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La evaluación institucional en la Universidad Central de Venezuela. Dificultades y efectos. 1994-2000



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Planteamiento del Problema
  4. Marco
    teórico
  5. Consideraciones Generales
  6. Definición de
    Conceptos
  7. Marco
    metodológico
  8. Teorización
  9. Conclusiones
  10. Recomendaciones
  11. Referencias
    bibliográficas
  12. Anexos

Resumen

En este estudio se analiza cuál es el balance que
tienen un conjunto de personas claves que estuvieron involucrados
en los procesos de Evaluación Institucional instrumentados
en la Universidad Central de Venezuela, en el periodo que va
desde 1994 al 2000, época en la cual, se implantaron en
Venezuela y en la mayor parte de Latinoamérica, distintas
iniciativas de Evaluación Institucional, como herramienta
de la gestión universitaria. De igual manera, esta tesis
examina el impacto que a nivel personal e institucional
desencadenaron estos procesos, en los sujetos participantes y en
la estructura administrativa y académica de la Universidad
Central de Venezuela.

Teniendo como referente la metodología que
propone la Teoría Fundamentada de Corbin y Strauss (2002),
en esta tesis se indagan las razones por las cuales los procesos
de Evaluación Institucional, intentados en la Universidad
Central de Venezuela en el periodo 1994-2000, carecieron de
sostenibilidad en el tiempo, elemento indispensable para poder
alcanzar los objetivos propuestos en materia de
calidad.

Para el análisis de la sostenibilidad se
utilizaron tres categorías, que agrupan a priori,
diferentes motivos por los cuales no se mantuvieron en el tiempo
los procesos de evaluación intentados. Dichas
categorías, tienen que ver con factores exógenos a
la universidad, factores endógenos propios de la
organización y estructura de la misma y factores
inherentes a las especificidades de las dinámicas de
implantación de los procesos de Evaluación
Institucional, que se intentaron en el periodo de
estudio.

El estudio supuso la realización de once
entrevistas semiestructuradas a directores de Escuelas de la
Facultad de Medicina, a autoridades de la U.C.V. y a expertos en
el área de Evaluación Institucional venezolanos,
escogidos en base a que todos cumplían con la
condición de ser informantes claves para la
investigación. Las preguntas de las entrevistas centraron
su atención en las razones que, a juicio de los
consultados, explican las debilidades que en materia de
sostenibilidad exhiben estas experiencias y en el impacto
personal, organizacional e institucional, generados por los
procesos de Evaluación Institucional, con los cuales
estuvieron vinculados.

El análisis realizado pone de manifiesto que el
peso de los factores endógeno, es determinante al momento
de explicar la falta de sostenibilidad de los procesos de
Evaluación Institucional, que fueron instrumentados en la
Universidad Central de Venezuela en el periodo seleccionado.
Igualmente se constata, que el impacto suscitado por estos
procesos ha sido variable.

A partir del análisis y de las conclusiones
obtenidas, nos permitimos plantear un conjunto de
recomendaciones, a nuestro juicio de utilidad, para la
gestión académica administrativa de futuros
procesos, que busquen la garantía de la calidad para
nuestras instituciones universitarias.

Palabras claves:

Evaluación Institucional, Gestión
Universitaria, Transformación Universitaria, Teoría
Fundamentada, Evaluación de Impacto.

Introducción

Durante el siglo XX, la educación superior
venezolana vivió distintos procesos de
transformación, que alteraron las características
convencionales de una universidad, que bien entrado el pasado
siglo, aún conservaba varios de los rasgos derivados de su
origen colonial, entre ellos su marcado énfasis en la
formación de élite.

En efecto, tales procesos de transformación
fueron consecuencia de distintos factores, entre los que se
destacan los procesos macroestructurales que experimentara la
economía nacional a partir de la consolidación de
la industria petrolera, el incremento en la cobertura de
atención escolar y las presiones de sectores sociales
medios y bajos por conquistar mejores condiciones de vida.
Razones por las cuales la educación superior venezolana se
transformó en una educación más accesible y
diversificada, como resultado de la instrumentación de dos
políticas que dominaron la agenda de este sector: la
masificación y la diversificación.

Estos cambios no ocurrieron exclusivamente en el sistema
de educación superior venezolano, pues por sus matices y
peculiaridades también se pueden advertir marcadas
similitudes a lo largo de Latinoamérica, en lo que
respecta a los distintos procesos del sector superior en su
conjunto.

Importa destacar también, que estas
transformaciones fueron a su vez inducidas y legitimadas por
organismos internacionales y acuerdos económicos, hechos
entre países autodenominados desarrollados, con intereses
muy específicos en todas las áreas: social,
política y, sobre todo, en la económica
financiera.

A partir del final de la década de los sesenta
hasta los años ochenta, se indujeron estos procesos de
masificación y diversificación de la
educación universitaria, como parte de las
políticas de sustitución de importaciones aplicadas
en Venezuela y en la mayoría de los países
latinoamericanos y al crecimiento de sectores medios y populares
que aspiraban mejorar sus condiciones de existencia, por citar
sólo dos de factores más relevantes. Estos cambios
provocaron que los diferentes Estados asumieran un rol
fundamental en la educación superior, el rol de Estado
Benefactor promoviendo el gasto social, lo cual se reflejó
en el proceso de masificación para el ingreso de nuevos
estudiantes a la educación superior.

En un segundo momento, producto de las presiones
fiscales que arreciaron en estas economías, los
países asumen las recomendaciones del Fondo Monetario
Internacional y aplican las denominadas políticas de
Ajuste Estructural, que supusieron tanto la preponderancia de lo
privado, como la disminución del gasto público el
cual había aumentado sustancialmente con las
políticas desarrollistas de las décadas inmediatas
anteriores.

Se dio de esta manera, un proceso de
privatización de la educación y la
proliferación de instituciones de distinta índole,
que en muchos casos carecían de los requisitos
mínimos para garantizar la calidad educativa.

Para mediados de los años noventa y como
resultado también de las políticas neoliberales que
perseguían la racionalización del gasto
público, se comenzaron a instaurar procesos de
Evaluación Institucional, extrapolados de la
gestión privada hacia la gestión pública.
Dentro de ese esquema, se empezaron a implantar procesos de
control de la calidad, como reflejo del cambio de modelo
económico del Estado, lo cual presionó a las
instituciones públicas a aplicar procesos administrativos
de la gestión privada, donde la garantía de la
calidad y los conceptos de eficiencia y eficacia, pasaron a tener
amplia resonancia en el sector público.

Sin embargo y como se analizará a lo largo de
este trabajo, la lógica administrativa de la
búsqueda de la calidad organizacional, choca
indefectiblemente con la estructura tradicional de la universidad
pública, cuya organización y procesos de toma de
decisiones están centralizados y excluye tradicionalmente
a actores importantes de la comunidad universitaria. Este hecho
tuvo en Venezuela su más patente ejemplo, por ser una de
las naciones de los países de la región, en la que
la Evaluación Institucional, no llegó a ser
implantada como modelo de gestión, como se
pretendía.

En cuanto a los procesos de masificación y
diversificación registrados en Venezuela entre mediados y
finales de siglo pasado, ellos provocaron una alteración
substantiva en la composición social del alumnado que
ingresaba, lo que suscitó, entre otras consecuencias, la
aparición de una variedad enorme de nuevas instituciones
privadas y públicas de diferente índole.

Sin embargo, a diferencia de lo que se advierte en
distintas experiencia nacionales que se llevan a cabo en forma
simultánea en otros países de la región, en
Venezuela este proceso se verá acompañado de una
notoria debilidad en lo referente al desarrollo e
institucionalización, en el plano legal y formal, de una
cultura de Evaluación Institucional y garantía de
la calidad, de las cuales aparentemente aún
carecemos.

En otras palabras, los procesos que permitieron el
acceso a miles de jóvenes venezolanos a universidades e
institutos universitarios, ocasionaron y siguen generando,
notorias debilidades en la garantía de calidad que se
mantenía frágilmente en las otrora instituciones de
élite, gracias entre otros factores, al efecto
demostración que produce el valor de la reputación
como garantía de calidad.

Esta deficiencia cuyo impacto se incrementó en el
tiempo, aunado a la experiencia internacional acumulada en las
últimas décadas en materia de reformas de los
sistemas nacionales de educación superior, inducen y
comprometen, tanto al Estado como al subsistema de
educación superior conformado por universidades y otras
instituciones educativas del país, a impulsar distintas
iniciativas, destinadas a instaurar sistemas integrales de
Evaluación Institucional.

En tal sentido, se debe resaltar que los procesos de
evaluación para las universidades nacionales, a partir de
Agosto de 2009, se establecen claramente como obligatorios con la
entrada en vigencia de la nueva Ley Orgánica de
Educación, (LOE), cuyo articulado refleja la necesidad de
habilitar mecanismos de aseguramiento de calidad a través
de procesos de Evaluación Institucional.

No obstante, es importante destacar que a pesar de que
en Venezuela, la reglamentación correspondiente a la
L.O.E., ni las normas ni las especificaciones necesarias para
orientar la implantación de los procesos de
evaluación, no han sido desarrolladas; tal
situación no ha impedido que algunas instituciones en el
ambiente nacional, por razones e intereses de diferentes
índole, hayan impulsado procesos de Evaluación
Institucional.

Tales intentos, que de manera aislada se encuentran en
varias instancias del sistema nacional, han tenido su
expresión más palpable entre las universidades
autónomas, experimentales y algunas universidades
privadas.

Dichos esfuerzos han alcanzado diferentes niveles de
desarrollo, de hecho, algunos han logrado culminar con un ciclo
evaluativo completo, mientras otros se han quedado en alguna fase
de lo planificado, sin resultados aparentes.

Sin embargo, independientemente de los logros que
pudieran advertirse, un común denominador los caracteriza:
ha sido en la práctica una tarea a contracorriente, una
iniciativa que se tolera pero no se le ha dado la relevancia que
merece; esta situación limita sobremanera el impacto de
sus resultados finales.

Dentro de este marco se abordan en este trabajo de forma
sistemática, las razones que esgrimen los actores
involucrados en los procesos de Evaluación Institucional
implantados a lo largo de las últimas décadas en la
Universidad Central de Venezuela, que puedan servir de
explicación a la falta de sostenibilidad y al reducido
impacto que han tenido tales evaluaciones, en la
modificación de las formas de acción universitaria.
En otras palabras, este estudio busca explicar el por qué
han sido infructuosos los intentos de contar con un sistema de
evaluación continuo y cíclico de las funciones
básicas universitarias y de la calidad de su
gestión educativa.

El lapso que abarca esta indagación, de 1994 al
2000, fue seleccionado en primera instancia porque durante los
años noventa, fue el momento en el cual la
Evaluación Institucional se propuso como mecanismo de la
garantía de la calidad institucional y como instrumento
para la transformación universitaria, no sólo en
Venezuela, sino además como una herramienta de
gestión en la mayoría de los países
Iberoamericanos.

De igual forma, las políticas públicas
para el sector de la educación superior por parte del
Estado Venezolano, comienzan a tomar forma a finales de la
década de los años noventa y se concretan por
primera vez en el documento Políticas y Estrategias para
el desarrollo de la Educación Superior en Venezuela
2000-2006, presentado por el entonces Ministerio de
Educación, Cultura y Deportes.

En segunda instancia, motivado a un interés
personal por este ámbito disciplinario que ha impulsado al
autor del presente trabajo, a estudiarlo y a participar como
facilitador y asesor en algunos procesos de esta índole en
la U.C.V. De hecho, la experiencia y las relaciones adquiridas
durante este tiempo, facilitaron la realización de las
entrevistas, el acceso a documentos y brindaron la posibilidad de
recoger una información inédita ofrecida por
personas claves, responsables directas de los intentos de
evaluación planificados.

Entre tales experiencias se ha seleccionado como caso de
estudio, una de las más acabadas con que cuenta la
Universidad Central de Venezuela en materia de Evaluación
Institucional. Se trata de la experiencia desarrollada por la
Comisión de Evaluación Institucional nombrada en el
año 1998 por el Consejo Universitario de esta universidad
y que propuso la Evaluación del Desempeño de los
Directores de la Facultad de Medicina de la Universidad Central
de Venezuela, en su función directiva, en el lapso
comprendido entre los años 1996-1999, en el marco de una
de las iniciativas de la comisión y por solicitud del
decano de turno de la referida Facultad de Medicina.

En relación con el presente estudio, es
importante señalar que a pesar de las debilidades que a lo
largo del mismo se encuentran, se considera que el proceso en
sí mismo y de acuerdo a los niveles de ejecución,
ofrece un ámbito para la investigación evaluativa
como aquí se propone, muy rico en experiencias que promete
arrojar entre otros elementos, cuál y a qué nivel
ha sido el impacto generado por la evaluación, en un grupo
de personas involucradas directamente como sujetos de la misma,
además en un ámbito único para evaluar la
sostenibilidad del proceso y arrojar luces acerca de las posibles
causas de su ausencia.

Igualmente, el período seleccionado,
además de haber sido profuso en intentos de
evaluación en diferentes instancias de la universidad, es
también un período de cambios profundos en las
relaciones entre la Universidad, el Estado y la
Sociedad.

Este hecho pone en la palestra el asunto de la
Misión de las Universidades Autónomas, las cuales
han hecho de contrapeso pendular a las propuestas emanadas del
Estado.

Es así, como las distintas autoridades
universitarias han podido interpretar la Misión de la
Universidad, dependiendo de las tendencias políticas y
sociales de los gobiernos de turno y de las suyas propias,
amparados en una interpretación de la autonomía
universitaria y en la libertad que supuestamente brinda
ésta, para establecer a discreción el rumbo a
seguir para cumplir con la Misión expresada en la Ley de
Universidades de 1970.

Al respecto, se aborda el asunto de la Misión de
la Universidad como parte de la hipótesis que justifica,
como factor negativo y preponderante, la falta de sostenibilidad
de los procesos de Evaluación Institucional, ante el hecho
expresado por los entrevistados, de una falta de claridad o
más bien de excesiva laxitud en la interpretación
de la Misión de la Universidad Central de Venezuela, hecho
éste que queda evidenciado en la información
recogida y analizada.

Otro aspecto a considerar del presente estudio, es el
Marco Teórico, donde se abordan los principales
métodos de Evaluación Institucional conocidos,
buscando con ello de asociarlos a la hipótesis
reseñada a lo largo de estas páginas relativa a la
falta de sostenibilidad en el tiempo de estos procesos, que
deviene de la misma dinámica de planificación y/o
estructura de estos métodos. Igualmente se abordan en el
Marco Teórico de este estudio, los antecedentes
internacionales, nacionales y los desarrollados
específicamente en la U.C.V.

Desde el punto de vista teórico y
metodológico, esta investigación está
sustentada epistemológicamente sobre la base
teórica del Paradigma de la Construcción y
Transformación Critica, tomando como punto de apoyo la
Teoría Fundamentada, desarrollada por Strauss y Corbin
(2002), de esta manera se recoge y analiza cualitativamente la
mayor parte de la información.

En relación a la selección de la
Teoría Fundamentada y de su método, ésta
obedece a que lo que se investiga, la falta de sostenibilidad de
los procesos de Evaluación Institucional en la Universidad
Central de Venezuela y el impacto que estos intentos tuvieron, no
han sido investigados anteriormente. Las respuestas que dilucidan
la pregunta original de investigación, se encuentran
entrelazadas a la experiencia no revelada de sus actores
principales.

Mientras que el análisis de los datos, a
través de las diferentes etapas del método, es de
tipo mixto. Para tal fin se han utilizados preponderantemente
técnicas cualitativas en la investigación, sin
embargo como apoyo metodológico y en función de la
confiabilidad de los resultados, se han aplicado técnicas
cuantitativas de tipo estadístico de manera
complementaria.

Finalmente, se exponen una serie de conclusiones y
recomendaciones, que van dirigidas a evidenciar las dificultades
y efectos que tuvieron los procesos de Evaluación
Institucional intentados en la Universidad Central de Venezuela
en el período estudiado, todo ello con el propósito
de recoger lecciones que sean de utilidad para su
instauración futura.

Indudablemente se presentaron dificultades a lo largo
del desarrollo de la investigación, entre otras se
encuentra el objeto mismo de estudio de la tesis. Al tratarse de
una investigación que aborda el asunto de la
Evaluación Institucional la disposición de algunos
entrevistados a ofrecer información, no fue acogida con
mucho entusiasmo. Este hecho generó deserciones y tiempos
muy largos de espera en referencia a la realización de las
entrevistas pautadas.

Por otro lado, la utilización de una
metodología cualitativa para el desarrollo del estudio,
encuentra dificultades en lo referente a la escasa
difusión y falta de parámetros específicos
para la recolección y análisis de los datos. Aunque
sin lugar a dudas las metodologías cualitativas abordan el
hecho investigativo, desde una perspectiva más
holística e integradora, a sus herramientas les falta
desarrollo. Esta realidad genera resistencia entre algunos
investigadores ya que su utilización depende mucho del
ingenio e innovación del investigador, lo que ofrece mucha
tela para cortar en referencia a la confiabilidad de los
resultados.

Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido y de las
dificultades encontradas, creemos que los resultados obtenidos no
han perdido vigencia. Todavía hoy en el 2012, la
situación en referencia a la falta de sostenibilidad de
los procesos de Evaluación Institucional en la Universidad
Central de Venezuela, sigue igual. Se han intentado en el
último lustro nuevos procesos, utilizando otros modelos de
gestión diferentes y más actualizados, no obstante
el impacto real en la garantía de la calidad y la
transformación universitaria, no son palpables.

Planteamiento del
Problema

¿Por qué en Venezuela, los intentos hechos
por el Estado y por las Universidades Nacionales, Experimentales
y Privadas para establecer sistemas integrados y continuos de
Evaluación Institucional, han sido infructuosos, en
función de su mantenimiento en el tiempo?

¿Qué es lo que sucede en nuestro caso
venezolano y específicamente en la Universidad Central de
Venezuela, que a diferencia inclusive de otras universidades
similares autónomas en el continente y otros sistemas
nacionales y regionales de educación superior en otros
países, no hemos podido establecer un sistema propio, ni a
nivel particular ni mucho menos a nivel nacional, a pesar de los
intentos?

Esta necesidad sentida y no cumplida, de instaurar
sistemas de Evaluación Institucional se ve reflejada en
las opiniones de profesores universitarios investigadores y
promotores de la gestión universitaria que opinan, por
ejemplo, que en las universidades nacionales "pese a esfuerzos
aislados en el caso de algunas escuelas e incluso
cátedras, en desarrollar procesos de evaluación los
logros han sido muy limitados debido a la resistencia al cambio
tradicional en nuestras instituciones." (Hanmdan, 1995,
p.149).

De igual manera, Camperos (2000), expresa que en los
últimos cuarenta años, en la UCV, "se han
desarrollado acciones orientadas a instaurar procesos
sistemáticos de Evaluación Institucional o de
algunas de las funciones o tareas, sin embargo, estos procesos
han sido de alcances muy limitados y puntuales".
(p.13).

Por ello, cabe preguntarse, ¿Cuáles son
los factores que han influido, para que todavía en la
Universidad Central de Venezuela no tengamos sistemas continuos
de Evaluación Institucional?

Se propone entonces, un análisis de los factores
desencadenantes de la carencia de sostenibilidad de los procesos
intentados en la UCV., y una evaluación del impacto
producido en lo personal, organizacional e institucional,
producto de los intentos de evaluación
realizados.

De alguna u otra manera, la mayoría de las
experiencias y en especial la seleccionada como objeto de estudio
para esta investigación, cumplieron en diferentes fases
con los objetivos propuestos. Lo que no se ha podido lograr es
que alguna de ellas se mantenga en el tiempo y que además
se conozca, aparte del cumplimiento de objetivos propuestos,
qué impactos han producido en la comunidad universitaria y
en los procesos académicos administrativos.

En torno a lo antes expuesto, González, (2000)
define la sostenibilidad como: "la capacidad autónoma de
mantener ciertas acciones del proyecto una vez eliminados los
apoyos externos". (p.38)

Por otro lado, asumiremos la definición de
evaluación de impacto presentada por González
(2000), como aquella que: "implica un estudio de los efectos
conseguidos más allá de los objetivos propuestos".
(p.38).

Al respecto, la evaluación ex post de impacto que
se propone, hace un análisis de efectos y resultados del
proyecto, después de haber sido ejecutado y finalizado.
Tiene en cuenta no sólo los resultados del proyecto y los
efectos a corto plazo, sino que pondrá énfasis en
los efectos que se han dado en el mediano y largo plazo sobre la
población, sean positivos o negativos, esperados o
inesperados.

A partir de este análisis, pretendemos dar
respuesta a dos problemas específicos. Por un lado conocer
científicamente y con rigurosidad metodológica,
dónde se encuentran los nudos que han imposibilitado la
sostenibilidad de las propuestas en el tiempo, extrayendo de la
investigación una información inédita y
fundamental para la posible instauración de algunos
procesos de mejora de la calidad institucional en el
futuro.

Mientras que por otro lado, se pretende determinar si
existen o no, logros que no fueron planificados en los procesos
de Evaluación Institucional como por ejemplo, la
creación de una cultura de evaluación, desarrollo
de normas y procedimientos, capacitación de recurso
humano; elementos todos, que de alguna manera con su
aparición podrían haber facilitado, la ulterior
instauración de procesos de evaluación
exitosa.

La construcción de esa cultura de
evaluación debe permitir la reflexión permanente
sobre el papel de la universidad en la sociedad, la
promoción sistemática de la innovación y la
consolidación de nuevos modos de gestión y de
relación con la comunidad. En este sentido, la
evaluación pasa a ser un instrumento estratégico
para la actualización constante de la
universidad.

Objetivos de la
Investigación

Objetivo
General

Evaluar los procesos de Evaluación Institucional
en la Universidad Central de Venezuela, como mecanismos de
aseguramiento de la calidad institucional, en el periodo
1994-2000.

Objetivos
Específicos

  • 1. Analizar la sostenibilidad de los procesos
    de Evaluación Institucional en la Universidad Central
    de Venezuela en el periodo 1994-2000.

  • 2. Evaluar el Impacto de los procesos de
    Evaluación Institucional en la Universidad Central de
    Venezuela desde la perspectiva individual e institucional, en
    el periodo 1994-2000.

Justificación

El esfuerzo realizado por las distintas comisiones de
Evaluación Institucional y de transformación
universitaria, entre los años 1994 y 2000 en la
Universidad Central de Venezuela, no debe pasar desapercibido. El
hecho de que no se hayan cumplido quizá con los objetivos
primordiales de las mismas, como era el de crear un sistema
integrado y continuo de Evaluación Institucional para la
UCV, no significa que no se hayan aportado elementos importantes
y útiles para el desarrollo futuro de otras propuestas que
busquen satisfacer la necesidad de mejorar nuestra calidad
institucional.

Al respecto, es importante señalar que la
Evaluación Institucional se debe caracterizar como un
proceso continuo y cíclico, a tal efecto, Cortázar
(2002), afirma que: "El carácter cíclico de la
Evaluación Institucional permite corroborar en el tiempo
el impacto e intensidad de las mejoras así como el grado
de compromiso y de responsabilidad que tiene las instancias en la
consecución de metas" (p.53).

Esta característica cíclica, se convierte
en la carencia más significativa de los procesos de
evaluación que se han tratado de implantar en la
universidad. Por lo que determinar cuáles son las causas
de este problema justifica ya por si sólo esta
investigación.

Habida cuenta de que si partimos del conocimiento
aportado por autores venezolanos que afirman de alguna manera,
que un sistema integrado de evaluación para la Universidad
Central de Venezuela, nos permitiría conocer mejor a
nuestro entorno, ese entorno cambiante al cual y según
algunos estudios: Hernández, (1996), Núñez,
(2002), Rodríguez, (1998), Castellano, (1990), Hamdan,
(1995); no estamos respondiendo a cabalidad, dejando un
vacío que impide afirmar que somos comprobadamente una
universidad de calidad.

La debilidad que muestra la Universidad Central de
Venezuela al no poseer un sistema integrado de gestión,
como por ejemplo uno de Evaluación Institucional, que
garantice procesos de gerencia que desarrollen la capacidad
institucional de asegurar la mejora continua de la calidad
académica, de investigación, de uso racional y
oportuno de los recursos financieros y que además fomente
una cultura de evaluación sana y el vínculo
constante con las necesidades de desarrollo del país,
puede conducir a la primera casa de estudios en Venezuela, a una
continua degradación de su Misión y por ende de su
relevancia institucional.

Estos problemas han sido resumidos por Arrien (1997),
cuando se refiere a las características más
resaltantes de las universidades latinoamericanas: "En resumen,
se trata de: una escasa calidad de los procesos y resultados,
reducida equidad, y problemas de eficiencia." (p.449).

Por otro lado, en el Plan de la Calidad para las
Universidades Españolas[1]se afirma
que:

La Evaluación Institucional abarca a la totalidad
de la institución, si bien puede afrontarse, en virtud de
la magnitud y volumen de la institución en fases sucesivas
aunque sin perder de vista que son notas distintivas de la misma
globalidad (medios materiales y personales, funcionamiento,
resultados…), la implicación de todos sus agentes y la
atención tanto al valor como al mérito de las
acciones que lleva a cabo la institución.

Esta perspectiva de globalidad, resume los diferentes
aspectos que deberían ser tomados en cuenta para la
garantía de la calidad institucional de las universidades
nacionales y que hasta ahora y a pesar de los intentos, no se ha
logrado instrumentar.

No se debe dejar de considerar que el corresponsable de
fomentar e instituir procesos de evaluación en el sistema
de educación universitaria, como lo es el Estado
Venezolano, intentó a través del antiguo Ministerio
de Educación Superior y de la Oficina de
Planificación del Sector Universitaria. (OPSU), implantar
el Proyecto de Mejoramiento de la Calidad y de la Equidad de la
Educación Superior Venezolana, en el cual se inscribe el
Sistema de Evaluación y Acreditación (SEA).
(Cuadernos OPSU, #1. 2001).

El referido proyecto planteó dentro de sus
propósitos:

  • Concebir e instrumentar una cultura evaluativa en y
    de las Universidades venezolanas y garantizar
    estándares de calidad en todas ellas.

  • Estimular en las universidades venezolanas la
    búsqueda de la excelencia; reconocerla y certificarla
    en sus diferentes programas y carreras.

  • En este contexto y en vista del fracaso consecutivo
    de dos intentos por implantar este sistema por parte del
    Estado como ha sucedido, consideramos que un estudio como el
    que se propone, permitirá recabar información
    relevante y pertinente para el logro de los propósitos
    señalados por el SEA, al reconocer cuáles son
    las fortalezas y debilidades presentes en nuestras
    prácticas cotidianas y como superar los
    obstáculos que afectan el desempeño
    institucional.

Otro aspecto a considerar es la reciente
aprobación en el 2009, de la nueva Ley Orgánica de
Educación por parte de la Asamblea Nacional, donde la
Evaluación Institucional adquiere status relevante de Ley
Orgánica, lo que otorga el carácter obligatorio a
la instauración, en el sistema de educación
superior, a los procesos de Evaluación Institucional.
Así se establece en diferentes artículos como por
ejemplo los que tienen que ver con los principios rectores de la
educación universitaria:

Artículo 33: La educación universitaria
tiene como principios rectores fundamentales los establecidos en
la Constitución de la República, el carácter
público, calidad y la innovación, el ejercicio del
pensamiento crítico y reflexivo, la inclusión, la
pertinencia, la formación integral, la formación a
lo largo de toda la vida, la autonomía, la
articulación y cooperación internacional, la
democracia, la libertad, la solidaridad, la universalidad, la
eficiencia, la justicia social, el respeto a los derechos humanos
y la bioética, así como la participación e
igualdad de condiciones y oportunidades. En el cumplimiento de
sus funciones, la educación universitaria está
abierta a todas las corrientes del pensamiento y desarrolla
valores académicos y sociales que se reflejan en sus
contribuciones a la sociedad.

En este artículo, se reafirma lo establecido en
la Constitución vigente en el artículo 103, que
expresa que:

Toda persona tiene derecho a una educación
integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y
oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de
sus aptitudes, vocación y aspiraciones. La
educación es obligatoria en todos sus niveles, desde la
maternal hasta el nivel medio diversificado. La impartida en las
instituciones del Estado es gratuita hasta el pregrado
universitario. A tal fin, el Estado realizará una
inversión prioritaria, de conformidad con las
recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas.
El Estado creará y sostendrá instituciones y
servicios suficientemente dotados para asegurar el acceso,
permanencia y culminación en el sistema educativo. La ley
garantizará igual atención a las personas con
necesidades especiales o con discapacidad y a quienes se
encuentren privados de su libertad o carezcan de condiciones
básicas para su incorporación y permanencia en el
sistema educativo. Las contribuciones de los particulares a
proyectos y programas educativos públicos a nivel medio y
universitario serán reconocidas como desgravámenes
al impuesto sobre la renta según la ley
respectiva.

De igual manera, en el artículo que aborda las
leyes especiales de la educación universitaria, se incluye
como parte del conjunto de textos normativos a ser incorporados,
el referente a la evaluación y acreditación de los
integrantes de la comunidad universitaria.

Artículo 35: La educación universitaria
estará regida por leyes especiales y otros instrumentos
normativos en los cuales se determinará la forma en la
cual este subsistema se integra y articula en lo relativo
a:

4. La evaluación y acreditación de los
miembros de su comunidad, así como de los programas
administrados por las instituciones del sistema.

De igual manera, el Artículo 45, que se refiere
específicamente a la Evaluación Institucional
expone que:

Los órganos con competencia en materia de
educación básica y educación universitaria,
realizarán evaluaciones institucionales a través de
sus instancias nacionales, regionales, municipales y locales, en
las instituciones centros y servicios educativos, en los lapsos y
periodos que se establezcan en el reglamento de la presente
Ley.

Finalmente, también se debe destacar, que en la
Constitución de 1999, se expresa claramente en el
artículo 109, que "las universidades autónomas se
darán sus normas de gobierno, funcionamiento y
administración eficiente de su patrimonio bajo el control
y la vigilancia que a tales efectos establezca la Ley" ,
aquí se establece la potestad del Estado de fijar los
mecanismos de control y evaluación de las
Universidades.

CAPÍTULO I

Marco
teórico

El Asunto de la Misión de las
Universidades Públicas en Venezuela

La Misión institucional de una universidad
pública en Venezuela debe atender las políticas
públicas que desde el Estado se establezcan para el
subsector de la educación universitaria. Estas
políticas deberían originarse de los lineamientos
constitucionales y de las diferentes leyes orgánicas y
especiales para el sector.

En cuanto a la política pública en el
sector de la educación universitaria, ésta se
transforma y cristaliza en la praxis, a través de acciones
diarias que deberían reflejarse en la docencia, en la
investigación, en la extensión universitaria, en la
prestación de servicios, en la preservación y
estimulo de la identidad nacional, en la formación
ciudadana, en la comunión con nuestros valores. Todas
estas funciones son parte de la responsabilidad que como
institución universitaria pública, autónoma
y solidaria, tenemos con el país.

Para lograr estos objetivos, cada acción
planificada dentro de las universidades, debe apuntalar sin
contradicciones, al logro ulterior de la Misión
institucional.

Esto es cierto para las distintas funciones
tradicionales de las universidades, es decir: las acciones que se
deban tomar en relación a la docencia, la
investigación, la extensión y la gestión
administrativa, deben llevarse a cabo en concordancia con la
Misión que el Estado haya fijado para ellas.

Sin embargo, existen vacíos e intereses de por
medio que logran que la sintonía que debiese existir entre
el Estado y la Universidad para lograr objetivos comunes en la
actualidad, no exista.

En esta falta de sintonía se tiene como
corresponsable en la relación al Estado, ya que no ha
podido hilvanar desde lo constitucional hasta lo reglamentario,
por lo menos hasta ahora, la Misión a la que deben atender
las universidades autónomas, respetando sus
características particulares, pero especificando
claramente sus aportes a la construcción del socialismo
que se propone.

Más bien, en la actualidad, la supuesta
Misión se recoge de manera genérica en diferentes
estamentos legales. En la Constitución vigente, los
artículos 102 y 109, hablan del compromiso de las
universidades con el país y es así como se
establece por ejemplo en el artículo 102 que:

La educación es un servicio público y
está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del
pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial
creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su
personalidad en una sociedad democrática basada en la
valoración ética del trabajo y en la
participación activa, consciente y solidaria en el proceso
de transformación social.

Por otro lado, en el artículo 109, de la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, se establece que a través del reconocimiento de
la autonomía universitaria, se le permite a:

Los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y
egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del
conocimiento a través de la investigación
científica, humanística y tecnológica, para
el beneficio espiritual y material de la
Nación.

Tales artículos, que a nivel constitucional,
definen supuestamente la Misión de la Universidad
Pública Venezolana y según quién los
interprete, servirían para justificar la formación
de individuos por ejemplo, para una economía de mercado o
para desde otra perspectiva, individuos que apuntalen un
desarrollo social de acuerdo con la lógica
socialista.

Por ejemplo, se dice en el artículo 102, que los
egresados de nuestras universidades participen en la
"transformación social". Pero es que hay diferentes
interpretaciones que se pudieran dar, en referencia a lo que se
quiere con esta transformación social y de cómo se
debe conseguir.

También, en el artículo109 de la misma
Constitución de 1999, se propone que el egresado de
nuestras universidades debe dedicarse a "la búsqueda del
conocimiento, para el beneficio espiritual y material de la
Nación". Pero qué tipo de conocimiento, ¿el
producto de la investigación básica o el de la
investigación aplicada? ¿Del conocimiento producto
del interés del investigador o el de las necesidades de
las comunidades? ¿El conocimiento indexado o el que se
origina de los problemas de las comunidades y del quehacer
diario? ¿El conocimiento para la economía de
mercado o para la colectivización de los medios de
producción y el rol protagónico de los
ciudadanos?

Por otra parte, y en la Ley Orgánica de
Educación vigente aprobada en el año 2009, en su
artículo 32, expone que las instituciones de
educación universitaria:

Tiene como función la creación,
difusión, socialización, producción,
apropiación y conservación del conocimiento en la
sociedad, así como el estímulo de la
creación intelectual y cultural en todas sus formas. Su
finalidad es formar profesionales e investigadores o
investigadoras de la más alta calidad y auspiciar su
permanente actualización y mejoramiento, con el
propósito de establecer sólidos fundamentos que, en
lo humanístico, científico y tecnológico,
sean soporte para el progreso autónomo, independiente y
soberano del país en todas las áreas.

Este artículo de igual manera y en el sentido
antes expuesto, del dilema entre Estado o Mercado, deja un margen
demasiado amplio para las interpretaciones de la Misión
institucional de la Universidades Públicas, ya que por
ejemplo el concepto de "progreso autónomo", por
sí mismo y dentro de las universidades autónomas,
seguramente tendrá muy diferentes interpretaciones, como
queda demostrado cuando por ejemplo, se habla de lo que significa
autonomía universitaria, concepto homólogo al de
"progreso autónomo, independiente y soberano
del país
", y cuya interpretación está
hoy por hoy, en el medio de la crisis universitaria
venezolana.

Por otro lado, la Ley de Universidades de 1970,
establece que:

Artículo 2. Las Universidades son Instituciones
al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar
en la orientación de la vida del país mediante su
contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los
problemas nacionales.

Artículo 3. Las Universidades deben realizar una
función rectora en la educación, la cultura y la
ciencia. Para cumplir esta misión, sus actividades se
dirigirán a crear, asimilar y difundir el saber mediante
la investigación y la enseñanza; a completar la
formación integral iniciada en los ciclos educacionales
anteriores; y a formar los equipos profesionales y
técnicos que necesita la Nación para su
desarrollo y progreso.

Estos artículos aluden de manera directa a la
Misión de las universidades, cuando establece que la misma
es la de colaborar con su "contribución doctrinaria al
esclarecimiento de los problemas nacionales", por un lado y
cuando establece que se debe formar a los equipos profesionales y
técnicos que necesita la nación para su "desarrollo
y progreso".

Una Misión así establecida,
genéricamente para todas las universidades, ha permitido
toda una gama de interpretaciones, que a conveniencia
específica de distintas autoridades universitarias en el
tiempo, ha provocado un cambio de rumbo constante que inclusive
ha llegado a ser en algunas gestiones rectorales, por ejemplo en
la Universidad Central de Venezuela, totalmente opuesta,
según la interpretación que se le dé a, por
ejemplo, el concepto de desarrollo o al de
progreso.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5

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