Resumen
Este trabajo pretende contribuir a la
solución de los problemas que aún persisten con la
educación de valores en la sociedad actual.Aborda un
conjunto de ideas que pueden resultar de utilidad a los
profesores de la educación superior, pues a la
educación le corresponde un rol significativo en este
empeño. El estudio de la obra de Ernesto Che Guevara
constituye una poderosa arma teórico-práctica para
los profesores de cualquier nivel de enseñanza incluyendo
la posgraduada, es una verdadera contribución a la
educación de la joven generación en los valores
humanos que se cree y se quiere defender.
Introducción
Los valores han estado presentes en todas las sociedades
en dependencia de las condiciones socioeconómicas
imperantes en cada una de ellas. Los portadores de los valores
cualitativamente nuevos son los propios hombres. Lo que
más difícil resulta es el cambio de mentalidad
debido a que los individuos no pueden despojarse de sus ideas,
creencias y comportamientos como si se tratara de un simple
traje.
Los cambios en el mundo actual en los aspectos
económicos, políticos, morales, religiosos y
culturales, han condicionado mutaciones en el orden de los
valores morales. En la época contemporánea han
surgido nuevos valores y otros han entrado en crisis, por lo que
este tema en la época contemporánea es
pertinente.
"…El valor como fenómeno de la conciencia
social orienta la actuación de los hombres, constituyen
los sueños que orientan el quehacer de los mismos y son
una expresión ideológica de sus
intereses".1
Aunque con otras características y matices la
educación en valores continúa en la
educación de posgrado, es decir, culmina con la vida del
hombre, es constante e imperecedera.
"…La educación en valores es un proceso
continuo que comienza con la atención y educación
del niño en la familia y se extiende hasta la Universidad,
hasta llegar a la educación
posgraduada…".1
En Cuba, después del triunfo revolucionario del
primero de enero de 1959, al erradicarse la sociedad capitalista
se van instaurando las condiciones para la creación y
formación de la nueva sociedad, por lo que la
educación en valores adquiere una connotación
especial.
Fabelo Corzo ha expresado que "cada sujeto
social, como resultado de un proceso de valoración,
conforma su propio sistema subjetivo de valores que puede poseer
mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de
valores, en dependencia ante todo del nivel de coincidencia de
los intereses particulares del sujeto dado con los intereses
generales de la sociedad en su conjunto, pero también en
dependencia de las influencias educativas y culturales que ese
sujeto recibe y de las normas y principios que prevalecen en la
sociedad en que vive. Esto valores subjetivos o valores de la
conciencia cumplen una función como reguladores internos
de la actividad humana".2
El sistema de valores interconectados de la sociedad
cubana de hoy la identifica, al igual que a sus integrantes; cada
cual tiene sus propias virtudes o pautas de conducta, que son el
producto de los cambios socioeconómicos inherentes al
período de transición del capitalismo al
socialismo, además, influye la educación recibida
de forma directa a través de los centros educacionales y
de forma indirecta por la influencia de las organizaciones
sociales y comunitarias. Por otra parte, la cultura a
través de las tradiciones y costumbres, juega
también un papel significativo en la formación de
los valores humanos; sin olvidar la influencia decisiva de la
familia en la educación de las personas.
La educación superior no está ajena a este
fenómeno y tiene entre sus objetivos fundamentales la
formación de un profesional en correspondencia con las
necesidades de la sociedad y su época.
Varios pedagogos cubanos se han referido al tema. El
doctor Vecino Alegret ha expresado: "La
concepción de que el proceso de formación de un
profesional incluye no solo la asimilación de
conocimientos, habilidades y destrezas, sino además el
logro de una personalidad que como nivel superior de lo
psíquico regule su conducta, es ya aceptada por la
mayoría de los claustros de la educación superior,
en los cuales la función educativa de la labor que
realizan es cada vez más reconocida".3
El presente trabajo pretende contribuir a la
solución de los problemas que aún persisten con la
educación de valores en la sociedad actual y para ello, se
abordan un conjunto de ideas que pueden resultar de utilidad a
los profesores de la educación superior.
Desarrollo
El trabajo educativo en la educación superior
contribuye a integrar el proceso de formación y desarrollo
de los valores morales porque abarca 3 dimensiones fundamentales,
la curricular, la extensión
universitaria y la
político-ideológica, mediante las
organizaciones políticas y de masas. La combinación
y coherencia de las influencias en estas dimensiones, que cuentan
sobre todo con el protagonismo estudiantil en cada una de ellas,
constituye un factor esencial en el logro de las aspiraciones
formuladas.
Los valores poseen la "capacidad movilizativa y
motivadora", por constituir elemento esencial de las
convicciones, por su impacto en la calidad del desempeño
futuro del profesional.4
Sobre los valores ha expresado Cintio Vitier,
"antídoto contra muchos venenos", "fuerza para resistir
adversidades", "capacidad para generar nuevos espacios de
creación, libertad y gusto por la limpieza de la vida" y
promotores en fin del "mejoramiento humano".4
Los valores son determinaciones espirituales que
designan la significación positiva de las cosas, hechos,
fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un
grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto.5
Están condicionados por las relaciones sociales
predominantes, constituyen componentes esenciales de la
ideología, expresión de la cultura y la historia de
una sociedad en una época determinada, y de los intereses,
puntos de vista, necesidades y contradicciones de los diferentes
sujetos.
Se forman en el proceso de interacción entre los
hombres y el objeto de su actividad, en la producción y
reproducción de su vida material y espiritual. Se
convierten en formaciones internas del sujeto, acorde al nivel de
desarrollo alcanzado, la experiencia histórico-social e
individual y el impacto de los factores de influencia
educativa.
Como orientadores y reguladores de la conducta
constituyen un sistema, pues guardan relación
dinámica unos con otros, y conforman una jerarquía
entre ellos, que es decisiva en los momentos de elección
moral.
Sobre el tema, el Comandante en Jefe ha expresado: "Para
mí educar es sembrar valores, inculcar y desarrollar
sentimientos, transformar a las criaturas que vienen al mundo con
imperativos de la naturaleza, muchas veces contradictorios con
las virtudes que más apreciamos, como solidaridad,
desprendimiento, valentía, fraternidad y
otras".6
Se conocen como componentes fundamentales para la
formación de los valores, el cognitivo, afectivo-volitivo,
ideológico, las experiencias morales acumuladas en las
relaciones y la conducta de la vida cotidiana. Estos elementos
pueden sintetizarse en la actividad docente que desarrolla el
profesor dentro de la clase y en el escenario
extradocente.
El proceso de perfeccionamiento de la educación
superior cubana se fundamenta en la necesidad de formar a un
profesional que responda a las exigencias sociales de la
época contemporánea. Se trata de una etapa
dialécticamente superior para elevar la calidad del
proceso educativo, mediante estrategias educacionales
diferentes.
Las condiciones actuales requieren una adecuación
de los principios de la enseñanza, como el carácter
científico, la sistematicidad y la vinculación de
la teoría con la práctica, entre otros, a
través de la forma fundamental de organización del
proceso docente-educativo.
Por tanto, desde el proceso de
enseñanza-aprendizaje se establecen las premisas para el
logro del principio marxista de la vinculación de la
teoría con la práctica, aprender enfrentando las
contradicciones propias de los fenómenos en su contexto
natural; en la formación del nuevo profesional se produce
el vínculo entre la teoría y la
práctica.
Por consiguiente, estas condiciones de enseñanza
son propicias para inculcar en los futuros profesionales los
valores propios de la ética humanista, y el estudio y
aplicación de las ideas del Che contribuyen en gran medida
a su fortalecimiento.
La obra de Ernesto Guevara constituye un incentivo para
los profesores cubanos y el estudio de sus preceptos
éticos contribuye a la educación de los valores que
se quiere fomentar y desarrollar en los estudiantes.
En uno de sus escritos, "El Socialismo y el hombre
en Cuba", el Che aborda la necesidad de formar un hombre
nuevo en el período de construcción de la sociedad
socialista y expone como fundamentos que la imagen de ese hombre
que se quiere con la nueva conciencia socialista, con los nuevos
valores, todavía no está formada, y diría:
"Su imagen no está todavía acabada; no
podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al
desarrollo de formas económicas nuevas" …"las taras
del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y
hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas".8
Esta obra, que fue inicialmente una carta dirigida al
periodista uruguayo Carlos Quijano (1965), ha quedado en la
historia como documento rector sobre la formación
ética del hombre nuevo y a pesar de los años, sus
ideas sobre el sentido de la vida en el socialismo y la moral del
nuevo individuo están vivas.
Al meditar acerca de la vigencia de sus pensamientos en
los tiempos que se vive, pudiera preguntarse: ¿Ha sido
posible alcanzar estos ideales? ¿Tenemos que seguir
trabajando y luchando para materializarlos en la actitud de cada
individuo?9
En el pensamiento de Ernesto Guevara se vislumbran
preceptos éticos que deben caracterizar al hombre de hoy y
del mañana, el amor a la patria, a la humanidad, el
humanismo, el internacionalismo, el compañerismo, la
disciplina, la veracidad, la honradez, la sencillez, la modestia,
la solidaridad, la intransigencia hacia la explotación y
el rechazo al individualismo.
En el contexto social y laboral se definen otros rasgos
en sus ideas como el cumplimiento del deber, el amor al trabajo,
el colectivismo, el espíritu de lucha ante las
dificultades, la crítica y la autocrítica ante lo
mal hecho y la valentía en la defensa de los principios
sociales más justos y humanos, entre otros.
El socialismo como sociedad superior a la antecesora
sociedad capitalista lleva implícito rasgos de esa
sociedad, por lo que es preciso según el Che, construir la
conciencia socialista, según él no se puede
"…realizar el socialismo con la ayuda de las armas
melladas que nos legara el capitalismo…" y destaca
además, que en el proceso de formación del
individuo, el papel de la sociedad es vital en su doble
función de educadora directa e indirecta.8
Cuando se analizan las ideas que tenía sobre lo
que debía ser un joven comunista y cuál
debía ser su conducta ante la sociedad, se aprecia una
verdadera lección acerca de la formación moral y
humana del hombre del futuro. Expresaba que, el hecho de
pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas
debía ser el más alto honor de un joven de la
sociedad nueva y debía ser un honor por el que luchen en
cada momento de su existencia.10
El Che se refería además, a la necesidad
de que los jóvenes pensaran siempre en su forma de actuar
como individuos, que debían estar siempre preocupados de
sus propios actos, de sus ideas y de su conciencia ante los
hechos de la vida, para que sus actos no mancharan el prestigio
de la organización a la que pertenecían.
Coincidía plenamente con el principio martiano y
marxista de vinculación del estudio con el trabajo: "Esta
es la forma de educación que mejor cuadra a una juventud
que se prepara para el comunismo, la forma de educación en
la cual el trabajo pierde la categoría de obsesión
que tiene en el mundo capitalista y pasa a ser un grato deber
social, que se realiza con alegría, que se realiza al son
de cánticos revolucionarios, en medio de la
camaradería más fraternal, en medio de contactos
humanos que vigorizan a unos y otros, y a todos
elevan".10
Este ideal de hombre nuevo que resumía el Che es
el que se desea lograr en los profesionales de la salud que se
están formando, hombres con un gran sentido del deber
hacia la sociedad que se está construyendo y con un
inmenso comprometimiento con la salud de los seres humanos y con
todos los hombres del mundo.
Para él, el joven comunista debía
caracterizarse por tener una gran sensibilidad ante todos los
problemas, "gran sensibilidad frente a la injusticia;
espíritu inconforme cada vez que surge algo que
está mal, lo haya dicho quien lo haya dicho. Plantearse
todo lo que no se entienda; discutir y pedir aclaración de
lo que no esté claro; declararle la guerra al formalismo,
a todos los tipos de formalismos. Estar siempre abierto para
recibir las nuevas experiencias, para conformar la gran
experiencia de la humanidad, que lleva muchos años
avanzando por la senda del socialismo, a las condiciones
concretas del país, a las realidades que existen en Cuba y
pensar todos y cada uno cómo ir cambiando la realidad,
cómo ir mejorándola".10
La educación tiene aún mucho que hacer en
estos tiempos en materia de formación y desarrollo de
valores humanos. El legado del Che indica el camino a seguir,
permite evaluar lo que se ha alcanzado y lo que falta por lograr
en el proceso docente-educativo.
Como profesores, pudiera pensarse qué debe
hacerse para que sus ideas se perpetúen a través de
los contenidos que se imparten y cómo contribuir a la
educación permanente de los profesionales, que con toda
seguridad precisan de la constante orientación
educativa.
Cultivar su ética y fomentar sus principios,
requieren del estudio sistemático de su obra y de su
aplicación en las diferentes modalidades académicas
de la educación en Cuba.
Tales razones motivan a los educadores cubanos en
general y a los de la educación superior en particular, a
perfeccionar el trabajo que se desarrolla en los momentos
históricos presentes, en que Cuba afianza la Batalla
de Ideas, proceso que según la proyección
estratégica del Comandante en Jefe, en el campo de la
educación, ha sido vital para desarrollar y materializar
en la práctica lo mejor del pensamiento pedagógico
cubano y ha permitido situar en un momento crucial el
perfeccionamiento del capital humano de la sociedad cubana
actual. Entre estas ideas resalta la de "elevar la
formación político-ideológica y moral acorde
con los ideales de nuestra sociedad".7
Las influencias educativas deben realizarse de forma
sistemática y cohesionada. Como dijo el Che, "debemos
convertir a la sociedad en una gigantesca escuela". Su ideario
muestra las cualidades que debe tener el hombre de la sociedad
del futuro; en la carta de despedida dedicada a Fidel y al pueblo
de Cuba sintetiza valores como la honradez, la sencillez, el amor
al trabajo, el cumplimiento del deber, "… haciendo un
recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente
honradez y dedicación para consolidar el triunfo
revolucionario…".11 La sociedad actual necesita fomentar
estas cualidades en los individuos y los profesionales de la
salud que se forjan deben conocerlas y aplicarlas en la vida
cotidiana. Será difícil, habrá que
sistematizar las acciones hasta que gradualmente se hagan
constantes en la conciencia individual y social.
La concepción del Che acerca de que el
interés material no debe predominar sobre lo espiritual,
por cuanto los valores humanos distinguen la grandeza del hombre
en la nueva sociedad, queda reflejada en varios de sus escritos,
"…que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me
apena, me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos,
pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y
educarse…" 11 y convoca nuevamente a la reflexión
acerca de que en el socialismo a diferencia del capitalismo, los
hombres pueden confiar en el Estado, que a decir del Che, le
garantiza lo necesario para cubrir sus necesidades básicas
materiales y espirituales.
En su eterna obra es recurrente el tema de la
relación entre el estímulo material y el moral; y
expresaría: "…esa política de premiar al
bueno con bienes materiales, de premiar a quien demostró
tener mayor conciencia y mayor espíritu de sacrificio con
bienes materiales; (…) éstas son dos cosas que
constantemente van chocando y van integrándose
dialécticamente en el proceso de construcción del
socialismo, por un lado, los estímulos materiales
necesarios, porque salimos de una sociedad que no pensaba nada
más que en estímulos materiales y construimos una
sociedad nueva sobre la base de aquella vieja sociedad, con toda
una serie de traslados en la conciencia de la gente de aquella
vieja sociedad…". Enfatiza en una cualidad imprescindible,
la satisfacción por el deber cumplido, el estímulo
espiritual como impulso básico para el trabajo, esencia
que hace al hombre nuevo superior, por pertenecer a una sociedad
incompatible con el capitalismo enajenante que destruye la
dignidad humana. "…El estímulo moral, la
creación de una nueva conciencia socialista, es el punto
en que debemos apoyarnos y hacia donde debemos ir, y hacer
énfasis en él… el estímulo material
es el rezago del pasado, es aquello con lo que hay que contar,
pero a lo que hay que ir quitándole preponderancia en la
conciencia de la gente a medida que avance el
proceso…".12
En otra dimensión de su pensamiento, aborda la
importancia del estudio en los jóvenes, para que sean
capaces de aplicar los conocimientos a la realidad, a la vida
social. Expresó ideas vitales que hoy se ponen en
práctica en el nuevo modelo de formación del
profesional de la salud, conceptos que resaltan la necesidad de
aprender con conciencia, qué significa contribuir a
resolver los problemas de la sociedad aplicando los conocimientos
adquiridos. "…¿Qué significa el desarrollo
de la conciencia? Significa algo más profundo que el
aprendizaje de teorías estrictamente en los libros;
teoría y práctica, ejercicio de la teoría,
deben ir siempre unidos, no pueden separarse de ninguna manera,
de tal forma que el desarrollo de la conciencia debe estar
estrechamente ligado al estudio, al estudio de los
fenómenos sociales y económicos que dirigen esta
época y a la acción revolucionaria, acción
revolucionaria que se traduce en los estudiantes fundamental y
primordialmente en estudiar, estudiar, porque esa es la
función fundamental del revolucionario colocado en la
situación de alumno universitario…".13
La concepción de combinar el estudio con el
trabajo como principio básico para la ejecución del
proceso de enseñanza-aprendizaje y la formación de
individuos integrales preparados científica y moralmente,
continúa fortaleciendo el trabajo educativo en la docencia
médica superior.
El legado del Che cobra hoy mayor vigencia, porque se
está abocado a una batalla por la elevación de la
cultura científica, política, moral e integral de
la sociedad; la Batalla de Ideas, definida por el
Comandante en Jefe como",…la batalla de la verdad contra
la mentira, la batalla del humanismo contra la
deshumanización; la batalla de la hermandad y la
fraternidad contra el más grosero egoísmo; la
batalla de la libertad contra la tiranía; la batalla de la
cultura contra la ignorancia; la batalla de la igualdad contra la
más infame desigualdad; la batalla de la justicia contra
la más brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y
la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su esencia, es la
batalla de nuestro pequeño país y de nuestro
heroico pueblo por la humanidad…".14 En la obra del Che se
distinguen con claridad estos propósitos encaminados a
continuar el desarrollo de valores como la honestidad, la
justicia, la solidaridad y el humanismo, en los hombres y mujeres
de la sociedad cubana.
En otros de sus discursos, el Che diría que los
jóvenes tienen ante sí un deber supremo que es el
estudio, "…estudiando cada día más,
perfeccionándose cada día más, pensando
también en cada momento de debilidad que están
esperando por ustedes las fábricas y las escuelas, los
talleres de arte, las universidades, que toda Cuba espera por
ustedes, que no se puede perder un minuto, porque todos estamos
caminando hacia el futuro, y el futuro necesita de
técnica, necesita de cultura, necesita de alta conciencia
revolucionaria…".15
Sin embargo, también existen antivalores que
perjudican y que al igual que a una piedra preciosa
extraída de una mina hay que eliminarle la "ganga" para
que luzca su brillantez, hay que arrancar la pereza, el
egoísmo, el racismo, la indiferencia, o sea, esa "ganga"
que opaca, porque cuando faltan los valores en la conducta
personal o colectiva, los individuos y las sociedades se vuelven
mediocres, conformistas, facilistas, sin visión de futuro
y sin grandeza de ánimo para emprender ambiciosas
tareas.
Para lograr cambios profundos y duraderos en las
personas es imprescindible modificar los valores, que son los que
condicionan las conductas y las actuaciones de los
individuos.
Conclusiones
· La educación en valores es un proceso
activo, complejo y contradictorio como parte de la
formación de la personalidad, que se desarrolla en
condiciones histórico-sociales determinadas y en la que
intervienen diversos factores socializadores, como la familia, la
escuela, la comunidad, los medios de comunicación masiva,
así como las organizaciones políticas y de masas,
entre otros.
· La formación del estudiante en el
contexto universitario actual se desarrolla en el sistema de
relaciones que establece con la actividad que realiza, y el
alumno actúa como centro del proceso formativo con un alto
nivel de responsabilidad.
· La labor de formación de valores ha de
realizarse de manera consciente, organizada, con estudiada
intencionalidad; donde prime en su ejecución un estilo de
comunicación que posibilite el diálogo abierto,
sincero, argumentado, que coadyuve a conocer al otro y a
respetarlo, mediante la mutua comprensión. Esta labor
será exitosa si se realiza de forma diferenciada "persona
a persona".
· La ética en el socialismo a la luz de
los postulados del Che, constituye un componente esencial de la
educación en valores en la sociedad cubana del presente y
del futuro.
· Las concepciones ético-revolucionarias
del Che constituyen verdaderas premisas metodológicas,
filosóficas y una potente herramienta ideológica,
política y pedagógica para la formación de
los actuales profesionales.
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Imprenta, Instituto Politécnico Nacional, México
DF.http://www.gestiopolis.com/canales8/ger/formacion-de-valores-a-traves-de-software.htm
Autor:
MSc. Diana J. Molina Tarassiouk
Máster en Administración de Negocios,
profesora Instructora de la Universidad Central "Marta Abreu" de
Las Villas, Villa Clara, Cuba.
Lic. María Magdalena Ruiz
Pérez
Profesora Asistente de la Universidad Central "Marta
Abreu" de Las Villas, Villa Clara, Cuba.
Lic. Silvano Pérez Morales
Profesor Asistente de la Universidad Central "Marta
Abreu" de Las Villas, Villa Clara, Cuba.