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El Pastor de Hermas (página 4)




Enviado por Agustin Fabra



Partes: 1, 2, 3, 4

[92] XV. "Declárame, señor", le
dije, "los nombres de las vírgenes y de las mujeres
vestidas de ropas negras". "Escucha
", respondió
él, "los nombres de las vírgenes más
poderosas, las que se hallaban situadas en los extremos. La
primera es Fe; la segunda, Continencia; la tercera, Poder; y la
cuarta, Paciencia. Pero las otras estacionadas entre ellas tienen
por nombres: Simplicidad, Inocencia, Pureza, Alegría,
Verdad, Entendimiento, Concordia, Amor. El que lleva estos
nombres y el nombre del Hijo de Dios podrá entrar en el
reino de Dios. Escucha
", me dijo, "también los
nombres de las mujeres que llevan las ropas negras. De ellas hay
también cuatro que son más poderosas que el resto:
la primera es Incredulidad; la segunda, Intemperancia; la
tercera, Desobediencia; la cuarta, Mentira; y las que siguen son
llamadas Tristeza, Maldad, Lascivia, Irascibilidad, Falsedad,
Locura, Calumnia, Rencor. El siervo de Dios que lleva estos
nombres verá el reino de Dios, pero no entrará en
él". "Pero las piedras, señor
", dije yo,
"que vinieron de lo profundo y fueron encajadas en el
edificio, ¿quiénes son?" "Las primeras
", dijo
él, "a saber, las diez, que fueron colocadas en los
fundamentos, son la primera generación; las veinticinco
son la segunda generación de los justos; las treinta y
cinco son los profetas de Dios y sus ministros; las cuarenta son
los apóstoles y maestros de la predicación del Hijo
de Dios". "¿Por qué, pues, señor
",
pregunté yo, "entregaron las vírgenes
también estas piedras para la edificación de la
torre y las llevaron a través de la puerta?" "Porque estas
primeras
", contestó él, "llevaban estos
espíritus y nunca se separaron los unos de los otros, ni
los espíritus de los hombres ni los hombres de los
espíritus, sino que los espíritus permanecieron con
ellos hasta que durmieron; y si ellos no hubieran tenido estos
espíritus con ellos, no habrían sido hallados
útiles para la edificación de esta
torre
".

[93] XVI. "Muéstrame algo más
aún, señor
", le dije. "¿Qué
deseas saber además
", me dijo. "¿Por
qué, señor
", le pregunté "salieron
las piedras de lo profundo, y por qué fueron colocadas en
el edificio aunque traían estos espíritus?". "Les
era necesario que se levantaran a través del agua para que
pudieran recibir vida; porque de otro modo no habrían
podido entrar en el reino de Dios, a menos que hubieran puesto a
un lado lo mortal de su vida previa. Lo mismo, pues, los que
durmieron recibieron el sello del Hijo de Dios y entraron en el
reino de Dios. Porque antes que un hombre lleve el nombre del
Hijo de Dios, es muerto; pero cuando ha recibido el sello, deja a
un lado la mortalidad y asume otra vez la vida. El sello, pues,
es el agua; así que descienden en el agua muertos y salen
vivos. Así que, también a ellos fue predicado este
sello, y ellos se beneficiaron de él para poder entrar en
el reino de Dios". "¿Por qué, señor
",
le pregunté, "salieron las cuarenta piedras
también de lo profundo, aunque ya habían recibido
el sello?". "Porque éstas
", dijo él, "los
apóstoles y los maestros que predicaron el nombre del Hijo
de Dios, después que hubieron dormido en el poder y la fe
del Hijo de Dios, predicaron también a los que
habían quedado dormidos antes que ellos, y ellos mismos
les dieron el sello de la predicación. Por tanto,
descendieron con ellos en el agua y salieron de nuevo. Pero
éstos descendieron vivos y de nuevo salieron vivos; en
tanto que los otros que habían dormido antes que ellos
descendieron muertos y salieron vivos. Así que por medio
de ellos fueron vivificados y llegaron al pleno conocimiento del
nombre del Hijo de Dios. Por esta causa también subieron
con ellos, y fueron encajados con ellos en el edificio de la
torre y fueron edificados con ellos, sin que se les diera nueva
forma; porque ellos durmieron en justicia y gran pureza.
Sólo que no tenían este sello. Tú tienes,
pues, la interpretación de estas cosas también".
"Las tengo, señor
", le dije.

[94] XVII. "Ahora pues, señor,
explícame respecto a las montañas. ¿Por
qué son sus formas distintas la una de la otra, y son
varias?" "Escucha
", me dijo. "Estas doce montañas
son doce tribus que habitan todo el mundo. A estas tribus, pues,
fue predicado el Hijo de Dios por los apóstoles". "Pero
explícame, señor, por qué son varias estas
montañas, y cada una tiene un aspecto diferente".
"Escucha
", me respondió. "Estas doce tribus que
habitan todo el mundo son doce naciones; y son diversas en
entendimiento y en mente. Siendo diversas, pues, según
viste, estas montañas, también lo son las
variedades de la mente de estas naciones, y su entendimiento. Y
yo te mostraré la conducta de cada una". "Primero,
señor
", le dije, "muéstrame esto: por
qué las montañas, siendo tan distintas pese a todo,
cuando sus piedras fueron puestas en el edificio, se volvieron
brillantes y de un color como el de las piedras que habían
ascendido de lo profundo". "Porque
", me dijo, "todas las
naciones que habitan bajo el cielo, cuando oyeron y creyeron,
fueron llamadas por el nombre único de el Hijo de Dios.
Así que, habiendo recibido el sello, tenían un
entendimiento y una mente, y pasó a ser suya una fe y un
amor, y llevaron los espíritus de las vírgenes
junto con el Nombre; por lo tanto, el edificio de la torre
pasó a ser de un color brillante como el sol. Pero
después que estuvieron juntas y se hicieron un cuerpo,
algunas de ellas se contaminaron y fueron echadas de la sociedad
de los justos, y pasaron de nuevo a ser igual que eran antes, o
aún peor
".

[95] XVIII. "Señor", le pregunté,
"¿cómo se hicieron peor después de haber
conocido plenamente a Dios?". "El que no conoce a Dios
",
respondió él, "y comete maldad, tiene cierto
castigo por su maldad; pero el que conoce a Dios plenamente ya no
debería cometer más maldad, sino hacer lo bueno.
Así pues, si el que debería obrar bien comete
maldad, ¿no parece cometer una maldad mayor que el que no
conoce a Dios? Por tanto, los que no habían conocido a
Dios y cometen maldad son condenados a muerte, pero los que han
conocido a Dios y visto sus obras poderosas, y, con todo, cometen
maldad, recibirán un castigo doble y morirán
eternamente. De esta forma, pues, será purificada la
Iglesia de Dios. Y así como tú viste las piedras
quitadas de la torre y entregadas a los espíritus malos,
ellos también serán echados fuera; y habrá
un cuerpo de ellos que son purificados, tal como la torre,
después de haber sido purificada, pasó a ser como
si fuera una sola piedra. Así será la Iglesia de
Dios también después de haber sido purificada, y
los malvados e hipócritas y blasfemos e indecisos y los
que cometen varias clases de maldad hayan sido echados fuera.
Cuando éstos hayan sido echados fuera, la Iglesia de Dios
será un cuerpo, un entendimiento, una mente, una fe, un
amor. Y entonces el Hijo de Dios se regocijará y se
gozará en ellos, porque Él ha vuelto a recibir a su
pueblo puro". "Grandes y gloriosas son, señor, todas estas
cosas. Una vez más, señor
", le dije,
"muéstrame la fuerza y las acciones de cada una de las
montañas, para que cada alma que confía en el
Señor, cuando lo oiga, pueda glorificar su nombre grande,
maravilloso y glorioso". "Escucha
", me dijo, "la
variedad de las montañas y de las doce
naciones
".

[96] XIX. "De la primera montaña, que era
negra, los que han creído son como sigue: rebeldes y
blasfemos contra el Señor, y traidores de los siervos de
Dios. Para éstos no hay arrepentimiento, sino que hay
muerte. Por esta causa son también negros; porque su raza
es rebelde. Y de la segunda montaña, la desolada, los que
han creído son así: hipócritas y maestros de
maldad. Y éstos, pues, son como los primeros en no tener
el fruto de la justicia. Porque, tal como su montaña es
sin fruto, del mismo modo estos hombres tienen un nombre,
verdaderamente, pero están vacíos de fe, y no hay
fruto de verdad en ellos. A éstos, por tanto, se les
ofrece arrepentimiento si se arrepienten presto; pero si lo
demoran, morirán con los anteriores". "¿Por
qué, señor
", pregunté yo, "es
posible el arrepentimiento para ellos, pero no lo es para los
anteriores? Porque sus actos son casi los mismos". "Por
esto
", me dijo, "les es ofrecido arrepentimiento a
éstos, porque no han blasfemado de su Señor ni han
traicionado a los siervos de Dios; pese a todo, por afán
de lucro actúan de modo hipócrita, y se
enseñan el uno al otro según los deseos de los
pecadores. No obstante, éstos recibirán cierto
castigo; con todo, hay arrepentimiento ordenado para ellos,
porque no han sido blasfemos o traidores
".

[97] XX. "Y de la tercera montaña, la que
tiene espinos y zarzas, los que han creído son así:
algunos de ellos son ricos, y otros están enzarzados en
muchos asuntos de negocios. Las zarzas son los ricos, y los
espinos son los que están mezclados en varios asuntos de
negocios. Estos pues, que están mezclados en muchos y
varios asuntos de negocios no se juntan con los siervos de Dios,
sino que se descarrían, siendo ahogados por sus asuntos;
por su parte, los ricos no están dispuestos a unirse a los
siervos de Dios, no sea que se les pueda pedir algo. Estos
hombres, pues, difícilmente entrarán en el reino de
Dios. Porque tal como es difícil andar entre espinos con
los pies descalzos, también es difícil que estos
hombres entren en el reino de Dios. Pero para todos éstos
es posible el arrepentimiento, aunque ha de ser rápido,
para que lo que omitieron hacer en días pasados, puedan
ahora compensarlo y hacer algo bueno. Si se arrepienten, pues, y
hacen algo bueno, vivirán para Dios; pero si
continúan en sus actos, serán entregados a aquellas
mujeres, las cuales les darán muerte
".

[98] XXI. "Y con respecto a la cuarta
montaña, la que tenía mucha vegetación, la
parte superior de la hierba era verde y la parte hacia las
raíces seca, y alguna había sido secada por el sol,
los que han creído son así: los indecisos y los que
tienen al Señor en sus labios pero no lo tienen en su
corazón. Por tanto, sus fundamentos son secos y sin poder,
y sólo viven sus palabras, pero sus obras son muertas.
Estos hombres no son ni vivos ni muertos. Son, por consiguiente,
como los indecisos; porque el indeciso no es ni verde ni seco;
porque ellos no están vivos ni muertos. Porque como su
hierba se secó cuando vio el sol, así
también el hombre indeciso, cuando oye que se acerca
tribulación, por su cobardía adora a los
ídolos y se avergüenza del nombre de su Señor.
Éstos no están ni vivos ni muertos. Pese a todo,
éstos también, si se arrepienten pronto,
podrán vivir; pero si no se arrepienten, han sido
entregados ya a las mujeres que les quitan la
vida
".

[99] XXII. "Y de la quinta montaña, la que
tenía la hierba verde y era abrupta, los que han
creído son así: son fieles, pero lentos para
aprender y obstinados, y procuran agradarse a sí mismos,
deseando saber todas las cosas y, con todo, no saben nada en
absoluto. A causa de su obstinación, el entendimiento se
mantuvo alejado de ellos, y entró en ellos una insensatez
sin sentido; y se alaban a sí mismos como si tuvieran
entendimiento, y desean ser maestros que se han nombrado a
sí mismos, aunque carezcan de sentido. Debido, pues, a
este orgullo del corazón de muchos, aunque se exaltan a
sí mismos, han sido vaciados; porque la obstinación
y la vana confianza son un demonio poderoso. De éstos,
pues, muchos fueron echados, pero algunos se arrepintieron y
creyeron y se sometieron a los que tenían entendimiento,
habiéndose dado cuenta de su propia insensatez. Con todo,
y para el resto que pertenece a esta clase, se les ofrece
arrepentimiento; porque ellos no se hicieron malos, sino
más bien insensatos y sin entendimiento. Si éstos,
por tanto, se arrepienten, vivirán para Dios; pero si no
se arrepienten, tendrán su morada con las mujeres que
obran mal contra ellos
".

[100] XXIII. "Pero los que han creído de la
sexta montaña, que tiene barrancos grandes y
pequeños, y en las hendiduras la hierba se ha secado, son
así: los que se hallan en las hendiduras pequeñas,
éstos son los que tienen algo el uno contra el otro, y por
sus murmuraciones se han secado en la fe; pero muchos de
éstos se arrepienten. Sí, y el resto de ellos se
arrepentirá cuando oigan mis mandamientos; porque sus
murmuraciones son pequeñas y se arrepentirán
pronto. Pero los que se hallan en las grandes hendiduras,
éstos persisten en sus murmuraciones y guardan rencores,
manteniendo la ira el uno contra el otro. Estos, pues, fueron
quitados inmediatamente de la torre y rechazados de su
edificación. Estas personas, pues, con dificultad
vivirán. Si Dios y nuestro Señor, que gobierna
sobre todas las cosas y tiene autoridad sobre toda su
creación, no guarda rencor contra los que confiesan sus
pecados, sino que es misericordioso, ¿debe el hombre, que
es mortal y lleno de pecado, guardar rencor contra otro hombre,
como si pudiera destruirle o salvarle? Os digo yo, el
ángel del arrepentimiento, a cuantos sostenéis esta
herejía: apartadla de vosotros y arrepentíos, y el
Señor curará vuestros pecados anteriores si os
purificáis de este demonio; pero si no, seréis
entregados a él para que os dé
muerte
".

[101] XXIV. "Y de la séptima montaña,
en la cual había hierba verde y sonriente y toda la
montaña prosperaba, y había ganado de todas clases
y las aves del cielo se alimentaban de la hierba de esta
montaña, y la hierba verde de la cual se alimentaban
crecía aún más lozana, los que creyeron son
así: son simples e inocentes y benditos, no teniendo nada
los unos contra los otros, sino regocijándose siempre en
los siervos de Dios, y revestidos del santo Espíritu de
estas vírgenes, y teniendo compasión siempre de
todo hombre, y de sus propias labores suplen la necesidad de
todos sin reproches y sin recelos. El Señor, pues, viendo
su simplicidad y su humildad, hizo que abundaran en las labores
de sus manos, y les ha concedido favor sobre ellos en todas sus
acciones. Pero os digo a los que sois como los tales, yo, el
ángel del arrepentimiento, permaneced hasta el fin como
sois, y vuestra simiente nunca será borrada. Porque el
Señor os ha puesto a prueba y os ha contado entre su
número, y toda vuestra simiente morará con el Hijo
de Dios; porque recibisteis de su
Espíritu
".

[102] XXV. "Y de la octava montaña, la que
tenía muchas fuentes y todas las criaturas del
Señor bebían de las fuentes, los que creyeron son
así: apóstoles y maestros que predican a todo el
mundo, y que enseñan la palabra del Señor en
sobriedad y pureza, y no retienen parte alguna por mal deseo,
sino que anduvieron siempre en rectitud y verdad, y
también recibieron el Espíritu Santo. Estos, por
tanto, tendrán entrada con los
ángeles
".

[103] XXVI. "Y de la novena montaña, que
estaba desierta, que tenía los reptiles y las fieras que
destruyen a los hombres, los que creyeron son así: los que
tienen las manchas son diáconos que ejercieron mal su
oficio, y saquearon la sustancia de viudas y huérfanos, e
hicieron ganancia para sí con las ministraciones que
habían recibido para ejecutar. Estos, pues, si permanecen
en el mismo mal deseo, son muertos y no hay esperanza de vida
para ellos; pero si se vuelven y cumplen sus deberes con pureza
les será posible vivir. Pero los que están mohosos,
éstos son los que han negado al Señor y no se han
vuelto a Él, sino que se han vuelto estériles y
desérticos, porque no se juntan con los siervos de Dios,
sino que viven en soledad; éstos destruyen sus propias
almas. Porque como la vid dejada a solas en un seto, si se la
descuida es destruida y echada a perder por las malas hierbas, y
con el tiempo se vuelve silvestre y ya no es útil para su
dueño, así también los hombres de esta clase
se han entregado al abatimiento y se vuelven inútiles para
su Señor, haciéndose silvestres. A éstos,
pues, les llega el arrepentimiento, a menos que hayan negado en
su corazón; y yo no sé si uno que ha negado en su
corazón es posible que viva. Y esto no lo digo con
referencia a estos días, que un hombre después de
haber negado haya de recibir arrepentimiento; porque es imposible
que sea salvo el que ahora intente negar a su Señor; pero
para los que le han negado hace mucho tiempo, el arrepentimiento
parece posible. Si un hombre se arrepiente, por tanto, que lo
haga rápidamente antes que la torre sea completada; pues
si no, será destruido por las mujeres y le darán
muerte. Y las piedras de tamaño reducido, éstos son
los traidores y los murmuradores; y las fieras que viste en la
montaña son éstos. Porque como las fieras con su
veneno envenenan y matan a un hombre, así también
las palabras de estos hombres envenenan y matan a un hombre.
Estos, pues, están mutilados en su fe, a causa de lo que
se han hecho a sí mismos; pero algunos de ellos se
arrepintieron y fueron salvos; y el resto que son de esta clase
pueden ser salvos si se arrepienten; pero si no se arrepienten,
hallarán la muerte en las manos de aquellas mujeres, por
cuyo poder son poseídos
".

[104] XXVII. "Y de la décima montaña,
en que había árboles que cobijaban a ciertas
ovejas, los que creyeron son así: obispos, personas
hospitalarias, que reciben alegremente en sus casas en todo
tiempo a los siervos de Dios sin hipocresía. Estos obispos
en todo tiempo sin cesar dieron albergue a los necesitados y a
las viudas en sus ministraciones, y se condujeron con pureza en
todo momento. A todos éstos, pues, les dará asilo
el Señor para siempre. Los que han hecho estas cosas, por
consiguiente, son gloriosos a la vista de Dios, y su lugar es
ahora con los ángeles si siguen hasta el fin sirviendo al
Señor
".

[105] XXVIII. "Y de la undécima
montaña, en que había árboles llenos de
fruto adornados con varias clases de frutos, los que creyeron son
así: sufrieron por el Nombre del Hijo de Dios, y
también sufrieron dispuestos de todo corazón, y
entregaron sus vidas". "¿Por qué, pues,
señor
", pregunté yo, "tienen todos los
árboles frutos, pero algunos de estos frutos son
más hermosos que otros?" "Escucha
", me dijo:
"todos cuantos han sufrido por amor al Nombre son gloriosos a
la vista de Dios, y los pecados de ellos fueron quitados porque
sufrieron por el nombre del Hijo de Dios. Ahora escucha por
qué sus frutos son diversos y algunos sobrepujan a otros.
Todos cuantos fueron torturados y no negaron
", dijo
él, "cuando fueron puestos delante del magistrado,
sino que sufrieron dispuestos, éstos son los más
gloriosos a la vista del Señor; su fruto es el que
sobrepasa. Pero todos los que se acobardaron, y se perdieron en
la incertidumbre, y consideraron en sus corazones si
debían negar o confesar, y pese a todo sufrieron, sus
frutos son menores, porque este designio entró en su
corazón; porque este designio es malo, que un siervo
niegue a su propio señor. Procurad, pues, los que
albergáis esta idea, que este designio no permanezca en
vuestros corazones y, con todo, muráis para el
Señor. Pero, el que sufre por amor al Nombre
debería glorificar a Dios, porque Dios te considera digno
de que lleves este nombre, y que todos tus pecados sean sanados.
Consideraos, pues, bienaventurados; sí, pensad, más
bien, que habéis hecho una gran obra si alguno de vosotros
sufre por amor a Dios. El Señor os concede vida, y no la
echáis de ver; porque vuestros pecados os hunden, y si no
hubierais sufrido por el Nombre del Señor habríais
muerto para Dios por razón de vuestros pecados. Estas
cosas os digo a los que vaciláis con respecto a la
negación o la confesión. Confiesa que tienes al
Señor, para que Él no te niegue, no sea que,
denegándole, seas entregado a la cárcel. Si los
gentiles castigan a sus esclavos, si uno de ellos niega a su
señor, ¿qué pensáis que os
hará el Señor que tiene autoridad sobre todas las
cosas? ¡Fuera estos designios de vuestros corazones, para
que podáis vivir para siempre en Dios
!".

[106] XXIX. "Y de la montaña
duodécima, que era blanca, los que creyeron eran
así: eran como verdaderos recién nacidos, en cuyo
corazón no hay astucia alguna, ni han aprendido lo que es
maldad, sino que permanecen siendo niños para siempre.
Estos, pues, moran, sin duda, en el reino de Dios, porque no
contaminaron los mandamientos de Dios en nada, sino que siguen
siendo niños todos los días de su vida en su
mentalidad. Cuantos de vosotros, por tanto, continuéis
así
", dijo él, "siendo como niños
que no tienen malicia, seréis más gloriosos
aún que los que han sido mencionados antes; porque los
niños son gloriosos a la vista de Dios, y se hallan
primero ante su vista. Bienaventurados sois, pues, cuantos
habéis ahuyentado la maldad de vosotros yos habéis
revestido de inocencia; viviréis para Dios más que
todos los demás
".

Y después que hubo terminado las parábolas
de las montañas, le dije: "Señor,
explícame ahora respecto a las piedras que fueron sacadas
de la llanura y colocadas en el edificio en lugar de las piedras
que habían sido quitadas de la torre, y respecto a las
piedras redondas que fueron colocadas en el edificio, y respecto
a las que son todavía redondas
".

[107] XXX. "Oye también", me dijo,
"con respecto a todas estas cosas. Las piedras que fueron
traídas de la llanura y colocadas en el edificio de la
torre en lugar de las que fueron rechazadas, son las
raíces de esta montaña blanca. Cuando los que
creyeron de esta montaña fueron hallados todos sinceros,
el señor de la torre ordenó que estos de la
raíz de esta montaña fueran puestos en el edificio
de la torre. Porque sabía que si estas piedras entraran en
el edificio de la torre permanecerían brillantes y ni una
de ellas se volvería negra. Pero si hubiera añadido
piedras de otras montañas, se habría visto obligado
a visitar la torre de nuevo y purificarla. Así pues, todos
éstos han sido hallados blancos, que han creído y
que creerán; porque son de la misma clase.
¡Bienaventurada es esta clase, porque es inocente! Oye
ahora, asimismo, respecto a las piedras redondas y brillantes.
Todas éstas son de esta montaña blanca. Ahora oye
por qué fueron halladas redondas. Sus riquezas las han
oscurecido y ofuscado un poco de la verdad; pese a todo, nunca se
han apartado de Dios ni ha salido ningún mal de su boca,
sino toda equidad y virtud que viene de la verdad. Por lo tanto,
cuando el Señor percibió su mente que ellos
podían favorecer la verdad, y al mismo tiempo permanecer
buenos, Él mandó que les fuera quitada parte de sus
posesiones, aunque no que se las quitaran del todo, de modo que
pudieran hacer algún bien con lo que les había
quedado, y pudieran vivir para Dios, porque vienen de una clase
buena. Así pues, han sido recortadas un poco y colocadas
en el edificio de esta torre
".

[108] XXXI. "Pero las otras piedras, que han
permanecido redondas y no han sido encajadas en el edificio
porque no han recibido todavía el sello, han sido vueltas
a su propio lugar, porque fueron halladas muy redondas. Porque
hay que separarlas de este mundo y de las vanidades de sus
posesiones, y entonces van a encajar en el reino de Dios. Porque
es necesario que entren en el reino de Dios porque el
Señor ha bendecido a esta clase inocente. De esta clase,
pues, ninguno perecerá. Sí, incluso si alguno de
ellos, habiendo sido tentado por el demonio más malvado,
haya cometido alguna falta, retornará rápidamente a
su Señor. A todos os digo que sois bienaventurados, yo, el
ángel del arrepentimiento, que sois sinceros e inocentes
como niños, porque vuestra parte es buena y honrosa a la
vista de Dios. Además, os mando a todos, cualesquiera que
recibáis este sello, manteneos sin doblez, no
guardéis rencor, y no sigáis en vuestra maldad ni
en el recuerdo de las ofensas de amargura; sino tened un solo
espíritu, y sanad estas malas divisiones y quitadlas de
entre vosotros, para que el dueño de los rebaños
pueda regocijarse respecto a vosotros. Porque él se
gozará si halla todas las cosas bien. Pero si halla alguna
parte del rebaño desparramada, ¡ay de los pastores!
Porque si resulta que los mismos pastores están
esparcidos, ¿cómo van a responder de los
rebaños? ¿Dirán que fueron hostigados por el
rebaño? Nadie los creería. Porque es algo
increíble que un pastor sea herido por su rebaño, y
aún será castigado más a causa de su
falsedad. Y yo soy el pastor, y me corresponde estrictamente
rendir cuentas de vosotros
".

[109] XXXII. "Enmendaos, pues, en tanto que la torre
está en curso de edificación. El Señor mora
con los hombres que aman la paz; porque El ama la paz; pero de
los contenciosos y de los que son dados a la maldad, manteneos
lejos. Restaurad, pues, a El íntegro vuestro
espíritu tal como lo recibisteis. Porque supongamos que
has dado a un lavandero un vestido entero, y deseas recibirlo de
nuevo entero, pero el lavandero te lo devuelve rasgado,
¿vas a aceptarlo? ¿No vas al punto a indignarte y
le llenarás de reproches, diciendo: El vestido que te di
estaba entero; por qué lo has rasgado y lo has hecho
inútil? Como ves, a causa del desgarro que has hecho en
él ya no puede ser usado. ¿No dirás, pues,
todo esto a un lavandero a causa del desgarro que ha hecho en tu
vestido? Por tanto, si tú te enojas tanto a causa de tu
vestido, y te quejas porque no lo recibiste entero,
¿qué crees que te hará el Señor a ti;
El, que te dio el espíritu entero y tú lo has
dejado absolutamente inútil, de modo que no puede servir
para nada a su Señor? Porque su utilidad se volvió
inutilidad cuando tú lo echaste a perder. ¿No va,
pues, el Señor de este espíritu a castigarte a ti
con la muerte por este hecho?" "Ciertamente
", le dije,
"a todos aquellos a quienes Él halla persistiendo en
la malicia, Él los castigará". "No pisotees su
misericordia
", dijo él, "sino glorifícale,
porque Él es muy paciente con tus pecados, y no es como
tú. Practica, pues, el arrepentimiento que es apropiado
para ti
".

[110] XXXIII. "Todas estas cosas que he escrito
antes yo, el pastor, el ángel del arrepentimiento, las he
declarado y dicho a los siervos de Dios. Así pues,
creeréis y escucharéis mis palabras y
andaréis en ellas, y enmendaréis vuestros caminos y
podréis vivir. Pero si seguís en la maldad y en
albergar malicia, ninguno de esta clase vivirá para Dios.
Todas las cosas que yo había de decir ahora te las he
dicho a ti
". El pastor me dijo: "¿Me has hecho
todas tus preguntas?"
Y yo le contesté:
"Sí, señor". "¿Por qué,
pues, no me has preguntado respecto a la forma de las piedras
colocadas en el edificio cuando llenamos sus formas
?". Y le
dije: "Señor, me olvidé". "Oye ahora", me
dijo, "respecto a ellas. Estas son los que han oído
mis mandamientos y han practicado arrepentimiento con todo su
corazón. Por ello, cuando el Señor vio que su
arrepentimiento era bueno y puro y que podían continuar en
él, ordenó que sus pecados anteriores fueran
borrados. Sus formas, pues, eran sus pecados anteriores, y han
sido borrados con cincel para que no puedan aparecer
más
".

Décima Parábola

[111] I. Después de haber escrito este libro por
completo, el ángel que me había puesto en manos del
pastor vino a la casa en que yo estaba, y se sentó en un
sofá, y el pastor estaba de pie a su mano derecha.
Entonces me llamó y me habló de esta manera:
"Te he puesto en las manos de este pastor", me dijo,
"a ti y a tu casa, para que puedas ser protegido por
él". "Cierto, señor
", le contesté. Y
él me dijo: "Así pues, si deseas ser protegido
de toda molestia y toda crueldad, tener éxito
también en toda buena obra y palabra, y todo el poder de
la justicia, anda en sus mandamientos que te he dado, y
podrás dominar toda maldad. Porque si guardas sus
mandamientos, se te someterá todo mal deseo y dulzura de
este mundo; además, te acompañará el
éxito en toda buena empresa. Abraza su seriedad y
moderación, y proclama a todos los hombres que él
es tenido en gran honor y dignidad por el Señor, y es un
gobernante de gran autoridad y poderoso en su cargo. A él
solo, en todo el mundo, se le ha asignado autoridad sobre el
arrepentimiento. ¿Te parece, pues, que es poderoso? Con
todo, tú desprecias la seriedad y moderación que
él usa hacia ti
".

[112] II. Yo le dije: "Pregúntale,
señor, a él mismo, si desde el momento en que
él llegó a mi casa he hecho algo impropio con lo
cual le haya ofendido". "Yo ya sé
", me
contestó él, "que no has hecho nada impropio ni
estás a punto de hacerlo. Y por ello te digo estas cosas,
para que perseveres. Porque él me ha presentado un buen
informe acerca de ti. Tú, pues, dirás estas
palabras a otros, para que aquellos que también practican
o practicarán el arrepentimiento puedan ser del mismo
sentir que tú; y él pueda darme un buen informe de
ellos a mí y al Señor". "Yo también,
señor
", le dije, "declaro a todo hombre las
poderosas obras del Señor; porque espero que todos los que
han pecado en el pasado, si oyen estas cosas, se
arrepentirán con gozo y recobrarán la vida".
"Sigue, pues
", me dijo él, "en tu ministerio y
complétalo hasta el fin. Porque todo el que cumple sus
mandamientos tendrá vida; sí, este hombre
tendrá gran honor ante el Señor. Pero todos los que
no guardan sus mandamientos huyen de su propia vida y se oponen a
Él, y no siguen sus mandamientos, sino que se entregan
ellos mismos a la muerte, y cada uno de ellos pasa a ser culpable
de su propia sangre. Pero a ti te digo que obedezcas estos
mandamientos, y tendrás remedio para tus
pecados
".

[113] III. "Además, te he enviado a estas
vírgenes para que puedan morar contigo; porque he visto
que son propicias hacia ti. Tenlas, pues, como ayudadoras, para
que tengas mayor capacidad de guardar sus mandamientos; porque es
imposible guardar estos mandamientos sin la ayuda de estas
vírgenes. Veo también que están contentas de
estar contigo. Pero te encargo que no se aparten en absoluto de
tu casa. Sólo que purifiques tu casa; porque en una casa
limpia ellas residen contentas. Porque son limpias y castas y
diligentes, y todas son favorecidas por el Señor. Por
tanto, si hallan tu casa pura, permanecerán contigo; pero
si ocurre la más leve contaminación,
abandonarán tu casa al instante. Porque estas
vírgenes no toleran la contaminación en forma
alguna
". Y yo le dije: "Señor, espero que les
seré agradable, de modo que puedan residir contentas en mi
casa para siempre; y tal como aquel a quien tú me
encomendaste reside en mi casa para siempre, del mismo modo ellas
no se quejarán
". Y él dijo al pastor: "Veo
que desea vivir como siervo de Dios, y que guardará estos
mandamientos y dará a estas vírgenes una
habitación limpia
". Con estas palabras, una vez
más me encomendó al pastor, y llamó a las
vírgenes y les dijo: "Por cuanto veo que estáis
contentas de residir en la casa de este hombre, os lo encomiendo,
a él y a su casa, para que no os apartéis en
absoluto de su casa
". Y ellas escucharon estas palabras con
alegría.

[114] IV. Entonces el ángel me dijo a mí:
"Pórtate como un hombre en este servicio; declara a
todos las poderosas obras del Señor y tendrás favor
en este ministerio. Todo el que anda en sus mandamientos, pues,
vivirá y será feliz en su vida; pero todo el que
los descuida, no vivirá y será desgraciado en su
vida. Encarga a todos los hombres que pueden obrar rectamente que
no cesen en la práctica de las buenas obras; porque es
útil para ellos. Digo, además, que todo hombre debe
ser rescatado de la desgracia; porque el que tiene necesidad, y
sufre desgracias en su vida diaria, está en gran tormento
y necesidad. Así pues, todo el que rescata de la penuria
una vida de esta clase, obtiene un gran gozo para sí
mismo. Porque el que es hostigado por la desgracia de esta clase
es afligido y torturado con igual tormento que el que está
en cadenas. Porque muchos hombres, a causa de calamidades de esta
clase, como ya no lo pueden resistir más recurren a la
violencia contra ellos mismos. Por tanto, el que conoce la
calamidad de un hombre de esta clase y no lo rescata, comete un
gran pecado, y se hace culpable de la sangre del mismo. Haced,
pues, buenas obras todos los que hayáis recibido
beneficios del Señor, no sea que, demorándoos en
hacerlas, sea completada entretanto la edificación de la
torre. Porque es a causa de vosotros que ha sido interrumpida la
obra de edificación. A menos que os apresuréis a
obrar bien, la torre será completada entretanto y vosotros
os quedaréis fuera
".

Cuando hubo terminado de hablar conmigo, se
levantó del sofá y se marchó
llevándose consigo al pastor y a las vírgenes. Me
dijo, sin embargo, que enviaría al pastor y a las
vírgenes de nuevo a mi casa.

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Autor:

Agustin Fabra

 

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