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De Jesús. Al filo de la navaja. Adrenlinomania Parte I (página 2)




Enviado por Norberto Villegas



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En su juventud habían coincidido en
un grupo que formó el vicario de la parroquia por el rumbo
del llamado y conocido "Árbol de la Noche Triste". La
intención de este grupo a pesar de haber sido conformado
por un religioso no tenía para nada tintes ligados con la
iglesia y eso fue los que le llamó la atención y
aunque no conoció directamente a "El Smith", fue por medio
de Gloria mejor identificada por el alias de "La Grilla", no
porque estuviera metida en la política sino más
bien por su apariencia, nunca se pusieron de acuerdo sí es
que ella estaba hecha a imagen y semejanza de los grillos o los
grillos la tomaron como modelo para su misma imagen y resulta que
su apariencia con esos animalitos resultaba tan apropiado que
bien podrían haber cambiado el nombre a los grillos y
llamarles "Glorias".

Después de terminado uno de tantos
ensayos durante lo que más hacían era divertirse
con el pretexto de poner en escena una obra con la que
festejarían el onomástico del Señor cura de
la misma parroquia, se reunieron en un café justo frente
al templo, ahí lo invitó a Él y a Antemio a
la presentación de un conjunto que "dizque" tocaba Rock
and Roll, ritmo de moda en ese entonces y que tendría
verificativo precisamente en la casa de "El Smith". Les dio santo
y seña y por supuesto la dirección que estaba
plasmada en un sencillo y a la vez explicito esquema elaborado a
mano alzada en la mitad de una hoja tamaño carta y que
llevaba para fines de marcarles la orientación y que
servía también a la vez de Invitación o
Participación.

El día indicado De Jesús y
Antemio se pusieron de acuerdo y con bastante anticipación
emprendieron el corto aunque tedioso viaje y que propiamente
habrían de atravesar la ciudad de Norte a Sur.

Como coincidencia también sobre la
misma avenida tenía verificativo una reunión para
celebrar los quince años de una damita, hija de reconocido
integrante del ámbito social-político. El primer
aspecto era cubierto y ampliamente por la Señora de la
casa que cumplía con especial énfasis sus
actividades altruistas en beneficio de cuanto grupo étnico
se le presentara y que entre más alejado de la ciudad
más atención le mostraba.

Claro que ese interés era el mero
pretexto tapadera de sus escapadas con el mismo chofer que
además fungía como su asistente personal, pero muy
personal, así como encargado de la chequera de la que
nunca le pedía cuentas, su guardaespaldas, consejero y
confidente, el hombro donde descargar sus penas y lagrimas y por
supuesto, su amante, que por cierto la única
responsabilidad que cumplía cabalmente era la
última en la medida que su juventud se lo permitía
ya que aprovechaba a la vez que tomaba ventaja de la bastante
gran diferencia en las edades con la Señora, su patrona a
la que siempre se dirigía de "Señora" delante de
cualquier otra persona sin importar que esta fuera integrante del
personal de servicio de la casa-mansión. En cuanto a la
relación en el ambiente político se encargaba el
Señor de la casa, el mismo licenciado Lugo Cervantes Del
Mar, Secretario de Gobernación.

La aparición de dos personas ajenas
a aquel ambiente atrajo inmediatamente la atención de la
Señora de Cervantes la que con toda la discreción
del mundo los estuvo observando y resultó que fue
indiscutidamente atraída y no por Antemio ya que a pesar
de su juventud

no podía aparentar ni ocultar su
aspecto diferente a un intelectual a o lo que años
después serían reconocidos como "Nerds".

Aunque con cierta desconfianza y con mucho
sigilo, la Señora se acercó pausadamente saludando
y haciendo comentarios a cuanto invitado se encontraba en su
camino.

  • Jóvenes, los he estado
    observando y me disculpan pero sucede que no los reconozco,
    no hay problema alguno ya que su comportamiento es por
    demás impecable, intachable, es más así
    quisiera que se portaran todos los demás, cosa que es
    como "Pedirle Peras al Olmo", tan impecable como luce el nudo
    de tu corbata.

Dijo dirigiéndose a De Jesús
a la vez que le arreglaba la corbata aún sin requerirlo. Y
como sólo dirigiéndose a Él,
prosiguió.

  • Desde luego que puedes quedarte o mejor
    dicho, pueden quedarse, no hay problema, es más me
    agradaría conocerte después que se hayan
    retirado todos los invitados. Bueno digo, solo
    tomándonos una taza de café. ¿Qué
    te parece?

  • Er, Este, Perdón. Es que Gloria
    nos invitó a la presentación de su grupo de
    Rock.

Casi balbuceó De Jesús,
tragando saliva ante la descarada insinuación de "La
Señora", volteando a ver a su amigo Antemio.

  • ¿Gloria?¿Cuál
    Gloria?

  • Pues Gloria, "La Grilla". Bueno
    así le decimos de cariño, mire aquí nos
    anotó la dirección.

Extendió el brazo mostrándole
la media hoja con las indicaciones.

  • ¡Ah! Mira la calle es la misma,
    Fuego, pero aquí es el mil veintitrés y
    aquí dice; mil doscientos tres.

  • ¡Mil dos ciento tres!¡Uf!
    Es que ahí no vive Gloria.

  • Si, eso lo sé es la residencia
    del licenciado Echevarria.

  • ¿Don Luis Echevarria?

  • El mismo, que por cierto no es del todo
    del agrado de mi esposo.

  • No se preocupe Señora,
    lamentamos el habernos equivocado.

  • Si. Lo sentimos mucho, es más,
    ya nos vamos.

Intervino Antemio.

  • No se alarmen, pero mejor es que mi
    esposo no se entere a qué dirección van porque
    entonces si que se arma la de San Quintín.

  • No se intranquilice, ya nos
    vamos.

  • Por mi pueden quedarse ya sabes que la
    invitación queda en píe.

Dijo esto último acariciando la
mejilla de De

Jesús.

Con toda calma terminaron el Wiskey que les
habían ofrecido, era un Chivas 12 años.

Pausadamente se dirigieron a la puerta,
atravesaron el amplio jardín donde tenía a cabo la
reunión bajo elegantes toldos blancos profusamente
iluminados y que guarecían distinguidas y bien adornadas
mesas con sus respectivos servicios de vajilla y cubiertos de
plata. De paso por una generosa mesa donde se hallaba regiamente
arreglado un extenso y generoso buffet, tomaron con toda
parcimonia unos cuantos canapés, lo cual fue observado a
distancia por "La Señora" que sonrió y casi
suspiró al ver que no aceptaba su invitación, solo
pensó para sus adentros.

  • ¡Que desperdicio! Bueno ni modo
    ya será el próximo y volteo como fiera
    depredadora en busca de su siguiente victima.

  • ¡Órale mi "Temo"!
    Aprovechemos por sí no hay en la casa del novio de "La
    Grilla".

Riéndose discretamente continuaron
caminando a la salida.

El automóvil de Antemio, aunque bien
presentado no dejaba de contrastar con los convertibles y los
lujosísimos automóviles de los
invitados.

  • Ya me daba mala espina desde que
    llegamos. Hasta me dieron ganas de estacionar mi nave
    más adelante.

  • ¡Bah! No te preocupes

  • No sino es que me preocupe, o que pasa
    es que temí que me lo fueran a chocar.

  • Ja, ja, ja.

Contrario a su temor, en serio en broma, el
auto de Antemio o su nave como lo identificaba era motivo de
admiración por parte de cuando menos una docena de
"Júniors" que aquel Ford Coupe, dos puertas, modelo mil
novecientos cuarenta, impecable en su carrocería y desde
luego en su pintura, con todos sus accesorios originales y
impecablemente cromados y equipado con llantas "Cara Blanca".
Inclusive al percatarse que accionaba la cerradura para abrir la
portezuela, se acercaron varios de los invitados que estaban
admirando el auto, primero y de golpe a ofrecerle una cantidad
exorbitante en pesos que de primera intención les
sonó exagerada, pero más exagerada fue la segunda
oferta, cuando le ofrecieron cambiarlo por un Ford Mustang
Convertible último modelo. Antemio sintió que el
mundo se le venía abajo, situación a la que pudo y
supo sobreponerse rápido y discretamente.

Declinó cortésmente los
ofrecimientos tratando de o herir susceptibilidades ni mucho
menos ofenderlos. Le fue entregada una tarjeta de
presentación nada menos que del Presidente del
Salón del Automóvil, insipiente agrupación
que congregaba entre sus miembros o socios a los más
afamados coleccionistas de automóviles
antiguos.

Se despidieron con un apretón de
manos, unas palmadas en la espalda y hasta de un beso en la
mejilla de una chica de muy buen ver, desde luego con muchos pero
muchos años menos que "La Señora" y además
con la promesa que en una cercana fecha pasarían a
visitarlos en su Salón que estaba ubicado en
División del Norte muy cercano a la Calzada de
Tlalpan.

Una vez al volante y ya que se
habían alejado unos cincuenta metros, dieron rienda suelta
a la risa contenida por la aventura que habían pasado
involuntariamente. Antemio condujo el su Fordcito con visible
orgullo por la avenida Fuego hasta el mil doscientos tres y de
nuevo se encontraron en el medio de un auténtico
estacionamiento de impecables autos, la mayoría
último modelo vigilados muy de cerca por los que
seguramente eran sus respectivos chóferes y que esperaban
pacientemente aunque aburridos a los jóvenes o a las
Señoritas. En esa ocasión no tuvo el menor empacho
para estacionar su auto en el primer espacio que encontró
y que casualmente estaba frente a la dirección que le
había proporcionado "La Grilla" la que en ese momento se
asomaba al portón un tanto cuanto inquieta por la relativa
tardanza de sus invitados.

  • Que bueno que llegaron. Ya me
    tenían preocupada.

  • ¿Preocupados? ¿Nosotros,
    ya te contaremos.

  • Bueno pasen ya casi empezamos, no
    quería iniciar sin que estuvieran los dos.

  • ¡Caray! Que amable. Pues
    aquí estamos

Fueron recibidos como sí se trataran
de los invitados de honor, lo cual no distaba mucho de la
realidad. Para esto atravesaron un amplio jardín, un campo
de fútbol que aunque no de las dimensiones reglamentarias
de las canchas profesionales, si que se le acercaban, pisaron un
césped que daba la impresión de ser una verde
alfombra. Después pasaron por un par de "Greens" o lo que
es lo mismo, dos hoyos para jugar golf o meter una pelotita del
tamaño de una moneda de a diez pesos en un hoyito del
tamaño de una buchaca de billar.

  • No, esto debe de ser uno gorro
    imagínate que ni siquiera puedo ensartar el hilo en
    una aguja por lo siempre se lo pido a mi
    mamá.

  • Pues yo estoy peor ya que no puedo ni
    atinarle a la cerradura con la llave.

  • Ja, ja, ja.

Cruzaron un arroyuelo sobre un puente
construido con vigas y se encaminaron por un sendero tapizado con
gravilla de mármol blanco que partía un excelente
jardín al estilo oriental, más preciso,
japonés y por fin se adentraron en un túnel de unos
diez metros de longitud y donde cabía perfectamente un
camión mediano.

Este túnel se encontraba
profusamente iluminado y decorado con sendas peceras a los lados
en toda su extensión, peceras repletas de peces que en
silenciosos cardúmenes danzaban en vaivenes de silenciosa
sinfonía.

Dos guardias uniformados al estilo de los
Boinas Verdes, sólo que en esta ocasión sus
uniformes camuflados en tonos verdes y cafés que
contrastaban con la boina roja y que les daba un aspecto
impresionante ya que a pesar de no portar arma alguna, al menos
visible, imponían respeto o hasta miedo al imaginar que
sus armas eran sus propias manos y píes. Se notaba que sin
destacar un físico impresionante, seguramente estaban
entrenados, cuando no adiestrados, en alguna disciplina oriental
como Karate, Ju-Jitsu, Ai-Ki-Do o Kun-fu.

Al aproximarse al portón de hojas
dobles color rojo y salpicado con exquisito gusto con motivos
orientales, hicieron el saludo militar y cada uno se
encargó de abatir una de las hojas, cediéndoles
cortésmente el paso.

De pronto se vieron inmersos en un ambiente
de discoteca. Un amplio espacio que daba cabida cuando menos a un
centenar de invitados.

Fueron inducidos a una mesa justo al centro
y frente al conjunto que compuesto por cuatro elementos terminaba
de conectar, afinar y probar una cantidad impresionante de
instrumentos y accesorios en un proscenio bastante sobrado para
la ocasión.

Gloria se despidió
momentáneamente no sin comentarles que pidieran lo que
quisieran ya fuera alimento o bebida.

No salían de su asombro cuando
escucharon dos golpes dados con las baquetas de la batería
seguidos por otros cuatro que marcaron el inicio de una
escandalosa imitación, muy mala por cierto, de lo que
supuestamente era una de las melodías (¿?) de moda
y en boga gracias a la interpretación de los Beatles.
Después de cuando menos una docena de acordes
identificaron y eso con mucho esfuerzo, los compases de la pieza
que ejecutaba el cuarteto y que se auto-denominaba "The Breake
Hearts"

Tanto baterista como el bajo, el requinto y
el vocalista lucían un chillante uniforme que más
les daba un aire de animadores de circo que de músicos,
era un traje gris a rayas verticales, en la bolsa del saco un
corazón roto que no partido en dos melenas al estilo de la
moda juvenil. Gloria vestía diferente y se encargaba de
hacerles coros tras bambalinas y de vez en cuando trataba de
ponerle tono con la pandereta, lo cual se lograba uno de cada
veinte acordes.

Al término de la primer pieza todos
aplaudieron con emoción casi hasta el éxtasis.
Desde luego todo esto increíblemente fingido pero que
agradaban en extremo a los muchachos
seudo-músicos.

Y así una, dos y hasta tres horas
tiempo durante el cual, viandas y bebidas corrieron
indiscriminadamente y que tanto Antemio como De Jesús
valiente y estoicamente soportaron hasta el final eso más
que otra razón, por atención a "La
Grilla".

El conjunto terminó literalmente
chorreando de sudor al grado que tuvieron que retirarse y
después de "Tomar una Ducha" y cambio de indumentaria, muy
sencilla por cierto, reaparecieron y se mezclaron entre sus
invitados esperando recibir toda clase de halagos. Y así
sucedió hasta que Gloria presentó oficialmente a
sus invitados.

  • Mucho gusto ¿Qué les
    pareció?

  • Muy buena. Yo diría que exce . .
    .

Estaba contestando cortésmente
Antemio cuando fue interrumpido por De Jesús.

  • No, no, no, espera. A mi me parece que
    por principio de cuentas necesitan contratar los servicios de
    un ingeniero de sonido.

  • ¿?

Tanto Gloria como Antemio sintieron que el
piso se abría y que la tierra se los tragaba, sin embargo
el novio de Gloria se mostró muy receptivo y a la vez muy
atento al comentario de De Jesús.

  • ¿Por qué dices
    eso?

  • Pues mira. Tienen un magnifico equipo y
    que decir de los amplificadores y los sintetizadores y los
    micrófonos y las bocinas y por lo que escuché,
    sacaron mucho ruido y poca calidad.

  • ¿Qué te pasa? Casi
    gritó el baterista.

  • Espérate, espérate.
    ¿Conoces a alguien que se encargue del
    sonido?

  • Por supuesto

  • Pues, preséntalo.

  • Pues te la presentaré ya que es
    una chica que estudió en la "Martell", la becaron en
    Nueva York y se doctoró en "Neza"

  • ¿Neza?

  • Si, en mi Nezota

  • ¿Minnesota?

  • No, en Neza, Nezahualcoyotl, en los
    "Toquines" de sábado en los bailes
    callejeros.

  • Ja, ja, ja. Rieron todos.

En lugar de molestar, esta actitud fue el
auténtico nacer de una rara amistad. No hubo
presentaciones formales. Después se enteró que
Smith no era su apellido sino su alias y ahí quedó
sin nombre.

Él siempre fue tratado como
"Licenciado" o simplemente "De Jesús" y siempre hubo entre
ellos un mutuo respeto, nadie preguntaba más que lo
necesario y aunque fue invitado en reiteradas ocasiones al
Pentágono de Tiro, sistemáticamente las
rehusó de la manera más amable y atenta en
correspondencia a la deferencia a la que era motivo.

En una de sus correrías se ese
animaron a visitar el Salón del Automóvil y
ahí se inició una serie de relaciones con personas
involucradas en el elítico círculo de los
coleccionistas de autos antiguos. Claro que esto no era otra cosa
sino solo una tapadera a sus pasatiempos los que estaban
íntimamente ligados a los automóviles modernos la
de los vehículos con potencia que sobrepasaba aún a
los utilizados y especialmente construidos para la misma
Policía Federal de Caminos. El mundo de la velocidad, de
la emoción, de las apuestas, ¡De la adrenalina!
Aunque el Salón era una pantalla de sus ilegales
actividades durante las cuales desafiaban a todos los reglamentos
de la ciudad, los de tránsito, los de la
policía.

Sin que siguieran una cierta periodicidad,
organizaban "Arrancones" en cualquier punto de la Ciudad ya fuera
en el Periférico, el Circuito Interior, cualquier Eje
Vial, el estacionamiento del Estadio Azteca, la Avenida de los
Insurgentes o el mismo Paseo de la Reforma. El colmo de su
osadía sucedió cuando invadieron ¡El
Zócalo! Y ni que decir de la noche que hicieron de las
suyas en el interior del Centro Comercial Santa Fe.

Lo normal y lo que menos apostaban eran los
propios vehículos aunque siempre acompañados por
voluminosos fajos de billetes verdes que por lo general eran
cantidades de cuando menos cinco ceros y cuando se trataba de una
fecha especial como fuera cualquier día que a los
organizadores se les ocurriera, entonces las apuestas se
medían con seis ceros y como una ley no escrita que todos
acataban cabalmente y sin discutir.

Las apuestas siempre eran cubiertas en
efectivo ya que ni cheques o mucho menos tarjetas de
crédito hacían su aparición, no
debería manejarse ni quedar testigo alguno que los pudiera
incriminar. Todos se regían por un cierto código de
honor no escrito pero que seguían fielmente y sin
chistar.

En uno de esos eventos fue que
conoció al "Fangio", personaje respetado por todo mundo
por su fama bien ganada de excelente mecánico teniendo tal
habilidad en la modificación de motores o en la
transmisión que daba como resultado verdaderas maravillas
en el funcionamiento de los automóviles lo que redundaba
en el incremento de potencia y por ende en aceleración y
ni que decir en la velocidad.

Contar con su cooperación era un
gasto bastante oneroso ya que los gastos previos corrían
por cuenta de quien lo contrataba y de las ganancias, la mitad
eran para Él, a pesar de todo esto no era un trato leonino
o desigual pues bien valía la pena esa inversión
sobretodo para quien solo esta buscado reconocimiento en el medio
que, claro que por tratarse de "Júniors" no les importaba
el dinero, sólo tenían que estirar la mano y
obtenían lo que se les antojaba y eso de estirar la mano
se refiere a que era el único trabajo que se tomaban la
molestia de efectuar pues sólo les bastaba con estampar su
firma ya fuera en un cheque, una ficha de retiro o de
transferencia o en el "Boucher" que amparaba el uso de una de las
tantas tarjetas de crédito que poseían y que nunca
se tomaban siquiera la molestia de consultar los montos
disponibles.

La habilidad del "Fangio" y que rayaba en
un autentico "Don" para entender los motores de combustión
interna, los inyectores, los engranes, la presión de las
llantas así como sus medidas, no era la única
relación con las máquinas y sucede que
también era un experto conductor que obtenía el
máximo provecho de sus arreglos y
modificaciones.

Otro personaje que conoció fue "El
Steve", individuo que no se involucraba directamente en las
carreras o arrancones pero que era un elemento imprescindible, al
grado que sin su presencia no daba comienzo ningún evento.
Era capaz de detectar el ruido del motor de una patrulla o
motocicleta que se aproximara al lugar del evento y lo
distinguía a cuando menos dos kilómetros de
distancia y sin importar la cantidad de ruidos o de su
naturaleza.

Por lo general ocupaba propiamente un lugar
un tanto cuanto retirado del evento, casi siempre escogía
un sitio en las alturas que podía ser la copa de
algún árbol, la azotea de un edificio y en alguna
ocasión tuvo la ocurrencia de subir a lo alto de una torre
de transmisión de alta tensión. Sólo fue
arrestado cuando y por mero capricho ideó subirse a la
antena de transmisión de Televisa en la Colonia de los
Doctores. Casualmente y desde luego en forma anónima fue
depositada la correspondiente cantidad, en efectivo desde luego,
que cubría la Caución que le permitió
abandonar la delegación en la que no duró ni
siquiera el tiempo que invirtieron los policías en bajarlo
de las alturas y por eso no llegó a recargarse en la
Barandilla de Audiencias de modo que ni el Agente del ministerio
Público se dignó interrogarlo.

Además "El Steve" tenía la
habilidad de poder leer un periódico a una distancia de
diez metros y no tan solo los encabezados sino que también
se atrevía a leer los "Píes" de las
fotografías.

Casualmente De Jesús
descubrió su secreto ya que no era tanto su
increíble vista si no que se trataba de que a base de
practicar había logrado desarrollar un poder de
memorización que le permitía retener casi
instantáneamente los "píes" de las
fotografías lo que le permitía recitarlos tal cual
sí los estuviera leyendo directamente.

Por cierto que ese poder de retentiva
extraordinario que se extendía en cuanto a rostros se
refiere por lo que inmediatamente detectaba la presencia de
algún posible infiltrado lo que reportaba
rápidamente al encargado de seguridad del evento en
proceso.

Pero esta era una de las actividades o
"Hobby" como ellos mismos lo denominaban, ya que después
de cada arrancón se daban cita en Acapulco, Ixtapa,
Cancún, Puerto Vallarta Huatulco o cualquier otro lugar
dentro del país ya que cuando tenían un mes
inactivo, sus reuniones tenían lugar en alguna localidad
alrededor del mundo. De cualquier manera sus movilizaciones las
realizaban utilizando sus propios medios ya que todas las
líneas comerciales aéreas los mantenían
boletinádos por sus escándalos a bordo de las
aeronaves que en varias ocasiones motivó el regreso a la
Ciudad de México ya que su mal ganada fama de conflictivos
trascendió las fronteras nacionales.

En resumen "El Smith", "El Fangio" y "El
Steve" eran unos "Desmadrosos" profesionales que no tenían
necesidad de dar golpe ya que "Papi" se encargaba de proveerlos
de cuanto se les ocurriera través de cuentas bancarias que
eran alimentadas permanentemente desde las arcas del erario
público que por medio del famoso y misterioso "Ramo
33".

Claro que esto les permitía a sus
padres, políticos en su mayoría el solo hecho de
pertenecer al selecto y cerrado grupo de Gusanos Profesionales
Procesionales, Gusanos porque no dejan de arrastrarse con tal de
vivir en esa podredumbre, Profesionales porque a eso se dedican
de tiempo completo y procesionales porque se mantienen en un
perpetuo juego de "Lo que hace la mano hace la tras" y
también por pertenecer al Partido Oficial, el Partido en
el Gobierno.

Los planes de Antemio no encajaban del todo
en esa forma de vida, por el contrario Él era bastante
más calmado, un excelente estudiante, aunque al tiempo no
alcanzó cumplir con su deseo más anhelado que era
la obtención de la Medalla Gabino Barreda, máxima
distinción a la que puede aspirar un alumno en la
Universidad Autónoma de México. Practicaba
fútbol y pasaba las tardes enteras pulsando la guitarra lo
que le permitió inducir este mismo gusto por la
música a De Jesús, además de esto no daba
muestras de otra habilidad que encajara en los planes de aquel
cuarteto que exponía una cara muy distinta en cuanto a
mostrarse y desarrollarse en familia y otra fuera de la
misma.

Los primeros pasatiempos ya como cuarteto
los llevaron a cabo con hurtos de poca monta y lo hacían
por simple diversión o como un reto y consistían en
burlar a los vigilantes y sistemas de video-vigilancia
sustrayendo primero cigarros, dulces o chucherías, pasaron
a las prendas deportivas en lo que establecieron como blanco
favorito a las incipientes tiendas de deportes Martí. De
ahí pasaron a hurtar automóviles y siempre se
fijaban en; marca, desde luego modelo y hasta color.

Pero su sistema requería de cada vez
más adrenalina y las emociones tenían que subir de
tono, entonces alguien "Descubrió" la estación
Universidad del Metro y se le ocurrió saltar de
andén a andén, en un principio sin el convoy a la
vista pero después esperaban a que este apareciera en el
extremo opuesto. Claro que para que la emoción fuera
más fuerte empezaron una carrera para saltar cuando el
convoy se encontrara a menor distancia hasta el punto que
llegaron a rozar con la palma de la mano el mismo parabrisas
dejando azorado al o la conductora lo que dio como resultado un
fulminante infarto que originó tremendo "enfrenón"
mismo que materialmente disparó hacía el frente de
los vagones a los escasos pasajeros que en su mayoría se
trataba de estudiantes.

El susto desde luego fue bastante grande
aunque la necesidad de adrenalina era cada ocasión mayor y
su nuevo descubrimiento consistió en bajar a las
vías del metro e iniciar carrera, primero en el sentido
del viaje del convoy y primero de la estación
Juárez a la estación Hidalgo, después lo
hicieron en sentido contrario, es decir, contra el sentido del
convoy. La distancia entre estaciones fue creciendo hasta iniciar
el mismo ritual entre la estación Juárez y la
estación Balderas. La carrera en sentido contrario al
viaje del convoy no se llevó al cabo, en primera porque
"la Garrotes" única mujer aceptada en el grupo por sus
varias cualidades entre las que destacaban su bien formado cuerpo
así como la velocidad que le imprimía a sus piernas
cuando de correr se trataba, cualidad esta última que no
le bastó para llegar a tiempo de saltar al andén de
la estación Juárez antes el convoy la alcanzara sin
permitirle siquiera brincar al otro carril ya que en ese momento
se arrancaba el convoy en sentido contrario, el reunir su cuerpo
fue una labor titánica que requirió de varias horas
por parte de los paramédicos mismos que fueron solo
observados a distancia y confundiéndose entre los muchos
curiosos que movidos más que otra razón que por el
mismo morbo sin poder articular palabra alguna so pena de
delatarse. La otra razón por la que suspendieron tan
excitantes pasatiempos fue que se presentó el primer
"Trabajo".

El primer "Trabajo" grande sería el
que planeado como visita a las oficinas de la ANDA.

Todo estaba estudiado, analizado y planeado
de modo que no podía fallar. Ya se veían
mencionados en los noticieros nocturnos con sus repeticiones
diurnas y en los diarios, sobretodo en los Tabloides que venden
encabezados;

"Asalto a oficinas de la ANDA. Se
desconoce paradero de los delincuentes. Se presume pertenecen que
a pesar de los buenos modales mostrados, pertenezcan a alguna
célula de paramilitares de Guerrero, Lujoso
automóvil usado en el atraco fue encontrado en
estacionamiento de la Zona Rosa. Se interroga al supuesto
propietario que fue aprendido cuando abandonaba lujoso
restaurante de las calles de Génova ya que el
vehículo no había sido reportado como
robado
"

Los cuatro desternillándose de risa
y aumentando los comentarios que iban leyendo.

Una y otra vez se carcajeaban y brindaban
con Coca-Cola que era lo más fuerte que tomaban ya que
para casi todos ellos, el alcohol era una maldición
más que una droga. "El Smith", "El Fangio" y "EL Steve" lo
evitaban a toda costa en cambio fumaban como desesperados algo
así como sí estuvieran comprometidos por medio de
un contrato y cuando se encontraban solos, cada uno por su
cuenta, se embarcaba en un ligero y corto, según ellos,
viaje cósmico con ayuda de la"Marihuana", "El Perejil del
Diablo", "La Achicalada", "La Verde", "Doña Juanita" y
algunos otros nombres o designaciones que no se encuentran en el
Pequeño Larousse, y lo hacían según la
versión propia de cada uno de ellos, solamente para
sentirse bien. (¿?).

De Jesús tenía grabado en la
memoria no muy gratos recuerdos con el alcohol ya que su
única hermana había caído en las garras del
alcoholismo, abismo en el que nunca tocó fondo a no ser el
fondo de la fosa donde fue depositado el ataúd de madera
en el que terminó bajo el "Delirium Tremens" a sus
cuarenta y pocos años de los cuales más de la mitad
rehusó ingresar a cualquier programa de
rehabilitación como el Doble A, Oceánica,
Fénix, etc, etc. Incluso una de las épocas
más odiada era la de fin de año ya que sabía
que el pretexto de los brindis navideños y de fin de
año perdía a su hermana por cuando menos diciembre
y enero, perdiendo año tras año su empleo fuera
cual fuera al grado que durante el año escasamente
trabajaba seis meses y eso con el pretexto de los Balances, los
Cierres, las Conciliaciones, juntas y quién sabe que
tantos otros, era común que desatendiera sus obligaciones
para con la casa familiar.

Pretextos no le faltaban para asistir a
brindis que terminaban en simples borracheras que la
hacían perder toda noción del tiempo y en muchas
ocasiones solo llegaba a bañarse, a cambiarse de ropa y
salir de nuevo a la oficina tratando de cumplir con un cierto
horario aunque cuando no era su vicio era el llegar tarde
cotidianamente, el caso es que en pocos meses y a pesar de ser un
buen elemento en cuestiones contables, terminaban por despedirla
al menor pretexto. Lo peor era que cuando no tenía
pretexto pues simple y sencillamente lo inventaba o precisamente
por eso, por no tener motivo.. Toda esa forma de vida fue minando
su humanidad hasta que la anemia se complicó con cirrosis
hepática y trastornos muy, pero muy severos en el
cerebro.

Por eso Él mismo tenía
prohibido cualquier bebida con alcohol en sus reuniones, peor
tratándose de cuando se reunían a planear la
próxima acción.

También tenía recuerdos de su
padre que sin ser un alcohólico declarado, guardaba la
imagen de un trabajador transformado por el Bacardí que
ingería cuando sus "Amigos" se reunían en el taller
que tenía montado por el poniente de la Ciudad, cerca de
los panteones, así conocido por los seis panteones que
ahí se asentaban, otrora en los límites del
Distrito Federal y el Estado de México y aunque sigue
siendo el límite después de estos enormes terrenos
se ha sobre poblado en demasía confundiéndose
Distrito Federal y Estado de México separados
únicamente por una angosta franja de asfalto de escasos
seis metros.

Ese comportamiento hizo mella en la salud
de su mamá que había tenido una vida llena de
sufrimientos con el compañero que el destino le
deparó. Solo la mitad de sus hijos lograron nacer, con los
otros ocho tuvo problemas. Uno de sus hijos murió antes de
cumplir su primer año y otro antes de los veinte,
asistió a su hija en sus tres frustrados partos recibiendo
en sus propias manos a dos de sus nietos nacidos prematuramente y
que no sobrevivieron siquiera a llegar a la
maternidad.

Todo esto desató tremenda crisis
existencial en su hermana que la condujo al inframundo del
alcohol.

En una ocasión estando ayudando a su
padre en el taller mecánico automotriz, uno de los
clientes les planteo el dilema o problema con una solución
muy complicada. En realidad y debido a su escasa experiencia la
respuesta adecuada motivó que sus pensamientos bulleran al
grado de casi evaporar todas las ideas, hasta que su mamá
lo notó y con la habilidad innata de madre empezó a
comentar tópicos intrascendentes hasta abrir el canal de
la duda que colmataban su interna paciencia.

La estrategia de acercamiento fue simple y
sencilla, bueno eso para su condición de madre, primero le
pidió que le alcanzara unos utensilios a la vez que
acomodara otros en su lugar y como sabía por demás
de sus gustos por los típicos tamales lo animó a
que le ayudara batiendo la masa, tarea que además de
requerir una cierta habilidad física, necesitaba del
propio gusto ya que de acuerdo a la tradición, en caso de
que la acción de batir la masa no se hiciera con gusto o
sí es que alguien llegaba a mostrar enojo durante ese
proceso, el producto o sean los tamales no resultarían
adecuadamente cocidos y peor resultarían "pintos" o sea
que en algunas partes cocidas y otras crudas. Resultado por
demás increíble pero cierto y para reparar el
daño en la elaboración el culpable debería
danzar al rededor del fogón donde se había puesto
un bote tamalero. Este resultado profetizado por su madre se
cumplía por lo que el extraño ritual de la danza
también debería de cumplirse.

Batiendo la manteca de cerdo por cuando
menos una media hora tuvieron tiempo de más para platicar
y para que el cerco se fuera cerrando hasta quedar atrapado en su
inquietud.

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada

  • ¿Nada? Pues me parece darle
    muchas vueltas para soltar lo que traes adentro.

  • Bueno es que ahora me hicieron una
    pregunta a la que no encuentro la respuesta
    adecuada.

  • ¿Y cuál es esa
    pregunta?

  • Mira; En un Viaje en barco vas
    acompañado de tu madre, tu esposa y tu hija. En eso el
    barco empieza a hundirse por equis razón y tu
    sólo puedes salvar a una persona además de ti
    mismo. ¿A quién salvarías?¿A tu
    madre que te dio la vida?¿A tu esposa que ha sido tu
    compañera por muchos años?¿O a tu hija
    que aún no alcanza los siete años y que ni
    entiende la situación porque su razonamiento
    aún no se desarrolla?

Aquí afloró toda la
experiencia de los años recorridos, de las vivencias
vividas, de las situaciones superadas.

  • Eso es aparentemente un problema
    capcioso y que tiene una solución, una única
    solución. Mira; tu madre te dio la vida eso es cierto
    ni que o por qué negarlo y por ese simple hecho a ella
    junto con tu padre les debes mucho y les debes mucho amor y
    mucho respeto, pero eso es muy natural, para eso nuestro Ser
    Supremo nos ha bendecido con la gracia de tener hijos. Tu
    esposa que con altibajos han superado todas las vicisitudes
    que se les han presentado durante los años, primero de
    noviazgo, después de matrimonio, como amigos, como
    amantes, de socios en tantas aventuras como las que nos
    depara la vida.

Desde luego que esta es una pregunta, un
dilema que tu tienes que solucionar sin pedir consejo, pero sin
temor a equivocarme te puedo decir que en caso de consultar a tu
madre y a tu esposa, invariablemente te responderían;
¡Salva a tu hija! Porque nada, nada se compara con el amor
para con los hijos. Hijo; los hijos duelen mucho por eso se les
quiere mucho. Y aunque podemos adorarlos con todo el amor del
mundo, no podemos cuidarlos las veinticuatro horas del
día.

Esta respuesta la complementaría
años después cuando De Jesús tenía
tiempo y de sobra para cavilar, para pensar, para
recordar.

Y prosiguió su madre;

  • No hay dolor más grande que el
    perder a un hijo a no ser el que te hiere y te mata poco a
    poco cuando sólo te queda sentarte a ver morir a tu
    hijo que lentamente pero inexorablemente se va acabando en
    este espacio tan reducido, ver morir a tu hijo con una
    desesperante impotencia que te mantiene como espectador
    sólo viendo como es atrapado en las garras de las
    drogas, en las malditas garras del alcohol. Hijo, esa
    incapacidad, ese dolor, no te hacen pensar que alguna vez
    hiciste algo muy malo y por más que hagas memoria no
    encuentras en tu vida pasada un pecado tan grande como para
    merecer tanta pena, tanto dolor. No hay amor más
    grande que el que sientes, aunque nunca se lo digas, aunque
    nunca se lo expreses, aunque nunca se lo muestres que el que
    sientes por tu hijo y así tampoco hay dolor más
    grande que el ver como la vida de tu hijo se extingue con el
    alcohol. No puedes hacer nada.

No hay de otra, ¡Salvas a tu
hija!.

Todo este infierno también lo
vivió en carne propia ya que haciendo un recorrido en
perspectiva de su particular vida y desde la temprana edad de los
doce años, poco antes de salir de la Primaria se
inició en el remolino etílico. Averno del que hubo
de pasar muchos calendarios para aceptar primero y posteriormente
avanzar paso a paso su misma rehabilitación.

Ahora De Jesús comprendía y
entendía aquellas tan lejanas palabras.
¿Dónde estarían sus hijos?¿Qué
estarían haciendo?¿Resultarían drogadictos o
alcohólicos o simplemente adrenalinomanos que acababan su
vida poco a poco en cada aspiración en cada
inyección, o en cada fumada, o en cada trago, o en cada
emoción sólo, para sentir la artificial
sensación que aceleraba el flujo sanguíneo o
incrementaba la producción de adrenalina, que forzaba a su
organismo a crear artificiosas sensaciones que poco a poco iban
mermando su vida, que poco a poco los consumían, que poco
a poco los mataban?¡Que impotencia!¡Que
castigo!¡Cuánto amor desperdiciado!.

El plan era perfecto y no daba cabida a
error alguno, todos podrían haber hecho su tarea
aún dormidos, estaban programados, sabían que su
inconsciente respondería a cada paso, al segundo sin
adelantarse, sin atrasarse.

Lo único que De Jesús no
previó fue que en aquella tarde, aquella hora, aquel
segundo, se presentaría a retirar un cheque uno de los
artistas de moda, real ídolo de adolescentes.
Sucedió tan sólo unos cuantos segundos
después que amenazara al cajero con un papel en el que
había pegado letras recortadas de revistas y que
expresaban una sentencia de asalto y de haber plantado una bomba
que haría estallar en caso de no obedecer sus
indicaciones, bomba que nunca existió pero que consideraba
su arma sicológica favorita ya que en más de tres
ocasiones le había dado resultado. Bien había
cuidado de no dejar ninguna huella digital en el mensaje, lo
elaboró cuidadosamente usando guantes de cirujano que
posteriormente quemaría en el calentador de
agua.

No bien había entregado la nota al
cajero que atónito no acertaba cómo reaccionar,
cuando una algarabía juvenil rompió el ambiente.
Sólo fue escasamente un segundo pero que bastó para
dar al traste con el "Plan Perfecto". Una docena de adolescentes
se abalanzaban materialmente a tropel al asalto, pero de un
autógrafo de su ídolo.

De Jesús iba elegantemente vestido,
la noche anterior escogió cuidadosamente su vestuario,
pensó que sí su atuendo se asemejaba al de un
artista no sería notado por lo que optó por un
pantalón beige con pinzas en la cintura, valencianas,
cinturón de piel en el mismo tono con hebilla de plata con
sus iniciales, camisa sport en azul claro, muy claro, sobre los
hombros un suéter en gris también claro, una gorra
haciendo juego con el color del pantalón y como
escogió su gorra italiana pensó que adecuado
serían unos mocasines también italianos. Nunca
cruzó por su mente que en su caso no serían los
más adecuados para correr de ser así requerido. El
plan fue abortado aunque un instante después de haber
entregado el mensaje intimidatorio, la confusión, la
confusión se esparció de neurona a neurona y al
instante urdió un Plan "B", momentos que fueron
aprovechados por el cajero para hacer sonar la alarma silenciosa.
De inmediato aparecieron dos guardias con sus armas
desenfundadas, De Jesús giró en sus talones y se
dispuso a emprender carrera de huída. Ya "El Smith" y "El
Steve" estaban en la puerta de salida, "El Fangio" los esperaba
con el motor encendido, las portezuelas entreabiertas, con los
cristales abajo completamente por sí se requería
que alguien entrara de clavado ya en marcha el BMW
blanco.

Los mocasines italianos de De Jesús
eran propiamente nuevos y en el momento menos indicado la suela
propiamente nueva patinó en el pulido piso, resbaló
y cayó sobre su lado derecho golpeando en el piso el arma
que amartillaba en su mano derecha. El estallido producido por la
expansión de la pólvora fue acallado por la
gritería de las admiradoras que ávidas de cuando
menos obtener un autógrafo sino el poder tocar a su
ídolo, pero los guardias si vieron el arma y se sintieron
amenazados por lo que instintivamente accionaron sus armas
apuntando hacía donde estaba De Jesús.

En realidad el revolver de De Jesús
no estaba cargado con balas reales sino que eran de salva ya que
no era su intención comprometerse con siquiera un herido
que ni pensar en un muerto, no era su idea, además
sostenía que "Haces lo que eres, no eres lo que haces", su
principio le dictaba que "El cómo somos no cambia, lo que
cambia es quién somos" y él no era un asesino si
acaso un asaltante y no por necesidad, bueno no-necesidad
económica ya que su profesión y sus habilidades
técnicas le permitían desarrollarse en el
ámbito de los negocios internacionales con bastante
éxito y que decir de cuánto negocio licito
emprendió.

En ese momento cruzaba por su mente; "Los
errores no existen, está lo que haces o lo que no haces",
le faltaba; "lo que aparentemente haces" y en ese momento
"aparentemente" había disparado una arma.

Sintió como si un hierro al rojo
vivo se introdujera en su pierna, tuvo la sensación que
una varilla le atravesaba la carne aunque sin dolor, solo
caliente. Trató de incorporarse sólo para caer de
nuevo al piso. Ya los dos guardias estaban bastante cerca,
apuntándole, amenazándole. Uno de ellos no
dejó de apuntarle, es más sintió el
frío cañón de una cuarenta y cinco
presionándole la mejilla mientras el otro guardia le
atizaba un puntapié en pleno plexus solar dejándolo
sin poder respirar lo que aprovechó para que con otro
puntapié lo desarmó, le colocó unas esposas
forzándolo a colocar las manos atrás de la
cintura.

Para esto "El Steve" y "El Smith" ya
habían puesto tierra de por medio y en el asiento trasero
del BMW blanco sin hablar se dejaban conducir por la calle de
Sullivan, cruzaban Insurgentes, Paseo de la Reforma, una cuadra
de General Prim, vuelta a la derecha por Milán hasta
Hamburgo, era esa la ruta planeada. Una cuadra antes del
estacionamiento, en Havre, bajaron los dos pasajeros y abordaron
otro auto que habían dejado estacionado. Todos sus
movimientos los llevaron a cabo con mucha calma, sin prisas, todo
calculado y con mucha sangre fría.. No se preocupaban por
De Jesús, era un pacto, no se detenían en caso de
que alguno resultara herido, no tenían ningún
remordimiento, sabían que no los delataría como
ellos, cualquiera de ellos o delataría a ninguno de sus
compañeros y no los delató.

Tanto patrullas como ambulancias no
tardaron en llegar, se lo disputaban judiciales y
paramédicos. De Jesús se desangraba aunque no mucho
ya que para su suerte el proyectil pasó en sedal sin
lastimar el hueso. Tenía una herida con orificio de
entrada, muy limpio al igual que el de salida, sin embargo, el
músculo si estaba lastimado lo que complementado con los
mocasines italiano, le evitaron emprender la huida. Huida que el
mismo ordenó y que al fin fue el único que no
cumplió.

En ese momento De Jesús era un libro
que aún no se cerraba, había cometido un error,
algo que se podía perdonar, pensaba que; perdonarse a si
mismo es algo que no se puede hacer. Aunque tampoco sentía
culpa alguna ya que la culpa puede echar a perder toda la vida y
eso no entraba en sus planes. Así que se preparó
para afrontar las consecuencias él solo.

Por fin los judiciales accedieron a que los
paramédicos lo atendieran y eso solo muy a su pesar y
más que por otra razón porque los representantes de
Derechos Humanos hicieron acto de presencia.

  • Estos hijos de perra defienden
    más a los hampones que a nosotros.

  • Y cuidado con que se te pase la mano
    porque entonces si que te apañan.

  • Y sin goce de sueldo.

  • Estamos fregados.

  • Cálmate, ya llegara al
    "Reclu"

  • Con que me den quince minutitos, le
    saco toda la sopa.

El ulular de la sirena de la ambulancia les
permitió el paso libre, dio vuelta en "U" sobre Altamirano
y tomó por Antonio Caso hasta el Circuito Interior hasta
Salvador Díaz Mirón, vuelta a la izquierda, pasaron
por debajo del puente a nivel y llegaron al "Rubén
Leñero" conocido mejor como "La Cruz Verde", nosocomio
donde eran destinados los heridos que habían delinquido o
las victimas fatales de algún evento, contrario a los
destinados a la Cruz Roja destino de accidentaos de lo que
propiamente se puede considerar eventos comunes.

Fue conducido inmediatamente al
quirófano donde fue intervenido en una operación de
rutina y de ahí trasladado a la Sala de
Recuperación, desde luego en calidad de detenido.
Aún sin haber pasado todo los efectos de la anestesia y
cuando empezaban a presentarse las primeras señales de
dolor. Fue despertado no muy amablemente por el Agente del
Ministerio Público al que escoltaban dos judiciales, los
mismos que habían estado en la escena del
ilícito.

Como era de esperarse, cumplió con
su estúpido código personal y por más que le
aplicaron las bárbaras técnicas de disuasión
en las que los judiciales eran ampliamente reconocidos a nivel
mundial, no pudieron arrancarle el nombre de sus cómplices
por una simple y sencilla razón, ¡No
quiso!

Fue aquel su primer internamiento, siete
meses, durante el cual nació un fuete resquemor hacia todo
lo que tuviera que ver con el sistema penitenciario, correccional
o de readaptación.

Obvio y desde luego que ninguno de los
tres, osó visitarlo ya fuera con sus identidades reales o
alguna inventada, lo que no causó extrañeza,
sorpresa o enojo en De Jesús ya que él hubiera
reaccionado igual.

De manera por demás discreta y
triangulando

en varias ocasiones, contrataron los
servicios de un abogado el más corrupto capaz de sobornar
al mismo diablo, lo que le daba la ventaja de poder moverse a un
nivel igual o más corrompido que él mismo lo que
pausada y discretamente movió la maquinaría de la
justicia dando como resultado que De Jesús nunca pisara un
dormitorio ya que pasó esos siete meses sin siquiera pasar
al área de "Ingreso" ya que pronto se convirtió en
una especie de "Huésped" con ciertos privilegios en la
misma área de oficinas anexas a los Juzgados y sus
comparecencias a la Barandilla de Audiencias solo eran un mero
pretexto que por mera casualidad sus citaciones coincidían
con la hora de la comida o de plano con la salida del personal
del personal adscrito a la Agencia del Ministerio Público
donde se ventiló su caso.

No hubo el menor asomo de arrepentimiento o
de modificación en sus planes futuros ni aún cuando
fue visitado por primara vez por su madre a la que
acompañó uno de sus hermanos mayores. Y a pesar que
su hermano menor reaccionó desfavorablemente, no
sintió rencor alguno ni agradecimiento hacía su
familia. En realidad el dolor, autentico dolor que le
causó a su madre y por supuesto a su padre no hicieron
mella en su afán por enfrentarse a nuevos retos, a
saborear nuevas emociones.

Sin embargo, escuchó pacientemente
las opiniones de su hermano mayor al igual que asimiló
inexpresivo los comentarios que le dedicó su hermano
menor, que no lo bajó de "Oveja Negra de la
Familia".

Aprovechaba los alimentos que con ciertos
sacrificios le llevaba su madre por lo general y además
que cuando menos en la visita de los jueves, que era la de
más duración, también lo proveía
hasta de papel sanitario.

Inclusive aprovechó ese tiempo para
practicar algo de gimnasia lo que redundó en mayor
marcación de sus músculos. No por eso tuvo que
recurrir a la clásica reacción de los internos que
eran violados a su ingreso y que por lo general pasaban todo el
día haciendo ejercicio y cuando caminaban por los pasillos
internos lo hacían con los brazos descubiertos mostrando
impresionantes bíceps como armas intimidantes para evitar
un nuevo abuso.

Las audiencias se espaciaron a tan solo
horas de manera que prácticamente pasaba todo el
día en el anexo por lo que optaron por colocarle un catre,
una parrilla eléctrica y un televisor portátil
aunque pequeño y en blanco y negro que conformaban
privilegios que pocos podían ufanarse de tenerlos y por si
fuera poco, la secretaria recibió un paquete con dos
teléfonos celulares,

Cuando se escuchó la
característica tonada de los aparatos Nokia quedó
atónita por las indicaciones que pausadamente le dictaban
desde un origen totalmente desconocido y asegurado
convenientemente para no delatar la procedencia de la llamada, el
mensaje decía; . . . "Puedes usar este celular,
considéralo un regalo a tus finas atenciones, el otro
dáselo a De Jesús, encárgate que siempre
cuente con buen nivel de carga en la batería,
déjalo en modo de "Silencio" y cuando sientas que vibra no
te hagas las ilusiones y dáselo inmediatamente sin
contesta. Tu aparato úsalo como se te antoje no
tendrás restricciones aún para llamadas de Larga
Distancia. No tendrás problema por el pago".

De esa manera siempre se mantuvo en
comunicación con "El Fangio" que le informaba en la
más cerrada clave, cómo es que se desarrollaba su
supuesto juicio. Todo era cuestión de tiempo y paciencia y
ambos, De Jesús los tenía y de sobra.

Mientras, se acercó al "Sierritas"
todo un personaje al que todos respetaban y querían en el
infra-mundo del Reclusorio.

Perdiéndose en el tiempo la fecha de
su ingreso tenía una asombrosa habilidad para trabajar la
madera en todas sus presentaciones ya que podía haber
tomado desde un simple palillo, un palito de paleta, una vara o
ramita o una tabla y después de estudiarla y darle vuelo a
la imaginación, de sus manos brotaban auténticas
artesanías que no reales y verdaderas obras de arte y eso
sin importar las restricciones a las que se enfrentaba por las
limitaciones propias que le imponía el sistema en cuanto a
herramientas punzo-cortantes, mismas que al serle descubiertas en
uno de tantos sorpresivos operativos, le eran inmediatamente
confiscadas dándose un descanso obligatorio por cuando
menos dos días al término de los cuales ya se
había hecho de nuevas herramientas de su propia
elaboración.

Así pasó esos meses,
aprendiendo la talla de en madera. Elaboró varios cuadros
calando algunos cromos que para tal fin y a cada visita de su
madre o su hermano mayor, les obsequiaba cuando menos uno de
aquellas artesanías con lo que contribuyó a que
más de una pared fuera materialmente tapizada con
diferentes temas, desde Geishas, Búhos, Paisajes,
Naturalezas Muertas, Bodegones, Barcos, Automóviles hasta
personajes de Caricatura.

Un jueves cuando su hermano mayor
acompañaba a su madre a la semanal visita, fueron
obligados a esperar en la "Aduana" lo que los inquietó un
tanto cuanto. Ahí estuvieron de píe por espacio de
casi tres horas hasta que ya casi habían perdido la
esperanza de acceder al interior del Reclusorio, se
escuchó un fuerte golpe que produjo la enorme hoja de una
puerta metálica. Al momento apareció con una enorme
sonrisa y vestido con ropa diferente a la de color beige que
distinguía como si fuera uniforme a los reclusos o
internos, como ellos mismos preferían ser identificados
por las demás personas, ya fueran custodios o guardias,
empleados o familiares. Cargaba dos envoltorios que aparentemente
era su ropa y que posteriormente entregó a su madre siendo
que lo conformaban cuando menos una veintena de los cuadros que
había preparado para ese momento y que eran el regalo que
le tenía preparado. Se trataba de imágenes
religiosas y que así pretendía amainar en lo
posible el sufrimiento al que había sometido a su
progenitora. Aunque en el fondo estaba cabalmente consciente que
así sobornaba la religiosidad y espiritualidad de ella. A
su hermano mayor ni siquiera se dignó saludar, si acaso,
un simple gesto sirvió como la más ínfima
muestra de agradecimiento.

Discretamente pidió lo dejaran en
casa de su suegra donde lo esperaba su entonces esposa a quien
había conocido desde la Vocacional y que tuvo mucha
influencia en el comportamiento adulto de De Jesús, para
bien o para mal. Sin mayores preámbulos le dio un beso en
la frente a su madre, bajó del automóvil de su
hermano y los conminó a proseguir ya que la luz del
semáforo había cambiado a verde. No se supo nada de
él por espacio de más o menos un mes y fue un
domingo cuando se presentó a casa de sus padres y los
invitó, según sus propias palabras, a la
inauguración de su Cremería.. Un local de muy buen
tamaño y con excelente ubicación ya que se
encontraba en una calle muy comercial en una colonia bastante
popular, precisamente la Colonia Popular.

El equipamiento, todo nuevo, de magnifica
calidad y de reconocida marca, un rostizador una
vitrina-refrigerador, varios anaqueles exhibidores, enfriadores
de refrescos, un sistema modernísimo de pesaje y lectora
de barras y una isla despachadora de café de donde emanaba
un atractivo y tentador aroma de café de grano
recién tostado.

Nuevamente el acontecimiento solo
sirvió como mero pretexto para explotar por enésima
ocasión la acendrada religiosidad de su familia ya que los
había invitado para que fungieran como padrinos del
establecimiento ya que negocio en esos rumbos populosos que no
tuviera ceremonia de bendición al inaugurarlo y peor
sí carecía de un pequeño altar con la figura
en el lugar preponderante de la Virgen de Guadalupe ya fuera en
cromo o de bulto y al lado la imagen del Santo de moda, que en
ese tiempo era San Martín de Porras, personaje peruano
pero con mucho arraigo en México tal vez por ser
"Negrito", o "Afro-americano" como dieron en decirle a los de
piel oscura y cabello rizado, pues en caso de esas carencias no
se paraban ni las moscas ya que el pueblo católico en su
mayoría se encargaba de ponerse de acuerdo para
boicotearlo hasta su total quiebra, así que ni hablar de
que algún judío intentara establecerse en las
mediaciones, lo que no sucedía en caso contrario, es
decir, sí algún católico se
establecía en las mediaciones de un barrio judío,
por ejemplo Polanco, no encontraba más traba que sus
productos fueran de excelente calidad y eso sin importar el
precio.

Una vez cumplida la ceremonia de
bendición, De Jesús se encargó personalmente
de ungir la mano del sacerdote que atendió al sencillo y
rápido ritual inclusive lo halagó con una buena y
generosa despensa conformada con productos que ahí estaban
expuestos para la venta.

A los que se quedaron les ofreció
unas muestras de finas carnes frías y de lácteos
que pretendía vender como productos de ataque, les
tenía preparado otro paquete-despensa bastante bien
surtido. Los despidió con sendos besos en las mejillas.
Encargó al "Pipiripau", su fiel escudero, que los llevara
de regreso a su casa, lo que cumplió
cabalmente.

"El Pipiripau" era todo un personaje y para
variar nunca se supo su nombre, de dónde procedía,
sí tenía familia, en fin todo el mundo lo
conoció y siempre fue referido con ese mote que le
quedó a la medida.

Sucede que cuando De Jesús se
encontraba acondicionando el local para instalar la
cremería se le acercó este personaje; Chaparro,
Prieto, Greña medio larga, bigote incipiente, barba de
chivo y escasa, con los zapatos colgados al hombro, una gorra de
béisbol con el logo de los Tigres, en ese entonces de
México y que en una ocasión muy pero muy lejano
seguramente había sido de color blanco.

Tal vez eso fue lo que más le
llamó la atención a De Jesús ya que
él también era aficionado a ese equipo desde
tiempos inmemoriales, es posible que esa preferencia al igual que
en el fútbol el equipo del Atlante, tuviera
orígenes genéticos de cuando menos dos
generaciones, es decir, su padre y su abuelo habían sido
fanáticos de hueso colorado de esos dos
equipos.

A pesar de su fisonomía, el
"Pipiripau", se notaba limpio y con unos ojos de hambre que bien
hubiera podido engullirse todo el almuerzo que en ese momento
calentaban los albañiles que se encargaban de dar los
últimos toques a la fachada del próximo
negocio.

Se paró enfrente de De Jesús,
como a unos cinco metros, loe aguanto ó la mirada y lo
propio hizo en respuesta silenciosa.

  • Jefe, ¿Puedo ayudarle en
    algo?

  • ¿? Mmmm ¿Cómo
    qué?

  • Le puedo barrer la calle o lavar su
    coche, a quitar todo el escombro

  • ¿Y qué
    quieres?

  • Trabajo

  • ¿Para?

  • Pos. . .Para comer

De Jesús sonrió y se
dirigió a los albañiles;

  • Jóvenes ¿Le pueden
    invitar un taco aquí a este joven?

  • Claro que se acerque. Órale.
    Éntrale

Más que una invitación o una
orden fue un abrir la Gloria a un auténtico banquete de
frijoles refritos con trazas de huevo, tortillas de masa
martajada y hechas a mano, una salsa verde picosa como la misma
Carmen Salinas en el Blanquita y para bajar, una Coca bien
fría que había encargado De Jesús que como
ritual cotidiano se encargaba de contribuir a manera de
participación ya que siempre respondía a la diaria
invitación a compartir el modesto, aunque no menos
sabrosísimo almuerzo. Gasto que los albañiles
tomaban como una atención de la que casual y temporalmente
fungía como su patrón.

  • ¡Que bárbaro! La traes
    atrasada.

  • Mffff. La verdad es que no como desde
    el lunes.

  • ¡Ah caray! Llevas tres
    días sin llenar la bodega.

  • ¡ Pst!

  • Pos, éntrale antes que
    se acabe

  • Éntrenle ustedes antes que se lo
    acabe el solito.

Comentó De Jesús al tiempo
que todos soltaban la carcajada.

De sobra esta comentar que en aquella
ocasión, de así decirlo y aceptarlo, no hubiera
sido necesario lavar los platos, ni sartenes, ni viandas en que
aquel tan singular grupo llevaba sus alimentos, mismos que sin
lugar a duda eran preparados domésticamente por sus
esposas, compañeras o parejas, lo que les daba un toque
que ni el mejor Chef lograría en el más afamado
restaurante.

Nadie inquirió por su nombre. Todo
fueron comentarios en doble sentido que les producían
sonoras carcajadas que se repetían una tras otra
intercaladas entre bocado y bocado.

Al terminar la hora del almuerzo,
casualmente llegó un camión cargado con cemento;
Diez toneladas, doscientos sacos o bultos de cemento Tolteca. De
Jesús, en son de broma le dijo al recién
llegado;

  • ¿De verás quieres
    trabajar?

  • Si patrón, solo dígame
    que hay que hacer y lo hago.

  • Descárgate el
    camión

Todos rieron al tiempo que se daban media
vuelta y se dirigían a retomar sus actividades.

Nadie hizo caso del comentario del
patrón, solamente el recién legado que sin chistar,
empezó, uno tras otro a bajar saco tras saco.

Minutos antes de las seis de la tarde,
todos se aprestaron a retirarse a descansar de la ardua labor. De
Jesús se dispuso a revisar tanto el avance como el costo
de la adecuación del local cuando sintió la
presencia de alguien a sus espaldas. Se levantó de la
silla que ocupaba frente al improvisado escritorio y se dio la
media vuelta con movimiento felino adoptando una posición
a la defensiva.

  • Listo patrón.

  • ¿Listo?¿Listo
    qué?.

  • Ya descargue el
    camión.

  • ¿Ya qué?.

  • El cemento patrón, Usted me dijo
    que lo descargara.

  • ¡Que bruto! Era
    broma..

  • Pus será broma, pero ya lo
    descargue.

  • ¿Quién te
    ayudó?.

  • Nadie, yo solo lo hice.

  • ¡¿Quééééé?!¡Ah
    caray! Pues ya lo hiciste. De verás que te lo
    creíste.

  • No pos sí quiere lo
    vuelvo a cargar.

  • Ni se te ocurra, que eres capaz de
    hacerlo

  • Uste solo dígamelo y ya
    le estoy dando.

  • No, no, no, olvídalo. Mejor ya
    vete a descansar y toma parta el camión y para tu
    cena.

  • No, pos cuál
    camión. Me estoy quedando en el jardín de
    allá enfrentito.

  • Mira, veo que de verás tienes
    ganas de trabajar, ve por tus cosas y te quedas de velador
    ¿De acuerdo?

  • ¿De verás?¡De
    acuerdo! Pero no traigo más cosas, ni más ropa
    que esta que traigo puesta.

  • ¿Sólo esto? Pues se ve
    muy limpia. Bueno se veía porque ahora está
    llena de cemento, pareces pambazo ¿ cómo es que
    está tan limpia?.

  • Pos me revuelco en la fuente
    del jardín y así me baño y lavo mi ropa.
    Solo me cuido que no me vean los "polis" porque me corren a
    patadas o me cargan a la delegación quesque por
    vago.

  • ¿Y luego?.

  • Pos luego espero a que se
    seque.

  • ¿Puesta?

  • Pos si, pior es andar
    mugroso.

  • Ja, ja, ja ¡Que bárbaro!
    Anda acomódate un rato donde puedas que podrás
    dormirte un rato mientras reviso esto.

  • Lo que diga patrón

  • Y ve haciendo a un lado eso de
    "Patrón", soy De Jesús ¿Sale?

  • ¡Sale Patrón De
    Jesús!

Ese día marcó el inicio de
una relación de mucha confianza en ambos
sentidos.

Casualmente el fin de semana o sea el
sábado se conmemoraba el Día de la Santa Cruz o sea
el tres de mayo día en que los albañiles llueva,
truene o relampaguee se hasta se bañan, les toque o no les
toque para celebrar a la Santa Cruz que de acuerdo a sus
creencias los cuida en las obras para que no sufran algún
accidente. Y por tratarse de una obra en proceso, la
tradición, que no pretexto, indicaba que se celebrara
"Como Dios manda" o sea que mientras dos albañiles o sea
un "Maistro" y un "Medio Cuchara" adornaban una cruz de
madera, con flores de papel en colores normalmente chillantes, y
cuando se dice chillantes es porque son chillantes, chillantes.
Otra pareja de los mismos trabajadores "curan" en un "Bote
Alcoholero" una buena cantidad de pulque que habían de
encargar directamente de Apan, Hidalgo.

Cumplían un verdadero rito. Primero
con un abre-latas intentaron retirar una de las tapas y al
fracasar en su intento procedieron a hacerlo con un machete o
cuchillo de carnicero, que posteriormente usarán para
partir y repartir la barbacoa que también importan del
Estado de Hidalgo pero de otro poblado que se llama
Actopán cuya fama en sabor trasciende fronteras estatales,
lavan el bote y proceden a poner un tabique rojo de los recocidos
en el fondo y después vierten unos quince litros del
néctar blanco o "Cara Pálida" o "Chastle" o
"Neutle". En una licuadora mezclaron un melón grande con
jugo de naranja y casi medio kilogramo de azúcar y un poco
de pulque, una vez licuada la mezcla la vacían en el, bote
y la agitan con un palo de escoba al que le han retirado la
pintura con la que suelen echar a perder el aparente natural de
la madera y lo lavan no menos de veinte veces. Según
explican, el tabique tiene por objeto evitar que el "Curado" tome
el sabor metálico de la lámina con que está
fabricado el bote.

Esta misma pareja se encargaría
posteriormente de repartir generosas porciones de barbacoa de
borrego "Cocida en Hoyo".

Desde luego que casi todos invitaron cuando
menos a una dama que no era precisamente su esposa de manera que
después de correr varios "Cartones" de "Coronas" y desde
luego el "curado que en verdad tiene un sabor simple y
sencillamente; ¡Exquisito!.

Empezaron a poner casettes con
música de lo más variado, claro que lo más
variado se refiere a una cinta de Vicente Fernández y otra
de Vicente Fernández, aunque cuando llegó la hora
de bailar si que la hicieron variada y entonces empezaron las
cumbias, las huarachas, la música banda y no faltaron "Los
Tigres del Norte".

De todos, solamente el recién
llegado bailó uno, otra y otra vez con todas y cada una de
las invitadas, llegando el momento en que todas las damas
formaron un círculo para verlo bailar haciendo pareja con
la afortunada en turno, los pasos era verdaderamente
espectaculares ya que se movía como un autentico maestro
de la pista sin importar que solo fuera un firme recién
colado el día anterior para tal fin..

Estos acontecimientos dieron píe
para que lo distinguieran con el apodo tan "A doc" de "El
Pipiripau".

Mote con el que fue identificado hasta que
desapareció. Si desapareció, ya que tal como
llegó, se fue, pero mientras duró la
relación con De Jesús se convirtió en su
brazo derecho e inclusive llegó a manejar y muy
eficazmente, la cremería.

Pasó casi un año, De
Jesús se mantuvo bastante ocupado sin que tuviera tiempo
de intentar siquiera buscar las emociones que tanto le llamaban
desde su interior y el fin de semana de Jueves y Viernes Santo
aprovechó y le solicitó a De Jesús permiso
para tomar el sábado y el domingo a lo que no hubo ninguna
objeción ya que aprovecharía para hacer un balance
de entradas y salidas.

Debido a las costumbres del pueblo, se
evita comer ciertos alimentos en la Semana Santa y sobretodo los
relacionados con carne de cerdo como son el jamón, las
salchichas. El pathé, el chorizo, el tocino y otros
más, por lo que optó por bajar las cortinas el
jueves y el viernes de esa semana.

Llegó el sábado y la venta
fue en realidad bastante floja. Un tanto cuanto aburrido y poco
antes de la hora de la comida, o sea a eso de las dos de la tarde
se dispuso a cerrar por espacio de cuando menos hora y media la
cremería. Poco antes se animó hacer un corte de
caja parcial; Cien, doscientos, . . ., ochocientos cuarenta
pesos. ¡Uf! Ni para la luz.

Un auto se detuvo frente a la
cremería y descendieron dos sujetos aunque con intervalo
de unos cuantos segundos. Uno entró y el otro se
quedó afuera recargado en la salpicadera del
"Estaquitas".

  • ¿Tiene jamón?

  • Si claro.

De Jesús soltó el
lápiz, hizo a un lado la libreta donde hacía sus
anotaciones del diario y al levantar la vista su visión
chocó con una escuadra apuntándole a escasos
centímetros, hizo el bizco y desorbitó los ojos de
la sorpresa.

El cañón de la escuadra le
pareció en ese momento del tamaño de un
cañón pero ¡Enorme!.

  • ¡Caite con la lana!.

  • Esta bien, no hay problema,
    toma.

Esto lo dijo De Jesús en el tono
más pausado y tratando de no mostrar el menor asombro o
nerviosismo.

  • ¡No te hagas!¡Suelta
    todo!.

  • Eso es todo, la venta ha estado muy
    floja.

  • ¡Abre la caja!

  • Ahí esta, ve, no hay más,
    no hay venta.

  • ¡Que no hay venta no que la
    madre!¡No te hagas güey!. Pinche
    mentiroso.

Por exagerado que esto parezca, lo
último exasperó a De Jesús y sin pensarlo
dos veces se dijo para sus adentros.

  • A mi no me dices mentiroso,
    desgraciado.

Resonó esto en sus adentros, se
levantó, le dio un empujón al maleante, en eso
apareció su compinche blandiendo un revolver, De
Jesús se abalanzó contra el nuevo asaltante, lo
abrazó, esquivó un par de cabezazos a pesar de que
con ambas manos forcejeaba tratando de evitar que el
cañón se dirigiera a él mismo. Se escucharon
dos detonaciones. Una bala se incrustó en el techo de la
cremería, lo que a la postre resultaría un
atractivo ya que después del incidente las ventas
crecieron supuestamente porque mucha gente, fuera por curiosidad
o por morbo, iba a ver la huella del impacto del proyectil. La
otra bala destrozó el faro delantero de la "Estaquitas"
que estaba estacionado frente a la cremería. La misma
"Estaquitas" en que e"El Pipiripau" se encargaba de surtir la
mercancía así como de entregar a domicilio, lo cual
le encantaba siendo que por cerca que fuera la entrega siempre se
tardaba cuando menos hora, hora y media y hasta dos
horas.

El empellón dado al primer asaltante
hizo que se golpeara en la cabeza contra la vitrina-refrigerador
y que perdiera el conocimiento. Se produjo una herida en el
parietal izquierdo que sangró profusamente.
Afortunadamente no volvió en sí ni cuando lo
subieron cual vil bulto a una camilla para posteriormente
trasladarlo a la Cruz Verde en calidad de detenido. Con el
segundo hampón no se repitieron más detonaciones,
por el contrario, con hábil movimiento, De Jesús lo
desarmó rompiéndole el dedo índice de la
mano derecha. En eso arribaron con sirena abierta y tortea
encendida una patrulla de la Policía Preventiva, que de
Preventiva no tiene nada, y otra de Agentes Judiciales. De
Jesús soltó al hampón, el que fue a dar con
toda su humanidad a la banqueta al lado de la Nissan Estaquitas
donde le cayeron dos judiciales que sin más ni más
empezaron a tundirlo a base de puntapiés cayeran donde
cayeran. Mientras los uniformados esposaban al asaltante herido
que ni siquiera se dio cuenta, ni se opuso ya que continuaba
desmayado y así pasaría un buen rato, claro que
esto no les impidió a los jenízaros para soltarle
cuando menos una docena de puntapiés y macanazos por cada
uno.

De Jesús se recargó de
espaldas contra la vitrina-refrigerador y entonces se
percató que sangraba profusamente por nariz y boca. Le
habían averiado la pieza superior de su ya tercera
dentición, aunque aún joven se vio forzado a usar
esa prótesis después de un encuentro con
"Esquiroles" que pretendían romper una
manifestación que organizó el Licenciado Lugo
Cervantes Del Mar.

Sintió que se desvanecía pero
resistió y espero casi de píe a que hicieran su
aparición los paramédicos, afortunadamente para
él, en esta ocasión los de la "Cruz
Roja".

No tardaron en lavar y esterilizar las
heridas que resultaron sólo superficiales. Claro que
también sacó unos cuantos moretones que al paso de
cuando menos una semana no se notarían y menos que su piel
era morena.

Aún todo molido, golpeado, molesto,
adolorido y bastante cansado tuvo que presentarse en la
Delegación Azcapotzalco que era la que le
correspondía por la ubicación del
ilícito.

Se encargó personalmente de bajar
las cortinas, colocar los candados y activar el sistema de alarma
contra robo. Optó por conducir la Nissan Estaquitas y una
hora después estaba de píe frente a la Ventanilla
de Desalojo de Pruebas.

  • Hola De Jesús, que bueno que
    viniste, nos vas a ahorrar mucho trabajo.

  • Pues aquí estoy.

  • Mira este que le tumbaste tres dientes
    se esta quejando porque dice que le pegaste y él no
    hizo nada, que sólo entró a comprar
    jamón. Y también dice que lo torturaste y que
    hasta le rompiste un dedo. Al "Potro" se lo llevaron al
    Rubén Leñero, pero a este te lo guardamos y pos
    ahí te lo prestamos, mhhhhhhh, digamos unos quince
    minutos.

  • Mhhhhhhh, yo creo que me bastan
    cinco.

  • ¡Vale! Que sean cinco

Los dos judiciales se pusieron a platicar
con el secretario y se jalaron al guardia de los Separos,
dejándolo solo frente al infeliz que se le había
atravesado en su camino.

El tiempo que pasó en el Cereso
oriente no fue en vano ya que aprendió aparte de trabajar
la madera, a golpear sin dejar huella y ahora se presentaba la
ocasión para aplicar en vivo y a todo color lo aprendido
de hampones de la peor ralea.

De los cinco minutos le sobraron algo
así como dos ya que el hamponcete sin ganas de volver a
asomarse siquiera por "La Popular" que no el mismo Distrito
Federal y entre dolor y dolor ya planeaba que cuando se librara
de esta se regresaría "Como alma que se lleva el Diablo".
Hasta su terruño del que nunca debió haber
salido.

Cuando De Jesús traspuso la puerta
de salida de la Delegación se sintió algo
más que aliviado, sabía que nunca más lo
molestarían.

Esa noche durmió a pierna suelta y
aprovechando el domingo y además que era una de esas
ocasiones raras en las que pudo despertarse casi al medio
día, tomó el control remoto del televisor,
oprimió el botón de encendido y se dispuso a hacer
lo que en mucho tiempo no había podido hacer; deleitarse
viendo un partido completo de fútbol americano de los que
eran transmitidos por televisión abierta que ni pensar en
instalar "Cable" ya que era raro que estuviera en casa para
quedarse plantado frente al aparato.

Recordaba y con mucho agrado su paso por
espacio de dos temporadas en el equipo de sus amores,
Águilas Blancas, a pesar de no haber cursado su
licenciatura en el Politécnico. Se destacó y se
ganó a pulso la posición de Ala Abierta en tan
sólo una pre-temporada. Gozó de esa posición
por esa y la siguiente temporada y toda la experiencia adquirida
o maña, según como se quiera ver, le dio lugar en
su "Otra" temporada, con "Los Perros Negros", pero eso fue
después.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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