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El espiritismo de cordón en Bayamo ante la crisis socioeconómica cubana de la década de 1990



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Antecedentes históricos del espiritismo
    de cordón en la ciudad de Bayamo
  3. Características del espiritismo de
    cordón en Bayamo ante los Cambios
    socioeconómicos de la década de los
    90
  4. Los
    templos cordoneros de Bayamo una mirada a las tradiciones,
    costumbres y valores culturales
  5. Valoración del ámbito religioso
    cordonero de Bayamo en la década del 90 del pasado
    siglo
  6. Notas
    y referencias

El espíritu percibe y
siente,

y con ello alcanza la verdad.

José Martí

Introducción

El estudio de las creencias y prácticas
religiosas de los cubanos ha sido abordado a partir de diversas
ópticas que desde la historia no siempre han emergido
suficientes textos, en cambio la contemporaneidad ha recibido
mayor atención que el pasado histórico, al igual
que los estudios referidos a las iglesias cristianas en general ;
investigaciones concernientes al resto de las creencias
mágico-religiosas o religiones no cristianas sobre todo en
el período republicano( 1902- 1958) han quedado en una
especie de espera para la profundización de su estudio.
Entre los años finiseculares hasta comienzos del siglo XX,
nuevas tendencias se sumaron en materia de religión, que
nos llegaron, esencialmente, desde los Estados Unidos de
América a través del protestantismo.

Los diferentes componentes étnicos de nuestra
nación poblaron la mayor de las antillas a través
de procesos diversos, en su mayoría traumáticos y
discriminatorios .Estas personas que llegaban a la Isla
traían entre sus escasas pertenencias una muy especial:
sus creencias religiosas.

Asumimos que los pueblos son el resultado de su
historia, que es el devenir en el tiempo de todos los procesos
que los han constituidos, procesos que responden en cada momento
a las circunstancias, delimitadas a su vez por relaciones
espacio-temporales, donde se incluyen sistemas políticos
establecidos, clases, grupos o sectores sociales con preeminencia
social, tradiciones, costumbres, psicología social, tipo y
naturaleza de la religión o las formas religiosas
existentes y hasta la constitución física,
étnica, por edades y sexo de esa propia
población(1). Por tanto, en estudios que se asuma del
componente religioso siempre debe tenerse en cuenta su incidencia
en la conformación de la nación y nacionalidad
cubana como es el caso que nos ocupa

En el proceso de formación de la nación y
nacionalidad cubana, para su estudio, también hay que
tener en cuenta las diferentes identidades, las regionales y las
locales, pues desde un inicio en este largo proceso tuvo sus
rasgos novedosos sin que estos fueran definitorios, de ahí
la importancia que tiene cualquier análisis que se realice
del elemento religioso dentro de cualquier colectividad
humana.

Junto a las instituciones religiosas en el país
también se encuentran los cultos populares, cultos que, a
partir de su base doctrinal, los especialistas han coincidido en
su gran mayoría en clasificarlos en dos grupos: los
llamados culturas cubanas de origen africano (que se subdividen
en distintos grupos: regla Ocha o santería, regla Conga o
Palo Monte, Sociedad secreta Abakuá y la regla
Arará) y el espiritismo popular. La religiosidad popular,
según Enrique Dussel, se trata «de un momento de la
cultura popular…creencias subjetivas populares,
símbolos y ritos, junto a comportamientos o
prácticas objetivas con sentido, producto de su
historia… que no debe confundirse con la religión
oficial».

En Cuba, la religiosidad popular es, como en muchos
otros lugares, eminentemente sincrética, y agrupa
elementos de catolicismo, espiritismo y religiones afrocubanas;
situación muy similar a la de otras regiones del Caribe y
del Brasil.

La influencia del espiritismo, en particular en su
variante cordonera tiene su incidencia en las provincias de
Granma, Holguín y Las Tunas, consideradas las plazas
fundamentales de desarrollo de este culto popular, el
número de templos y creyentes ha crecido considerablemente
en los últimos 40 años.El espiritismo de
cordón, es sin dudas, un producto autóctono de las
provincias antes mencionadas, donde surgió y se mantiene
en su forma más pura.

A partir de los años 90 las prácticas
religiosas adquieren nuevos matices y dimensiones dentro de toda
la envoltura social cubana; con los cambios en la política
del Estado y el Partido con relación a la religión
y los creyentes (2) se suprimen las restricciones que
oficializaban el ateísmo y la discriminación (3)
dejaba de ser un impedimento para asumir la religión como
parte de nuestra cultura y fuente de también de
cubanía. Indudablemente, la huellas del ateísmo y
de un proceso revolucionario, con sus aciertos y desaciertos,
pero innegablemente transformador, quedaron y quedarán en
la memoria y en el comportamiento e identificación de los
creyentes con la religión; así como en la
apropiación y reconstrucción de lo
nacional.

Con un alcance mayor, el derrumbe del modelo euro
soviético trajo cambios en todas las esferas de la vida
económica y social cubana, lo que no deja exenta a la
religión. El país se sumergió en una
profunda crisis y comenzó un proceso de ajustes y reformas
económicas que trasciende al orden social que condujo a
una búsqueda de salidas, causadas por la
disminución de la capacidad de satisfacción,
frustración, desaliento y evasión; las
consecuencias inmediatas de la crisis y de las medidas adoptadas
no tuvieron el mismo impacto para todas las Iglesias,
Denominaciones y creencias.

En tales circunstancias se produjo un aumento de la
actividad religiosa y de su presencia en la vida social, se
comenzó a hablar de un boom religioso que a criterio del
autor se vieron implicadas en menor o mayor medidas todas o casi
todas las instituciones religiosas, y que en el caso
específico del Espiritismo de cordón en Bayamo no
se conocen estudios realizados, siendo esta la motivación
fundamental del autor para el desarrollo de esta
investigación. Por ello para la investigadora sería
necesario cuestionar si efectivamente se confirmo o no un
reavivamiento de esta práctica; de resultar afirmativo,
una segunda interrogante sería el porqué del mismo,
y otra, el impacto que puede tener en la vida social y religiosa
de Bayamo.

Según el investigador la religión como
fenómeno social, es cambiante teniendo además la
capacidad de adaptación ante los diferentes medios, tanto
favorables o adversos. Es ella quien liga al hombre y a la mujer
a lo sobrenatural y desempeña una serie de funciones de
tipo afectivo cognoscitivo, moral, social, económico y
político. Cada época es en su esencia un paisaje
único e irrepetible.

La provincia de Granma y Bayamo en particular es una de
las plazas más importante en las prácticas del
espiritismo de cordón entre la población como
reflejo de la realidad social.

Antecedentes
históricos del espiritismo de cordón en la ciudad
de Bayamo

El espiritismo desde su introducción en Cuba en
la segunda mitad del siglo XIX, por intermedio de sus seguidores,
fue adoptando características que se ajustaban al contexto
social de cada época. Personas simpatizantes y portadoras
de estas creencias apoyaron al movimiento independentista,
participaron abierta y directamente en la guerra contra la Corona
Española y en el movimiento anti anexionista. Se
integraron a los círculos literarios de intelectuales que
a través de sus creaciones literarias ponían a
relieve toda su espiritualidad y su cubanía. Esto les
permitió formar grupos sin seguir un patrón
estricto de conducta religiosa y sí una idea general de la
creencia a la que se asociaban.

Esta forma de agruparse dio como resultado la
conformación en diferentes zonas del país de
variantes específicas de rituales que se tipificaban por
la variación de niveles en la estructuración de sus
ideas y concepciones religiosas y la disímil complejidad
de sus prácticas rituales. Un aspecto importante a
destacar respecto de la conformación del espiritismo
cubano es la relación que se puede establecer entre el
surgimiento de las nuevas variantes, su ubicación
geográfica o zona de aparición y las tradiciones
religiosas ya existentes en la isla. Acerca de la
ubicación espacial del espiritismo de cordón, Don
Fernando Ortiz en recorrido desarrollado por algunas zonas de la
antigua provincia de Oriente en 1948 escribió: "Por
una de esas sincresis históricas cristalizó en
Oriente una nueva modalidad de espiritismo de tipo ritualista,
con ciertas peculiaridades locales. Estos peculiares ritos
convulsionarios cubanos que denominaremos los Cordoneros de
Orilé, son muy conocidos en Oriente, sobre todo por los
términos de Bayamo y Manzanillo y sus comarcas
aledañas; por Campechuela y Niquero, y con alguna menor
importancia por El Cobre, San Luís, Jiguaní, Palma
Soriano, Songo, Yateras, Guantánamo y Santiago; es decir,
por todo El Solar de la Prieta. Pero sépase desde ahora,
ello no es "cosa de negros", sino fruto genuino de nuestra
tierra, así de las prietas como de las colorás.
(1)

Además de los territorios demarcados
anteriormente hay que considerar también como medio
natural autóctono de la practica cordonera, los municipios
occidentales de Holguín a partir de Cueto y la provincia
Tunas hasta los antiguos limites con Camaguey, que es donde las
creencias cordoneras son un importante elemento de la conciencia
social religiosa de la población, especialmente campesina
o en los emigrados de este origen en las ciudades, Allí
surgen los más antiguos templos cordoneros; es la patria
chica de los más prestigiosos médium y curanderos.
Existen testimonios que los centros cordoneros existentes en
otras localidades del país incluso en el extranjero,
fueron fundados por personas provenientes de este
territorio.

La autoctonía del espiritismo de cordón,
consideramos que estuvo acondicionado por situaciones
históricas, sociales, culturales e incluso étnicas,
si tenemos en cuenta que en dicha zona geográfica fue una
de las primeras del país donde predominó la
población criolla desde el siglo XVII, y el crecimiento
estuvo dado fundamentalmente por la autorreproduccion y no por
inmigración masiva de elementos hispánicos y
afroides; la esclavitud no resultó ser horcón
económico, donde el elemento negro no constituyó
nunca mayoría y la heredad aborigen se sintió con
fuerza hasta el siglo XIX, con predominio de la raza blanca, lo
que no excluye un largo período de mestizaje que se
remonta al siglo XVI.

El sentimiento del criollo, de hombre de la tierra
apareció muy tempranamente, que devino en la actitud de
rebeldía de los vecinos de Bayamo contra las limitaciones
que la metrópolis imponía al comercio de
contrabando. La zona se quedo rezagada económica y
culturalmente sobre todo en relación al occidente del
país, con una economía atrasada de hacendados y una
numerosa población campesina analfabeta o semianalfabeta
que abrazó a su manera las ideas Kardecianas
mezclándolas con sus ideas religiosas. Las evidencias nos
conduce a estimar que en el Oriente cubano era posiblemente la
región de la isla donde el espiritismo se había
extendido con mayor fuerza en todos sus matices.

Teniendo en cuenta los elementos anteriores, y
escudriñando con mayor detenimiento la evolución
humana de la región del Guacanayabo como zona originaria
de esta práctica, asumimos la hipótesis ofrecida
por algunos investigadores de por qué es esta zona la que
acoge el nacimiento del espiritismo de cordón y no otra;
la primera afirmación que aflora es la evidente presencia
y heredad aborigen en esta región, pues, desde la
creación del pueblo de indios de San Pablo de
Jiguaní, pasando por las compañías de
milicias de indios de Bayamo en el siglo XVIII y los registros de
defunciones de indios en los archivos parroquiales de Manzanillo
a inicios del siglo XIX, resultan elementos de juicio suficientes
para rastrear la presencia del imaginario y legado aborigen en
los habitantes de la región que va más allá
de una toponimia Arauca exuberante; desde luego pensando en sus
famosos Areitos; no es casual que el escarmiento y ademán
heroico de Hatuey de negarse a ir al cielo, haya sido
después inmortalizado en la leyenda separatista de la "Luz
de Yara" y sean los espíritus indios los que ocupen el
segundo lugar después de los africanos, como seres
guías entre los practicantes de la fe actualmente en
Manzanillo. No existe coincidencia entre lo planteado
anteriormente con las ideas más o menos radicales que Don
Fernando Ortiz tenia sobre el tema. (2) 

Lo cierto es que el espiritismo de cordón
apareció por primera vez en la región del Cauto de
la antigua provincia de Oriente, específicamente por
Manzanillo, llegando a Bayamo alrededor de 1910, como una
adaptación ritualista del espiritismo Kardeciano, mezclado
con el catolicismo y con influencias indirectas del
protestantismo y las religiones afrocubanas. A comienzos de siglo
Bayamo solo contaba con 3 022 habitantes, es decir el 70% de la
población existente en el periodo de preguerra, la ciudad
se encontraba en un alarmante estado de miseria, que desde 1899
el Alcalde municipal Manuel Plana informaba acerca de la
situación, el panorama cultural era precario, las penurias
precisamente comenzaban por la educación que el
célebre censo del año 1899 ya había indicado
que el índice de analfabetismo se remontaba a un 64% a
nivel de nación, esta situación anteriormente
señalada trasladándola al ámbito local puede
considerarse también como uno de los aspectos a tener en
cuenta en la proliferación del espiritismo, pues los
hombres constituían un clásico ejemplo de mente
influenciada por la superstición, ese hombre se estaba
apoyando y orientando por creencias que no se basaban ni mucho
menos en un pensamiento fundamentado.

Numerosos informantes atribuyen el inicio del
espiritismo de cordón a los personajes Don Juan, Pedro
Martínez Pimienta y a Papá Hilarión, apodo
con el que era conocido Hilario Mustelier Garzón,
descendiente de congos, que vivió en Alto Songo a
principio del pasado siglo y aparece mencionado en la
época de la primera intervención norteamericana por
Emilio Bacardí Moreau, este ultimo también
considerado en la lista de los iniciadores del culto, estos
personajes se les atribuyen características
legendarias.

En el recuento histórico de los propagadores del
espiritismo de cordón sobresalen cuatro nombres
principales que además los tres primeros fueron miembro
del Ejército Libertador: Agustín Sánchez
(1860-1940), Salustiano Olivera (1869-1950), Faustino Salgado
(1861-1940) y Juan Bautista Lavié (se desconoce fecha de
nacimiento muere en 1943), son los más conocidos pero no
los únicos; ellos realizaron una predica personal muy
significativa. Reunieron un conjunto de atributos que lo llevaron
a convertirse en los estructuradores del espiritismo de
cordón. Sus hechos enmarcan la vida actual de los
cordoneros, siguen teniendo una vigencia que es acatada y es
ejemplo a imitar por los creyentes, a partir de sus curas
milagrosas, sus facultades y portentos. Resulta extraño
encontrar un centro que no haya surgido bajo la égida de
cualquiera de estos personajes.

El nacimiento en 1913 del centro de estudios
parapsicológicos "Más Luz", constituye un
antecedente indispensable para la historia del espiritismo de
cordón en Bayamo, en esta sociedad, se continuó el
estudio sistemático y la divulgación de la doctrina
espiritista, a través de la práctica del
espiritismo científico o de mesa, propugnado por Caridad
Villalón. Si Agustín Sánchez con su obra
espiritual estimuló la creación de otros centros de
esta modalidad, la sociedad "Más luz" se
convertiría en la cantera de formación de los
futuros instructores provenientes de las sociedades que
aparecerían en los años posteriores. (3)

En 1918 se funda la sociedad espiritista "Buscando Luz",
en el vecino poblado de Monte Oscuro, cerca de El Horno de Guisa.
Aunque el centro ya venía funcionando desde 1910 y su
líder principal era Salustiano Olivera (1869-1950) que
había sido soldado del Ejército Libertador durante
la última gesta independentista, llegó a ser
alcalde del barrio El Horno en el período de 1915-1929.
Según Luís Ángel Fonseca Olivera bisnieto de
Salustiano Olivera y actual presidente del templo, nos cuenta que
la hija mayor de su bisabuelo enfermó de un trastorno
mental que no parecía tener cura que el padre la
llevó a una espiritista de Santiago, se trataba de Caridad
Villalón; ella descubrió que Salustiano
traía una gran facultad y una misión grande que
cumplir. Le abrió los caminos para que fuera
moralizándose, hasta que poco a poco logró tener un
potente fluido magnético

En una entrevista a Yiya Villalón reconocida
espiritista, sobrina de Cachita, nos confiesa que su tía y
Salustiano se vieron y su espíritu le dijo que
tenía que poner un centro. También nos manifiesta
la longeva de 91 años de edad que Salustiano
asistía a "Más luz" y se desarrolló en este
centro. Con dicha formación moral y doctrinaria, con el
apoyo de otros espiritistas, incluido Agustín
Sánchez, Salustiano se convertiría no solo en el
curandero de su propia hija, sino de cientos de enfermos mentales
y con otras dolencias, que acudían a su centro desde
muchas partes del país, según el testimonio de
varios vecinos y médium de Monte Oscuro. Después de
sanarlos dice Románico Blanco González a algunos de
ellos les recomendaba crear sus propios centros espirituales.
Todavía quedan algunos en Puerto Padre, Las Tunas, Florida
y Camagüey. Las principales sociedades que se
fundarían en Bayamo en las tres décadas siguientes
de uno u otro modo recibirían el influjo de Salustiano.
Entre la que se pueden encontrar: "Estrella del Porvenir" (1918)
, "La Antorcha del Camino" (1927) , "Tres luces divinas" se funda
alrededor de (1930), "Redención" (1933); solo por citar
algunos a modo de representación.

Entre estos centros encontramos un elemento común
pues han surgido desde una práctica familiar que a partir
del prestigio y organización fueron ganando adeptos hasta
convertirse en sociedades independientes. Sus grandes facultades
se evocan hoy como verdaderas leyendas, es su sentido de
hermandad y solidaridad, unidos a sus mensajes de amor y caridad
puros y desinteresados, los que los han convertido en
tradicionales sitios de referencia y atracción para los
creyentes e incluso para otros menos devotos que acuden
allí en situaciones de crisis. Con estos mismos preceptos
se han sumado en los últimos años en la actual
Provincia de Granma más de 80 organizaciones cordoneras
entre las que se pueden encontrar casas templos, sectas o grupos.
La afinidad de doctrinas y principios morales, propiciada al
inicio por la labor teórica de "Más Luz" y luego
por la confraternidad y colaboración entre los creyentes,
ha posibilitado por una parte, que no existan grandes diferencias
conceptuales en la asunción de los preceptos, entre la
reducida masa de practicantes del espiritismo de mesa y la
mayoría de los de cordón, tanto es así que
en algunos casos se comparten las dos variantes sin que ello
implique desavenencias. En el intercambio con varios practicantes
se constata que entre los cordoneros existe una unidad, no
homogénea, de criterios en cuanto a las concepciones sobre
el modo de desarrollarse una sesión espiritual y el valor
preponderante de la instrucción.

Después de disolver en 1963 la Sociedad
Espiritista de Cuba como organización, aspecto que trajo
como consecuencia que desapareciera la débil
jerarquía institucional existente tal y como había
existido hasta ese momento debido entre otros factores, a los
acuerdos adoptados en su Congreso extraordinario de llevar a cabo
una radical e inmediata transformación de su estructura
interna desde la base, presionados por el ateísmo de la
propaganda oficial, muchos de sus directivos salieron del
país o se retrajeron de las prácticas. De esta
forma se oriento que las sociedades confederadas se convirtieran
en Sociedades de Estudios Psicosociales, fraternales con
carácter independientes, funcionando en sus respectivas
localidades con sus directivas y reglamentos internos. Lo que
diera lugar a la creación del Comité Gestor de la
Unión Nacional de Espiritistas de Cuba, que aunque
surgió como una propuesta de algunos centros de Puerto
Padre en Las Tunas, fue validado y concretado en Bayamo9 y estuvo
funcionando desde el año 1995 hasta el 2002 y la
Unión Espírita Regional Bayamo, que apareció
como una filial de aquella organización; aunque no tuvo la
suerte de perdurar en el tiempo, sus propósitos y
objetivos aún están latentes entre los
afiliados.

Resulta interesante destacar que Bayamo fue escenario
entre 1935 y 1963, de la celebración de un Congreso
Nacional de los 26 celebrados en el país.

De la escasa bibliografía espirita de la
época data la publicación del "Periódico
Timoteo" (1922 en Manzanillo), el folleto "Quincenario" (1933
Manzanillo), el folleto "Federación Provincial Espiritista
de Oriente" (1945 Santa Rita, Jiguaní), la revista "Bayamo
Espirita" (se desconoce fecha de circulación),
además contaban con un espacio radial en la emisora, que
se mantuvo saliendo al aire por mucho tiempo.

El siglo XX marcaría la consolidación
definitiva de la práctica espiritista en Cuba y el
reconocimiento en la continuidad de sus aportes al identitario
cubano. Los críticos años veinte, donde el resurgir
de la conciencia nacional es un hecho por la ruptura con la
frustración republicana de las primeras décadas y
el cuajo de nuevos proyectos emancipatorios, tendrán
también la impronta de la práctica espirita que,
diseminándose por toda la isla y no sólo entre
sectores humildes, preocupó enormemente a la
religión católica porque minaba su estatus
privilegiado y de hecho resultaba, por el momento de su
aparición en los años de la gesta independentista,
sus militantes cubanos separatistas y el modo de difundirse entre
las capas más humildes, un agregado más de los
variados signos distintivos de la cultura cubana: lucha, libre
pensamiento, base popular.   

Después de un largo período de crisis para
el espiritismo que se inició con la desintegración
la Sociedad Espiritista de Cuba como organización, se
registra en la década de los noventa una apreciable
recuperación de esta manifestación, no sólo
a nivel de los círculos kardecianos que practican el
llamado "espiritismo científico o de mesa", sino
también en los llamados centros espiritistas "de
cordón", donde las ideas originarias se han fundido con
elementos de la religión católica y el animismo
africano, sin olvidar aquellas personas que practican por su
cuenta la "caridad" en sus propios hogares.

Características del espiritismo de
cordón en Bayamo ante los Cambios socioeconómicos
de la década de los 90

En agosto de 1990 Cuba entro oficialmente en el
Período Especial en Tiempo de Paz y los retos tuvieron
encaminados a mantener las principales conquistas sociales
alcanzadas. A pesar de la crisis, ningún trabajador fue
despedido. Las unidades de producción se cerraron total o
parcialmente y el personal fue reubicado. Comenzó la
escasez del petróleo, reaparecieron los apagones
eléctricos y las empresas agrícolas se vieron
obligadas a rotular la tierra con arado tirado por bueyes. En el
ámbito cultural el 19 de octubre de 1991, el Ministro de
Cultura, Armando Hart Dávalos, inauguro la Casa de la
Nacionalidad, la que tenía como finalidad investigar los
aportes de Bayamo al proceso formativo nacional. La crisis
económica obligo a las familias bayamesas a utilizar las
disímiles variantes alimenticias y de aseo personal. En el
ámbito de la Salud la medicina verde adquiere un papel
preponderante para la población en la curación de
sus males dado por la escasez de medicamentos. Las autoridades
locales debido a las disímiles problemáticas
existentes en todos los órdenes de la vida social en la
Provincia al igual que el resto del País elaboraron
amplios planes, que si bien había voluntad para lograr
tales empeños escaseaban tanto los recursos como el
financiamiento.(4)

En el panorama espiritual el período especial
tiene una significativa incidencia en la subjetividad que alcanza
tanto a la religión y demás formas de conciencia.
Se ponen de manifiesto con particular claridad las raíces
psicológicas de los procesos propios de la conciencia, es
decir, un conjunto de factores, "eslabones intermedios", (Engels,
Federico), que median entre la realidad externa a la conciencia y
la realidad reflejada en ésta. Estas raíces abarcan
procesos cognitivos, emociones, sentimientos, estados de
ánimo. Por supuesto que todo eso no es ajeno a la
variabilidad según rasgos individuales dependientes en
cada sujeto de sus convicciones, sistemas de valores, modelos
asimilados, intereses, ideales de vida, capacidad reflexiva y de
autonomía en las decisiones. Las dificultades que genera
el agravamiento de las condiciones de vida estimulan
complejidades como frustraciones, insatisfacciones,
inseguridades, sentimientos de desprotección y genera
expectativas que en otras condiciones no surgirían. Ante
ello los individuos reaccionan de diferentes modos, en unos se
modifican convicciones y se niegan ideales, algunos quedan en
estados de indefiniciones, pero en otros las variaciones en los
ideales no llevan a alternativas opuestas y hasta pueden ser
reforzados. En el terreno político ideológico
parece tener lógica que la caída del campo
socialista debilite las ideas favorables al socialismo y al
marxismo, pero un análisis más profundo conduce a
considerar que esa crisis no es absoluta ni insuperable. El
proyecto revolucionario socialista, por otra parte, respecto a la
religión, presenta una aparente contradicción en
que sigue la tendencia secularizarte y su reproducción se
basa en mecanismos no religiosos, sin embargo la coincidencia de
los objetivos y valores sociales que estimula y crea son muy
coincidentes con principios, valores y propósitos
auténticos de doctrinas religiosas. La celebración
del 4to Congreso del PCC (1991) y la Modificación de la
Constitución Socialista (julio 1992), destierra la
discriminación por motivos religiosos y refleja la
tradición de laicidad del Estado Cubano, como
expresión de unidad nacional. La continuidad del
pensamiento de unidad de cristianos y marxistas para luchar
contra el hambre que si es mortal se expresa por Fidel Castro Ruz
al señalar: «Desde un punto de vista
estrictamente político – y creo que conozco algo de
política-, pienso incluso que se puede ser marxista sin
dejar de ser cristiano y trabajar unido con el comunista marxista
para transformar el mundo. Lo importante es que en ambos casos se
trate de sinceros revolucionarios dispuestos a suprimir la
explotación del hombre por el hombre y a luchar por la
distribución justa de la riqueza social, la igualdad, la
fraternidad y la dignidad de todos los seres humanos, es decir,
ser portadores de la conciencia política, económica
y social más  avanzada, aunque se parta, en el caso
de los cristianos, de una  concepción 
religiosa».
La experiencia, además, da
elementos para tener la convicción de que ideales
humanistas, como los que presenta el marxismo y los de diferentes
religiones no se oponen y pueden aportar una práctica
unitaria. Frente a cualquier crisis de valores esta realidad
mantiene vigencia.

La naturaleza de los cambios que tienen lugar en el
plano socioeconómico en Bayamo, reflejan cómo la
situación actual opera desestructurado y reestructurando
el pasado, el presente y con ello lo cotidiano. A la par, que
estimula el uso de su práctica como un recurso
simbólico para expresar, distintas opciones y
posibilidades ante determinados aspectos de los numerosos y
variados conflictos en los que viven inmersos los practicantes,
lo cual en definitiva refuerza la estructura social y el papel
activo de estos sujetos en la sociedad. Determinar las
características de una religión o un culto
religioso en una región específica, resulta una
tarea difícil, que requiere entre otras acciones, de una
aproximación a los aspectos peculiares y distintivos de su
manifestación, además, de una indagación
rigurosa de la diversidad de elementos que integran su
formación y desarrollo.

Sobre la base de lo antes expuesto se tratará en
lo específico de identificar las características
del espiritismo denominado de cordón en Bayamo, plaza
históricamente fuerte en este tipo de espiritismo. A sus
practicantes se les llama cordoneros. Esta variante surgida
específicamente en la actual provincia Granma, tiene
muchos elementos de la doctrina kardeciana aunque conservados de
forma más simplificada. Ha asumido elementos del
catolicismo, de las iglesias protestantes y de expresiones de
origen africano. Se consideran anticlericales y opositores de la
santería; plantean, además, su rechazo por toda
forma de fanatismo religioso.

Los espiritistas en general, pero en especial los
vinculados al llamado espiritismo de cordón, aceptan, tal
y como sucede entre los cristianos, a Dios como figura religiosa
central, valorándolo como un espíritu de "mucha
luz", "muy elevado", generalmente lo llaman "Providencia Divina".
Para ellos, los santos católicos son también
espíritus de "mucha luz" que se encuentran situados,
según sus concepciones, en una posición entre Dios
y los hombres, presentándolos al igual que lo hacen los
católicos como intermediarios entre ambos.

En esta variante, al tomar como base para la actividad
religiosa la constatación empírica de los
postulados kardecianos mediante la comunicación
mediumnímica, se manifiesta la fuerza que en ella adquiere
la exteriorización de sentimientos y emociones, tal como
sucede entre los pentecostales.

Recurren con tales fines a la utilización de
otros elementos que por simbolismo religioso son comparables a
los utilizados a creyentes insertos dentro de la Regla Ocha,
tales como imágenes católicas, flores, la danza, el
canto y el trance convulso.

Durante todos estos años los espiritistas
cordoneros bayameses han desarrollado un pensamiento identificado
con el proceso revolucionario, si bien no tienen una línea
política ideológica basada en una teoría
sistematizada. Se han adaptado a cada momento histórico
concreto, con una conciencia valorativa, objetivada en una
ética y una actitud ante la vida que no contradice ni su
activismo socio- político, ni su fe religiosa. El
pensamiento social y religioso de líderes y dirigentes
espiritas cordoneros de Bayamo, se caracterizan más por
abordar aspectos generales de la vida cotidiana de la realidad
social cubana que detenerse en diseñar una
producción teórico-doctrinales en que lo
político constituya punta de lanza, que conduzca a
determinadas posiciones de conductas a escala social, que denoten
que los sujetos sean portadores de una posición negativa o
pasiva al proceso revolucionarios, sobre todo durante el
Período Especial, lo que viabiliza su proceso de
inserción al sistema social cubano. Consideran que su
contribución más importante a la Revolución
es el apoyo como ciudadano a las diferentes medidas tomadas o
adaptadas por el Estado cubano a favor de la independencia y la
soberanía nacional. Según manifiestan los
entrevistados su motivación por el trabajo socialmente
útil "les da seguridad , subsistencia y bienestar",
recordando que independientemente de su concepción
religiosa, este tipo de pensamiento se ha ido conformando durante
todos estos años de proceso revolucionario y que el que lo
trasmite es aquel que fue más beneficiado por las medidas
y leyes promulgadas desde 1959, que se materializa en la
participación en las diversas labores de
edificación de la nueva sociedad, como cumplimiento en el
trabajo donde laboran, en las tareas de las organizaciones de
masas, trabajos voluntarios convocados, asimilación de
miembros y practicantes de una conducta positiva que sirva de
ejemplo a vecinos, amigos y compañeros de trabajo y
familiares, mantener una moral intachable y prestos a ayudar al
prójimo y hacer el bien por el bien, lo que se corresponde
con su ética de corte social y con su concepción de
caridad. Actitud que asumen no siempre por sentirse
conscientemente actores sociales, sino espíritus
encarnados que deben cumplir un ciclo terrenal en su desarrollo
espiritual y su meta es lograr el perfeccionamiento humano ,
aquí y ahora. Es muy común escuchar entre
dirigentes y líderes cordoneros mensajes
ético-religiosos, a través de frases y palabras
como "recompensa espiritual", "sacrificio", "esfuerzo y
confianza", "obrar con voluntad", "perfeccionamiento", "unidad",
"humildad" entre otras, lo cual denota, en este tipo de creyente,
una voluntad de autorrealización y reproducción de
su sentido de superación espiritual.

Los cordoneros mantienen posiciones muy atemperadas a
favor del proyecto revolucionario, dejando muy claro y
explícitamente su proyección y acción como
religioso y la de ciudadano comprometido con los designios de la
nación, que al decir de ello no difieren una de otra
porque en las dos existen leyes con una ética y una moral
que hay que cumplir; pues la práctica en este caso del
espiritismo de cordón tiene una pertinencia en el accionar
social que es importante considerar en cómo desde su
posición se ayuda a la juventud, en el modo de ver la
vida, sus comportamientos ligados a lo que la sociedad espera de
ellos.

La mayoría de las personas que asisten,
según testimonian algunos dirigentes de culto y asociados,
se acercan a las actividades y a los grupos religiosos más
bien por desorientación o búsqueda de apoyo que por
convicciones o interés de vida espiritual religiosa. Las
principales motivaciones se localizan en la búsqueda de
ayuda o apoyo más o menos inmediatos a problemas de la
vida cotidiana, y otras que se relacionan con soportes
espirituales de apoyo, protección, estabilidad y seguridad
que le atribuyen. Entre dichas motivaciones de asistencia siempre
han tenido gran fuerza aquellas que priorizan los problemas de
salud, el papel que se le concede en la intervención en la
vida cotidiana no niega su lugar en la espiritualidad de sus
creyentes.

En sus rituales se destacan las canciones a las que
llaman transmisiones por considerar que provienen de
espíritus inspirados. Con ellas los médiums
reunidos presuponen establecer comunicación directa con el
mundo espiritual toda vez que así se logra la
autoestimulación y sugestión colectiva. La danza
que realizan, cogidos o no de las manos, la hacen formando una
rueda o cordón que va girando en sentido contrario a las
manecillas del reloj, mientras mueven los brazos de arriba abajo
dando fuertes golpes con los pies en el suelo hasta caer en
"trance". En este estado de seminconciencia, dicen hablar por
intermedio del espíritu del cual están
poseídos.

Los cordoneros bayameses en el período objeto de
estudio realizan, además, prácticas curativas como
parte de su actividad religiosa. En rituales dedicados a este fin
utilizan, en especial, el agua y las hierbas. La primera por su
carácter purificador y la segunda por las propiedades
curativas que poseen, según la dolencia a curar. Estas
sesiones son llamadas santiguación o despojo. La
efectividad o no de estos actos le permite al médium
alcanzar prestigio o por el contrario desacreditarse ante los
asistentes; pero sobre todo, propicia la difusión de estas
creencias y prácticas. En relación con las flores
las utilizan principalmente blancas, ya que este color constituye
tal y como sucede en otras expresiones religiosas símbolo
de paz y de pureza. En la filosofía de varios cordoneros
las flores simbolizan la creación divina, su belleza y
aroma, son algo inconcebible por el hombre. Otros las ven como un
recurso para que los espíritus obsesos de los
recién fallecidos se reconozcan en su nueva existencia
celestial y asuman con resignación las pruebas por sus
imperfecciones en la vida material. Por esta misma "Ley" que,
citando a Kardec, nombran "De Causa y Efecto", es que las velas
se utilizan en raras ocasiones, ya que cada espíritu
alcanzará el grado de iluminación y
elevación que se haya ganado en la tierra.

Complementa indistintamente la estética del lugar
con representaciones en yeso de imágenes del santoral
católico. Estas figuras religiosas son las más
devocionadas entre la población cubana, como es el caso de
la Virgen de la Caridad del Cobre considerada Patrona de Cuba, se
dice –entre creyentes- que acompañó a los
mambises durante las gestas independentistas, la Virgen de la
Merced, San Rafael Médico Divino, el Niño de Atocha
entre otras. También se encuentran en estos locales
fotografías de familiares fallecidos, objetos e
imágenes alegóricas a la figura de Jesús
Cristo, que puede ser un crucifijo o un cuadro que refleje el
Corazón de Jesús. A este conjunto de objetos
rituales le denominan bóveda espiritual.

Por otra parte los templos acogen a todo el necesitado
que busque la caridad sin diferencia de sexo, edad o color de la
piel. Se puede asegurar que el Espiritismo en Bayamo no escapa
tampoco a ese reavivamiento religioso de los últimos
años del pasado siglo XX, aunque también pudiera
apuntarse que la resultante del reavivamiento puede ser
más significativa en la elevación del nivel de
elaboración religiosa.

Los templos
cordoneros de Bayamo una mirada a las tradiciones, costumbres y
valores culturales

El espiritismo de cordón ha aportado a la
formación y desarrollo de las tradiciones, las costumbres
y la cultura en general de las regiones orientales donde se ha
difundido. En Bayamo la práctica del espiritismo de
cordón en la contemporaneidad continúa formando
parte activa del pensamiento religioso en familias bayamesas, con
un rol importante en cuanto a conservar y difundir la creencia,
legitimizando así a Bayamo como la plaza más
importante de esta expresión popular. Las costumbres y las
tradiciones religiosas cordoneras son maneras fijas de actuar,
que se forman sobre la base de la actividad diaria, cotidiana y
sistematizada. Son también acciones producidas de forma
global, con carácter automático, sin que
esté presente reflexión alguna, además
de hábitos religiosos, que tienen un
carácter histórico y estable, reforzadas
constantemente por la actividad de los individuos, adquiriendo un
carácter cotidiano, en cuya base se encuentran los
estereotipos dinámicos, que se corresponden con la
organización y estructuración del medio que rodea
al individuo.

El origen sincrético del espiritismo de
cordón está presente en sus costumbres y
tradiciones religiosas. Las mismas son herencia transculturizadas
del kardecianismo, del cristianismo popular y en menor medida de
los cultos sincréticos de origen africano, con tres
funciones básicas: transmisión de conocimientos,
regulación de la conducta de los creyentes y
producción espiritual religiosa.

Al no existir en este culto una doctrina sistematizada,
la transmisión de conocimientos se efectúa a
través de las costumbres y tradiciones religiosas. Al
observar la labor de instrucción, destinada a formar los
médium en el conocimiento del culto cordonero, pudimos
comprobar que el contenido teórico es limitado. Son pocos
los que dominan a profundidad la base doctrinal fundamentada en
la obra Kardeciana. Todo el peso de la función cordonera
recae sobre las actividades religiosas rituales puramente
prácticas, donde es casi nula la reflexión
teórica y causal.

La doctrina kardeciana es el núcleo a partir del
cual se forma el espiritismo cordonero, por ello consideramos que
un número importante de las tradiciones y costumbres
cordoneras tienen un origen kardeciano, entre las que podemos
encontrar la creencia en la existencia de vidas pasadas y en la
reencarnación, la impartición del fluido
magnético utilizando las manos, las invocaciones a
través de oraciones como: oración para un pariente
enfermo, para un difunto, para un niño enfermo entre
otras. En los templos se conservan además otros elementos
de la tradición kardeciana como la lectura de los
clásicos del kardecianismo.

La influencia de los cultos sincréticos de origen
africano, en el sistema de tradiciones de los cordoneros, es muy
difícil de determinar con precisión. Existen
tradiciones cuyo origen es casi imposible detectar, dado que sus
manifestaciones las encontramos entre las creencias heterodoxas
de origen hispánico, el animismo africano e incluso entre
los cultos de nuestros desaparecidos indígenas. Tal es el
caso del despojo y las santiguaciones utilizando plantas de valor
mágico y la curandería con plantas medicinales.
También parece tener un origen sincrético las
creencias en las comisiones, donde posiblemente se fundieron la
concepción kardeciana de simpatías de los
espíritus con elementos africanos; una procedencia
sincrética también presenta el concepto de
potencia. A pesar de lo anterior y dado la influencia de la
cultura africana en Cuba, somos partidarios, que no obstante las
contradicciones entre el espiritismo cordonero y los cultos
populares de origen africano, el primero no ha podido evitar la
influencia del segundo.

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