad Digital –
18/5/10)
La actual crisis financiera ha supuesto un
duro golpe a la confianza de los norteamericanos sobre la
responsabilidad y sensatez de las políticas monetarias de
la banca central estadounidense.
Para algunos, como el congresista
republicano Ron Paul, la Reserva Federal es la máxima
culpable de la crisis al haber generado la burbuja inmobiliaria y
de crédito por su política de dinero fácil.
Pero ésta no es la única crítica que se le
hace al sistema de la banca central estadounidense.
También se critica el hecho de que esta institución
actúe por encima de la Constitución norteamericana,
operando de manera muy poco transparente y de forma
sospechosamente misteriosa.
A raíz de esta crítica, el
congresista lanzó el pasado año (2009) una
propuesta legislativa consistente en aumentar el control del
Congreso sobre la autoridad monetaria -su proyecto de ley de
auditar la FED (HR 1207), bajo el título de Ley de
Transparencia de la Reserva Federal-. La idea es someter a
supervisión política las deliberaciones y
decisiones monetarias de la Reserva Federal.
Su iniciativa legislativa consiguió
luz verde por parte del Comité de Servicios Financieros
del Congreso. El apoyo que tiene esta propuesta es aún
mayor entre la población norteamericana, como lo muestran
algunas encuestas. Economistas liberales del Mises Institute
norteamericano firmaron una carta en apoyo al proyecto de ley de
Ron Paul.
No obstante, a ella se oponen
personalidades tan destacables como Ben Bernanke, presidente de
la FED, Timothy Geithner, secretario del Tesoro norteamericano, y
otro buen puñado de prestigiosos economistas.
Tras haber estado el tema aparcado durante
algunos meses, la propuesta de Ron Paul ha vuelto a la palestra
de la actualidad informativa. Pero, lamentablemente para quienes
la defienden, las últimas noticias no han ido en la buena
dirección.
En la segunda semana de mayo (2010), el
Senado votó sobre la conveniencia de aprobar el proyecto
de ley Audit the FED. Los resultados fueron aplastantes: 96 votos
a favor, y 0 en contra. ¿Cómo es posible?
¿No era una propuesta altamente polémica, que
levantaba controversias entre políticos y
legisladores?
La respuesta está en el contenido de
la propuesta que se estaba votando. Resulta que el proyecto de
ley que se aprobó en el Senado tiene que ver muy poco con
la idea de Ron Paul y sus seguidores de someter a la Reserva
Federal a una auditoría continua por parte del
Congreso.
Más bien, lo que se aprobó
fue la propuesta del Senador Bernard Sanders, que consiste en
permitir a una agencia supervisora, la Government Accountability
Office (GAO), realizar una única revisión de las
operaciones de emergencia que la FED ha llevado a cabo desde
diciembre de 2007.
Se trata de forzar a la FED a que publique
información sobre el uso de poderes de emergencia que ha
ejercido en esta crisis para ayudar en el rescate del sistema
financiero. Así, se exigirá que la autoridad
monetaria publique en su página web los nombres de
empresas, particulares y bancos centrales que obtuvieron ayuda, y
que se detalle el tipo de asistencia recibida, las cantidades y
otras informaciones.
A pesar de las apariencias, esta propuesta
es muy diferente de la planteada originalmente por Ron Paul. De
hecho, en la misma votación se rechazó la propuesta
del Republicano David Vitter, que sí iba por la
línea de Ron Paul de someter a la autoridad monetaria a
revisiones y controles periódicos y
exhaustivos.
Y es que, la medida planteada por Paul
consistía en que la GAO auditara de forma continuada y
detallada cada partida del balance de la Reserva Federal,
incluyendo las facilidades de crédito, programas de compra
de títulos, etc. Además, se quería conseguir
que las reuniones del consejo de la FED, donde se decide sobre la
política monetaria (por ejemplo, sobre los tipos de
interés) fueran públicas.
Las diferencias entre ambas propuestas
quedan claras cuando se tiene en cuenta que, como afirma Business
Week, la medida de Sanders está cerca de lo que Bernanke
dijo que apoyaría, ya que éste en febrero
invitó a una auditoría de los programas de
préstamos de emergencia de la FED, mientras rechazaba un
control más amplio sobre la política
monetaria.
Para Ron Paul ha sido una decepción
y un jarro de agua fría inesperado, ya que fue a
última hora cuando Sanders recortó el contenido de
la propuesta, en respuesta a preocupaciones levantadas por
Bernanke, el Departamento del Tesoro y otros senadores. Los
últimos días anteriores a la votación en el
Senado fueron de grandes presiones y frenética actividad
de los lobbies sobre los senadores.
Como Paul afirmaba, "Sanders se ha vendido
y se ha aliado con Chris Dodd (presidente de la Comisión
del Senado sobre Banca) para destruir la Auditoría de la
FED en el Senado". Su "compromiso" es lo que la
Administración y los intereses de la banca quieren:
permitirán que algunos programas gubernamentales de
inyección de liquidez, como el TARP (Troubled Asset Relief
Program) y el TALF (Term Asset-Backed Loan Facility), sean
auditados, pero no habrá ninguna transparencia sobre la
FOMC (Federal Open Market Committee), las operaciones de
descuento o los acuerdos con bancos centrales
extranjeros.
Los defensores de una auditoría
auténtica no se rinden. El republicano Vitter dijo que
"debemos ir más allá de la propuesta de Sanders".
La razón expuesta para ejercer un control continuo de las
operaciones de la FED se centra, precisamente, en las operaciones
que va a llevar a cabo con el Banco Central Europeo (BCE) para
rescatar a países de la zona euro en riesgo de quiebra:
"Claramente, ello es un perfecto y muy reciente ejemplo de por
qué debemos mirar a lo que la FED está haciendo de
manera continuada".
Esta aprobación llega en un momento
en el que el Tribunal Supremo estadounidense está
decidiendo sobre la demanda que la agencia Bloomberg lanzó
a la Reserva Federal para que publicara los registros de sus
operaciones. A pesar de que el pasado 19 de marzo los jueces de
Nueva York dictaminaron a favor de Bloomberg, la Junta de la FED
pidió que se reconsiderara la decisión. Si se
rechaza la petición, aún podrían acudir al
Tribunal Supremo.
La necesidad de transparencia de la
autoridad monetaria se puso de manifiesto con el escándalo
del rescate de la aseguradora AIG, en el que el actual Secretario
del Tesoro. Tim Geithner, fue uno de los principales
protagonistas, ya que por entonces presidía la FED de
Nueva York.
"Dentro de la Fed, Kohn era visto como
una mano firme que comprendía la forma en que funcionaba
la institución, pero afuera también ha sido
asociado con el fracaso de la Fed para detener la crisis
financiera. Ahora se jubila, y en una entrevista de despedida,
habló con The Wall Street Journal sobre burbujas
financieras y reproches"… El segundo en la Fed
reconoce que la regulación no mantuvo el ritmo (The Wall
Street Journal – 26/6/10)
Donald Kohn lo ha visto todo en 40
años que lleva como banquero central en Estados Unidos,
desde la inflación galopante de la década de 1970 a
un largo período de prosperidad en los años 90, a
una economía al borde del colapso hace sólo dos
años.
El vicepresidente de la Reserva Federal de
EEUU, de 67 años, fue una figura clave a la hora de tomar
decisiones en la junta directiva de la Reserva Federal, donde
aconsejó al ex presidente Alan Greenspan sobre medidas
ahora polémicas de tasas de interés y
también fue la mano derecha de Ben Bernanke para casi
todas las decisiones importantes durante la crisis
financiera.
Estos son algunos apartes de la
entrevista:
Sobre las burbujas financieras: "Desde
comienzos de la década de 1980, habíamos tenido (en
EEUU) una recesión sólo cada unos 10 años.
Esa estabilidad creó las semillas de su propia
destrucción. La gente se acostumbró demasiado a la
estabilidad financiera; pensaron que no necesitaban ser tan
cuidadosos como antes. Por ejemplo, pensaron que los precios de
las viviendas subirían para siempre, y que las recesiones
serían suaves e infrecuentes. También hubo cambios
en la economía real subyacente que llevó a que los
activos adquirieran precios incorrectos. El auge de la alta
tecnología fue una consecuencia de una innovación
real, un cambio tecnológico, y la gente tuvo problemas
para evaluar lo que implicaba".
"Hubo cambios enormes en la economía
global. Esa clase de grandes cambios políticos y
económicos crea un ambiente en el cual se pueden producir
burbujas financieras. La gente malinterpreta los cambios; se
vuelven demasiado entusiastas. La regulación del sistema
financiero no se mantuvo a la par con los cambios que se
producían en el sector financiero. Pasábamos de una
intermediación orientada por los bancos a otra orientada
por el mercado, y la supervisión y la regulación no
se adaptaron lo suficiente. Así que se permitió que
los precios incorrectos de los activos socavaron la elasticidad
del sistema".
Dudas sobre el uso de tasas de
interés más altas para combatir las burbujas:
"Aún no me han convencido de que podemos enfrentar estas
burbujas con políticas monetarias de una forma predecible
y productiva. No sostengo que la política monetaria debe
concentrarse sólo en la tasa de inflación de dos a
tres años a futuro. Creo que debemos ser flexibles. Pero
creo que hay muchas preguntas sin respuesta sobre hasta
qué punto la política monetaria contribuyó a
las burbujas y hasta qué punto puede hacerle frente a las
burbujas el ajustar la política monetaria cuando va en
ascenso o flexibilizarla cuando va en descenso".
"La forma principal que tenemos para
enfrentar estas situaciones de inestabilidad es a través
de la supervisión y la regulación. La Reserva
Federal necesita estar alerta ante el desarrollo de cuestiones
que amenazan la estabilidad financiera y estar preparada para
actuar de forma expedita a través de la supervisión
de bancos y el sistema financiero".
¿Por qué los reguladores no
lograron prevenir la última burbuja?: "Detectamos una
cantidad de problemas en desarrollo, pero la comunidad de
supervisión financiera no fue lo suficientemente estricta,
lo suficientemente rápida, respecto a esos
problemas".
"Los funcionarios de la Reserva Federal
de Estados Unidos discrepan cada vez más sobre las medidas
que debería adoptar el banco central si la economía
se enfría de nuevo o si la inflación actual, que ya
está en niveles mínimos, se convierte en
deflación"… El debate dentro de la Fed:
¿Qué hacer si la economía se enfría o
surge la deflación? (The Wall Street Journal –
14/7/10)
Los funcionarios de la Reserva Federal no
se ponen de acuerdo sobre el riesgo que representa la
deflación. Algunos la ven como una amenaza; otros le
restan importancia al considerarla muy improbable. Por ahora, la
Fed -y en particular su presidente, Ben Bernanke, quien tiene la
última palabra- parece estar en compás de espera,
siempre y cuando se mantenga la recuperación. Su equipo
también se muestra dividido sobre cómo
debería actuar la entidad para impulsar el crecimiento
económico si se estanca la recuperación. Muchos
piensan que las opciones no son muy atractivas.
Algunos son reacios a reanudar las compras
de bonos del Tesoro estadounidense o valores respaldados por
hipotecas, la medida más enérgica que podría
adoptar el banco central.
La Fed estima que la compra de US$ 1,25
billones (millones de millones) en bonos en 2009 y principios de
2010 hizo caer las tasas de interés a largo plazo en
aproximadamente medio punto porcentual. Pero dentro del banco
también hay quienes consideran que el impacto no fue tan
fuerte y creen que una nueva ronda de compras podría tener
un efecto incluso menor ahora que los mercados han recuperado
algo de estabilidad. La reanudación de las compras
también supondría que la Fed tendría una
cartera mayor que reducir si se diera el caso, y podría
tener un efecto adverso si impulsara considerablemente las
expectativas futuras de inflación.
"Estamos lejos de tener que pensar en
comenzar a comprar activos", dijo Jeffrey Lacker, presidente de
la Fed de Richmond, en Virginia. "La recuperación
llevará tiempo. Tenemos que ser pacientes y gestionarla
correctamente. No creo que haya llegado el momento de volver a
cambiar de marcha".
Otros -entre ellos el presidente de la
Reserva Federal de Boston, Eric Rosengren, y su contraparte de
Nueva York, Bill Dudley- consideran que hay que mantener la
opción de reactivar las compras, especialmente si los
temores a la deflación se hacen realidad.
La inflación, excluyendo los
volátiles sectores de alimentos y energía, se
encuentra actualmente cerca de 1%, por debajo del objetivo
informal de la Fed de 1,5% a 2%.
La reunión de junio (2010) de la Fed
fue un momento crucial para el banco central. Durante los cuatro
primeros meses del año, los funcionarios hablaron
principalmente sobre cómo relajar las extraordinarias
medidas de apoyo de la Fed a la economía durante la
recesión. Pero en junio comenzaron a considerar lo que
podrían hacer si empeoraba el panorama económico.
Varios factores lo hacen dudar, incluyendo los problemas fiscales
europeos y la creciente presión a la que están
sometidos los estados y municipios estadounidenses.
"Es momento de ser pacientes con las
políticas y de ver cómo evoluciona la
economía", dijo Dennis Lockhart, presidente de la Fed de
Atlanta. "Este breve período vacilante en el que nos
encontramos simplemente nos recuerda que las economías
pueden ir en dos direcciones y que deberíamos considerar
lo que haríamos ante diferentes supuestos".
Los analistas del sector privado consideran
que la Fed no debería actuar, según una nueva
encuesta de The Wall Street Journal, en la cual tan sólo
ocho de 53 expertos dijeron que el banco central debería
intervenir más ahora para impulsar el
crecimiento.
El debate sobre si adoptar más
medidas para ayudar a la economía estará en primer
plano en los próximos días. El 15/7/10, una
comisión del Senado mantendrá una audiencia con los
nominados por el presidente Barack Obama a la junta directiva de
la Fed. Y la siguiente semana, tendrá lugar la
comparecencia semianual de Bernanke ante el Congreso sobre el
estado de la economía.
En comentarios públicos, Bernanke ha
tratado de minimizar la probabilidad de que se vea un
resurgimiento de la recesión. Sin embargo, mantiene sus
opciones abiertas. Tal como señaló Bernanke en un
discurso de 2002, la Fed tiene el poder de luchar contra la
deflación con la impresión de dinero. Pero las
herramientas del banco no parecen demasiado útiles para
reducir el desempleo, influenciado por factores que van desde la
política fiscal a la demanda global.
"Las autoridades de la Reserva Federal
mencionaron durante la reunión de política
monetaria del mes pasado la posibilidad de que un mayor
estímulo monetario pueda ser necesario si la
economía estadounidense genera más señales
serias de una desaceleración"… La Fed
contempló la posibilidad de un nuevo estímulo,
según sus minutas (The Wall Street Journal –
14/7/10)
Dado el empeoramiento "relativamente
modesto" del panorama económico, los miembros de la junta
de la Fed coincidieron en que en este momento no se necesita una
posición más acomodada, según las actas de
la reunión que la Fed realizó el 22 y el 23 de
junio (2010).
"Sin embargo, los miembros destacaron que
además de seguir desarrollando y poniendo a prueba
instrumentos para salir del período de una política
monetaria excepcionalmente acomodaticia, el comité
necesitará considerar si un estímulo adicional en
la política podría volverse apropiado si el
panorama empeorara considerablemente", según las actas,
que fueron publicadas el 14/7 tras el período de espera
habitual.
Durante la reunión de junio, las
autoridades de la Fed también redujeron sus proyecciones
para el crecimiento económico del 2010.
Funcionarios de la Fed proyectaron que el
PIB aumentaría en un rango del 3,0% al 3,5% este
año (2010). Esto representa una leve rebaja respecto de su
última proyección entregada en la primavera boreal,
de un crecimiento de entre el 3,2% y el 3,7%.
La última vez que funcionarios de la
Fed redujeron su estimación de crecimiento fue en abril de
2009.
Si bien gran parte del debate durante la
reunión previa, en abril (2010), se había centrado
en cuándo la Fed comenzaría a vender los US$ 1,25
billones (millones de millones) en activos con respaldo
hipotecario que adquirió durante la crisis, las
discusiones sobre la adopción de medidas adicionales para
respaldar a la economía del país volvieron a surgir
en la reunión de junio.
No obstante, ninguno de los miembros de la
junta mencionó posible pasos concretos, como la
reactivación de las compras de activos, según las
actas.
En su lugar, hubo un consenso general de
que las ventas de activos deberían postergarse por un
tiempo dada la posible presión alcista que podrían
ejercer sobre las tasas de interés, aunque unos pocos
miembros apoyaron la idea de comenzar las ventas más bien
pronto.
"La mayoría de los participantes
continuó considerando apropiado aplazar las ventas de
activos por un tiempo; varios destacaron el modesto
debilitamiento del panorama económico desde la
última reunión del comité como una
razón adicional para hacerlo", según las
actas.
Hasta el momento, el banco central ha
dejado que los valores hipotecarios adquiridos venzan o sean
pagados sin volver a invertir el producto de esas ventas,
mientras convierte los valores del Tesoro que están por
vencer en nuevos títulos del Tesoro con vencimientos
similares.
La Fed planea comenzar a vender sus activos
hipotecarios para volver a tener una cartera en su totalidad de
títulos del Tesoro y la mayoría de los miembros
sigue creyendo que eso debería ocurrir sólo
después de que las tasas de interés de corto plazo
se ubiquen por encima de sus mínimos
históricos.
Durante la reunión de junio, algunos
de los funcionarios sugirieron utilizar los ingresos generados
por las ventas de valores hipotecarios para comprar
títulos del Tesoro con una duración similar y
así acelerar la transición sin provocar una
restricción en las condiciones financieras.
Los miembros de la Fed también
discutieron cambiar la estrategia hacia las tenencias en
títulos del Tesoro, pero no tomaron ninguna
decisión.
"Según el Fondo Monetario
Internacional, la banca del país presidido por Barack
Obama necesitará capital adicional para conceder
préstamos cuando la demanda de crédito se
recupere"… El FMI alerta: "La banca americana es
vulnerable" (Negocios.es – 30/7/10)
El Fondo Monetario Internacional, FMI, pone
en sobre aviso a los inversores. Según el organismo, el
sector bancario estadounidense todavía es "vulnerable" y
necesitará capital adicional para conceder
préstamos cuando la demanda de crédito se
recupere.
El Fondo, que publicó hoy las
conclusiones de su revisión de la economía de EEUU
en el informe conocido como "Artículo IV", destacó
que la estabilización fiscal y la implementación de
reformas en el sector financiero son las tareas prioritarias en
el país.
La publicación del "Artículo
IV" coincide con la divulgación de un análisis
sobre la estabilidad del sistema financiero
estadounidense.
El citado análisis destaca que
existen todavía "importantes riesgos" para este sistema y
para su capacidad para respaldar el proceso de
recuperación en marcha.
En ese sentido, el estudio menciona que los
balances aún son "frágiles" y los niveles de
capital podrían ser "inadecuados" en caso de aumentar la
morosidad en los préstamos.
Según el FMI, la economía y
el sistema financiero siguen siendo "vulnerables" ante un
inesperado debilitamiento de la demanda o del sector
inmobiliario, que todavía sigue en baja forma.
En los últimos meses, recuerda el
organismo, también han quedado claros tanto a nivel
interno como internacional "los mayores riesgos de un fuerte
deterioro en las percepciones sobre el riesgo
soberano".
Por lo demás, el organismo, que
prevé que EEUU crezca un 3,3 por ciento este año
(2010) y un 2,9 por ciento en 2011, destaca en su
"Artículo IV" que la recuperación económica
continúa, pero alerta sobre los riesgos e incertidumbres
pendientes.
Subrayó, en ese sentido, la
revisión a la baja del crecimiento del primer trimestre,
que según el cálculo final quedó situado en
el 2,7 por ciento, frente al 3,2 por ciento estimado
inicialmente.
Los expertos del Fondo también
señalaron en una nota del 22 de julio que se
redactó una vez concluido el informe, que los datos
más recientes indican una caída en la confianza de
los consumidores y debilidad en el mercado laboral.
A eso se suma la menor actividad en el
sector inmobiliario tras concluir los incentivos para la compra
de vivienda aprobados para ayudar a salir al país de la
crisis y la aversión al riesgo todavía imperante en
el sector financiero.
El FMI prevé que la tasa de
desempleo alcance el 9,7 por ciento este año y el 9,2 por
ciento en 2011, y adelanta que la inflación será
del 1,6 por ciento en 2010 y del 1,1 por ciento en
2011.
"Los funcionarios de la Reserva Federal
de Estados Unidos probablemente considerarán una medida
pequeña pero simbólica cuando se reúnan la
próxima semana. Entre otras cosas, debatirán sobre
si usar el efectivo que el banco central obtiene de bonos
hipotecarios de pronto vencimiento para comprar más bonos,
en vez de permitir que sus posiciones se reduzcan
gradualmente"… La Fed consideraría un ligero cambio
de estrategia (The Wall Street Journal –
2/8/10)
El cambio indicaría una mayor
preocupación sobre el panorama económico y
podría, si el pronóstico de la Fed empeora, ser un
precursor de medidas más importantes.
Tomar medidas para evitar que la cartera de
US$ 2,3 billones (millones de millones) de la Fed se achique
ayudaría a prevenir una ligera restricción de las
condiciones financieras ante una recuperación que se
debilita. El portafolio del banco central casi se ha triplicado
desde 2007.
La compra de nuevos bonos con este flujo de
dinero de bonos que vencen, proyectado en unos US$ 200.000
millones para 2011, sería una señal para los
inversionistas y los mercados de que la Fed está buscando
maneras de sostener el crecimiento económico.
También podría ser un compromiso que facciones
rivales en la Fed podrían apoyar, ya que los funcionarios
discrepan sobre si, y cómo, responder a una
recuperación débil.
Varios funcionarios de la facción
antiinflacionaria en la Fed no están convencidos de que la
economía se esté desacelerando de forma
significativa y son reacios a tomar nuevas medidas. Mientras,
otros están ansiosos por intervenir para hacer frente a
las recientes señales de una ralentización y una
tasa de desempleo persistentemente alta.
La Fed aún no está preparada
para reanudar las compras a gran escala de valores respaldados
por hipotecas o bonos del Tesoro de EEUU. No obstante, mantienen
abierta esa posibilidad si la economía empeorara. En
general, los analistas independientes esperan que el Producto
Interno Bruto real crezca a una tasa anual de cerca de 2,75% en
el segundo semestre de 2010. Si el panorama se deteriorara y
proyectaran un crecimiento por debajo de 2%, sería
más probable que la Fed tomara cartas en el
asunto.
En un discurso el 2/8/10 que fue más
sombrío que su testimonio al Congreso de EEUU del mes de
julio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo: "Tenemos un
camino considerable por recorrer para lograr una
recuperación completa en nuestra economía, y muchos
estadounidenses aún luchan con el desempleo, las
ejecuciones hipotecarias y los ahorros perdidos".
Desde la última reunión de la
Fed en junio, las cifras del empleo y la confianza de los
consumidores han sido débiles, pero las condiciones
financieras en general han mejorado ligeramente a la par de un
repunte de la bolsa.
Bernanke señaló el 2/8 que la
Fed debe evitar subir las tasas de interés demasiado
pronto e instó al gobierno a proceder con cautela en la
reducción de gastos y la subida de los
impuestos.
En los meses anteriores, muchos
inversionistas proyectaban que la Fed empezaría a elevar
su meta para la tasa de interés de referencia para finales
de este año; los mercados de futuros ahora indican que los
corredores no prevén un alza hasta finales de
2011.
Bernanke puso de relieve lo que
describió como el "maltrecho" estado de los presupuestos
locales. "Muchos estados y localidades continúan
enfrentando dificultades para mantener servicios esenciales y han
recortado sus programas y plantillas laborales
significativamente. Estos recortes han impuesto dificultades en
jurisdicciones locales y también forman parte de la
razón de la debilidad de la recuperación
nacional".
La Fed se encuentra en una posición
complicada. Como recalcó Bernanke, la inflación,
ahora en cerca de 1%, probablemente estará por debajo de
la meta no oficial del banco central de entre 1,5% y 2% en los
próximos dos años, lo que despierta temores de una
deflación. Se espera que el desempleo permanezca alto
durante más tiempo. La Fed ha bajado las tasas de
interés de corto plazo a casi cero y ha comprado unos US$
1,7 billones en deuda del Tesoro y bonos hipotecarios para
reducir las tasas de largo plazo. Las compras terminaron en
marzo, y muchos funcionarios son renuentes a
reanudarlas.
"La Reserva Federal de Nueva York (Fed)
estudia exigir a varios bancos que recompren las hipotecas y
otros activos defectuosos que el banco central adquirió
mediante los rescates de Bear Stearns y American International
Group (AIG), según un portavoz de la
institución"… La Fed estudia obligar a algunos
bancos a recomprar parte de su deuda tóxica (El Economista
– 5/8/10)
"Estamos enfrascados en múltiples
esfuerzos para ejercer nuestros derechos como inversores en
obligaciones no federales de los tipos RMBS (activos ligados a
hipotecas) o CDO (Obligaciones de Deuda Colateral)", ha afirmado
Jack Gutt, de la Fed de Nueva York.
Entre las medidas se hallan "aquellas que
requieren que los originadores recompren préstamos
inaceptables", apuntó Gutt, que añadió que
"estos esfuerzos apoyan nuestro objetivo de maximizar el valor de
esas carteras en nombre del contribuyentes
estadounidense".
La Fed de Nueva York tiene activos por
valor de 69.100 millones de dólares que fueron colocados
en tres entidades que estableció para rescatar a AIG y
Bear Stearns en el 2008.
Maiden Lane, una de ellas, adquirió
activos de Bear Stearns por 30.000 millones de dólares que
JPMorgan Chase no quería al comprar la empresa. Maiden
Lane II y III, que tuvieron que ver con el rescate de AIG, tienen
los activos restantes.
Entre los emisores de las llamadas
obligaciones hipotecarias no federales en poder de las tres
firmas Maiden Lane se hallan Countrywide Financial, que fue
adquirido por Bank of America, Bear Stearns, Goldman Sachs Group
y UBS, así como entidades prestamistas difuntas como New
Century Financial, según documentos de la Fed.
Muchos de los activos de la cartera de la
Fed son morosos. Por ejemplo, cerca del 78% de los activos de
Maiden Lane II, valorados en 16.200 millones de dólares
que permanecían en el balance de la Fed a 28 de julio,
eran considerados bonos basura al final del primer trimestre, en
comparación con el 65% un año antes, según
datos de la propia institución.
– Coda (un pequeño "ritornello"
antes del QE 2): lo escrito en su oportunidad
Como dijo Charles Prince, el principal
"irresponsable" del Citigroup durante la crisis subprime
"mientras la orquesta siguiera tocando, había que salir a
bailar. Y seguimos bailando". Cínico pragmatismo e
sugerente prospectiva… La fiesta
continúa…
"Hay que retirar el ponche cuando la
fiesta se anima". Con esta frase resumía William McChesney
Martin, presidente de la Reserva Federal (Fed) de los EEUU (1951-
1970), la tarea de un banco central para evitar las burbujas
económicas. Se refería a la necesidad de subir los
tipos de interés a medida que la economía de un
país se va calentando para evitar espirales inflacionistas
y recalentamientos excesivos.
Los anfitriones (Fed y Banco Central
Europeo) de la fiesta a la que fueron invitadas las
economías de Estados Unidos y la Eurozona fue la
contraria. El burbujeante cóctel que servían,
compuesto de bajos tipos de interés y dinero a espuertas,
era tremendamente atractivo. Uno de los maestros de ceremonias,
Alan Greenspan, llegó a poner nombre a los efectos que
provocaba: exuberancia irracional de los mercados.
Los banqueros actuaban como camareros.
Tuvieron la gran idea de animar el "fiestón" con todo tipo
de bebidas espirituosas, compuestas por créditos para
todos y para todo, especialmente para comprar inmuebles
sobrevalorados, y por otros contenidos exóticos
(titulización, derivados y esquemas Ponzi) de los que ni
ellos sabían la fórmula. Su remuneración
subiría con el número de borrachos. Algunos de
ellos, especialmente los más gigantones, vendían
las bondades de las copas que dispensaban y se tragaban unas
cuantas. Si se embriagaban en exceso, disponían de coche y
chófer gratis (los fondos públicos de rescate) para
ir a casa y recuperarse.
A este guateque, los menores
(España entre ellos), con sus ganas de probarlo todo,
estaban más que invitados. Vive rápido, muere joven
y harás un cadáver bonito, que diría James
Dean. Los porteros (los reguladores financieros) se habían
apuntado al sarao y no pedían documentación. La
recompensa por no hacerlo era muy apetitosa. Los encargados de
analizar las bebidas que se consumían en el banquete (las
agencias de calificación de riesgos) habían hecho
la vista gorda. Al fin y al cabo, eran los camareros quienes
pagaban por calificar los productos como aptos para el consumo.
China, ávida por recibir dólares para mantener su
moneda infravalorada, tuvo su papel. Los asiáticos que
vendían latas de cerveza a la salida de la orgía
querían contribuir a la melopea.
Como consecuencia de todo ello padecemos
una monumental resaca. Al igual que James Dean con "The little
bastard" ("Pequeño bastardo", el Porsche en el que se
mató), algunos se han estrellado (Islandia o Grecia).
Otros tienen órganos vitales dañados por el alcohol
(de manera notable, Estados Unidos, Reino Unido, Portugal, Italia
y España). Los cuadros clínicos de los pacientes
reflejan grandes carencias de vitaminas necesarias para crecer
(déficits presupuestarios y exteriores) y fuerte anemia
(desempleo).
Nouriel Roubini, el economista
norteamericano apodado Dr. Doom (Doctor Muerte o Doctor
Perdición) por haber predicho la crisis en 2005, ha
descrito, con Stephen Mihm, esta pantagruélica juerga en
Cómo salimos de ésta. Publicado este verano (2010)
en Nueva York y Londres, el contenido del libro responde mejor a
su título original Crisis Economics (Economía de
crisis) y presenta un compendio de actuaciones de los gobiernos
(principalmente el de los EEUU) en épocas de crisis
así como una perspectiva del escenario global. Roubini
afirma que estas fiestas que desembocan en crisis son inherentes
al sistema capitalista. No son cisnes negros (eventos altamente
improbables según Nassim Taleb) sino blancos. Vamos, que
nos va la marcha.
Mihm y Roubini, en su afán por
sintetizar las políticas de la escuela austríaca,
partidaria de la no intervención del gobierno en la
economía, y su antagonista, la escuela keynesiana,
proponen una "destrucción creativa" (término
acuñado por Joseph Schumpeter, discípulo de los
centroeuropeos) que esté controlada. Los activos
tóxicos o de altísimo riesgo y las entidades
financieras más expuestas a ellos, incluyendo algunas de
las catalogadas como demasiado grandes para quebrar, deben
identificarse y eliminarse. Hay que redactar nuevas regulaciones
(resucitar leyes como la Glass-Steagall) y reforzar las
instituciones financieras internacionales dando un mayor papel a
países emergentes y muy en especial a China.
Los autores recomiendan la
fragmentación de los grandes bancos. Dirigen su foco hacia
Citigroup (¿cuántas veces más habrá
que rescatarlo? Ya van cuatro) y Goldman Sachs, quien tras
beneficiarse de las ayudas públicas vuelve a los
beneficios y bonificaciones record. Aconsejan reformar el sistema
retributivo de los altos ejecutivos bancarios (los "amos del
universo") y el de las agencias de calificación de
riesgos, introduciendo más competencia y resolviendo el
conflicto de interés que resulta de vender sus servicios a
los emisores de deuda. Otros pasos a dar incluyen enfrentarse a
los derivados (a los que Warren Buffet llamó "bombas de
relojería para el sistema") y reforzar tanto los
requisitos de capital mínimo de la banca (directrices de
Basilea) como el papel de los directores de riesgos, ninguneados
desde hace décadas pues obstaculizaban la carrera hacia el
máximo beneficio a corto.
Mientras tanto, sin ningún tipo
de autocrítica, espíritu de enmienda o deseo de
rectificación, Ben Bernanke (en su perenne ilusión)
invita a una "segunda ronda" (paga la casa) de "quantitative
easing", que duplicaría la anterior. El coma
etílico será insalvable.
"¿Qué hará la FED
si EEUU se estanca? Bernanke estudia nuevas medidas de
estímulo, tales como comprar más deuda
(quantitative easing 2), avales públicos para todo tipo de
títulos crediticios (no sólo hipotecarios) y hasta
tipos de interés negativos"… Bernanke reserva tres
armas nucleares para reactivar el crédito (Libertad
Digital – 27/8/10)
De nada han servido las medidas
extraordinarias puestas en marcha por los principales bancos
centrales del mundo (tipos de interés próximos al
0% y monetización de deuda pública y privada) para
reactivar el mercado de crédito y reanudar un nuevo ciclo
económico expansivo.
En la reunión anual de banqueros
centrales celebrada, a finales de agosto de 2010, en Jackson Hole
(EEUU), el presidente de la FED, Ben Bernanke, admitió
que, ante la posibilidad de estancamiento (y deflación),
"se opondrá con fuerza a las desviaciones a la baja de los
precios" y, por ello, "está preparado para proporcionar
alivio monetario adicional a través de medidas no
convencionales si son necesarias, especialmente si la perspectiva
se deteriorase significativamente",
añadió.
En este sentido, Bernanke guarda en la
recámara, al menos, tres medidas monetarias
extraordinarias (de ahí el término nuclear que
emplean numerosos analistas) con el fin, hasta ahora ilusorio, de
impulsar la concesión de créditos y evitar
así la deflación, el escenario económico que
más teme.
1. Quantitative easing 2
(Agosto 2010) Bernanke baraja seriamente
poner en marcha una nueva compra masiva de activos (deuda
pública y privada) con el fin de impulsar el
crédito y mantener, al mismo tiempo, los tipos de
interés bajos en EEUU.
Hasta entonces, la FED casi ha triplicado
su balance para comprar 1,1 billones de dólares en
cédulas hipotecarias (MBS, por sus siglas en
inglés) y más de 300.000 millones en deuda
pública.
De hecho, el Comité Federal de
Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal
ratificó esta estrategia en su última
reunión, celebrada el pasado 10 de agosto. En su
comunicado, la FED anunció que compraría más
deuda pública estadounidense a largo plazo reinvirtiendo
el dinero obtenido por el vencimiento de cédulas
hipotecarias.
Es lo que se conoce técnicamente
como quantitative easing (flexibilización cuantitativa) y,
tras una primera ronda, la FED podría poner en marcha un
segundo programa de compras, pero, en lugar de comprar MBS (cuyos
tipos de interés ya están muy bajos), la FED
apostaría ahora por la compra de títulos
respaldados por créditos al consumo (tarjetas de
crédito), préstamos sindicados, bonos corporativos
o créditos a pymes.
2. Nacionalizar la emisión de
títulos
Una de las más controvertidas es,
sin duda, que el Gobierno de EEUU respalde la emisión de
todo tipo de deuda privada. Es decir, algo así como imitar
el modelo de aval público ejercido por Fannie Mae y
Freddie Mac en el mercado hipotecario, sólo que
extendiéndolo a todo el sector crediticio
privado.
De este modo, el Gobierno (y, por tanto,
los contribuyentes) avalaría en última instancia la
emisión de todo tipo de créditos (corporativos, de
consumo, para automóviles, etc.). Y ello, con el fin de
mantener muy bajos los tipos de interés para el conjunto
del sector privado.
Al menos, ésta es la propuesta que
plantea un estudio (julio 2010) de dos economistas de alto rango
de la FED, Wayne Passmore y Diana Hancock. El Gobierno
crearía una especie de seguro público para la
emisión de títulos crediticios aminorando hasta el
extremo la percepción de riesgo.
El problema es que este mismo modelo,
aplicado al mercado inmobiliario, facilitó y
extendió la burbuja inmobiliaria, cuyo estallido ha
provocado la mayor crisis financiera y económica de EEUU
desde la Gran Depresión.
3. Tipos negativos
Otra posibilidad consistiría en
aplicar tipos negativos a las reservas que la banca acumula en el
balance de la FED (tasa de facilidad de depósitos). Algo
similar a la decisión adoptada en Suecia durante el auge
de la crisis financiera. En la actualidad, la FED remunera a los
bancos con un 0,25% por los depósitos que conservan en el
banco central.
La novedad radicaría en aplicar
tipos negativos para obligar así a la banca a prestar sus
excedentes en el interbancario (a otros bancos) o bien conceder
más préstamos a familias y empresas, tal y como
defiende Blinder.
4. Tipos al 0% durante
años
Por último, y aunque muchos ya lo
dan por hecho, la FED podría mantener los tipos de
interés oficiales próximos al 0% durante
años, imitando así al Banco Central de
Japón. La FED ya ha situado los tipos muy próximos
al 0%, pero el mercado teme que en 2011 la Reserva Federal
apueste por subirlos. La idea consistiría en que Bernanke
garantice los préstamos a la banca estadounidense a tipos
nulos durante un período mucho más
prolongado.
"El banco central de Japón,
anticipando una decisión de la Reserva Federal de Estados
Unidos para reanudar las compras a gran escala de bonos del
Tesoro estadounidense, lanzó el martes un modesto programa
de compra de bonos. La medida se realiza en un momento en que los
bancos centrales del mundo responden a la debilidad de la
recuperación económica y a los temores de que una
tasa de inflación que ya es baja pueda seguir
cayendo"… Los bancos centrales están listos para
salir al rescate de la economía global (The Wall Street
Journal – 5/10/10)
El Banco de Japón, que ya
adoptó lo que bautizó como "una política de
tasa de interés virtualmente en cero", destinará 5
billones de yenes (US$ 60.000 millones) a la adquisición
de bonos del gobierno, pagarés de empresas, fondos de
inversión en bienes raíces y fondos de renta
variable. "Si un banco central intenta conseguir el mayor impacto
con su política monetaria, no hay otra opción que
ingresar de lleno en ese mundo", reconoció Masaaki
Shirakawa, gobernador del Banco de Japón.
En los últimos días de
septiembre de 2010, los bancos centrales de varias
economías desarrolladas han enviado enérgicas
señales de que preparan un nuevo rescate de la
economía global y de que están decididos a reducir
el riesgo de una deflación global. Las medidas se producen
cuando la política fiscal está estancada o
retrocede en medio del alto endeudamiento de los
gobiernos.
En EEUU, la Fed envió señales
de que el programa de compra de bonos de US$ 1,7 billones
(millones de millones) que terminó en marzo probablemente
se reanude, tal vez durante la reunión programada para el
2 y 3 de noviembre (2010).
En Australia, una de las economías
que se ha beneficiado del auge de las materias primas, el banco
central sorprendió a los mercados al mantener la tasa de
interés de referencia en 4,5%, aunque el gobernador de la
entidad, Glenn Stevens, advirtió que habrá que
subir tasas más adelante.
El Banco de Inglaterra, a su vez,
suspendió en febrero su programa de compra de bonos, pero
dejó la puerta abierta para retomarlo en caso de que la
economía se deteriore. Las minutas de la reunión de
septiembre del Comité de Política Monetaria
revelaron que algunos funcionarios se inclinan por reanudar las
compras. "Sigue habiendo una brecha significativa entre lo que
podría estar produciendo la economía con pleno
empleo y lo que produce actualmente. De esta forma, las
autoridades no deberían contentarse con un crecimiento
débil por temores de inflación injustificados",
afirmó Adam Posen, uno de los miembros del
comité.
El Banco Central Europeo no ha realizado
las compras de activos a gran escala, una política
conocida como "alivio cuantitativo", llevadas a cabo en EEUU,
Gran Bretaña y Japón, pero ha gastado 63.500
millones de euros en la adquisición de bonos soberanos
emitidos por miembros con problemas de la zona euro. Funcionarios
del BCE parecen más optimistas en público que los
funcionarios de otros bancos centrales, y más concentrados
en los riesgos positivos de la inflación.
"El proceso de QE Lite ha convertido,
según los últimos datos disponibles, a la FED en el
segundo "top holder" de USA sobrepasando ayer a Japón.
Cuenta con $ 821.128m rebasando al país nipón en
Julio, según últimos datos conocidos con $
821.000m"… La FED se convierte en el segundo "top
holder" de USA (El Confidencial – 7/10/10)
Y seguramente muy pronto la FED
rebasará también a China. Algún día
este circo dejará de funcionar, y nos preguntaremos como
es que nadie hizo nada por que el globo no se hinchase
tanto…
"Con un par"… el
"helicóptero" de los hermanos Marx (¡más
madera!)
Con reformas de baja intensidad (made in
USA o modèl Basilea III) o, sin reformas profundas (como
las propuestas por Volcker), Wall Street acabará con la
Reserva Federal (y, de paso, con los demás bancos
centrales "rescatadores"). Cuando la "madera" avive el fuego, las
circunstancias determinarán el yo. Entonces, se
agotará el tinglado de la farsa. ¿Se puede decir
algo más cínico y escatológico que "alivio
cuantitativo"?. Es fácil imaginar sobre quien se
"alivian".
Al final de tanta política
monetaria acomodaticia, cuando el presidente de la Reserva
Federal (y como él, los gobernadores de bancos centrales
de otros países , cooperadores necesarios, y
prevaricadores petulantes) haga recuento de sus efectivos le
brotará, como a César yacente bajo la estatua de
Pompeyo, aquellas palabras inmortales: "¿Tu también
Bruto, hijo mío?". Y como hizo el conquistador de la Galia
se cubrirá el rostro con la túnica y
recibirá de su más próximo la
puñalada letal. Y su panteón será una
cátedra vitalicia en la Princeton University (o
semejantes). Y aquí paz y después gloria, aunque
con un país en barrena (y con él,
todos).
A continuación les presento los
últimos "cantos de sirena" y dejo a la inflación,
QE2, QE3 (o hiperinflación, QE4…) como
pronóstico. Juzguen ustedes mismos…
"La Reserva Federal de Estados Unidos,
ante una recuperación económica que calificó
de "más modesta de lo anticipado", informó el
martes que tratará de evitar que se reduzca su enorme
cartera de valores reinvirtiendo los fondos procedentes de las
hipotecas vencidas en bonos del Tesoro estadounidense"… La
Fed adopta medidas para hacer frente a la debilidad de la
economía (The Wall Street Journal –
10/8/10)
La decisión de la Fed es en gran
medida simbólica y es poco probable que sirva para
estimular significativa y directamente la economía. Sin
embargo, el giro en la gestión de su portafolio -y el
comunicado adjunto- pone de manifiesto el temor de los
funcionarios del banco central estadounidense sobre la debilidad
de la recuperación económica y abre la puerta a la
reanudación de mayores compras de bonos del Tesoro, en
caso de que la economía flaquee o surja el riesgo de un
brote deflacionario.
"El dinero fácil, al igual que
otros estupefacientes, no suele facilitar la coherencia
intelectual. Esta semana, la Reserva Federal decidió
comprar suficientes bonos del Tesoro para evitar reducir su
balance. Ésta es una medida acertada, ya que una
contracción del balance de la Fed provocaría
ajustes en la política monetaria, algo nada recomendable
dada la debilidad de la economía"… La segunda fase
de la relajación cuantitativa podría navegar a la
deriva (Expansión – 12/8/10)
Ahora, sin embargo, aumenta la
presión para que el banco central vaya mucho más
allá y aumente de forma sustancial sus activos.
Esta presión se basa en la
preocupación de que la debilidad económica acabe
convirtiéndose en una recesión a gran escala. Los
que defienden esta estrategia, que se convertiría en la
segunda fase de la relajación cuantitativa (QE 2, en sus
siglas en inglés), no se equivocan al insistir en que esta
opción no debería estigmatizarse. En su
opinión, ésta es una alternativa para impulsar el
suministro de dinero que la Fed puede utilizar cuando no puede
recortar más los tipos oficiales.
El problema es que la Fed ya ha gastado
más de 1,7 billones de dólares en bonos en la
primera ronda de su política de relajación
cuantitativa (QE 1), que terminó en marzo. Cabe
preguntarse por qué esta fase no fue suficiente para
evitar una ralentización económica.
"La Reserva Federal de Estados Unidos
divulgó el miércoles que invertirá US$
600.000 millones en la compra de bonos del gobierno
estadounidense en los próximos ocho meses con el fin de
reducir las tasas de interés de largo plazo y estimular el
crecimiento. El anuncio constituye un esfuerzo dramático
por reanimar una recuperación económica que
calificó de "decepcionantemente lenta""… EEUU
recibe una inyección de US$ 600.000 millones (The Wall
Street Journal – 3/11/10)
Varios economistas, tanto dentro como fuera
de la Fed, creen que se trata de una medida desesperada con pocas
opciones de rendir fruto por parte de Ben Bernanke. El presidente
del banco central adoptó varias medidas poco
convencionales durante la crisis financiera para impedir un
colapso del sistema financiero, pero un año y medio
después enfrenta una economía lastrada por el alto
desempleo, la amenaza de un período de deflación
similar al de Japón y la posible paralización del
sistema político.
La Fed dejó abierta la posibilidad
de aumentar la dosis si el crecimiento no repunta en los
siguientes meses. Las nuevas compras de US$ 75.000 millones de
bonos del Tesoro a la semana se suman a los US$ 35.000 millones
mensuales que está gastando para reemplazar bonos
hipotecarios en su portafolio que saldrán de
circulación.
Al comprar una gran cantidad de bonos y
retirarlos del mercado, la Fed espera hacer subir sus precios y
reducir sus rendimientos. Esto, a su vez, haría bajar las
tasas de interés que pagan los deudores hipotecarios, los
consumidores y las empresas y los alentaría a endeudarse,
gastar e invertir.
La Fed cree que también
aumentará las compras de acciones, bonos corporativos y
otras inversiones más arriesgadas que ofrecen retornos
más altos.
A los socios comerciales de EEUU, en
especial los países en desarrollo, les preocupa que esta
inyección de liquidez de la Fed genere presiones
inflacionarias y contribuya a la formación de burbujas de
activos en sus países.
"¿Es hora de quitarse el
sombrero ante el maestro Ben Bernanke? Parece que no,
según el economista jefe de Goldman Sachs, Jan Hatzius,
que considera que las medidas cuantitativas de la Reserva Federal
sólo harán crecer al Producto Interior Bruto un
0,5% y no supondrá un problema desde el punto de vista de
la inflación, que permanecerá por debajo del 2%, la
cifra clave del banco central de Estados Unidos"… La
compra de bonos de Bernanke sólo estimulará el PIB
un 0,5% (El Economista – 4/11/10)
Desde su punto de vista, el sector
inmobiliario sigue siendo el talón de Aquiles de la
economía norteamericana, aseguró en una entrevista
con la CNBC. "Hasta que no veamos una caída de los
inventarios y un aumento del valor de la vivienda, no
conseguiremos que el PIB crezca por encima del 3%". De hecho, sus
pronósticos apuntan que durante los próximos
trimestres la expansión económica del país
será mucho más moderada, entre el 1,5 y el 2 por
ciento.
Bajo estas circunstancias, Hatzius no duda
a la hora de afirmar que el sector laboral no se
recuperará, al menos, hasta 2012, justo para las
próximas elecciones presidenciales.
Para el analista del Nasdaq Intelligence
Desk, Jan Heller, las medidas de la Fed, "abaratan el
dólar, impactarán para bien en las exportaciones y
beneficiarán al consumidor norteamericano", sin embargo,
como era de esperar levantarán ampollas en la comunidad
internacional. Al fin y al cabo reconoció que esto puede
interpretarse como una devaluación manipulada del
dólar.
Para Axel Merk, presidente de Merk Mutual
Funds, la Fed "ha tomado un camino muy peligroso". "Lo mejor que
nos puede pasar con este plan es que la inflación crezca,
pero los riesgos son mucho mayores", explicó a Tech
Ticker.
Para Merk, Bernanke está equivocado
al pensar que una devaluación del dólar
estimulará la economía. "Esperemos que, al menos,
sea una caída gradual y no un derrumbe en toda regla",
afirmó.
– Las mentiras, riesgos y problemas de la
segunda "inyección" de Bernanke (Libertad Digital –
5/11/10)
(Por M. Llamas) Lectura
recomendada
El miércoles 3 de octubre de 2010 ya
es historia y, al mismo tiempo, ha hecho historia. Inversores,
gobiernos y analistas estuvieron muy atentos al anuncio del banco
central más poderoso del mundo, la Reserva Federal de EEUU
(FED).
El presidente del
organismo, Ben Bernanke, fue claro en su mensaje: la FED
mantendrá su actual política monetaria, consistente
en monetizar (comprar títulos con dólares de nueva
creación) un gran volumen de activos, tanto
públicos como privados. La denominada
"flexibilización cuantitativa", que no es otra cosa que
expansión monetaria, inicia su segunda fase: el
Quantitative Easing II (QE II) ya está
aquí.
Finalmente, Bernanke ha
optado por el farol permanente, en lugar del all in que
vaticinaban algunos analistas. La FED comprará otros
600.000 millones de dólares de deuda pública
estadounidense a largo plazo que, si bien no es una gran cantidad
(inferior al QE I), amenaza con ser renovada de forma
permanente.
Según el anuncio oficial,
inyectará 600.000 millones de dólares (425.852
millones de euros) en el mercado (principalmente a bancos) para
adquirir deuda pública hasta junio de 2011, a los que hay
que sumar entre 250.000 y 300.000 millones de dólares
adicionales derivados del vencimiento de los bonos hipotecarios
que acumula en balance (adquiridos en su primera ronda de
compras, cuya cuantía ascendió a cerca de 1,7
billones), bajo un programa específico llamado QE
Lite.
Así pues, la FED comprará en
total un mínimo de 900.000 millones de dólares en
bonos, a un ritmo medio de 110.000 millones al mes. Si bien esta
cifra podrá, incluso, aumentar en función del
vencimiento de los citados activos hipotecarios (compras a
través del QE Lite): "El Comité examinará
periódicamente el ritmo de sus compras de valores y el
tamaño total del programa de compra de activos a la luz de
la información recibida para modificar el programa
según sea necesario, con el fin de impulsar el
máximo nivel de empleo posible y mejorar la estabilidad de
precios".
De hecho, el comunicado oficial, que en
realidad poco varía con el del pasado septiembre, no
descarta en ningún momento una renovación de este
programa de compras (un QE III) más allá del
próximo junio: "El Comité seguirá vigilando
la situación económica y financiera y
empleará sus instrumentos de política que sean
necesarios (más QE) para apoyar la recuperación
económica y asegurar que la inflación, con el
tiempo, se sitúe en niveles compatibles a los que marca su
mandato".
De este modo, la FED avanza
que, si es necesario, realizará más compras en la
segunda mitad de 2011 con lo que, realmente, acabará
monetizando todo el déficit público que ha generado
el Gobierno de EEUU en 2010 -próximo a 1,4 billones de
dólares-, según numeroso analistas. Es decir,
Bernanke se compromete a comprar la nueva deuda pública
que emita el Tesoro de EEUU para cubrir el desequilibrio
presupuestario.
Por otro lado, admite que
uno de sus principales objetivos es generar inflación.
Además, el banco central mantendrá durante bastante
tiempo estos nuevos activos en su balance, ya que su mayor
volumen de compras se concentra en bonos del Tesoro de entre 4 y
10 años.
Argumentos
¿Cómo
justifica Bernanke esta nueva intervención? Sin duda, este
tipo de política no está exenta de riesgos, tal y
como advierte alguno de los miembros díscolos de la
Reserva Federal, ya que podría generar elevada
inflación a largo plazo, con todo lo que ello conlleva
(restar poder adquisitivo a los ciudadanos y, sobre todo, a los
ahorradores).
Sin embargo, justifica su
actuación sobre dos argumentos básicos: "De acuerdo
con su mandato estatutario, el Comité de la FED tiene por
objeto fomentar el máximo nivel de empleo y la estabilidad
de precios. En la actualidad, la tasa de desempleo es elevada y
la tasa de inflación subyacente (excluyendo la
energía) es relativamente baja". Es decir, no existen
riesgos, según Bernanke.
De hecho, aún va
más allá. Por un lado, el máximo responsable
del organismo monetario señala que mediante esta
estrategia persigue mantener -artificialmente- muy bajos los
tipos de interés a largo plazo ya que, hoy por hoy, el
tipo de interés oficial está muy próximo al
0%. La compra masiva de deuda pública mantiene su
rentabilidad muy baja, un indicador clave que sirve de referencia
para los tipos de interés a largo plazo.
Según Bernanke, el
crédito barato "promoverá el crecimiento
económico. Por ejemplo, las menores cuotas hipotecarias
harán la vivienda más asequible y permitirán
a más propietarios refinanciarse. Y las menores tasas de
los bonos corporativos fomentarán la inversión de
las empresas".
Por otro lado, la FED busca
impulsar al alza el mercado de valores: los tipos bajos
harán "subir el precio de las acciones". Y ello,
"aumentará la riqueza de los consumidores y ayudará
a incrementar la confianza que, a su vez, también
estimulará el gasto. El aumento del gasto dará
lugar a mayores ingresos y ganancias que, en un círculo
virtuoso, seguirá apoyando la expansión
económica". Hasta aquí el argumentario de Bernanke,
típico de una visión keynesiana de la
economía, centrada en el consumo y no en el ahorro, en la
expansión crediticia y no en la depuración de las
malas inversiones y el necesario ajuste de los factores
productivos.
Curiosamente, en este
último punto, el de impulsar al alza las bolsas, coincide
con su predecesor en el cargo. El pasado julio Alan Greenspan
señaló lo siguiente: "Si el mercado de valores
continúa alcista hará más para estimular la
economía que cualquier otra medida que hayamos discutido
aquí".
Según Goldman Sachs, las compras por
parte de la FED se han materializado en subidas bursátiles
a lo largo de los últimos meses.
El problema, sin embargo, es que dicho
rally parece carecer de sustento real, a la vista de la confianza
y la situación económica de EEUU.
Bernanke también señala que
el QE I apenas ha afectado al volumen de dinero en
circulación (oferta monetaria) o al aumento de los
depósitos bancarios. Algunos datos desmienten este punto,
como indica la evolución del M2, masa monetaria cuyo
principal componente son los depósitos bancarios, y que
acaba de registrar su primera caída tras 16 semanas
consecutivas de ascensos.
Pese a ello, la masa monetaria (M3) -dinero
en circulación en EEUU- ha registrado en los
últimos meses su mayor desplome desde la primera mitad de
los años 30 (Gran Depresión), lo cual refleja una
fuerte presión deflacionista (contracción
monetaria). Éste es, precisamente, el gran miedo y enemigo
a combatir por parte de Bernanke. De ahí que su estrategia
persiga volver a extender el crédito… como sea (dinero
de nueva creación).
Asimismo, Bernanke niega que su
política esté generando inflación. Es cierto
que el IPC de EEUU se mantiene, por el momento, en cotas
históricamente bajas, pero cabe destacar que mientras el
precio de algunos activos se hunde (deflación) un simple
vistazo al precio de las materias primas en los últimos
meses indica justo lo contrario (inflación).
Deflación e inflación al mismo tiempo.
De hecho, tras el anuncio
del QE II la reacción del oro, materias primas y la bolsa
de EEUU ha sido claramente alcista. Sin ir más lejos, la
Bolsa de Nueva York vivió el jueves una jornada de
euforia, en la que sus principales índices registraron
subidas de alrededor del 2%, que permitieron al Dow Jones de
Industriales cerrar en los niveles que tenía antes de la
dramática caída de Lehman Brothers en
2008.
Es decir, su
política monetaria sí está teniendo efectos
inflacionistas (subida de precios) sobre múltiples
activos, cosa distinta es que ello se traslade a la tasa oficial
de inflación (constituida tan sólo por algunos
productos escogidos por el Gobierno).
Efectos Pero más
allá de estas evidencias y argumentos, ¿qué
riesgos está generando la actual deriva de la FED? En
primer lugar, tanto Bernanke como el secretario del Tesoro, Tim
Geithner, han mentido a la opinión pública de EEUU
al afirmar que la FED, en ningún caso, pretende monetizar
deuda (pública y privada) con tales intervenciones
monetarias. De hecho, tras esta nueva compra, la FED
superará a China como principal tenedor de bonos
estadounidenses en 2012.
En segundo lugar, tal y como avanzó
Libertad Digital, el QE 2 tendrá cuatro efectos muy
negativos:
a) Mayor facilidad para el endeudamiento
público, con todos sus efectos distorsionadores sobre la
economía privada.
b) Aumento del crédito en un momento
en el que los agentes se están desapalancando, con lo cual
se ralentizará el necesario ajuste de los factores
productivos.
c) Mantenimiento de tipos de interés
bajos, ya que el Gobierno de EEUU no tendrá que
financiarse en el mercado de capitales. La FED se
encargará de comprar todas las emisiones. Los tipos bajos
impedirán, igualmente, la liquidación de las malas
inversiones y la necesaria reestructuración de balances
empresariales, familiares y bancarios.
d) Y, por último, envilecimiento del
dólar en la medida en que cada vez está respaldado
por activos mas ilíquidos y de peor calidad, debido al
sobredimensionado balance de la Reserva Federal a costa de
monetizar deuda de dudosa solvencia (incluida deuda
pública). Según Bill Gross, el principal
responsable de PIMCO -la mayor gestora de renta fija del mundo-,
el dólar podría depreciarse un 20% adicional
respecto a otras divisas.
En cuanto a este
último punto, la caída del dólar
acentuará aún más la guerra de divisas a
nivel internacional originada por Bernanke. La caída del
dólar perjudica a los inversores extranjeros que tengan
activos nominados en esta divisa -de reserva internacional, por
excelencia-, al tiempo que fomenta la inversión en bonos
de mercados emergentes, fortaleciendo a su vez sus respectivas
monedas. Ante esta situación, varios gobiernos (de
economías fundamentalmente exportadoras) ya han decidido
intervenir sus respectivos mercados monetarios, e incluso
restringir la entrada de capitales, para frenar la
revalorización de sus monedas.
Por último,
Japón lleva aplicando este tipo de políticas desde
hace casi dos décadas con nulos resultados. En la
actualidad, pese a que los tipos en EEUU están
próximos al 0%, la economía de EEUU sigue
estancada, el paro sigue subiendo, las ejecuciones hipotecarias
aumentan…
Según el analista
Mike Shedlock, "la FED es el problema. Greenspan y Bernanke han
inflado una burbuja tras otra. Ahora, la FED está
persiguiendo abiertamente una nueva burbuja bursátil. Las
burbujas crediticias e inmobiliarias son las de último
recurso. Ambas crearon empleo (artificialmente, por supuesto), y
después se estrellaron y los citados empleos se
esfumaron".
"Las nuevas burbujas de
acciones, bonos basura o materias primas no crearán
ningún puesto de trabajo. De hecho, el aumento de precios
de las materias primas, basado en la especulación y los
torpes intentos de la FED para forzar al alza el IPC, va a
suponer más destrucción de empleo. La razón
es tan obvia que tan sólo una manivela monetaria atrapada
en el país de las maravillas académicas no puede
verlo", indica.
Y es que, el alza de las materias primas
reducirá aún más el margen de beneficios de
multitud de empresas, sin que éstas puedan repercutir
dichos costes al precio de venta final de sus productos debido a
la atonía del consumo (tienen que reducir precios para
poder vender). En definitiva, el QE II fracasará, al igual
que ya sucedió con la primera ronda monetaria.
"Ben Bernanke sigue atrayendo
críticas debido a la decisión de iniciar una
segunda ronda de expansión monetaria cuantitativa
(conocida popularmente como QE2). El presidente de la Fed se
encontró ayer con una carta abierta publicada en The Wall
Street Journal y firmada por algo más de veinte
economistas y personalidades cercanas al partido Republicano que
le piden que "reconsidere y cancele" este estímulo
monetario"… Economistas de EEUU piden que se cancele la
expansión monetaria (Cinco Días –
16/11/10)
Douglas Holtz-Eakin, ex director de la
Oficina Presupuestaria del Congreso, John Taylor, secretario del
Tesoro con la Administración de George Bush, Peter
Wallison, abogado de la Casa Blanca durante la época de
Ronald Reagan, Charles Calomiris, profesor de Columbia firman una
carta que también cuenta con la rúbrica de el
historiador y autor Niall Ferguson y los periodistas William
Kristol (Weekly Standard) y Amity Shlaes autora de un libro en el
que critica el New Deal.
Los críticos aseguran que la
acción de la Fed, que se traduce en una inyección
de liquidez a través de compra de bonos del Tesoro con
dinero que esta agencia imprime, no es "ni necesario ni
aconsejable" y advierten que puede tener efectos sobre la divisa
y la inflación sin lograr el objetivo de mejorar el
mercado laboral. Los firmantes dicen que la solución a la
crisis pasa por una mejora en la fiscalidad y las
políticas de gasto y regulatorias no por un mayor
estímulo monetario. Son tesis similares a las de los
legisladores republicanos que quieren reducir el gasto y mantener
los recortes fiscales de Bush.
El rapapolvo a Ben Bernanke llega poco
después de haber oído también
críticas desde Alemania, China y otros países del
G-20 además de la plana mayor del influyente Tea Party. La
propia Sarah Palin le pidió la semana pasada el fin de la
QE2.
… Pero Bernanke les contesta con
su teoría de los "círculos
virtuales"
El presidente de la Reserva Federal, Ben
Bernanke, explicaba en el Washington Post
(14/11/2010):
"Los mercados subieron y los tipos de
interés a largo plazo bajaron cuando los inversores
empezaron a anticipar la actuación más reciente de
la Fed. Una situación financiera más favorable
promoverá el crecimiento económico. Por ejemplo,
unas hipotecas a tipos más bajos harán las
viviendas más asequibles y permitirán que un mayor
número de propietarios puedan refinanciarse. Unos tipos
más bajos para las empresas incentivarán la
inversión. Los precios más altos de los activos
impulsarán el patrimonio de los consumidores,
devolviéndoles la confianza, lo que podrá
también reactivar el gasto. El aumento del gasto
producirá mayores rentas y beneficios que, en un
círculo virtual, darán un mayor soporte a la
expansión económica".
Sólo le faltó decir: "Y si
el círculo virtual no se cierra, que Dios (Yahveh, en su
caso), y la Patria me lo reclamen"…
"Janet Yellen sostiene que el
relajamiento cuantitativo no debería ser visto como un
"capítulo en una guerra cambiaria""… La Fed
defiende la compra de bonos del Tesoro (The Wall Street Journal –
16/11/10)
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