- Historia
- Conjuntivitis
- Tipos
de Conjuntivitis - Conjuntivitis Bacteriana
- Conjuntivitis Vírica
- Conjuntivitis
Alérgicas - Pronóstico
- Conclusiones
- Bibliografía
Reseña sobre los diferentes
tipos de CONJUNTIVITIS, historia, tratamientos, complicaciones y
remedios caseros
Historia
El primero en establecer la conjuntivitis
atópica como una entidad clínica fue el
inglés Bostock en 1819. Unos años más tarde,
en 1928, MacCulloch asoció esta condición con los
cultivos de heno. No obstante, hubo que esperar hasta los
años 40 para que, gracias al trabajo de varios grupos de
investigadores franceses, alemanes y americanos, el concepto de
alergia se desvinculara definitivamente del origen infeccioso al
que hasta entonces se hallaba ligado.
La conjuntivitis vernal fue inicialmente
descrita por Arlt en 1846 y la enfermedad se caracterizó
como entidad clínica en 1876 por parte de Saemisch, el
cual la denominó "Catarro primaveral", dada la
periodicidad de la misma.
El test de provocación conjuntival,
por su parte, es una de las pruebas más antiguas usadas
para el diagnóstico de enfermedades alérgicas. De
hecho, fue usado por primera vez por Blackley hacia 1870 y desde
entonces se siguen empleando con una cuádruple
finalidad:
Confirmar el diagnóstico de
alergia.
Estudiar los signos y síntomas de
las reacciones alérgicas.
Evaluar el mecanismo de procucción
de la respuesta alérgica.
Valorar la eficacia de los tratamientos
antinflamatoria.
Conjuntivitis
Conjuntivitis es la inflamación de
la capa conjuntiva, membrana mucosa que recubre el interior de
los párpados y que se extiende a la parte anterior del
globo ocular.
Presentan unas manifestaciones comunes
(enrojecimiento, fotofobia y lagrimeo) y otras dependientes de su
causa (legañas matutinas en las infecciosas, ganglios
aumentados de tamaño en las víricas, prurito en las
alérgicas, etc.), con una duración entre 1 y 3
semanas.
No respeta sexo ni edad y se distribuye de
modo uniforme en el mundo.
¿Qué es la
conjuntivitis?
La conjuntivitis es el enrojecimiento y la
hinchazón del recubrimiento del párpado y de la
superficie del ojo. El recubrimiento se llama conjuntiva, de
ahí el nombre de conjuntivitis. Normalmente, el
recubrimiento del ojo es transparente e incoloro.
La conjuntivitis es una afección
común. Por lo general, se propaga fácilmente, en
especial, entre los niños en la guardería y en la
escuela.
Debido a que la conjuntivitis a menudo se
propaga del ojo a la mano y de esta al ojo, es importante lavarse
bien las manos. Compartir una toallita, una toalla u otro
artículo con una persona que tiene conjuntivitis puede
propagar la infección.
¿Cuál es la causa de la
conjuntivitis?
La mayoría de las veces, la
conjuntivitis es causada por un virus. Por lo general, ocurre al
mismo tiempo que tiene un resfriado o inmediatamente
después de haberlo tenido. Lo que es menos común,
la conjuntivitis puede ser causada por una infección con
bacterias.
El aire seco, las alergias, el humo y las
sustancias químicas también pueden causar
conjuntivitis.
¿Cuáles son los
síntomas?
Los síntomas de la conjuntivitis
incluyen:
Enrojecimiento.
Comezón o ardor en los
ojos.
Más lágrimas que lo habitual.
Es posible que el ojo drene un líquido blancuzco
transparente o levemente espeso.
Líquido que drena del ojo, de color
gris o amarillo. Levantarse con las pestañas de un ojo o
de ambos pegadas a causa de este drenaje seco es un
síntoma común de conjuntivitis.
Leve sensibilidad a la luz.
Es posible que tenga síntomas en un
ojo, en ambos o que los síntomas se propaguen de un ojo al
otro. Cuando la conjuntivitis es causada por un virus, por lo
general, los síntomas comienzan en un ojo y es posible que
luego se propaguen al otro ojo.
Si pensamos que tenemos conjuntivitis,
llamemos al médico para encontrar la mejor manera de
tratarla. Es posible que determinados riesgos para la salud
aumenten la gravedad de los síntomas.
Si tenemos otros síntomas, como
dolor en el ojo o un cambio en la visión, si usamos lentes
de contacto o si tenemos otros problemas médicos, es
posible que tenga un problema más grave en el ojo. En
estos casos, es especialmente importante consultar a un
médico. Los niños pequeños con conjuntivitis
podrían tener una infección del oído; por
eso, también deben consultar a un médico de
inmediato.
¿Cómo se diagnostica la
conjuntivitis?
Por lo general, un médico puede
diagnosticar la conjuntivitis realizando un examen de la vista y
haciéndole preguntas acerca de sus síntomas. A
veces, el médico usará un hisopo de algodón
para tomar un poco de líquido de alrededor del ojo para
poder realizarle una prueba a fin de detectar bacterias u otra
infección.
Tipos de
Conjuntivitis
Según su etiología se puede
clasificar como:
Bacterianas: son menos frecuentes,
caracterizadas por secreción abundante y amarillenta y
formación de papilas en la conjuntiva palpebral. Se tratan
con higiene ocular y antibióticos
tópicos
Víricas: son las más
frecuentes, producidas generalmente por adenovirus, con menos
legañas y posible afectación corneal dolorosa. Son
muy contagiosas y habitualmente remiten espontáneamente,
aunque se suele pautar tratamiento sintomático
tópico (antinflamatorios) y lavados frecuentes.
Viral: son frecuentes, producidas por las
manos, toallas o hasta estornudos. Los síntomas son
enrojecimiento de los ojos, eritema biocular, lagrimeo, costrasa
amarilla, ojos con escleras hiperemicas, epifora, conjuntivas
hiperemicas. Se compromete en algunos casos la
córnea.
Alérgicas: típicamente
estacionales, no se distinguen por tener un importante picor,
pero sí por tener legañas mucosas y
asociación frecuente con sinusitis.
Conjuntivitis
Bacteriana
Frecuentemente, la conjuntivitis bacteriana
es causada por inoculación directa de una fuente
exógena. También puede resultar de la
invasión y proliferación de microrganismos
endógenos posterior a una infección
sistémica. Los estados de inmunodepresión
contribuyen a la patogenia de la infección. Puede
trasmitirse por auto inoculación con las manos,
trasmisión de secreciones del tracto genital, agua, aire o
fómites.
La alteración de los mecanismos de
defensa predispone el desarrollo de conjuntivitis. Así
mismo, la inflamación conjuntival secundaria a
alteraciones sistémicas, como el pénfigo, el
síndrome de Stevens-Johnson y la conjuntivitis
atópica, altera la flora bacteriana normal.
Los primeros elementos de la
infección ocular externa incluyen la adherencia
microbiana, la invasión y la replicación. Las
proteínas microbianas dirigen quimio tácticamente
la migración de los leucocitos. Sustancias mediadoras de
la inflamación del huésped, como eicosanoides
(prostaglandinas y leucotrienos), complemento y citoquinas atraen
células inflamatorias adicionales. Las endotoxinas,
liposacáridos presentes en las bacterias gram negativas,
pueden activar la vía alternativa del complemento e
inducir quimiotaxis de los leucocitos y liberación de
enzimas lisosomales. Las exotoxinas microbianas degradan el
colágeno estromal y los glicosaminoglicanos, rompen la
membrana celular y activan la vía de las quininas para
aumentar la permeabilidad vascular.
En algunos casos se asocia a hipertrofia de
la capa linfoide del estroma (formación de
folículos), así como células inflamatorias,
que incluyen neutrófilos, eosinófilos,
basófilos, linfocitos y células plasmáticas
que a menudo indican la naturaleza del agente lesivo.
Los daños al epitelio conjuntival
producidos por el agente nocivo pueden progresar con edema
epitelial, muerte celular y exfoliación, membranas y
pseudomembranas, hipertrofia epitelial o formación de
granulomas.
Los agentes patógenos predominantes
varían en función de la edad del sujeto:
Período neonatal: Se asocia
sobretodo a Chlamydia trachomatis y a Neisseria gonorrhoeae.8 Si
bien la oftalmía purulenta gonocócica
disminuyó gracias a la profilaxis sistemática
mediante el método de Credé (instilación de
nitrato de plata al 1%); la Chlamydia, resistente a esta
profilaxis, ha tomado un papel preponderante, sobre todo en los
países en vías de desarrollo.
En el niño: Predomina el Haemophilus
influenzae, seguido de Staphylococcus aureus, Streptococcus
pyogenes y pneumoniae, y de la Branhamella
catarrhalis.
En el adulto: Predominan Staphylococcus
áureas, Streptococcus pyogenes y pneumoniae, y la
Branhamella catarrhalis. Con menor frecuencia se hallan
Pseudomonas sp. Y entero bacterias, que suelen afectar a
individuos inmunodeprimidos, con hospitalización
prolongada, con irritación ocular por productos
cosméticos o usuarios de lentes de contacto. El
Staphylococcus coagulasa negativo es habitualmente un componente
normal de la flora conjuntival; sin embargo, algunas cepas pueden
ser patógenas causando una blefaroconjuntivitis
crónica.
ETIOLOGÍA
La siguiente tabla resume las
causas de las conjuntivitis bacterianas.
TABLA 1: ETIOLOGÍA DE CONJUNTIVITIS
BACTERIANA
Hiperaguda (purulenta)
Neisseria
gonorrhoeae Neisseria
meningitidis Neisseria
gonorrhoeae subespecie kochii
Aguda (mucopurulenta)
Streptococcus
pneumoniae (clima
templado) Haemophilus
aegyptius (clima tropical)
Subaguda Haemophilus
influenzae (clima templado)
Crónica (incluyendo
blefaroconjuntivitis)
Staphylococcus
aureus Moraxella
lacunata
Otros tipos (aguda, subaguda y
crónica)
Estreptococos
Moraxalla
catarrhalis
Coliformes
Proteus sp. Corynebacterium
diphtheriae Mycobacterium
tuberculosis
Por clamidias
Trachoma
(Chlamydia trachomatis serotipos A y
C) Conjuntivitis
de inclusión (Chlamydia trachomatisserotipos D y
K) Linfogranuloma
venereo (Chlamydia trachomatis serotipos L1 y
L3)
TERAPÉUTICA
En todos los casos de conjuntivitis
bacteriana se debe prescribir un colirio antibiótico. Si
se tiene un cultivo y antibiograma debe emplearse el agente
antiinfeccioso tópico según
sensibilidad.
– En conjuntivitis meningocócica, el
tratamiento sistémico incluye penicilina intravenosa, en
caso de resistencia a penicilina, cefotaxima o ceftriaxona
endovenosa.
– En caso de conjuntivitis
gonocócica: penicilina G 100000 UI/kg/día bid
durante 7 días, en alérgicos a penicilina puede
usarse espectinomicina 2 g IM, otras alternativas incluyen
ceftriaxone 1g vía intramuscular seguido de tetraciclina o
eritromicina vía oral por 2 a 3 semanas y las
fluoroquinolonas. La medicación tópica puede
incluir penicilina (333000 UI/mL) o bacitracina o ungüento
de eritromicina cada 2 horas.
– En conjuntivitis gonocócica en
infantes se recomienda ceftriaxona de 25 a 50 mg/kg EV o IM una
vez por día durante 7 días, o cefotaxima 25 mg/kg
EV o IM bid por 7 días.
– En conjuntivitis no gonocócica
neonatal se indica eritromicina 05% en ungüento 4 a 6 veces
al día. La sulfacetamida también es una
alternativa.
– En caso de conjuntivitis por Chlamydia,
el tratamiento de elección es tetraciclina al 1% en
ungüento oftálmico, aplicada 3 veces al día en
el fondo de saco conjuntival, durante 6 semanas.
– En niños con conjuntivitis
bacteriana aguda puede utilizarse:
Neomicina+ polimixina al 0,35% 1 gota cada
3 – 4 horas por 7 días.
Netilmicina 1 gota cada 3 – 4 horas hasta
remisión del cuadro.
– Otras alternativas para el tratamiento de
la conjuntivitis bacteriana aguda:
– Sulfacetamida al 10%, 1 gota cada 1 -3
horas hasta remisión del cuadro.
– Neomicina+ polimixina, solución al
0,35% – 10000 U, 1 gota cada 3 – 4 horas por 7
días.
– Cloramfenicol al 0,5% – 1%, 1 gota cada 3
– 4 horas por 10 días.
– Se sugiere aplicar estos
antibióticos en forma de ungüento por las
noches.
– La frecuencia de la aplicación y
el uso de la combinación de antibióticos con
esteroides podría adoptarse o variarse según el
criterio y la experiencia del oftalmólogo.
– En caso de conjuntivitis bacteriana
crónica se recomienda la higiene de pestañas y el
uso de antibióticos como la eritromicina o bacitracina en
ungüento y medicación tópica
Diferencias con la Conjuntivitis
Virica
En este tipo de conjuntivitis existe menos
picor que en la bacteriana, no hay secreción viscosa y
sí abundante lagrimeo. Puede aparecer hemorragia sub
conjuntival y estar asociada a síntomas generales (fiebre,
dolores musculares, faringitis…). En ocasiones, aparecen
ganglios linfáticos dolorosos en el cuello y en la zona
que hay por delante de las orejas.
Cuando la conjuntivitis vírica ha
sido producida por la aparición de herpes infectados no
deberán usar antibióticos con corticosteroides, ya
que estos últimos tienden a empeorarla.
Este tipo de conjuntivitis empeora a los 5
a 6 días desde el primer síntoma y mejora alrededor
de los 10 a 15 días. Si sólo un ojo está
afectado, pueden pasar hasta 2 semanas para contagiar al
otro.
Conjuntivitis
Vírica
Los signos típicos de una
conjuntivitis vírica no difieren en exceso de los de otras
conjuntivitis. Se caracterizan por hiperemia conjuntival
moderada, secreción serosa o serofibrinosa,
reacción inflamatoria folicular y quemosis
conjuntival.
La hiperemia es más marcada en la
conjuntiva tarsal y en los fondos de saco. Esta es debida a la
vasodilatación de los vasos conjuntivales. A medida que el
cuadro se instaura, se extiende y llega a afectar los vasos de la
conjuntiva bulbar. La inyección ciliar o dilatación
de los vasos perilímbicos es menos frecuente y es un signo
indirecto de lesión corneal o de uveítis anterior.
Característicamente la hiperemia desaparece tras la
instilación de fenilefrina en colirio lo cual nos hace el
diagnóstico diferencial con las escleritis en las que tras
la instilación de este colirio la hiperemia no desaparece
.
El lagrimeo es debido a la aparición
de un trasudado seroso motivado por la alteración de la
permeabilidad de los vasos conjuntivales. Esta secreción
fácilmente se transforma en fibrinopurulenta por el
sobrecrecimiento de la flora bacteriana habitual de la
conjuntiva. En los casos más graves además existe
un exudado que contiene cantidades variables de proteínas
y fibrina que precipitan y se depositan en el epitelio
conjuntival formando coágulos. Estos coágulos son
las pseudomembranas y se deben retirar inmediatamente tras su
formación ya que de lo contrario pueden ocasionar un
simbléfaron permanente. Las pseudomembranas se diferencian
de las membranas verdaderas en que las primeras al ser retiradas
queda expuesta la conjuntiva inflamada pero indemne, mientras que
las membranas verdaderas muestran en su base un tejido de
granulación sangrante.
La reacción inflamatoria
típica de las conjuntivitis víricas se caracteriza
por la aparición de folículos en conjuntiva tarsal
y en los fondos de saco. Son pequeñas formaciones
sobreelevadas, transparentes, poco numerosas de 0.5-1.5 mm de
diámetro. Están constituidos por acúmulos de
linfocitos mononucleares y plasmocitos. Están rodeados por
un fino entramado vascular que no los invade3.
Se llama quemosis al edema inflamatorio de
la conjuntiva y aparece en las fases más incipientes de la
enfermedad. Se produce por la alteración de la
permeabilidad de los vasos sanguíneos. Típicamente,
en las infecciones por virus Echo o Coxsackie, aparece
también extravasación de hematíes con lo que
el edema además es hemorrágico. El depósito
de los hematíes constituye la formación de micro
hemorragias que en ocasiones pueden llegar a confluir y hacerse
extensas. Cuando el edema se extiende a los párpados
aparece ptosis palpebral tanto más intensa como más
grave sea el cuadro.
Frecuentemente las conjuntivitis
víricas como el resto de conjuntivitis infecciosas se
acompañan de la presencia de una adenopatía pre
auricular homolateral. Se encuentra por delante del trago y es
pequeña, redonda, móvil y ligeramente dolorosa a la
palpación. Asimismo, podemos encontrar adenopatías
en la zona parotídea o submaxilar.
Conjuntivitis
Alérgicas
Las respuestas más frecuentes de
hipersensibilidad del ojo son las mediadas por IgE y mastocitos.
Es esta una afección generalmente bilateral, cuya gravedad
clínica, al igual que todo proceso alérgico, viene
determinada por la intensidad de la sensibilización y por
el grado de exposición al antígeno.
Prácticamente siempre se acompaña de
síntomas nasales, de ahí su nombre.
El síntoma principal es el picor
conjuntival aunque de forma asociada suele presentarse
también el enrojecimiento y el lagrimeo, el edema
periocular, la intolerancia a la luz, la sensación de
cuerpo extraño y la quemazón.
Para realizar un adecuado
diagnóstico etiológico, es necesario emplear las
pruebas cutáneas (Prick test) y la determinación de
IgE específica en suero. Sólo en casos dudosos o en
los cuales no se puedan emplear alguno de los anteriores, es
preciso recurrir a la Provocación conjuntival.
Causas, Incidencias, Factores de
Riesgo.
Cuando los ojos están expuestos a
una sustancia a la que uno es alérgico, se libera
histamina y se inflaman los vasos sanguíneos en la
conjuntiva (la membrana transparente que cubre la
"esclerótica" de los ojos). Rápidamente se presenta
enrojecimiento del ojo, acompañado de picazón y
lagrimeo.
Las alergias tienden a darse en familias,
aunque no se ha reconocido un patrón hereditario evidente
para ello. La incidencia de la alergia es difícil de
determinar, puesto que muchas afecciones diferentes con
frecuencia se agrupan bajo el término de alergia. Tenga en
cuenta que frotarse los ojos hace que la situación
empeore.
Síntomas
Los síntomas pueden ser estacionales
y pueden abarcar:
Ojos rojos
Dilatación de los vasos en la
cubierta de tejido blanca y transparente del ojoPicazón intensa o ardor en los
ojosPárpados abultados,
especialmente en la mañanaLagrimeo (ojos llorosos)
Secreción viscosa del
ojo
Tratamiento
El mejor tratamiento es evitar la
exposición a la causa o alérgeno, lo cual,
infortunadamente, no siempre es práctico. El malestar se
puede aliviar con la aplicación de compresas frías
en los ojos o tomando antihistamínicos por vía oral
(muchos de éstos están disponibles sin receta
médica).
Si las medidas de cuidados caseros no
ayudan, puede ser necesario el tratamiento por parte de un
médico, lo cual puede incluir:
Gotas antinflamatorias o
antihistamínicas que se colocan dentro del ojo
Preparaciones de esteroides
oftálmicos suaves aplicadas directamente en la superficie
del ojo (para reacciones severas)
Gotas oftálmicas que impiden que
ciertos glóbulos blancos, llamados mastocitos, liberen
histamina; estas gotas se administran en combinación con
antihistamínicos para casos de reacciones que van de
moderadas a severas.
Pronóstico
Es un proceso totalmente benigno que, bien
tratado, no debe producir excesivas complicaciones. La
duración del proceso es de unos 15 días,
desapareciendo lentamente la sintomatología hasta el
restablecimiento ad integrum en la mayoría de los casos.
Como se ha mencionado anteriormente, los glucocorticoides
están contraindicados, aunque todavía se siguen
administrando y son causantes, en muchos casos, de complicaciones
yatrogénicas.
Conclusiones
La conjuntivitis en un padecimiento muy
frecuente en la consulta de Atención primaria, que de
acuerdo a la literatura se presenta durante todo el año
con mayor recurrencia en primavera y verano.
Es considerada como una barrera entre el
globo ocular y el medio ambiente, cuando se inflama se denomina
conjuntivitis. La conjuntivitis bacteriana es muy contagiosa,
generalmente bilateral, caracterizada por abundante
secreción mucopurulenta o purulenta.
Habitualmente no cursa con dolor aunque
sí con ardor y sensación de cuerpo extraño
ocular, edema palpebral y aglutinamiento matutino de las
pestañas debido al acúmulo de la secreción
conjuntival. La secreción es de color amarillento o
verdoso y la hiperemia conjuntival es prominente en los fondos de
saco.
A pesar de que la mayoría de las
conjuntivitis son contagiosas, normalmente no causan daño
ni al ojo ni a la visión. Cuando la infección es
severa se pueden presentar membranas y
pseudomembranas.
Los gérmenes patógenos
comúnmente encontrados son Staphylococcus aureus y
Streptococcus pneumoniae. El uso de antibióticos se
relaciona con mejores tasas de remisión clínica
precoz y microbiológica (precoz y tardía), aunque
el beneficio es pequeño.
El tratamiento acorta el período de
contagio y reduce el riesgo de complicaciones y depende de su
causa.
Los párpados deberían lavarse
suavemente con agua muy limpia y un paño limpio para
mantenerlos limpios y libres de secreción. Si la causa es
una infección bacteriana el tratamiento incluye medidas
higiénicas de prevención (lavado frecuente de
manos, utilización de pañuelos desechables, etc) y
la aplicación de un antibiótico tópico de
amplio espectro (cloramfenicol, neomicina-polimixina,
sulfacetamidas, etc.) por 7 días en forma de gotas cada 2
a 3 horas durante el día y ungüento por la
noche.
No está indicado el uso concomitante
de esteroide tópico ya que enmascara la evolución
natural de la enfermedad e interfiere con la adecuada respuesta
del huésped ante la infección.
Una buena higiene puede ayudar a prevenir
el contagio de conjuntivitis y se deben indicar al paciente
utilizar medidas tales como evitar tocarse los ojos con las
manos, lavarse la manos con frecuencia, cambiar las fundas de las
almohadas con frecuencia, remplazar los cosméticos para
los ojos con regularidad, no compartir los cosméticos para
los ojos, no compartir las toallas ni los pañuelo, uso y
cuidados apropiados de las lentes de contacto.
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Autor:
Soravito, Alum, Forte,
Balbuena.
31/10/2012